Los rebusques de la clase media

Los rebusques de la clase media

¿Cómo se las ingenia para enfrentar los aumentos de servicios, alimentos y artículos esenciales, con salarios congelados y la pérdida del poder adquisitivo?

Dentro de un escenario económico complejo en donde la crisis se hace notar cada día más, la canasta básica alimentaria de marzo es la más alta de la historia del país. Ante esto, la clase media lleva a cabo estrategias para subsistir a las medidas tomadas por el Gobierno.

Según el INDEC, la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) fue de 10,9%, mientras que la canasta básica total (CBT) fue de 11,9%. Además, los servicios básicos tales como la energía, agua, gas, colegios y prepagas incrementaron sus tarifas, siendo un golpe más para las clases sociales bajas y medias. De acuerdo con el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC), el relevamiento de precios al consumidor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del mes de marzo es de $1.071.675,76. En ese monto se incluyen los gastos totales de una familia, ya sean los servicios básicos para el hogar y los productos del consumo como las carnes, verduras y artículos de limpieza.

El Gobierno busca ensanchar cada vez más la brecha entre ricos y pobres, tendiendo a diluir la clase media entre ambas. Fernando Adrián Barrera, director de CESyAC, declaró a ANCCOM: “Se produjo una retracción del consumo, fundamentalmente, de los sectores medios urbanos, se ha cambiado el hábito y la costumbre de esos sectores”. Mariela Mancini, vecina de Parque Chacabuco (Comuna 7), dijo: “Tengo que ir a los supermercados solo los días que tengo descuento con la tarjeta, sino es imposible”. Además, agregó: “Me la tengo que rebuscar y volverme experta en las promociones, por lo que siempre termino comprando en diferentes supermercados distintos productos para conseguir el precio más barato, ya no importa cuál sea la marca”.

El informe de CESyAC dio como resultado que una familia de cuatro personas por día necesita para vivir $35.722, 53. Si bien a esta familia se la piensa con capacidad de alquilar vivienda, poseer auto, un bono de medicina prepaga, además de que sus hijos asisten a una escuela privada, estamos hablando de una familia tipo de clase media.

Los vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires buscan ganarle a la inflación de todas formas. Leandro Campana, vecino de Almagro (Comuna 5), comentó: “Vivo en Caballito pero voy al Mercado Central un sábado al mes con mi mujer para hacer compras grandes. Desde principios de año empezamos a venir, hay mucha diferencia”. La situación económica actual genera que trabajadores y trabajadoras de clase media tengan que buscar precios por demás y hacer cuentas para llegar a fin de mes, cuestión que antes el contexto no les exigía. Campana también expresó: “Las verdulerías y carnicerías de mi casa manejan precios altísimos, no voy a pagar de más, pero la carne está cara en el Mercado Central también. Termino comprando de más y puedo frizar algunas cosas y otras dárselas a mi vieja para que no termine gastando fortuna”.

El director de CESyAC sostuvo: “Estamos viviendo un proceso de estanflación que junto a la pérdida del poder adquisitivo del salario la gente no tiene plata. Solo se compra lo elemental y si no se buscan marcas más económicas o directamente se compra en negro, cuestión que favorece la posibilidad de bajar el índice de inflación pero que a la vez expresa una profunda crisis económica del país”.

Los trabajadores están pagando la crisis y el ajuste. La única forma de llegar a fin de mes parece ser buscar alternativas más económicas constantemente y no bajar los brazos ante los masivos aumentos.

El Niño que demoró el otoño

El Niño que demoró el otoño

Inundaciones, efecto invernadero, veranos más largos e inviernos más cortos. Pese a que el Gobierno de Milei lo niega, el cambio climático avanza y amenaza a toda la población.

