Un fortín contra la ludopatía

Un fortín contra la ludopatía

Vélez Sarsfield decidió no renovar el contrato de sponsoreo con una casa de apuestas deportivas online. Un caso a contramano de la mayoría de las instituciones deportivas del fútbol argentino que sucumben ante la tentación del dinero que obtienen con esos contratos publicitarios que ponen a niños y adolescentes en riesgo.

Cada día que pasa crece la preocupación por los adolescentes y niños que apuestan en tiempo real sobre los distintos sucesos de los eventos deportivos más relevantes. Amigos o compañeros de escuela jugando en los recreos en la clase sumas, a veces exorbitantes, de dinero a quien será el ganador de un partido de fútbol, a quien anotará un gol o, incluso, quién cederá el primer lateral o la primera falta. Se trata de una industria que gana mucho dinero y paga por publicidad a los clubes, ofreciéndoles a cambio un dinero que necesitan como el agua. No hay fuentes muy confiables, pero los números que circulan acerca de este negocio rondan las decenas de miles de millones de dólares para el mercado global.

En este sentido, la medida adoptada por la comisión directiva de Vélez Sarfield va contra la corriente: discontinuó el contrato de sponsoreo con la casa de apuestas deportivas BPlay en un mundo cada vez más dominado por el poder de atracción económico que representan los sitios de juego en línea. La decisión fue en “resguardo de las buenas costumbres y modelo familiar que tiene Vélez” como explica el presidente del club Fabian Berlanga en diálogo con ANCCOM.

“Cuando éramos oposición manifestamos nuestra disconformidad con este tipo de sponsor que genera una enfermedad, una adicción, entre los jóvenes. Cuando asumimos en 2023, respetamos el plazo del contrato pero decidimos no iniciar conversaciones con la empresa para renovarlo Esto quedó descartado desde un primer momento”, sintetiza Berlanga. A la institución no le resultó un perjuicio económico no renovar contrato ya que en poco tiempo la camiseta comenzó a lucir en su pecho el sponsoreo de la empresa Saphirus, dedicada a los aromatizadores ambientales.

Para el presidente de Vélez, la ludopatía “está siendo un problema muy preocupante sobre todo en los chicos jóvenes, que desean obtener un beneficio porque no están bien económicamente y quieren encontrar una solución aparentemente fácil. Pero no veo que sea este método la manera correcta”. También Berlanga pone sobre la mesa las dudas que se generan en torno al desarrollo de los partidos, donde cada vez se sospecha más, se pone en tela de juicio, el rendimiento de los deportistas. El mandamás de uno de los equipos más importantes y tradicional de nuestro fútbol nacional reconoce que le gustaría que “haya reglas claras, que haya una regulación importante y se eviten todo este tipo de cosas”.

Cómo combatir la adicción

Berlanga asegura que hace mucha falta una política agresiva para combatir la ludopatía dentro de los clubes. En su club intentan hablar con los más jóvenes y explicarles cuáles son las situaciones por las que pueden recibir sanciones a nivel nacional. Desde el departamento de legales de Vélez están tratando de convertirse en la primera institución con un protocolo para combatir con mayor precisión este flagelo.

El dirigente deportivo puntualiza que “nosotros podemos armar sumarios internos o realizar sesiones en caso de descubrir alguna anomalía dentro de los deportes del club. Ahora me parece que necesitamos una política y reglas claras desde el Estado para dar combate de forma más agresiva. El Estado es el mayor responsable y en la medida en que elabore políticas vamos a poder trabajar mejor porque ahora nos cuesta bastante”.

 A nivel nacional la última acción realizada para combatir la ludopatía en adolescentes es la campaña “Cuando apostás al juego siempre perdés” por parte de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Capital Humano. Allí se habla que “actualmente, los jóvenes tienen fácil acceso y son captados por las plataformas de apuestas online debido a algunos factores como la proliferación de billeteras virtuales y las posibilidades de falsificación en los procesos de acreditación de datos biométricos, entre otros”.

 La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la adicción al juego o ludopatía como una enfermedad e incluye en esta problemática a los “juegos digitales” o “videojuegos” y que en nuestro país la regulación de las apuestas online y el juego es una competencia de cada provincia y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en particular.

Vélez Sarsfield da esperanza para enfrentar a un sistema que entra dudas sobre  la honestidad de quienes disputan los partidos. No parece haber otra solución que el desarrollo de instrumentos desde los distintos estamentos estatales e institucionales para preservar a los jóvenes, tentados permanente por promesas de éxito fácil desde las publicidades.

 

El nuevo sueño americano

El nuevo sueño americano

Estados Unidos oficia de anfitrión para la realización de la Copa América que ya se puso en marcha. A pesar de tratarse de un deporte alejado de su idiosincrasia, adopta al fútbol para no quedarse afuera de uno de los negocios globales más importantes de la actualidad.

