«Estamos en guerra»

«Estamos en guerra»

El psicoanalista, docente, periodista y escritor Alfredo Grande reflexiona sobre el escenario social y político luego de la victoria de Javier Milei. ¿Se observa un fenómeno cada vez más explícito del goce con el sufrimiento ajeno?  

A días de la asunción presidencial de Javier Milei, Alfredo Grande, escritor y psicoanalista, analiza la situación política y social actual. Invita a repensar la relación entre el Estado y el pueblo, el triunfo histórico de la derecha y el fenómeno creciente de ciertos discursos de odio.

En un contexto donde prima una sensación de incertidumbre, el psicoanalista sostiene que no hay tiempo para reproches: “Lo que nos queda ahora es hacer una severa autocrítica, cosa que no todos quieren y pueden hacer”.

Grande es un hombre con amplias capacidades. Es psiquiatra, psicoanalista, docente, actor teatral, escritor y periodista. Escribe regularmente en la Agencia de Noticias “Pelota de trapo” y conduce, junto con Irene Antinori, el programa radial “Sueños posibles” por La Retaguardia. Además, es miembro fundador de la cooperativa de Trabajo en Salud Mental el “Ático”.

 Estas últimas semanas se hicieron públicas varias manifestaciones como comentarios festivos por aquellos que van a perder su trabajo, discursos de odio y racismo, “escraches públicos», entre otros. ¿Observás que este fenómeno crece cada vez más?

Sí. Lo que pasa, es que hay una cuestión generacional. Para los que vivimos situaciones en la dictadura, dicen que nos acostumbramos pero a mí no me sorprende.

No considero que la violencia sea el absoluto mal. Hay violencias que en una época se decían ser revolucionarias y otras contrarrevolucionarias, obviamente. En este caso, yo siempre diferencio violencia de crueldad como dos registros distintos.

Clausewitz, un teórico militar prusiano muy citado, acuñó una frase de esas que son para siempre: “La política es la continuación de la guerra por otros medios”. En la actualidad, hay una divisoria de aguas entre “La política es superadora de la guerra” y “la política es la continuación de la guerra por otros medios”. Es muy importante empezar por ahí.

Desde ya que muchos consideran válida la primera opción. Yo no creo en eso. Hace más de cuarenta años que Alberto Morlachetti, el creador de “Pelota de trapo”, la agencia de Noticias que forma parte del Movimiento Nacional Chico del Pueblo, acudió a la frase “El hambre es un crimen”. El hambre es una masacre dirigida especialmente a los sectores más vulnerabilizados. Existe y seguirá existiendo. Entonces, si la política es la continuación de la guerra, no nos puede sorprender que ciertas políticas activen mecanismos que solamente se ven en la guerra. Por supuesto que es deplorable, pero no es sorprendente. Si alguien se sorprende con esto es porque está mal informado, nació en cuna de oro o directamente es cómplice. Tampoco sorprende el atrevimiento del fascismo ni del nazismo. La violencia contrarrevolucionaria, que yo llamó crueldad, está siempre. Inclusive en las primaveras democráticas de las políticas del estado bienestar.

La derecha conoce al sujeto para someterlo. Y la izquierda no lo conoce para liberarlo

Alfredo Grande

Ahora que ganó Milei, ¿se pueden sentir más legitimados aquellos enuncian los discursos de odio?

Sí, claro. Antes eran más cobardes o hipócritas. La derecha y el fascismo esperan su oportunidad histórica. Evidentemente ahora la tiene. Yo creo que Milei es un efecto, no una causa. Hay que arrancar pensando “¿Por qué Milei?” como en su momento fue “¿Por qué Macri?”. Nadie le prestó atención a eso. Los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri no sirvieron para pensar por qué llegó al poder.

Si bien cuando asumió Macri no se observó tanto, hoy la diferencia está entre lo encubridor y lo descubridor. En la apariencia, sin Macri no existía Milei y sin Menem no existía Macri. Yo viví el menemismo triunfante y observé todo el apoyó que recibió del peronismo en su momento. Es una continuidad que pocos quieren ver. Porque es un espejo que los muestra como cómplices, no como víctimas.

 

¿Tampoco sorprende la idea de que el mismo pueblo y no solo un sector privilegiado votó por este candidato?

La idea de pueblo hay que desconstruirla rápidamente. La frase “El pueblo nunca se equivoca” es un mito absoluto. El pobre se equivoca, acierta y ambas cosas al mismo tiempo. El pueblo es una realidad no coherente y absolutamente contradictoria.

