Una amarga semana de la dulzura

Una amarga semana de la dulzura

Los trabajadores de la fábrica de golosinas Georgalos resisten luego de la reducción de personal y el despido de cinco trabajadores por realizar huelga. Por qué puede ser un caso testigo.

“Ni despidos afuera, ni esclavos adentro” es la frase que resume la lucha obrera en la fábrica de golosinas Georgalos tras el despido de cinco trabajadores en la planta de San Fernando. “Semanas previas al inicio de los paros sufrimos una reducción de personal en la línea productiva y un achicamiento del salario consecuencia de la flexibilización laboral que unilateralmente está imponiendo la empresa”, explica Maximiliano Montero, uno de los trabajadores despedidos y agrega: “El Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimentaria (STIA) que conduce Rodolfo Daer y la comisión interna estuvieron al tanto de esta situación y mantuvieron conversaciones con la empresa hasta que el jueves 29 de mayo convocaron a un paro”.

“Paramos el jueves 29, viernes 30 y sábado 31 de mayo en los tres turnos con el sindicato a la cabeza. El sábado levantamos el paro porque acordamos tener una audiencia que después no se realizó. Ante la falta de respuesta por parte de la empresa, el martes 3 de junio hicimos dos horas de paro. El miércoles también, dos horas de paro y el jueves 5 de junio fue cuando nos dieron el telegrama de despido”, declara Diego Ciani, uno de los cinco trabajadores despedidos que, al igual que los demás compañeros del sector de chocolate, lo único que hizo fue acatar la medida de fuerza que convocó el sindicato: “Solo soy un obrero sindicalizado que, después de trabajar veintiún años en esta fábrica, estoy acostumbrado a que la única herramienta que tenemos para reclamar es la huelga”.

“El sindicato no midió las consecuencias y hoy estamos cinco familias en la calle”, denuncia Miguel Maciel, otro de los trabajadores despedidos que durante la mañana del 5 de junio se le impidió el ingreso a la fábrica. En el transcurso de ese día, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires dictó una conciliación obligatoria que planteaba retrotraer el conflicto a foja cero y reincorporar a los cinco obreros despedidos. “Ante esta medida, el viernes 6 de junio entramos a trabajar, nos habilitaron los molinetes y nos dieron tareas normalmente, pero a partir del sábado 7 de junio ya no nos permitieron entrar más: se reforzó la seguridad, pusieron patrulleros, cadenas en los portones y más seguridad privada. La empresa nos negó el ingreso hasta el 8 de julio, que fue cuando se venció el plazo de la conciliación obligatoria”, explica Ciani.

“Nos acusan de haber organizado la huelga, realizar un sabotaje contra la empresa, amedrentar a los compañeros, provocar daños económicos e incitar a la violencia”, plantea Montero que además comenta que en el plazo que duró la conciliación obligatoria se realizaron tres audiencias. “En la última audiencia, la parte gremial denunció que los despidos fueron inconstitucionales, discriminatorios y antisindicales. Por su parte, la empresa no presentó ninguna prueba y mantuvo la postura de no reincorporación”, expone Ciani y agrega: “No tienen ningún argumento para justificar lo que hacen y nosotros estamos muy preocupados porque una empresa como Georgalos te despide con mentiras, incumple la ley ¿y cuál es la respuesta del Ministerio de Trabajo? Una multa ¿Y nosotros? seguimos sin trabajo”.

 “Continuamos peleando por nuestra reincorporación porque se está violando un derecho constitucional como lo es el derecho a huelga; si esto pasa, fija un antecedente nefasto porque cualquier sindicato ya sea a nivel provincial o nacional no va a poder convocar a paro porque si para le echan a la gente”, declara Montero. Los trabajadores de la fábrica de golosinas insisten en que el despido de los compañeros es un caso testigo porque pone de manifiesto que empresas como Georgalos aplican una reforma laboral basada en medidas flexibilizadoras sin cumplir las leyes y la única consecuencia que afrontan por parte del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires es una multa económica por incumplir la conciliación obligatoria. En esa misma línea, Ciani refuerza y resume: “Nos hacen laburar más, nos suben los ritmos de trabajo con menor personal, no damos abasto y encima si levantas la voz te echan”.

«Fue una semana de la dulzura muy amarga para nosotros», ironiza Maciel quien comenta que ante la violación de la conciliación obligatoria por parte de la empresa, el martes 8 de julio cortaron la Panamericana y fueron reprimidos por personal de Gendarmería. El miércoles 9 de julio, realizaron un festival solidario por el Día de la Independencia en la puerta de la fábrica que contó con la multitudinaria presencia de familias y obreros. El viernes 11 de julio participaron de una audiencia pública en el Congreso de la Nación junto a diputados del Frente de Izquierda y Unión por la Patria quienes firmaron una resolución en solidaridad con los trabajadores despedidos y exigieron su inmediata reincorporación.

A su vez, este lunes 14 de julio se movilizaron en La Plata desde el Ministerio de Trabajo hasta la Gobernación para exigir que el gobierno provincial se pronuncie contra los despidos ilegales. “El Ministerio nos dice que ya no puede hacer más nada, entonces les llevamos un escrito que detalla articulo por articulo lo que puede hacer ante estos despidos inconstitucionales y persecutorios que estamos sufriendo”, comenta Ciani y Maciel agrega: “Tienen herramientas para pronunciarse a favor nuestro, solo hace falta un poco de decisión política”.

Como próxima medida de fuerza por parte de los trabajadores de Georgalos, este jueves 17 de julio convocan a marchar del Congreso a Plaza de Mayo junto a las y los trabajadores del Garrahan en defensa de la salud pública. Llevarán sus reclamos contra despidos ilegales y también se sumarán los obreros de Secco y Molinos Río de La Plata. Consideran que avanzar en la unidad de los trabajadores es fundamental para hacer frente al ajuste y la precarización laboral.

«Si bien nosotros somos cinco despedidos, hoy este conflicto excede el dejar a cinco familias en la calle», reflexiona Maciel y Montero explica que lo suyo no se trata de un hecho aislado:  «No hay que perder de vista que el gobierno nacional quiere avanzar con la reforma laboral y ya lo está haciendo». Ante la apertura de las importaciones la industria de la alimentación en Argentina tiene que competir con productos que antes no estaban en el mercado y es en este marco que: «La variante del ajuste en Georgalos es la flexibilización de las condiciones de trabajo y superexplotación del trabajador», según Montero, quien concluye: «Hoy las patronales se ven beneficiadas por las medidas del gobierno nacional y casos como los nuestros se están empezando a generalizar. Es por eso que desde Georgalos continuamos dando pelea».

