«Hay que votar con el convencimiento de lo que es mejor para la Argentina»

«Hay que votar con el convencimiento de lo que es mejor para la Argentina»

Agustín Rossi, uno de los candidatos a vicepresidente de Unión por la Patria, brindó una conferencia de prensa para medios de comunicación alternativos, comunitarios y universitarios. Habló de la Ley de Medios y las dificultades que el gobierno encontró en su implementación.

A tres días de las elecciones primarias que lo tienen como protagonista de una de las dos fórmulas presidenciales del oficialismo, Agustín Rossi, jefe de Gabinete y candidato a vice de Unión por la Patria, recibió a integrantes de medios comunitarios, alternativos y universitarios en Casa Rosada. Del encuentro articulado por la Agencia Paco Urondo, participaron, entre otros, medios comunitarios de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal, la Radio Madres, medios ANCCOM –entre los medios universitarios- y el medio digital Gelatina.

El tema recurrente de la mañana giró alrededor de los medios de comunicación y su regulación, con preguntas sobre lo sucedido en este gobierno, el futuro cercano de cara a las elecciones y los desafíos que propone un ecosistema mediático convergente. La necesidad de repensar una política de Estado que intervenga de manera integral sobre el escenario apareció mechada entre problemas concretos como la distribución de la pauta publicitaria, la demora en el pago de fondos públicos, el acceso a fondos de fortalecimiento y la injerencia de los grandes conglomerados mediáticos en la agenda pública.

 

Sobre este tema, Rossi planteó que “cuando empezamos a trabajar con la idea de reponer la vigencia de la Ley de Medios rápidamente nos encontramos con que hay que meterse en las nuevas plataformas. Tenemos una norma que es muy potente pero que era exclusivamente para los medios audiovisuales y que, además, no tenía referencia al contenido. Además han aparecido plataformas que son muy difíciles de controlar, en cuanto a cómo se mueve cada una de ellas.” En ese sentido, el jefe de Gabinete declaró que “tenemos que tener un diagrama general, previo a una decisión política e ideológica. Después tenemos que ir planteando objetivos. Eso exigirá esfuerzos por parte del Estado.”

Sobre el panorama electoral, el candidato a vicepresidente remarcó las dificultades que deben sortear los sectores que no están alineados con el poder mediático concentrado, incluido el propio gobierno, para comunicar ideas, acciones de gobierno o convencer al electorado. En este último aspecto, se refirió específicamente a los jóvenes al ser consultado por ANCCOM y dijo que “hay que lograr que se entienda la importancia del voto. Se tiene que ir a votar con la cabeza y el corazón, pero también con el convencimiento de lo que es mejor para Argentina.”

Con las wiphalas en alto

Con las wiphalas en alto

Frente al Congreso, se concentraron organizaciones indígenas feministas del Tercer Malón de la Paz. Con un pañuelazo reclamaron contra las políticas represivas del gobernador de Jujuy. Después, marcharon a Tribunales, donde tres manifestantes permanecen encadenados y realizando una huelga de hambre.

El Tercer Malón de la Paz se hizo nuevamente visible. Las banderas whipalas se encargaron de teñir de colores las avenidas aledañas al Congreso de la Nación. Organizaciones indígenas, feministas y autoconvocados se reunieron en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas para exigir  “¡arriba la whipala, abajo la reforma!” 

“Te estoy esperando en la esquina de Yrigoyen y Entre Ríos, apurate que ahí viene todo el quilombo”, dijo una mujer al teléfono, cuando comenzó a escucharse los bombos, cajas y cantos de cientos de personas que recorrieron gran parte del norte argentino para pedir por la nulidad de la reforma constitucional impuesta en la provincia jujeña.

A pesar del largo camino para llegar a la Ciudad de Buenos Aires, la energía  y la fuerza para la lucha no se las quitó. No pudieron en Jujuy con la represión y armado de causas, no pudieron en CABA con las amenazas de hacer actuar a la Infantería.

“Parece que vino el señor Morales a cortarnos la energía del megáfono” se bromeó sobre las reiteradas trabas que le puso el gobernador de Jujuy al malón y con un altavoz que ponía resistencia para hacer escuchar las demandas del pueblo. Gracias a la organización de los convocados, o tal vez debido al sahumado para alejar las malas energías, se pudieron escuchar los reclamos. 

Con intervalos de gritos como “¡abajo la dictadura, arriba los derechos” y “¡jallalla!”, cuyo significado va desde el sinónimo de “viva” hasta la representación de esperanza, se hizo presente la demanda por el derecho al agua, a la participación de los pueblos originarios, a la protesta y a un ambiente sano. 

El Tercer Malón de la Paz se encuentra en viaje desde el 25 de Julio. Con  aproximadamente 1875 kilómetros recorridos, la distancia se hace sentir. Para no extrañar tanto sus hogares, además de traer sus reclamos, trajeron consigo sus costumbres. 

Entre los integrantes de las casi 400 comunidades originarias que se sumaron a la movilización, se observaban unas pequeñas bolsas verdes que llevaban dentro hojas de coca. Se consumían como chicle y ayudaban a combatir el hambre, la sed y el cansancio, lo cual se transformó en una herramienta necesaria luego de más de diez días de movilización.

La música típica norteña también dijo presente y se convirtió en figura del pañuelazo. De la mano de instrumentos como el sikus, el erke, el bombo legüero y la caja se le puso ritmo a las demandas, acompañadas del canto “en Jujuy tenemos un señor dictador/ Morales se llama y nos tiene con hambre/  Morales se llama y no tiene corazón”. 

“Viene toda la familia, ¿no?” preguntó con una sonrisa un hombre que sin querer se chocó con un chico y su pequeña bandera whipala. Pese a que el pañuelazo convocaba principalmente a mujeres indígenas y feminismos, familias enteras acompañaron al malón. Desde madres y padres con bebés y cochecitos, hasta adultos y abuelos. 