Milei ganó en muchos lugares muy humildes. ¿Por qué sucede? Porque no tienen conciencia de clase. Hoy, el mito del ascenso social es un desplazamiento. La aspiración de un proletario es ser burgués. Pero no pueden ser todos burgueses. Entonces, los extranjeros, los negros, los indios, los villeros, los piqueteros, todos ellos ¡Afuera! Eso jode. Pero no joden a la clase alta, a ellos ni los tocan. Joden a la clase media. La lucha de clases se da entre pobres e indigentes. Eso siempre lo explota la derecha. Yo tengo un aforismo que dice “La derecha conoce al sujeto para someterlo. Y la izquierda no lo conoce para liberarlo”. La prueba de esto es la publicidad. Nunca falla a la hora de fomentar un consumo.

Por otro lado, el voto ha sido capturado por la derecha. El voto nace como una herramienta contra el famoso fraude patriota, pero ahora son campañas publicitarias. Perdió toda cualidad de cambio. Es más, como hay voto, estos candidatos son legítimos. Porque el voto te da legitimidad. La derrota es absoluta. Es una derrota cultural. Por ejemplo, el famoso voto en blanco surgió cuando el peronismo estaba proscripto. Ahora no hay partidos proscriptos. Ni siquiera a Milei lo proscribieron. ¿Reivindican la dictadura? Bueno, eso es un delito. No podés ser candidato. Existen estas herramientas, pero no las usan. 

 

Prendió la idea de “mejor destruir lo que tenemos en vez de mejorarlo”

Desde la perspectiva de los privatizadores, el objetivo es maximizar la tasa de ganancias. ¿Porque Edesur y Edenor siguen siendo empresas privadas? ¿Por qué el Estado no administra la energía? No nos quedamos sin luz, nos quedamos sin electricidad. Otro ejemplo, es YPF. No es una empresa estatal en su totalidad. Solo en un 51%. En esos huecos enormes que se dejan, aparece la derecha fascista y se hace un picnic. Lo que es muy interesante, es repensar esa relación unívoca entre Estado y pueblo. El Estado necesita población y territorio. Estos dos elementos lo conforman. Sin embargo, vos vas a la Patagonia y la encontrás en manos extranjeras. ¿Qué hicimos con la Patagonia? Debería estar superpoblada. Yo creo que Milei es un efecto de todo esto. Si los buenos no actúan, vienen los malos. Es la historia de la humanidad. No hay muchas dudas en eso.

¿Se puede plantear que peligra la paz social?

Absolutamente. No es que peligra la paz, no hay paz. No puedo saber hace cuánto, pero estamos en guerra. Por ahí alguna vez más o menos maquillada. En Argentina, un 60% de pibes con menos de 11 años sufre hambre. Si eso no es guerra, ¿qué es? Lo peor es que estamos desarmados.

 

¿Qué esperás para los siguientes años?

Espero que la clase trabajadora termine de tomar conciencia. Si estamos en guerra hay que ganarla. Hace rato que vivimos en una batalla cultural. Por lo tanto hay una guerra cultural. El tema es no negarla. Necesitamos ganarla y eso no se puede hacer negociando. En una época se decía que un fascista era un liberal asustado. Hoy los liberales ya no se asustan más, ahora los asustados somos nosotros. Entonces yo lo que te diría, y me lo digo a mí mismo, es que hay que apostar a la batalla cultural. Si se pierde este horizonte, te gana la derecha porque le permite crear consensos.

 

Primó una sensación de “No queda de otra” en toda la campaña y sobre todo a la hora de votar. 

Sí, totalmente. Por eso también es una batalla cultural. Siempre hay otra opción. No solamente otra. Hay otras y otros. Eso de “no queda otra” es la ética de la resignación que es el gran triunfo de la derecha y del fascismo.

 

-¿Y cómo se puede empezar a militar esta batalla cultural?

 

-Bueno, esta charla es un aporte en ese sentido. En una época había grupos de discusión, de formación, se leía y se pensaba mucho. Hay muchísimos escritos de autores nacionales e internacionales. Cada vez que aparece un autor, todo el mundo corre detrás de la última novedad, pero, ¿leyeron a José Ingenieros, a Karl Marx, inclusive a Juan Perón? ¿Leen? Lo primero es la formación, que lamentablemente se ha perdido. Es necesario retomarlo.

La búsqueda continúa

La búsqueda continúa

Belén Altamiranda Taranto es nieta recuperada y hace pocos días asumió como titular de la filial cordobesa de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. El legado que recibe y el discurso negacionista que aflora.

“Darnos la posibilidad y la legitimidad de hacer este traspaso generacional porque sabemos que la búsqueda continúa: hay muchos hermanos que seguimos buscando”. Quien habla, Belén Altamiranda Taranto, nació en el Hospital Militar de Campo de Mayo en junio de 1977 durante el cautiverio de su madre, Rosa Luján Taranto, y su padre, Horacio Antonio Altamiranda, quienes pasaron por el Centro de Detención, Tortura y Exterminio “El Vesubio”. El 29 de junio de 2007, Belén recuperó su identidad y hace unas semanas asumió como titular de la filial cordobesa de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. 