Inundación en la ciudad de La Plata en 2023. Archivo TELAM

El fenómeno de El Niño llegó y alertas amarilla, naranja y roja fueron las que predominaron durante marzo, en el que en un solo día de lluvia cayeron más milímetros de agua de lo que suele llover en todo el mes. Estas condiciones, además, hicieron que el otoño se retrasara más de lo habitual. Pero, ¿qué tienen que ver El Niño y el otoño? Al respecto, ANCCOM dialogó con Melanie Ayelén Alfonso, militante de la organización Consciente Colectivo y estudiante de Relaciones Internacionales en la UNSAM.

Alfonso afirma que el fenómeno de El Niño y el otoño tardío tienen una estrecha relación. Por un lado, aquel genera un aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial y cambios en la atmósfera y en el clima a nivel global. Aproximadamente, ocurre cada dos a siete años y los episodios suelen durar de nueve a doce meses. “El Niño influye fuertemente en las condiciones del otoño debido a que el cambio climático intensifica este fenómeno. ¿Qué va a pasar? Lluvias, muchas lluvias. Tres de los diez otoños de los que se tiene registro desde los años sesenta fueron los más lluviosos y fueron bajo El Niño”, explica.

“El fenómeno de El Niño suele estar asociado a temperaturas mínimas más altas y máximas más bajas por un menor enfriamiento por la noche y mayor nubosidad durante el día. Además, al aumento de la temperatura media y la reducción considerable de ocasionales heladas, especialmente en la zona centro y norte del país, ya que la nubosidad por las noches conlleva a que la radiación solar acumulada en la Tierra se refleje en las nubes produciendo un esporádico efecto invernadero”, agrega.

Dado el cambio climático que se vive a nivel global, las estaciones van a durar cada vez menos. Alonso sostiene que un dato no menor es que todas las mediciones con las que se trabajan estos fenómenos son del pasado, tiempo en el que no existía un planeta tan caliente como ahora. “Estamos trabajando con un factor de incertidumbre extra que se genera año a año. Según un estudio de 2021, mientras más se intensifica el calentamiento global, las cuatro estaciones del año ya no son equivalentes en duración. Otro señala que entre 1952 y 2011 en el hemisferio norte el verano aumentó de 78 días a 95 días y el invierno redujo su duración de 76 a 73 días”, detalla.

El fenómeno de El Niño no se puede evitar debido a que es algo que sucede naturalmente. Pero, ¿y el cambio climático? Alfonso subraya que “no podemos pelear contra él porque ya sus consecuencias y efectos nos sobrepasan. Sí el Estado, a través de la ciencia, debe implementar políticas de mitigación, para reducir la emisión de gases de efecto invernadero -que son los que calientan la atmósfera- en las distintas actividades productivas del país y producir recursos como paneles solares para bajar las emisiones. Además, se necesitan políticas de adaptación para prever cómo amoldarse a ciertos fenómenos que sabemos que van a ocurrir sí o sí, como generar infraestructuras para las inundaciones o más espacios verdes”.

En un contexto donde el CONICET y la ciencia argentina están en riesgo de desguace y vaciamiento, el desafío es mucho mayor. “Luchar contra el cambio climático no es trabajo de una sola disciplina. Sin la ciencia nacional en territorio, sin una ciencia que tenga intereses propios, no se pueden crear políticas públicas para tratar los efectos que el cambio climático trae en las distintas partes del país”, remarca Alfonso y concluye: “La coyuntura internacional nos condiciona política y económicamente a cumplir con políticas de mitigación y adaptación porque, por ejemplo, tenemos que seguir cumpliendo con el Acuerdo de París. Incluso nuestra propia Constitución nos obliga a cuidar los bienes comunes. El mismo cambio climático no te va a permitir seguir adelante con ciertos modelos de mercado y política que no son sustentables”.

Los trabajadores de Télam presentan su propio proyecto legislativo

Los trabajadores de Télam presentan su propio proyecto legislativo

En el festival organizado por los 79 años de la agencia, sus trabajadores juntaron firmas para un proyecto que establezca a la agencia como un medio federal, plural y con control parlamentario.