El espíritu de la marcha fue pacifico y familiar. Lejos de las declaraciones del gobernador Gerardo Morales, quien en las semanas pasadas a través de sus redes sociales señaló que las protestas se trataban de “sectores violentos organizados” cuyo fin era “la presión sobre el sistema para obtener cada vez más fondos”. Ante estas acusaciones, los representantes de los pueblos originarios respondieron durante la movilización: “No vinimos a mendigar o a que nos regalen plata. Vinimos por los derechos de nuestro territorio, a exigir justicia”.

Si bien el whipalazo debió culminar en el Congreso, se tomó la decisión espontánea de llevar la movilización hacía Tribunales, donde se instaló el acampe del malón hace ya una semana. La partida resaltó por el sonido del sikus, los cánticos y las banderas whipalas con sus siete colores.

Además de hacer el reclamo visible a través de los cantos, los pañuelos  y los carteles que exigían “intervención en la provincia de Jujuy”,  “no a la reforma” y “ afuera Morales”, los integrantes de los pueblos originarios repartieron folletos para desmentir las declaraciones del gobernador de Jujuy y hacer saber a la gente de la ciudad a que se debió su arribo al centro porteño.

Al llegar al edificio ubicado en las calles Talcahuano y Tucumán se dejó de lado por un momento los reclamos para pasar a transmitir palabras de fuerza para los tres integrantes del malón que allí se encontraban encadenados y transitando una huelga de hambre (ver recuadro). La extrema medida de fuerza se tomó luego del silencio de la Corte y posterior impedimento por parte de la Policía de la Ciudad a la instalación de carpas que faciliten la vigilia. 

Caía la noche y con ella el frío, los termos de café y mate que acompañaron durante la tarde quedaron vacíos. La algarabía que recorrió y pintó el centro porteño se reunió nuevamente en Plaza Lavalle. “No nos van a callar/ no nos van a cansar/ ¡Jallalla!” culminó un integrante del malón, con un grito lleno de esperanza. 

La intervención del Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel

Por Juan Mércuri

El martes 8 de agosto, se cumpió el octavo día del acampe pacífico del Tercer Malón de la Paz frente al Palacio de Tribunales, en Plaza Lavalle. Las comunidades originarias se manifestaron para ser recibidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Su pedido es claro: “Arriba los derechos, abajo la reforma”. Sin embargo, del otro lado aún no hay respuestas, y en la espera, el Gobierno de la Ciudad se negó a permitirles el uso de carpas y tampoco facilitó el acceso de baños químicos.

A partir del mediodía de ese martes, tres integrantes del malón se encadenaron en las escalinatas de Tribunales junto con carteles que exigen justicia ante el Máximo Tribunal para que declare inconstitucional la reforma del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Uno de ellos exclamó: “Que la policía nos saque muertos, nosotros venimos a luchar para que los hermanos descansen bien. Toda la provincia está sufriendo”.

Pasadas las 14, se hizo presente el Premio Nobel de la Paz y presidente del Consejo honorario del Servicio de Paz y Justicia -SERPAJ-, Adolfo Pérez Esquivel, que luego de ingresar al edificio para intermediar y que los jueces de la Corte atiendan a la delegación originaria, brindó una conferencia de prensa. El activista y defensor de los derechos humanos informó que pese a que no se encontraba ninguno de los jueces presentes, le plantearon a los secretarios la necesidad de que reciban a las comunidades originarias.

También sostuvo que van a realizar gestiones con el Gobierno de la Ciudad para que les provean el espacio que se merecen para desplegar carpas, así como también el uso de baños químicos. Para finalizar afirmó: “Esto es una violación, y les dije claramente que el racismo, discriminación e intolerancia no solo por parte de la Corte, sino también del Gobierno de la Ciudad”.

Acto seguido, el megáfono pasó a manos del referente del Tercer Malón y cacique del pueblo Ocloya de Jujuy, Nestor Jerez, quien rodeado de micrófonos, cámaras y teléfonos, expresó que la reforma de Morales viene a “legalizar la violencia institucional y a avanzar con el genocidio y el exterminio de los pueblos”. Sostuvo que mediante la reforma constitucional, la provincia “se apropia de todo territorio, las tierras fiscales, el agua, los recursos naturales, la biodiversidad y la genética, que son la garantía de vida de toda la humanidad”.

Jerez denunció: “Estamos expuestos a la discriminación, en forma pacífica aquí en la plaza, donde estamos a la intemperie, porque no nos permiten colocar una carpa para nuestros mayores, para las mujeres, los niños, y por eso entendemos que es necesario que la justicia se expida, y si no lo hacen tendremos que ir a la corte interamericana de derechos humanos”. Por último, el cacique enfatizó que el único camino es “el diálogo sincero y que como base deben estar garantizados los derechos establecidos en la Constitución Nacional y Tratados Internacionales”.

Un león suelto en Chacarita

Un león suelto en Chacarita

Javier Milei cerró su campaña en el Movistar Arena junto a miles de seguidores. ¿Quiénes son? ¿Por qué lo votan? ¿Qué esperan? ¿Por qué periodistas de Turquía y de Al Jazzera fueron a cubrir el acto? Un fenómeno, para muchos temerario, que el próximo domingo se conocerá su verdadera dimensión.

Pasaron pocos minutos de las 17 en el parque Los Andes, en el barrio de Chacarita, donde el Mileimovil, con una cara gigante del candidato, ya está estacionado. Las vallas están dispuestas y personas, mayormente jóvenes de 25 a 35 años, llegan apresurados, confundidos e inquietos, preguntando, unos sobre el QR para el ingreso, otros sobre las entradas. Hay quién consulta de qué se trata el evento. Karina Milei, hermana y mano derecha del candidato, saca papeles de un auto y los entrega. Algunos fanáticos se toman fotos con ella. No es candidata, pero sí famosa.

“El voto bronca”, responde Eliam, estudiante de Ingeniería en la UNSAM. Es delgado, de cabello negro y mira a esta cronista fijamente. Después sonríe tímidamente: “El voto bronca es el enojo hacia el gobierno. Antes ayudó a Alberto Fernández en contra del gobierno de Macri. Se trata de no dejar que siga el gobierno. Mi mamá está en duda entre Milei y Bullrich”, asegura levantando el volumen para superar la alarma de un auto que acaba de dispararse. El estudiante y sus amigos, todos de Mechita, a dos horas y media de la Capital, están persuadidos que Milei es la solución a los problemas del país.

