«No hubo tiradores ajenos a las fuerzas de seguridad»

«No hubo tiradores ajenos a las fuerzas de seguridad»

En el juicio que investiga el asesinato de Rafael Nahuel, declaron los peritos forenses que realizaron la autopsia. Las conclusiones desmienten las versiones de los gendarmes.

Dos nuevas audiencias han tenido lugar en el Tribunal Oral Federal de Roca por el crimen del joven mapuche, Rafael Nahuel, asesinado el 25 de noviembre de 2017 como consecuencia de un disparo recibido durante un operativo represivo contra la comunidad Lafken Winkul Mapu. Como estaba previsto, los testimonios de la séptima y octava audiencia fueron de los peritos Leonardo Saccomanno, Roberto Nigris, Silvia Bufalini quienes se encargaron de procedimientos tales como la autopsia, las pericias balísticas y del terreno. 

El perito forense Saccomanno fue el primero en declarar por Zoom, y dio detalles de los resultados de la autopsia realizada al cuerpo de Nahuel, al día siguiente del crimen. Gracias a su explicación respecto a la forma en la que ingresó la bala en el cuerpo del joven –“hacia adelante, arriba y derecha para llegar a la axila derecha”–  quedó claro que el disparo se dio en el contexto de una huída y no de un enfrentamiento. Además de este dato clave, especificó que la muerte se debió a un “shock hipovolémico”: perdió por lo menos cuatro litros de sangre producto de la herida ocasionada. Cabe destacar que el procedimiento de la autopsia se produjo en una morgue provisoria montada en un “garaje” del predio hospitalario de Bariloche ya que no había una sala adecuada en ese momento.

El siguiente en declarar fue Roberto Nigris, perito balístico. Su trabajo, junto a otra profesional, consistió en cotejar las 24 armas calibre 9 milímetros secuestradas a los prefectos Albatros con el proyectil del mismo tamaño extraído de la víctima. Fue un subfusil MP5, denominada “Arma B”, la que coincidió con las características del proyectil mortal. Así también lo constató la licenciada en criminalística Karina Uribe, quien acompañó a Nigris en la pericia: “No hubo discusión de que el arma B era la que había salido del proyectil”. Lo mismo declaró en la audiencia del día miércoles la licenciada en Criminalística, Silvia Bufalini, quien trabajó junto al perito: “Estábamos todos de acuerdo en la coincidencia”.

Nigris detalló que las vainas servidas de proyectiles 9 milímetros que se encontraron durante la inspección ocular estaban en un trayecto «de cien metros», lo que para las querellas demuestra que existió una persecución por parte de los integrantes del grupo Albatros de la Prefectura contra los miembros de la comunidad mapuche de Villa Mascardi. Esto contradice la versión de los uniformados, quienes dijeron haber sido emboscados y atacados en un lugar puntual de la montaña, desde donde iniciaron –según declararon en las indagatorias y la instrucción– una carrera descendente hacia la ruta 40.

A pesar de las precisiones y coincidencias expuestas en estas audiencias, durante la etapa de instrucción existieron desprolijidades en relación a los peritajes balísticos que interfirieron en la causa: se ordenaron dos estudios más de los que Roberto Negris, perito oficial, no fue notificado ni participó. Estos peritajes, ordenados por Gendarmería Nacional en Buenos Aires y el Ministerio Público Fiscal de Salta, arrojaron distintos resultados: “Me hubiese gustado estar para defender mi trabajo” señaló Nigris y declaró que él entregó las armas y el proyectil a la Policía Aeroportuaria y al juzgado. “No encontraban el MP5 y me llamaron para ver si lo tenía yo. A mi me causó gracia”, sentenció el perito. 

Durante su extensa declaración, Nigris no ocultó su malestar por el cuestionamiento a su labor durante la etapa de instrucción, y dijo que en su extensa trayectoria «nunca» había vivido una situación como la mencionada. Los dichos de Nigris fueron ratificados por Uribe, quien presentó un power point de 43 láminas, con fotos e informes contenidos en el expediente judicial. Ni ella ni Nigris encontraron sentido al hecho de que la segunda y la tercera pericias hayan arrojado resultados distintos.

Con la declaración de la licenciada Bufalini se arribó a la conclusión de que “no hay tiradores ajenos a las fuerzas de seguridad” ya que todos los indicios balísticos de 9 mm correspondían a la Prefectura. Por otro lado, la especialista fue consultada por los test de residuos de pólvora encontradas en las manos de Nahuel, González y Jones Huala, quien aclaró que “existe la contaminación por transferencia”, algo que ya había sido planteado por la hipótesis de “transferencia de residuos” de la querella. Esto se habría dado al momento en que los dos jóvenes mapuches –que bajaron el cuerpo agonizante de “Rafita” desde el cerro hasta la ruta– fueron detenidos.

