Una Página/12 en blanco

Una Página/12 en blanco

El viernes 9 de febrero quienes componen la redacción del diario Página/12 dejaron de realizar sus tareas habituales en reclamo por la recomposición de sus salarios al Grupo Octubre. Los sueldos, señalan los trabajadores, se encuentran bajo la línea de indigencia. También protestan por los aumentos selectivos para desactivar su plan de lucha.

Los trabajadores de Página/12 decidieron realizar un paro de actividades cotidianas porque la empresa dueña del medio se niega a brindar una recomposición de los salarios y otorga aumentos selectivos para boicotear el plan de lucha que llevan adelante. Según comunicaron en su cuenta de X @delegadesp12 la patronal es “empobrecedora y antisindical” y brinda aumentos a discreción mientras mantiene congelados los sueldos de la inmensa mayoría de su planta. “Sabemos que la actitud, antisindical y discriminatoria, pretende quebrar el plan de lucha que desde hace un mes sostiene la asamblea de trabajadores en reclamo de mejoras salariales en medio de la brutal inflación de los últimos meses”, escribieron en el comunicado difundido en redes sociales.

Además de participar junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires en las negociaciones paritarias, los trabajadores del diario presentaron un petitorio con una serie de puntos que incluía una suma de emergencia a pagar en enero. “La redacción de Página/12 funciona toda a distancia porqué nunca volvimos a la presencialidad y usamos nuestros recursos para poder conectarnos y trabajar, entonces también había items como el teletrabajo”, contó  a ANCCOM Ana Paoletti, delegada sindical. También se pidió que se subieran las colaboraciones y que no se hicieran diferencias entre colaboradores permanentes y eventuales. “La respuesta a ese pedido fue subir el concepto de teletrabajo a 4.500 pesos, el cual consideramos insuficiente y en la última asamblea votamos un paro de 24 horas”, explica Paoletti.

Desde que asumieron las delegadas presentaron tres pedidos de reunión con la dirección periodística a cargo de Nora Veiras y Victoria Ginzberg las cuales nunca accedieron al encuentro. Algunos trabajadores que prefieren mantenerse en el anonimato denuncian que no solo están mal pagos sino que también son víctimas de maltrato y situaciones de acoso laboral.  

La semana anterior, como trabajadores de prensa, desde Página/12 asistieron a la puerta de la Secretaría de Trabajo donde hubo una nueva audiencia paritaria y las cámaras empresarias no les llevaron nada digno de ser considerado: “Nos ofrecen un voucher de 80.000 pesos a cobrar en marzo, la situación es angustiante porqué nuestros salarios básicos de convenio están debajo de la canasta de indigencia”, remarca la delegada sindical. Así fue como se resolvió implementar la medida de fuerza

Algo que resaltan desde el seno del diario es que en 2016 cuando el Grupo Octubre compró Página/12, el salario de los trabajadores estaban un 45 por ciento arriba de la canasta básica y hoy se ubica por debajo de la canasta de indigencia fijada en 240.798 pesos por el Ministerio de Economía. 

Agustín Lecchi, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, explica que un redactor cobra 200.000 pesos en mano y califica la situación como gravísima. Además vuelve a remarcar que “tras más de un mes de audiencias con las cámaras empresarias la respuesta son sólo vouchers”.

La mayoría de la gente tiende a creer que la realidad de los trabajadores de los medios de comunicación es aquella que ostentan los famosos conductores de los programas del prime time televisivo o las radios más escuchadas. La realidad es de un alto grado de precarización que obliga a un trabajador a tener más de un empleo para poder redondear un salario que le permita pagar sus gastos de la vida cotidiana y sin la pretensión de acceder a una vida de grandes lujos.  

El periodista que incomodó a Videla y se transformó en portavoz de Alfonsín | Estuve ahí

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José Ignacio López fue uno de los pocos que se animó a desafiar la censura en plena dictadura. Su recompensa fue convertirse en el vocero del primer presidente en el regreso de la democracia.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
Imágenes en el barro

Imágenes en el barro

Una nueva muestra fotográfica de ANCCOM puede visitarse en la Facultad de Ciencias Sociales. Las imágenes registran el clima de resistencia y movilización social que hubo entre 2015 y 2019.

