Díganle Ringo a la Estación Hospitales

Díganle Ringo a la Estación Hospitales

La Legislatura porteña aprobó colocarle el nombre del boxeador Ringo Bonavena a una estación de la Línea H del subterráneo. Este lunes se cumplen 47 años de su asesinato.

El 22 de mayo de 1976 fue asesinado en Estados Unidos el boxeador argentino de peso pesado Oscar Ringo Bonavena. En la antesala del aniversario 47° de su muerte, la Legislatura porteña aprobó el proyecto de ley por el cual la estación de subte de la línea H “Hospitales”, llevará agregado el nombre “Ringo Bonavena”. El recuerdo de su familia, el periodismo y su vínculo inquebrantable con el barrio y Huracán.

Carismático, popular, mediático, boxeador, actor y cantante. Ringo construyó su fama más allá del cuadrilátero y supo conquistar el amor de la gente que lo siguió y lo acompañó hasta el último día de su vida. Padre de dos hijos; Adriana y Natalio. Hijo de Dominga y Vicente. Marido de Dora. Campeón argentino de peso pesado.

“Ringo era un padre difícil de llevar porque viajaba mucho y cuando estaba en Argentina estaba rodeado siempre de gente y eso es difícil de llevar porque no es una vida común, pero uno pudo afrontarlo y llevarlo adelante”, cuenta su hijo Natalio,  que pudo disfrutar tan solo hasta los 7 años a su padre..

Bonavena se inició como boxeador en 1957en el Club Atlético Huracán y en 1959 fue campeón amateur. Inició su carrera profesional en Estados Unidos en 1964, en el Madison Square Garden. En 1965, obtuvo el título argentino de pesos pesados en un enfrentamiento ante Gregorio Peralta. “Tenía ventaja porque Peralta era físicamente más chico que él; ganó bien, pero con un Peralta que no estaba físicamente a su altura”, analiza el histórico periodista de boxeo argentino Carlos Irusta.

Su pelea más recordada es frente a Muhammad Ali en el Madison Square Garden el 7 de diciembre de 1970. “Con Muhammad Ali hizo una muy buena pelea más allá de que ya había perdido claramente antes del nocaut técnico”, agrega Irusta. Ese día se disputó la corona mundial y la televisión nacional se paralizó para ver el hecho histórico a pesar de la derrota del representante argentino.

 “Con el periodismo se llevaba bien, jamás decía que no a una nota y siempre tenía una ocurrencia y una frase diferente para decir. Era muy amigo de los fotógrafos porque le gustaban las fotos excéntricas”, explica Irusta. Además, Ringo participó de distintos programas de televisión, películas, una temporada del teatro de revistas y se animó a cantar el hit de Palito Ortega, Pío Pio Pa.

Ringuito cuenta que de su papá solo vio dos peleas: “Una era de exhibición en Lobos, peleó con cuatro boxeadores distintos, nos reímos y la pasamos bárbaro. Después lo vi pelear en la última que hizo en el Luna Park con Raúl Gorosito. Ese día la pasé muy mal porque me daba cuenta que era una pelea de verdad. Me hizo llorar y estaba con miedo”.

Su último enfrentamiento oficial fue con Billy Joiner, pero ya fuera del país. De esta manera, en su carrera cosechó 58 peleas ganadas (44 por knock out), nueve derrotas y un empate. “Mi papá sabía que iba a ganar siempre todas las peleas, él nunca se subió a ningún ring pensando que podía llegar a perder. Era un tipo ganador que iba para adelante”, recuerda.

El 22 de mayo de 1976 fue asesinado de un disparo por un guardaespaldas del burdel y casino Mustang Ranch, en Nevada. Ringuito tenía 7 años, pero no se olvida de ese día: “Estaba en la calle jugando a la pelota, y había un sereno que estaba escuchando la radio y dicen ´Mataron a Bonavena´ y yo pensaba que era imposible, pero cuando la veo a mi mamá que viene llorando me di cuenta que algo había pasado con mi papá”, relata.

