Por Constanza Acerbo
Fotografía: Argentina.gob.ar

La UOCRA de Zárate convocó a un paro por tiempo indeterminado por el despido de 570 trabajadores del proyecto nuclear CAREM. Argentina está considerado como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia, una industria que puede generar muchas divisas. Pero el gobierno de Milei la desfinancia.

Entre las obras públicas cuya construcción frenó, apenas asumido, el gobierno de Javier Milei, se encuentran dos reactores nucleares estratégicos para el país: el CAREM y el RA-10. La maniobra implica el desfinanciamiento de un área científica y tecnológica con enorme potencial para el ingreso de divisas. Hoy, a raíz del despido de 570 trabajadores del CAREM en la ciudad bonaerense de Zárate, la UOCRA local convocó a un paro por tiempo indeterminado.

Para conocer en detalle el tema, ANCCOM dialogó con Diego Hurtado, físico, expresidente de la Autoridad Regulatoria Nuclear, exsecretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación y exvicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), quien el año pasado ya había advertido de las posibles consecuencias si Milei llegaba al poder.

El RA-10 es un reactor nuclear multipropósito de impacto estratégico en salud, ciencia, tecnología e industria. “Es un reactor mejorado, en términos de diseño, respecto del que INVAP Argentina le está vendiendo a Holanda. Ya esto es todo un hito, pensar que un país en desarrollo le está vendiendo un reactor nuclear multipropósito a Europa, desde el punto de vista geopolítico y geoeconómico es un paso importante, porque generalmente los países en desarrollo les venden tecnologías estratégicas a otros países en desarrollo. Exportar tecnología a un país europeo le pone los pelos de punta a Estados Unidos y sus aliados. La regla de oro es: las tecnologías de punta las venden las economías desarrolladas, los países subdesarrollados, no importa el nivel de desarrollo, venden alimentos, commodities, recursos naturales, porque los negocios de la alta tecnología ‘son nuestros’, así funciona el capitalismo global”, subraya Hurtado.

«El RA-10 es una línea tecnológica en donde la Argentina ya está posicionada, exporta y genera divisas. La inversión que se necesita para finalizarlo es menos de 50 millones de dólares, y el Gobierno acaba de gastar 600 millones en chatarra aeronáutica para la defensa. Están haciéndole un daño irreparable al país”, dice Hurtado.

Desarrollado íntegramente en la Argentina, el RA-10 es producto de un trabajo en conjunto de la CNEA e INVAP. Se ubica en el Centro Atómico Ezeiza, Provincia de Buenos Aires, y al ser multipropósito sirve para el autoabastecimiento de radioisótopos de uso médico y para la producción de radiofármacos y silicio purificado/dopado, un material de base que se utiliza en el mundo de la electrónica y la microelectrónica, sector que hoy se disputan Estados Unidos y China.

Según Hurtado, “el RA-10 está a punto de ser terminado, se puede poner en marcha en el 2025, que llegue un gobierno y decida desfinanciarlo es incomprensible desde donde se lo mire. Es clausurar el futuro. El gobierno de Milei no explica por qué se hace, su proyecto de país consiste solo en exportar materias primas, no valor agregado y producir ciencia y tecnología. Ser un país agroexportador sólo genera ingresos para los sectores concentrados y las élites económicas, no para la gente. El RA-10 es una línea tecnológica en donde la Argentina ya está posicionada y exporta y genera divisas. La inversión que se necesita para finalizarlo es mínima, menos de 50 millones de dólares, y el Gobierno acaba de gastar 600 millones de dólares en chatarra aeronáutica para la defensa. Ahí hay malversación de fondos. Esto es un delito porque están haciéndole un daño irreparable al país”.

“Hay que agregar –prosigue– que hoy hay una deuda de 6 millones de dólares con los proveedores del RA-10 y salarios horribles para el personal, que es de altísima calificación. Eso augura migración del profesional. El personal de la CNEA es gente que le pone el hombro, que son patriotas, que a veces trabajan por sueldos miserables, que dejan la vida en los proyectos y se bancan gobiernos que los desfinancian. Son héroes y heroínas. Debajo del proyecto, entonces, hay seres humanos que siguen sosteniendo esto con un sacrificio gigantesco”. Y enfatiza: “Es un daño enorme clausurar una línea que ya está establecida a nivel global, donde Argentina ya demostró su capacidad y es un país confiable. Si ahora cortamos el RA-10 y lo retomamos dentro de cuatro años, ese lugar prioritario lo pierde y, además, se gana la mala fama de que ‘ojo de comprarle a la Argentina porque te puede venir un gobierno que te clausura esa línea y lo corta’. Argentina ganó un lugar muy importante como productor de energía nuclear y no lo podemos perder”.

