El club alemán antifascista que tiene hinchada en Buenos Aires

El club alemán antifascista que tiene hinchada en Buenos Aires

El St. Pauli debutó en la Bundesliga y sus hinchas argentinos lo siguieron desde un bar de Caballito. Banderas LGTB y del Che Guevara se mezclaron con sus insignias marrones.

El reloj marcaba las 17:30 en la ciudad de Hamburgo, cuando en el Millerntor Stadion 30 mil personas alentaban al F. C. St. Pauli. Del otro lado del atlántico, a 11 mil kilómetros de Hamburgo, sesenta personas abarrotaron el bar “Dr. Birra” en el barrio porteño de Caballito, para ver en pantalla grande ese mismo partido. En la Argentina era pleno mediodía cuando se acomodaban en sus lugares decenas de personas vestidas con camisetas marrones y blancas, con el escudo del club St. Pauli presente en gorras, bufandas y vinchas.

“Siempre viene mucha gente pero hoy creo que estamos en nuestro récord de convocatoria”, afirma Jairo Schmidt, quien forma parte de la agrupación “Piratas del sur”, el fans club oficial del St Pauli en Argentina. El humilde club no pisaba la primera categoría Alemana desde el 2011: su nuevo ascenso es un acontecimiento que la peña de Buenos Aires no se podía perder. La Bundesliga es considerada como la quinta mejor liga del mundo, según Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol. Por lo tanto la llegada del club es todo un acontecimiento. Pero por qué, esté pequeño club alemán convoca a decenas de personas Caballito?

 

Mucho más que fútbol

St. Pauli es mucho más que fútbol. Tiene una historia que va a contramano de los deporte actual. El club lleva la política como bandera, acogiendo causas ignoradas por otras instituciones. Se posiciona contra la violencia, el racismo, la homofobia y el sexismo. Su defensa de las minorías lo ha vuelto atractivo para miles de aficionados de todo el mundo.

La historia cuenta que sus fundadores fueron trabajadores portuarios que le instauraron el color marrón típico de sus vestimentas de trabajo. Conserva un espiritu de lucha que los hizo enfrentarse al propio Adolf Hitler, cuando en el apogeo de la Alemania Nazi fue el único club que se negó a expulsar a sus socios judíos.

Todo este bagaje ya hacía del St Pauli un club especial. Sin embargo, la ruptura se dio en la década del ochenta, cuando el distrito en el que se asentaba era considerado una “zona roja”, de indigentes, okupas y prostitutas en la que comenzó a gestarse su actual identidad. El club abrió las puertas a todos los habitantes de la zona, quienes comenzaron a apoyar activamente al equipo. En esa década comenzó a jugar con el estadio lleno y no paró de crecer, adoptando causas que hoy son bandera. En el estadio flameó la colorida LGBT y la cinta del capitán tiene también esos mismos colores. Un histórico mural en el estadio muestra a dos hombres besándose, así como diferentes pancartas en las tribunas portan frases como «Bienvenidos refugiados», o “No hay fútbol para los fascistas”. St Pauli incluyó a miles de personas que estaban fuera del sistema ,lo cual sumado a su cercanía con el movimiento punk y la cultura rock lo han vuelto un club único en el mundo.

“Clubes de izquierda hay muy pocos, uno es el Celtic, aunque el más parecido es el Rayo Vallecano, pero siempre son fracciones de la hinchada, no es todo el club como acá”, expresa Mauricio, hincha del St Pauli desde hace 15 años, quien se refirió a las rivalidades que se ha ganado el club debido a su posicionamiento ideológico: “Por una cuestion de ideología el clásico es con el Hansa Rostock, un club de ultraderecha ubicado a 150 km.”. No obstante, la rivalidad más resonante es contra el equipo más laureado de la ciudad, el Hamburgo. “Es el gigante de la ciudad, aunque tan gigante no es por que sigue en la B”, desliza con sorna, mostrando el orgullo de que su St Pauli sea el único equipo de la región en primera.

 

Piratas del sur

“Siempre que podemos nos juntamos, los horarios de Bundesliga son más amigables para ver los partidos. En el ascenso era usualmente a las 8 o 9 de la mañana”, comenta Mauricio, y cuenta: “Lo conocimos con un amigo por los colores, los dos somos hinchas de Platense y buscábamos clubes con esos colores. Aunque tenemos que derribar ese mito de que los que simpatizamos por St Pauli somos todos de Platense, hay gente de todos los clubes. Lo importante es que los que vengan acompañen la movida y se saquen un poco el termo de la cabeza del barra brava argentino”.

“Hinchas de Platense buscando camisetas marrones y blancas, encuentras 3 o 4 equipos en el mundo y aparece el St Pauli que sorprende con su ideología política y ahí empieza a surgir todo”, explica Schmidt en relación a la importancia de los colores como una llave para dar a conocer al club. “Hay otros clubes marrones pero nosotros estamos acá por que no hay club en el mundo como este”, expresa Jairo en relación a las diferentes luchas del St Pauli, las cuales convocan a simpatizantes de todo el mundo: se calcula que existe cerca de veinte millones en todo el globo.

“Todo arrancó por redes, veíamos los partidos solos, cada uno en su casa, pero después vas hablando con uno con otro hasta que decis: ‘Che juntemonos’”, dice Schmidt que dice que, a pesar de la distancia, el amor por St Pauli es creciente y en parte se debe a su  particularidad en relación al panorama del fútbol global. “Es un oasis dentro del fútbol moderno. Te puede gustar o no, pero es distinto a todo lo que hay. Están todos invitados a ser parte y ver que hay otra manera de ver el fútbol. Yo como hincha de River en la cancha he cantado cosas horribles, hoy no me siento en ese lugar, hay otra forma de ser hincha”, dice convencido y agrega:  “El fútbol y la política van de la mano, está politizado y está bien que así sea, no podes ser del St Pauli y venir acá a decir ´son todos putos, los cogimos´”.