Durante la tarde del sábado se llevó a cabo el “Festival musical por los 79 años de Télam y en defensa de todos los medios públicos”, en la Plaza del Congreso. Organizado por trabajadores de la agencia nacional de noticias y publicidad que se oponen al cierre que intenta llevar a cabo el Gobierno nacional encabezado por Javier Milei, contó con la participación de artistas como La Bersuit, La Perra que los Parió, Barbie Recanati y La Chancha Muda, entre otros.
Apenas comenzanda la tarde, los asistentes iban cubriendo el asfalto flanqueado por la dársena de colectivos y el monumento de los Dos Congresos. Del lado de avenida Rivadavia, se iban divisando las primeras líneas de una bandera mientras, en la otra punta, se vendían alimentos y bebidas para sostener el acampe que lleva adelante la agencia, desde que el presidente decidió cerrarla y vallarla.
En el escenario ubicado sobre la vereda, “Taty Almeida”, integrante de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, además de llevar el apoyo por parte de su organización a la causa recordó que su hijo Alejandro Almeida también trabajó en la agencia antes de ser detenido desaparecido por la última dictadura.
Abajo, miembros de Somos Télam, la cooperativa formada a partir del intento de cierre, juntaba firmas entre los participantes y transeúntes para el proyecto de ley que buscan presentar en defensa de la agencia.

Tomás Eliaschev, delegado de Télam e integrante de la Comisión Directiva del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), explicó: “Estamos acá, frente al Congreso, porque tienen la responsabilidad de votar un proyecto de ley para que Télam siga existiendo, sea federal, plural y tenga control parlamentario, que es lo que proponemos los trabajadores”. Y continuó: “Sabemos que hay mucha ignorancia respecto a lo que es Télam y esto nos da la posibilidad de contarle a todo el mundo y también a los diputados, cómo la agencia es un mayorista de noticias y ayuda a que llegue información fehaciente de todo el país para todo el país. Por eso estamos seguros de nuestra victoria”. El periodista remarcó, además, que desde el gobierno sólo se contactaron para ofrecer retiros voluntarios.
Mientras encima de los tablones Rolando Goldman Trío tocaba los acordes de «Hasta Siempre», la reja del Monumento a los Dos Congresos se iba llenando de banderas con consignas, de variados sindicatos y de diferentes agrupaciones políticas. También algunos dirigentes daban el presente entre el público o tomando el micrófono, como Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad), Sergio Palazzo (La Bancaria), Celeste Fierro (legisladora porteña del Frente de Izquierda) y Daniel Ricci (Federación de Docentes de las Universidades), entre muchos otros.
En eso, Andrea Delfino, otra delegada de Télam, relató: “Estamos celebrando la lucha, los 79 años de la agencia y de documentar la historia argentina en formato periodístico: en texto, en imágenes físicas, móviles, audiovisual y radio. Un contenido al que hoy no podemos acceder porque el Gobierno de Javier Milei, a través de la intervención, decidió impedir que accedamos a él, además de silenciar la agencia y que no se esté generando nuevo contenido”. Advirtió también que la modalidad de dispensas “la está copiando el sector privado, como el Grupo América”, relevando así la obligación de presentarse al lugar de trabajo. La delegada aprovechó el momento para agradecer a los vecinos y a las organizaciones que pasan a apoyar el acampe que vienen realizando en Bolívar 531: “Tenemos una vecina que es enfermera y pasa todos los días. Estamos 24 horas, los 7 días de la semana y a la intemperie, porque son unas carpas muy lindas, pero no dejan de ser carpas. Es muy emocionante para nosotros recibir el apoyo popular y queríamos, con este festival, devolver todo ese acompañamiento”.
Sobre el proyecto de ley, agregó que, en sus 34 años en la agencia, este fue presentado en cuatro ocasiones “pero esta vez lo trabajamos con abogados especialistas en la materia del SiPreBa y de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPren) para que se establezca que el verdadero control sobre Télam lo tengan las fuerzas políticas que tienen representación parlamentaria y no solo el Poder Ejecutivo. Estamos hablando tanto de participación en la definición de la política editorial como en el control y la transparencia del circuito de la pauta publicitaria”.