Un grupo de militantes reparte las entradas y da informes: “Aquí las entradas, aquí las entradas! ¡Por aquí señor, por aquí! ¡Uff hace frío!” dice uno de ellos y me mira. “¿Desde qué hora estás aquí?” “Desde que comenzaron. Yo soy chatarrera y vengo desde Santiago del Estero. Toda mi familia lo vota. Ya no le creo a ningún otro, tengo 57 años. Me auto-regalé el viaje. Vine hace dos días para militar por Milei. Tengo esperanza, lo que no tuve nunca”, dice Emilse Durán, una mujer de contextura fornida y rostro gastado, siempre sonriente. En el pecho lleva un pin de Milei que le costó 500 pesos. “Los muchachos me han dicho que esta noche me quedaré en un hotel”, menciona y con su mirada señala hacia el auto de Karina. 

Ante la pregunta de cómo registrarse como trabajador de prensa, los jóvenes primero hacen como si no escucharan y luego derivan la consulta a otra persona. Un hombre de unos 45 años con una cámara de televisión en mano y otro con un micrófono entrevistan a un joven. En ese momento se enteran de que al evento no se podrá ingresar con cámaras. Los encargados de prensa de Milei transmitirán el evento de manera oficial. Los periodistas extranjeros, de Al Jazeera se miran pensativos y uno frunce el ceño. ¿Cómo van a hacer su trabajo?

Matías y su novia, ambos altos, rubios, ojos muy claros, piden entradas. “¿Por qué votás a Milei?” Piensan unos segundos y él contesta que de su mano viene la libertad, “¡Es la solución, no hay otro más! Vos decime, ¿quién puede ser?”, retruca. No le respondo. Pregunto de dónde vienen. No contestan y se van a hacer la fila.

Son las 6:40 minutos, el viento y el frío se hace más penetrante. La fila se estira a toda una manzana y más. A la esquina llegan los músicos con letreros con la imagen de un león rugiendo color amarillo y fondo azul que dice “Milei 2023”. Otros llevan uno similar con fondo negro y letras blancas. Más allá sostienen la imagen de una serpiente verde. Los vendedores ambulantes aprovechan para vender pines, cuadernos, remeras, banderines. No cabe duda de que para ellos Milei ya representa una oportunidad de mejora económica. 

Hombres y mujeres de prensa apresurados se acercan a la entrada para acreditarse. Allí hace aún más frío. Algunos entran rápidamente, a otros nos hacen esperar. Se acercan diferentes candidatos y entran por el mismo lugar. “Acreditación y seguro, por favor”, es el primer pedido. Varios lamentan no poder ingresar con sus cámaras. Agencia Press y TRT World un medio de televisión de Turquía esperan su ingreso. Se acercan y me preguntan cómo entrar. Mientras esperan uno de ellos dice que no conoce el lugar, el estadio, pero que se ve todo tranquilo. “Nosotros hemos venido desde Turquía y nos vamos después de las PASO. Hemos venido por este candidato, desde allá venimos siguiendo su surgimiento por cómo es y se presenta”, afirma el periodista. Luego de varios intentos y súplicas a los representantes de prensa se rinden y se retiran.

Finalmente se abren las puertas. Son más de las 20 y el estadio se llena hasta la mitad de su capacidad. Agustín, un joven estudiante de economía, arenga y grita en el estadio. Una anciana baila al son de la música. Un niño de unos 10 años se pasea con un letrero y ofrece tomarse fotos “como el chico Milei”.

Se acercan las 21, aparece una bandera con imágenes de un león, serpiente, y consignas, inmensa que todos intentan tocar con devoción. Las luces finalmente se apagan. Comienza el espectáculo. Un hombre con rasgos originarios hace sonar un cuerno como si llamara a los dioses, para luego anunciar que Milei, “el león rugiente”, está por aparecer. De fondo se proyectan imágenes que parecen de una película apocalíptica: Edificios, casas, autos, árboles, vuelan y se derrumban. El desastre asusta y conmueve a todos. El público centra sus cinco sentidos en las pantallas. Silencio y conmoción total. En eso aparece por una de las esquinas el hombre que todos los presentes creen que salvará a la Argentina del desastre.

Milei cruza por medio del tumulto de militantes. Demora en llegar al estrado como si estuviera en una procesión. Minutos después hombres de traje sacan a empujones a otro ubicado cerca del estrado. Desde el primer piso se ve que es atacado a golpes antes de salir. ¿Qué pasó con el hombre? ¿Por qué lo golpearon de esa manera? Incógnita.

El punto cúlmine de la presentación llega después de las 21 horas. Se prenden las luces y aparece Javier Milei, junto a sus representantes. Nada diferente a lo que viene haciendo: un discurso pasional, al borde de los gritos: “A pesar de todas las trampas, a pesar de las calumnias, las injurias y la banalización del Holocausto y la liberación del código electoral en su artículo 140 hoy estamos listos para representar la Argentina. Cien años de este sistema que lo único que hace es beneficiar a la casta de políticos ladrones. Esto empezó con Hipólito Yrigoyen en 1916 con la Unión Cívica Radical”, grita con todas sus fuerzas el candidato que se presenta como “el León que ruge”. El público lo aclama, se excita. Se escuchan insultos entre los gritos de “¡Libertad, libertad!”

Al concluir el evento los jóvenes salen eufóricos, convencidos de la salvación que aportará rey León.

Eliam aparece en la estación del subte Línea B y dice que su fe y esperanza –casi como si siguiera a un pastor evagenlista- está puesta en Javier Milei y que para él y sus amigos es momento de empezar a escribir la historia en una hoja en blanco. Momento de dar vuelta la página, si sale mal, no importa, pero al menos –dice- se intenta.

«No compremos perlas truchas sin chistar»

«No compremos perlas truchas sin chistar»

“Te aseguro que a los medios concentrados los arruino, chau pauta, chau exenciones impositivas”, dijo Juan Grabois en una rueda de prensa de medios comunitarios, alternativos y universitarios. En la recta final de la campaña el precandidato a la presidencia de Unión por la Patria aseveró que, de perder la interna, apoyará a Sergio Massa, aunque no sería ministro de un eventual gobierno.

