Por Agustín Bagnasco
Fotografía: Pamela Pezo Malpica, Valentina Gomez

El primer paro con movilización de la CGT contra el mandatario libertario reunió, según los organizadores, a 600.000 personas frente al Congreso. Suma presión a los legisladores para que no aprueben a la Ley Ómnibus y rechacen el mega DNU. También participó la izquierda, los movimientos sociales y muchos autoconvocados.

Cientos de miles de manifestantes se reunieron convocados por la CGT a partir de las 14 frente al Congreso y en las ciudades más importantes del país, para mostrar su oposición al modelo oficialista que propone Javier Milei con su DNU y la Ley Ómnibus.

Luego de que sonara el Himno Nacional, el acto comenzó con la lectura de un comunicado firmado por la cúpula de la Confederación General del Trabajo. “Ningún trabajador puede desconocer la crisis social y económica que estamos viviendo. La inflación erosiona los ingresos de todos y dispara los precios a niveles inaccesibles. Pero ninguna crisis puede ser oportunidad para avanzar sobre los derechos fundamentales de todos los argentinos”, leyó la oradora ante de una ola de aplausos y cánticos en contra del presidente. 

El siguiente en hablar fue Pablo Moyano, quien apenas se asomó al frente, exclamó que hay diputados que en sus provincias “hacen campaña cantando la marcha peronista, con los cuadros de Perón y Evita, y cuando tienen que tratar una ley para rechazarla porque va en contra de los trabajadores, se esconden”. 

Luego, respondió a una frase dicha por Milei hace dos semanas en una entrevista radial, en la que sostenía que a Caputo había que sacarlo a pasear en andas: “Yo le digo ante miles de compañeros, que si lleva estas medidas económicas de hambre; de ajuste; de despido, los trabajadores, los jubilados, los más humildes, van a llevarlo en andas pero para tirarlo al Riachuelo para que cambie este modelo económico”. 

En la misma línea, Héctor Daer sostuvo que fueron a la Plaza “a defender a la Patria y  40 años de democracia”. Y sostuvo: “Nos vienen con una palabra tan noble como es la libertad. Todos los pueblos luchan por la libertad y acá la utilizan para hacer pelota la fórmula de actualización para jubilados y jubiladas”. 

El acto cerró con la marcha peronista y el canto unísono de la marea humana que se extendía hasta la 9 de Julio. Según los organizadores, hubo 600.000 personas y, con los actos realizados en todas las provincias, la cifra trepó a un millón y medio.

— La verdad es que es una jornada histórica, que se produce ante el aislamiento del Gobierno, que nunca ha tenido la oportunidad ni la responsabilidad de hablar institucionalmente con el movimiento sindical — declaró el gremialista Gerardo Martínez a ANCCOM —. Todos tenemos que reflexionar y darnos una oportunidad porque hay muchas familias argentinas que la están pasando muy mal. 

Por su parte, Hugo Godoy, de la CTA, adelantó que “vamos a seguir peleando para que se se caiga el DNU y que no se apruebe la Ley Ómnibus. Y para que la política económica que entrega y multiplica la pobreza, no pueda seguir adelante. La clase trabajadora hoy está comenzando un plan de lucha que cuenta con un altísimo nivel de unidad y solidaridad en todo el pueblo argentino”, concluyó. 

Mientras se producía la desconcentración, Pablo Moyano seguía en el escenario rodeado de manifestantes sindicales que hacían fila para sacarse una selfie. 

— Hay que apelar a la responsabilidad de cada diputado y diputada el día de mañana  — señaló — . La de hoy fue una jornada histórica. Hubo miles y miles de argentinos que  nos movilizamos. Ojalá el presidente escuche al pueblo argentino que está cansado de la agresión permanente, del hambre y del ajuste.

Horas antes, cuando esas mismas columnas iban llegando a la plaza del Congreso, circulaba la noticia de que las fuerzas de seguridad entorpecieron el arribo deteniendo micros para requisar y asustar a sus pasajeros. 

“ El límite de Capital Federal con el Gran Buenos Aires está totalmente militarizado y a cualquier micro que quiera pasar con manifestantes los hacen bajar — denunció antes de que iniciara el acto, el dirigente Raúl Castells junto al monumento de la Plaza —.  Por ejemplo, en el colectivo 96 que es el que transporta más cantidad de gente desde La Matanza requisaron a uno por uno.

Pese a esas provocaciones, el acto se realizó en completa normalidad.

Desde el centro de la plaza, se podía ver cómo un río de cabezas dispuestas a no ser aplastadas se retiraban en dirección a 9 de Julio. Al mismo tiempo, en un balcón de un edificio ubicado sobre Rivadavia una señora de unos 80 años golpeaba una lata y mostraba una bandera de ATE. Los manifestantes la aplaudieron y celebraron con el ya clásico “abuela la, la, la”. 

De ese modo, una sobreviviente del Rodrigazo se unió a la generación que sufrió el 2001. En ese canto en común, se escondía el miedo de que en nombre de la libertad, hoy la represión y el saqueo vuelvan a gobernar el país..