Un repudio multitudinario al gobierno de Milei

Un repudio multitudinario al gobierno de Milei

El primer paro con movilización de la CGT contra el mandatario libertario reunió, según los organizadores, a 600.000 personas frente al Congreso. Suma presión a los legisladores para que no aprueben a la Ley Ómnibus y rechacen el mega DNU. También participó la izquierda, los movimientos sociales y muchos autoconvocados.

Cientos de miles de manifestantes se reunieron convocados por la CGT a partir de las 14 frente al Congreso y en las ciudades más importantes del país, para mostrar su oposición al modelo oficialista que propone Javier Milei con su DNU y la Ley Ómnibus.

Luego de que sonara el Himno Nacional, el acto comenzó con la lectura de un comunicado firmado por la cúpula de la Confederación General del Trabajo. “Ningún trabajador puede desconocer la crisis social y económica que estamos viviendo. La inflación erosiona los ingresos de todos y dispara los precios a niveles inaccesibles. Pero ninguna crisis puede ser oportunidad para avanzar sobre los derechos fundamentales de todos los argentinos”, leyó la oradora ante de una ola de aplausos y cánticos en contra del presidente. 

El siguiente en hablar fue Pablo Moyano, quien apenas se asomó al frente, exclamó que hay diputados que en sus provincias “hacen campaña cantando la marcha peronista, con los cuadros de Perón y Evita, y cuando tienen que tratar una ley para rechazarla porque va en contra de los trabajadores, se esconden”. 

Luego, respondió a una frase dicha por Milei hace dos semanas en una entrevista radial, en la que sostenía que a Caputo había que sacarlo a pasear en andas: “Yo le digo ante miles de compañeros, que si lleva estas medidas económicas de hambre; de ajuste; de despido, los trabajadores, los jubilados, los más humildes, van a llevarlo en andas pero para tirarlo al Riachuelo para que cambie este modelo económico”. 

En la misma línea, Héctor Daer sostuvo que fueron a la Plaza “a defender a la Patria y  40 años de democracia”. Y sostuvo: “Nos vienen con una palabra tan noble como es la libertad. Todos los pueblos luchan por la libertad y acá la utilizan para hacer pelota la fórmula de actualización para jubilados y jubiladas”. 

El acto cerró con la marcha peronista y el canto unísono de la marea humana que se extendía hasta la 9 de Julio. Según los organizadores, hubo 600.000 personas y, con los actos realizados en todas las provincias, la cifra trepó a un millón y medio.

— La verdad es que es una jornada histórica, que se produce ante el aislamiento del Gobierno, que nunca ha tenido la oportunidad ni la responsabilidad de hablar institucionalmente con el movimiento sindical — declaró el gremialista Gerardo Martínez a ANCCOM —. Todos tenemos que reflexionar y darnos una oportunidad porque hay muchas familias argentinas que la están pasando muy mal. 

Por su parte, Hugo Godoy, de la CTA, adelantó que “vamos a seguir peleando para que se se caiga el DNU y que no se apruebe la Ley Ómnibus. Y para que la política económica que entrega y multiplica la pobreza, no pueda seguir adelante. La clase trabajadora hoy está comenzando un plan de lucha que cuenta con un altísimo nivel de unidad y solidaridad en todo el pueblo argentino”, concluyó. 

Mientras se producía la desconcentración, Pablo Moyano seguía en el escenario rodeado de manifestantes sindicales que hacían fila para sacarse una selfie. 

— Hay que apelar a la responsabilidad de cada diputado y diputada el día de mañana  — señaló — . La de hoy fue una jornada histórica. Hubo miles y miles de argentinos que  nos movilizamos. Ojalá el presidente escuche al pueblo argentino que está cansado de la agresión permanente, del hambre y del ajuste.

Horas antes, cuando esas mismas columnas iban llegando a la plaza del Congreso, circulaba la noticia de que las fuerzas de seguridad entorpecieron el arribo deteniendo micros para requisar y asustar a sus pasajeros. 

“ El límite de Capital Federal con el Gran Buenos Aires está totalmente militarizado y a cualquier micro que quiera pasar con manifestantes los hacen bajar — denunció antes de que iniciara el acto, el dirigente Raúl Castells junto al monumento de la Plaza —.  Por ejemplo, en el colectivo 96 que es el que transporta más cantidad de gente desde La Matanza requisaron a uno por uno.