 

Símbolos de una pasión

La pared del bar Dr. Birra se convirtió en un lienzo en donde se proyectó el partido. La gran escala de imagen permite ver con detalle las colmadas tribunas del estadio en la cual flameaban banderas con el rostro del Che Guevara, mezcladas con otras vinculadas al universo LGBT que contrastan con las banderas negras con calaveras blancas que alzan como un símbolo. Esa especie de insignia con reminiscencia pirata estaba replicada en la vestimenta de todos los simpatizantes argentinos. La leyenda cuenta que simbolizan que en el fondo todos somos iguales, ya que los huesos son siempre del mismo color.

El pintoresquismo de las gradas se reflejaba en el colmado bar. Desde camisetas hasta banderas, sombreros, pines y stickers que se venden como merchandising. El evento es una exaltación de la identidad del St Pauli que incluso da lugar para la argentinización. Entre los adhesivos y pines se encontraban algunos con la cara de Diego Maradona, Nestor Kirchner y Charly García. La revolución alemana argentinizada.

El partido

Cuando el árbitro da el pitazo inicial las energías se concentran en la pantalla. Cada jugada es aplaudida. El local salió a buscar el partido y fue claramente superior al rival en el primer tiempo, generando ocasiones que no pudieron ser concretadas y que se vivieron en el bar porteño como en la propia cancha del St Pauli. Sobre el final del primer tiempo una escapada del capitán Jackson Irvine terminó con un centro que por milímetros no fue empujado por el delantero Jhon Guilavongui. Un sonoro “Uhh” retumbó en el recinto. Una ovación cerró ese primer tiempo que culminó con gusto a poco.

El segundo tramo parece una oportunidad para ponerse en ventaja y St Pauli fue aún más decidido a la ofensiva pero, de repente, todo se puso patas para arriba: tras una gran salvada del arquero rival llegó la contra y el gol de Heidenheim. En aquella jugada los visitantes quedaron tres contra tres y se despertó el abecedario futbolero como si estuviéramos en cualquier cancha argentina: “Lo tendría que haber bajado”, era el reclamo hacia uno de los defensores. Uno de los intercambios más llamativos se dio cuando un hincha se atrevió a gritar el gol del St. Pauli antes de tiempo: “Para que lo gritás, no se grita antes”. Argentinismo en estado puro.

Luego del gol St Pauli, siguió intentando aunque con menos lucidez y otra vez de una contra llegó el segundo del rival que se quedó con un triunfo inmerecido.

Acá no importa el resultado

A pesar de la derrota, finalizado el encuentro se realizaron sorteos teniendo como primer premio una pintura hecha durante el transcurso del partido, que mostraba al capitán Irvine besándose el escudo de la institución. El sorteo despertó la algarabía contenida tras la derrota generando la arenga al ritmo de “Oh, vamos St. Pauli”.

Ya en las inmediaciones del recinto, las conversaciones giraban sobre las dificultades de ser fanático a distancia: “Conseguir una camiseta es un quilombo. Te la tiene que traer de allá y te arrancan la cabeza”. Otro fanático agrega: “El año pasado me trajo una mi hermano, se la compró a un tipo que no sabía ni qué carajo era”, se escuchó. Uno de los simpatizantes apodado “El Oso” conversó con ANCCOM tras el partido: “En diciembre me voy a ver a mi hermano que vive en España y de ahí me voy especialmente a Hamburgo a ver un partido”

Más allá de la molestia por la derrota, para el St. Pauli no todo pasa en el rectángulo de juego. “Uno se hace del St Pauli por otras cosas”, afirma Hernán, hincha del equipo hace varios años. “A mí St Pauli me devolvió las ganas de ver fútbol. Para mí, todo era una porquería y gracias a esto volví a acercarme, volví a ver a mi equipo de toda la vida San Martin de Burzaco”.

“Antes del ascenso, el año pasado, jugamos un viernes, en horario laboral, contra el Hamburgo, el clásico. Si ganábamos ascendíamos, perdimos, pero después terminamos ascendiendo igual. Ese día se llenó el bar, pensábamos que no iba a venir nadie, faltaron todos al trabajo”, comenta El Oso risueño.

“El partido importa, te da bronca, pero vos ves lo que hace el club socialmente y te gustaría que lo haga tu club, yo soy de All Boys, pero acá tenés de todo, de Argentino de Quilmes, de Chicago, de Ferro, de todos lados”, explica El Oso sobre la pasión que despierta el conjunto germano.

Pese a la derrota quienes se acercaron a Caballito para presenciar el partido se retiraron con una sonrisa en la cara. “El resultado no es lo que importa. Si se gana mejor pero no es lo más importante”, afirma Schmidt en consonancia con la actitud del colectivo de hinchas. “El partido más esperado es contra el Bayern Munich. Si se da en un buen dia y horario esto va a reventar”, dice contento, porque más allá de los resultados, St Pauli deja en claro que el fútbol es mucho más que once atletas detrás de una pelota: es un sentimiento y una convicción que trasciende lo deportivo, haciendo que sin importar el resultado, siempre que juegue el St. Pauli, en su gente se dibuje una sonrisa,  tanto en Hamburgo como en Buenos Aires.

 

«Si cerraran los clubes, ¿qué haría el Estado para contener a los pibes?»

«Si cerraran los clubes, ¿qué haría el Estado para contener a los pibes?»

El diputado provincial y expresidente de Lanús, Nicolás Russo, explica por qué se opone a las sociedades anónimas deportivas. El rol social y educativo de los clubes, los negociados de las SAD y los riesgos de vender la pasión al mejor postor.