Andrea Delfino narró también que tuvieron reuniones con los distintos bloques legislativos e incluso algunas con diputados sueltos del Pro y La Libertad Avanza, de quienes rescató que “no expresaron en un 100% su apoyo, pero por lo menos tuvieron la delicadeza de escucharnos y decirnos que les acerquemos la iniciativa. La juntada de firmas tiene que ver con que la ciudadanía apoye también este cambio fundamental en Télam”. Y concluyó: “El otro día decíamos en una asamblea, lo que estamos haciendo, el acampe, ir a las actividades, salir a juntar firmas, escribir en el portal y difundir por las distintas redes sociales de Somos Télam, es trabajar para volver a trabajar”.
Caída la noche en la Ciudad iban apareciendo los pijamas, pero no porque alguien se fuese a dormir, sino porque se acercaba la presentación de La Bersuit. Antes de subir al escenario, Germán “Cóndor” Sbarbati, uno de los cantantes del conjunto, explicó que participaban “para apoyar a los trabajadores y trabajadoras que por una cuestión injusta se quedan sin trabajo y para poner nuestro granito de arena de cultura a este evento tan importante”. Asimismo, rescató el rol de la agencia en el crecimiento de la banda: “la manera de poder llegar al interior del interior es gracias a Télam y por eso estamos aquí”.
Una vez arriba, comenzaron su show con la canción Huayo 14 como declaración de principios: “Mejor salí, qué vas a hacer, no te quedes en casa/ Porque si no te atrapa la pantalla/ Mejor salí, hay que vivir, no te quedes en casa /Porque al final tanta quietud te cansa”.

Museo de la Diplomacia Argentina | No sólo de cuadros están hechos los museos Podcast

Museo de la Diplomacia Argentina | No sólo de cuadros están hechos los museos Podcast

En el séptimo episodio de “No sólo de cuadros están hechos los museos”, recorrimos el Museo de la Diplomacia argentina. Allí nos recibieron Desireé Chaure, responsable del museo y Laura Solazzi, encargada de la preservación y conservación de piezas, para contarnos la historia de la política exterior argentina.

El museo se encuentra dentro del Palacio San Martín, una propiedad que perteneció desde 1909 a 1929 a la familia Anchorena. En la actualidad, allí encontrarán desde un fragmento del muro de Berlín, obsequiado por el Gobierno alemán en 1999, hasta una carta firmada por el General José de San Martín que documenta que las Malvinas pertenecían a la Argentina desde 1816.

Museo de la diplomacia argentina | No sólo de cuadros están hechos los museos S01 E07

por Laura Alcaráz, Agustina Blanco, Hernán Olivera y Eliana Rossi.

Clubes chicos, tarifas grandes

Clubes chicos, tarifas grandes

Mientras los clubes de barrio están en alerta ante los aumentos del gas y la luz, ingresó a Diputados un proyecto para declararlos en emergencia.

Este lunes, la diputada nacional Gisella Marziotta presentó un proyecto de ley para declarar la emergencia nacional de los doce mil clubes barrio de todo el país ante los tarifazos en los servicios públicos establecidos por el Gobierno de Javier Milei. La propuesta de la legisladora establece que durante doce meses estas instituciones cuenten con “tarifa cero” en gas, electricidad y agua, a la vez que sean declarados inembargables sus bienes inmuebles.

El Gobierno de Milei está llevando adelante una suba abrupta en las tarifas tanto en el AMBA como en el resto del país. Desde febrero, la electricidad viene aumentando de manera sistemática mientras que el gas tendrá un incremento de hasta el 300% entre abril y mayo.  En este contexto los clubes de barrio se encuentran en una situación de sumo riesgo ante el incremento desmedido de sus costos operativos.