Se inauguró «Fotografiar el barro”, una nueva muestra de fotógrafos y fotógrafas de la Agencia de Noticias de la Carrera de Comunicación de la UBA (ANCCOM), que se expone hasta el 19 de octubre en la fotogalería del primer piso de esa casa de estudios, frente a la redacción. Los y las estudiantes pusieron el cuerpo en la calle para retratar algunos de los acontecimientos sociales ocurridos entre el 2015 y 2019. Estas imágenes muestran eventos cotidianos y del espacio público que sucedieron en esos años: las movilizaciones sociales, las reivindicaciones, el feminismo, la cultura, el arte.

La muestra fue organizada por Betina Guindi, Ernesto Schtivelband, Felisa Santos, Santiago Mazzuchini, Celia Fontes, Juan Funes y Melisa Molina. Santiago Mazzuchini, docente de la Facultad de Sociales y uno de los encargados de la curaduría y del montaje explicó: “La idea nace porque comenzamos a darnos cuenta de la relevancia que las fotografías de ANCCOM comenzaron a tener en la arena pública. Nosotres hace muchos años que investigamos sobre el modo en que las imágenes intervienen en la política, sobre cómo conforman la historia, la memoria. Esto quizá parezca una obviedad, sin embargo, hay quienes siguen creyendo que las imágenes ´ilustran´ o son una mera representación de otra cosa”.

Sobre el recorte de la muestra describió: “Por otra parte, tomar el eje política/fotografía en la muestra nos permitió también destacar que en ANCCOM se le da una importancia vital y específica a la fotografía. En muchos portales digitales las fotos parecen adornar las noticias, justamente lo contrario de lo que se hace en ANCCOM, donde la producción fotográfica es parte esencial. El nombre de la muestra juega con la idea de irrupción e interrupción, porque lo que las fotografías que elegimos muestran el modo en que la política irrumpe para dar cuenta de un conflicto e interrumpe el normal curso de las cosas. Desnaturaliza nuestra realidad social”.

La muestra registra los momentos más relevantes de aquellos años: “Las imágenes elegidas recorren desde movilizaciones a favor de la legalización del aborto, marchas por la memoria, protestas contra la represión policial, reclamos por asesinatos como el de Rafael Nahuel, entre otras”, describió. “Nos interesaba (y nos interesa) pensar el rol político del fotoperiodismo en tiempos hiperdigitalizados donde se plantea la irrelevancia de la dimensión documental y periodística de la fotografía. Lo que muestran estas imágenes es que las y los fotoperiodistas en la calle tienen mucho que mostrar todavía”, concluyó.

Victoria Gesualdi, coordinadora de fotos de la Agencia, sumó: “La edición de la Muestra surge de un área de investigación de la Facultad y destaca la mirada de los y las estudiantes de Comunicación.”
La fotógrafa encargada de formar a los cientos de practicantes de fotoperiodismo junto a Leandro Tesseyre explicó: “El valor del fotoperiodismo es ir al territorio, mirar y significar los acontecimientos con imágenes. Entre el 2015 y el 2019 las calles estuvieron habitadas, hubo una sociedad movilizada, hubo resistencia y lucha por derechos.”
Acerca de la mirada del fotoperiodismo en ANCCOM, Gesualdi reflexionó: “Nos interesa documentar el presente con una perspectiva histórica, por eso también es importante el archivo que construimos en estos casi diez años de ANCCOM. La imagen periodística tiene una función informativa en la coyuntura y con el tiempo toma otro valor. La muestra permite una relectura de esos acontecimientos que hacen nuevos señalamientos en este presente.”

 

“La fotografía de la protesta de los trabajadores de Cresta Roja fue republicada en la portada de Página 12, fue un hecho importante para contar, porque si bien había cámaras de televisión todas estaban del lado de la gendarmería y yo pude retratar desde la perspectiva de los trabajadores, yo también tuve que esquivar balas de gomas”, dice Pirsic.