 

Todos los caminos conducen a Avellaneda

Todos los caminos conducen a Avellaneda

Por la crisis económica y el cierre de ferias, el centro comercial del barrio de Flores se transformó en el más concurrido de Buenos Aires. Una recorrida por las cuadras donde vendedores, comerciantes y clientes conviven entre telas, ofertas y la necesidad de subsistir.

Las luces de las balizas se encendían y apagaban mientras los choferes maniobraban para estacionar. Eran micros grandes, de doble piso y color blanco con verde, diseñados para detenerse en grandes terminales o en avenidas anchas, como Nazca. Sin embargo, esta última ya estaba colmada de vehículos, lo que dificultaba el tránsito de autos y colectivos. El plan B era la calle Venancio Flores. Dieron una vuelta casi interminable y llegaron a esa angosta calle, situada entre una vereda repleta de gente y negocios, y el límite con las vías del Ferrocarril Sarmiento.

Estacionar requirió mucha aceleración, marcha atrás, advertencias a peatones distraídos y destreza de los conductores. Cumplida la misión, los pasajeros comenzaron a descender. Eran grupos numerosos, en su mayoría familias, pero no se trataba de turistas. En lugar de equipaje, llevaban grandes bolsas vacías. A diferencia de lo que ocurre en el enorme predio de La Salada –recientemente en el ojo de los medios–, esta vez solo tenían que caminar unos metros para llegar a los comercios mayoristas y abastecerse de la indumentaria que luego revenderían. Con ansias y sin rumbo claro, encararon hacia los locales, colándose entre los compradores ocasionales.

La llegada masiva de vendedores provenientes del conurbano se disparó tras la detención de Jorge Omar Castillo, el “Rey de La Salada”, acusado de asociación ilícita, lavado de dinero, contrabando y evasión fiscal. Su caída provocó el cierre temporal de la feria más importante del país. Ocho mil puestos no pudieron abrirse y, por lo tanto, muchos comerciantes no lograron abastecerse de ropa para revender en sus negocios de todo el país. Hace unas semanas, bajo la fiscalización de ARCA, un interventor judicial, vigilancia de la Policía Federal y fuerzas bonaerenses, se dispuso la reapertura del predio.

Uno de los que antes iba allí y ahora camina por la calle Avellaneda es Carlos, de 54 años, que tiene un local de ropa infantil en Ezeiza. Vestido con un conjunto deportivo y una gorra, espera tranquilamente a algunos compañeros mientras carga tres bolsos, en los que se vislumbran medias y camisetitas de fútbol. “Siempre fui a La Salada porque hay miles de cosas en todos lados”, señala. La clausura temporal de la feria puso en jaque el funcionamiento de su negocio: “Tuve que decidir si aguantar a que se termine todo el conflicto o buscar otra solución, y elegí venir acá incluso a ciegas, porque no sabía bien qué precios estaban manejando”. También sostiene que le resultó mucho más difícil conseguir lo que quería, al haber menos oferta y estar repleto de personas. “La verdad, tuve suerte de venir más o menos temprano. Esto (señalando a la ropa de niños) se vende al toque. Pude pasar por varios locales y hacer compras grandes”, destaca, y se refiere al cambio de precios: “Está un 15 por ciento más alto, ponele. Pero prefiero pagar esa diferencia a terminar teniendo el local vacío por semanas”.

Esta diferencia de precios es confirmada por uno de los comerciantes de la zona, Fernando, de 41 años: “Siempre se supo de esta variación, pero recién ahora que pasó algo excepcional hay más quejas. En todo caso, deberían vender más caro ellos también”. Sobre cómo son los “saladeros” que empezaron a poblar los negocios, señaló que “suelen ser más rápidos y decididos que los clientes habituales. Vienen de a muchos y te copan el local. Lo que sí, aunque sea una familia con nenes, todos te cargan un bolso con algo. Si entran cuatro o cinco, ya sabés que se van a llevar un montón de ropa”, sostuvo, y agregó: “Nos tuvimos que acostumbrar a que el sábado también nos vengan a comprar al por mayor, cuando generalmente solo exhibimos para los minoristas. Al principio se molestaban por la demora, porque se quieren volver al micro rápido”.

El vendedor continuó con su preocupación por quedarse sin stock. Sin embargo, su local, ubicado dentro de una de las galerías de Nazca, no parecía precisamente desabastecido. La entrada era un pasillo delimitado por paquetes con medias (la docena a 10.000 pesos); luego, en los costados, estaban los percheros con remeras estampadas (dos por 20.000 pesos) y buzos (dos por 30.000). Fernando permanecía sentado en una banqueta, detrás de un pequeño mostrador. A su espalda también había remeras, esta vez con su frente visible. Por si fuera poco, mirando hacia arriba, en una parte baja del techo, había más ganchos con buzos: un encierro con barrotes de tela.

El foco de la contaminación textil no era solo el negocio de Fernando, sino que abarcaba buena parte de estos pasillos interiores y de las calles de la zona. Los indicadores de precios, escritos sobre carteles rojos y amarillos o simples hojas de papel blanco, sobresalían en cada una de las prendas. Camperas a 35.000 pesos (dos por 60.000), chalecos a 20.000… incluso en el mismo papel puede entrar más información, como un “¡Oferta!” en mayúsculas, bien grande, o el caso de unos gorros de invierno que se vendían a 5.000 pesos al por menor, 4.000 al por mayor y 3.500 a partir de diez unidades. Todas estas etiquetas cumplían el objetivo de direccionar a los compradores hacia los puntos de venta, aunque algunos lo intentaban de manera más drástica. En un local sobre la calle Helguera, la vidriera que exhibía el producto estaba tapada por completo con diez carteles de “¡Oferta! Jeans a 6.000 pesos”, destacándose la caligrafía de quien los escribió, al contener cada uno mayúsculas, minúsculas, cursiva e incluso palabras en inglés.