Pese a esas provocaciones, el acto se realizó en completa normalidad.

Desde el centro de la plaza, se podía ver cómo un río de cabezas dispuestas a no ser aplastadas se retiraban en dirección a 9 de Julio. Al mismo tiempo, en un balcón de un edificio ubicado sobre Rivadavia una señora de unos 80 años golpeaba una lata y mostraba una bandera de ATE. Los manifestantes la aplaudieron y celebraron con el ya clásico “abuela la, la, la”. 

De ese modo, una sobreviviente del Rodrigazo se unió a la generación que sufrió el 2001. En ese canto en común, se escondía el miedo de que en nombre de la libertad, hoy la represión y el saqueo vuelvan a gobernar el país.. 

La identificación de los desaparecidos – Estuve Ahí

La identificación de los desaparecidos – Estuve Ahí

Carlos «Maco» Somigliana es miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el organismo que creó el método para la identificación de desaparecidos por el terrorismo de Estado y hoy exporta su conocimiento al mundo.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
Las calesitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo…

Las calesitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo…

Calesitas o carruseles -según si están fijos o se mueven verticalmente los caballitos, elefantes o leones- son parte del paisaje porteño desde 1867. ¿Qué tuvo que ver la guerra con este popular juego?

En pleno Boedo, Avenida Independencia al 4200, se cuela la Placita de los Vecinos entre tanto edificio. A pesar de la oscuridad tenue de la tardecita, hay un sector lleno de luz en su entrada. Es un núcleo colorido, musical y en movimiento que atrae a los niños cual polillas y les hace repetir como disco rayado: “¡Otra vez! ¡Una más!”. El éxtasis está en el aire y en su atmósfera. Gira una calesita.

Hernán Pernochea piensa que su calesita es moderna” en comparación con otras. Se encargó de que, además de los icónicos caballos y los ciervos de nariz respingona, también estén los personajes que convocan a los niños y niñas del presente como el Rayo McQueen, la Rapunzel de Disney y Spiderman. La ilusión de los chicos es la materia prima de su trabajo: “La verdad es que siempre quise ser calesitero, y hoy es mi profesión y lo que elijo”.

Antonio Cid, calesitero desde 1971 del Parque Pereyra, en Barracas bien al sur, va más allá al definir su oficio y utiliza una curiosa metáfora, similar a la del economista Emanuel Álvarez Agis sobre la deuda pública: “Esto es lo que me gusta. Una vez que entrás es como la droga… la diversión es una droga que no te hace mal”.  

En general, resaltan estos trabajadores, el oficio es heredado. “Mi abuelo era calesitero, mi viejo es calesitero y yo también lo soy”, confiesa Hernán. Don Antonio también cumple la regla y se enorgullece al contar que desde los 18 años sigue la tradición de su papá. Hoy tiene cerca de 70 y se pregunta si alguno de sus hijos continuará haciendo girar a sus caballitos de madera al ritmo de La Vaca Lola. El tiempo lo dirá.

Las reglas del juego

Según datos oficiales, en la Ciudad de Buenos Aires hay 55 calesitas. La Ley 5418 determina que los permisos para el funcionamiento de los carruseles en el espacio público son por cinco años y tienen la posibilidad de renovación. Además, se estipula una prioridad para el otorgamiento de licencias para quienes hayan sido titulares en el pasado. Este punto, destacado en el Capítulo 9.15 del Código de Habilitaciones y Verificaciones, resuelve un viejo problema que, según recuerda Pernochea, generaba un proceso poco transparente donde “podía concesionar el que ponía más guita”.

Desde hace unos años, los calesiteros acordaron con el Gobierno que los jardines y chicos de hasta primer grado pueden hacer una excursión gratis. Otra regla ordena que las calesitas deben guardar una distancia mínima de diez cuadras entre sí. La idea es que no haya competencia entre compañeros.

Algunos de los carruseles están protegidos por la Ley de Patrimonio Cultural, lo que implica que fueron declarados sitios de interés para la identidad porteña. En los hechos, esto significa que hay que pedir una autorización para hacer alguna refacción, como darle una mano de pintura o cambiar un caballito de lugar. Por ejemplo, Antonio firmó un contrato recientemente con la empresa Bayer porque la marca se ofreció a restaurarle la calesita a cambio de poder utilizarla para un evento. Distintas formas de conservar el patrimonio.