Noelia Pirsic, Daniela Morán y Deborah Valado, pertenecen a la primera cohorte ANCCOM y participan de la muestra. Pirsic contó parte de su experiencia de su paso por la agencia: “Nos mandaban a cubrir momentos de relevancia social, masivos, o personajes que son importantes para nuestra sociedad y que no hubiera tenido la chance de fotografiar si no hubiera sido por ANCCOM”. Y recordó: “Reconozco mi foto. Hubo una protesta de trabajadores de la empresa Cresta Roja que estaba siendo vaciada y esa fue la primera vez que durante el macrismo se empezó a disparar contra los trabajadores. Esa fotografía salió en la portada de Página 12, fue un hecho importante para contar, porque si bien había cámaras de televisión todas estaban del lado de la gendarmería y yo pude retratar desde la perspectiva de los trabajadores, yo también tuve que esquivar balas de gomas”.

Acerca de si existen diferencias entre esa época y la actualidad Pirsic planteó: “Cambia el signo político y cambia lo que te vas a encontrar en la calle. Sí me parece muy loco que las fotos que tomé puedan considerarse un documento histórico porque, al menos yo, cuando saco una foto pienso “voy a contar esta historia” y no pienso en dejar un documento histórico. Eso perdura gracias a que también hay un archivo como el de ANCCOM, que vuelve a poner en valor desde otras miradas, otras perspectivas.”

Por su parte Daniela Morán opinó: “Creo que la muestra representa muy bien lo que estaba pasando en la calle en esos años. Los movimientos feministas tuvieron una fuerte presencia, las movilizaciones por el aborto iban creciendo a pasos agigantados y su visibilidad acaparaba la atención de los medios. Una de mis fotos forma parte de un ensayo que buscaba encarar la temática aborto desde un lugar más personal, más chiquito, pero a la vez potente. La foto de la muestra es un retrato que representa la clandestinidad que atravesaron esas personas”. Y concluyó: “Es lindo ver las fotos ahora, ver que militar y estar en la calle sirve”.

Respecto a los diferentes contextos que se retrataban en esos años y la actualidad, reflexionó: “Veo cambios, por supuesto. En el gobierno macrista, la respuesta al pedido de ayuda del pueblo solo eran oídos sordos y represión. Veo algunas fotos de los reclamos afuera del Congreso por la reforma previsional y recuerdo el miedo que sentí cuando vi la fila de gendarmes esperando que la calle avanzara. Los golpes y empujones a diputados y diputadas que iban a tratar la ley. Cualquier persona que luchaba por sus derechos era blanco fácil para la represión”. Al hablar de su paso por la agencia, Morán destacó: “No quiero dejar de remarcar la importancia de ANCCOM y de este material que sirve de anclaje con un pasado cercano. Las fotografías de esta muestra, al ser reunidas, ordenadas y vistas pueden funcionar como mecanismos de memoria”.

Por su parte Deborah Valado también reflexionó sobre su trabajo en la agencia: “La primera nota que propuse fue en el Bajo Flores, en la foto se ven unos palos de jockey tomados por unas nenas, quise mostrar que el acceso al deporte es clave y genera experiencias transformadoras en los barrios”, describe y continúa: “Una de mis últimas coberturas, también fue en el Bajo Flores, una mujer que está mostrando las balaceras, esa foto se viralizó y obtuvo el Primer premio de Eduardo Longoni. Para la autora: “Esa foto marcaba el principio y el final de una etapa. Si nos ponemos a pensar que pasa en el barrio, donde hay niños y niñas y hay que garantizar el presente porque son el futuro; la contracara es esa mujer que enseñaba murga a niños y niñas y lo que recibió del Estado fueron balaceras. Ahí hay un contrapunto importante”.

Valado también destaca el carácter público de la agencia: “Hay muchas fotos de ANCCOM que circularon por otras muestras y eso también es para rescatar, porque es una agencia de una universidad pública y por eso es necesario meterse en el barro para conocer las realidades y visualizarlas y esa es nuestra responsabilidad como reporteros. Veo que ANCCOM sigue con ese espíritu, veo las producciones a lo largo de los años. Esta agencia nos dio la posibilidad de formarnos y profesionalizar el oficio”, señaló y agregó: “Esta muestra me genera ver un montón de grietas importantes, fue otro tipo de gobierno que generó otras políticas. Hay que visibilizar todo y para eso hay que estar en el terreno, la fotografía tiene esa particularidad, y en momentos donde hubo vulnerabilidad de derechos, hay cosas que se quisieron tapar y para eso están el fotógrafo y la fotógrafa para ir a esos espacios que quieren ocultar. La fotografía sigue siendo potente y es una herramienta con la que queremos cambiar el mundo, genera memoria, historia y presente. La fotografía nos invita a mirarnos a reflexionar que tipo de sociedad queremos. Hay que seguir defendiendo la democracia, la fotografía acompaña las luchas, reivindicaciones y también las alegrías”, concluyó la fotógrafa.