El conjunto estadounidense no solo celebró ayer el triunfo en su debut ante Bolivia en la Copa América sino también su injerencia cada vez mayor en uno de los negocios más importantes del mundo. El torneo continental que se está llevando adelante no es el primer evento masivo que el país del norte realiza en materia futbolística: el Mundial de 1994, la Copa América Centenario de 2016 y los mundiales femeninos de 1999 y 2003 son los principales antecedentes. Dentro de dos años será sede de un nuevo mundial, aunque de forma conjunta con México y Canadá, mientras su liga crece en popularidad tanto dentro como fuera del país.

La cultura norteamericana, difícil de infiltrar con consumos externos ha permitido e incluso estimulado la avanzada del fútbol en su territorio. Pero, ¿a qué se debe? Todo indica que detrás del deporte, lo que sedujo es su gran negocio. El fenómeno del fútbol es demasiado grande para quedarse afuera de uno de los mercados más importantes del globo. EE.UU. adoptó o captó a esta disciplina para a su manera convertirla en otro de sus tantos consumos de masas.

América

En esta ocasión, el país del Tío Sam recibirá un torneo cuyo nombre refiere al continente y cuya tradición tiene orígenes en el Río de la Plata. La noción de “americanismo” ligada al gentilicio estadounidense en la mayor parte del planeta se pone en jaque. En este caso, la tradición sudamericana irrumpe en las grandes carteleras. En un campo ajeno a la tradición reinante en el resto del continente los norteamericanos tienen su propio fútbol, el que nosotros conocemos como “fútbol americano”, mientras que al fútbol del resto del globo lo llaman “soccer”.

Allí lidera los intereses el póker de deportes conformado por el fútbol americano, el béisbol, el básquet y el hockey sobre hielo. El fútbol ocupaba un lugar marginal, propio de algo que les es ajeno y cuyo fomento estaba casi exclusivamente ligado a la práctica entre mujeres.

Marcelinho Witteczeck, periodista y fotógrafo especializado en fútbol femenino, en diálogo con ANCCOM contó: “El fútbol femenino en Estados Unidos se desarrolló mucho porque desde niñas se lo enseña en las escuelas. Se dirigió a las mujeres para que no entren al mundo del fútbol americano y no compitan en ese rubro. Por eso las chicas allá tienen una formación espectacular”. En consonancia con esto afirma: “En Estados Unidos el fútbol era visto como un deporte de mujeres y de latinos, pero eso está cambiando, aunque sigue siendo más seguido el fútbol femenino. Históricamente es más convocante, sobretodo el seleccionado nacional, que genera más ingresos que el masculino”

 A pesar de esto Estados Unidos sabe que el gran negocio internacional gira en torno al fútbol de varones, al que ha decidido adoptar y metabolizar. La llegada de Lionel Messi al Inter Miami, club del ex futbolista y celebrity David Beckham, le ha dado a la liga local un espaldarazo importante.

Una historia de idas y vueltas

En los inicios del balompié, Estados Unidos fue un habitué de las citas internacionales. Su selección data de finales del siglo XIX, participó de Juegos Olímpicos e incluso del primer mundial de fútbol organizado en Uruguay en 1930, donde ocupó el tercer puesto. Sin embargo, el torneo se debilitó debido a los conflictos con la Asociación de Fútbol de los Estados Unidos y la FIFA, problemas de campeonatos internos, así como las consecuencias que dejó la Gran Depresión. En 1933 se disolvió el campeonato estadounidense.

Desde entonces el fútbol estadounidense tuvo altos y bajos, entre los que se destaca el año 1975 cuando el New York Cosmos, manejado por Steve Ross, presidente de Warner Communications, incorporó a la mayor estrella de la historia del fútbol mundial: Pelé.

Luego de varios traspiés, en 1988, Estados Unidos logró quedarse con la organización del mundial que se realizaría en 1994, sellando allí una fructífera alianza con FIFA en términos financieros. Este espaldarazo fue seguido de la consolidación de la MLS, la cual continuó el sistema de jugadores franquicia con la incorporación de figuras como Carlos Valderrama y la consolidación del primer ídolo local Landon Donovan. Más tarde vendrían Messi, Busquets, o Luis Suárez, pero eso ya es historia conocida.

“Cada país tiene su estilo. En USA es más show y espectáculo, trayendo estrellas como Messi aumenta el espectáculo. Acá cuando se hace un gol se prenden luces de todos colores, se tira humo, es muy distinto, pero también tiene su encanto”, afirma Adam Ozeri, ex futbolista y actual coach deportivo estadounidense.

“El estadounidense promedio cada vez va entendiendo más, aunque no en la medida de Sudamérica, donde cada uno tiene su equipo y entiende de táctica, etc. Pero igualmente está creciendo y el fútbol femenino también. De aquí a diez años el fútbol estadounidense va a ser otra cosa”, reflexiona Ozeri en relación al crecimiento del deporte en su país.

Para el periodista Witteczeck este crecimiento responde a motivos más oscuros: “El fútbol sirve para hacer propaganda, es un negocio estratégico, político y mediático. Lo ha utilizado Mussolini, Franco, Ceaușescu, las dictaduras latinoamericanas, etc. El poder que tiene el fútbol es impresionante”, afirma y agrega: “Estados Unidos busca tener el control del fútbol, lo cual tiene un poder impresionante en el dominio de las masas y la propaganda política”.