“Estos tipos que hoy gobiernan –opina Hurtado– no entienden el mundo de la tecnología porque son de la timba financiera, no entienden lo que es la economía productiva, la introducción de conocimiento científico y tecnológico en los procesos de producción, en la mejora de productos, en las capacidades organizacionales de una empresa. Lo que hacen es muy de berreta, de cabotaje. Toto Caputo solo sabe endeudar al país, sentarse con el FMI y someternos a un estrés económico. Nunca hablan de industria, de generación de empleo, de mejora del trabajo para los jóvenes, de las potencialidades de nuestro país en términos productivos y tecnológicos para empezar a generar nuevos sectores, como sí se generaron durante el gobierno de Cristina Kirchner, donde aparecieron sectores de alto valor agregado, la nanotecnología, la biotecnología satélites en órbita, entre otros”.

«Hoy, por el cambio climático, el calentamiento global y el accidente de Fukushima, cayeron en desprestigio los reactores de alta potencia. Los SMR como el CAREM, del cual estamos diseñando el prototipo, son altamente rentables y, además, tienen un nivel de seguridad enormemente mayor”, señala Hurtado.

Respecto al CAREM, se trata del primer reactor nuclear de potencia –produce electricidad– íntegramente diseñado y construido en el país y se perfila como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia (SMR, por sus siglas en inglés). “A partir de los años noventa Argentina comenzó a diseñar un reactor de baja potencia (120 megavatios), pero en esa época no eran rentables. Hoy, por el cambio climático, el calentamiento global y el accidente de Fukushima, cayeron en desprestigio los reactores de alta potencia. Los SMR como el CAREM, del cual estamos diseñando el prototipo, son altamente rentables y, además, tienen un nivel de seguridad enormemente mayor”.

Con ironía, Hurtado reflexiona: “¡Bingo! Argentina tiene el CAREM cuando los SMR pican en punta y son la promesa de la energía nuclear. La Agencia para la Energía Nuclear, dependiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), hizo un diagnóstico de los proyectos de SMR que hay en el mundo y, de los cerca de 70 reactores SMR, el CAREM resultó el segundo más avanzado del planeta. Esto es una oportunidad inédita que no puede volver a darse en la Argentina, ¿qué haría un gobierno razonable? Acelerar las inversiones, unos 300 millones de dólares, de acá a cuatro años, donde seguiríamos picando en punta”.

Acerca de las posibles privatizaciones de Nucleoeléctrica Argentina y Dioxitek, Hurtado afirma que “no van a aparecer capitales privados porque estas empresas generan riesgos y no ganancias rápidas. En Argentina esto es imposible porque sólo hay grupos que especulan y que tienen una lógica cortoplacista, no invierten a riesgo, sólo quieren garantías de lo que van a ganar. Argentina desarrolló una cultura empresarial predatoria que, de a poco, hay que ir transformándola en una cultura productiva, para generar un proyecto de país democrático. El Estado tiene que disciplinar los comportamientos de los sectores empresarios y los grupos concentrados de la economía para que el sector privado invierta en la economía productiva y no en la especulación. Se necesita un Estado fuerte como el alemán o el japonés, con alta capacidad para impulsar sus políticas públicas, que tienen cinco o seis veces más empleados públicos per cápita que Argentina. Es mentira que el Estado argentino está lleno de ñoquis, el Estado argentino es el mayor lugar de profesionalización”.

“Hay que reproducir lo que logramos en el sector nuclear en otros sectores de la economía. Este sector es un ejemplo de institucionalidad, de cómo se generaron empresas con culturas empresariales productivas a partir de las oportunidades que les brindó el sector nuclear público al privado, en este sector se desarrolla tecnología y producción, no hay timba financiera”, concluye Hurtado.