La represión avanza

La represión avanza

La Correpi denunció que el proyecto de reforma del Código Penal que presentó Patricia Bullrich legaliza el gatillo fácil, criminaliza la protesta y facilita las detenciones de niños y pobres.

La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) se reunió junto a abogados y representantes de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, para debatir sobre los proyectos de reforma del Código Penal presentados por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Defensa, Luis Petri ante el Congreso. “Estas iniciativas nos afectan a todos, todas y todes, no las podemos dejar pasar”, es el lema de la campaña que lanzó la organización antirrepresiva.

Se trata de una reforma penal que en buena medida estaba contemplada en el primer texto de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, pero que en el nuevo texto ya no aparece. Esto, lejos de ser un alivio para la organización política, también es preocupante, ya que para la Correpi el debate sobre la reforma del Código Penal puede pasar inadvertido. “Se lo vende a la opinión pública como el combate a la inseguridad”, afirmó María del Carmen Verdú, una de las máximas representantes de la organización, e hizo hincapié en un tópico que se trató varias veces durante la reunión: cómo lograr que las personas de a pie entiendan la gravedad de estos proyectos.
En la reunión convocada en la sede del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) se hicieron presentes integrantes del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, de la Red Federal por los Derechos Humanos, sindicatos, asociaciones de profesionales y organizaciones sociales y políticas con miradas e ideologías diversas, que no suelen confluir en otros espacios.

 

Legítima defensa y gatillo fácil
A través de esta modificación del Artículo 34 se busca delegar más facultades a los policías, que no tendrían ningún tipo de consecuencias por su accionar, todo bajo la justificación de la legítima defensa o el legítimo cumplimiento del deber. Es decir, de aprobarse esta reforma, el policía ya no deberá dar la voz de alto ni identificarse, y podrá disparar sin más, incluso por la espalda. “Lisa y llanamente es la legalización del gatillo fácil”, según palabras de Valeria Mustoni, militante de Correpi.
Además, a las víctimas y familiares se les quita el derecho a la querella y de formar parte de un juicio justo. En ese sentido, Verdú sostuvo que “se invierte la carga de la prueba porque se presume que si el policía disparó por algo será”. Con esta reforma, el acusador es quien deberá probar que no hubo hipótesis de legítima defensa ni de legítimo cumplimiento del deber.

Criminalización de la protesta

 De aprobarse este paquete de medidas,con la reforma de los Artículos 237 y 238, se modificarían las figuras de atentado y resistencia a la autoridad, aumentando las penas exponencialmente. El atentado simple pasaría de uno a tres años y medio y dejaría de ser excarcelable, mientras que el atentado agravado sumaría dos años más de pena, pasando así de 4 a 6 años. Además, allí se suma el agravante de que el hecho haya sido cometido por más de tres personas, por lo que Correpi sintetizó que este cambio es una criminalización de la protesta: “El 75% de las detenciones de la Policía de la Ciudad son por atentado y resistencia a la autoridad; marchas, manifestaciones, vecinos quejándose por falta de la luz, personas en situación de calle, manteros”, agregó Verdú. 

Reiterancia 

Esta nueva figura, en principio, busca encarcelar a cualquier persona que ya haya cometido un delito, por más leve que haya sido, sin que exista resolución o sentencia condenatoria firme. De esta manera, deberá esperar la finalización del juicio estando ya detenido. Correpi explicó que “la ‘reiterancia’ lejos de ayudar a detener homicidas sueltos solo justifica la persecución a pobres y manifestantes, e intenta llenar las cárceles con personas que han cometido delitos menores. La figura de reiterancia, utilizada ya en la provincia de Mendoza, se aplica ante la simple imputación de un delito, por lo que bastaría solo manifestarse para terminar preso. 

Ley de Organizaciones Criminales

También conocida como la Ley “Antimafias”, inspirada en leyes estadounidenses e italianas según dijo la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, legalizaría los allanamientos e intervenciones de teléfonos sin orden judicial, y las detenciones por 48 horas para averiguación de antecedentes. Por supuesto, durante ese lapso, el detenido permanecerá incomunicado. Una persona solo necesitaría ser acusada de formar parte de una asociación que se considere ilícita para recibir la pena del delito más grave de esa organización, aún si no estuviese enterada de los hechos que habría cometido el resto del grupo. Además, dentro de este paquete de reformas, también se modificaría la Ley 26879 de Registro Nacional de Datos Genéticos y se incorporarían allí absolutamente todos los delitos, desde el más simple al más grave. 