Los clientes justificaban en parte esta necesidad de llenar cada espacio del local con más ropa y ofertas. Los sábados son los días en que se vende al por menor, y cuando no hay clima sofocante o congelante, las calles se llenan de gente. La circulación suele ser trabada y genera situaciones complicadas con los vehículos que desean avanzar, ya que, a diferencia de otros polos comerciales, estas calles no son peatonales ni siquiera en momentos de desborde. Dentro de esta abultada clientela había personas de todas las edades y en distintos grupos: familias, enfocadas sobre todo en la ropa de los más chicos; grupos de amigos; y algunos solitarios que hicieron del paseo por Flores un hábito.

Valentina, de 26 años, relacionó la situación del país con su decisión de encontrar prendas en los negocios del barrio. “Desde hace un tiempo vengo desde Villa Pueyrredón para comprar acá. Si bien no considero que tenga un bajo salario, sí creo que la ropa de marca en Argentina es extremadamente cara”, afirmó, y relató: “Al principio iba a ferias más de barrio, pero están cerrando, entonces vi que acá se puede conseguir buenas alternativas a precios que sí se justifican”. Las ferias fueron objeto de persecución por parte del Gobierno de la Ciudad, que se encargó de buscar su desalojo y cierre, supuestamente a raíz de denuncias de vecinos. Los puesteros y manteros de Parque Centenario y Parque Los Andes, por ejemplo, fueron algunos de los que sufrieron estos férreos controles. Según la Cámara Argentina de Comercios y Servicios, en mayo la venta ilegal callejera en CABA bajó un 14,1% en relación con el mes anterior. Además, se observó un descenso del 89,4% en comparación con mayo de 2024.

Con un polo gigante como La Salada y las ferias fuera de combate, Avellaneda quedó como uno de los puntos de venta más importantes si no se cuentan las grandes marcas. Pero estas, por sus precios, tienden a ceder espacios. En el corazón del centro comercial, en esas galerías con negocios que se confunden entre sí por lo pegados que están, las remeras se exhibían apiladas a precios rotulados con marcador que oscilaban entre los diez mil y veinte mil pesos. Saliendo un poco de las calles de Flores, en el corazón de un shopping center, en locales que se distinguen por sus colores y logos como Zara, Levi’s, Kosiuko, Rapsodia o Tucci, la misma prenda, mostrada en elegantes percheros y con un costo ya tipeado, podía superar los sesenta mil y trepar hasta los noventa mil pesos. La distancia entre ambos no solo es de algunos kilómetros, sino que está marcada por el prestigio que tienen las etiquetas de esas simples camisetas blancas. No obstante, cuando la situación económica aprieta, la ostentación de marca queda de lado: la venta en shoppings cayó un 12% en 2024.

La recorrida de ANCCOM continuó, saliendo de los locales y dejando atrás sus pilas de mercancía. Se observaban locales en obra —aproximadamente uno por cuadra—, balcones de vecinos, algunos tomando mate y mirando el flujo de gente que circula por su vereda. Y también se oía. Se escuchaba la música de los negocios, que variaba en género y volumen, el ruido de las ya mencionadas obras y, en medio de ese bullicio interminable, la voz de los vendedores ambulantes. Posicionados al lado del cordón de las calles más transitadas, casi pasaban desapercibidos hasta que se veían los objetos que querían vender, generalmente orientados a los más chicos. Una de ellas era Hilda, que ronda los 50 años. “Así como lo ves, son mis herramientas”, afirmó, señalándose los brazos. En cada uno de ellos tenía tres muñecos de peluche: superhéroes, jugadores de la Selección Argentina y, aprovechando una moda reciente, personajes del “brain rot” italiano. En la cintura llevaba un cinturón con más muñecos, y los ofrecía a las familias que pasaban mientras, con su voz, enumeraba la extraña secuencia: “El Hombre Araña, Messi, tralalero tralalá”. La vendedora aseguró que ese era el sitio ideal para comercializar: “Tenés los negocios, Nazca, la barrera, Rivadavia… de todos lados te vienen”. Con entusiasmo hablaba con los chicos y a algunos les consiguió vender un muñeco. En un momento, uno de ellos se acercó con sus padres, todos con enormes bolsas para llevar indumentaria. El niño rogó por unos instantes y finalmente logró que le dieran un mini Messi.

Hacer historia en la plaza

Hacer historia en la plaza

El recientemente despedido director del Museo Histórico Nacional, Gabriel Di Meglio, dio una clase abierta en el Parque Lezama frente a una multitud. El historiador le había dado una impronta popular, con perspectiva de género y federal a la institución ¿Por qué lo echaron?

Gabriel Di Meglio da un paso y sube a una tarima improvisada ubicada junto a las rejas que separan el Museo Histórico Nacional (MHN) del Parque Lezama. El público, una multitud de personas que forman un semicírculo en torno a él, lo aplaude. Hace quince días, fue notificado de que sus funciones al frente de la gestión del Museo terminarían el 1 de agosto. Ante esa noticia, el historiador planeó una última visita guiada a modo de despedida, que iba a realizarse el sábado 12 de julio. Pero de forma abrupta, habiendo ya organizado y promocionado la actividad, Di Meglio recibió el llamado de Liliana Barela, Subsecretaria de Patrimonio Cultural, que le informó que la charla quedaba suspendida porque su salida del puesto debía ser inmediata. Rápidamente la nueva gestión tomó el control de las redes del Museo y eliminó el flyer con la convocatoria.  “El adelanto fue una cosa súper torpe.  Yo quería hacer la visita dentro del museo como forma de despedida. Mucha gente empezó a ofrecer solidaridad, a decir que iba a venir y por eso adelantaron el despido y al rato le pidieron al museo que bajara el flyer de mi visita,  así que creo que era para eso, para evitarla”, expresa el historiador en diálogo con ANCCOM. “Creo que hubo una molestia por el apoyo que recibí, porque no esperaban que sucediera esto”, conjetura. 

Di Meglio es Doctor en Historia, docente universitario, autor e investigador del CONICET. Desde el 2020 se encontraba al frente del  Museo Histórico Nacional, el museo histórico más antiguo del país. La institución ubicada en San Telmo junto al Parque Lezama fue creada por Adolfo Carranza en 1890 y entre su colección se encuentran piezas clave de la historia nacional,  como el sable corvo de José de San Martín y la bandera que acompañó a Manuel Belgrano en las batallas del Alto Perú en 1812. Desde el 2024, tanto la colección como los trabajadores del Museo Nacional de la Historia del Traje, cerrado por el Gobierno de Javier Milei vía decreto, también se han incorporado al MHN. 