Para la semana entrante se esperan aún las declaraciones de los peritos que realizaron el procedimiento en Salta, entre ellos Hugo Flores Solis, Martín Spotorno, Agustina Oberti. El miércoles la audiencia contará con los testimonios de José Luis Manzano, Fernanda Martin Baez, Daniel Alejandro Converso y Adriana Cerquis, encargados de las pericias químicas fulminantes. Se finalizaría de esta forma con la ronda de peritos y se avanzaría con las declaraciones de otro tipo de testigos. 

El proceso judicial se inició hace casi un mes en el Tribunal Oral Federal de General Roca (Fiske Menuco) en la provincia de Río Negro, y se extenderá durante las próximas seis semanas. Cinco prefectos están imputados de homicidio agravado cometido en exceso de legítima defensa, el cabo Sergio Cavia como autor y el resto como partícipes. En cada jornada, diversos grupos de comunidades mapuche y organizaciones sociales se manifiestan afuera en reclamo de justicia por “Rafita”. La comunidad Lafken Winkul Mapu había sido desalojada el 23 de noviembre de 2017, pero el procedimiento represivo de los Albatros se produjo dos días más tarde, a sabiendas de que algunos de sus integrantes permanecían en ese territorio recuperado ubicado en Villa Mascardi.

 

Las asambleas de inquilinos se oponen a la nueva Ley de Alquileres

Las asambleas de inquilinos se oponen a la nueva Ley de Alquileres

Inquilinos Agrupados le dio voz a los vecinos para debatir las estrategias frente a la inminente modificación de la actual normativa.

Luego de la media sanción obtenida en Cámara de Diputados el pasado 23 de agosto, la nueva Ley de Alquileres avanza hacia el Senado. Esta semana, y antes de la votación, se escucharán las dos campanas: primero a los propietarios y a las inmobiliarias, luego a las asociaciones inquilinas. Inquilinos Agrupados, máximo referente de este último grupo, llevó a cabo una asamblea vecinal con el único objetivo de frenar el proyecto impulsado por Juntos por el Cambio (JxC).

En el marco de una sesión especial, que duró alrededor de cuatro horas, la oposición, con excepción de la Izquierda y de La Libertad Avanza, otorgó media sanción al proyecto de reforma a la Ley de Alquileres, con la sorpresa de aprobar un dictamen de minoría. Esta modificación busca reemplazar la normativa actual, vigente desde junio de 2020. El proyecto fue rechazado por 112 diputados, 99 de los cuales forman el bloque de Unión por la Patria (ex Frente de Todos). 

La reforma, que se terminará de decidir en la Cámara de Senadores, busca modificar puntos centrales de la legislación actual. Las organizaciones inquilinas rechazan de manera vehemente las modificaciones propuestas. Entre ellas, la duración de los contratos, que pasarán de tres a dos años, la actualización de los aumentos, que pasarán de anuales para ser cuatrimestrales, y la forma de calcular ese aumento. La ley aprobada en 2020 proponía un índice, realizado por el Banco Central, que funcionaba como techo: un promedio entre el índice de Precios al Consumidor (IPC) y el índice de variación salarial. Con la nueva iniciativa estos aumentos quedarán a merced de un acuerdo entre las partes, moderado por los propietarios. Es decir, el Estado ya no funcionará como mediador. “Es una media sanción que tiene muchas trampas en la redacción”, afirmó Gervasio Muñoz, presidente de Inquilinos Agrupados.

Ciudad de Buenos Aires

Inquilinos Agrupados es una asociación civil que cuenta con representación en varios puntos del país y brinda asesoramiento legal para todas aquellas personas que arrenden una vivienda. Son, además, los principales promotores de mantener la ley de 2020 y rechazan de manera unánime la reforma propuesta por JxC. Para ello, realizan convocatorias y asambleas vecinales con el fin de sumar aliados y debatir sobre la actualidad. 

En la tarde del sábado realizaron una reunión en su sede, la misma que comparten con Ni Una Menos, sobre la calle Bartolomé Mitre, a pocos metros del Congreso de la Nación. Allí, el presidente de la asociación, Gervasio Muñoz, presentó las modificaciones que busca llevar a cabo la nueva ley. Con el correr de los minutos, la convocatoria fue más de la esperada y la asamblea se trasladó a las calles. Para dar más visibilidad al debate los asistentes decidieron cortar la esquina de Mitre y Avenida Callao, y desde allí continuaron debatiendo ideas, con megáfono de por medio. 