 

El cuerpo de Bonavena fue velado en el estadio Luna Park, donde fue despedido por unas 150.000 personas, y luego fue sepultado en el cementerio porteño de la Chacarita.   “Ahora lo recuerdo siempre con alegría, pero en un momento fue triste. Fue un duelo que se hizo bastante largo, pero pude asimilarlo. Antes solía hacerse una misa en el aniversario de su muerte, pero ahora me quedo con el recuerdo del corazón y con anécdotas de gente que lo conoció y me las viene a compartir”, rememora Natalio, dueño de un restaurante junto a su hermana Adriana

“Patio Funes -así se llama el local- surge en la idea de dos amigos en época de pandemia, queríamos abrir un bar de vinos en Parque Patricios. Cuando vine a conocerlo era un lugar que estaba destruido, pero el alma del lugar era magnífico, hermoso”, dice y reconoce que entre sus platos hay algunos secretos: “Los ravioles son los de Doña Dominga, es la receta de mi abuela”.

 

Del barrio de Parque Patricios

Oscar Bonavena era hincha fanático del Club Atlético Huracán y para el club de Parque Patricios es considerado un ídolo. Así lo demuestra el recuerdo latente de sus hinchas, la tribuna popular local del estadio Tomás Adolfo Ducó que lleva su nombre y su imponente estatua que reposa sentado y con el torso denudo en la platea, recreando la histórica foto que le sacaron con Muhammad Alí.

“Somos del barrio de la Quema, somos del barrio de Ringo Bonavena”, dice la canción que entonan en la popular. Es que el boxeador no se olvidó nunca de su querido Parque Patricios y los vecinos tampoco de él.

El pasado 11 de mayo la Legislatura aprobó el proyecto de ley por el cual la estación de subte de la Línea H –hasta ahora“Hospitales”-, también llevará el nombre del ídolo popular. La iniciativa fue impulsada por los vecinos del barrio, socios, hinchas y comisión directiva de Huracán, familiares de Ringo y actores políticos: Logramos presentarlo en la Legislatura con el acompañamiento de los legisladores Javier Andrade, Maia Daer y el apoyo de la bancada del Frente de Todos”, reconoce el presidente de la Comuna 4 Ignacio Álvarez.

 “Fue importante lo de la estación de subte, porque en el último tiempo hubo muchos cambios en el barrio a nivel estructural, se instalaron muchas empresas y nunca se contempló en todo eso nuestra identidad. Ahora toda esa gente que transite el barrio va a tener que bajarse en la estación Ringo Bonavena y por lo menos van a tener presente a uno de los ídolos del barrio, nos pone contentos y creemos que es una forma de saldar una deuda”, reflexionó el referente del centro barrial y cultural La Bonavena,  Leandro Moreno que acompañó el proyecto en representación de los vecinos e hinchas de Huracán.

Por su parte, el diputado Javier Andrade explicó que el proyecto es una forma de que Ringo permanezca en el barrio y resaltó la importancia de construir identidad a partir de esto: “Siempre estamos en esa búsqueda de la identidad barrial porque es una fibra que nos da la posibilidad de generar lazos. Es una manera de rescatar no solo cosas del presente, sino del pasado, es algo que nos constituye y esa identidad es colectiva y trasciende lo personal”.

Maia Daer, a su vez, señaló que “tiene que ver con lo que sienten los vecinos con el club. Parque Patricios fue nombrado en un montón de lugares del mundo por el solo hecho que tenía un boxeador que iba vendiendo su lugar de origen. Eso te daba una identidad y genera que al día de hoy todo el mundo que transite el barrio entienda que Ringo es Parque Patricios y no puede separarse esa parte histórica”.

Por último, anticipó que, cuando sea  la inauguración oficial del nuevo nombre de la estación, van  a hacer “una muestra que visibilice esto como un show que tenga que ver con Bonavena y la cultura del barrio”.

«Iglesia y Estado, asuntos separados»

«Iglesia y Estado, asuntos separados»

Movimientos feministas realizaron un acto en la Legislatura porteña para exigir la baja del “0800 Vida”, la línea que entró en vigencia a partir de un convenio entre el Consejo Social de la Ciudad, liderado por Cynthia Hotton, y sectores de la Iglesia evangelista.

“Plena implementación de la Ley IVE” y el rechazo de “la injerencia eclesiástica en las políticas públicas” fueron las principales consignas mencionadas por las oradoras de grupos feministas que participaron del acto realizado el jueves último frente a la Legislatura porteña, para exigir la baja de la línea “0800 Vida”.