De la guerra al juego

En un inicio, la calesita fue un medio de entrenamiento para los jinetes turcos que combatían contra enemigos ficticios que giraban en la sarianguik, un plato de madera con caballos hechos del mismo material. Luego, con las cruzadas, se extendió hacia Europa Occidental y, así, recibió su nombre en castellano: carosela, “la primera batalla”. Más tarde, la realeza del viejo continente construyó carruseles en jardines privados y le dio su propósito actual, el entretenimiento infantil. La última parada de este viaje fueron las ferias populares, lo que permitió que la actividad se emancipe de los ricos y se vuelva un juego para el pueblo.

La primera calesita argentina data de 1867, de fabricación alemana, estaba ubicada en la actual Plaza Lavalle. Pasaron 24 años para que llegara la primera confeccionada por manos nacionales. Y si hablamos de inventos argentinos, la sortija es uno de ellos. Su fisonomía se compone de una bocha con forma de pera, una chaveta y una arandela. Las hay simples o más sofisticadas. Su valor está en la idea de regalar otra vuelta más. Pero no es fácil: los niños deben superar el hábil muñequeo del calesitero. Para Cid, el secreto está en esperar lo suficiente y en asegurarse de que todos los gurises logren conseguirla. Sabe que para un pibe hay pocas alegrías como atrapar la sortija y ganar otro paseo.

El ritual se remonta a las corridas de sortija gauchescas del siglo XIX. Los jinetes de la Pampa Húmeda competían para demostrar su habilidad en la monta. El objetivo era embocar un palo en una argolla que estaba a casi tres metros de altura. Los años pasaron y la tradición se conservó. Ahora el bravo quiebre de muñeca ilusiona con un viaje gratis para cualquier niño. Otra vez la competencia se hizo juego.

 

Mi carrusel arrabalero

Una diferencia fundamental: la calesita es un juego mecánico que tiene asientos inmóviles, mientras que en el carrusel se mueven verticalmente. Cuestión de nomenclaturas, las palabras y las cosas.

Algunos carruseles superan los 100 años, como el caso de la calesita de Antonio. Fue diseñada originalmente por un portugués en 1897 y adquirida luego por su padre, quien la refaccionó para convertirla en un carrusel. Don Antonio se enorgullece, respira hondo y hace historia: “Sus partes son de madera maciza. Un caballo pesa alrededor de 90 kilos. Son de material bueno, a diferencia de las actuales que se hacen con fibra de vidrio. La madera tiene más aguante”, asegura.

¿De qué manera se logra conservar a estos gigantes forjados en hierro? En general las refacciones suelen ser realizadas por los propios calesiteros. Los trabajadores rodantes dicen que “escuchan y sienten” cuándo deben intervenir. “Es el calesitero el que se trepa, agarra un pincelito y le manda grasa a lo que sea. Se encarga de evitar que haya problemas”, aporta Hernán.

Pero la autogestión no todo lo puede, por eso muchas veces recurren a sus compañeros. Así comenzó la Asociación Argentina de Calesiteros y Afines: “Hay un aguante colectivo, nos damos una mano entre todos», asegura Cid. Su germen fueron las juntadas entre colegas en el lejano 2004. La organización adquirió su personalidad jurídica en el 2010. Actualmente funciona como un lugar de encuentro en el cual los primeros lunes de cada mes, los trabajadores comparten un almuerzo e intercambian opiniones sobre su profesión.

Si todo este dispositivo llega a fallar, hay que levantar el teléfono y contactar a un matricero. La matricería es ese pequeño taller que repara la infraestructura del carrusel cuando está dañado. Puede arreglar los engranajes o recuperar algunos de los asientos. “Es la persona que labura en el fondo de su casa. Podés llegar al taller y ver que tienen un autito o un caballito en el techo”, apunta Pernochea. Los jardines de la mente, diría Charly García, y las estatuas que (ellos deben) pulir.

Cosa seria

Fermín tiene apenas dos años y rota por todos los juegos del patio inaugurado en Parque Lezama, cerca del cruce de Martín García y Defensa en San Telmo. De la hamaca a la locomotora, del auto al tobogán tirabuzón, no hay tiempo que perder. Pero cuando se eleva del medio metro que le consta por su edad, la vista se le clava en aquel techo descolorido del predio de enfrente que gira y gira desde 1960. La cale”, demanda. Si quiere dar la vuelta, que no se quede con ganas.