¿Cómo llegó a participar en Abuelas?

A los pocos meses de mi restitución, en febrero de 2008 pude entrar a colaborar en la búsqueda de nietos, gracias a la abuela Sonia Torres, que era la titular de la filial de Córdoba. Desde ese momento, empecé a aportar mi granito de arena en la localización y restitución de los nietos que faltan, hombro a hombro con ella y toda la organización. Primero empecé en el área de Presentación Espontánea, que es donde yo me había presentado con dudas sobre mi identidad. Después pasé a trabajar en el Área de Investigación, donde luego fui coordinadora. Ahí trabajamos con datos que nos llegan sobre personas que pueden ser las que buscamos.

¿Cómo la terminaron eligiendo como titular?

Desde el año pasado, formo parte de la Comisión Directiva de Abuelas. Lamentablemente, hace unos meses falleció la abuela Sonia y tengo la responsabilidad, que tomo con mucha gratitud, de hacerme cargo de la filial de Córdoba.

¿Cómo se siente ocupando el rol de Sonia Torres?

Las abuelas son irremplazables. Nunca vamos a poder sustituirlas ni es la intención, pero sabemos que cada institución es orgánica y cada filial tiene que tener su titular. Ellas son únicas. Más allá del dolor que sentimos todavía, sabemos que la institución sigue y que hay cuestiones institucionales que tenemos que seguir resolviendo. En mi caso, es trabajar como todos los días, tomando este desafío de continuar. Igualmente, no estoy sola: esto es un trabajo colectivo. Estoy muy agradecida por el respaldo y el apoyo que me brindan desde los trabajadores que le ponen el cuerpo a la Comisión Directiva. Aquí estamos, continuando, porque quedan muchas cosas por hacer. Siempre guiándonos por las enseñanzas que nos dieron las abuelas desde que pisamos esta institución.

¿Cree que su rol de hija y nieta aporta algo nuevo en Abuelas?

Las Abuelas fueron y son extremadamente sabias. A lo largo de toda su historia tuvieron esta apertura para dejarse aconsejar y abrir las puertas a las personas que se incorporaban a la institución. No se sentaron ellas solas. Por eso también se conformaron las distintas áreas de la institución: cada uno iba aportando para lograr todo esto que es Abuelas de Plaza de Mayo. Cuando nosotros íbamos creciendo, se creó Prensa para difundir la búsqueda, sabiendo que podían llegar a nosotros ya grandes, que podíamos ser partícipes de nuestra búsqueda.

Y también tener un lugar dentro de la organización…

Muchos años atrás se modificó el estatuto para que ingresen nietos recuperados y hermanos que buscan a la Comisión Directiva como para darle continuidad a la lucha. Darnos la posibilidad y la legitimidad de hacer este traspaso generacional porque sabemos que la búsqueda continúa: hay muchos hermanos que seguimos buscando. Fue un proceso, que lo tomamos con orgullo, felicidad y compromiso. Los que estamos más activamente y quienes no, ayudamos desde el rol que nos toca en la búsqueda de los nietos. Es el compromiso de ir tomando la posta y poder continuar.

¿Cuál es la situación de las restituciones en Córdoba?

De embarazadas cordobesas, que son cordobesas y que desaparecieron en la provincia o en otros lugares, sólo se pudo restituir un caso, el de la nieta Marcela Solsona. Los que fuimos restituidos por la filial Córdoba, porque nos presentamos ahí o porque surgió ahí una investigación, somos todos nacidos en otras provincias y con padres de otras provincias. Las filiales se desarrollaron como medida estratégica para que no todo venga a Buenos Aires por las distancias y el tiempo. La búsqueda es colectiva, quizá en las provincias se puede hacer un trabajo más personalizado, centralizado en la región, pero buscamos a todos los nietos.

¿Cuántos nietos faltan encontrar?

El número aproximado es 300. Se sacó en base a las denuncias de hijas o nueras embarazadas al momento del secuestro. Puede aumentar porque, aunque parezca mentira y que pasó tanto tiempo, algunos se animaron a hacer la primera denuncia sobre lo que ocurrió recién hace un par de años. Eso ha permitido completar los grupos familiares o identificar genéticamente.También son datos que se obtuvieron en los juicios, donde los sobrevivientes pudieron contar y se llegaron a resolver casos que en su momento no dieron o dieron negativo.

¿Por qué cree que se animan a denunciar después de tantos años? 