La línea entró en vigencia a partir de un convenio entre el Consejo Social de la Ciudad, liderado por Cynthia Hotton, y sectores de la Iglesia evangelista, lo que dejó expuesta la estrecha relación de esa iniciativa con sectores religiosos que repudian la ley. Entre las manifestantes que repudiaron esta asociación se encontraban Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo, y agrupaciones de mujeres como Isadora, Plenario de Trabajadoras, Juntas y a la Izquierda, Las Rojas y Pan y Rosas.

Para Mercedes Trimarchi, legisladora de la Ciudad por el Frente de Izquierda Unidad y dirigente de Isadora, el 0800 Vida “es un ataque” a la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y representa “una clara avanzada del sector más reaccionario”. Tratándose de un año electoral, advierte que es “una señal política para un sector atrasado de la sociedad”, y agrega: “Lo que no dicen es que quienes atienden son representantes de Ongs ligadas a las iglesias”.

Durante el acto, también se denunció que esta línea telefónica “busca llenar de culpa a las pibas. Genera confusión, culpa y desinformación. La persona gestante está muy vulnerable y puede creer cualquier cosa”, opina Agustina Alvarito, docente que asistió a la movilización y quien, además, propone hablar de “personas gestantes: No solo las mujeres abortan”, afirma.

Las promociones de la nueva línea telefónica dicen dirigirse a situaciones de “embarazos vulnerables”. De esta manera, se pretende que la decisión de ser madres debe sostenerse a partir de la aceptación de una ayuda económica. Virginia Rodríguez, miembro de la Red de Socorristas que acompañan a las personas en su decisión de abortar, reconoce que el hecho de carecer de recursos suma en la decisión de interrumpir el embarazo, pero que no es el motivo principal: “Subestiman nuestra capacidad de elegir sobre nuestros cuerpos, no tienen en cuenta que la decisión tiene que ver con el deseo”, explica, y asegura que el 0800 despliega un “hostigamiento” contra la persona que se comunica, contactándola desde distintos números “para evitar que pueda tomar una decisión pensando en su proyecto de vida”.

También se hizo énfasis en la escasa inversión en infraestructura y en la falta de capacitación de profesionales de la salud: “Faltan ecógrafos en todos lados. Tenemos un derecho que por ley es gratuito, pero en la práctica no es lo que sucede”, cuenta Virginia, y comenta que cuando la ecografía no la garantiza el Estado, el costo puede ser de hasta 5.500 pesos: “La gratuidad es algo relativo”, concluye.

Cerró el acto la tradicional batucada de las marchas feministas, luego de un pañuelazo bajo el reclamo: “Iglesia y Estado, asuntos separados”.

Prohíben bombardear Buenos Aires

Prohíben bombardear Buenos Aires

Un fallo judicial exigió al Gobierno de la Ciudad que deje de autorizar la demolición de edificios anteriores a 1941 para favorecer los desarrollos inmobiliarios.

El juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario Aurelio Ammirato dictó un fallo que prohíbe al Gobierno de la Ciudad seguir utilizando medidas de excepción para demoler edificios anteriores a 1941. También le solicita que evalúe las construcciones anteriores a esa fecha, una medida que protegería unos 141.000 edificios de Buenos Aires.
Este es el último capítulo de una historia que se inició en 2007 con el dictado de la Ley 2548, una Ley de Emergencia, motivada por la enorme cantidad de demoliciones que hubo en la ciudad. Esa orden fundamentaba el procedimiento de evaluación de los inmuebles antiguos. Sin embargo, en 2011 finalizó el plazo establecido de la Ley de Emergencia y cientos de edificios quedaron sin ser evaluados por el Gobierno de la Ciudad y, por lo tanto, desprotegidos.
Basta de Demoler, una Asociación Civil sin fines de lucro conformada por vecinos preocupados por la rapiña sobre el patrimonio urbanístico, junto al Observatorio del Derecho a la Ciudad, la Fundación Ciudad y SOS Caballito, son quienes iniciaron la causa que motivó el reciente fallo.
“Lo que viene a confirmar el fallo judicial es lo que nosotros estábamos pidiendo hace mucho tiempo: que se haga un catálogo donde se consulte a los vecinos y a diferentes entidades, a través del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales, y se decida qué edificios se van a conservar y tienen valor arquitectónico y cuáles edificios se pueden demoler”, explica Mauro Sbartiti, arquitecto y colaborador de Basta de Demoler. “La otra parte interesante del fallo es que se habían elegido 18.000 edificios y uno pensaría que eso es un avance, pero es solamente el 10%. Hay un proyecto de ley con edificios por cada comuna, pero esos proyectos de ley no los trataron porque no hay un interés político, entonces perdieron estado parlamentario. En resumen hay un limbo patrimonial, en donde esos 18.000 edificios que parece que estaban protegidos finalmente no lo están”.