La muestra “Fotografiar el barro”, ubicada en el primer piso de Santiago del Estero 1029, ala San José, en la Ciudad de Buenos Aires, se podra visitar hasta el 19 de octubre.  

 

«Soriano aguanta y resiste»

«Soriano aguanta y resiste»

Angel Berlanga es periodista, docente y autor de “Soriano: una historia”, libro que presentará este 4 de septiembre en la Biblioteca Nacional. La primera biografía del reconocido escritor argentino rememora sus comienzos en Tandil y llega hasta su muerte. Un centenar de entrevistas, cartas, documentos personales, diarios y revistas para reconstruir la vida de un fabulador.

Este 4 de septiembre, a 50 años del aniversario de Triste, solitario y final, Angel Berlanga, periodista –editor de ANCCOM– y docente en la Universidad de Buenos Aires, presentará su libro Soriano: una historia. La cita es en la Biblioteca Nacional, a las 19, en el Auditorio Jorge Luis Borges. La biografía recorre los comienzos de Osvaldo Soriano como periodista en la revista Primera Plana hasta su muerte en 1997. La historia se toma su tiempo en momentos clave de la carrera del escritor y en otros más personales, como la relación con su padre, siempre acompañado por comentarios de familiares y amigos del escritor.

Soriano es autor de novelas, cuentos y crónicas periodísticas publicadas en varias partes del mundo. Muchos de sus libros fueron best-seller y también pasaron a la pantalla grande como ocurrió con “No habrá penas ni olvido” (1983) y “Cuarteles de invierno” (1984). Nació en Mar del Plata aunque en su infancia se mudó varias veces. A los 18 años se estableció en Tandil, lugar del que partiría ocho años después para vivir en Buenos Aires, donde su carrera se disparó.

Soriano fue un autodidacta que llegó a la literatura de grande, cuando comenzó a leer ficción por primera vez y luego a escribir. Su paso del periodismo a la literatura es una característica que Berlanga comparte pero partiendo desde su profesión como arquitecto. El periodista creció en Santa Teresita y se mudó a Capital Federal a los 18 años, donde comenzó a estudiar en la UBA. Descubrió a Soriano leyendo sus publicaciones en Página/12 y en las revistas El porteño y Crisis, pero no fue hasta que encontró Cuarteles de invierno en una librería de usados que decidió dedicarse al periodismo.

¿Arrancaste en Página/12 escribiendo sobre Soriano?

 No, ¿sabés que no? Sin embargo, desemboqué en Página/12 por él. Soriano muere en enero de 1997 y yo escribí un número especial de Soriano para la revista La Maga que salió en septiembre de ese año en donde tuve que entrevistar a Rodrigo Fresán y Juan Fort, que eran allegados a él pero más jóvenes. Para cuando se cumplió un año de la muerte de Soriano, en Página/12 hicieron otro especial que se llamaba “Soriano por Soriano”. Era parecido a lo que yo había hecho. En ese momento lo llamé por teléfono a Ford para decirle: “Che, mirá, yo tengo materiales que no entraron en La Maga, por ahí les pueden servir”. Me dijeron que no porque no había un mango para pagar colaboraciones. Entonces le dije: “Bueno, si te parece, yo te paso el material, no me pagues nada por eso pero al mismo tiempo te ofrezco una serie de propuestas de notas para ver si alguna les interesa”. Así entré a Página/12: le llevé un sumario que todavía tengo y lo uso a veces en las clases que doy. No empecé escribiendo sobre Soriano pero la puerta de entrada a Página/12 fue por él.

 ¿Cómo definirías al Soriano escritor?

Siempre lo defino como un muy buen “proyector”. Te presenta las cosas de un modo que la lectura resulta entretenida mientras te da curiosidad para seguir indagando. No es fácil hacer eso, pero se lee muy sencillo. Creo que ese es uno de los roles de los medios ¿No? Contar algo de un modo tal que te den ganas de sumergirte.

 Resulta interesante como empezó con una cosa y terminó con otra…o las combinó al hacerse periodista y después escritor.