Más allá de las interpretaciones el crecimiento del fútbol estadounidense es innegable. Algo que se palpa en el rendimiento de la selección nacional la cual comenzó a clasificar a todos los campeonatos mundiales (solo se perdió uno de los últimos 9), trayendo aún más interés por el deporte.

Consumos diferentes

El paladar norteamericano no estaba acostumbrado a deportes como el fútbol. El aficionado promedio estadounidense está familiarizado con marcadores elevados y le resulta difícil concebir un 0 a 0. Por otro lado, los deportes tradicionales de los Estados Unidos tienen múltiples interrupciones y descansos en el juego dando lugar a que los aficionados coman hot dogs y tomen cerveza.

Adam Ozeri, ex futbolista profesional estadounidense, tuvo la suerte de jugar en ambos hemisferios del continente americano y en diálogo con ANCCOM comentó su experiencia: “La gente viene a los estadios a entretenerse y hay gente que directamente no ve el partido: va a sacar un par de fotos, comen, la pasan bien, lo cual tiene su encanto, pero es muy distinto a lo que pasa en Sudamérica”. Para Ozeri: “Es difícil comparar a los públicos. Vos ves partidos de Boca o Palmeiras y lo que hace la hinchada no se consigue en Estados Unidos, los partidos son más como espectáculos, más shows y no algo de vida o muerte”.

El deporte es la excusa para una serie de consumos laterales que al fin y al cabo se vuelven centrales para la “experiencia”. Algo diametralmente opuesto a como se vive el fútbol en las tierras donde más se practica y consume. Sin embargo, los estadounidenses han logrado consolidar un punto medio entre el show de deportes como la lucha libre y el fútbol americano, adaptándolo al soccer a través de la incorporación del factor “espectacular” por medio de la aparición de figuras reconocidas a nivel mundial disputando la liga.

 “A la Copa América se le presta atención, pero es difícil cubrir el territorio. Estados Unidos es muy grande. Hay ciudades en donde no se mira fútbol», dice Ozeri.

Consultado sobre el interés que genera la Copa América en su país, Ozeri responde: “A la Copa América se le presta atención, pero es difícil cubrir el territorio. Estados Unidos es muy grande y tiene mucha población. Hay ciudades en donde no se mira fútbol y otras que sí”.

El negocio

Desde la explosión del escándalo del FIFAGate, las nuevas autoridades del organismo han bregado por un saneamiento del fútbol. Sin embargo, la manipulación de este en pos de los negocios sigue más firme que nunca e incluso se ha institucionalizado durante la gestión de Gianni Infantino. Todo se cubre con el manto de piedad de una supuesta democratización del deporte que tiene como fondo la ampliación del negocio a través de la inclusión de cada vez más países en la organización y participación de las Copas del Mundo.

En relación a estas modificaciones, el periodista Ariel Scher cuenta: “Las modificaciones efectuadas a la estructura de las Copas del Mundo están íntimamente ligadas al mercado. La lógica del capitalismo es que todo es mercancía y el fútbol es concebido como un producto hiperglobal. La industria del show deportivo tiene esa dimensión, más allá de que existe lo nacional y el arraigo”. Y explica: “Más equipos participando implican más lazos directos de más personas y más posibilidades de vender productos a esas personas. El fútbol está ligado a fenómenos identitarios. Que tu equipo juegue aparece en ese territorio y desde ahí se explica la expansión de participantes en los mundiales”.

La elección de las sedes también termina atada a la cuestión económica. Así se eligen como sedes países sin tradición futbolística que a través de inversiones millonarias elevan la vara en términos infraestructurales e imposibilitan la organización del campeonato por parte de países de menor desarrollo. Incluso naciones del llamado Primer Mundo deben recurrir a presentar candidaturas múltiples para tener chances de acoger el evento.

Según Scher “El campo de la política y los negocios se entrecruzan constantemente. Son entrecruzamientos que responden a determinados modelos de deporte y de negocio. Las posibilidades de algunas cosas en el fútbol terminan ligadas a la acumulación de capital, aunque nada es posible sin los actores y las pasiones, son elementos que se entrecruzan para dar como resultado esta escala planetaria”.

Consultado acerca de cómo se traslucen estas operaciones en la organización de esta Copa América, Scher responde: “La Copa América es la competición de selecciones más antigua del mundo, la operación que hay es trabajar sobre esos viejos arraigos y potenciarlos a través de los dispositivos mediáticos y comerciales. El fútbol es multivalente, es de los pueblos, pero también de los grandes poderes económicos”. Scher pone la lupa sobre algunas nociones: “Además de pensar el rol de Estados Unidos habría que pensar el rol de ´lo nacional’ en este mundo. Hay una especie de globalización también en lo deportivo, habría que ver cómo se redefine lo nacional”.

Continuando la reflexión sobre lo nacional, haciendo referencia a las publicidades en torno a la Selección Argentina, Scher comenta: “Lo que es claro es que las corporaciones que enaltecen el patriotismo y nos invitan a lo nacional son en su mayoría multinacionales”.