El diputado bonaerense por Unión por la Patria y expresidente del Club Lanús (2009-2012 y 2018-2021), Nicolás Russo dio su parecer sobre las sociedades anónimas deportivas (SAD), explicó los riesgos que se pueden correr con su implementación en Argentina y resaltó el rol social que cumplen los clubes actualmente en el país.

 ¿Qué opinión tiene respecto de las sociedades anónimas deportivas?

Entiendo que esas sociedades pueden funcionar en otro país. En Argentina no veo la viabilidad por la función social que cumplen los clubes, el trabajo que hacen sus dirigentes y todo lo que generan para la sociedad. No estoy para nada de acuerdo con ese tipo de sociedades. 

 ¿Qué riesgos se corre si se instalan las sociedades anónimas deportivas?

Los riesgos son muchos.Vos te encontras con que, por ejemplo, vienen a comprar un club como Lanús. Viene una empresa, te cambia el color, por ahí la empresa está ligada al color verde y te pone ese color en la camiseta, te quita el granate que distingue a Lanús. ¿Y qué va a hacer la empresa si le interesa promocionar su producto? Te lleva a jugar a otra ciudad: Jujuy, Catamarca, Río Negro o Mendoza, donde los hinchas de Lanús no van a poder ir

 ¿Qué función social cumplen los clubes?

En Lanús entregamos 7.500 becas. Acá los pibes no sólo vienen a hacer deportes sino que acceden a una merienda, a un desayuno digno, a una ducha de agua caliente que en sus casas no tienen. Tenes más de 30 disciplinas amateur: voley, handball, hockey, cumplir con todo eso es deficitario. Tenemos un proyecto educativo de 1.300 chicos y chicas que tampoco da plata, pero cumplimos una función social. ¿Vos crees que una sociedad anónima deportiva va a hacer eso? El rol de los clubes reemplaza al Estado, la función que tendría que hacer el Estado la están cumpliendo los clubes. También hay otro tema que no es menor: cuando no vienen capitales los jugadores se van de Argentina pero no porque los clubes estén mal económicamente, sino por un tema del país. En Europa ganan 20 veces más que acá. Me preocupa lo que van a hacer con lo que se genera. Lanús, en los últimos 30 años, generó muchísimo dinero ¿Que hicimos? Invertir: compramos una sede social, reformas en todo el estadio, piletas climatizadas, vestuarios, infraestructura. Una sociedad anónima la plata que gana la va a girar al exterior. Cualquier problema que hay en la ciudad el primer lugar que vienen es a Lanús, los colegios del Estado utilizan el club, una Sociedad de Fomento utiliza el club. Se utiliza para charlas y talleres. Si un día hubiera una huelga de dirigentes y cerrarán los clubes, quiero saber qué hace el Estado para contener a tantos pibes

 

¿Y por qué piensa que desde el gobierno insisten con instalar las sociedades anónimas deportivas?

 El fútbol es una de las actividades más sospechadas de lavado de dinero. Fijate en Europa: un qatarí tiene un club, un ruso tiene el otro y de repente lo llevan hasta arriba de todo, después se van pero el club vuelve a donde estaba. 

En los últimos 30 años, Lanús  generó muchísimo dinero ¿Que hicimos? Invertir: compramos una sede social, reformas en todo el estadio, piletas climatizadas, vestuarios, infraestructura. Una sociedad anónima la plata que gana la va a girar al exterior.

Nicolás Russo

La diputada nacional por La Libertad Avanza Juliana Santillán, dijo que “la resistencia a las sociedad anónimas deportivas ocurre porqué la casta del fútbol no quiere soltar sus privilegios” ¿Qué opina usted?

 Yo creo que mucha gente opina sin conocer lo que es el fútbol. Te digo esto: no somos los dirigentes, son los socios también. El otro dia escuchaba al kun Aguero diciendo “no entiendo que miedo tienen los socios” ¿Sabes cual es el miedo? Nunca más volver a votar, no ser más dueños del club. El día que vendiste el club, lo entregaste y el día que esa sociedad anónima se cansó, cerró tu club.

 

¿En qué medida cree que instalar las sociedades anónimas deportivas se da por las malas administraciones que han tenido algunas asociaciones civiles sin fines de lucro?

 Primero, el fútbol argentino tiene más de 100 años. Yo la verdad, viendo los clubes, puede haber tres que tienen problemas, dos clubes grandes entre esos. Pero es un problema de 40 años, no lo vas a resolver en un día con una sociedad anónima. Las sociedad anónimas vienen porque ven un negocio, es más una idea del gobierno que de la gente

 

¿Y los capitales privados en las asociaciones sin fines de lucro que función cumplen?

 Los capitales privados si quieren sumarse a invertir en un club ¿cual es el problema? Nosotros no vamos a perder el manejo, que los socios tomen decisiones. En un club como Lanús, por ejemplo, no podes celebrar un contrato que dure más de tres años sin la aprobación de una asamblea, en ella votan los socios en forma directa, levantás la mano y votás, tenés voz y voto. Eso no lo vamos a perder

 

Hay una creencia instalada que si vienen los capitales extranjeros el fútbol argentino será equiparable a la Premier Ligue (Inglaterra) ¿Qué objetivo pueden perseguir esos capitales en el país?

 Acá hay un problema de país, como explicaba antes. La Argentina es un país con una moneda floja, en Brasil que es una economía fuerte y hay sociedades anónimas los jugadores se van a Europa igual. En Chile no les va bien a los clubes, les va como la mierda. En Paraguay, sacando Olimpia, Cerro Porteño y Libertad, es la asociación nacional la que está armando toda la estructura de juveniles. No le veo sentido, vienen los capitales para hacer un negocio puntual, muchas veces se utiliza un país como Argentina para “tercerizar” ¿Es lo mismo venderle un jugador que la rompe a Lanús que al Manchester City? A Lanús le cuesta 10 pesos, al Manchester 30, pero como son los mismos dueños lo compra Lanús y después lo manda a Inglaterra

 

Hubo experiencias de gerenciamiento en Argentina cómo los casos de Racing, Talleres de Córdoba o Mandiyú de Corrientes ¿Por qué no tuvieron éxito?