Varios de los vecinos, de diferentes edades y puntos de la Ciudad, tomaron la palabra y expusieron sus opiniones. Una mujer exigió tomar en cuenta el rol de los jubilados inquilinos, quienes deben destinar gran parte de sus ingresos escasos al derecho básico de una vivienda digna. Luego tomaron la palabra otros dos hombres de mediana edad. Ambos reclamaron por la presencia de organizaciones gremiales en la lucha por las locaciones y la inclusión de ese tema en las paritarias, ya que la gran mayoría de los allí presentes reclamaban lo mismo: más de la mitad de sus sueldos debe ser destinados al alquiler. 

También debatieron sobre las ideas a futuro, tanto a largo como a  corto plazo. Algunos remarcaron la importancia que tiene la presencia en las calles e invitaron a todos los concurrentes a convocarse las veces que sean necesarias, especialmente en las puertas del Congreso. Otros propusieron trasladar la lucha, al mismo tiempo, al plano digital: memes, tweets y redes sociales en general. La idea es alertar, en todos los espacios frecuentes, a los demás inquilinos del país.

Más tarde llegó el turno de otros representantes de la asociación, en este caso de Tamara, quién de manera efusiva habló sobre la identidad del inquilino, ya no como algo temporal, como pretenden instalar ciertos sectores, sino como una posición permanente. Otros, más optimistas, exigieron el debate sobre el derecho a la vivienda propia. También exigieron un impuesto a la vivienda ociosa. “El proyecto de ley no contempla la vivienda ociosa porque el momento en el que estamos no es de ampliación de derechos, es todo lo contrario”, sostuvo Gervasio Muñoz. Además, agregó: “Hoy la urgencia es defender lo que tenemos, que se mantenga la ley, que se cumpla, y a partir de ahí profundizar”.

Según un estudio comparativo, llevado a cabo por Inquilinos Agrupados, a partir de los datos recabados por los últimos tres censos nacionales realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), la cantidad de propietarios en la Ciudad de Buenos Aires descendió de un 69% en 2001 a un 52,9% en 2022. Por el contrario, los inquilinos en la ciudad son cada vez más: en 2001 solo el 22,2% alquilaba, actualmente esa cifra se duplicó y alcanzó el 40,2%. Además, la cantidad de viviendas cada determinados habitantes también bajó, lo que indica que hay cada vez más inquilinos, pero cada vez menos propietarios con más viviendas en su haber. “Lo que produjo la Ley de Alquileres es que el mercado se organice y golpeé. Y la forma que tiene de golpear es el alquiler turístico y la vivienda vacía, entre otros”, añadió Muñoz.

En paralelo a este debate entre vecinos que seguirá en las próximas semanas en el Congreso, avanza también un proyecto, impulsado por Ana María Ianni, senadora de Unión por la Patria, que busca regular los alquileres temporarios de entre 1 y 90 días, creando un Registro Nacional de Viviendas de Alquiler Turístico Temporario y la obligatoriedad de las plataformas de mostrar la habilitación de las viviendas. “Que Argentina, que está en una situación donde lo que quieren es flexibilizar los alquileres de vivienda, avance sobre regulación del alquiler temporario también es importante”, opinó al respecto el representante  de Inquilinos Agrupados.

Aunque la ley vigente sigue siendo la votada en 2020, muchas inmobiliarias ya han comenzado a operar con la reforma que aún debe obtener el visto bueno de los senadores. Es por esto que la desde la Federación de Inquilinos Nacional solicitaron al presidente Alberto Fernández la prórroga de todos los contratos de alquiler para enfrentar la especulación, a raíz de la media sanción, y la suspensión de los aumentos por seis meses. En principio, durante esta semana las Comisiones de Legislación General y de Presupuesto recibirán a distintos referentes de esta pulseada. A partir de ello, y si se consigue el quórum necesario, se volverá a debatir y, de ser aprobada, reemplazará a la ley que rige desde hace tres años. 

“La posición que consensuamos las organizaciones inquilinas del país es no negociar absolutamente nada porque la negociación que nos plantean es medio cínica. Nos plantean que nosotros perdamos dos cosas, el plazo y la actualización anual”, sentenció Muñoz, y agregó: “La Ley de Alquileres es víctima de un plan que se viene para flexibilizar las condiciones de vida en Argentina”.

Por lo pronto, la saga de esta discusión continuará como secuela de una película de terror escrita por los sectores más privilegiados que curiosamente representan un dictamen de minoría. 