Para Celina Vietto, psicóloga maestrando en infancias y juventudes, el juego es una parte esencial en la constitución de las personas: “La creación es salud”, porque es un proceso de apropiación del mundo en el que se inventa lo que no se tiene al alcance. Incluso, el juego es considerado un derecho para los niños y en nuestro país está protegido en uno de los artículos de la Ley 26.061 sobre derechos de las infancias y adolescencias.

Fermín ruega una vuelta más apenas termina y acecha la sortija repleto de adrenalina. Francesco Tonucci, reconocido pedagogo, plantea que las ciudades no están adaptadas para la apropiación infantil. Desde 1991 lleva a cabo el proyecto Ciudad de los Niños donde remarca la importancia de reconocerlos como sujetos de derecho para pensar la planificación urbana a partir de sus necesidades: “Los niños quieren salir de casa y vivir en autonomía su experiencia de juego y de contacto con otros”.

Las calesitas son parte del paisaje urbano, pero para Pernochea son un momento de libertad: “En la cabeza de los pibes es una película. Hay un dicho que dice que es el primer viaje que el nene hace solo. A veces vienen los padres y le dicen ‘pero ese es aburrido, subite a tal’ y yo digo, loco, es el que eligió porque cuando entró lo vio y en su cabeza ya empezó su idea, su mundo, su mambo”.

Sigue girando

La calesita y su dueño echan raíces en la plaza. Don Antonio es famoso por su antigüedad y su carácter: “Hay gente que vivía en Barracas, se mudó pero tiene algún pariente en el barrio. Después vuelve y dice Oh, ¡todavía estás acá!’ ¿Qué querés, que me vaya? Es gente grande que venía cuando era chiquita. Venían los padres, trajeron a los hijos y a veces hasta vienen los nietos. Es lindo porque vas por cualquier lado y te dicen ‘¡Ahí va el calesitero!’”.

Cada uno con sus modos, los calesiteros se vuelven figuritas del barrio que encarnan las añoranzas de muchos; un pedazo de su pasado conservado en el presente.

Un negocio circular

Un negocio circular

Crece en la Argentina el negocio de la ropa usada o de la creación de prendas nuevas a partir de otras descartadas. Algunos lo hacen para enfrentar la crisis, otros por conciencia ambiental.

Son las diez y cuarto del sábado. Tocan el portero. ¿Quién es?

-¿Tiene algo para dar? Contesta alguien del otro lado.

– Ya bajo

Llevo ese pullover azul estuvo dando vuelta desde el fin de la secundaria, interfiriendo toda apertura del ropero. Quizá por nostalgia nunca me deshice de él. Resistió lluvias, mudanzas y lavados. Pero había llegado la hora de jubilarlo. La misma suerte que un jean que me queda chico y una camisa a cuadros.

Raquel Chany tiene 47 años, mamá de tres hijos con los que vive en Lanús Oeste. No tiene empleo formal. Trabaja dos veces por semana limpiando casas en San Telmo y relata: “Casi todos los sábados a la mañana salgo a timbrear. Pido ropa o lo que la gente quiera darme, lo que esté a su alcance”.

Cinco o seis horas después de patear Constitución y San Telmo, vuelve en el tren Roca a su casa. La ropa que consigue y no le queda o no le sirve a ningún integrante de su familia, la hace circular. En la feria de la Plaza San Martín, en Lanús Oeste, comienza uno de los caminos que puede seguir una prenda en desuso: ser expuesta en una feria para venderla o cambiarla por otra cosa.

Para poder venderla, Raquel acondiciona, lava y plancha con oficio de sastre la ropa que consigue. “Los que tenemos un lugarcito en la feria o venimos seguido a vender, varias veces necesitamos de lo que tiene algún puesto y terminamos cambiando ropa por cosas para la casa, comida o por zapatillas “.

La circularidad en la moda, la sostenibilidad textil o la moda reciclada son términos comunes que comenzaron a tomar protagonismo en la pandemia, logrando que se empiece a gestar un paradigma del que hoy, la industria de la moda (la segunda más contaminante del planeta) no puede desoír. Conocemos como empieza este proceso cada vez que nos desprendemos de alguna prenda que no usamos, pero, ¿sabemos donde termina?