 El hecho de tener plata no quiere decir que te van a salir bien las cosas. Entonces vienen tipos con dinero que “creen que inventaron la pólvora” y empiezan a perder, perder, y perder dinero y un día se van a la mierda. Además vos gerencias, encontras un activo como los jugadores de fútbol amateur y se hace un acuerdo 80% para el club que los formó y 20% para el gerenciador y al revés para los que trae el gerenciador 80% para ellos y 20% para el club. La sociedad civil sigue estando y se queda con todo lo que es deficitario y ellos manejan el fútbol ¿Qué ocurre? un jugador vale un millon de dolares y el gerenciador lo dibuja que vale 300 y no te paga el 80% de un millón. El resto lo cobra en otro concepto. Eso no es serio 

 

Un fortín contra la ludopatía

Un fortín contra la ludopatía

Vélez Sarsfield decidió no renovar el contrato de sponsoreo con una casa de apuestas deportivas online. Un caso a contramano de la mayoría de las instituciones deportivas del fútbol argentino que sucumben ante la tentación del dinero que obtienen con esos contratos publicitarios que ponen a niños y adolescentes en riesgo.

Cada día que pasa crece la preocupación por los adolescentes y niños que apuestan en tiempo real sobre los distintos sucesos de los eventos deportivos más relevantes. Amigos o compañeros de escuela jugando en los recreos en la clase sumas, a veces exorbitantes, de dinero a quien será el ganador de un partido de fútbol, a quien anotará un gol o, incluso, quién cederá el primer lateral o la primera falta. Se trata de una industria que gana mucho dinero y paga por publicidad a los clubes, ofreciéndoles a cambio un dinero que necesitan como el agua. No hay fuentes muy confiables, pero los números que circulan acerca de este negocio rondan las decenas de miles de millones de dólares para el mercado global.

En este sentido, la medida adoptada por la comisión directiva de Vélez Sarfield va contra la corriente: discontinuó el contrato de sponsoreo con la casa de apuestas deportivas BPlay en un mundo cada vez más dominado por el poder de atracción económico que representan los sitios de juego en línea. La decisión fue en “resguardo de las buenas costumbres y modelo familiar que tiene Vélez” como explica el presidente del club Fabian Berlanga en diálogo con ANCCOM.

“Cuando éramos oposición manifestamos nuestra disconformidad con este tipo de sponsor que genera una enfermedad, una adicción, entre los jóvenes. Cuando asumimos en 2023, respetamos el plazo del contrato pero decidimos no iniciar conversaciones con la empresa para renovarlo Esto quedó descartado desde un primer momento”, sintetiza Berlanga. A la institución no le resultó un perjuicio económico no renovar contrato ya que en poco tiempo la camiseta comenzó a lucir en su pecho el sponsoreo de la empresa Saphirus, dedicada a los aromatizadores ambientales.

Para el presidente de Vélez, la ludopatía “está siendo un problema muy preocupante sobre todo en los chicos jóvenes, que desean obtener un beneficio porque no están bien económicamente y quieren encontrar una solución aparentemente fácil. Pero no veo que sea este método la manera correcta”. También Berlanga pone sobre la mesa las dudas que se generan en torno al desarrollo de los partidos, donde cada vez se sospecha más, se pone en tela de juicio, el rendimiento de los deportistas. El mandamás de uno de los equipos más importantes y tradicional de nuestro fútbol nacional reconoce que le gustaría que “haya reglas claras, que haya una regulación importante y se eviten todo este tipo de cosas”.

Cómo combatir la adicción

Berlanga asegura que hace mucha falta una política agresiva para combatir la ludopatía dentro de los clubes. En su club intentan hablar con los más jóvenes y explicarles cuáles son las situaciones por las que pueden recibir sanciones a nivel nacional. Desde el departamento de legales de Vélez están tratando de convertirse en la primera institución con un protocolo para combatir con mayor precisión este flagelo.

El dirigente deportivo puntualiza que “nosotros podemos armar sumarios internos o realizar sesiones en caso de descubrir alguna anomalía dentro de los deportes del club. Ahora me parece que necesitamos una política y reglas claras desde el Estado para dar combate de forma más agresiva. El Estado es el mayor responsable y en la medida en que elabore políticas vamos a poder trabajar mejor porque ahora nos cuesta bastante”.

 A nivel nacional la última acción realizada para combatir la ludopatía en adolescentes es la campaña “Cuando apostás al juego siempre perdés” por parte de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Capital Humano. Allí se habla que “actualmente, los jóvenes tienen fácil acceso y son captados por las plataformas de apuestas online debido a algunos factores como la proliferación de billeteras virtuales y las posibilidades de falsificación en los procesos de acreditación de datos biométricos, entre otros”.

 La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la adicción al juego o ludopatía como una enfermedad e incluye en esta problemática a los “juegos digitales” o “videojuegos” y que en nuestro país la regulación de las apuestas online y el juego es una competencia de cada provincia y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en particular.

Vélez Sarsfield da esperanza para enfrentar a un sistema que entra dudas sobre  la honestidad de quienes disputan los partidos. No parece haber otra solución que el desarrollo de instrumentos desde los distintos estamentos estatales e institucionales para preservar a los jóvenes, tentados permanente por promesas de éxito fácil desde las publicidades.

 

El nuevo sueño americano

El nuevo sueño americano

Estados Unidos oficia de anfitrión para la realización de la Copa América que ya se puso en marcha. A pesar de tratarse de un deporte alejado de su idiosincrasia, adopta al fútbol para no quedarse afuera de uno de los negocios globales más importantes de la actualidad.