Los mitos de la mayor catástrofe del fútbol argentino

Los mitos de la mayor catástrofe del fútbol argentino

Pablo Lisotto habla de Una tarde de junio (La tragedia de la Puerta 12), una minuciosa investigación sobre la masacre de hinchas en el River-Boca de 1968, en la que desmitifica que esa salida del Monumental estuviera cerrada durante el desbande y apunta al rol represivo de la policía en tiempos del dictador Onganía.

El periodista Pablo Lisotto reconstruye tras una ardua investigación la catástrofe más grande jamás vivida en la historia del fútbol argentino y la cuenta en Una tarde de junio (La tragedia de la Puerta 12), encrucijada en la que murieron más de 70 personas. Fueron 55 años de silencio, de complicidad, de aceptar los comunicados oficiales que salieron bajo el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, y los mitos que surgieron a partir de allí. Casi medio siglo después, el licenciado en Comunicación se puso en búsqueda, ya no de justicia, sino de desmitificar, reavivar las memorias y el recuerdo por las víctimas de aquel 23 de junio de 1968.

Un relato documental de casi 200 páginas que reconstruye cronológicamente un rompecabezas enorme, en donde las piezas del mismo estaban perdidas. Más de 150 testimonios permiten acercarnos, lo más que se pudo hasta el día de la fecha, a los sucesos que se dieron en el marco del superclásico jugado en el estadio Monumental entre River Plate y Boca Juniors. 

Una tarde de junio fue publicado dos meses atrás por Ediciones Al Arco; sin embargo es un trabajo en conjunto que comenzó hace más de cinco años. “Lo que me motivó a escribir este libro fue el compromiso por la lucha de no olvidar el tema. Mi rol como periodista me da acceso a los medios y tener una voz más visible a la que lamentablemente los familiares de las víctimas no pudieron acceder durante estos años”, sostiene el autor.

La historia narrada y reconstruida por Lisotto cuenta y describe el antes, el durante y el después de la tragedia. Presenta a muchas de las víctimas por su nombre, y habla de sus sueños a futuro, sus planes de vida y sus pasiones antes del suceso. En el durante, se encarga de desmitificar muchos de los rumores que se crearon alrededor, e incluso descubre víctimas olvidadas. No, no fueron 71 los muertos, ni todos eran hinchas de Boca, ni hubo mal accionar por parte de River Plate, ya que las puertas estaban abiertas y no había molinetes. Lisotto afirma al respecto: “Hay mitos que se crearon alrededor de esta historia que aún hoy se repiten y muchos profesionales de la comunicación lo hacen, lo cual solo genera más desinformación”.

Sin dudas la falta de tecnología de la época, ausencia de celulares o transmisión por televisión de los partidos, impidió que se pueda saber la verdad. De todas formas, es importante tener en cuenta el contexto sociopolítico. “No descarto que en un contexto como en el que vivía Argentina en ese momento, bajo el gobierno de facto de Onganía, no haya existido la censura de fotografías. Tampoco se puede juzgar a los periodistas de la época porque imagino que no debe ser fácil ser periodista en años de dictadura y en donde tu única fuente oficial iba a ser la voz de la policía”, expresa el autor.

Se vivían tiempos de censura y proscripción hacía el peronismo. Incluso los hechos reconstruidos por Lisotto evidencian que aquella tarde de junio la hinchada de Boca coreó la marcha peronista frente a las autoridades gubernamentales que se encontraban en el estadio Monumental. Pero esto no fue un hecho aislado de ese día. La marcha peronista se entonaba todos los domingos en todos los partidos del fútbol, ya que no se podía identificar a los que cantaban.

Tampoco eran sucesos aislados los enfrentamientos entre barrabravas y las fuerzas de seguridad. “Formaba parte del folklore futbolístico de esa época que en cualquier cancha los hinchas visitantes se iban del estadio peleando con la policía. Con corridas, balazos, escupidas, proyectiles de un lado y de otro”, dice el autor, y agrega: “Eran los comienzos del fenómeno barrabrava en Argentina, y posiblemente Onganía quería erradicarlos, formaba parte de esa época la represión o el ‘palo fácil’ de la policía”. Aunque tampoco cree que haya habido intenciones de matar aquel día, principalmente hubo negligencia policial en la planificación de la desconcentración de esa puerta.

La realidad indica que si esta era la normalidad por esos años, no ocurrieron más tragedias como esta, hasta la actualidad, de milagro. “Cambió poco y nada en cuanto a la seguridad de los hinchas en las canchas después de ese suceso en 1968, incluso el año pasado en el Gimnasia de La Plata contra Boca, fue casi un puerta 12 a cielo abierto”, comenta Lisotto.

