«El Conti no se toca»

«El Conti no se toca»

Miles y miles de personas rebalsaron el predio de la ex-Esma en defensa del centro cultural que allí funciona y de las políticas de memoria, verdad y justicia que el gobierno quiere desterrar. Manifestaciones artísticas, dirigentes de diversos espacios y gente de a pie se reunieron para repudiar el despido de 50 trabajdores y el ajuste en políticas derechos humanos.

Miles de personas se acercaron al festival contra el cierre del Centro Cultural Haroldo Conti. El secretario de Derechos Humanos Alberto Baños anunció el 31 de diciembre -horas antes del brindis de Año Nuevo- su cierre por «reestructuración». El 2 de enero los trabajadores fueron recibidos por la policía en las puertas del centro; 50 de los 79 empleados encontraron su nombre en la lista de despedidos, impidiéndoles el ingreso al establecimiento.

El ajustazo contra las políticas de Memoria, Verdad y Justicia sigue en avance. Una vez más, el espacio de memoria ex-Esma recibió el impacto del gobierno de Javier Milei: en solo una semana, se puso en duda la continuidad del Archivo Nacional de la Memoria y se anunció el cierre -por una reestructuración que nadie sabe en qué consiste- para el Centro Cultural Haroldo Conti. Ante tal conmoción, miles de personas caminaron por la avenida Libertador para encontrarse con otras miles en el festival en contra de su cese. A las 18 horas, puntual a su convocatoria, el predio ya estaba repleto; pero una vasta murga afro consiguió hacerse lugar para su performance. La marcha bailable de su candombe llevó a los presentes al frente del escenario. Comienzó el acto.

Son alrededor de 50 artistas y oradores convocados para defender la Memoria. El Tata Cedrón, quien inauguró el acto con un sentido tango, se siente honrado de haber conocido a Haroldo Conti: «Un tipo humano, tierno, solidario, se lo veía en la cara. Mi hermano vio cuando se lo llevaron los militares, lo extraño mucho. Ningún otro podría haber tenido el honor de cargar el nombre de este centro cultural».

El Haroldo Conti es un espacio que permite una enorme diversidad y expresividad artística, pero forma parte de una conquista histórica de la sociedad civil, de décadas de lucha colectiva. Para Damián Lamanna Guiñazú, trabajador de hace 13 años, detrás del Conti hay algo más grande: «Es un espacio que se lo apropió la comunidad, la memoria colectiva, y cuando digo memoria me refiero a muchas memorias haciendo fuerza para consolidar algo. En el Conti pasan y pasaron artistas de todas las generaciones, en el Archivo Nacional de la Memoria se guardan testimonios del bombardeo del 55, los testimonios de las travestis cagadas a palos por la policía en los ochenta, los testimonios de la dictadura… Son todas las memorias las que conviven acá, no solo las de los setenta. Cerrar este espacio es un abuso para todos, pero en momentos donde las cosas se ponen feas, la fuerza de la comunidad florece».

La Orquesta Andina del SUTEBA de Lomas entonó el Himno Nacional. La versión no necesitó más de tres instrumentos para ser igual de imponente, con una flauta de madera y un siku que guiaban la melodía que avanzaba lenta, pausada, emotiva, alcanzando todos los rincones. Los presentes cantaron casi en susurro, como conectados; hasta que llegó el “Sean eternos los laureles que supimos conseguir” a todo pulmón. Los retoños de la comunidad floreciente. 

Mientras la música continuaba, en el predio también había una feria de emprendedores con de todo: stickers, libretas, serigrafía, hasta salames y quesos. Una mujer mayor sin puesto caminaba y ofrecía sus llaveros con forma de pañuelo por 2.500 pesos a todo aquel que se le cruzaba. Cada tanto también se echaba una cuclilla difícil de mantener para enseñar su mercadería a quienes estaban sentados. La jubilación no permite perder oportunidades de venta. 

Paula Fernandez es otra de las despedidas del Centro. Trabajó allí 15 años, desde que se creó el espacio. Cuenta que el viernes 26 de diciembre comenzaron a llegar los telegramas para sus compañeros. Aunque todavía no llegó el suyo, lo espera, porque sabe que los trabajadores de contratación bajo la denominación llamada en la jerga interna ACARA fueron todos despedidos. De una plantilla de 79 personas, en el Conti quedaron alrededor de 30. También, fue de las que no adhirió al extorsivo retiro voluntario; planeaba trabajar allí toda su vida.

 

—Gracias al Conti soy orgullosamente estatal. No lo cambio por nada- dice.