En América los países de la región aún en condiciones de llevar adelante estos eventos son Brasil y Estados Unidos que han organizado cuatro de las últimas cinco Copa América. “Estados Unidos se ha vuelto el centro de la CONCACAF sacándole lugar a países como El Salvador, México o Guatemala que podrían llevar adelante una copa. Ahora van a organizar su segundo mundial en 30 años, disfrazados de América del Norte, pero Canadá y México están de adorno”, explica Witteczeck sobre la preponderancia de los Estados Unidos en su confederación.

Aunque el poder de USA no se limita al continente. Su presencia se volvió clave luego de los mundiales de 2010 y 2014, que no habían sido éxitos económicos para la FIFA que tuvo que poner obscenas sumas de dinero para viabilizar los faraónicos eventos que necesitaban de una impresionante inversión para mejorar la infraestructura deportiva. Con esto como antecedente Estados Unidos tenía todas las fichas puestas en la organización del mundial de 2022, sin embargo, cuando en el año 2010 este fue otorgado a Qatar, generó una indignación que dio lugar al inicio de la investigación del FBI sobre el proceso de elección.

En 2015 estallaría el mayor caso de corrupción en la historia del deporte. El FBI a través de leyes extraterritoriales y soplones logró sacar a la luz hechos de soborno, fraude y lavado de dinero. Con la desarticulación de la “vieja FIFA”, Estados Unidos comenzó a tener mucha más injerencia y poder en el mercado del fútbol. “El lazo de Estados Unidos con el fútbol parece más fuerte que nunca, algunas instituciones han jugado muy fuerte”, afirma Scher aunque señala que en una disputa tan lábil y volátil no se pueden hacer aseveraciones perdurables.

Para Witteczk, el volantazo que se pegó después del FIFAGate tuvo claros ganadores: “Fue a favor de Estados Unidos y de la OTAN. La FIFA de Infantino y la Conmebol de Domínguez se adaptan de acuerdo al poder. Ellos vetan a la selección de Rusia, pero cuando en la Eurocopa albaneses y croatas dicen ‘muerte a los serbios’ no pasa nada. La Copa América se inauguró con el discurso de un pastor evangélico, algo que va en contra de cualquier estatuto. No hay justicia, ellos se flexibilizan para obtener dinero y poder”.

Más allá de las victorias que acumule a lo largo de este campeonato continental, Estados Unidos en el fútbol viene ganando hace rato. La Copa América es una prueba piloto para el próximo mundial, el más ambicioso de todos los tiempos, organizado por tres países y con 46 equipos, un experimento que deja a las claras que lo que realmente les interesa a los popes del fútbol es explotar el negocio que genera la pelota. El verde del césped queda relegado ante el verde del dólar ya que, a fin de cuentas, gane quien gane el torneo, la FIFA y Estados Unidos están viviendo el sueño americano.

Por amor a la pelota

Por amor a la pelota

Camioneros ganó el Primer Torneo Promocional Amateur, la nueva categoría de la AFA que reúne equipos de sindicatos, colectividades, nuesvas instituciones y otras centenarias.

Finalizó el Apertura del Torneo Promocional Amateur, y el primer ascenso a Primera C fue para Camioneros. Se trata de la primera ronda de la nueva categoría sub 26, que pasó a ser la quinta del fútbol argentino y se comenzó a disputar en 2024. Luego de un receso, se jugará la segunda parte. Esta competición consta de 14 equipos que se enfrentan en un sistema de todos contra todos en dos torneos: Apertura y Clausura. El campeón de cada certamen obtiene el ascenso. Si las dos etapas son ganadas por el mismo equipo, los que salen segundos se enfrentan por el otro ascenso. Aparte, si son dos los conjuntos campeones de cada torneo,  se enfrentarán para definir la Copa de Campeones. En tanto, quien tenga el peor promedio, sumando ambos torneos, será desafiliado en forma temporal.

Todos los equipos de esta primera edición del Promocional Amateur fueron invitados a participar por la AFA y presentan una gran variedad entre sí. Algunos tienen origen sindical, como Deportivo Metalúrgico, Camioneros o el Sindicato Argentino de Televisión. Otros son muy nuevos y tienen menos de tres años de historia, como el Ezeiza Fútbol Club (equipo con el que colaboró el influencer Santiago Maratea) o el Barrancas UMET, fundado en 2022, vinculado tanto a la Universidad de Belgrano como a la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo. En contraste con estos, también hay equipos que están cerca del centenar de años o ya lo pasaron, como el Everton de La Plata, Juventud de Bernal, Defensores de Glew o Belgrano de Zárate, entre otros.

Justamente, Everton de La Plata recibió el pasado domingo a Defensores de Glew, en el marco de la última fecha del torneo Apertura. El local, fundado en 1905, tiene un predio de cuatro hectáreas y media y su estadio, “Pachi” Funes, tiene capacidad para 2500 espectadores. Además posee seis canchas de fútbol 11 para entrenamiento, un gimnasio, tres canchas de fútbol 7 y una de hockey sobre césped sintético. Complementan las instalaciones un salón-bar, parrillas y estacionamiento.