Baja de la edad de imputabilidad

Por si todo esto fuera poco, a estos proyectos debe sumarse la modificación en la baja de la edad de imputabilidad a 12 años, anunciada por Patricia Bullrich el pasado 8 de mayo, Día de Lucha contra la Violencia Institucional porque se conmemora la masacre en Ingeniero Budge, cuando en 1987 personal de la policía bonaerense asesinó a tres jóvenes de entre 19 y 26 años.

 

Luego de casi dos horas de debate en el Sipreba tanto Correpi como los representantes de las organizaciones sociales hicieron foco en dos cuestiones: rechazar categóricamente estas reformas, junto con la Ley de Bases en general, haciéndose presentes en las calles las veces que sean necesarias, e intentar que el resto de la sociedad entienda la gravedad de lo que está en juego para que acompañe el pedido.

 

No reciben comida pero sí policías

No reciben comida pero sí policías

EL Poder Judicial ordenó el allanamiento de 27 comedores populares de organizaciones sociales tras una denuncia por coacción presentada por el Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich. Los dirigentes advierten que se trata de una maniobra para acallar las protestas y señalan que si las organizaciones desaparecen su lugar lo ocuparán los narcos.

Durante la madrugada del lunes 13 de mayo la policía realizó veintisiete allanamientos contra comedores populares, domicilios particulares –donde había niños y niñas durmiendo–, emprendimientos productivos y oficinas de organizaciones sociales de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires en el marco de una causa federal por presunta coacción y defraudación a la administración pública iniciada por el Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich.

La Justicia Federal investiga a dirigentes y militantes de las organizaciones sociales por presunta extorsión a beneficiarios de planes sociales para que participen de las manifestaciones en contra de las medidas del actual gobierno de Javier Milei. El Ministerio de Patria Bullrich aportó denuncias anónimas recibidas a través de una línea telefónica habilitada por el organismo. De un total de 900 llamados, tras la depuración que hizo la fiscalía federal de Gerardo Pollicita quedaron 45. De ellos, solamente siete personas accedieron a declarar y a partir de esos datos es que fueron ordenados –por la Sala I de la Cámara Federal porteña accediendo al pedido de la fiscalía, dado que el juez Sebastián Casanello había negado las medidas– los allanamientos a locales del Polo Obrero, del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y otras organizaciones sociales, así como la intervención de líneas telefónicas y el secuestro de dispositivos.

Por su parte, las organizaciones sociales denuncian una intención de apriete del oficialismo por las protestas realizadas desde diciembre, en reclamo de la entrega de alimentos. 

Charly Fernández, integrante del FOL, fue uno de los dirigentes cuya casa fue allanada. “A eso de las 5 de la mañana nos rompieron la puerta, nos tiraron al suelo, nos encañonaron, buscando dispositivos electrónicos”, relató. Y describió que “fue un operativo totalmente desmedido, con autos no identificados, agentes de inteligencia, un show donde nos grababan. Claramente no tenían ninguna prueba, sino que venían a hacernos un allanamiento para ver qué sucedía, con el objetivo de demostrarnos el poder que tienen y que vienen a amedrentarnos”. Sin embargo, expresó que no le tienen “miedo a este gobierno injusto que comete actos ilegales y desmedidos”.

Por su parte, Silvia Saravia, referente del movimiento social Barrios de Pie, consideró que el principal objetivo de este tipo de acciones violentas es parte de un plan para criminalizar y atemorizar a quienes defienden los derechos sociales y luchan contra la política que Javier Milei lleva adelante. “Es un modelo de país que empobrece y deteriora las condiciones de vida de la mayoría de la población”, aseguró y completó: “Es un paso más en la intención de estigmatizar a las organizaciones sociales, tienen el objetivo de instaurar miedo en la población para que el gobierno de Milei avance en sus medidas con la menor resistencia posible. Más allá de que no haya ningún compañero de nuestra organización involucrado en la denuncia ni en allanamientos, consideramos un ataque para el conjunto que hoy denunciamos las consecuencias de las medidas del este gobierno, y que estamos en la calle para resistir esos avances”.

No al avance de los narcos en los barrios populares

Durante la fresca tarde del lunes, frente al Congreso Nacional, movimientos sociales y organizaciones denunciaron que las quieren destruir para facilitar los negocios del narco. 