Porque, como dice la palabra, el “terrorismo de Estado” impuso el terror, el “no te metás”, “miren para otro lado”, sabiendo las atrocidades que estaban pasando. Que algunos sobrevivientes hayan sobrevivido era también para que contaran lo que iba a pasar si “seguían molestando”, como ellos decían, o pensando en la forma que no era la militar. Esto dejó heridas en la sociedad que siguen estando ahí. Entonces, pasa que datos de un posible hijo de desaparecidos aparecen después de mucho tiempo. Animarse a brindar la información sabiendo cómo trabaja Abuelas -con contención y confidencialidad no sólo de los que se acercan buscando, sino de los que nos dan algún tipo de información- es también un proceso personal de cada uno, no debe ser fácil estar con ese miedo y con todo eso que tenés adentro y no podés sacar.

¿Cuál es su lectura del panorama electoral?

Estamos en un período como todos, alerta y preocupados por la dirección que pueda llegar a tener nuestro país, como cualquier ciudadano. Abuelas va a seguir trabajando como todos los días, buscando a los nietos. Es como nos dicen ellas, que atravesaron distintos periodos de la historia, desde el más terrible de buscar a sus hijos y salir a tocar las puertas en plena dictadura que significaba seguir o morir, con las abuelas que fueron perseguidas y las familias… Nosotros seguimos no solamente por nuestra causa, sino para que permanezcan las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que se lograron, para fortalecer y valorar la democracia que tanto tiempo, sangre y dolor nos costó. Por ahora tenemos incertidumbre, pero la certeza de que vamos a seguir como hasta ahora. Se irá viendo en la marcha. La lucha y la resistencia están y tenemos a las mejores guías para poder continuar.

¿Y con el surgimiento de los discursos negacionistas?

El tema del negacionismo no dejó de existir, pero había más cuidado en decirlo abiertamente, sobre todo quienes ejercen funciones públicas. Nunca  hay que confrontar, pero sí armar debates y poder contar lo que verdaderamente pasó, porque los fundamentos son reales y no tenemos nada que esconder ni mentir. Hay que seguir educando y llevando la palabra de Abuelas. Cuando yo iba a la secundaria no veíamos el terrorismo de Estado, pero ahora todas las escuelas tienen la obligación de enseñar esa parte de la historia de nuestro país. Podemos pensar ideológicamente distinto, pero en estas cosas, en defender la democracia y los derechos adquiridos (ESI, diversidades sexuales) tenemos que resistir unidos porque nos compete a todos, más allá de los partidos políticos o a quién hayamos votado. Va a ser un trabajo difícil, de mucha templanza, pero tengo una llamita de esperanza. Hay que seguir, no podemos bajar los brazos.

El juicio por los crímenes del “Villazo” seguirá en febrero

El juicio por los crímenes del “Villazo” seguirá en febrero

En los Tribunales Federales de Rosario se lleva el proceso oral y público en la que se juzga la participación del empresariado de Acindar y civiles en la represión desplegada antes y durante el golpe militar y La Triple A contra los obreros metalúrgicos

El Villazo de 1974 resurge estos días con el inicio del juicio que tratará la represión vivida por los obreros metalúrgicos de la ciudad de Villa Constitución en la provincia de Santa Fe. El 13 de noviembre comenzó en los Tribunales Federales de Rosario, el proceso oral y público de esta importante causa en la que se juzga la participación del empresariado de Acindar y civiles en aquella represión desplegada antes y durante el golpe militar. La Triple A, las fuerzas represivas y la empresa Acindar serán juzgados en la ciudad donde ocurrieron los hechos y deberán escuchar los testimonios de las víctimas y sus familiares, luego de diez años de investigación por parte de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos. 

En la última audiencia se escuchó la detallada declaración de Oscar “Pacho” Juárez, militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) en los años setenta y hoy del MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores), quien vivió en carne propia lo que es capaz de hacer la clase obrera y el pueblo para defenderse frente a la represión. En diálogo con ANCCOM contó cómo fueron esos días y adelantó que el juicio continuará en febrero de 2024. 

Un poco de historia

El Cordobazo de 1969 abrió un importante movimiento de luchas obreras y populares que se extendieron por distintos puntos del país. Un “azo” poco conocido es el llamado Villazo que se dio en Villa Constitución, al sur de la provincia de Santa Fe en 1974, que se enfrentó y sufrió la represión de un gobierno constitucional: el tercer mandato peronista.

Todo comenzó con un proceso de defensa de las comisiones internas y de los delegados combativos de dicha ciudad, particularmente en la poderosa empresa Acindar que tenía como uno de sus gerentes a José Alfredo Martínez de Hoz, quien poco después se convertiría en el conocido ministro de economía de la dictadura. 