El conjunto estadounidense no solo celebró ayer el triunfo en su debut ante Bolivia en la Copa América sino también su injerencia cada vez mayor en uno de los negocios más importantes del mundo. El torneo continental que se está llevando adelante no es el primer evento masivo que el país del norte realiza en materia futbolística: el Mundial de 1994, la Copa América Centenario de 2016 y los mundiales femeninos de 1999 y 2003 son los principales antecedentes. Dentro de dos años será sede de un nuevo mundial, aunque de forma conjunta con México y Canadá, mientras su liga crece en popularidad tanto dentro como fuera del país.

La cultura norteamericana, difícil de infiltrar con consumos externos ha permitido e incluso estimulado la avanzada del fútbol en su territorio. Pero, ¿a qué se debe? Todo indica que detrás del deporte, lo que sedujo es su gran negocio. El fenómeno del fútbol es demasiado grande para quedarse afuera de uno de los mercados más importantes del globo. EE.UU. adoptó o captó a esta disciplina para a su manera convertirla en otro de sus tantos consumos de masas.

América

En esta ocasión, el país del Tío Sam recibirá un torneo cuyo nombre refiere al continente y cuya tradición tiene orígenes en el Río de la Plata. La noción de “americanismo” ligada al gentilicio estadounidense en la mayor parte del planeta se pone en jaque. En este caso, la tradición sudamericana irrumpe en las grandes carteleras. En un campo ajeno a la tradición reinante en el resto del continente los norteamericanos tienen su propio fútbol, el que nosotros conocemos como “fútbol americano”, mientras que al fútbol del resto del globo lo llaman “soccer”.

Allí lidera los intereses el póker de deportes conformado por el fútbol americano, el béisbol, el básquet y el hockey sobre hielo. El fútbol ocupaba un lugar marginal, propio de algo que les es ajeno y cuyo fomento estaba casi exclusivamente ligado a la práctica entre mujeres.

Marcelinho Witteczeck, periodista y fotógrafo especializado en fútbol femenino, en diálogo con ANCCOM contó: “El fútbol femenino en Estados Unidos se desarrolló mucho porque desde niñas se lo enseña en las escuelas. Se dirigió a las mujeres para que no entren al mundo del fútbol americano y no compitan en ese rubro. Por eso las chicas allá tienen una formación espectacular”. En consonancia con esto afirma: “En Estados Unidos el fútbol era visto como un deporte de mujeres y de latinos, pero eso está cambiando, aunque sigue siendo más seguido el fútbol femenino. Históricamente es más convocante, sobretodo el seleccionado nacional, que genera más ingresos que el masculino”

 A pesar de esto Estados Unidos sabe que el gran negocio internacional gira en torno al fútbol de varones, al que ha decidido adoptar y metabolizar. La llegada de Lionel Messi al Inter Miami, club del ex futbolista y celebrity David Beckham, le ha dado a la liga local un espaldarazo importante.

Una historia de idas y vueltas

En los inicios del balompié, Estados Unidos fue un habitué de las citas internacionales. Su selección data de finales del siglo XIX, participó de Juegos Olímpicos e incluso del primer mundial de fútbol organizado en Uruguay en 1930, donde ocupó el tercer puesto. Sin embargo, el torneo se debilitó debido a los conflictos con la Asociación de Fútbol de los Estados Unidos y la FIFA, problemas de campeonatos internos, así como las consecuencias que dejó la Gran Depresión. En 1933 se disolvió el campeonato estadounidense.

Desde entonces el fútbol estadounidense tuvo altos y bajos, entre los que se destaca el año 1975 cuando el New York Cosmos, manejado por Steve Ross, presidente de Warner Communications, incorporó a la mayor estrella de la historia del fútbol mundial: Pelé.

Luego de varios traspiés, en 1988, Estados Unidos logró quedarse con la organización del mundial que se realizaría en 1994, sellando allí una fructífera alianza con FIFA en términos financieros. Este espaldarazo fue seguido de la consolidación de la MLS, la cual continuó el sistema de jugadores franquicia con la incorporación de figuras como Carlos Valderrama y la consolidación del primer ídolo local Landon Donovan. Más tarde vendrían Messi, Busquets, o Luis Suárez, pero eso ya es historia conocida.

“Cada país tiene su estilo. En USA es más show y espectáculo, trayendo estrellas como Messi aumenta el espectáculo. Acá cuando se hace un gol se prenden luces de todos colores, se tira humo, es muy distinto, pero también tiene su encanto”, afirma Adam Ozeri, ex futbolista y actual coach deportivo estadounidense.

“El estadounidense promedio cada vez va entendiendo más, aunque no en la medida de Sudamérica, donde cada uno tiene su equipo y entiende de táctica, etc. Pero igualmente está creciendo y el fútbol femenino también. De aquí a diez años el fútbol estadounidense va a ser otra cosa”, reflexiona Ozeri en relación al crecimiento del deporte en su país.

Para el periodista Witteczeck este crecimiento responde a motivos más oscuros: “El fútbol sirve para hacer propaganda, es un negocio estratégico, político y mediático. Lo ha utilizado Mussolini, Franco, Ceaușescu, las dictaduras latinoamericanas, etc. El poder que tiene el fútbol es impresionante”, afirma y agrega: “Estados Unidos busca tener el control del fútbol, lo cual tiene un poder impresionante en el dominio de las masas y la propaganda política”.

Más allá de las interpretaciones el crecimiento del fútbol estadounidense es innegable. Algo que se palpa en el rendimiento de la selección nacional la cual comenzó a clasificar a todos los campeonatos mundiales (solo se perdió uno de los últimos 9), trayendo aún más interés por el deporte.

Consumos diferentes

El paladar norteamericano no estaba acostumbrado a deportes como el fútbol. El aficionado promedio estadounidense está familiarizado con marcadores elevados y le resulta difícil concebir un 0 a 0. Por otro lado, los deportes tradicionales de los Estados Unidos tienen múltiples interrupciones y descansos en el juego dando lugar a que los aficionados coman hot dogs y tomen cerveza.