Sí. Esto en el libro está desarrollado: cómo algunos temas que aparecen desde el periodismo luego pasan a su literatura. Es un asunto que a mí me parece muy atractivo y que en sectores de la academia generaba rechazo. Me parece que tiene una lectura política: porque desde su impronta y su quehacer te incita. Del otro lado es como si se establecieran podios, templos del saber, que expulsan a veces por complejidad o por el lenguaje.

 ¿Hay algo de ficción en la biografía? En el libro se pueden encontrar sentimientos o pensamientos que no se pueden corroborar del todo.

A mí en particular me interesaba mucho esta bajadita o, como dice el subtítulo de mi libro, encontrar una historia. Yo tengo una cantidad tremenda de material. Es una tonelada. De ese material elegí partes que son las que están acá. Esas partes que componen la historia ya forman una subjetividad. Lo que cuento por mi parte son testimonios o cosas que leí. Eso por un lado. Luego claro, uno cuando habla con alguien no sabés hasta qué punto eso que está narrando es un invento o algo que efectivamente pasó. Soriano fabulaba mucho. Él compuso bastante su personaje. Algunas de las personas que hablan sobre él en particular también fabulaban, de modo que es un escritor que reivindicaba esto de construirse como personaje.

Soriano fabulaba mucho. Él compuso bastante su personaje. Algunas de las personas que hablan sobre él en particular también fabulaban, de modo que es un escritor que reivindicaba esto de construirse como personaje.

Ángel Berlanga

¿Tenía está tendencia a embellecer las historias, como hacía cuando hablaba del padre?

Viste que en algún tramo está dicho: “Yo no sé escribir aburrido. Apenas empiezo a ver que ésto está pesado, largo”. Yo creo que en función de esa narrativa, le pone sus condimentos. Yo no sé si el padre era tan parecido a Dashiell Hammett como él decía que era. Pero si lo decís, ya tenés un elemento de peso mucho más contundente. Creo que él ponía sus agregados para que la historia funcione. Lo he visto en muchos sitios. En un punto tiene que ver con su papel de narrador, de abrazarse a su papel más allá del detallecito de la historia, siempre y cuando no termine tergiversando todo el sentido. Lo hacía para llegar al interlocutor. Ese rol de fabulador que aparece a lo largo del libro lo retoman las primas, los compañeros de fútbol. Los compañeros en el diario decían que era todo un espectáculo ver cómo en la apertura que se armaban los sábados en La opinión, Soriano contaba sus historias. Eso lo ves a lo largo de muchos tramos de su vida con muchos testigos. Es algo innato que tiene él.

 ¿Tenés algún número aproximado de la cantidad de entrevistas o archivos que recopilaste?

En el libro figuran como unos ochenta entrevistados, pero debo haber hecho cien. Hay muchas entrevistas personales. Yo empecé la biografía hace diez años, pero juntaba materiales desde hace mucho tiempo, a lo mejor hace treinta años. Son esas cosas que uno hace por gusto. Es más: en la época del videocasete, por ejemplo, grababa entrevistas que aparecían en televisión. ¿Viste esas entrevistas que no están por ningún lado? Las tengo yo. Tengo infinidad de cosas. Para el laburo en sí, fui a la hemeroteca y a la Biblioteca Nacional y rastreé toda la obra periodística. Ahí me encontré con muchos materiales. Incluso el libro tenía una versión mucho más grande donde aparecían más referencias a esa obra periodística porque incluía qué pasaba en esa época. Él escribía muchas cosas al mismo tiempo. Un asesinato, alguna cuestión deportiva o alguna cuestión político-económica, que en esa versión aparecía contextualizada. Después está todo lo del exilio. Su mujer me permitió acceder a correspondencia, por ejemplo. Esa es otra de las vertientes del libro. También vi todos los pasaportes. Eso me ayudó mucho a establecer en qué momento, por ejemplo, se fue exactamente al exilio o en qué día volvió, y volvió a irse. Todos esos recorridos los pude establecer por los sellos de los pasaportes.

¿Cómo fue organizar todo ese material para el libro teniendo en cuenta lo que era cierto y lo que era mentira?