Al mismo tiempo, la falta de una postura oficial frente a los hechos hizo que durante años la pasión solo sea un enceguecimiento. Los hinchas de River Plate sostuvieron que la culpa fue de los hinchas de La Ribera por haber sido violentos antes y durante el partido, y su posterior salida a las apuradas del estadio. Mientras que los hinchas de Boca Juniors culpaban al club de Núñez por no haber abierto las puertas. Esta falta de postura oficial, mismo desde los clubes, solo tergiversa los acontecimientos.

Sin embargo, en estos últimos años, tanto Boca como River se mostraron predispuestos a colaborar con Lisotto en la producción del libro, tanto entregando material bibliográfico de época, como abriendo las puertas del Monumental.

En consecuencia, la escritura de esta crónica puede significar un antes y un después para el fútbol argentino, ya que se podría unificar una historia oficial por parte de ambos clubes, y que, como dice Lisotto en su introducción acerca de la actual puerta ‘M’ del estadio de River Plate, “deje de ser M de Masacre y de Muerte para convertirse en M de Misericordia, por los fallecidos y sus familiares, y M de Memoria, para que ellos estén siempre presentes y para que en el fútbol argentino no vuelva a ocurrir algo así nunca más”.

 

«Me interesa que sufra un poco el lector»

«Me interesa que sufra un poco el lector»

La escritora Sonia Budassi habla de «Animales de compañía», el libro con el que obtuvo el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes.

Historias diversas y personajes inadecuados buscando encajar, o no tanto. Animales de compañía (Entropía) es un libro que recopila diez cuentos y ahonda en la complejidad de las relaciones interpersonales a través de las reflexiones de sus protagonistas. La obra le valió a la escritora y periodista Sonia Budassi –autora también de La frontera imposible. Israel Palestina y de Los domingos son para dormir- el Primer Premio del Fondo Nacional de Las Artes.

 ¿Cómo surgen los distintos cuentos que integran al libro?

La experiencia es algo que siempre atraviesa a la narración, pero no solo desde la vivencia personal sino también desde la perspectiva. Quizás el personaje no tiene nada que ver con mi vida, pero me gusta escribir sobre lo que me genera incomodidad, aquello sobre lo que no termino de entender cómo funciona. En ese sentido, me interesa el mundo de las apariencias, esa tensión entre lo que se dice y la subjetividad de mis personajes, es decir, lo que piensan. Trato de explorar esa simultaneidad y dar cuenta de que no todo es lo que parece. Otra cuestión que atraviesa a todos los relatos está relacionada con los mandatos sociales y los estereotipos, desde cómo tiene que ser la pareja perfecta hasta cuales son las maneras en las que todos convenimos que está bueno divertirse. Ahí entran en juego mis personajes y sus historias, intentando encajar en esos modelos ideales pero siempre terminan fracasando. 

 ¿Ese fracaso guarda relación con la tensión entre lo que se piensa y lo que se dice? Muchos de tus cuentos están atravesados por problemáticas en los vínculos sociales como el amor, la amistad o el trabajo, y pareciera que los protagonistas no pueden trasladar sus reflexiones a esos vínculos.

Sí, creo que en ese intento por encajar aparece algo disruptivo, una decepción provocada por esa tensión, que los lleva a darse cuenta que, por ejemplo, el viaje que están haciendo no es lo que esperaban. En ese sentido, los conflictos van apareciendo de manera tangencial y es algo que, al mismo tiempo, utilizo como recurso al momento de narrar. No me gusta dar todo explicado y digerido, me interesa que también sufra un poco el lector. 

Los universos de cada uno de los relatos son distintos entre sí y tienen la virtud de sumergir al lector en cada uno de ellos. ¿De qué manera afrontas la construcción tanto de los escenarios como de los personajes?

Desde que empecé a escribir le doy importancia al detalle. Cuando está puesto en función de la historia, de la caracterización del personaje, adquiere mucho valor. Una de las historias gira en torno a la cuestión del encarnizamiento terapéutico, algo sobre lo que leí y me impactó. A grandes rasgos, se trata de la obligación de continuar con un tratamiento médico pese a que la voluntad del paciente es no continuar. En ese escenario, surge un personaje con la astucia e inteligencia suficiente para lograr revelarse, y eso es algo que intento replicar en todas las historias: personajes que deciden revelarse contra lo impuesto. Eso sí, no estoy a favor de narrar por narrar, de contar detalles cuando no es necesario. Si lo que tenés para describir no hace al conflicto o al desarrollo del personaje, es mejor evitarlo. ¡Hagamos uso de la elipsis!.