Adam Ozeri, ex futbolista profesional estadounidense, tuvo la suerte de jugar en ambos hemisferios del continente americano y en diálogo con ANCCOM comentó su experiencia: “La gente viene a los estadios a entretenerse y hay gente que directamente no ve el partido: va a sacar un par de fotos, comen, la pasan bien, lo cual tiene su encanto, pero es muy distinto a lo que pasa en Sudamérica”. Para Ozeri: “Es difícil comparar a los públicos. Vos ves partidos de Boca o Palmeiras y lo que hace la hinchada no se consigue en Estados Unidos, los partidos son más como espectáculos, más shows y no algo de vida o muerte”.

El deporte es la excusa para una serie de consumos laterales que al fin y al cabo se vuelven centrales para la “experiencia”. Algo diametralmente opuesto a como se vive el fútbol en las tierras donde más se practica y consume. Sin embargo, los estadounidenses han logrado consolidar un punto medio entre el show de deportes como la lucha libre y el fútbol americano, adaptándolo al soccer a través de la incorporación del factor “espectacular” por medio de la aparición de figuras reconocidas a nivel mundial disputando la liga.

 “A la Copa América se le presta atención, pero es difícil cubrir el territorio. Estados Unidos es muy grande. Hay ciudades en donde no se mira fútbol», dice Ozeri.

Consultado sobre el interés que genera la Copa América en su país, Ozeri responde: “A la Copa América se le presta atención, pero es difícil cubrir el territorio. Estados Unidos es muy grande y tiene mucha población. Hay ciudades en donde no se mira fútbol y otras que sí”.

El negocio

Desde la explosión del escándalo del FIFAGate, las nuevas autoridades del organismo han bregado por un saneamiento del fútbol. Sin embargo, la manipulación de este en pos de los negocios sigue más firme que nunca e incluso se ha institucionalizado durante la gestión de Gianni Infantino. Todo se cubre con el manto de piedad de una supuesta democratización del deporte que tiene como fondo la ampliación del negocio a través de la inclusión de cada vez más países en la organización y participación de las Copas del Mundo.

En relación a estas modificaciones, el periodista Ariel Scher cuenta: “Las modificaciones efectuadas a la estructura de las Copas del Mundo están íntimamente ligadas al mercado. La lógica del capitalismo es que todo es mercancía y el fútbol es concebido como un producto hiperglobal. La industria del show deportivo tiene esa dimensión, más allá de que existe lo nacional y el arraigo”. Y explica: “Más equipos participando implican más lazos directos de más personas y más posibilidades de vender productos a esas personas. El fútbol está ligado a fenómenos identitarios. Que tu equipo juegue aparece en ese territorio y desde ahí se explica la expansión de participantes en los mundiales”.

La elección de las sedes también termina atada a la cuestión económica. Así se eligen como sedes países sin tradición futbolística que a través de inversiones millonarias elevan la vara en términos infraestructurales e imposibilitan la organización del campeonato por parte de países de menor desarrollo. Incluso naciones del llamado Primer Mundo deben recurrir a presentar candidaturas múltiples para tener chances de acoger el evento.

Según Scher “El campo de la política y los negocios se entrecruzan constantemente. Son entrecruzamientos que responden a determinados modelos de deporte y de negocio. Las posibilidades de algunas cosas en el fútbol terminan ligadas a la acumulación de capital, aunque nada es posible sin los actores y las pasiones, son elementos que se entrecruzan para dar como resultado esta escala planetaria”.

Consultado acerca de cómo se traslucen estas operaciones en la organización de esta Copa América, Scher responde: “La Copa América es la competición de selecciones más antigua del mundo, la operación que hay es trabajar sobre esos viejos arraigos y potenciarlos a través de los dispositivos mediáticos y comerciales. El fútbol es multivalente, es de los pueblos, pero también de los grandes poderes económicos”. Scher pone la lupa sobre algunas nociones: “Además de pensar el rol de Estados Unidos habría que pensar el rol de ´lo nacional’ en este mundo. Hay una especie de globalización también en lo deportivo, habría que ver cómo se redefine lo nacional”.

Continuando la reflexión sobre lo nacional, haciendo referencia a las publicidades en torno a la Selección Argentina, Scher comenta: “Lo que es claro es que las corporaciones que enaltecen el patriotismo y nos invitan a lo nacional son en su mayoría multinacionales”.

En América los países de la región aún en condiciones de llevar adelante estos eventos son Brasil y Estados Unidos que han organizado cuatro de las últimas cinco Copa América. “Estados Unidos se ha vuelto el centro de la CONCACAF sacándole lugar a países como El Salvador, México o Guatemala que podrían llevar adelante una copa. Ahora van a organizar su segundo mundial en 30 años, disfrazados de América del Norte, pero Canadá y México están de adorno”, explica Witteczeck sobre la preponderancia de los Estados Unidos en su confederación.

Aunque el poder de USA no se limita al continente. Su presencia se volvió clave luego de los mundiales de 2010 y 2014, que no habían sido éxitos económicos para la FIFA que tuvo que poner obscenas sumas de dinero para viabilizar los faraónicos eventos que necesitaban de una impresionante inversión para mejorar la infraestructura deportiva. Con esto como antecedente Estados Unidos tenía todas las fichas puestas en la organización del mundial de 2022, sin embargo, cuando en el año 2010 este fue otorgado a Qatar, generó una indignación que dio lugar al inicio de la investigación del FBI sobre el proceso de elección.