Claudio Rial, presidente de la Unión Nacional de Clubes de Barrio (UNCB), en diálogo con ANCCOM destacó la importancia de la “demanda organizada” para afrontar problemáticas de esta índole: “Nuestra labor es tomar los pedidos de los clubes, organizar esas demandas y viabilizar su resolución. Si somos muchos nos van a escuchar más”, afirma recalcando la importancia de la unión y comunicación entre clubes de cara al futuro.

Desde la UNCB, que nuclea a clubes de todo el país, señalan que en algunas provincias el abandono es aún mayor: “El Estado usa al club de barrio para todo: elecciones, refugio si hay una inundación, centro de vacunación, etc. Pero cuando tiene que devolver esa ayuda no aparece”.

Los clubes de barrio (según la UNCB son los que tienen entre cincuenta y dos mil socios), cuentan con escasas herramientas en relación a los clubes más grandes que pueden amortizar los gastos fijos de otra manera, apelando a sponsors, publicidad o venta de entradas. Ese tipo de ingresos resultan inalcanzables para las instituciones pequeñas para las cuales subir la cuota no es una opción; las familias recortan gastos y en ese ajuste el club sale perdiendo. Según Rial, esto se nota en la asistencia: “En los partidos de fútbol antes venía toda la familia a ver al chico. Hoy viene el padre solo y capaz un hermanito que no paga la entrada”

Problemática federal

La problemática repercute en todos los rincones del país. En las provincias los aumentos son aún más cruentos y algunos especulan con que la disparada del gas puede ser del 500%. En estos casos, la vulnerabilidad es aún mayor, como en el Club Social y Deportivo San Francisco del barrio Limache en la periferia de la ciudad de Salta. Fernando Bernabó, presidente la institución, explicó a ANCCOM: “Estamos alerta, muy atentos. Ya tuvimos aumentos en la luz de casi un 100% por ciento en los últimos dos meses, habría que ver qué viene ahora, nosotros no tenemos solvencia para sostener un aumento del 300%. No tenemos infraestructura para atraer a la gente del barrio, contamos con muy pocos recursos”. La institución solo cuenta con fútbol como actividad (divisiones inferiores y primera división que compite en la liga salteña); en resumen los ingresos son escasos y la infraestructura casi nula.

 nacionalEn el club San Francisco la cuota es de 4.000 pesos, aunque pocos la pagan: “En realidad no cobramos cuota social, cobramos la actividad de fútbol directamente, no obligamos a que se asocien. Por eso tenemos más chicos haciendo actividad, unos 200, que socios activos que llegan a unos 70”. De los más de cien chicos inscriptos apenas han pagado cinco en lo que va del mes de abril, una realidad muy dura que acarrea pocos ingresos a la vez que magnifica los egresos.  Bernabó cuenta que ha puesto dinero de su bolsillo para que los infantiles puedan participar de la liga o simplemente para que coman o tomen algo después de un partido.

La sensación es de total desamparo: “No tenemos ningún subsidio municipal ni provincial, tenemos pocos recursos. La provincia de Salta, a diferencia de otras como Jujuy, no invierte en deporte”.

En el Gran Buenos Aires la situación no es tan distinta, cuentan desde la Junta Vecinal Manuel Belgrano de Carapachay: “Esto es una película de terror en suspenso”, afirma Miguel Mateu, presidente del club. “Este año no accedimos a ningún subsidio por parte del estado nacional. El año pasado tampoco. Solo recibimos un subsidio municipal que nos ayudó a pasar el verano, pero las tarifas eran menores y ahora son altas. El mes pasado pagábamos 10 mil pesos y este mes 48 mil. A los clubes nos cobran como si fuéramos empresas cuando trabajamos gratis, sin fines de lucro”, detalla Graciela Rebollar secretaria de la Junta Vecinal en la que conviven el deporte y la cultura con actividades como circo, yoga o terapia. Para ella el club es una barrera de contención para evitar que las condiciones económicas empujen a los jóvenes hacia la violencia.