Ante el adelanto de su despido y la imposibilidad de realizar en el Museo su actividad de despedida, el historiador decidió que la charla se hiciera de todas maneras, el mismo día, a la misma hora, pero del lado de afuera de las rejas. 

A la espera del inicio de la actividad, por los parlantes suena “Jijiji” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, el pogo es reemplazado por pequeños saltitos en el lugar y manos que se agitan al ritmo de la música. Di Meglio mira la escena sonriente.  Durante los cinco años en que estuvo al frente de la gestión del Museo, se incorporaron nuevas perspectivas historiográficas, se renovó el guion museológico, se ampliaron las colecciones y se triplicó la cantidad de visitantes. Mientras se prepara para dar inicio a la charla sobre historia popular, los asistentes se acercan, le piden foto y lo abrazan. Son cientos los que han venido a presenciar la última actividad de Di Meglio en el Museo, que pone fin a una exitosa gestión.  El propio historiador reconoció que “el museo está funcionando bien pese a todo, porque hemos logrado seguir haciendo exhibiciones, seguir abriendo, viene mucha gente y nos deja buenos reconocimientos. Funciona bien y aún así se interrumpe, todo ese palabrerío eficientista del Gobierno es pura mentira. Lo que hay es un deseo destructivo de que no funcione”.

Causas posibles 

 A principios de julio, el docente recibió la noticia de que a fin de mes debía abandonar su cargo. María Ines Rodríguez Aguilar, que ya estuvo al frente de dicha institución como interventora en el año 2001 y hasta el mes pasado se desempeñaba como Directora Nacional de Museos,  será quien ocupará el puesto. “No creo que mi despido tenga que ver con la mirada del museo, no sé si va a haber tantos cambios en ese sentido”, supone Di Meglio y continúa: “Pero bueno, esta persona, que fue hasta hace muy poco mi superior inmediata, aceptó o pidió ese puesto, algún plan debe tener. Su mirada de los museos es mucho más tradicionalista que la mía, tiene un estilo de museo más protocolar, digamos”, señala. 

La única información concreta que recibió Di Meglio sobre su desvinculación fue que se trataba de “una decisión política” y que había generado molestias al interior del Gobierno sus expresiones sobre el desfinanciamiento del MHN y otros museos nacionales. Al ser consultado por la situación económica de la institución, el historiador expresó que el presupuesto del Museo era nulo y se acotaba sólo a los salarios, por cierto bajos, de los trabajadores. Di Meglio también había mencionado que al tratarse de edificios antiguos, se requiere un mantenimiento que no es costoso pero sí precisa ser constante. “El patrimonio histórico es muy importante en tanto y en cuanto es clave para un país conservar su pasado”, afirma y agrega: “Y no es tanto el dinero que se necesita para sostener edificios antiguos y colecciones en pie, pero al abandonarlos, se genera un gasto desmedido para poder recuperarlos después.  Este es un edificio del siglo XIX, hay que estar arreglándolo todo el tiempo y creo que hay un error en abandonarlo. Bueno, más que un error, una política premeditada de desfinanciar para que las cosas no funcionen”.

Sable corvo

Al iniciar el recorrido por el Museo, la primera exhibición que se encuentra es “Tiempo de Revolución”, que abarca el período de 1808 a 1824. Hacia el final de dicha muestra, en el centro de un salón blanco y circular, acompañado por la guardia de un Granadero, se encuentra el sable corvo del General San Martín. La célebre arma del Libertador también aparece entre las posibles causas del desplazamiento de Di Meglio. Hace algunos meses, el Ministerio de Defensa le pidió a la Secretaría de Cultura que le ceda el sable para llevarlo al Regimiento de Granaderos. 

El historiador relata que el sable que San Martín compró en Londres en 1812 y que llevó a las campañas de Chile y Perú, le fue legado a Juan Manuel de Rosas por el propio Libertador. Tras la muerte de Rosas, en 1897 su hija Manuela donó el sable al Museo Histórico Nacional. En los años 60, durante la proscripción del peronismo, hubo dos intentos por parte de grupos políticos de robar el sable para entregárselo a Perón, que fueron detenidos por el Ejército. Tras estos sucesos, en 1967 durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, se ordenó trasladarlo al Regimiento de Granaderos, donde permaneció custodiado durante 48 años, sin poder ser visto ni visitado. En 2015, durante la presidencia de Cristina Fernández, el sable fue restituido al Museo donde originalmente había sido donado. Siendo entonces el MHN el legítimo dueño de la célebre arma, Di Meglio se negó al pedido de Defensa de volver a trasladarlo a Granaderos. El historiador se ocupa de aclarar que el hecho de que su despido tenga que ver con este conflicto, no es más que un trascendido que no puede confirmar, pero que efectivamente el pedido existió y su respuesta negativa también. 

La historia popular 

“Parezco un dirigente político hablando en el parque”, bromea Di Meglio desde la improvisada tarima en Parque Lezama. La charla se centra  principalmente en el trabajo realizado con el equipo del Museo para transformar la propuesta historiográfica. “Se trata de una reflexión sobre cómo estos museos, creados en otra época y con otros objetivos, van cambiando a lo largo del tiempo y deben ir cambiando porque el presente se modifica y las preguntas son otras”, explica.  El historiador marcó tres puntos en los cuales trabajaron para renovar el guion museológico. “Por un lado, lo que queríamos hacer era una historia que fuera policéntrica, es decir, no contada desde Buenos Aires y la región pampeana, sino tratar de tomar la diversidad de este enorme y complejísimo país”, expresa Di Meglio. “También queríamos  una historia que incorporara la perspectiva de género. Hoy estas son palabras prohibidas por las autoridades, directamente hubo museos donde se prohibió usar la palabra género”, denunció el historiador. En tercer lugar, Di Meglio remarcó la voluntad de “además de tener una mirada de género y tener una mirada policéntrica, incorporar una historia de las mayorías, es decir, incorporar la historia popular”. 