Aparato circulatorio

“Me parece muy interesante que estemos pensando en lo que producimos en exceso, cuál es la finalidad y el origen de nuestros apetitos”, señala Ana Torrejón, editora de la revista L’Officiel. La cantidad de indumentaria que se produce a toda escala, desde la aspiracional -como las marcas de lujo- hasta la producción masiva de grandes cadenas es hija de un proceso que se inició en 1947 con el advenimiento del prèt a porter. La Segunda Guerra Mundial generó la necesidad de un desarrollo, donde el baby boom, la promesa de un mundo feliz y la rápida circulación de bienes hacían motorizar una economía languideciente. El consumo entró así en ascenso con algunas objeciones. El flower power y el movimiento punk hicieron objeciones a la sociedad de consumo, junto con la posmodernidad que se plantó filosóficamente en torno de las catedrales de consumo constituyéndose en grupos objetores que han dejado huellas importantes en cuestionar el consumo.

La idea de construir un sistema de circulación de prendas dejó de ser una propuesta para convertirse en una necesidad. Comprar, usar y  tirar es la trilogía que viene a cambiarse por, comprar menos, usar más, reutilizar, reciclar, reparar. Una primera aproximación a este cambio, podría sintetizarse en las ya conocidas ferias americanas, donde se vende indumentaria usada. Pero éste es solo el primer eslabón. Esta tendencia en alza va de la mano de las energías renovables, la sustentabilidad y otras prácticas como, los oficios de la modista del barrio, las grandes mercerías y los cursos de corte y confección que vuelven a tomar importancia.

Claudia Barbera es profesora en la Tecnicatura Superior de Producción de Indumentaria del Normal Superior N° 6. Hace diez años trabaja en la investigación, desarrollo de productos y formación de profesionales. “Mis argumentos no cambiaron, la diferencia es que hace años la gente no entendía de lo que hablaba o hacía y tenía que dar muchas más explicaciones que las que doy ahora. La fundamentación es que el exceso de materiales considerados como basura, en realidad no lo son, es materia prima para seguir utilizando, lo que también permite desarrollar productos más exclusivos, al no planificar una producción en modo masivo: trabajamos con lo que hay, activando la creatividad y los productos de edición limitada”.

The Global Fashion Agenda (globalfashionagenda.org) afirma que el 73% de la ropa del mundo termina convertida en basura, utilizando solo el 15% de esta cantidad con fines de reciclaje. ¿Para qué seguir fabricando y desechando, cuando se puede reutilizar, reciclar? Al respecto, Claudia cuenta: » Ya como profesional y asesora de emprendedores empecé a investigar cómo las empresas plantean sus misiones y visiones de marca y descubrí el impacto negativo que la mayoría de las grandes marcas internacionales generaban. En la actualidad hay marcas que trabajan en esta modalidad y otras son sustentables aparentando tener una conciencia verde, pero en realidad aún no han hecho el cambio necesario”.

La producción de indumentaria a gran escala construye espirales a través del tiempo, renueva su interés hacia sí misma, propone fantasía, lujo, belleza y al mismo tiempo genera contaminación, un consumo alarmante de agua y emisiones de carbono; motivos suficientes para orientar su naturaleza cíclica hacia una ética circular en pos de un futuro sostenible. Desde el sitio globalfashionagenda.org argumentan que “la industria de la confección y el calzado representó unos 2.100 millones de toneladas de emisiones de CO2 en 2018, alrededor del 4% del total mundial. Se trata de la misma cantidad de CO2 al año que las economías de Francia, Alemania y el Reino Unido juntas. El valor del mercado mundial de prendas de vestir crecerá de 1,5 billones de dólares en 2020 a aproximadamente 2,25 billones de dólares en 2025, y emplea a más de 60 millones de personas a lo largo de su cadena de valor; de los cuales el 80% son mujeres”. Las implicaciones sociales negativas de la industria de la moda, así como los desafíos en materia de derechos humanos y ambientales, el aumento de los estándares sociales y la eliminación del trabajo forzoso, son temas que en los últimos años lograron imponerse en las agendas públicas.