Cuando la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) convocó a elecciones en enero de 1974 en todas las seccionales, menos en Villa Constitución ―donde la burocracia sindical tenía posibilidades de perderla―, las asambleas no se hicieron esperar y más de seis mil obreros se organizaron contra ella. “Queríamos evitar el robo de los descuentos para la obra social que todos los meses nos hacían, cuando en Villa no había ni siquiera una ambulancia. Recuperar los aportes y lograr una asistencia social como se merecía la gente era una de las razones por las cuales la Lista Marrón obtuvo gran apoyo en la población de Villa Constitución”, recuerda Oscar “Pacho” Juarez.

Estalló una gran huelga metalúrgica en defensa de los delegados, con el fin de que se realizaran elecciones libres. Se logró establecer un comité con el compromiso de normalizar el sindicato en un lapso de ciento veinte días, con dos delegados de cada una de las fábricas que habían participado en el conflicto y con el compromiso de llamar a elecciones. Mil doscientas personas, es decir la mitad de la ciudad,  celebraron este triunfo de los obreros y trabajadores: este fue el primer Villazo, el 16 de marzo de 1974. Sin embargo, “ese triunfo demoró en concretarse porque el sindicalismo perdedor de Lorenzo Miguel no cumplió lo que había firmado en el acta y recién otorgó las elecciones a fines de noviembre del 74’ y entregó el sindicato los primeros días de diciembre”, cuenta “Pacho”.

Operativo “Serpiente Roja del Paraná”

Frente al triunfo de la Lista Marrón con el 67% de los votos, las patronales decidieron militarizar la fábrica de Acindar con la Policía Federal convirtiéndose en la antesala de lo que luego sería un centro de detención clandestina.

La respuesta al movimiento de los obreros y al Villazo llegó en la madrugada del 20 de marzo de 1975. La ciudad fue invadida por un operativo enviado por el gobierno de Estela Martínez de Perón, con la complicidad de Martínez de Hoz, acusándolos de una conspiración subversiva. 

Más de cuatro mil agentes de las fuerzas represivas legales e ilegales como la Triple A y la Juventud Sindical Peronista, efectivos policiales y una caravana de Falcón llegaban desde las ciudades de Rosario y Buenos Aires. Coparon la ciudad, allanaron las casas y el sindicato, y encarcelaron a casi toda la conducción de la seccional. 

“Me fueron a buscar, yo vivía en una pensión, pero me salvó que era delegado y estaba trabajando en el turno noche. Se veía desde la fábrica una caravana inmensa de autos y camiones con las luces encendidas. Se desplegaron por todos los barrios, llevaban las direcciones de las credenciales que, se cree, las patronales le habían pasado”. El resultado fue una cacería de delegados, militantes y activistas obreros, en su mayoría de la UOM, que dejó un saldo de sesenta y nueve víctimas y la detención de unos doscientos trabajadores.  

 

A la espera de la justicia

A casi 50 años de los hechos, a mediados de noviembre comenzó el juicio por la causa Villazo donde 22 imputados –entre ellos dos civiles empleados de Acindar– serán juzgados por los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Ejército y la Triple A, que incluyen la privación ilegítima, torturas, asociación ilícita y homicidios, en perjuicio de 69 víctimas. Es importante señalar que gracias al reclamo de los familiares, las víctimas y los organismos de derechos humanos, se tiene en cuenta que la represión inició antes del golpe militar, para probar que el terrorismo de Estado comenzó con anterioridad al 24 de marzo de 1976. Por otra parte, fue gracias a la insistencia de la querella que el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario permitió que las víctimas y sus familiares declaren en Villa Constitución. 

Tras diez años de investigación por parte de la APDH, el juicio –que conducen los jueces Germán Sutter Schneider, Ricardo Moisés Vázquez y Otmar Paulucci, con la acusación fiscal de  Adolfo Villate, de la Unidad de Derechos Humanos de Rosario–, será retomado en febrero de 2024 luego de la feria judicial. “Existió un gran encubrimiento de los gobiernos, de los partidos políticos que se jugaban en las campañas electorales y se negaban rotundamente a sacar un tema como el que hoy estamos juzgando. En esta provincia el peronismo tuvo la mayoría de los gobernadores. Lo mismo sucedió por dos o tres mandatos por parte de los radicales y los socialistas. Sostenían que los crímenes habían empezado en el 76’ ”, explica “Pacho” en relación al tiempo transcurrido.

Entre los veintidós imputados están los exjefes de personal de la empresa Acindar, Roberto Pellegrini y Ricardo Torralvo, que colaboraron con los represores al señalar a trabajadores y líderes sindicales. Es la primera vez que en la provincia se juzga también a los empresarios y responsables civiles de la dictadura. “Están muy comprometidos, tenemos los sobres sueltos que Acindar le pagaba para reprimir. Ellos fueron parte, Acindar fue parte del plan”, reflexiona Juárez.