 La contratapa, escrita por Pablo Katchadjian, advierte: “Las voces que narran los distintos cuentos de este libro no son simpáticas» ¿Por qué lo dice?

Creo que tiene que ver con la disconformidad que muestran los personajes y sus cuestionamientos, que terminan siendo algo molestos y quejosos pero no cínicos.

Hay algo que me interesa evitar que está muy presente en las redes y en la atmósfera social y es el cinismo, que termina desembocando en un narrador que parece colocarse por encima de sus personajes e incluso del lector. Peter Sloterdijk tiene dos categorías de cinismo, una de derecha y otra de izquierda. Es decir, el de los ricos que no quieren pagar impuestos por conveniencia y el del laburante, que viaja hace años durante horas para llegar a su trabajo pero no le alcanza el sueldo y por eso no cree en nada. Se trata de un desencanto real, espiritual si se quiere. Entonces quisiera posicionarme más cerca de ese cinismo de izquierda.

 

Quisiera posicionarme más cerca del cinismo de izquierda.

Sonia Budassi

Con mayor o menor protagonismo, los animales están presentes en todos los cuentos, desde mascotas hasta peluches. Sin embargo, los personajes parecieran estar lidiando todo el tiempo con su soledad, a pesar de estar interactuando también con otras personas. Te pregunto entonces,  ¿quiénes son los animales de compañía?

Un poco todos, digamos. Por momentos los seres humanos se acompañan e interactúan directamente con los animales, y en otros los propios seres humanos son los animales de compañía. También creo que en muchos casos los personajes están solos y en búsqueda de su «animal de compañía». También hay algo social que a mí me interesó siempre que tiene que ver con las jerarquías y las relaciones de poder. La domesticación es un concepto que sobrevuela todo el libro, pero no solo de las personas sobre los animales sino una domesticación aplicada a las relaciones sociales en la familia, la amistad o el trabajo por ejemplo.

 En el cuento “Salvar al mundo” narrás las historia de una activista ambiental que en un momento reflexiona sobre las causas marketineras que parecen más importantes, mientras que, en el fondo del mar, “seres de aspectos primitivo mueren sin que generemos por ellos ninguna piedad”. ¿Creés que es una cuestión que se traslada a otros ámbitos?

De esa frase me interesa el tema de la desigualdad, donde pareciera que hay vidas que valen más que otras. En ese caso, si bien tienen una buena intención, pareciera más redituable cuando se enfocan en las ballenas que son buenas y bellas en detrimento de esas especies que aparecen en las oscuridades del fondo del mar, por citar un ejemplo algo burdo. Lo mismo puede trasladarse a la cuestión estética, donde siempre tenemos que cumplir mandatos, como el personaje del cuento «Perfecta» que está preocupada constantemente por su apariencia para sostener su relación. 

 Los cuentos abordan temas como el amor o la nostalgia. ¿Son tópicos sobre los que te gusta escribir?

Me interesa mucho todo lo que tiene que ver con los universos idealizados, lo que era Disney en mi época, digamos. Toda una industria cultural generadora de universos fantasiosos donde uno querría vivir. Pero me interesa vinculado con la noción de decepción que atraviesa a todos mis personajes, que todo el tiempo chocan y entran en tensión permanente con esa idealización donde la pareja que soñaron no era tal o la causa por la que están luchando al final tiene matices oscuros.

¿Hay alguno de los cuentos que te haya gustado o disfrutaste de hacer más que otros?

No lo sé en términos estéticos porque no me corresponde opinar a mí, por suerte la paso bien escribiendo porque lo vivo como un viaje. Quizás me gustó el desafío de ponerme en la piel de una chica que vive en Shangai en «Salvar al mundo». Al mismo tiempo, se da en un escenario algo distópico pero sin desprenderse del registro realista, lo cual fue algo complicado de conseguir. Otro que también disfruté mucho fue «La velocidad del alacrán» porque transcurre en un universo rural que me interesa por mi historia personal. Me crié trabajando con animales y viviendo las crueldades que les hacen para comerlos, lo cual es algo que siempre me generó incomodidad pero a la vez no puedo terminar de condenarlo. Entonces me gusta ahondar en esta tensión incómoda que implica que mi paraíso sea un lugar gris, hostil y de clima seco.

 Los finales de cada cuento parecieran que pueden continuar, dejando al lector con la sensación de querer saber más. ¿Buscás esa tensión?