¿Para qué sirve el fallo entonces?

Esperemos que sirva para volver a llamar la atención, para concientizar a los vecinos y para que finalmente los ciudadanos puedan decidir cómo va a ser su entorno. Nosotros no queremos que se conserve todo y que nuestra ciudad sea un museo donde no se pueda tocar nada. Hay muchas cosas que no tienen valor y que se pueden desarrollar. Pero hay muchas otras cosas que son súper valiosas y que se están perdiendo por decisiones muy mal tomadas.

 

¿Desde hace cuánto funciona Basta de Demoler?

La ONG la creó en el año 2007 Santiago Puzo. Él se había ido a estudiar al exterior y cuando volvió, vio todo su barrio muy cambiado y decidió armar Basta de Demoler a través de una cuenta de Yahoo. De ahí empezó a convocar a todos los vecinos del barrio de Recoleta y Palermo para ver qué era lo que se podía hacer con todo el patrimonio arquitectónico que se estaba demoliendo. Lo que nosotros tratamos de hacer es organizarnos con abogados y con gente que trabaja en la comunicación y en otras áreas de la sociedad para denunciar casos de irregularidad jurídica urbanística y de esa manera llamar la atención de la opinión pública y de las autoridades para que las cosas cambien.

 

¿Cuáles son hoy los principales conflictos?

El principal conflicto es la falsa idea de progreso, donde se piensa que construyendo todo de vuelta se van a solucionar los problemas de la gente y no es así. El código urbanístico históricamente, a medida que va pasando el tiempo, cada vez permite una mayor cantidad de construcción y en la Ciudad de Buenos Aires sigue viviendo la misma cantidad de gente desde mitad del siglo pasado, entonces no se entiende muy bien para quién se está construyendo. La lucha por el patrimonio histórico de nuestra ciudad expresa intereses inmobiliarios, la decisión siempre la toma el interés inmobiliario y no junto a un arquitecto o la propia gente del barrio que es como debería ser. Los vecinos son quienes deberían decidir cómo va a ser su barrio y su entorno, no la empresa inmobiliaria que quiere vender la mayor cantidad de metros cuadrados posible”.

 

¿Qué debería pasar para proteger el patrimonio histórico?

Entre las medidas que se podrían tomar, una sería que se cumpla la Ley de Comunas y la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, donde explicita que la ciudad tiene un gobierno con democracia participativa, donde todos los ciudadanos deberían intervenir en las decisiones de su entorno.

Sobran los motivos

Sobran los motivos

Docentes y maestros porteños marcharon hasta la Legislatura para protestar contra el ajuste educativo. La agenda de reclamos es grande: abandono en infraestructura, bajos salarios, desatención a la educación especial, viandas que no alimentan, falta de seguridad, entre otras cuestiones.

Bruno asiste a la Escuela Técnica Ingeniero Huergo y se unió a la movilización convocada por el Centro de Estudiantes Secundarios de Base (CEB) y gremiales docentes ayer, para exigir la desratización del colegio. Denuncia que desde que inició la problemática hace dos semanas, no hubo respuesta por parte del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de las advertencias, hasta que a un compañero lo mordió una rata y el hecho atrajo la atención de los medios: “Es medio raro que te digan que van a desratizar en un día, porque tienen que sacar los cuerpos y las heces, es un desastre”, comenta.