Comprar, usar, tirar es un ciclo que se repite temporada tras temporada porque la moda propone un eterno retorno, un nacimiento dos veces al año, dos temporadas que mueven una gran industria. “El consumo de moda hoy resulta interesante porque queda claro que estamos en una crisis económica muy fuerte. Sin embargo los niveles de compra de indumentaria no han sido tan bajos, ni muchos menos los niveles de ganancia. Si nos basamos en datos duros, los precios de indumentaria superaron en muchísimas ocasiones los montos máximos de inflación. Por eso sus ganancias han sido muy interesantes. Si a esto le superponemos que el Estado Nacional subsidió durante la pandemia luz, gas sueldos de trabajadores, las tasas de rentabilidad han sido exitosas, a costa de la especulación y el aprovechamiento de un Estado y una población vulnerables”, asegura Gustavo Lento, profesor de la Carrera de Diseño de Indumentaria de la Universidad de Palermo.

En 2002 el diseñador argentino Martín Churba inauguró su capacidad para la experimentación en el campo del diseño textil y su posterior sistematización en la producción de técnicas utilizadas experimentalmente, estudiando qué se podía hacer luego con los descartes y los restos de una producción seriada. “Empecé a enseñar termoestampación en los barrios y el impacto fue enorme. Trabajé diez años también en la Puna con tejedoras, aportando conocimientos, y alimentándome de sus experiencias. Cuando enseñás a la gente que no tiene nada fácil y le decís que haciendo esto puede tener un atajo para que su producto parezca mucho mejor, no lo pueden creer, se sienten felices. Ahí me di cuenta que, al final, mi trabajo entra por la puerta de atrás. Me dediqué al emprendedurismo social. En el camino hice una marca de jeans con descartes industriales textiles, aunque esos proyectos, aún no tienen un lugar comercial en el mercado, al país le cuestan las cosas nuevas e innovadoras”.

Si bien aún es prematuro saber qué va a pasar con la industria textil frente a esta tendencia, emprendedores en Europa y en América Latina comenzaron a incursionar en este terreno. Como toda tendencia que aparece, irrumpen oportunidades y emprendimientos, pero el interrogante es saber si hoy existen suficientes consumidores para que sean rentables.

“La moda circular refiere a una responsabilidad con toda la cadena de producción por parte del fabricante y su uso, por parte del consumidor. Desde la cantidad de prendas que se fabrican, la elección de los textiles, formatos de producción de las fibras, hilados, tejidos, teñidos, acabados, etiquetados, envoltorios y entregas. Todo en talleres de costura grandes o pequeños equipados dignamente, en regla, y con personal remunerado como corresponde y los usuarios tendrían la responsabilidad en cuidar de que la vida útil de ese producto sea la mayor posible o tomar la iniciativa de reciclar, reparar prendas o intercambiarlas”, manifiesta Vicky Otero, diseñadora de indumentaria y titular de una cátedra en FADU.

La rueda de la moda o la moda de la rueda

En un corto lapso, los negocios de la moda circular adquirieron diferentes formatos y volúmenes. Aquí alguno de ellos:

Buy Back: Compra con reventa asegurada Se trata de comercializar indumentaria pero asegurarle al dueño de la prenda que si al año se quiere desprender de ella, la marca se la recompra al 25% de su valor.
Compra con Garantía de transformación: Uniqlo ha lanzado hace poco Re-Uniqlo permitiendo a los clientes alargar la vida de la ropa usada transformándola en nuevas prendas para la marca. La acción se materializará en la chaqueta Recycled Down, confeccionada en su totalidad a partir de plumas recicladas. En vez de comprar una nueva prenda, el cliente entrega la que tiene y le devuelven una nueva utilizando la materia prima original de su campera.
Alquiler de ropa usada: Si bien no se trata de un negocio disruptivo, muchas empresas se dedican al alquiler de ropa para casamientos, eventos sociales de relevancia o disfraces y emprendedores comenzaron incursionar en el alquiler de diseños exclusivos. Vestidos o carteras cuyos valores superan los 5.000 dólares se pueden rentar por 5000 a 15.000 pesos en Argentina.
Intervención de ropa usada: ya sea por artistas o diseñadores, el objetivo es darle una segunda vida a las prendas pero resignificándolas y otorgándoles un valor especial.
En  Somos Dacal recuperan géneros y prendas de sastrerías de Buenos Aires, las eligen por ser textiles nobles, de fibras naturales. Rediseñan y las transforman en nuevas prendas para todos los cuerpos y géneros. ”Empezamos a buscar buenos géneros para hacer un trabajo artesanal, pero por sobre todo que sea durable. Nos animamos a deconstruir la formalidad del traje, las corbatas o las camisas, esa formalidad asociada a espacios de poder, de jerarquía” expone Florencia Dacal, mentora de la firma que a fecha ha logrado reciclar más de 1800 prendas, 300 kilos de tela y miles de litros de agua, gracias a su proyecto circular no se han usado.