Unas 200 personas aproximadamente, todas pertenecientes a la parcialidad local, presenciaron el encuentro. Algunas estaban de pie o sentadas en reposeras al costado del alambrado que las separaba del campo de juego. El resto se ubicó en las únicas dos tribunas, ambas de cemento y con capacidad para albergar a 100 personas.

En la tribuna, que se encuentra sobre uno de los laterales, se podía ver a un público adulto (familiares, amigos, socios e hinchas del club) con una actitud pasiva que solo se sobresaltaba con el grito de algún gol. El panorama era muy distinto si hacíamos foco en la otra tribuna, ubicada detrás de uno de los arcos. Allí, las canciones, insultos y gritos sonaban con una frecuencia que supera a la de cualquier contexto habitual, por fuera de una cancha

“La Banda del 16” es como se autodenominan estos hinchas que le ponen el color a la jornada; bombos, banderas y cantos son los ingredientes que utilizan, de manera similar a como lo suelen hacer las barras bravas. Sin embargo, presentan significativas diferencias: la mayoría de sus integrantes no pasa de los 15 años y no se ve a personas consumir estupefacientes o alcohol como en algunas hinchadas de primera.

Ian Vázquez, tiene 13 años, forma parte de este grupo y además es jugador de las divisiones inferiores del club: “Yo vivo cerca, mi papá me trae desde que soy chiquito y ahora estoy jugando en las inferiores del club; hoy no me tocó jugar ni entrenar, pero vine para ver el partido, me encantaría ver al Decano en otra categoría cuando sea más grande y poder jugar ahí”.

Compartiendo la misma tribuna y aliento que Ian está Kevin, con solo 11 años, otro de los integrantes de “la Banda del 16” y que juega en las infantiles del Decano: “Mis papás están en la otra tribuna mirando el partido, mi papá fue jugador del club unos años y después tuvo que dejar, él me cuenta que a mí mamá la conoció en el Everton mucho antes que yo naciera”.

Durante el segundo tiempo se incrementó el número de espectadores, tras finalizar simultáneamente un partido de hockey masculino y fútbol infantil que se realizaban en lugares adyacentes del predio. Parte de esas personas se quedaron a ver lo que restaba del certamen. Un grupo grande de niños se sumó a la popular, esta se vio revitalizada por los refuerzos y comenzó a cantar más fuerte y constante. 

Gonzalo Uranga es director deportivo del Everton, sin embargo su relación con el

club va más allá del puesto que ocupa actualmente “Yo llegué a este lugar a los 18 años y no me fui nunca más. Empecé jugando en reserva, después llegué a primera y al poco tiempo me recibí de profesor de Educación Física, en ese momento comencé a trabajar con los planteles de fútbol y dejé de jugar. Hoy soy director deportivo y antes fui presidente, desde el 2001 hasta el 2016. Para nosotros esto es un sueño, somos un club importante en la zona y eso hizo que nos reconocieran para invitarnos a participar en esta nueva divisional”, contó.

Marcelo Mazzacane, actual presidente del club, brindó algunas sensaciones y proyectos luego de finalizar la primer participación en un torneo oficial de AFA: “Yo estoy en el club desde el año ‘89, en su momento fui jugador de fútbol y hoy tengo la dicha de ser el presidente. Para nosotros es un desafío nuevo, muy importante y estamos intentando estar a la altura de las circunstancias. Por ejemplo, estamos por construir una cancha techada para que de esa manera no se pierdan días de entrenamiento por lluvia”.

Entre el aliento constante de sus hinchas, el partido ante Defensores de Glew continuó. Resultado final: 3 a 1 para los platenses, que acumularon entusiasmo para cuando se reanude el torneo.

El beach handball pasa la gorra para viajar al Mundial de China

El beach handball pasa la gorra para viajar al Mundial de China

Las selecciones nacionales de beach handball lanzaron una convocatoria de sponsors para cubrir los gastos de traslado y participación en los mundiales a disputarse en China. La motosierra llegó al deporte.

“La delicada situación económica del país, sumada a los elevados costos en moneda extranjera que representa un viaje con dos de nuestras Selecciones nacionales a los Mundiales de beach handball en China que se desarrollarán entre el 18 y el 23 de junio, nos obligan a conseguir recursos alternativos para financiar una campaña de vital importancia en lo deportivo. El panorama es por demás dificultoso pero no estamos dispuestos a bajar los brazos”, comienza el comunicado que emitió la Confederación Argentina de Handball (CAH) y donde se invita a todas aquellas empresas que creen en el deporte y en la bandera argentina a acompañar a los representativos nacionales.