Esta propuesta planteaba el desafío de hacer hablar de otra manera una misma colección que se creó con otro objetivo. Di Meglio explica que “de algunas provincias hay un montón de cosas, de otras hay pocas pero tratamos de corregirnos, de no mirar solamente desde un lugar. Entonces, por ejemplo, en la exhibición Tiempo de Revolución, intentamos que el foco vaya cambiando.  Empieza en un lugar, sigue en otro lugar, después pasa a otro. Porque ahí teníamos el patrimonio como para hacerlo”, aclara el historiador. 

En cuanto a la presencia de las mujeres, remarca que “en términos de género el patrimonio es totalmente desigual. Lo que nosotros intentamos fue no hacer rincones de mujeres, es decir, tratar de ir poniendo personajes femeninos, de los cuales tenemos muchísimo menos cosas, a lo largo de todos los temas”. También las clases populares tienen una presencia mucho más débil en el patrimonio histórico en comparación con las clases altas. “Imagínense un paisano, un esclavo, un obrero, hombre o mujer,  no pudo guardar pertenencias para donarle a un museo, es decir, ¿quién podía guardar un traje casi sin usar para que el museo después lo pueda exponer? Esas cosas se usaban,  se pasaban, se destruían. Entonces, la cantidad de objetos es mucho menor”, explica el historiador.  “Intentamos a lo largo de todas las muestras  hacer presente ese mundo popular que es mayoritario, pero muy minoritario en el patrimonio, que tiene una marca social fundante. Pero al mismo tiempo,  hay una  presencia de lo popular en todo el museo y en todos los museos,  ¿quién tejió los textiles que están expuestos? ¿Quién construyó los muebles que están expuestos? ¿Quién hizo los sables? En todos los objetos hay una marca del trabajo y esa es la marca popular”, repasa.

Fuera de las redes

Al finalizar la charla, Di Meglio agradeció a todas las personas que conforman el equipo de trabajadores del MHN y afirmó: “Hay que juntarse, verse por fuera de las redes, organizarse es algo fundamental. Como dice Martín Fierro ‘el fuego para calentar siempre debe venir de abajo’”. Y concluyó: “La historia nos sirve para entender el pasado, pero a veces también nos da algunas lecciones. Tenemos antecesores, tenemos antepasados, muchos están vivos, muchos están acá, que han enfrentado cosas peores que ésta, tiempos más oscuros, que  en algún momento también terminaron. Si nos enseña algo la historia es que siempre hay esperanza”. 

Al terminar la charla, muchos de los presentes formaron fila para saludar a Di Meglio, sacarse fotos y brindarle su apoyo, incluso hubo estudiantes que le pidieron que les autografiara sus apuntes. El Museo también recibió la visita de muchos de los que acudieron a la actividad, los pasillos se llenaron de gente que tras la charla entró a recorrer las distintas exhibiciones. Con salas llenas, colmadas de visitantes, la multitud despidió la gestión de Di Meglio frente al Museo Histórico Nacional. 

Libros versus motosierra

Libros versus motosierra

Las bibliotecas populares de todo el país se organizan frente a la pérdida de autonomía que implica el reciente Decreto 345/25 que desregula organismos culturales.

Desde la publicación del Decreto 345/25, la resistencia de las Bibliotecas Populares continúa en marcha. La norma tiene por objetivo desjerarquizar y desregular diversos organismos culturales, entre ellos, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) que pierde tanto autonomía presupuestaria como representatividad federal. Esto llevó a que distintas bibliotecas se organizaran en un frente de lucha.

Verónica Barbera, integrante del colectivo de la Biblioteca Popular La Chicharra (ubicada en Barrio Meridiano V, La Plata), contó: “En este momento nos encontramos en estado de alerta y movilización. Estamos fundando redes con otras bibliotecas populares que nos permitan fortalecernos, difundir esta problemática y poder resistir los embates del gobierno nacional.”

Uno de los frentes organizados que se creó es el Movimiento de Bibliotecas Populares en Lucha. Desde allí, se está buscando derogar este decreto desde distintas vías de acción. Eric Winer, bibliotecario, integrante del Movimiento, trabaja en la Biblioteca Popular Por Caminos de Libros (ubicada en el barrio popular Ramón Carrillo de Villa Soldati), explicó en diálogo: “La vía más urgente que identificamos es la incidencia parlamentaria. Al ser un decreto, nos interesa incidir en los legisladores que tienen la posibilidad de anular el decreto que perjudica tanto en la CONABIP como otras instituciones. Desde el punto de vista de las bibliotecas populares, al estar desperdigadas por todo el país, capaz tenemos posibilidad de llegar a algún legislador provincial que tiene alguna cercanía desde su propia jurisdicción o comunidad, para tratar de hacerle reflexionar sobre el impacto de esta medida. La verdad es que está difícil”. Sin embargo, el accionar no se agota en el ámbito parlamentario: “Estamos también pensando en judicializar el decreto porque va en contra de la ley que constituye la CONABIP. No somos los únicos, varios actores también avanzan por la vía judicial tratando de generar una cautelar, un amparo. Y después tenemos otras estrategias, como tratar de generar impacto en las redes, entre los movimientos. Y bueno, nos queda la vía de manifestación en las calles”, amplió el referente.

De hecho, la pasada semana María Nieves Dalponte Ayastuy -presidenta de la Biblioteca Popular Tupac Amaru Infanto Juvenil de La Plata- presentó una acción declarativa de inconstitucionalidad colectiva (ADIC), patrocinada por el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, en el Juzgado N° 2 en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo Federal de La Plata. Se demorará de quince a treinta días hábiles en recibir una respuesta y, pasado ese período, se traslada la demanda al Estado nacional. La Unión de Escritoras y Escritores expresó su apoyo a la iniciativa.

A su vez, diversos organismos se han solidarizado con la situación actual de las Bibliotecas Populares. Entre ellos, IFLA LAC (División Regional de América Latina y el Caribe de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios e Instituciones), que en un comunicado expresó su “respeto por la institucionalidad argentina” y “respaldo a todos los esfuerzos orientados a preservar el valioso trabajo de las bibliotecas populares como espacios fundamentales para la vida democrática, cultural y social”.

A nivel legislativo, los diputados Marcela Passo, Carlos Daniel Castagneto y Jorge Antonio Romero, pertenecientes al bloque Unión por la Patria, presentaron un pedido de informes al Poder Ejecutivo sobre el estado de los distintos organismos afectados tanto por el Decreto 345/25 como el 346/25. Sin embargo, hasta el momento de la publicación de esta nota el diputado Romero confirma que no han recibido ninguna respuesta.