La dolarización y el narcotráfico siguen afectando a Ecuador

La dolarización y el narcotráfico siguen afectando a Ecuador

Gonzalo Fiore Viani, analista internacional y becario doctoral del Conicet, y a Matías Hof, periodista especializado en Economía analizan crisis ecuatoriana.

Mientras persiste en Ecuador la conmoción interna, con el estado de emergencia dictado por el presidente Daniel Noboa y el recrudecimiento del conflicto armado, van quedando a la luz las razones económicas de la crisis, la desregulación financiera y su relación con el funcionamiento de las bandas del narcotráfico.

Estos grupos no solo luchan contra el Estado sino entre ellos mismos por la toma de poder. Las mafias se convierten en una opción para la economía ecuatoriana y se consolidan en momentos de descenso económico en la sociedad. En este contexto, la dolarización impide el desarrollo industrial que pague salarios altos, algo que sí puede hacer el narcotráfico.

ANCCOM entrevistó a Gonzalo Fiore Viani, analista internacional y becario doctoral del Conicet, y a Matías Hof, periodista de la Izquierda a Diario especializado en Economía para analizar lo que está ocurriendo en Ecuador.

¿Cómo ve Ecuador la evolución de la situación desde que empezó la reciente crisis?

Gonzalo Fiore Viani: Es un problema que viene desde hace rato. El año pasado, el asesinato del candidato a presidente liberal Fernando Villavicencio, contribuyó a enrarecer el clima político complejo y violento en el país. Las bandas criminales transnacionales parecen actuar con completa y total libertad. El narcotráfico y la violencia exacerbada del crimen organizado se han incrementado en Ecuador desde el año 2020. La tasa de homicidios casi se duplicó en el último año, pasando de 14 por cada 100.000 habitantes, en 2021, a 25, en 2022. El inicio de la ola de violencia podría ubicarse en las masacres carcelarias que dejaron 458 muertes entre 2020 y 2022 en los penales de Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Cotopaxi, Azuay y Esmeraldas. Los últimos gobiernos no sólo no han dado respuesta a esta situación, sino que tampoco han encontrado culpables ni transformado realmente las duras condiciones de vida en las cárceles ecuatorianas.

Matías Hof: Ecuador es un país que está en crisis económica, social y política con distintos momentos, matices, puntos más altos y más bajos desde el 2019, en general, y esto que ahora está en el centro con el narcotráfico es un aspecto de esta situación. Tenemos que entender esta crisis del narcotráfico como parte de este entramado capitalista internacional y del sistema económico ecuatoriano, porque por más que lo persigan, es parte de la economía. Incluso el hecho de ser perseguido lo hace más rentable para los que son parte de ese negocio, porque pueden cobrar precios más abultados. La crisis de narcotráfico está precedida por una grave crisis económica que derivó en una crisis social con levantamientos por los intentos de aplicar el plan del FMI, y una crisis política con Lasso, no terminando su gobierno, llamando a elecciones anticipadas.

¿En qué medidas influye la dolarización implementada desde 2000 en la situación actual?

G.F.V: Ecuador implementó la dolarización como su moneda de curso legal para estabilizar su economía y combatir la alta inflación y la inestabilidad monetaria que enfrentaba. Como resultado de la dolarización, el país dejó de emitir su antigua moneda, para utilizar el dólar de los Estados Unidos. Al adoptar el dólar estadounidense, Ecuador perdió la capacidad de tener una política monetaria independiente. No podía controlar su oferta monetaria, ni su tasa de interés para responder a las necesidades económicas internas. Esto limita su capacidad a la hora de enfrentar crisis económicas y ajustar su economía de manera eficiente. Al depender del dólar estadounidense, Ecuador se vuelve vulnerable a las decisiones y políticas económicas de Estados Unidos. Fluctuaciones en el valor del dólar y cambios en la política económica de Estados Unidos pueden tener un impacto directo en la economía de Ecuador. Esto hizo, además, que las exportaciones ecuatorianas sean menos competitivas en los mercados internacionales, ya que el país no puede devaluar su moneda para aumentar la competitividad de sus productos. La facilidad para el lavado de dinero y el acceso a nuevos mercados en dólares, además, fomentaron el crecimiento del narco en el país.