En 2015 estallaría el mayor caso de corrupción en la historia del deporte. El FBI a través de leyes extraterritoriales y soplones logró sacar a la luz hechos de soborno, fraude y lavado de dinero. Con la desarticulación de la “vieja FIFA”, Estados Unidos comenzó a tener mucha más injerencia y poder en el mercado del fútbol. “El lazo de Estados Unidos con el fútbol parece más fuerte que nunca, algunas instituciones han jugado muy fuerte”, afirma Scher aunque señala que en una disputa tan lábil y volátil no se pueden hacer aseveraciones perdurables.

Para Witteczk, el volantazo que se pegó después del FIFAGate tuvo claros ganadores: “Fue a favor de Estados Unidos y de la OTAN. La FIFA de Infantino y la Conmebol de Domínguez se adaptan de acuerdo al poder. Ellos vetan a la selección de Rusia, pero cuando en la Eurocopa albaneses y croatas dicen ‘muerte a los serbios’ no pasa nada. La Copa América se inauguró con el discurso de un pastor evangélico, algo que va en contra de cualquier estatuto. No hay justicia, ellos se flexibilizan para obtener dinero y poder”.

Más allá de las victorias que acumule a lo largo de este campeonato continental, Estados Unidos en el fútbol viene ganando hace rato. La Copa América es una prueba piloto para el próximo mundial, el más ambicioso de todos los tiempos, organizado por tres países y con 46 equipos, un experimento que deja a las claras que lo que realmente les interesa a los popes del fútbol es explotar el negocio que genera la pelota. El verde del césped queda relegado ante el verde del dólar ya que, a fin de cuentas, gane quien gane el torneo, la FIFA y Estados Unidos están viviendo el sueño americano.

Por amor a la pelota

Por amor a la pelota

Camioneros ganó el Primer Torneo Promocional Amateur, la nueva categoría de la AFA que reúne equipos de sindicatos, colectividades, nuesvas instituciones y otras centenarias.

Finalizó el Apertura del Torneo Promocional Amateur, y el primer ascenso a Primera C fue para Camioneros. Se trata de la primera ronda de la nueva categoría sub 26, que pasó a ser la quinta del fútbol argentino y se comenzó a disputar en 2024. Luego de un receso, se jugará la segunda parte. Esta competición consta de 14 equipos que se enfrentan en un sistema de todos contra todos en dos torneos: Apertura y Clausura. El campeón de cada certamen obtiene el ascenso. Si las dos etapas son ganadas por el mismo equipo, los que salen segundos se enfrentan por el otro ascenso. Aparte, si son dos los conjuntos campeones de cada torneo,  se enfrentarán para definir la Copa de Campeones. En tanto, quien tenga el peor promedio, sumando ambos torneos, será desafiliado en forma temporal.

Todos los equipos de esta primera edición del Promocional Amateur fueron invitados a participar por la AFA y presentan una gran variedad entre sí. Algunos tienen origen sindical, como Deportivo Metalúrgico, Camioneros o el Sindicato Argentino de Televisión. Otros son muy nuevos y tienen menos de tres años de historia, como el Ezeiza Fútbol Club (equipo con el que colaboró el influencer Santiago Maratea) o el Barrancas UMET, fundado en 2022, vinculado tanto a la Universidad de Belgrano como a la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo. En contraste con estos, también hay equipos que están cerca del centenar de años o ya lo pasaron, como el Everton de La Plata, Juventud de Bernal, Defensores de Glew o Belgrano de Zárate, entre otros.

Justamente, Everton de La Plata recibió el pasado domingo a Defensores de Glew, en el marco de la última fecha del torneo Apertura. El local, fundado en 1905, tiene un predio de cuatro hectáreas y media y su estadio, “Pachi” Funes, tiene capacidad para 2500 espectadores. Además posee seis canchas de fútbol 11 para entrenamiento, un gimnasio, tres canchas de fútbol 7 y una de hockey sobre césped sintético. Complementan las instalaciones un salón-bar, parrillas y estacionamiento.

Unas 200 personas aproximadamente, todas pertenecientes a la parcialidad local, presenciaron el encuentro. Algunas estaban de pie o sentadas en reposeras al costado del alambrado que las separaba del campo de juego. El resto se ubicó en las únicas dos tribunas, ambas de cemento y con capacidad para albergar a 100 personas.

En la tribuna, que se encuentra sobre uno de los laterales, se podía ver a un público adulto (familiares, amigos, socios e hinchas del club) con una actitud pasiva que solo se sobresaltaba con el grito de algún gol. El panorama era muy distinto si hacíamos foco en la otra tribuna, ubicada detrás de uno de los arcos. Allí, las canciones, insultos y gritos sonaban con una frecuencia que supera a la de cualquier contexto habitual, por fuera de una cancha

“La Banda del 16” es como se autodenominan estos hinchas que le ponen el color a la jornada; bombos, banderas y cantos son los ingredientes que utilizan, de manera similar a como lo suelen hacer las barras bravas. Sin embargo, presentan significativas diferencias: la mayoría de sus integrantes no pasa de los 15 años y no se ve a personas consumir estupefacientes o alcohol como en algunas hinchadas de primera.

Ian Vázquez, tiene 13 años, forma parte de este grupo y además es jugador de las divisiones inferiores del club: “Yo vivo cerca, mi papá me trae desde que soy chiquito y ahora estoy jugando en las inferiores del club; hoy no me tocó jugar ni entrenar, pero vine para ver el partido, me encantaría ver al Decano en otra categoría cuando sea más grande y poder jugar ahí”.

Compartiendo la misma tribuna y aliento que Ian está Kevin, con solo 11 años, otro de los integrantes de “la Banda del 16” y que juega en las infantiles del Decano: “Mis papás están en la otra tribuna mirando el partido, mi papá fue jugador del club unos años y después tuvo que dejar, él me cuenta que a mí mamá la conoció en el Everton mucho antes que yo naciera”.