ANCCOM intentó contactarse con las autoridades gubernamentales responsables de la CONABIP, pero hasta la fecha no se recibió respuesta.

¿En qué perjudica el Decreto 345/25?

Uno de los artículos del decreto 345/25 que más alerta ha generado es el 8°, que reemplaza a la anterior autoridad de aplicación de la Ley N° 23.351 de Bibliotecas Populares, la CONABIP, por la Secretaría de Cultura: Esta nueva situación constituye una profunda pérdida de autonomía. Cecilia Bona, periodista y coordinadora a cargo del proyecto de promoción de la lectura @porqueleerok, explicó: “Desde la época de Sarmiento (1870) la CONABIP maneja su propio presupuesto y toma sus propias decisiones. Todo es decidido en una comisión compuesta un representante de cada una de las provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Eso hace que tanto las decisiones como la conversación entre las bibliotecas sea muy federal. Ahora, tanto presupuesto como decisiones pasan a formar parte de la Secretaría de Cultura que, además, podría decidir asignar ese presupuesto a las bibliotecas o no. Puede hacer con eso lo que quiera (…) Lo más perjudicial es esta quita de autonomía presupuestaria y toma de decisiones”.

En relación a la pérdida de representatividad federal, Mercedes Botana, voluntaria de la Biblioteca 3037 de Lago Puelo, Chubut, expresó su preocupación: “Perder representatividad nos parece realmente preocupante. Que cinco personas -puestas por la Secretaría de Cultura- decidan las políticas públicas desde la Ciudad de Buenos Aires no está bueno… Nosotros estamos en la provincia de Chubut ¿Qué saben de lo que pasa acá? ¿Qué saben de la idiosincrasia, de la población? Hasta el decreto, la CONABIP tenía veinticuatro representantes, uno por provincia, elegidos también democráticamente dentro de cada jurisdicción. Esto no va a suceder más. Van a ser cinco personas a dedo, que no sabemos cómo transitaron bibliotecas populares, si es que alguna vez pisaron una. Nos parece importante tener una voz y un voto en las decisiones de las políticas públicas que tienen que ver con estos proyectos comunitarios”.

Los programas brindados por la CONABIP son de vital importancia para el desarrollo de las actividades y el abastecimiento de las bibliotecas, como cuenta Paula Epstein, quien forma parte de la Biblioteca Popular Roffo de Villa del Parque, CABA: “La CONABIP ayuda al sostenimiento de las bibliotecas a través de subsidios para hacer frente a gastos corrientes como servicios, conectividad a internet, compra de libros. Brinda también asesoramiento y capacitaciones. Nuestra biblioteca participó desde la primera edición del Programa Libro%. Una iniciativa valiosísima que nos permitió, frente al costo que tienen los libros, mantenerla actualizada”.

¿Cuál es la importancia de las bibliotecas populares? 

La particularidad de las Bibliotecas Populares, frente a otros tipos de bibliotecas, es que las mismas se crean por iniciativa zonal, vecinal, por los miembros de una comunidad. Para Verónica Barbera “una biblioteca popular se diferencia de una biblioteca, por ejemplo pública, por el modo de constituirse y de financiarse. Está impulsada y conformada por miembros de una comunidad y financiada con cuotas societarias y alguna que otra línea de financiamiento de otros orígenes, que pueden ser públicos o privados, pero fundamentalmente está sostenida por su comunidad.” Por eso, considera que la relación con el territorio “es muy fluida. Nosotres abrimos de lunes a viernes y de manera excepcional también los sábados con actividades especiales. Pero la biblioteca tiene una impronta local muy grande. Está en vínculo con diferentes instituciones y espacios culturales del barrio. Por ejemplo, trabajamos desde hace 18 años haciendo promoción y mediación de la lectura con la Escuela Secundaria N° 44, que está justo en frente de nuestra biblioteca”, mencionó Barbera sobre las características de las actividades de La Chicharra.

En esta misma línea, Braian, integrante de la Biblioteca Popular Sarmiento de Villa Italia, Tandil, detalló la multiplicidad de actividades que se realizan en el espacio del que forma parte: “En nuestra biblioteca trabajamos con planificación estratégica y diferentes ejes: la promoción de derechos, la promoción de la lectura, también tenemos un espacio formativo de talleres, proyectos vinculados a la alfabetización digital y el acceso a la información, servicios de información ciudadana, más todos los ciclos que realizamos en la biblioteca de manera anual, algunos de promoción de artistas y autores locales, referentes de diferentes expresiones artísticas.” Al enumerar estas acciones destacó la importancia de las bibliotecas populares en las comunidades: “Algunas tienen más de 100 años. La presencia y la referencia son muy importantes, porque termina siendo un espacio de articulación en cada una de las localidades y barrios. En algunas localidades más chicas, que pueden estar en lugares alejados, a veces es el único lugar, no sólo donde hay libros, sino donde hay internet, donde hay un espacio para reunirse. El escenario de las bibliotecas tiene una fuerza impresionante.”

“Hago lo que me propuse y eso ya es un éxito”

“Hago lo que me propuse y eso ya es un éxito”

Luego de una etapa signada por rupturas, cambios profundos y un proceso de reinvención personal, la artista marplatense Cintia Belén presenta Puente, un disco que nace desde el dolor. “Las letras son un reflejo de quién soy y mi vínculo con las personas”, asegura.

Resultado de la fusión entre danza, poesía y música, Cintia Belén acaba de lanzar su segundo disco, un material profundamente introspectivo. Si bien ya había debutado como compositora con Descargo, confiesa que este álbum es el primero que siente como completamente propio.

Puente, presentado el viernes 13 de junio en Nün Teatro Bar, invita a confiar en los procesos de cambio y en la posibilidad de renacer emocionalmente, incluso después de las etapas más oscuras.

En diálogo con ANCCOM, la artista repasa su proceso creativo, la importancia de mantener su autenticidad sin dejarse influenciar por otros y los desafíos de integrar todas sus facetas artísticas en un solo proyecto.

¿Cómo nació Puente?