 

Entre la multitud, de repente, se hizo una gran ronda, impensada de lograr por el poco espacio que había. Es que el grupo circense de más de 20 personas que hizo su sorpresiva aparición para compartir un pequeño show en medio de toda la comunidad. Los payasos, malabaristas y bailarines hicieron sus gracias al son de un clarinete y una trompeta. Colmados de ovaciones al final, dieron el grito por los 30 mil desaparecidos presentes, junto a la respuesta y los puños en alto del público, con la misma fuerza de los aplausos del cierre. ¿Cómo es que dentro de la diversión y el disfrute se encuentra una causa tan potente? Los trabajadores del Conti lo saben muy bien: la cultura no está exenta de la memoria. O mejor dicho, la memoria está en la cultura. Que el Conti esté dentro de uno de los centros de detención y tortura clandestinos más grandes de latinoamérica es la manera de combatir el olvido de nuestra historia, porque un pueblo sin memoria está condenado a repetirla.

Es por eso que el predio de la ex-Esma estaba enteramente saturado. El bar de la agrupación H.I.J.O.S estaba repleto de personas riendo bajo los farolitos colgados en los árboles; los niños aprovechaban el extenso estacionamiento frente a la Secretaría de Derechos Humanos para unos pases largos con la pelota o para darse enviones eternos en el monopatín. “Papá, ¿qué hace el señor con esas fotos?”, preguntaba un curioso sobre el cartel de Néstor bajando el cuadro de Videla del Colegio Militar. Marina y Gustavo también vinieron con su hijita de 6 años: «Ella sabe, hace preguntas y le contamos para que entienda. La otra vez quiso saber qué es un desaparecido. Nosotros vamos todos los 24 de marzo, el jardín público también cuenta sobre este momento a su manera. El tema está presente y ella hace preguntas porque quiere saber». 

Finalmente, llegó la noche. Los organizadores comenzaron a repartir vasos de plástico y velas para hacer pequeñas antorchas mientras Tati Almeida tomaba el micrófono. El enojo se le sentía en la voz, lista para un “mano a mano” con Milei y Villarruel: «Yo quisiera preguntarles en la cara si están de acuerdo con sus amigos genocidas de haber tirado al río a tantos hijos nuestros en ese avión que recuperamos», mientras señalaba al Skyvan PA-51 en medio del predio, utilizado para los vuelos de la muerte. Pero el odio del gobierno no terminó por cegarla: “Las velas son para alumbrar el camino que vamos a continuar”.

La noche avanzaba igual que la lista de quienes tomaban el micrófono y las tablas para mostrar su apoyo y compromiso contra el cierre del Conti, y contra todo el intento de barrer la memoria de un pueblo entero. Desde Liliana Herrero hasta la Asociación Mocha Celis, desde el folcklore convocante hasta la cumbia conquistante, el mensaje fue el mismo: los desaparecidos están presentes y depende de nuestra lucha mantener vivo su recuerdo. Como dijo Nana Gónzalez, trabajadora del Centro y delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), «Seguiremos convocando». Porque una vez que el fuego de la memoria arde, es muy difícil apagarlo.

Las comunidades Buenuleo y Los Alerces a punto de ser desalojadas

Las comunidades Buenuleo y Los Alerces a punto de ser desalojadas

El cambio de política gubernamental sobre los derechos de los pueblos originarios comienza a tener impacto directo en las comunidades.

El entonces subsecretario de Articulación de Seguridad del gobierno de Alberto Fernández, Gabriel Fuks, el día en que el Estado había firmado el acuerdo con la comunidad de Buenuleo.

Comunidades mapuche afirman que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) comenzó a actuar a favor de las empresas y en su contra. Además, a nivel oficial se frenó el relevamiento territorial que el INAI venía realizando y ese organismo dejó de hacerse presente en las audiencias judiciales. En este contexto, las comunidades Buenuleo y Pailako están a punto de ser desalojadas.

Quien hoy está al frente del INAI es Claudio Avruj, exdirector ejecutivo de la Delegación de Asociaciones Israelitas de Argentina (DAIA) entre 1995 y 2007 y secretario de Derechos Humanos en el gobierno de Mauricio Macri (2015 – 2019). El INAI conducido por Avruj no está cumpliendo con la tarea para la que se creó: “la defensa de los derechos indígenas frente a lo que el Estado argentino tiene responsabilidad internacional”.

En la provincia de Río Negro, el INAI dio de baja la resolución que reconocía a la lof Che Buenuleo. En 2020, durante el gobierno de Alberto Fernández, esta comunidad fue relevada y reconocida en base a la Ley 26.160 por el mismo ente que hoy la niega. En la resolución del 21 de septiembre del 2020, el INAI había reconocido la ocupación actual, tradicional y pública de la Comunidad Lof Che Buenuleo sobre 481 hectáreas en la zona del cerro Ventana, en Bariloche. 