Eso fue todo un asunto y desde el principio fue una inquietud, porque pensaba: “Si esto una biografía tiene que ir con la premisa de la verdad». Pero en un momento renuncié a eso. Es muy difícil establecer la verdad. Muchas veces tiene distintas caras y depende de quién las interprete. Entonces por un lado me interesaba que la voz de él apareciera. No solamente las entrevistas de radio y televisión sino también las entrevistas gráficas. Por lo que renuncié a ponerme en investigador hasta las últimas consecuencias de cómo habían sido las cosas.

 ¿Cuál fue el aprendizaje que más te quedó de Soriano?

Primero la cuestión de abordar cualquier tema o muchos y a la vez tratar de ser entretenido para el lector. Yo creo que él ponía muy en práctica eso. Buscar ser entretenido y abrir una perspectiva para seguir indagando cuestiones. También, por una cuestión de estar tanto tiempo laburando sobre esto, y como él abarcó tantos temas, me aparecen situaciones que dialogan con cosas que escribió él. Por ejemplo, hoy por hoy las caracterizaciones que Soriano hacía de Menem las veo en Milei. Mil situaciones así vinculadas al fútbol, a la economía, a la prepotencia del fascismo, del poder económico. Pero es como le pasa a mi viejo, que es un español de 86 años que todo el tiempo le aparecen refranes para aplicar a cualquier situación. Bueno, a mi me aparecen posturas de Soriano (risas).

 ¿Lo seguís leyendo?

Lo leo, sí. Porque también el laburo hizo que descubriera otras dimensiones. Yo creo que muchas de sus novelas, no todas, obvio, siguen hablando y teniendo sentido. Exceden la mera historia que cuentan. Hablan muy fuertemente de la condición humana y de nuestra identidad. Ahora ya hace rato que no agarro una novela de nuevo, pero para este trabajo tuve que releer y me sigue gustando. Muchas veces pasa que cuando uno ve una película que ya viste no te sorprende, o el efecto es distinto. Pero en la lectura de Soriano aparecen otras cosas. Aguanta. Resiste.

¿Quien garantizará la paridad de género en los medios?

¿Quien garantizará la paridad de género en los medios?

Ahora que se reglamentó la Ley de Paridad de Género en los medios resulta necesario seguirla de cerca para que se cumpla. El rol del Ministerio de Trabajo y los gremios en las paritarias y de la universidad en el monitoreo.

El pasado 7 de junio, en un nuevo aniversario del Día del Periodista, el Boletín Oficial dio aviso de la reglamentación de la Ley 27.635 de Equidad de Género en los Servicios de Comunicación. Su sanción concibe una perspectiva de diversidad sexual para servicios tanto de gestión privada como estatal, con una representación base de 1% de personas travestis, transexuales, transgéneros e intersex.

Esta medida tuvo su inicio con proyectos presentados por las funcionarias del Frente de Todos (FdT) Norma Durango, Gisella Marziotta y Mónica Macha, junto a un pedido que involucra redes de periodistas, comunicadoras y gremios de trabajadores de medios en su búsqueda por reconocer en igualdad de condiciones a las tareas profesionales de las mujeres y diversidades.


Foro y gremios para la reglamentación

 

Para esta iniciativa –desde la misma aprobación de la ley en 2021– ya opera un Foro Federal con más de 80 organizaciones que coordina virtualmente provincia a provincia las demandas locales. “Es una ley que nos agarra muy organizadas, con mucho trabajo en común. Tuvimos que evitar que no quede en maquillaje. Hacer de esto una concientización no es de palabra, es de acto. Creemos que va a tener impacto en que el respeto, la dignidad, el trabajar en un ambiente libre de violencias es posible”, sostiene Claudia Acuña, fundadora de Periodistas Argentinas. 

Un elemento clave será la participación de los gremios, ya que regularán los ámbitos de trabajo para la aplicación de la reglamentación de la ley: entre los implicados, figuran los de prensa –Fatpren y Sipreba– como así también la multisectorial audiovisual, compuesta por más de 20 sindicatos de operadoras, locutoras, camarografas, editoras, guionistas, entre otras. Además  del sindicato de televisión Satsaid.