Fernández inició la conferencia denunciando el hecho de que “varios de los allanamientos fueron en barrios populares y en villas de emergencia, donde la policía secuestró el sueldo que las compañeras tenían para sobrevivir“. Además, refirió que “las organizaciones sociales aprendimos y acá estamos todos juntos. Si nos tocan a uno, nos tocan a todos. Vamos a dar la vida por todo lo que construimos y por los pibes y pibas”

Quiénes se hicieron presentes al grito de “unidad de los trabajadores, y al que no le gusta.. se jode, se jode!” fueron los integrantes del FOL, Polo Obrero, Barrios de Pie, UTEP, Coordinadora por el Cambio Social, CUBa, MTL, entre otras. Además, acompañaron a las organizaciones sociales los diputados nacionales del Frente de Izquierda Unidad, Christian Castillo y Romina del Plá, y Carlos “Sueco” Lordkipanidse, del Encuentro Militante Cachito Fukman y el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.

Eduardo Beliboni, dirigente del Polo Obrero, expresó que “el movimiento piquetero pelea contra el Gobierno desde el 20 de diciembre. Iniciaron una causa para atacar nuestras movilizaciones. Todos los allanamientos fueron ilegales y clandestinos, lo primero que hizo la policía al allanar el local central del Polo fue apagar las cámaras de seguridad. ¿Por qué será?”.

Las organizaciones reivindicaron la lucha conjunta frente al ataque del Gobierno nacional para “priorizar el avance de los narcos en los barrios populares”, al decir de la mayoría de los oradores. 

 

Amparo judicial por alimentos 

La Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular(UTEP), con el acompañamiento del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), presentó una medida cautelar para que el Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello garantice de manera urgente el derecho a la alimentación de todas las personas que asisten a estos espacios, con comida de calidad, en cantidad suficiente y adecuada.

Según integrantes de la UTEP, desde diciembre de 2023 los espacios socio comunitarios dejaron de recibir productos o dinero para afrontar la demanda de alimentos, al mismo tiempo que aumentó la pobreza que afecta principalmente a niños, mujeres y adultos mayores. El Estado nacional tiene la obligación de garantizar permanentemente y prioritariamente el derecho a la alimentación y seguridad alimentaria y nutricional, en cumplimiento de las leyes 25724 y 27642.

Ojos que sí la ven

Ojos que sí la ven

Una muestra colectiva de fotografías narra la represión de las Fuerzas de Seguridad en las manifestaciones contra la Ley Ómnibus que se realizaron frente al Congreso mientras la Cámara de Diputados debatía el proyecto. «Mostrar estas imágenes -dice el texto curatorial- es una forma de solidaridad pero también de defender el derecho a la libertad de expresión». La selección de imágenes tomadas por los 35 reporteros gráficos heridos en esas jornadas corresponde a una inciativa conjunta de ARGrA, SiPreBa, Fatpren, el Área de Fotografía de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y la Carrera de Ciencias de la Comunicación. Entrá y mirá las fotos.

“Al ajuste con represión hay que derrotarlo en las calles”

“Al ajuste con represión hay que derrotarlo en las calles”

Esta fue una de las coincidencias de quienes participaron de una audiencia en el Congreso convocada por la bancada del FIT-U para analizar las consecuencias de la represión a las manifestaciones contra las medidas del gobierno de Milei.

“Quieren prohibir la protesta social y aleccionar al pueblo trabajador, como hizo Bullrich en diciembre de 2017, ahora con Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria, con balas de goma en el medio de la plaza, en contradicción con su propio protocolo que habla de despejar la calle”. Así abrió Myriam Bregman, diputada del Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U), la audiencia pública ayer en el Anexo del Congreso convocada por su bancada para escuchar los informes de organismos de derechos humanos y de víctimas de las represiones protagonizadas por las fuerzas policiales y de seguridad desde que asumió Javier Milei, y en particular los días 31 de marzo, 1 y 2 de febrero contra la manifestación en rechazo de la Ley Ómnibus. “Es ilegal lo que hace la ministra de Seguridad, y la justicia está dejando que el Gobierno haga el trabajo sucio para eliminar el derecho a la protesta, cada herida a un fotógrafo es la verdad que se quieren robar, y acá tenemos herido también a nuestro compañero abogado, Matías Aufieri”, agregó la legisladora. 