En la última semana de su campaña de las Primarias Abiertas para Presidente de la Nación, el precandidato de Unión por la Patria Juan Grabois se presentó en una rueda de prensa para medios populares, alternativos y universitarios en Barricada TV. “Para caretas ya están los demás”, dijo el abogado y activista social, que respondió todas las preguntas y, tras citar una canción del Indio Solari, se declaró ricotero. A continuación, tramos salientes del intercambio con los periodistas que participaron de la conferencia.

 Dentro de un programa de gobierno, ¿qué cosas se pueden implementar para que quienes hacemos comunicación comunitaria estemos en espacios de definiciones políticas y de contribuición a la causa popular?

Nosotros predicamos y practicamos que la gente que tiene un fuerte lugar de decisión es está embebida en la temática por su experiencia vital, no únicamente por conocimientos académicos. Promovemos una cartonera diputada y también una cartonera directora de reciclado o una villera para que dirija la organización de los barrios populares. Tenemos esa concepción doctrinaria de que sólo el pueblo salva al pueblo. En relación a los recursos que se destinan, no sé cuánto va a ir para los medios comunitarios, pero para los medios concentrados te aseguro que los arruino, chau pauta y chau extensiones impositivas. Los medios están exentos de IVA, no van a seguir recibiendo guita del Estado. Efectivamente creo que debe haber un sistema de pauta; primero que aplique un criterio de discriminación inversa, más para el más débil; segundo que sea transparente, porque se utiliza de una manera que no es ética; y tercero, yo soy muy crítico de nuestro propio movimiento de economía popular, entonces aparece el dilema sobre cuál es la función de los medios comunitarios. Si ser un canal de comunicación masiva que dispute sentido, si ser un espacio de apertura local de la consciencia y acceso al trabajo y a la formación en medios audiovisuales. Los medios comunitarios son trincheras de resistencia social que construyen a partir del acceso que tienen un montón de pibes a un mundo desconocido que es el de manejar una consola, agarrar un micrófono. Si el conjunto de los medios comunitarios va a construir una contrahegemonía comunicacional, no lo sé; y tampoco me desvela, porque tampoco creo que la economía popular tenga que competir en términos de productividad con el sector privado capitalizado. Creo que su productividad es alternativa y creo que hay una mitología gorila, meritocrática, de que todos tenemos que tener el impacto del grupo Clarín. Y si todos tuviéramos ese impacto seríamos una máquina de manipulación, porque para tener ese impacto hay que manipular, construir formas adictivas como las redes sociales.

 ¿La radicalidad de tus propuestas podrían jugarte en contra? ¿Te ves como un candidato fuerte para las próximas elecciones?

Si no hiciera las propuestas que hago sería un mentiroso, porque son las cosas en las que creo. Quiero que si la gente nos vota lo haga por nuestras convicciones e ideas y no porque la careteamos mejor; porque además para caretas ya están los demás, y les sale bárbaro. En relación a la candidatura digo lo que siento, esto lo digo y lo hago; hay cosas de las que estoy seguro, como de que no voy a ser ministro de Massa, y de que si gana Massa las PASO lo vamos a apoyar. Si a nosotros nos va muy bien, sí creo que quedará un piso armado; y si nos va muy mal lo que me corresponde es decir «che a la gente no le caí muy simpático, no le gustó la forma en que yo transmitía, busquemos otro compañero o compañera». Del resultado de esta elección depende para mí la interna, cómo queda la relación de fuerzas dentro de Unión por la Patria, porque si nos va muy mal va a quedar todo corrido para la derecha; y también depende de la construcción de un liderazgo para el futuro. Vi tanta gente que arruinó organizaciones y grupos queriendo siempre estar, con pésimos resultados… Yo voy a tratar de no reincidir en ese rol que siempre critiqué.

¿Qué valoración haces de la Ley de Equidad de Género en los medios? Y en relación a la libertad de expresión, ¿qué posición tenés sobre los discursos violentos y de odio?

Salvo en los medios comunitarios, la primera vez que vi en un medio público, en un medio grande, a una mujer con una cámara, fue en la TV Pública. Me dijeron que fue una lucha ganada por SiPreBa para que haya mujeres con cámaras. Yo creo que hay que avanzar con eso y también creo en los sistemas de cupos, siempre creí que tiene que haber un cupo para personas que viven en barrios populares, pueblos originarios, personas con discapacidad, etc, porque hay siempre un corte de clase que queda afuera, ahí sí banco fuerte. Con respecto a los discursos de odio no tengo una posición tan firme porque lo que tengo claro es que están mal en torno a las discriminación de grupos que tienen vulneraciones específicas, nacionalidad, clase; pero en términos de política, salvo que sea una amenaza directa contra la integridad física de una persona, creo que hay que bancársela; si es contra un dirigente político.

 Hay algo que aparece mucho en tu campaña, una minoría intensa que te acompaña. ¿Cuál es el mandato para esa minoría y cuáles son las tareas que se vienen en la nueva etapa de Argentina?

Es difícil contestar si no podemos caracterizar la etapa y el resultado electoral va a tener una incidencia fuerte en esa caracterización. Una etapa gobernada por Bullrich es distinta a una gobernada por Massa. Creo que la tarea fundamental de la militancia popular desde hace años es unir a los sectores excluidos. La prioridad es levantar la bandera de los que están socialmente excluidos, de los más empobrecidos y por otro lado, la prioridad es, hoy estoy un poco ricotero, no comprar perlas truchas sin chistar como dice la canción. Comprala, ¡pero chistá! Porque si no estamos en una especie de narrativa disociada, entregando y arrastrando todas las banderas, y prácticamente con una estrella roja en la boina.

«Escuchar al pueblo es nuestra mejor herramienta como militantes»

«Escuchar al pueblo es nuestra mejor herramienta como militantes»

Tres dirigentes de base del conurbano de distintos espacios políticos cuentan sus experiencias con los vecinos, la situación que se vive en los barrios y sus expectativas para las PASO.

Nadia Czmuch es docente y precandidata a concejala en San Martín por el Frente de Izquierda.