Modelo en crisis

Un club de barrio cumple una función social, es un sostén, un lugar de reunión y de identificación para la comunidad, concepto que parece estar en crisis ante el actual modelo que pondera el individualismo y celebra el ajuste que muchos clubes no pueden hacer porque no tienen por dónde. El Gobierno nacional no planteó hasta ahora subsidios o tarifas sociales para los clubes. Por eso la preocupación es aún mayor a la que hubo en 2016 cuando en el Gobierno de Mauricio Macri muchos clubes se agruparon y salieron a protestar por los aumentos indiscriminados.

“Durante el tarifazo del gobierno de Macri logramos bajar la tarifa, eso evitó daños mayores en los clubes, pero esto seguramente va a ser peor, va a ser más grande”, afirma Rial. Y agrega, preocupado por el futuro: “Desde la UNCB creemos que hay que esperar y ver qué decisión toma el Gobierno. Nosotros estamos en alerta y preparados para dar discusión defendiendo el interés de los clubes. Primero vamos a recibir las boletas y después a discutir sobre los hechos”.

Ante esta sucesión de dificultades, el futuro de los clubes se ve interceptado por la incertidumbre mostrándose un panorama complejo que dificulta cualquier tipo de optimismo. En los pasillos, entre los piques de la pelota de básquet y el rechinar de las suelas en la cancha de baby, resuenan con fuerza las palabras riesgo y alerta.

 

Verdurazo para enfrentar el ajustazo

Verdurazo para enfrentar el ajustazo

La Unión de Trabajadores de la Tierra entregó 30.000 raciones de verdura gratis frente al Congreso de la Nación. Jubilados, despedidos y estudiantes hicieron fila para llevar comida a sus casas.

“Esto es libertad. Comer es libertad”, vociferó Nahuel Levaggi, coordinador nacional de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT), desde arriba de un camión repleto de cajones de verduras para dar inicio al primer “Verdurazo” de este 2024. El encuentro fue organizado por la Mesa Agroalimentaria Argentina (MAA), que se compone de pequeños y medianos productores agrícolas de todo el país, y consistió en la entrega de 30.000 raciones de verduras gratuitas a quienes se acercaban a conseguir las verduras que ya no pueden comprar. “Esta es la flor de la libertad”, dijo Levaggi al tiempo que repartía flores a quienes estaban presentes en la Plaza del Congreso, lugar donde sucedió el evento, que tuvo su inicio pasadas las 11 de la mañana de este miércoles.

En diálogo con ANCCOM, Zulma Molloja, vocera nacional de la UTT, aseguró: “Estamos donando más de 30.000 kilos de raciones de verduras, hay flores también para que se lleven nuestros jubilados o esas familias que no están pudiendo llegar a fin de mes. También estamos solidarizándonos con los despedidos -este Gobierno es lamentable-, con Télam, con ANSES, con el INAFCI, de agricultura familiar, que lo quieren cerrar. Es lamentable lo que viene pasando con la inflación, venimos también de cuatro temporales muy fuertes, por los que se inundó y perdimos la producción. Hoy nos hemos solidarizado con lo poco que nos quedaba, dijimos: ‘donemos lo que se pueda’”.

Si bien este Verdurazo es el primero del año que corre, en pandemia también lo habían organizado. “Hemos donado a comedores populares, a La Poderosa y otras organizaciones que llevaban un plato de verduras a esas familias que estaban muy complicadas por el Covid. Hoy también estamos haciendo eso, porque es preocupante la situación, porque los que no producen no tienen para comer. Nuestra lucha también es por el acceso a la tierra: en vez de pagar el alquiler, queremos tomar un crédito blando y poder pagar la tierra. Y que vea este Gobierno de qué forma trabajamos y quiénes somos los que realmente alimentamos al pueblo”, agregó Molloja.