La sala 2 del Anexo C estuvo completa por la gran cantidad de periodistas, diputados y dirigentes que acudieron a la invitación de Bregman, Nicolás del Caño, Christian Castillo, Alejandro Vilca y Romina Del Plá para exponer los hechos ocurridos frente al Congreso de la Nación cuando cientos de personas sufrieron la represión producto del protocolo de Patricia Bullrich mientras se trataba la Ley Ómnibus. Toda la atención de los y las presentes se distrajo de quien estaba hablando cuando, por la mitad del encuentro, hizo su ingreso en su silla de ruedas Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien dijo estar muy emocionada, deseó suerte a todos los presentes para enfrentar lo que se viene y expresó su intención de presentar un escrito para que se declare la inconstitucionalidad del DNU de Milei. 

Veinticinco oradores y oradoras coincidieron en la necesidad de lograr una “unidad en la diversidad” para hacer masivas las movilizaciones que se vienen en marzo, el 1 por el inicio de las sesiones del Congreso, el 8 por los feminismos y disidencias y el 24 por un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, con el objetivo de hacer caer el DNU de ajuste del gobierno.

«La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) hizo un informe de esta circunstancia trágica, fue la profundización de esta escatología que se esperaba si ganaba la derecha, 285 víctimas produjo su altísimo poder de daño, en sus formas se va pareciendo bastante en las formas de la dictadura», dijo Dora Barrancos, presidenta de ese organismo. “En el recinto usamos el informe de la CPM mientras un sector de los diputados se reían, estábamos denunciando un protocolo de represión que viola todos los tratados internacionales y es ilegal, no vamos a permitir que toda la Argentina se convierta en Mendoza o Jujuy», expresó la diputada Del Pla sobre los detenidos y condenados por protesta social. 

Por su parte, Diego Morales, del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) manifestó que “el protocolo habilita al Estado a intervenir ante cualquier corte vehicular como delito y eso lo transforma en una herramienta para prohibir un derecho. También autoriza a las fuerzas a realizar tareas de inteligencia, lo cual es un uso descabellado de la ley».

Se pronunciaron  la legisladora Mercedes de Mendieta (IS), Rosario Gauna (Comité Nacional para la prevención contra la tortura), Mónica Hidalgo del Frente Popular; Susana Ancarola del Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social, Nicolás Tauber de Liberpueblo, e Inés Hayes de Periodistas Argentinas, delegada de Página/12 y trabajadora de CTA Autónoma. 

Con lentes de sol porque se recupera lentamente de la herida en su ojo, y aún no recuperó la visión, Matías Aufieri, describió los detalles del momento en que lo lastimaron. «El gobierno redobla la apuesta todo el tiempo, salvo cuando la movilización es grande, hay que frenar esta espiral delirante de Bullrich y Milei, el 1 de febrero hubo una cacería, no podíamos salir de la plaza, nos tiramos al piso, querían esa foto para frenar a la gente que podía venir». Y luego se abrazó con Carlos “Sueco” Lordkipanidse, sobreviviente de la dictadura, quien había recordado que Aufieri solía visitar a los testigos luego de sus declaraciones en los juicios de lesa humanidad, donde “dejábamos nuestra alma al reabrir las heridas”. A su turno, Mirta Israel –hermana de Teresa, desaparecida en la última dictadura cívico-militar– dijo que pudieron seguir haciendo el festival Unidos por la Cultura gracias a los periodistas que estaban bloqueando a la policía que reprimía. 

Se escucharon también los testimonios de otras víctimas como Nicolás Ramos, fotoperiodista de Anred que recibió disparos; Alfredo Luna y Víctor Carrera de Télam, quienes afirmaron que “se trató de un show montado para transmitir el mensaje de que también pueden reprimir a los trabajadores de prensa”; y se comunicó Anibal Maidana por videollamada como consecuencia de la perimetral que no le permite acercarse al Congreso, tras su detención. Elida Carci, jubilada y perteneciente al Plenario de Jubilados, contó que también sufrió los ataques. Los diputados de Unión por la Patria, Carlos Castagneto y Vanesa Siley, hicieron sus aportes. «Cuando vienen políticas de ajuste, poner un protocolo demuestra que es un gobierno que quiere quitar derechos. Hay que tirar abajo el DNU, el miedo tiene que ser de ellos, no les gusta la comunidad organizada», expresó Castagneto.

También hablaron Franco Capone y la médica y diputada Laura Cano, de la Posta de Salud que montaron en Plaza de los dos Congresos, que atendieron a más de 285 personas y advirtieron rápidamente sobre el gas pimienta que se está utilizando en la represión que produce una sintomatología más fuerte de la acostumbrada. Por último, llegados del piquete frente al Ministerio de Trabajo, hablaron Néstor Pitrola y Eduardo Belliboni. “El león herido es más peligroso, hay que derrotar al animal salvaje que quiere destruir nuestros derechos”, dijo el líder del Polo Obrero.