La autoridad de aplicación es el Ministerio de Trabajo. Al respecto Larisa Kejval, directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA y copartícipe en la redacción de la ley, refiere: “Ese es un logro, porque es el actor estatal que tiene capacidad de diálogo a partir de los acuerdos paritarios tanto con los gremios como con las empresas mediáticas. Ingresos, protocolos para el abordaje de las violencias en los espacios, cupo trans, salas de lactancias, regímenes de licencia. Cuando hablamos de equidad, hablamos de todas esas cosas, no solo de que ‘haya más mujeres’”.

Recientemente, Sipreba firmó un convenio con el Bachillerato Mocha Celis para acercar su actividad a las compañeras cobijadas por la escuela. Micaela Polak, secretaria de Género del sindicato, afirma al respecto: “Porque esas compañeras no tienen una visión de lo que pueden hacer más allá de la prostitucion. ¿De qué equidad estamos hablando si las diversidades no pueden siquiera acceder a pensar en eso? Hay un montón de maneras de las que son expulsadas. Lo que hace la reglamentación es enfocarse en lo que hay y tratar de que sean empresas las que vayan a Mocha Celis”.

Qué pasa con los salarios

“Respetar las cuotas de equidad implica el reconocimiento de las categorías salariales que corresponden y no se dan. Por eso es importante que la implementación de la ley esté en manos de las organizaciones gremiales, que van a trabajar con estos temas con la seriedad que requiere esta situación”, sostiene Acuña. “Es importante –agrega– enchufarlo a las paritarias, conectar que cuando se sienten a discutir salarios nadie se sienta desplazado, hombres, mujeres y trans”.

Según la Encuesta Integral 2023 de Sipreba, la presencia de mujeres aumenta en las ramas con mayor precariedad y escasea en aquellas con mejores condiciones laborales: es el caso de la radio con un 57% de mujers, trabajos freelance con un 52% y prensa escrita con un 33%, mientras por su parte, en televisión el porcentaje es apenas del 30%.

Al mismo tiempo, juegan un papel especial las tareas de cuidado en el hogar, dentro de las cuales un 48% de mujeres se sienten “muy afectadas” contra un 38% de varones, dentro de los trabajadores de prensa encuestados.

Polak sostiene que “en radio, no hay jefas mujeres y somos más que varones, justo la rama que peor paga. Hay paridad de operadoras y ninguna accede a un cargo de jefatura, esas compañeras se tendrían que quedar dos horas más para ejercer pero tenés la tarea de cuidado en tu casa que no te permite quedarte. Eso es una dinámica social que depende también de las empresas”. Además de las tareas de cuidado, una posible razón a la dificultad de acceso de mujeres a cargos de tomas de decisiones para Polak está en que “hay una división sexual del trabajo instalada que tiene que ver con quela maquinaria la operan los varones”.

Las universidades: roles y desafíos

¿Cómo se expresan las desigualdades? y ¿cuál es el punto de partida y cómo la implementación de la ley va permitiendo transformarlo? Son algunas de las preguntas que se hace Kejval, quien cree que las universidades, dentro de esta medida, pueden aportar a “los procesos formativos y seguir profundizando en la reflexión de cómo estos se llevan adelante” en las casas de estudio, en tanto agrega que “no sólo enseñamos sino que articulamos con otras organizaciones en las tareas de extensión”.

Por su parte, las universidades nacionales cuentan con medios propios como radios o canales de televisión y desde el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales se aprobó recientemente una resolución donde llama al Consejo Superior de la UBA a adherir a la reglamentación. Kejval, quien ve como “un desafío” a esta adhesión en los establecimientos educativos, indica: “Creemos que tiene que haber una apropiación, no somos ajenos, estamos haciendo un llamamiento”. 

“Nosotras somos actoras políticas que pugnamos por la democratización de las comunicaciones y políticas comunicacionales sin desigualdades de género, en términos de una sociedad más justa”, concluye Kejval. Sobre la Ley, Acuña expresa: “Necesitamos que se la enseñe y que haya un observatorio que monitoree la aplicación en cada región. Por eso es muy importante el rol de la universidad, porque nos permitiría meterle presión al control y que a su vez se creen otras pautas de monitoreos de medios que no son sólo las cuestiones a los géneros sino también a los salarios”.

De cara al 31 de agosto se harán tres foros para terminar de trabajar sobre los puntos de la Ley para su implementación, con la elaboración por parte del Ministerio de Trabajo de un registro de medios privados que la vayan a incorporar.