Este disco surge de la necesidad de expresar todas las experiencias que atravesé, las emociones que despertaron mis relaciones y lo que ellas me enseñaron. Si bien ya había publicado mi primer álbum, Descargo, en este proyecto me tomé más en serio hacer música y sentarme a pensar qué quería para mi vida. Venía de una crisis profunda, atravesada por dos grandes separaciones y un movimiento territorial ya que viví una temporada en el sur, lo que implicó dejar mi casa, mi familia y mis espacios de contención. Este álbum trae ciertas verdades sobre cómo me afecta la mirada del otro y cómo me relaciono con los vínculos. También habla de transformación y de agradecer experiencias que, aunque en su momento no fueron amables, hoy me permiten comprender que sucedieron por alguna razón. No tengo todas las respuestas, pero este proceso me trae a un presente distinto. Hay certezas consolidadas, pero también nuevas preguntas que abren caminos hacia futuras transformaciones. En mi caso, lo logré fusionar a través de la música, el arte y la composición.

 

¿Cómo fue su proceso de creación?

En general, parto de la necesidad de poner en palabras o transformar sensaciones para crear la canción. Generalmente compongo con la guitarra, siempre buscando un patrón melódico impulsado por la necesidad de expresar algo y si surge una letra, la anoto para desarrollarla luego. Obviamente no lo trabajo sola, siempre hay aportes técnicos, compositivos y artísticos de colegas. Durante el proceso, hago que gente cercana escuche las maquetas y estoy abierta a devoluciones, pero trato de no guiarme por opiniones externas para no perder autenticidad. Para mí, el mayor tesoro es que la canción transmita el mensaje a través de la letra y la melodía. Aunque mi camino en la música es corto, tengo un largo recorrido artístico y he trabajado con artistas increíbles en proyectos exitosos. Sin embargo, hoy me toca bajar mis expectativas y entender en qué lugar estoy con este proyecto, que es el primero puramente personal. Muchas veces los artistas nos ponemos muy exigentes con nuestro material y nos cuesta mostrar los resultados, pero llega un momento en que hay que decidir que la canción está terminada y compartirla así. Eso me permite seguir creciendo.

¿Y qué rol ocupa la recepción del público?

Componer canciones implica compartir un mundo muy íntimo e interno, lo que mueve muchas fibras. No es solo un proyecto o un negocio alrededor del arte, sino una expresión profunda de identidad. Las letras son un reflejo de quién soy y mi vínculo con las personas, por eso trato de no influenciar la composición con opiniones externas. Me conmueve ver cómo el público recibe el mensaje, que tiene distintas capas. Algunos escuchan lo profundo, otros se quedan en lo superficial, pero en todos los casos hay fibras que se tocan. Creo que eso se debe a la poesía y la magia del arte. Sobre todo, en vivo, siento que conecto profundamente con la gente. Muchas veces, después de conocerme, se acercan y me agradecen por la profundidad de las letras y mi mirada.

¿Cómo surgió la idea de integrar poesía, música y danza?

Siempre soñé con concretar esta fusión de todas las cosas que me gustan hacer. A veces aparecía una creencia limitante de que debía enfocarme en una sola cosa, porque quien mucho abarca poco aprieta, pero no entendía por qué, si era buena en varias áreas, debía elegir solo una. Como me gusta escribir poesía y conectar con la profundidad del texto, empecé a compartir textos relacionados con las letras. En la parte audiovisual me saqué las ganas de bailar y logré que el cuerpo representara todo lo que vienen a traer las letras. El gran aprendizaje de este álbum fue juntar todo en un mismo frasco y mostrarle al público quién soy y qué me compone.

¿Qué desafíos te trajo?

Hubo momentos que he disfrutado muchísimo y otros difíciles, que me hicieron preguntarme de qué manera me relaciono con mi propio arte. Es muy valioso permitirse explorar todos esos mundos que nos dan curiosidad para luego reflexionar sobre cómo uno se siente en ese proceso. Siento que estoy haciendo lo que en algún momento me propuse y eso ya es un éxito para mí. Es importante valorarse, hacer una retrospectiva y celebrar el presente.

¿Qué le aportaron a tu universo artístico las dos colaboraciones que decidiste sumar?

Con Sofia Macchi, que vivió conmigo en el proceso de reencontrarme, hicimos una colaboración muy cercana. Le pedí que hiciera coros en Cantar hasta morir y aceptó con alegría, porque somos como hermanas y nos apoyamos mutuamente. En ese tema, ella aporta su color dentro de mi universo, ya que la letra es mía. Fue hermoso que me haya acompañado con su arte y experiencia. En cambio, Desnuda, el tema que comparto con Kris Alaniz, lo compuse mientras estaba en el sur y nace de un vínculo que despertaba en mí la necesidad de abrirme desde el corazón. Para mí desnuda significa mostrarte todo: lo bueno y también mis sombras para poder compartir momentos desde esa vulnerabilidad, sin miedo. La letra, aunque a primera vista narra un encuentro desde el deseo y la atracción, tiene una capa más profunda que habla del permiso y de romper con los ideales tradicionales del amor. Terminé de componerla en un taller de mi amiga Clari, del dúo Fémina, y fue ella quien me sugirió agregar un rap para darle un matiz más lírico y contundente. Cuando volví a Buenos Aires, pensé en Kris para ese espacio, le mostré el beat y la letra, y aceptó de inmediato. Para mí fue increíble que una artista que ya tenía un recorrido y una gran audiencia aceptara colaborar conmigo, que estaba remando con pocos oyentes. Creo que es muy valioso, sin importar en qué momento estés de tu carrera, abrir la posibilidad de conectar con otros artistas que te resuenan. Al final, eso es lo que realmente importa y se transmite. Yo no la llamé por sus números, sino porque la conocía, y por suerte todo fluyó muy rápido. En su caso, aportó muchísimo al disco, dándole un color que le faltaba y compartiéndome, con mucho amor y humildad, parte de todo su recorrido.

Tu estilo tiene marcados tintes flamencos marcados, ¿de dónde nace esta conexión?

No fue algo buscado, sino que apareció naturalmente desde mi autenticidad a la hora de componer e interpretar. Mi apellido, Torres García, tiene raíces españolas, y recién después de publicar la canción A mis ancestros supe que tenía parientes en Andalucía, cuna del flamenco. Eso confirmó lo que ya sentía en mi música. Igualmente, no me apropio del género, me reconozco cien por ciento argentina, pero me encanta la fusión que surge. Me atrae el dramatismo y la teatralidad del flamenco, su profundidad y la forma de proyectar la voz, con la que me siento muy identificada.