Durante el segundo tiempo se incrementó el número de espectadores, tras finalizar simultáneamente un partido de hockey masculino y fútbol infantil que se realizaban en lugares adyacentes del predio. Parte de esas personas se quedaron a ver lo que restaba del certamen. Un grupo grande de niños se sumó a la popular, esta se vio revitalizada por los refuerzos y comenzó a cantar más fuerte y constante. 

Gonzalo Uranga es director deportivo del Everton, sin embargo su relación con el

club va más allá del puesto que ocupa actualmente “Yo llegué a este lugar a los 18 años y no me fui nunca más. Empecé jugando en reserva, después llegué a primera y al poco tiempo me recibí de profesor de Educación Física, en ese momento comencé a trabajar con los planteles de fútbol y dejé de jugar. Hoy soy director deportivo y antes fui presidente, desde el 2001 hasta el 2016. Para nosotros esto es un sueño, somos un club importante en la zona y eso hizo que nos reconocieran para invitarnos a participar en esta nueva divisional”, contó.

Marcelo Mazzacane, actual presidente del club, brindó algunas sensaciones y proyectos luego de finalizar la primer participación en un torneo oficial de AFA: “Yo estoy en el club desde el año ‘89, en su momento fui jugador de fútbol y hoy tengo la dicha de ser el presidente. Para nosotros es un desafío nuevo, muy importante y estamos intentando estar a la altura de las circunstancias. Por ejemplo, estamos por construir una cancha techada para que de esa manera no se pierdan días de entrenamiento por lluvia”.

Entre el aliento constante de sus hinchas, el partido ante Defensores de Glew continuó. Resultado final: 3 a 1 para los platenses, que acumularon entusiasmo para cuando se reanude el torneo.

El beach handball pasa la gorra para viajar al Mundial de China

El beach handball pasa la gorra para viajar al Mundial de China

Las selecciones nacionales de beach handball lanzaron una convocatoria de sponsors para cubrir los gastos de traslado y participación en los mundiales a disputarse en China. La motosierra llegó al deporte.

“La delicada situación económica del país, sumada a los elevados costos en moneda extranjera que representa un viaje con dos de nuestras Selecciones nacionales a los Mundiales de beach handball en China que se desarrollarán entre el 18 y el 23 de junio, nos obligan a conseguir recursos alternativos para financiar una campaña de vital importancia en lo deportivo. El panorama es por demás dificultoso pero no estamos dispuestos a bajar los brazos”, comienza el comunicado que emitió la Confederación Argentina de Handball (CAH) y donde se invita a todas aquellas empresas que creen en el deporte y en la bandera argentina a acompañar a los representativos nacionales.

El beach handball es similar al indoor, aunque la cancha es mucho más pequeña (27 x 12 metros) y cuenta con la dificultad de que la pelota no se puede llevar rebotando contra la superficie. Desde 2004 se realiza el mundial con Brasil liderando el medallero. En la última década la versión argentina de Handball playa consiguió grandes resultados: en 2017, en Isla Mauricio, las categorías juveniles se subieron al podio y lograron las primeras dos medallas mundialistas en la historia del deporte en nuestro país, en cualquiera de sus modalidades. Ese mismo año, la Selección adulta femenina se alzó con la plateada en los World Games de Cracovia 2017. En 2018, las chicas obtuvieron la presea de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires y los varones se colgaron la de bronce. En 2019, las mujeres vencieron por primera vez a multiganador Brasil y alcanzaron un nuevo oro en los Juegos Suramericanos de Playa Rosario 2019. Durante 2022, el equipo femenino ganó el bronce en los World Games de Estados Unidos y ratificó su excepcional momento con el primer título en un Torneo Sur y Centroamericano, destronando a las brasileñas en su tierra. El año pasado fue el turno de los varones de imponerse por primera vez a Brasil, en ocasión de los Juegos Suramericanos de Playa Santa Marta 2023.

El beach handball no formará parte del medallero de los próximos Juegos Olímpicos París 2024 pero estará presente como exhibición. El IHF Beach Handball Showcase se celebrará del 27 al 29 de julio, con la intención de incorporar al deporte como parte del programa oficial de futuras ediciones. Fiorella Corimberto y Nahuel Perez serán los jugadores que representarán a la Argentina en el evento que reúne 32 hombres y 32 mujeres de 18 países: Alemania, Argentina, Brasil, Croacia, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, Hungría, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Qatar, República Popular China y Uruguay, mezclados en cuatro equipos

 

La cuestión presupuestaria lo es todo

En diálogo con ANCCOM Leticia Brunati, entrenadora de la Selección mayor femenina, confirmó que el gasto de viajar a China ronda los 120.000 dólares para toda la delegación y explicó que “la situación es igual a cualquier deporte que no es olímpico: por ende no contamos con apoyo del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) y desde la Secretaría de Deportes tampoco van a financiar el viaje como si lo hicieron en otras ocasiones”. En la actualidad se les permite entrenar dentro del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) y solo reciben una contención monetaria mínima de parte de la Confederación Argentina de Handball.

 

 “Tenemos nada más 10 becas para jugadoras y 3 para el cuerpo técnico de 70.000 mil pesos, Estamos a mes vencido pero aún no cobramos”, comenta Brunati, profesora de educación física y al frente del equipo desde los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. 

Pasó mucho tiempo hasta que el gobierno de Javier Milei designó a Julio Garro como nuevo subsecretario de deportes y el presupuesto está congelado en los mismos números que en 2023, igual a lo que sucede en otras áreas como con las universidades públicas. Las becas, que están claramente desactualizadas en sus montos, tampoco cubren los gastos indispensables para las actividades de los deportistas y staff.

Parte de tener un Estado más chico significa implementar una política de desfinanciamiento deportivo, de lo que suele ser un motivo de orgullo nacional cuando se consiguen resultados rimbombantes en disciplinas que no son las tradicionales y que no estamos acostumbramos a ver por televisión. La motosierra y la licuadora también llegaron hasta el deporte de alto rendimiento.