El beach handball es similar al indoor, aunque la cancha es mucho más pequeña (27 x 12 metros) y cuenta con la dificultad de que la pelota no se puede llevar rebotando contra la superficie. Desde 2004 se realiza el mundial con Brasil liderando el medallero. En la última década la versión argentina de Handball playa consiguió grandes resultados: en 2017, en Isla Mauricio, las categorías juveniles se subieron al podio y lograron las primeras dos medallas mundialistas en la historia del deporte en nuestro país, en cualquiera de sus modalidades. Ese mismo año, la Selección adulta femenina se alzó con la plateada en los World Games de Cracovia 2017. En 2018, las chicas obtuvieron la presea de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires y los varones se colgaron la de bronce. En 2019, las mujeres vencieron por primera vez a multiganador Brasil y alcanzaron un nuevo oro en los Juegos Suramericanos de Playa Rosario 2019. Durante 2022, el equipo femenino ganó el bronce en los World Games de Estados Unidos y ratificó su excepcional momento con el primer título en un Torneo Sur y Centroamericano, destronando a las brasileñas en su tierra. El año pasado fue el turno de los varones de imponerse por primera vez a Brasil, en ocasión de los Juegos Suramericanos de Playa Santa Marta 2023.

El beach handball no formará parte del medallero de los próximos Juegos Olímpicos París 2024 pero estará presente como exhibición. El IHF Beach Handball Showcase se celebrará del 27 al 29 de julio, con la intención de incorporar al deporte como parte del programa oficial de futuras ediciones. Fiorella Corimberto y Nahuel Perez serán los jugadores que representarán a la Argentina en el evento que reúne 32 hombres y 32 mujeres de 18 países: Alemania, Argentina, Brasil, Croacia, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Francia, Grecia, Hungría, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Qatar, República Popular China y Uruguay, mezclados en cuatro equipos

 

La cuestión presupuestaria lo es todo

En diálogo con ANCCOM Leticia Brunati, entrenadora de la Selección mayor femenina, confirmó que el gasto de viajar a China ronda los 120.000 dólares para toda la delegación y explicó que “la situación es igual a cualquier deporte que no es olímpico: por ende no contamos con apoyo del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) y desde la Secretaría de Deportes tampoco van a financiar el viaje como si lo hicieron en otras ocasiones”. En la actualidad se les permite entrenar dentro del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) y solo reciben una contención monetaria mínima de parte de la Confederación Argentina de Handball.

 

 “Tenemos nada más 10 becas para jugadoras y 3 para el cuerpo técnico de 70.000 mil pesos, Estamos a mes vencido pero aún no cobramos”, comenta Brunati, profesora de educación física y al frente del equipo desde los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. 

Pasó mucho tiempo hasta que el gobierno de Javier Milei designó a Julio Garro como nuevo subsecretario de deportes y el presupuesto está congelado en los mismos números que en 2023, igual a lo que sucede en otras áreas como con las universidades públicas. Las becas, que están claramente desactualizadas en sus montos, tampoco cubren los gastos indispensables para las actividades de los deportistas y staff.

Parte de tener un Estado más chico significa implementar una política de desfinanciamiento deportivo, de lo que suele ser un motivo de orgullo nacional cuando se consiguen resultados rimbombantes en disciplinas que no son las tradicionales y que no estamos acostumbramos a ver por televisión. La motosierra y la licuadora también llegaron hasta el deporte de alto rendimiento.

Los Juegos Bonaerenses siguen de pie

Los Juegos Bonaerenses siguen de pie

Pese a la crisis y a la asfixia presupuestaria, la Provincia de Buenos Aires sigue apostando al deporte y a la cultura. Este año se espera que participen de la tradicional competencia unas 400 mil personas, desde niños hasta adultos mayores.

Desde hace tres décadas, los Juegos Bonaerenses convocan a miles de niños, niñas, adolescentes y adultos mayores. Nacidos en 1992 como una versión provincial de los Juegos Nacionales Evita, este año van por su edición número 33 y se prevé que superen los 350 mil participantes del año pasado. “No sólo es la política pública deportiva y cultural más grande de la Provincia de Buenos Aires y del país, sino que también es profundamente integral”, explica Leandro Lurati, subsecretario de Deportes de la Provincia de Buenos Aires, en diálogo con ANCCOM.

Los Juegos Bonaerenses incluyen 114 disciplinas para las categorías juveniles, adultos mayores, personas con discapacidad y personas trasplantadas. Además de los deportes colectivos, están los individuales como el atletismo, tenis y judo. También deportes adaptados como goalball, básquet en silla de ruedas y tenis de mesa. Entre las disciplinas artísticas, se cuentan poesía, danza, cocineros bonaerenses, canto, y freestyle. Los adultos mayores se pueden anotar en newcom (similar al vóley), pentatlón y lotería, entre otras disciplinas. Como novedad, este año se incorpora la modalidad intergeneracional, en la que todas las categorías podrán participar de forma mixta en truco y tejo.

Frente a la crisis económica y el ajuste al presupuesto de las provincias, Lurati afirma que la decisión del gobernador Axel Kicillof, junto al ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia, Andrés Larroque, fue clara: mantener en pie los Juegos Bonaerenses. “Ante este complejo escenario, en el que no paramos de recibir malas noticias desde Nación, ajustes, despidos y recortes, nos enfrentamos al desafío de ser más eficientes que nunca en la administración de los recursos y debemos apelar a la creatividad a la hora del diseño de programas. No vamos a dejar a los bonaerenses sin la política pública deportiva y cultural más grande”, sostiene el funcionario.

