Avances tecnológicos nucleares, ¡afuera!
El Gobierno paralizó la construcción del CAREM-25, un reactor nuclear de avanzada desarrollado por la Comisión Nacional de Energía Atómica. 250 trabajadores despedidos, atrasos salariales, desfinanciamiento y advertencias por falta de mantenimiento en Atucha: el alarmante abandono del sector.
La semana pasada se volvió a visibilizar el conflicto por la paralización del proyecto CAREM-25, el reactor nuclear de desarrollo argentino que posicionaba al país en la vanguardia tecnológica mundial. La suspensión de las obras ha provocado 250 despidos y desató una movilización en el acceso al Complejo Atucha, en Zárate. El conflicto no solo impacta en los trabajadores despedidos, sino que expone la tensión entre el gobierno y el desarrollo científico y tecnológico en el país.
La movilización fue encabezada por gremios como ATE, UOCRA, Luz y Fuerza y UECARA. “Es un proyecto que le da al país la posibilidad de posicionarse mundialmente”, declaró el secretario general de la UOCRA en Zárate, Julio González, a ANCCOM. Los sindicatos denunciaron la paralización del proyecto, mientras que desde la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) aseguraron que la obra sigue en marcha, con el foco ahora puesto en resolver los desafíos de ingeniería y montaje electromecánico del reactor prototipo.
Lo cierto es que la semana pasada finalizaron 150 contratos laborales con las empresas contratistas Masoero y Asociados, Conuar y Centro Construcciones. “Fueron despedidos la totalidad de los compañeros del Centro de Construcciones (37 trabajadores), 35 de Conuar y 78 de Masoero y Asociados”, denunció González. La cifra asciende a más de 200 despidos si se suman otros 89 contratos terminados hace dos meses.
“En términos económicos estamos hablando de exportaciones unitarias por más de 4 mil millones de dólares por cada reactor”, señala Tomás Avallone.
“Estamos sometidos a un ajuste presupuestario salvaje que hace que empecemos a tener problemas, por ejemplo, con los servicios tercerizados. Se atrasan los pagos y eso provoca, por un lado, las suspensiones parciales de servicios, y por otro, que empiezan a retirar a trabajadores tercerizados”, comenta Carolina Komar, delegada de ATE-CNEA.
Además de los despidos, se suma la situación salarial de los trabajadores que todavía permanecen en CNEA. “Hoy casi todos los trabajadores están por debajo de la línea de pobreza, y son categorías profesionales con veinte años de experiencia”, denuncia Komar. Y sostiene: “Esto hace que opten por renunciar e ir a trabajar de cualquier otra cosa. Cada puesto de trabajo que se pierde, es muy difícil de recuperar y lleva mucho tiempo”.
Un tema enorme, los pequeños reactores
El proyecto CAREM posiciona a la Argentina como líder en un mercado estratégico a nivel mundial. Este reactor modular pequeño (SMR, por sus siglas en inglés) se destaca por su bajo costo y rápida construcción, siendo una solución ideal para abastecer a ciudades pequeñas y aisladas de las grandes redes eléctricas. De acuerdo con un informe publicado en marzo por la Nuclear Energy Agency, que analiza 21 proyectos globales, el reactor argentino se encuentra entre los más avanzados, junto a otros dos en China (ACP100) y Rusia (Brest-OD), como los tres únicos SMR en construcción actualmente. Dos días después de la publicación del informe, la CNEA e INVAP (empresa argentina de alta tecnología situada en Río Negro) anunciaron un memorando para exportar esta tecnología al mundo. Las características del nuevo reactor lo hacen especialmente atractivo para su exportación a países que no cuentan con energía nuclear y tienen redes eléctricas de menor escala. “En términos económicos estamos hablando de exportaciones unitarias por más de 4 mil millones de dólares por cada reactor”, señala Tomás Avallone, operador de reactores nucleares y trabajador de la CNEA.
“En energía nuclear estamos bien posicionados a nivel internacional. Manejamos tecnología que pocos países en el mundo manejan”, destaca Komar. Argentina se encuentra en una posición favorable para aprovechar la ventana comercial en el mercado de reactores modulares pequeños, ya que los países que logren poner en funcionamiento un reactor demostrador antes de 2030 podrán captar una parte significativa de este mercado. Actualmente, competidores como Estados Unidos y Reino Unido aún no han iniciado la construcción de sus proyectos, lo que otorga una ventaja competitiva considerable a Argentina.
Alineados al norte
Según denunciaron desde CTA Autónoma, la situación se agrava por la decisión del gobierno de Javier Milei de alinearse a los intereses de la OTAN y Estados Unidos. “Con la salida de las BRICS, a tono con el nuevo alineamiento, se pone en pausa el contrato con la República Popular China por la construcción de la cuarta central nuclear, Atucha III que es resistido por Washington y al mismo tiempo, desplazan del mercado mundial al reactor nuclear de baja potencia, CAREM, competidor directo de las inversiones yanquis”, denunciaron desde la Central de Trabajadores.
Además de la paralización del proyecto CAREM, los trabajadores denuncian que desde el inicio de la gestión libertaria se han producido retrasos alarmantes en las tareas de mantenimiento de Atucha I, conocidas como «obras de extensión de vida». Estas intervenciones son fundamentales, ya que las centrales requieren mejoras continuas, especialmente en materia de seguridad. La central podría operar hasta fin de mes, cuando deberían comenzar las obras de extensión que tomarán aproximadamente dos años. “Patearon el inicio de las tareas de extensión de vida de Atucha pensando en la falta de energía que va a haber en el verano y en los cortes asociados a eso”, advierte Komar.