Mi intención en general es que el final sea memorable, que te quedes pensando… ¿y esto cómo seguiría? Si bien me interesan los relatos de clima, no tengo desdén por la trama, me importa mucho. Esos textos donde no pasa nada quizás me gusta leerlos, pero no me interesa hacerlos. Me importa que haya conflicto.

 Recientemente publicaste otro libro, Donde nada se detiene (HD Ediciones)…

Sí, es un libro que reúne artículos sobre literatura y arte. Desde los clásicos como Ivan Bunin o Anton Chejov, hasta lo más contemporáneo como Emanuel Carrère. En el plano nacional, hay uno sobre César Aira y su madre escritora, algo que no es tan conocido. 

También hay ensayos personales y crónicas de viaje que se cruzan con crítica cultural, como el relato de un millonario en Japón que decide abandonar Tokio e instalar una galería de arte en una isla donde se puede ver, por ejemplo, cuadros monumentales de Monet de una persona a la vez, en contrapartida con lo que pasa en el Louvre. Es un proyecto interesante que cruza la filantropía pero con una visión fuertemente capitalista a la vez.

Nunca más es nunca más

Nunca más es nunca más

Organizaciones políticas, sociales y defensoras de los derechos humanos se manifestaron frente a la Legislatura porteña para repudiar un acto negacionista que organizó La Libertad Avanza, el Partido de Javier Milei.

Diversas agrupaciones sociales se congregaron ayer frente a la Legislatura porteña para repudiar la actividad organizada por la legisladora de La Libertad Avanza Lucía Montenegro y promovida por la precandidata a vicepresidenta Victoria Villarruel. El edificio amaneció protegido por un operativo en conjunto de la Policía de la Ciudad y el cuerpo de Infantería porteño para realizar un homenaje a víctimas de los grupos insurgentes Montoneros y Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), desde una visión sesgada del “terrorismo”, volviendo a tratar de instalar la Teoría de los Dos Demonios que predomió cuando se sancionaron las leyes de impunidad. Por eso, desde las 16, las agrupaciones de derechos humanos se concentraron en el centro porteño con pañuelos blancos y carteles que recalcaban “son 30.000”.

“Marchamos en repudio a la actividad que se va a llevar adelante en la Legislatura”, afirmó la Presidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (A.P.D.H), Soledad Astudillo. “En las instituciones hay un consenso de qué cosas no deben ocurrir. No corresponde que esta entidad permita esto”, sentenció mientras avanzaba junto a la asociación civil que atiende, ad honorem, consultas jurídicas sobre asuntos relacionados a violaciones a los derechos humanos.

La convocatoria recién estaba empezando, por lo que los manifestantes debían hacerse lugar en el tránsito ajetreado y de hora pico de la Avenida de Mayo, que aún no había sido cortada. Sin mayores discusiones, pudieron agruparse y encaminar su marcha hacia el Poder Legislativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Adultos, personas ya muy ancianas y jóvenes se unían en una misma voz y cantaban: “Alerta, que están vivos: todos los ideales de los desaparecidos”. Entre bastones y celulares, elevaban el mismo reclamo. Inés, de la Villa 21-24 (Barracas y Nueva Pompeya) marchó “en contra de que levanten las banderas de los milicos que desaparecieron a compañeros”. La joven contó que en su barrio hubo cuatro desaparecidos, además de detenidos y asesinados. Contra el evento negacionista, replicó: “Tenemos que levantar las banderas de la memoria”.

La convocatoria promovida por Victoria Villarruel, postulada como vicepresidenta de La Libertad Avanza, estaba prevista para las 17. Casi coincidentemente, las campanas de una iglesia cercana comenzaron a sonar, recordando la crítica y repudio de los Curas Villeros de CABA y GBA contra los dichos del candidato a presidente Javier Milei. Por ello, este martes 9 celebraron una misa en desagravio al Papa Francisco en la parroquia de la Virgen de los Milagros de Caacupé, en la mencionada Villa 21-24. “Fue blanco de toda clase de injurias, mentiras e insultos provenientes del candidato a presidente”, según aseguraron en su cuenta de Twitter.

Leonardo Miranda, miembro del colectivo Historias Desobedientes conformado por hijas, hijos y familiares de genocidas, que ahora luchan por Memoria, Verdad y Justicia sostuvo: “Venimos a sumar nuestra voz al rechazo de esta actividad. Es un mensaje tramposo –continuó– que pretende engañar: simula un homenaje pero, conociendo la historia de Villarruel, busca reivindicar el terrorismo de Estado y la dictadura”. 