La inscripción al torneo comenzó en abril y finaliza el 4 de mayo. Los Juegos constarán de tres etapas: municipal, regional y provincial. La primera comienza el 5 de mayo y concluirá el 30 de junio, la fase regional será entre el 1 de julio y el 31 de agosto, y la final en Mar del Plata está prevista del 15 al 20 de septiembre. “Nuestro deseo es que la mayor cantidad de bonaerenses tengan la posibilidad de sumarse a los Juegos y encontrarse tanto con sus vecinos como con personas de toda la provincia en las instancias regionales y, obviamente, en la gran final en Mar del Plata”, expresa Lurati.

Un campeón transplantado

Hernan Sachero es nadador profesional oriundo de Burzaco y en la trigésima edición de los Juegos Bonaerenses –cuando se incluyó por primera vez la categoría de personas trasplantadas– salió campeón en 50 metros estilo libre: “Fue una gran noticia la inclusión de las personas trasplantadas, es una experiencia que tienen que vivir todas las personas trasplantadas, eventos como estos nos unen. Compartir con otras delegaciones y personas que no son trasplantadas es un buen ámbito para informar y divulgar la importancia de la donación de órganos”, remarca.

“Nosotros hacemos actividad física luego del trasplante, tomamos mucha medicación que nos permite seguir con vida, pero tiene efectos adversos como la artritis, la artrosis y control arterial que los ‘apaleamos’ con la actividad física. Eventos como los Juegos Bonaerenses son políticas muy importantes y que tienen que ampliarse para toda la comunidad. El deporte para trasplantados me llevó a lugares nunca imaginados, me permitió participar en cuatro mundiales representando a la Argentina en el exterior y eso es algo que me pone orgulloso”, agrega.

Según Lurati, el ajuste que aplica el gobierno de Milei “no sólo afecta al deporte en la provincia, sino que afecta de lleno en la vida de todas y todos los bonaerenses”. “Tanto en deporte, educación, cultura y salud, la situación es crítica”, refiere. Para Sachero, “el Estado es fundamental en las cuestiones de salud. Si no nos da la medicación sumamente cara que tenemos que tomar para que nuestro injerto no sea rechazado y no nos brinda la atención que necesitamos postrasplante, hoy no podría vivir. Sin Estado presente, el trasplante sería solamente para los que tuvieran la posibilidad económica de acceder a uno”.

Guillermina es de Pergamino, está por terminar el secundario y hace cinco años que compite en los Juegos Bonaerenses. “Participo desde el 2019. Este año, como el anterior, me inscribí en fútbol 5 femenino”, cuenta. Al igual que sus compañeros de curso, conoció la competencia por sus profesores de Educación Física: “Le dan mucha importancia a los Juegos Bonaerenses y todos los años incentivan a los estudiantes de todos los años a participar –destaca–. Siento que me aporta nuevas experiencias para crecer y evolucionar cada vez más en el deporte. Es una oportunidad para llegar a competir en alto rendimiento y a nivel nacional. Es muy importante que desde el Estado se incentive la participación y recreación en el deporte y la cultura”.

Desde la cartera de Deportes de la provincia, subrayan que el Gobierno nacional brilla por su ausencia en la planificación de políticas para el sector y que aún no hay novedades sobre la realización de los Juegos Evita. “Lo único que nos hemos enterado es el deseo de instalar el sistema de Sociedades Anónimas Deportivas en nuestro país, que ha fracasado en todo el mundo”, asegura Lurati. Mientras tanto, la provincia sostiene la antorcha de los Juegos Bonaerenses frente a la gestión libertaria. “Desde la Subsecretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires sabemos que contamos con el apoyo del gobernador para seguir fomentando el deporte en nuestro territorio. Nosotros entendemos que la vida de los ciudadanos es mucho más que solventar las necesidades básicas. El deporte y la cultura son fundamentales para construir una vida comunitaria de calidad”, concluye Lurati.

Clubes chicos, tarifas grandes

Clubes chicos, tarifas grandes

Mientras los clubes de barrio están en alerta ante los aumentos del gas y la luz, ingresó a Diputados un proyecto para declararlos en emergencia.

Este lunes, la diputada nacional Gisella Marziotta presentó un proyecto de ley para declarar la emergencia nacional de los doce mil clubes barrio de todo el país ante los tarifazos en los servicios públicos establecidos por el Gobierno de Javier Milei. La propuesta de la legisladora establece que durante doce meses estas instituciones cuenten con “tarifa cero” en gas, electricidad y agua, a la vez que sean declarados inembargables sus bienes inmuebles.

El Gobierno de Milei está llevando adelante una suba abrupta en las tarifas tanto en el AMBA como en el resto del país. Desde febrero, la electricidad viene aumentando de manera sistemática mientras que el gas tendrá un incremento de hasta el 300% entre abril y mayo.  En este contexto los clubes de barrio se encuentran en una situación de sumo riesgo ante el incremento desmedido de sus costos operativos.

Claudio Rial, presidente de la Unión Nacional de Clubes de Barrio (UNCB), en diálogo con ANCCOM destacó la importancia de la “demanda organizada” para afrontar problemáticas de esta índole: “Nuestra labor es tomar los pedidos de los clubes, organizar esas demandas y viabilizar su resolución. Si somos muchos nos van a escuchar más”, afirma recalcando la importancia de la unión y comunicación entre clubes de cara al futuro.