En la audiencia del 4 de diciembre, con la presencia de los diputados del MST en el FIT-Unidad Alejandro Bodart y Cele Fierro, “Pacho” declaró que estuvo detenido por más de un mes junto a otros compañeros, y contó lo que sucedió con el local sindical de Villa Constitución: “Esa patota lo convirtió en un lugar de tortura donde luego entregaban a los compañeros a la Federal o a la Triple A. Lo mismo sucedió en Acindar”. En su testimonio también describió cómo se organizaron desde el Comité de Huelga y contó que ese movimiento no solo incluía a los metalúrgicos, “sino a toda la población de Villa y de localidades vecinas”. También destacó el rol de la Comisión de Mujeres que se organizaron en los barrios para atender a los heridos y sostener la huelga. 

Hasta ahora hubo 16 declaraciones de las 110 que aún esperan declarar y que el juez ha aceptado. “Teníamos como 500 testigos, pero tuvimos que bajarlos a 200 y luego a 110 porque de lo contrario se hacía muy largo”, aclaró Juárez. Los acusados han seguido la lectura de las pruebas fundamentales de cada una de sus víctimas y la explicación de los intereses que compartían el estado constitucional, el poder económico representado por Acindar y la burocracia que desembocaron en el operativo contra el movimiento obrero. 

Con una ciudad en vilo y expectante por el resultado de este esperado juicio, el Tribunal Oral retomará las declaraciones luego de la feria judicial en febrero de 2024.

Cambia, todo cambia

Cambia, todo cambia

Una multitud acompañó a Milei en su primer día de presidente. Lo escuchó en el Congreso y en el balcón de la Rosada. ANCCOM habló con los manifestantes: «Venimos por un cambio», dijo la mayoría.

Poco después de las 13, el nuevo presidente Javier Milei salió a saludar al público junto a su hermana Karina, a bordo de un descapotable Mercedes Benz Cabriolet negro, envuelto en una multitud que lo acompañaba y lo protegía, seguridad, desfile de granaderos con trompetas, flautas y banderas patrias, y más retrasados un par de ambulancias. La gente se amontonaba sobre las vallas, se subían a bancos y espacios desde donde podían apreciar mejor el espectáculo vintage del desfile presidencial. Otros, observaban desde los balcones con accesorios celestes y blancos. El clima era de una alegría total, caminaban a la par del trayecto del vehículo y arengaban con fuerza colectivamente mientras tomaban mate, agua o gaseosas.

Los vendedores ambulantes ofrecían escarapelas, pañuelos y banderines de color amarillo con la imagen de un león a dos mil pesos, y remeras con frases como “No hay plata”, “don’t read on me” y “Elijo creer y vivir en libertad, tenemos presidente”, haciendo alusión a la esperanza y a la ilusión que hace un año el país vivía mientras transitaba el campeonato mundial de fútbol. Otros manifestantes, llevaban carteles que decían “Milei our inspiration”, “Corrupción=cárcel”, “Lo que no se puede privatizar se liquida” o “Señor presidente privatice todo”.

“Ahora hay sushi, no hay más choripán” comentaba entre risas un hombre de 40 años que se encontraba cerca de las vallas en Avenida de Mayo al 900.

Lautaro Córdoba de 21 años, militante de Patricia Bullrich, llevaba puesta una remera negra con la frase “Patricia si, falopa no”: “La acompañamos en toda la campaña, y bueno, ahora a bancarla como ministra de Seguridad”, señaló.

— ¿Tenés mucha fe? ¿Confías en ella?

Lautaro: Cien por ciento.

— ¿Y en Milei?

Lautaro: Cien por ciento, sí, sí, sí. Era el único camino de cambio. No queremos seguir con este sistema kirchnerista, empobrecedor, con el que venimos hace cuatro años ya.

— ¿Qué sentís en un día cómo hoy?

Lautaro: Es una emoción, después de tanto tiempo, después de tanto sufrimiento, cambiamos. Igual, también esto es una fiesta, haya ganado quien haya ganado, haya sido Sergio Massa o en este caso Javier Milei, el 10 de diciembre se festeja por ese cambio de gobierno y por los 40 años de democracia.

 

Pablo y Alicia de 86 años vinieron desde Palermo y consiguieron una vista predilecta en Avenida de Mayo y 9 de Julio para saludar al presidente durante el camino hacia la Casa Rosada.

—¿Cómo lo ven al nuevo presidente?