¿Qué mensaje te gustaría que le quede a quien lo escuche?

Que se puede volver a confiar en el amor y en la vida y que siempre es posible renacer. Al entregarnos a las emociones que nos atraviesan, surge una fortaleza interna, especialmente tras las muertes que atravesamos en la vida. Las experiencias más oscuras pueden llevarnos a lugares más hermosos si aceptamos el proceso. El mensaje de este álbum es que la vida es un constante ciclo de muerte y renacimiento y debemos entregarnos a ello. Aunque propone cambios, siempre nos vuelve a dejar en el mismo lugar de preguntarnos quién somos, solo que cada vez con mayor madurez, entendimiento y autoconocimiento de uno mismo.

Presentan un proyecto para declarar monumento histórico a la Parroquia San Patricio

Presentan un proyecto para declarar monumento histórico a la Parroquia San Patricio

En ella se perpetró la masacre de cinco religiosos de la comunidad palotina a manos de represores de la última dictadura militar. El lunes ingresa la iniciativa al Congreso.

Este lunes se presentará en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley para declarar Monumento Histórico Nacional a la parroquia San Patricio de Belgrano, donde se perpetró la masacre de cinco religiosos de la comunidad palotina a manos de represores de la última dictadura militar. El proyecto es impulsado por los diputados Eduardo Valdés, Sabrina Selva y Ricardo Herrera.

El 4 de julio de 1976, un grupo de represores ingresó a la parroquia y asesinó a los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Dufau y a los seminaristas Salvador Barbeito Doval y Emilio Barletti. Además, colocaron alrededor de los cadáveres una imagen de Mafalda señalando el “palito de abollar ideologías” de un policía, y escribieron en las paredes del templo: “Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes” y “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Venceremos. Viva la Patria”.

El proyecto para preservar el patrimonio cultural de la parroquia es una iniciativa conjunta impulsada desde al año pasado por Eduardo Valdés, Mónica Capano, quien hasta hace poco fue presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos (CNMMLH), el fundador de Palotinos por la Verdad, Memoria y Justicia, Ramiro Varela, y por el párroco a cargo de San Patricio, Juan Sebastían Velasco. Este año, a través de un decreto del gobierno nacional, la CNMMLH dejó de ser un ente autárquico y se trasladó a la Secretaría de Cultura, donde funciona como unidad organizativa.

Varela, en conversación con ANCCOM, expresa sus expectativas respecto a la aprobación del proyecto, al tratarse de un sitio con una fuerte carga simbólica: “Es el lugar donde aconteció el mayor atentado contra la Iglesia Católica argentina, uno de los crímenes más emblemáticos del terrorismo de Estado y sus víctimas son cinco religiosos que están en proceso de canonización a partir de una causa canónica que inició el Papa Francisco en 2005, cuando todavía era Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires. La realidad es que los requisitos para que la parroquia reciba esta declaración están más que dados y más que fundamentados”.

La propuesta impulsada por Valdés es una forma de anclar la memoria al espacio público, pero también de mantener en la agenda la causa canónica y penal, dando cuenta del “evidente valor histórico que adquiere el complejo arquitectónico integrado por la parroquia San Patricio del barrio de Belgrano, su templo y su instituto parroquial, como así también la necesidad de que el Estado nacional garantice su debida protección patrimonial”.

Sin embargo, Varela reconoce las dificultades frente a un gobierno desinteresado por los derechos humanos y la proliferación de discursos negacionistas: “El contexto es difícil y no ayuda en absoluto, es sumamente adverso. Hoy es de público conocimiento el vaciamiento de políticas de Memoria, Verdad y Justicia por el Estado nacional, un ejemplo claro de ello es la degradación de la Secretaría de Derechos Humanos a Subsecretaría y el despido en masa de los trabajadores que formaban parte de ella. Es muy adverso el panorama en todo sentido, pero no por ello vamos a claudicar nuestro reclamo de justicia, la búsqueda de la verdad y la construcción de la memoria”.

A 49 años de la masacre, la causa judicial sigue abierta. A lo largo del tiempo, se impulsaron diversas iniciativas en el espacio público para mantener presente el recuerdo de los cinco religiosos asesinados y reforzar el reclamo de justicia. Entre ellas se destacan la declaración de la parroquia como patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires por parte de la Legislatura porteña, el agregado de la denominación “Mártires Palotinos” a la estación Echeverría del Subte B, y la colocación de baldosas conmemorativas en la vereda del templo.

En la víspera del aniversario, Varela y el abogado Pablo Llonto presentaron un escrito para pedir que se cite a declarar a los funcionarios judiciales y policiales que encubrieron los asesinatos. Señalan especialmente al primer juez de la causa, Guillermo Rivarola, y a los efectivos de la Comisaría 37, que en ese momento estaba a cargo del oficial ayudante Miguel Ángel Romano, acusado de haber liberado la zona para que pudiera cometerse la masacre. Actualmente, la causa está en manos del juez Daniel Rafecas, quien la investiga como parte de los crímenes cometidos por Coordinación Federal, dentro de la Megacausa del Primer Cuerpo del Ejército.

Respecto al escrito, Varela afirma: “A partir de esta presentación que acabamos de efectuar esperamos que el juzgado actúe con celeridad y prontamente, y finalmente estas personas sobre las cuales estamos haciendo el pedido sean llamadas a indagatoria para que respondan por su responsabilidad en lo que tiene que ver con el hecho.”

Por el 49° aniversario de la masacre de San Patricio se llevarán a cabo una serie de actividades que incluyen la colocación de una baldosa en memoria de Alfredo Kelly en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Suipacha, y una misa presidida por Monseñor Alejandro Pardo en la Parroquia San Patricio, hoy desde las 19:30. Además, el sábado a las 17 se realizará una función especial de la obra El crimen de San Patricio, de Elba Degrossi en la Casa por la Identidad en el Espacio Memoria y Derechos Humanos ex ESMA, con entrada libre y gratuita. La jornada culmina el lunes a las 18 con la presentación del proyecto de ley en el auditorio de la Cámara de Diputados.