M.H: La dolarización la aplica el presidente Jamil Mahuad en el 2000, en medio de una crisis económica en Ecuador, producto de la caída del precio del petróleo. Va a ser un país dependiente de las exportaciones de petróleo. El petróleo cae a fines del año 2000 y genera una crisis en la economía ecuatoriana. Como método utilizaron la dolarización, el salario básico ecuatoriano quedó alrededor de los 50 dólares. Una parte muy importante de los jubilados cobran jubilaciones de 13 dólares en medio de una inflación anual inédita para lo que es Ecuador. Este golpe fue tan fuerte que, para aquellos que tenían plata en los bancos, que fue congelada, cuando pudieron volver a tener acceso a sus ahorros habían perdido el 80% de su valor. Provocó un ataque a las condiciones de vida, a los ingresos de la gran mayoría de la población de Ecuador, que fueron a los que hicieron pagar la crisis de la caída de los precios del petróleo para sostener y salvar a los bancos, a las petroleras y a las empresas, y evitar las quiebras de esas empresas a costa de las condiciones de vida de la mayoría de la población.

La dolarización como quiebre

M.H: La dolarización marca un salto muy importante en lo que es este empeoramiento. Ecuador, para poder recomponer los ingresos de la población, nunca volvieron a los niveles anteriores. A partir del año 2001-2002, logró salir de la situación catastrófica que se vivía en el año 2000, pero la vulnerabilidad se mantiene. Cuando llegamos al año 2019, es una crisis con muchas condiciones internas del sistema capitalista internacional. Ecuador, al mantenerse dolarizado, tenía menos herramientas para poder protegerse frente a esta crisis. Las consecuencias de la crisis internacional de 2019 lo llevaron a tener que endeudarse nuevamente y pedir nuevos préstamos al exterior, sobre todo al FMI.

 

¿Por qué el ex presidente Rafael Correa siguió con la dolarización si era un gobierno progresista?

M.H: Rafael Correa gobernó 10 años Ecuador, entonces hay distintos momentos a lo largo de su gobierno. Correa se habría comprometido a no pagar la deuda, a no firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos y a no continuar con la base militar estadounidense que existía en Ecuador. En cuanto a la deuda, luego de primero hacer una investigación, de la cual Toussaint* fue parte, y declarar casi el 70% de la deuda como ilegal y no pagarla, al poco tiempo Correa vuelve a endeudarse, cuando se acaba el pico del precio de las commodities, el precio del petróleo. Por lo que la deuda la vuelve a tener, y si bien no firma un tratado de libre comercio, permite al capital extranjero meterse en la producción del petróleo y en los grandes núcleos de producción exportadora de Ecuador. La política de Correa refuerza mutuamente la entrega de partes centrales de la economía y el endeudamiento, haciendo que se profundice la dependencia con el capital extranjero.

¿Y qué pasó con la deuda?

M.H: Correa logró bajar la deuda extranjera a 8 mil millones de dólares al principio de su gobierno, pero cuando se fue ya estaba otra vez en 36 mil millones. Esto da cuenta de cómo el plan de Correa fracasó, terminó haciendo una política que iba en contra de poder llegar a ese objetivo, y así se llegó al día de hoy, un país que sigue dolarizado, lo que hace muy difícil poder salir de la crisis económica actual. Entre 2020 y 2022 entregó alrededor de 6.500 millones, que el gobierno actual de nuevo se compromete a pagar y a cumplir con todas las exigencias del ajuste. Esta situación implica más ataque a las grandes mayorías, abre más lugar a que el narcotráfico pueda seguir avanzando, imposibilitando conseguir empleos, y que tengan que formar parte de todo el sistema de narcotráfico. Entonces, la situación estructural que da lugar al narcotráfico, tanto desde mantener la prohibición y la ilegalización de las drogas, junto a una sociedad cada vez más golpeada. Las medidas represivas han demostrado, que no dan resultado y es muy probable que la situación siga así o empeorando.

*Eric Toussaint es un historiador belga, portavoz de la red internacional del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM), que contribuyó a fundar.