Pablo: La gente tiene fe, es la última esperanza; alguien que, para mí, viene diciendo la verdad hace tiempo. No es un  loco, como dicen algunos. Ya lo de la inflación lo viene diciendo hace más de dos años. Bueno, se cumplió todo, así que quiero creer que cambie esto.

Alicia: Somos grandes, venimos de la época de Alfonsín, así que sabemos de la democracia. Nos habían prometido un montón de cosas pero nunca cumplieron. Y bueno, como verás y se escucha, es la primera vez que un presidente está diciendo lo que pasa, lo que hereda, cómo es lo que va a ser.

A eso de las 13.55 la gente se ubicaba en Plaza de Mayo, donde ya predominaba el color celeste y blanco pero también el amarillo y negro. En el espacio central de la plaza se encontraban dos pantallas grandes y luego frente a la Casa Rosada otras dos de mayor tamaño, las mismas transmitían el acto ceremonial desde adentro.

Gladys, Hernán y Soledad, con sus niños llegaron a la plaza desde Lomas de Zamora.

— ¿Por qué eligieron Milei?

Gladys: Por el cambio, queremos un cambio, porque ya hemos sufrido demasiado con todos los anteriores presidentes. Entonces basta, porque estamos como presos, encerrados en casa, no podemos llevar a los chicos al colegio, les quitan las mochilas, les roban, los matan.

— ¿Confían en Patricia Bullrich como ministra de Seguridad?

Gladys: La queremos mucho, muchísimo. Hemos votado por ella también.

Hernán: En primera vuelta votamos todos a Bullrich.

— ¿A qué se dedican?

Hernán: Somos comerciantes, laburantes todos.

Soledad: Yo soy licenciada en Enfermería. Estoy totalmente decepcionada. En cuarentena realmente no se hizo lo que se debía. Faltaban respiradores, medicaciones. Eso es lo que me llevó a votarlo a Milei, para que haya un cambio.

— ¿Qué sienten hoy? Son 40 años de democracia y asume un nuevo Presidente.

Gladys: Es una alegría, es una alegría porque por lo menos vamos a dormir tranquilos. Sufrimos varios asaltos. Entonces estamos muy agradecidos porque ganó Milei y está Bullrich con él, porque con los anteriores los delincuentes entran y salen.

— ¿Con Bullrich y Milei eso no va a pasar?

Gladys: No va a pasar, tenemos mucha fe y ahora vamos a poder dormir tranquilos.

Hernán: Fijate la plaza. Nadie orina, nadie toma vino, nadie toma cerveza, estamos todos decentemente acá. Clase media, clase pobre, estamos todos contentos festejando el día de hoy.

Gladys: Sí. El día que ganó Milei, era para nosotros como si Dios hubiera abierto las manos y dijera “paz”.

Ya para las 14.00 el sol estaba en su punto cálido máximo y los vendedores agotaban su stock de bebidas rápidamente. Algunos niños y jóvenes se refrescaban con el agua de la fuente de la plaza y quienes se encontraban más cerca de las puertas de la Casa Rosada festejaban cada vez que el camión lanzaba chorros de agua. Mientras, las pantallas proyectaban los saludos de los jefes de Estado extranjeros a Javier Milei. En general, el público aplaudía a cada mandatario. No fue igual cuando llegó el turno del presidente chileno Gabriel Boric: los abucheos se hicieron eco al grito de “¡zurdo!”. Entre tanto, en una esquina, un hombre haciendo una videollamada y comentaba con ironía: “Mirá qué lindo día peronista”, enfocando con la cámara a la plaza y sus alrededores colmados del festejo libertario.

Finalizado el acto, la multitud se quedó allí, firme esperando a que Milei cumpliera con la tradición de salir a hablar por el balcón central de la casa presidencial. Algo no pautado en la agenda, pero que finalmente sucedió a las 15.18, cuando apareció por el lateral izquierdo.

“Hola a todos”, saludó con voz ronca. Y comenzó a “rugir” Panic show de La Renga. El público exaltado acompañó las estrofas. “Hoy los argentinos de bien hemos decretado el fin de la noche populista y el renacer de una Argentina próspera. Pongamos de pie y hagamos nuevamente grande a la Argentina. Que Dios nos bendiga y las fuerzas del cielo nos ayuden a ser el mejor gobierno de la historia”, concluyó Milei para luego cerrar con su característica “¡Viva la libertad carajo!” acompañado por la multitud con un “¡viva!”. Luego de que rugiera “la bestia en medio de la avenida”, se quedó allí, en silencio, con un puño apretado en alto, que enseguida fue una mano suave, balanceándose, a modo de despedida.

El nuevo mandato ha comenzado. 