Todos coincidieron en que la represión del jueves 2 fue una “cacería”, que se disparaba indiscriminadamente, en un contexto pacífico donde nada justificaba el despliegue de las fuerzas tal y como lo llevaron a cabo, como una provocación y un intento de intimidación. Y también hubo unánime repudio a la resolución de la Cámara Federal que ayer avaló el protocolo represivo de Bullrich. La legisladora del MTS, Celeste Fierro, quien había iniciado una acción el 18 de diciembre ante el Poder Judicial con la intención de declarar el carácter inconstitucional del protocolo, contó que la medida cautelar dictada por el juez federal Sebastián Casanello quedó sin efecto y que los camaristas le pidieron que se alejara de la causa. “Tardaron 50 días en actuar, aun viendo lo que sucedía”, criticó la legisladora 

Casi en el cierre, Guillermo Torremare (CPM-APDH) destacó la resolución que dictó la semana pasada la ministra Bullrich por la cual “se habilita a las fuerzas de seguridad a utilizar armas letales en las movilizaciones sociales, les da libre interpretación del agente de seguridad que va armado y lo habilita a disparar sin necesidad de dar la voz de alto. Se soslaya así un principio elemental del derecho penal que es la proporcionalidad entre la reacción del agente de seguridad y la presunta falta o delito que se quiere neutralizar. Esto en un país como Argentina que en 40 años de democracia lleva más de 8 mil personas muertas por los excesos y abusos en manos de las fuerzas de seguridad, instaló un peligro gravísimo”. 

Nicolás del Caño cerró la audiencia haciendo hincapié en “la valentía de los compañeros y compañeras que se movilizaron, que fue fundamental para hacer caer la ley”, y en la necesidad de plantear un paro nacional en el marco de un “verdadero plan de lucha para dar esta batalla contra el plan motosierra-licuadora contra el pueblo”. 

Desde que asumió Javier Milei hubo 37 detenidos por protestar

Desde que asumió Javier Milei hubo 37 detenidos por protestar

La mayoría de los casos son al voleo, cuando finalizan las manifestaciones. Los casos de mayor resonancia ocurrieron en CABA, durante el debate de la Ley Ómnibus. Pero también los hubo en Mendoza y Jujuy.

En el marco de las protestas sociales que se realizan desde la semana pasada en todo el país en contra de la Ley Ómnibus, los casos de detenciones confeccionaron una lista tan larga como arbitraria. La administración Mlei-Bullrich reflota una modalidad que ésta última ya había puesto en práctica en 2017, cuando integraba el gabinete de Mauricio Macri: los arrestos son al voleo, mucho después de terminadas las marchas, y luego de una cacería por parte de las fuerzas conjuntas que intervienen: Gendarmería, Prefectura, Policía de la Ciudad (o provincial) y Policía Federal. Desde la asunción de Javier Milei como presidente la Coordinación contra la represión policial e institucional (Correpi) ha registrado 37 personas privadas de su libertad.

Uno de ellos es Martín Rodríguez, reconocido dirigente sindical y miembro del Polo Obrero, detenido en la provincia de Mendoza luego de participar de la marcha del 24 de enero convocada por la CGT. Luego de casi una semana se lo condenó a dos años y ocho meses de prisión condicional que se hará efectiva si no cumple con lo pedido: no volver a protestar.

Según el fiscal Fernando Giunta la detención no fue arbitraria si no que se debe a una reiteración en sus delitos: “Tiene ocho causas por el delito de entorpecimiento del transporte. Como esos delitos son in fraganti y la reiterancia está clara, se procedió a la detención.” El Código Procesal Penal de Mendoza, modificado por Alfredo Cornejo, establece la reiteración como causal de detención y mantenimiento en prisión hasta que se produzca una sentencia. “Es una figura inventada” declaraba hace un año Víctor Da Vila, otro miembro del Polo Obrero quien también se vio afectado por las detenciones de la marcha de la semana pasada, pero fue liberado bajo fianza. “Cualquier persona puede denunciar a un vecino reiteradas veces y esa persona ya es detenida”.