La dirigencia de base, en permanente contacto con los habitantes de su territorio, es la que lleva el termómetro de la temperatura social. ANCCOM quiso saber qué piensan y cómo se preparan para las PASO tres militantes del conurbano bonaerense. Una es docente y precandidata en la zona norte y los otros dos tienen cargos públicos, pero también salen de sus escritorios para caminar y hablar con los vecinos de las problemáticas que los afectan.

Lucía Claramunt trabaja en la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Fue concejala de San Isidro entre 2019 y 2021 y conoce la realidad del partido gobernado hace 24 años por Gustavo Posse. “Es un distrito complicado para el peronismo en general, y para la militancia en los barrios en particular. Históricamente gana Cambiemos. Hace más de 40 años que gobiernan los Posse (antes gobernó Melchor Posse, padre del actual intendente), y ahora buscan una continuidad con Macarena, la hija de Gustavo. Nosotros venimos de unas muy buenas elecciones donde logramos que entren tres concejales y dos consejeros escolares”.

Ariel Menacho es concejal por el partido de Gustavo Posse, Acción Vecinal, desde 2021 en Juntos por el Cambio. Destaca las renovaciones en el espacio público que se hicieron en la localidad de Villa Adelina y admite que “hay mucha preocupación en el vecino” por la seguridad, a pesar de la instalación de más cámaras y el patrullaje municipal, pero confía en que “se puede ir mejorando un poco”.

Nadia Czmuch es docente, sindicalista del SUTEBA en la rama opositora a Roberto Baradel y precandidata a concejala en San Martín por el Frente de Izquierda. “San Martín tiene mucha PyME y mucho trabajo en negro. Es la capital de la precarización. También somos la capital nacional de la basura porque el 80 por ciento del conurbano viene a tirar los residuos acá, tenés el CEAMSE y enfrente los basureros ilegales”, describe e ironiza: “Es un combo hermoso y es lo más característico”, en alusión al eslogan que se le dio al distrito, “capital nacional de la industria PyME”, debido a la gran presencia fabril.

Lucía Claramunt fue concejala de San Isidro entre 2019 y 2021.

Haciendo un balance, Claramunt y Czmuch coinciden y valoran que ambos municipios invierten recursos en cultura. En San Isidro, Claramunt rescata la gestión en salud, pero lo que falta, opina, es la conectividad en el transporte, la creación de jardines maternales, un hospital veterinario -porque la Dirección de Zoonosis realiza castraciones y no atención médica-, iluminación y seguridad, más plazas y parques, y sobre todo la urbanización en los barrios populares, ya que el Plan Federal de Viviendas que se hizo en 2003 durante el gobierno de Nestor Kirchner quedó inconcluso y con denuncias ante la justicia.

En cuestiones de género, Claramunt plantea que en San Isidro falta un refugio para las víctimas, más allá del otorgamiento de botones antipánico, y que cada año se le destina un presupuesto que no es ejecutado. Con los gritos de sus hijos como fondo de la charla, Czmuch subraya que en San Martín hay una consejería de género donde se atiende a las víctimas, pero considera que el presupuesto que se asigna a la problemática es insuficiente.

Como docente, Czmuch vive distintas realidades en los ámbitos educativos de San Martín,

que se ven reflejados en la comunidad: “Estaba trabajando en una escuela de Villa Hidalgo y la situación allí es terrible. Teníamos pibes que viven en situación de calle, venían a la escuela y funcionaba como guardería, hogar, comedor, abrigo, todo lo que te puedas imaginar, y eso va empeorando cada vez más. Hace poco arranqué a investigar, porque me di cuenta de que llega el invierno, y en un curso de 25 pibes, 15 tienen asma. Es un número zarpado, y es por las condiciones en las que viven. Cuando se agudiza la crisis, los primeros lugares donde aumenta la violencia son los barrios. Estoy viendo mucha violencia en todos, entre los pibes y hacia los docentes”.

Al respecto de San Isidro, Claramunt señala: “No hubo mayores cambios. Cuando se gestiona barrido y limpieza, mejores sectores verdes y acceso a la salud, siempre hay una diferencia de la Panamericana hacia el río o hacia el otro lado (Boulogne y Villa Adelina). Se nota cuando uno transita por el centro de San Isidro y por el bajo de Boulogne, la luminaria no es la misma”. También relata su experiencia como militante de la agrupación 26 de Julio, que durante la pandemia repartió insumos de limpieza, vacunas, ollas populares y merienda: “Las organizaciones siempre vamos a estar en los barrios. Yo hace ocho años que estoy en la 26 y uno siempre está, se organiza y la gente es muy solidaria, pero no es lo mismo que la Provincia te baje una mercadería para una olla popular o te dé acceso a otras cosas”.

Por su parte, Menacho resalta que los vecinos le acercan comentarios sobre inseguridad y servicios, como el tema de la basura e higiene. “El sistema hace que las cosas no se trasladen en el tiempo, pero es lo primero que el vecino ve y reclama, porque siempre tenemos presencia en el barrio”. En el fin de semana previo a las PASO, el concejal Menacho atiende a ANCCOM en el comité de Villa Adelina, entre reuniones y actos con Macarena Posse. “Fue una campaña distinta. Si bien acá en San Isidro lo que se hizo la gente lo reconoce, tracciona mucho la boleta nacional de los candidatos a presidente, entonces ahí está el secreto. No hay mucho para contarle a los vecinos sobre lo que se hace y se va a seguir haciendo, sino el arrastre que pueden tener los candidatos nacionales”. Sostiene que se trabajó muy bien, pese a algunos hechos aislados, en especial con la lista que representa a Patricia Bullrich dentro de la misma alianza y que lleva a Ramón Lanús como candidato a intendente.

En San Isidro, la agrupación de Claramunt impulsa como candidato a intendente a Federico Mecca, del Frente Renovador: “Nos preparamos yendo casa por casa, reuniendo con los vecinos, hablando de lo cotidiano, hacemos actividades invitando a que voten nuestro proyecto que está presente en los barrios”. Según ella, “está en juengo la patria” y hay dos modelos de país. En la agrupación están capacitando a los fiscales para “cuidar el voto” porque temen que haya trampas el día de la elección a través del robo de boletas. Para convencer al elector apático, conversan sobre los derechos adquiridos y los candidatos en esta elección, ejerciendo la escucha. “Se entiende que la gente esté cansada y muy frustrada, se pensó que éste (el de Alberto Fernández) iba a ser un gobierno con mayor desarrollo. Escuchar las demandas del pueblo es la mejor herramienta que tenemos como militantes y para buscar una solución colectiva”, afirma.