Abróchense los cinturones

Abróchense los cinturones

De espaldas a Congreso de la Nación, Javier Milei asumió la presidencia y emitió un discurso en el que anunció un ajuste brutal e inmediato. Habló de una inflación que rondará entre el 20 y el 40 por ciento mensual, pronosticó aumento de la desocupación y una fuerte recesión. A los que cortén las calles para protestar, los amenazó con quitarle la ayuda estatal. Una multitud lo escuchó al grito de «motosierra, motosierra».

En su primer discurso como presidente de la Nación, Javier Milei en las escalinatas del Congreso advirtió que las políticas que implementará impactarán “de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes”. Adelantó, incluso, que la inflación trepará entre un 20 y un 40 por ciento mensual en el primer tramo de su mandato. Una multitud lo escuchaba en la Plaza y lo alentaba al grito de “motosierra, motosierra”. En su diagnóstico, el nuevo mandatario subrayó: “Habrá estanflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina. Habrá luz al final del camino”.

Unos minutos antes, a las 12.20, había iniciado su discurso de asunción diciendo: “Hoy enterramos décadas de fracaso, peleas intestinas y disputas sin sentido, peleas que lo único que nos permitieron es destruir nuestro querido país y dejarnos en la ruina. Hoy comienza una nueva era en Argentina, una era de paz y prosperidad, una era de crecimiento y desarrollo, una era de libertad y progreso”.

Este domingo la ciudad de Buenos Aires, calurosa y con un cielo sin nubes, fue escenario de dos eventos singulares. Por un lado, el aniversario de 40 años de democracia y por otro, la asunción del presidente Javier Milei y la vicepresidente Victoria Villarruel. En otro hecho inédito, el mandatario se inclinó por dar su discurso inaugural en la explanada del Congreso y no en el recinto parlamentario, ante la asamblea legislativa, como se hizo tradicionalmente.

Desde temprano se cortó el perímetro delimitado por las calles Rincón y Junín y las avenidas Corrientes y Belgrano, hasta las del Paseo Colón y Leandro N. Alem. La ruta que tomaría el auto presidencial (Avenidas Entre Ríos y de Mayo hasta llegar a la Casa Rosada) estuvo cercada y controlada por la Gendarmería y la Policía Federal. 

Previo al discurso del presidente en las escalinatas, la gente, que iba creciendo en número con el correr de la hora, ya cantaba frases como “Cristina a la cárcel”, “chorra chorra chorra” y “la casta tiene miedo”, mientras balanceaban con intensidad las banderas argentinas y de La Libertad Avanza, desde hoy el partido oficialista.

“Hoy comienza una nueva era en Argentina. Hoy damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive y comenzamos el camino de la reconstrucción de nuestro país”, expresó el nuevo presidente ante el público agolpado sobre la vereda de la plaza ubicada frente al palacio legislativo.

Junto a Milei, se encontraban el presidente ucraniano Volodímer Zelenski; el uruguayo Luis Lacalle Pou; el chileno Gabriel Boric; el ecuatoriano Daniel Noboa; el paraguayo, Santiago Pena; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán; el Rey Felipe de España y el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro.

Luego de sostener que la dirigencia había abandonado las ideas liberales y que se había abrazado a “las ideas empobrecedoras del colectivismo”, Milei hizo referencia al país que, dijo, recibe como presidente: “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”.

A partir de este diagnóstico, sostuvo que la única salida consiste en ajustar el Estado en forma brutal e inmediata, y se encargó de aclarar que este ajuste nos recaerá sobre el sector privado. Además, señaló que la emisión realizada por el Banco Central llevará a que sigan incrementando los precios: “El gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación y es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe que llevaría a la pobreza por encima del 90 por ciento y la indigencia por encima del 50 por ciento”.

Milei señaló, además, que aquellos que utilicen la vía pública para protestar por sus medidas recesivas no cobrarán ningún tipo de ayuda estatal, pasando por alto el derecho constitucional a la protesta y a peticionar a las autoridades.

Luego, hizo hincapié en la situación social del país y manifestó que se acabó “con el siga – siga de los delincuentes”. Por otro lado, destacó que hay serios problemas en materia de pobreza y educación. “La situación de la Argentina es crítica y de emergencia. No tenemos alternativas y tampoco tenemos tiempo. No tenemos margen para discusiones estériles. Nuestro país exige acción y una acción inmediata. La clase política deja a un país al borde de la crisis más profunda”.

Por último, anunció que su gobierno utilizará todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que el país necesita. Y concluyó: “Recuerdo cuando en una entrevista, cuando asumimos como diputados hace dos años con Victoria Villaruel, me habían dicho pero si ustedes son dos en 257, no van a poder hacer nada. Y ese día la respuesta fue una cita del libro de Macabeos 3.19 que dice que la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo. Por lo tanto, Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen en este desafío”.