Por Luz Rodríguez
Fotografía: Lina Etchesuri

Ahora que se reglamentó la Ley de Paridad de Género en los medios resulta necesario seguirla de cerca para que se cumpla. El rol del Ministerio de Trabajo y los gremios en las paritarias y de la universidad en el monitoreo.

El pasado 7 de junio, en un nuevo aniversario del Día del Periodista, el Boletín Oficial dio aviso de la reglamentación de la Ley 27.635 de Equidad de Género en los Servicios de Comunicación. Su sanción concibe una perspectiva de diversidad sexual para servicios tanto de gestión privada como estatal, con una representación base de 1% de personas travestis, transexuales, transgéneros e intersex.

Esta medida tuvo su inicio con proyectos presentados por las funcionarias del Frente de Todos (FdT) Norma Durango, Gisella Marziotta y Mónica Macha, junto a un pedido que involucra redes de periodistas, comunicadoras y gremios de trabajadores de medios en su búsqueda por reconocer en igualdad de condiciones a las tareas profesionales de las mujeres y diversidades.


Foro y gremios para la reglamentación

 

Para esta iniciativa –desde la misma aprobación de la ley en 2021– ya opera un Foro Federal con más de 80 organizaciones que coordina virtualmente provincia a provincia las demandas locales. “Es una ley que nos agarra muy organizadas, con mucho trabajo en común. Tuvimos que evitar que no quede en maquillaje. Hacer de esto una concientización no es de palabra, es de acto. Creemos que va a tener impacto en que el respeto, la dignidad, el trabajar en un ambiente libre de violencias es posible”, sostiene Claudia Acuña, fundadora de Periodistas Argentinas. 

Un elemento clave será la participación de los gremios, ya que regularán los ámbitos de trabajo para la aplicación de la reglamentación de la ley: entre los implicados, figuran los de prensa –Fatpren y Sipreba– como así también la multisectorial audiovisual, compuesta por más de 20 sindicatos de operadoras, locutoras, camarografas, editoras, guionistas, entre otras. Además  del sindicato de televisión Satsaid.

La autoridad de aplicación es el Ministerio de Trabajo. Al respecto Larisa Kejval, directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA y copartícipe en la redacción de la ley, refiere: “Ese es un logro, porque es el actor estatal que tiene capacidad de diálogo a partir de los acuerdos paritarios tanto con los gremios como con las empresas mediáticas. Ingresos, protocolos para el abordaje de las violencias en los espacios, cupo trans, salas de lactancias, regímenes de licencia. Cuando hablamos de equidad, hablamos de todas esas cosas, no solo de que ‘haya más mujeres’”.

Recientemente, Sipreba firmó un convenio con el Bachillerato Mocha Celis para acercar su actividad a las compañeras cobijadas por la escuela. Micaela Polak, secretaria de Género del sindicato, afirma al respecto: “Porque esas compañeras no tienen una visión de lo que pueden hacer más allá de la prostitucion. ¿De qué equidad estamos hablando si las diversidades no pueden siquiera acceder a pensar en eso? Hay un montón de maneras de las que son expulsadas. Lo que hace la reglamentación es enfocarse en lo que hay y tratar de que sean empresas las que vayan a Mocha Celis”.

Qué pasa con los salarios

“Respetar las cuotas de equidad implica el reconocimiento de las categorías salariales que corresponden y no se dan. Por eso es importante que la implementación de la ley esté en manos de las organizaciones gremiales, que van a trabajar con estos temas con la seriedad que requiere esta situación”, sostiene Acuña. “Es importante –agrega– enchufarlo a las paritarias, conectar que cuando se sienten a discutir salarios nadie se sienta desplazado, hombres, mujeres y trans”.

Según la Encuesta Integral 2023 de Sipreba, la presencia de mujeres aumenta en las ramas con mayor precariedad y escasea en aquellas con mejores condiciones laborales: es el caso de la radio con un 57% de mujers, trabajos freelance con un 52% y prensa escrita con un 33%, mientras por su parte, en televisión el porcentaje es apenas del 30%.

Al mismo tiempo, juegan un papel especial las tareas de cuidado en el hogar, dentro de las cuales un 48% de mujeres se sienten “muy afectadas” contra un 38% de varones, dentro de los trabajadores de prensa encuestados.

Polak sostiene que “en radio, no hay jefas mujeres y somos más que varones, justo la rama que peor paga. Hay paridad de operadoras y ninguna accede a un cargo de jefatura, esas compañeras se tendrían que quedar dos horas más para ejercer pero tenés la tarea de cuidado en tu casa que no te permite quedarte. Eso es una dinámica social que depende también de las empresas”. Además de las tareas de cuidado, una posible razón a la dificultad de acceso de mujeres a cargos de tomas de decisiones para Polak está en que “hay una división sexual del trabajo instalada que tiene que ver con quela maquinaria la operan los varones”.

Las universidades: roles y desafíos

¿Cómo se expresan las desigualdades? y ¿cuál es el punto de partida y cómo la implementación de la ley va permitiendo transformarlo? Son algunas de las preguntas que se hace Kejval, quien cree que las universidades, dentro de esta medida, pueden aportar a “los procesos formativos y seguir profundizando en la reflexión de cómo estos se llevan adelante” en las casas de estudio, en tanto agrega que “no sólo enseñamos sino que articulamos con otras organizaciones en las tareas de extensión”.

Por su parte, las universidades nacionales cuentan con medios propios como radios o canales de televisión y desde el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales se aprobó recientemente una resolución donde llama al Consejo Superior de la UBA a adherir a la reglamentación. Kejval, quien ve como “un desafío” a esta adhesión en los establecimientos educativos, indica: “Creemos que tiene que haber una apropiación, no somos ajenos, estamos haciendo un llamamiento”. 

“Nosotras somos actoras políticas que pugnamos por la democratización de las comunicaciones y políticas comunicacionales sin desigualdades de género, en términos de una sociedad más justa”, concluye Kejval. Sobre la Ley, Acuña expresa: “Necesitamos que se la enseñe y que haya un observatorio que monitoree la aplicación en cada región. Por eso es muy importante el rol de la universidad, porque nos permitiría meterle presión al control y que a su vez se creen otras pautas de monitoreos de medios que no son sólo las cuestiones a los géneros sino también a los salarios”.

De cara al 31 de agosto se harán tres foros para terminar de trabajar sobre los puntos de la Ley para su implementación, con la elaboración por parte del Ministerio de Trabajo de un registro de medios privados que la vayan a incorporar.