Czmuch recuerda sus comienzos como militante: “Empecé después del conflicto del campo con el Gobierno porque era una puja donde el resto de los sectores no existían, donde los trabajadores no tenían ni voz ni voto, también porque formé parte del movimiento estudiantil”. En estas elecciones integra la lista de Miryam Bregman y Nicolás Del Caño como candidatos a presidente y vicepresidente. Para Czmuch, la salida es la organización: “Nosotros sostenemos el partido y no tenemos un aparato financiero. Pegamos afiches, repartimos boletas, doblamos, vamos casa por casa y fiscalizamos. Estamos muy a full con eso, sobre todo con la fiscalización, porque es fundamental para la izquierda”. Su espacio realiza asambleas en lugares como José León Suárez, en la UNSAM y en el centro de San Martín, para que la gente acerque sus propuestas e ideas y para tratar de convencer a los indecisos.

Menacho también se refiere a ellos: “Para convencer al electorado hay que mostrar lo que se va haciendo. Macarena forma parte de un equipo y ya viene trabajando, y si bien el vecino sabe lo que se hace, hay que convencer hasta a los que tienen otra ideología, también trabajamos para ellos. Lo principal es la continuidad de un proyecto y cómo venimos trabajando”.

Divino tesoro

En cada elección se observa la presencia de más candidatos jóvenes, no sólo de La Cámpora, la Juventud Radical u otras agrupaciones con tradición en esa franja etaria. “Está bueno porque es una característica histórica de la juventud ser parte de la política y discutir -sostiene Czmuch-. Está bueno ser parte de eso, más allá del comentario de que la rebeldía de la juventud se fue a la derecha por el fenómeno Milei, pero la realidad muestra que ambas siempre están del mismo lado”.

Con tono de entusiasmo, Claramunt expresa: “Me parece fabuloso porque estamos viendo el recambio generacional y esperemos que vengan con una nueva política, más allá de que uno tiene una mirada distinta y una perspectiva de un municipio diferente dependiendo de a qué fuerza pertenece, es muy importante que haya juventud y que no sean los mismos candidatos de siempre”.

Entre risas, Menacho reconoce que ya no es tan joven pero valora que se brinde lugar a los nuevos. “Es hora y es necesario. Eso no significa que a la gente con más experiencia se la tenga que correr. Está en la oposición Federico Mecca, que es un muchacho joven y también es concejal”, pero hace una aclaración: “No significa que por el solo hecho de ser joven merecés el lugar. Tenés que estar preparado y capacitado”.

La experiencia de la militancia va formando y a su vez generando un vínculo con los vecinos a través del trabajo en conjunto para resolver los problemas de los barrios. “Esperamos que haya más conciencia social, cultural y política, más personas que estén organizadas, que se interesen por la política, por un proyecto, y se enamoren, porque esa es la única herramienta de transformación. Porque sinceramente si no es en una organización política, en un partido, no es nada”, remarca Claramunt con su juventud y sus años de militancia.

Menacho destaca que “uno aprende mucho al estar con gente que trabaja”. Dice que la experiencia con sus compañeros tanto en el comité como en el Concejo Deliberante lo llena continuamente, pero en especial la proximidad con el vecino: “La gente te conoce, pero estando en la función pública se referencian con vos, y eso es buenísimo”.

“La idea de la militancia es construir una alternativa de los trabajadores -reflexiona Czmuch-. En donde vos estás, cómo organizarte, cómo defenderte, más allá de ser una práctica cotidiana, es tu forma de vida. En las escuelas es defender los derechos de los chicos, de mis compañeros, estar con la comunidad educativa, las familias. Cuando vos estás en un conflicto y cuando ves que a través de las organizaciones con tus compañeros podés cambiar la realidad, aunque sea mínimo, o poder visibilizar una situación, como lo que pasó en Jujuy a la hora de votar la reforma constitucional, elegís la manera de influir en el curso de la historia”.

El MOCASE canta 33

El MOCASE canta 33

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero cumple este viernes 33 años de resistencia y defensa de sus tierras. Mientras promueve la agroecología, la soberanía alimentaria y la reforma agraria, construye su propia universidad. ANCCOM te cuenta cómo funciona.

Antes de que los colores cálidos se adueñen de la luz, la noche termina de morir. Enseguida sale el sol, la aridez se mezcla con la tierra que sobrevuela y está en todas partes. También invade unas tres hileras de cuchetas y un par más de camas en las esquinas de la habitación de ladrillos y techos de chapa que alojan unos cien colchones donde duermen las personas que asisten a la Universidad Campesina e Indígena de Santiago del Estero, también conocida como la Universidad Suri o UNICAM, fundada por el Movimiento Campesino de Santiago del Estero que este 4 de agosto cumple 33 años de vida. En ella se enmarcan la Escuela de Comunicación Popular y Comunitaria, la Escuela de Psicología Social y la Escuela de Agroecología.. 

La oscuridad todavía no deja ver el monte mostaza con sus espinas gastadas, las flores lilas de los yuyos, los dorados ásperos, rosas, celestes y violetas que regala el cielo. Ni siquiera se ven los murales en la fachada, que muestran los emblemas de la comunidad, la bandera argentina y una multitud marchando. 

Tampoco se aprecia la amplitud de un horizonte que, quienes tienen la costumbre de verlo repleto de edificios, llamarían “vacío”

A las 8 de la mañana amanece nublado y muchas caras recién despiertas se nuclean en búsqueda de calor y aprovisionamiento alrededor de la parrilla donde se apoya una olla inmensa para calentar el agua, algo se respira en el aire además de la pureza del monte y el pan que se tuesta sobre esos mismos hierros.