Desde la UNCB, que nuclea a clubes de todo el país, señalan que en algunas provincias el abandono es aún mayor: “El Estado usa al club de barrio para todo: elecciones, refugio si hay una inundación, centro de vacunación, etc. Pero cuando tiene que devolver esa ayuda no aparece”.

Los clubes de barrio (según la UNCB son los que tienen entre cincuenta y dos mil socios), cuentan con escasas herramientas en relación a los clubes más grandes que pueden amortizar los gastos fijos de otra manera, apelando a sponsors, publicidad o venta de entradas. Ese tipo de ingresos resultan inalcanzables para las instituciones pequeñas para las cuales subir la cuota no es una opción; las familias recortan gastos y en ese ajuste el club sale perdiendo. Según Rial, esto se nota en la asistencia: “En los partidos de fútbol antes venía toda la familia a ver al chico. Hoy viene el padre solo y capaz un hermanito que no paga la entrada”

Problemática federal

La problemática repercute en todos los rincones del país. En las provincias los aumentos son aún más cruentos y algunos especulan con que la disparada del gas puede ser del 500%. En estos casos, la vulnerabilidad es aún mayor, como en el Club Social y Deportivo San Francisco del barrio Limache en la periferia de la ciudad de Salta. Fernando Bernabó, presidente la institución, explicó a ANCCOM: “Estamos alerta, muy atentos. Ya tuvimos aumentos en la luz de casi un 100% por ciento en los últimos dos meses, habría que ver qué viene ahora, nosotros no tenemos solvencia para sostener un aumento del 300%. No tenemos infraestructura para atraer a la gente del barrio, contamos con muy pocos recursos”. La institución solo cuenta con fútbol como actividad (divisiones inferiores y primera división que compite en la liga salteña); en resumen los ingresos son escasos y la infraestructura casi nula.

 nacionalEn el club San Francisco la cuota es de 4.000 pesos, aunque pocos la pagan: “En realidad no cobramos cuota social, cobramos la actividad de fútbol directamente, no obligamos a que se asocien. Por eso tenemos más chicos haciendo actividad, unos 200, que socios activos que llegan a unos 70”. De los más de cien chicos inscriptos apenas han pagado cinco en lo que va del mes de abril, una realidad muy dura que acarrea pocos ingresos a la vez que magnifica los egresos.  Bernabó cuenta que ha puesto dinero de su bolsillo para que los infantiles puedan participar de la liga o simplemente para que coman o tomen algo después de un partido.

La sensación es de total desamparo: “No tenemos ningún subsidio municipal ni provincial, tenemos pocos recursos. La provincia de Salta, a diferencia de otras como Jujuy, no invierte en deporte”.

En el Gran Buenos Aires la situación no es tan distinta, cuentan desde la Junta Vecinal Manuel Belgrano de Carapachay: “Esto es una película de terror en suspenso”, afirma Miguel Mateu, presidente del club. “Este año no accedimos a ningún subsidio por parte del estado nacional. El año pasado tampoco. Solo recibimos un subsidio municipal que nos ayudó a pasar el verano, pero las tarifas eran menores y ahora son altas. El mes pasado pagábamos 10 mil pesos y este mes 48 mil. A los clubes nos cobran como si fuéramos empresas cuando trabajamos gratis, sin fines de lucro”, detalla Graciela Rebollar secretaria de la Junta Vecinal en la que conviven el deporte y la cultura con actividades como circo, yoga o terapia. Para ella el club es una barrera de contención para evitar que las condiciones económicas empujen a los jóvenes hacia la violencia.

Modelo en crisis

Un club de barrio cumple una función social, es un sostén, un lugar de reunión y de identificación para la comunidad, concepto que parece estar en crisis ante el actual modelo que pondera el individualismo y celebra el ajuste que muchos clubes no pueden hacer porque no tienen por dónde. El Gobierno nacional no planteó hasta ahora subsidios o tarifas sociales para los clubes. Por eso la preocupación es aún mayor a la que hubo en 2016 cuando en el Gobierno de Mauricio Macri muchos clubes se agruparon y salieron a protestar por los aumentos indiscriminados.

“Durante el tarifazo del gobierno de Macri logramos bajar la tarifa, eso evitó daños mayores en los clubes, pero esto seguramente va a ser peor, va a ser más grande”, afirma Rial. Y agrega, preocupado por el futuro: “Desde la UNCB creemos que hay que esperar y ver qué decisión toma el Gobierno. Nosotros estamos en alerta y preparados para dar discusión defendiendo el interés de los clubes. Primero vamos a recibir las boletas y después a discutir sobre los hechos”.

Ante esta sucesión de dificultades, el futuro de los clubes se ve interceptado por la incertidumbre mostrándose un panorama complejo que dificulta cualquier tipo de optimismo. En los pasillos, entre los piques de la pelota de básquet y el rechinar de las suelas en la cancha de baby, resuenan con fuerza las palabras riesgo y alerta.