Los docentes que se movilizaron desde el Normal 1 hasta la Legislatura porteña, también hicieron referencia a las condiciones edilicias en las escuelas. Fernando Grisi, profesor del establecimiento punto de partida de la marcha, explicó que el colegio tiene clausurado su patio interno porque desde hace un año permanece una obra sin terminar, que genera la ruptura de vidrios que forman parte del techo. Por su parte, Silvina Cuello, delegada de Ademys, reclamó que hace dos años no funciona el ascensor en el Instituto de Enseñanza Superior Alicia Moreau de Justo, lugar al que asisten personas con movilidad reducida. Además, advierte sobre robos en el Instituto Superior del Profesorado Joaquín V González: “En 2017, como castigo por la lucha contra la Unicaba, nos quitaron la seguridad que tenían las Instituciones de Formación Docente”, denuncia.

La reapertura de paritarias fue el principal reclamo de los docentes. Con la suba que semanalmente presenta el índice de inflación, el salario de maestras y maestros cayó por debajo de la línea de pobreza: “En estos meses cobramos solamente un 14%, que cerró gracias a la burocracia sindical. La proyección de inflación era de 120% y ya fue superada por los problemas con el dólar”, afirmó Cuello. Además del Sindicato Ademys, estuvieron presentes la UTE (Unión de Trabajadores de la Educación), el PTS (Partido de Trabajadores Socialistas), Tribuna Docente y representantes de institutos de educación docente.

Frente a la Legislatura tuvo lugar un escenario en el que Maritza Rodríguez, madre de una persona con discapacidad mental grave, dio a conocer la situación de la educación especial en la Ciudad. Las Escuelas de Formación Integral sufrieron el recorte. Hoy los estudiantes deben culminar su formación a los 22 años, y allí se termina su posibilidad educativa: “No existe un proyecto para la formación permanente de un adulto con discapacidad. Los chicos quedaron recluidos en sus casas sin ninguna posibilidad de formarse en el sistema educativo”, explicó Eliana, mamá de Ignacio, un joven con trastorno de espectro autista. Además, señala que los y las estudiantes que egresan de las Escuelas de Formación no obtienen un título ni una acreditación de saberes: “No se habla ni se ve lo que pasa en la educación especial, y para nuestros hijos es necesaria. Necesitamos que el Estado esté presente”. Ambas madres mostraron su emoción por poder difundir la problemática, ya que aseguran que no se les cedió la palabra en marchas en las que participaron anteriormente: “Darle un lugar a la discapacidad les cuesta a todos”, concluyeron.

La mala calidad de las viandas que se entregan en las escuelas públicas también integró la agenda de la marcha. David, expresidente del Centro de Estudiantes del Normal 1, resaltó que existe una crisis económica. “Es necesario que estas viandas contengan a los pibes, porque hay estudiantes que vienen a consumir alimento además de a estudiar. La comida tiene que venir, ser de calidad y alcanzar para todos”, sentenció, en medio de cánticos y reclamos que se seguirán escuchando hasta que el gobierno porteño brinde una respuesta.

El fuego se hizo costumbre en Iron Mountain

El fuego se hizo costumbre en Iron Mountain

El depósito de Barracas de la empresa internacional dedicada a la custodia de archivos se volvió a incendiar. Fue a pocos días que se elevara a juicio oral la causa que investiga el siniestro de 2014, donde murieron diez bomberos.

Eran las dos de la tarde en el barrio de Barracas y los vecinos comenzaron a alarmarse por el olor a quemado que va tomando intensidad. Quince minutos más tarde el humo ya era evidente, el olor se volvió asfixiante y obligó a cerrar las ventanas. Al igual que en febrero de 2014, el galpón que ardía en llamas pertenece a la empresa Iron Mountain, “una compañía global dedicada a la custodia, protección y gestión de información y activos”, según su propia definición. No es la primera vez —ni la segunda— que la empresa experimenta un incendio. Uno de los abogados de las familias de los diez bomberos fallecidos hace nueve años, Javier Moral, señaló que la empresa “tendría en el mundo al menos seis o siete antecedentes de incendios, que todos comienzan con una ‘contingencia eléctrica’. Esto se llama en la jerga ‘incendio a pedido’”. Este nuevo episodio sucede cinco días después de una denuncia de vandalismo, y a doce de la elevación a juicio de la causa por la anterior deflagración.