El desayuno transcurre en una calma más bien tímida. Media hora después se escuchan los llamados para ingresar al aula. Esto no es un campamento ni un viaje de egresados ni una colonia de verano como las de las películas musicales para adolescentes. Con termos cargados y cuadernos en mano, son muchas las piernas en el cerro que comienzan a andar el camino delineado con piedras entre el pasto color pardo para llegar a la clase que se desarrollará en un salón bastante grande, que cuenta tres paredes de ladrillos y una cuarta pared inexistente: se abre y se cierra apoyando de lado a lado una chapa a modo de portón para que no entren las cabras o los perros o los chanchos o los pavos reales que comparten la montaña con la comunidad. 

 

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) nació el 4 de agosto de 1990 con el fin de organizar al campesinado ante el avance del agronegocio. La defensa de la tierra, la reforma agraria integral, la soberanía alimentaria, la agroecología y la vuelta al campo son sus banderas principales de lucha y resistencia.

Tres años después, el MOCASE participó de la creación del Movimiento Internacional Vía Campesina (VC) que nuclea a millones de personas en más de 70 países. Y el año 2005,, junto a otras organizaciones, fundó el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), un espacio que reúne a miles de  familias con inserción territorial en varias provincias. 

Las dificultades históricas de jóvenes rurales en el acceso a la educación superior impulsó al MOCASE a crear su propia casa de altos estudios, la Universidad Campesina  e Indígena S.U.R.I -Sistemas Universitarios Rurales Indocampesinos-, fundada en 2011 bajo la filosofía del “buen vivir” -o “Sumaj Kawsay” en quechua-, que propone vivir de una manera armónica con la naturaleza y llevando una vida en comunidad, en oposición a la lógica extractivista del capitalismo. 

La UNICAM SURI se encuentra en el Km 924 de la Ruta Nacional N° 9. El pueblo más cercano, Villa Ojo de Agua, está a unos 5 km por un camino de ripio. Una ruta de tierra que arde en verano y congela en invierno y en la que siempre será un acontecimiento ver desde sus costados cómo la cruzan los autos rápidos, trayendo un poco al silencio del pastizal los ruidos mecánicos del tránsito lejano. 

En la página web del MOCASE puede leerse: “La UNICAM es un espacio, donde campesinos, indígenas, trabajadores urbanos y rurales ejercemos el derecho a una formación que nos permita no sólo recuperar y reivindicar nuestra propia cultura, sino también trabajar para educar desde otra mirada para que las trabajadoras y trabajadores no seamos marginados, como receptores de una cultura ajena, sino como sujetos activos de la construcción colectiva de una nueva educación y un nuevo mundo.”

Ya en el aula la propuesta es formar una ronda. Los cuerpos se organizan en base a esa premisa y en medio del círculo se aprecia el contorno de un mapa de Latinoamérica, dibujado en el suelo con carbón. Suena una música local y entran los coordinadores que se acercan y depositan distintos elementos dentro de la figura: semillas, verduras, libros. Es la mística que da comienzo a las jornadas de clases de la Universidad.

Las clases expositivas se realizan en ese aula, luego están los momentos de prácticas grupales, en los que los equipos de estudiantes se reúnen en cualquier lugar del predio para llevar adelante los ejercicios propuestos por los coordinadores.        

Antes y después de la clase hay que resolver las cuestiones organizativas: horarios de actividades y división de tareas en equipos (las tareas cotidianas, como por ejemplo el desayuno, están bajo responsabilidad de los estudiantes). La cursada alterna períodos presenciales de cinco días consecutivos con períodos de clases virtuales, de manera que los jóvenes puedan regresar a sus territorios y cumplir allí con sus actividades laborales. Está modalidad garantiza la continuidad del  ciclo lectivo  a aquellos que por sus responsabilidades laborales o por las lejanas distancias de sus domicilios no podrían asistir de otro modo a la universidad.

… 

 A las 7 de la tarde, el momento áulico terminó hace media hora y Norma Michi habla sentada en el asiento del conductor del auto que utiliza para volver al pueblo luego de finalizada la jornada. Explica que desde el año pasado empezó con esta dinámica, antes vivía y dormía en el predio de la Universidad Suri, pero los años en el cuerpo hacen que sean necesarias ciertas comodidades que antes parecían prescindibles. Michi es licenciada en Educación Permanente, Doctora en Educación y profesora adjunta del Departamento de Educación de la Universidad de Luján.Reside en Villa Ojo de Agua, integra la Coordinación Político-pedagógica de la Escuela de Comunicación Popular y Comunitaria del MOCASE y coordina el taller de cerámica de la UNICAM. 

 -¿Cómo piensan las particularidades pedagógicas de la UNICAM?

Hay una Coordinación General desde donde se piensa lo pedagógico, y tiene un papel muy importante. Se valoriza el proceso completo, integral: lo que pasa dentro del aula no es lo único que pasa. Eso es muy importante, pero no es lo más importante, es todo ese proceso que empieza desde el día en que llegan hasta el día en que vuelven a sus casas, a sus territorios. En ese sentido es similar a lo que construyen en Brasil con las escuelas del MST (Movimiento de Trabajadores Sin Tierra), implica una conjunción permanente entre escuela y realidad cotidiana y le otorga un rol protagónico a la comunidad rural en la definición de valores y contenidos educativos. 

 Norma habla con tranquilidad sobre cuestiones monumentales dentro de un auto rojo apagado en medio del monte, uno de los pocos lugares a esta hora de la tarde donde el viento no llega: 

 El MOCASE es un movimiento de resistencia en la tierra, de resistencia cultural, de resistencia territorial concreta frente a otras formas de vida que sostienen un modelo acaparador que pone en situación de peligro y de hambre al campesinado. Dentro del movimiento, existe la UNICAM pero no solamente como la parte universitaria. También es un lugar donde vivimos muchos compañeros. Es importante entender a la UNICAM como comunidad, no solo como Universidad.

….

 

“Chuschalo” significa que tiene mucho pelo en quichua. Así le dicen a Matías Cara quien, como Norma, integra la Coordinación Político-pedagógica de la Escuela de Comunicación. Con la particularidad de ser también egresado de la UNICAM. Matías vivió en Buenos Aires hasta que comprendió que la ciudad no era para él y salió en búsqueda de otros territorios. Así llegó a Santiago del Estero y se involucró en el Movimiento Campesino. 