Martín Rodriguez. Foto de Archivo / PRENSA OBRERA

El martes 6 de febrero por la mañana se realizó la audiencia de Martín Rodríguez en el Primer Juzgado Penal Colegiado de la provincia. La misma respondía a casos anteriores de cortes de calle, por las cuales se encontraba en libertad con caución y condiciones, a las que se le sumaron los hechos de la semana pasada. La abogada de Rodríguez, Liliana Alaniz, planteó a ANCCOM que no consideran que “movilizarse por sus derechos sea un delito. Seguimos proclamando que el Artículo 194 que reprime con prisión al que impide o estorbe el funcionamiento del transporte es inconstitucional y está siendo aplicado para extorsionar”. Alaniz considera que están frente a una persecución encabezada por Cornejo y la justicia, pero que es acorde a una política de Estado. “La justicia se convirtió en un pelotón de fusilamiento, nos impusieron un juicio que no tuvo una pena de prisión efectiva, pero que sí tiene unos ribetes incómodos para lo que es la actividad de Martín. Seguimos luchando y reivindicando nuestro derecho a manifestarnos”.

El día anterior a su liberación, en las cercanías de la Casa de Gobierno de Mendoza se realizó una conferencia de prensa para pedir por este “rehén, quien no creemos que haya cometido ningún delito”. También se manifestaron contra el protocolo de Bullrich y la política represiva de Cornejo y Juntos por el Cambio. Y reclamaron que Mendoza no sea la avanzada represiva. Entre los presentes se destacaban Romina del Pla y Christian Castillo, diputados nacionales por el Frente de Izquierda, junto a Alejandrina Barry quién es legisladora de CABA por el FITUnidad/PTS y militante de Derechos Humanos; Vilma Ripoll, representantes del Serpaj, de la Secretaría Gremial de la CGT Mendoza y de la AGD-UBA, entre otras organizaciones.

También en la Ciudad de Buenos Aires

Siguiendo con la lista pero ahora en CABA, otros dos detenidos fueron Aníbal Maidana y Facundo Caamaño quienes, además, recibieron una orden de restricción perimetral por parte del fiscal Martín Pellocori, que los obliga a mantener una distancia de mil metros con el Congreso de la Nación. Una medida inaudita, pero que tiene su antecedente en el caso de Marina Schiffrin, docente de Río Negro quien fue detenida en 1997 por interrumpir el tránsito en un puente ubicado en la entrada de Bariloche en una manifestación en defensa de la escuela pública. El resultado fueron tres meses de prisión y la prohibición de concurrir a manifestaciones públicas por dos años.

En diálogo con ANCCOM, el abogado de ambos detenidos, Juan Manuel Combi contó que sus defendidos no pertenecen a ninguna organización y que se encontraban manifestando de forma pacífica contra la Ley Ómnibus cuando recibieron la represión de un grupo de policías motorizados lo que resultó en el impacto de siete balas de goma en el cuerpo de Facundo. Estuvieron detenidos 12 horas en una centro de detención con reclusos de hechos comunes, “luego fueron puestos en libertad ―una libertad entre comillas, vigilada― ya que tienen que concurrir una vez por mes a un juzgado, no pueden salir del país y no pueden ejercer su derecho de protesta”.

Párrafo aparte merecen las detenciones de cuatro mujeres el miércoles 31 por la noche en las inmediaciones del Congreso de la Nación mientras se manifestaban en contra de la Ley Ómnibus. Minutos después de ser apresadas, se viralizó un video de una de las detenidas, la militante radical Ivana Bunge, en donde contaba que fueron arrestadas por cantar el Himno Nacional mientras estaban sentadas de forma pacífica en la vereda y que las hicieron dar “dar vueltas” con el patrullero en la madrugada.

 

Un caso más escandaloso aún es el de los jujeños Marcelo Nahuel Morandini y Humberto Roque Villegas quienes sufrieron una detención el pasado 4 de enero por tuitear y compartir flyers y memes sobre el exgobernador Gerardo Morales.

También lo fue el de Maximiliano Sosa, un hombre en situación de calle y con problemas de salud mental que fue apresado junto a once personas durante las protestas bajo la carátula de presunto atentado y resistencia a la autoridad. Gracias a la ayuda de un grupo formado por abogadas, asambleas barriales, organizaciones y autoconvocados, se presentó un Habeas Corpus que lo puso en libertad el pasado domingo. Sosa fue recibido por Proyecto 7, una organización de personas en situación de calle en el Hogar Monteagudo. Como señala el abogado Combi en relación a sus defendidos: “Conjuntamente tenemos que trabajar para que de alguna manera vivamos en un país un poquito más justo. Yo apunto a la racionalidad y a que el pueblo argentino pueda darse cuenta que estas detenciones pueden pasarnos a cualquiera”.