El sonido de las sirenas de los bomberos voluntarios retumbaba en las calles. Sobre Melchor Gaspar de Jovellanos, entre Quinquela Martín y Coronel Salvadores el gran galpón de ladrillos, que ocupa casi una manzana entera, se incendia provocando llamaradas de casi 15 metros de altura. El depósito nunca dejó de funcionar porque sigue contando con habilitación de la Agencia Gubernamental de Control (AGC). Las causas del incendio de este lunes aún son desconocidas.

Liliana Baricola, hermana de una de las víctimas del siniestro de 2014, dijo a ANCCOM: “Me enteré de la noticia por medio del productor de la película documental En cumplimiento del deber y pensé que se trataba de algo en relación a eso. Pero cuando leí ‘nuevo incendio’ me dio mucha angustia, me retrotrajo a ese día. Es realmente angustiante, eran las mismas llamas de ese año”. En su opinión, al igual que el incendio anterior, fue intencional. “Esto está hecho a propósito para amedrentarnos a todos, incluso a los jueces porque esta es una cámara que no está dentro de Comodoro Py por lo que es una forma de apriete, de decirles que se tranquilicen y que esto no se va a resolver tan rápido. A mí me da lo mismo porque mi lucha personal no va a parar”, dijo Baricola a esta agencia. 

Como si fuera un déjà vu, los vecinos temieron por la seguridad de los bomberos y los civiles. El 5 de febrero de 2014 por la mañana, en el barrio se vivía la misma situación pero con un trágico final. Las llamas que comenzaron sobre la calle Azara se propagaron por todo el depósito y provocaron el derrumbe de una pared sobre la calle Jovellanos, cobrándose la vida de diez personas. Anahí Garnica, Damían Véliz, Eduardo Conesa, Juan Monticelli, Maximiliano Martínez, José Luis Méndez, Leonardo Day, Pedro Barícola, Sebastián Campos y Facundo Ambrosi. Esos son los nombres de las víctimas y sus rostros quedaron inmortalizados como los “Héroes de Barracas” en unos pequeños carteles ubicados en el lugar de los hechos. 

Casualmente, la semana pasada el tribunal recibió un escrito en el cual se aseguraba la vandalización del inmueble. En consecuencia, el abogado pidió “determinar lo sucedido, sus responsables, así como los daños y faltantes.” 

Por otra parte, hace diez días se había elevado a juicio oral y público la causa del incendio del 2014 en cuyos imputados incluyen a los directivos de Iron Mountain Christian Castiñeiras, Héctor García, Eduardo Sueyras Parra y Guillermo Lockhart y el empleado de seguridad Oscar Godoy; y funcionarios porteños Pedro Chapar, Roberto Chiesa, Gastón Laugle, Rafael Roldán, Jorge Papanicolau, Vanesa Berkowski, Ricardo Grunfeld, Norberto Ventura Sosa, Félix Lugo, Esther Moroni, Silvia Hers, Luis Cogo y Alberto Graciani.

La querella asegura que el incendio de 2014 fue intencional y que el empleado de seguridad apagó en reiteradas ocasiones el sistema de alarma que se activa para alertar de un incendio de forma temprana. También se han señalado las fallas gubernamentales para controlar el funcionamiento del depósito de la empresa norteamericana.

Por otro lado, Baricola mencionó la presentación de un proyecto por parte del bloque del Frente de Todos que busca lograr la expropiación de estos galpones para construir un espacio comunitario y de conmemoración. Incluso existe una escultura realizada y donada por un vecino que espera desde hace años encontrar un sitio para ser expuesta y apreciada. “Se trataría de un plaza conmemorativa y si bien es una iniciativa linda e interesante, es un poco difícil que se apruebe por parte de la Legislatura”, dice la mujer. 

En esta ocasión no hubo que lamentar víctimas aunque cerca de las 18 una pared cayó hacia Quinquela Martín provocando el destrozo de tres autos estacionados allí. El olor a quemado continuó molestando y perjudicando a los vecinos hasta entrada la noche. Las cenizas y los pequeños pedazos de papeles quemados invadieron el barrio y tiñeron calles y veredas de gris. La lluvia, junto al arduo trabajo de los bomberos, ayudó a mejorar y estabilizar la situación aunque las arterias que rodean al galpón continúan cortadas y controladas para mantener la seguridad de los peatones. El incendio, dicen los bomberos, está controlado. Pero extinguirlo, aseguran, demorará al menos dos semanas.