Desde la mesa de la radio -una estructura circular de cemento que transmite la FM Suri Manta con programación propia desde el 2013-, Chuschalo acomoda su silla enérgicamente, ceba mate y masca coca mientras busca las palabras, como si quisiera explicar algo que se mueve, como si estuviera desarmando un motor y describiendo sus partes: 

  • Primero nació la escuela de Agroecología, otro de los procesos de formación sistemática, aunque con otras características. La idea era trabajar de base con los jóvenes y los compañeros, no solamente para dar más herramientas, mejorar las producciones y garantizar que se pueda conseguir proyectos para hacer agricultura, apicultura, cuero, ganadería, lo que sea que quieran hacer, sino también para reivindicar el poder vivir en sus territorios y plantearse cómo quieren hacerlo. Es un proyecto político Concebimos una agroecología que lucha, no una que planta sano y ya. La agroecología no se va a dar si no hay justicia social, no se va a dar donde haya relaciones de poder injustas, ni donde prima el patriarcado primando, La agroecología no se va a dar donde no haya educación popular ni procesos de base. No solamente estamos hablando de producir sano y tener precios justos para quien los produce sino también poder llevar una vida digna donde se produce. La agroecología que nosotros construimos tiene que ver con el cambio social. 

 Chuschalo se entusiasma cada vez más con su propia exposición que, a medida que avanza, parece transformarse en una proclama:

  • Somos una comunidad organizada y un punto de referencia en todo el territorio de la zona sur, tanto por lo pedagógico como por la organización y la resistencia. También somos Casa de Acompañamiento del Sedronar y como movimiento venimos trabajando e impulsando la construcción de cisternas en toda la provincia a través de un montón de articulaciones para que la gente pueda tener agua en sus casas, porque hay mucha gente que no tiene directamente agua para tomar, eso es una realidad. 

La UNICAM también está vinculada con una idea que parecía utópica, la “vuelta al campo”. Se empezó a gestar más sistemáticamente a fines de los noventa. Mientras espera que amaine el viento dentro del auto rojo, Norma habla sobre ello:

  • Si los hijos o sobrinos de los campesinos tenían oportunidad de ir a la Universidad, cosa que ya era muy difícil, la Universidad tampoco respondía a las necesidades del movimiento. Y si esos chicos llegaban a terminar sus carreras, no solían volver al campo. Así que hacía falta pensar una Universidad desde, en y con los compañeros del campo. Los jóvenes la están pasando mal en las ciudades, está el consumo problemático y todas las consecuencias que tiene. Creo que por ahí anda la razón por la que se empezó a pensar que estos son los chicos que hay que acompañar. De esas reflexiones surge la Escuela de Psicología Social y la instancia de acompañamiento de situaciones de consumo problemático. 

A unos metros, desde la radio, Chuschalo completa el concepto, sin conocer lo que Norma decía, pero comprendiendo lo mismo:

  • Nos identificamos como un Movimiento Campesino Indígena, porque son sus orígenes y es la territorialidad que tenemos, pero sabemos que la lucha y el mundo que estamos haciendo no es solo para nosotros. Exactamente por eso pensamos en una Universidad con pibes de otras universidades, de comunidades campesinas, de los barrios de Buenos Aires, de Santa Fe, de todos lados. No podemos pensar en la construcción de un mundo más justo sólo para las comunidades campesinas, sólo para los barrios, porque entendemos que el transformar es juntos y juntas.
  • El movimiento tiene una gran apuesta a la construcción entre el campo y la ciudad. Por eso piensa la organización en conjunto con universitarios de distintas urbes, a quienes invita periódicamente a vivenciar un tiempo en la UNICAM para intercambiar saberes y construir pensamiento en la diversidad.

 

Los coordinadores y coordinadoras de la UNICAM realizan día a día una inmensa serie de tareas y actividades que hacen posible que este universo exista. Eligen autodenominarse así, en vez de “profesores”, porque entienden el rol que cumplen de una manera integral, que excede las paredes del aula y los contenidos teóricos y prácticos de las materias.

Aquellos que eligen vivir en la UNICAM comparten y construyen el día a día en comunidad. No todos duermen en ese gran cuarto de dimensiones enormes y capacidad para 100 personas en donde el concepto de intimidad que habita las ciudades estalla en mil pedazos. Hay quienes construyen sus casas en el predio. Chuschalo está terminando de armar la suya después de haber habitado el cuarto durante años: 

 El MOCASE siempre ha tenido esa grandeza de soñar la política, de recrear política, de que la política va de la mano del amor. Y no hablo de amor romántico, hablo del amor que se le pone a la vida todos los días agarrando el arado, el amor que tiene un albañil cuando levanta una pared, del amor que tiene una compañera cuando frena una topadora. Del amor a la vida, y de construir esa vida dignamente. Porque nos han enseñado que el trabajo es digno, y no es tan así; el trabajo es digno cuando el mundo en el que se desarrolla tiene justicia social, sino no es digno el trabajo. 

 Hoy en la Universidad vive también una comunidad wichí, los chicos atienden a las instancias de formación, participan del taller de cerámica, montaron su propia peluquería dentro de la comunidad y también rapean. Participaron como “El Clan del Norte” de un concurso auspiciado por UNICEF para hablar de la problemática del grooming. Ganaron entre 400 participantes. Pudieron filmar su videoclip y eligieron hacerlo mostrando cómo habitan la UNICAM. Chuschalo acompañó ese proceso: 

  Nos llena de orgullo, son nuestra familia y lo vemos como un sueño super colectivo aunque muchos de nosotros no cantamos ni medio rap, pero ver que esos sueños se transforman en procesos de dignidad, de formación, de concientización, en procesos colectivos, comunitarios y que se materializan en logros es algo enormemente potente. 

La UNICAM promueve una enseñanza que enfatiza el proceso por sobre el resultado. La creó un movimiento que se piensa como un todo, como partes de un gran sujeto que, lejos de entenderse como individualidades politizadas de manera aislada, conforman nuevos mundos en el monte santiagueño.