Levaggi por su parte, sostuvo: “Es un Verdurazo más de los que hemos hecho durante tantos años y donde planteamos la necesidad de visibilizar la situación del sector y, por otro lado, que nuestra forma de lucha sea en solidaridad con el pueblo, por eso estamos compartiendo nuestro fruto de trabajo como es la verdura con todos los vecinos, vecinas, comedores y trabajadores despedidos, y donde nosotros planteamos nuestra realidad, de tarifazos, devaluación, que aumentó los costos de producción un 300 por ciento. Porque los costos están dolarizados, la situación de emergencia climática tampoco fue atendida por parte del Gobierno, el desguace de las instituciones nacionales que atienden al sector. Ante eso, nosotros planteamos que el alimento es un derecho y si ese derecho no se garantiza, planteamos la solidaridad”.

A su vez, Pedro Poslaba, delegado de la UTT cuya base funciona en la Escuela N° 49, aseguró: “Somos trabajadores de la tierra, producimos las verduras que entregamos. La decisión surge por la organización que tenemos, de cada base, y cubrimos los gastos entre todos”.

Poco antes de las 11 de la mañana, mientras los organizadores del encuentro bajaban de los camiones los cajones de verduras y los acomodaban en hilera en la vereda de la plaza, iban llegando cada vez más personas, que enseguida formaron una fila larguísima. “Me trae la necesidad, porque soy jubilada con la mínima y realmente no nos alcanza. Es la primera vez que vengo. No hay derecho a que los chicos pasen hambre, porque están en una etapa de crecimiento”, comentó a ANCCOM Graciela Margini, quien asistió a la Plaza del Congreso para llevarse una ración de verdura.

Un relato similar realizó Gustavo Lama, un señor que también acudió al lugar y contó: “Vine por la situación en la que estamos. Es la primera vez que participo en esto. No damos abasto. Soy jubilado, gano $170.000, pago hotel donde vivo, me sale $100.000, me quedan $70.000”. Por su parte, Camila, una joven que también fue en busca de una ración de verduras, aseguró: “Vine para apoyar a la Unión de Trabajadores de la Tierra y a buscar alimentos gratis, que hoy en día es muy difícil pagarlos. Yo igual estoy en una situación de privilegio, tengo techo y comida, pero lo único que estoy comprando es comida, así que vine a apoyar y a recibir lo que es justo para todes”.

También estuvo presente Marcela Galeano, referente de La poderosa, quien afirmó: “Somos varias vecinas de todos los barrios tratando de recibir verduras porque estamos en una situación bastante difícil. También estamos recibiendo para nuestros comedores, que se están sosteniendo solamente con donaciones de buenas personas, porque no tenemos nada. En distintos comedores se dan muchas raciones por día y cada día están aumentando más porque cada día hay más gente que se queda sin trabajo y hay muchos que directamente están en situación de calle. Esto nos viene rebien para cocinar a todos nuestros compañeros, compañeras, y aparte para los vecinos y los que vienen a buscar la comida al comedor”.

Cerca del mediodía, la fila humana ya se había desarmado. Ahora había personas por doquier yendo de un lado a otro con bolsas cargadas de comida. Por esa hora, la UTT improvisó un escenario arriba de uno de los camiones con verduras. Allí se subieron Levaggi, Molloja, una referente de La poderosa y también Valeria Taramasco, secretaria de Derechos Humanos de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quien, con micrófono en mano, aseguró: “Venimos no sólo a solidarizarnos, sino a compartir la lucha, porque es la misma lucha, primero porque estamos siendo víctimas de las políticas de este Gobierno, pero además los trabajadores y trabajadoras de la agricultura familiar compartimos la misma lucha con las organizaciones, están desmantelando las políticas para el sector. A nosotros nos están despidiendo, sin anunciarnos el despido, sino directamente no renovándonos los contratos, además estamos sin cobrar el mes de marzo. Es un Gobierno al que poco le importa la producción, la soberanía y menos que menos las políticas territoriales”.

Aunque no subieron al “escenario”, también estuvieron en el “Verdurazo” algunos trabajadaores de “Somos Télam” y del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA). Tampoco faltó la presencia policial, un clásico de este Gobierno para desplegar el protocolo represivo caprichosamente e intentar, de manera infructuosa, abortar la actividad.