Victoria es hija del teniente coronel Eduardo Marcelo Villarruel, y sobrina de Ernesto Guillermo Villarruel, detenido por su actuación en el centro clandestino El Vesubio. También es presidente del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), el cual partió de la Asociación Unidad Argentina (Aunar), fundada en 1993 por militares de la dictadura. La agrupación Historias Desobedientes recordó esta relación existente y en su comunicado oficial constató que “es una hija obediente del genocidio, que obedece los mandatos filiatorios de lealtad familiar que perpetúan el silencio y justifican los más atroces crímenes cometidos en la última dictadura cívico militar”.

Miranda cuestionó que se retome la Teoría de los Dos Demonios y confirmó que “esto atrasa la historia argentina”. Por eso, se reunieron con otros organismos en esta manifestación: “Vinimos a defender la democracia”, concluyó.

Los grupos estaban encendidos en la entrada y salida de los asistentes al evento. Demasiadas caras largas y protestas hacían que un hombre, vestido de traje negro y con un papel blanco en mano, rechace a quienes no contaban con autorización para ingresar. Dos jóvenes que trabajan con un legislador fueron rechazados más de una vez, aún tratándose de su lugar de trabajo.

El clima transcurría tenso en las calles y tranquilo en un restaurante a pocos metros, donde una gran cantidad de personas disfrutaban de una merienda y miraban con atención los movimientos policiales y de manifestantes, que solo se juntaban para cantar contra los organizadores. Para quienes estaban resguardados de ese vidrio, la escena era casi un teatro dramático a punto de llegar a su punto de conflicto.

Una vez que la calle quedó más vacía. Detrás de la protección de la Policía de la Ciudad salió Lilia Lemoine, candidata a diputada nacional por La Libertad Avanza. En los primeros instantes de tranquilidad aseguró que “no es un acto para reivindicar el terror, perdón –se corrigió–, el terrorismo de Estado, es para pedir por las victimas”. 

“Estoy en contra de la dictadura”, afirmó Lemoine. Una señora la cuestionó: “Entonces, ¿por qué estamos reivindicando a gente que está a favor?”. Con un celular en mano, grabando a quienes la increparon, y visiblemente molesta por la situación, gritó en su cara: “Es mentira, infórmese bien”.

Los momentos de tensión ascendieron abruptamente, al punto que sus colaboradores la sostuvo del brazo y le insistió «tenés que entrar porque te van a armar quilombo». No bastaron más de unos segundos para que los gritos de la candidata a diputada cesen contra los manifestantes y estos se dispersen cuando dos personas rociaron combustible a todos los presentes –no sólo Lemoine como luego replicaron según sus dichos algunos medios–. Estos fueron inmediatamente detenidos por efectivos policiales.

“Repudio ese tipo de hechos, nada tienen que ver con lo que hacemos quienes estamos en contra de las ideas de la derecha y la ultraderecha”, aseguró Claudio Morresi, Legislador de la Ciudad de Buenos Aires. Defendiendo esta postura desde adentro del edificio en cuestión, confirmó que el Bloque de Legisladores y Legisladoras de Unión por la Patria (UxP) llevó a cabo una reunión y firma de un documento a las autoridades competentes en protesta por la actividad propuesta por Victoria Villarruel.

El exsecretario de deporte apuntó al espacio político de Javier Milei: “Este no repudia la dictadura militar, la avala”. A la vez, confirmó que hubo una clara utilización del dolor de algunas familias “para modificar la historia real de lo que sucedió en la Argentina. Buscan la liberación de exmilitares y policías que cometieron crímenes de lesa humanidad torturando, asesinando y desapareciendo a miles de personas”.

Con retraso, el evento pudo llevarse a cabo con la presencia de Villarruel, acompañada por Lucía Montenegro, Lorenza Ferrari, madre una estudiante que murió por la explosión de un coche bomba de Montoneros, Graciela Saraspe, hija de un encargado de bar asesinado en Santa Lucía (Tucumán) por el ERP y Arturo Larrabure, hijo de un militar secuestrado y asesinado por el ERP en tiempos del gobierno de Isabel Martínez de Perón bajo la sombra de la Triple A dirigida por el comisario de policía y ministro de Bienestar José Lopez Rega, que obró como antesala de la dictadura. Sin embargo, los disturbios no quedaron aislados en la calle: dentro del antiguo edificio, líderes del Frente de Izquierda y de los Trabajadores como Gabriel Solano y Vilma Ripoll, replicaron los cantos que los manifestantes enunciaron durante toda la jornada. En clara protesta, levantaron carteles que firmaban: “fue genocidio, no guerra”.