Los ancestros de los Buenuleo habitan allí en Bariloche desde 1880, sin embargo en un reciente juicio sus integrantes fueron condenados por usurpar esas tierras. La sentencia sostiene penas de prisión en suspenso sobre Ramino y Rosa Buenuleo, Lucas Dinamarca, Sandra Ferman y Nahuel Maliqueo, integrantes de la Lof Buenuleo, por delito de usurpación. En este cerro nace el arroyo Ñireco, del que proviene el agua potable de la que se sirve la ciudad de Bariloche. En conversación con ANCCOM, el longko Mauro Millán explicó que si bien la persecución por sobre las tierras en este gobierno se incrementó, es puntualmente por las tierras con nacientes de ríos en donde la cuestión se violenta aún más. 

En 2019, Millán participó de una ceremonia en la Lof Buenuleo, y ese día el empresario que reclama las tierras, Emilio Friedrich, envió una patota armada. Cuando acudió la policía y el Ministerio Público Fiscal en lugar de tomarles declaración por la agresión que habían sufrido, les tomaron sus datos para luego imputarlos en la causa por usurpación que inició Friedrich. En los proximos dias queda conocer el resultado de la audiencia que tuvo lugar esta semana para impugnar la sentencia. El Tribunal de Impugnación de Río Negro decidirá si se procederá o no con el desalojo. En el caso Buenuleo, además de la defensa de sus tierras ancestrales, la lengua mapudungun y las prácticas tradicionales, hay un trasfondo ecológico por los recursos naturales estratégicos para Bariloche.

Así en Río Negro como en Chubut

El 25 de noviembre la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia rechazó la presentación de la Lof Pailako Mew en defensa de su derecho a las tierras ancestrales en el Parque Nacional Los Alerces. En esta ocasión, la Lof presentó un recurso extraordinario para evitar el inminente desalojo que ordenaría en breve el juez federal Guido Otranto, por una denuncia del presidente de Parques Nacionales, Cristian Larsen.

En paralelo a ese fallo, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich anticipó que el gobierno impulsará la derogación de la Ley 26.160 de Relevamiento Territorial de las Comunidades Indígenas de manera definitiva. Esta ley es la que ampara a las comunidades originarias de no ser desalojadas, aunque el territorio no esté relevado ni reconocido por el Estado. En comunicación con ANCCOM, la periodista y activista por los derechos indígenas Gioia Claro explica que “ya hicieron una inspección anteriormente, y para el Estado y el Poder Judicial allí no hay niños, aunque en realidad sí”. Y destaca que “el propio presidente de Parques prometió desalojar a la Lof Pailako antes de fin de año”.

La ofensiva estatal contra esta comunidad queda expuesta al recordar que el gobernador de Chubut Ignacio Torres acusó, sin aportar evidencias, a miembros de la Lof Pailako de haber sido responsables de los incendios forestales que arrasaron miles de hectáreas de bosques el verano pasado.

Después de 18 años, comenzó el juicio por el asesinato de Otoño Uriarte

Después de 18 años, comenzó el juicio por el asesinato de Otoño Uriarte

La adolescente de 16 años había desaparecido en Río Negro en el trayecto que se paraba su escuela de su casa. Seis meses después se encontró su cuerpo. Ahora hay cuatro imputados.

En el fuero penal de Cipolletti dio comienzo el juicio por el secuestro y asesinato de Otoño Uriarte, ocurrido hace 18 años en la localidad rionegrina de Fernández Oro. La joven de 16 años fue vista por última vez con vida en el Puente de la Viña el 23 de octubre de 2006, cuando iba camino a su hogar, luego de finalizar su día escolar en el Centro Educación Media 14 donde practicaba voley. Otoño estuvo desaparecida hasta que se encontró su cuerpo sin vida el 24 de abril de 2007 en la usina de la zona conocida como El Treinta. Cuatro imputados están en el banquillo por este caso, que no está caratulado como femicidio porque esa figura fue incorporada a posteriori en el Código Penal, pero que fue un caso muy resonante en la provincia.

Con cuatro audiencias hasta la fecha, se prevé un juicio con 90 testigos hasta el 9 de diciembre, con cuatro imputados como autores materiales del crimen: Ángel Germán Antilaf, José Hiram Jafri, Ricardo Néstor Cau y Maximiliano Manuel Lago. Forman parte del tribunal que los juzgará  María Florencia Caruso Martín, Juan Pedro Puntel y Amorina Liliana Sánchez Merlo. La Fiscalía se encuentra representada por Teresa Giuffrida y la querella por la abogada Gabriela Prokopiw, en nombre de la familia Uriarte.

La bicicleta de Otoño había sido robada el día de su desaparición, lo que la obligó a volver a pie a su casa. El trayecto de dos kilómetros a su hogar tenía en su recorrido la vivienda de Néstor Cau, uno de los acusados. Según el círculo íntimo de Otoño, ella les había comentado que Cau, cuya hermana estudiaba en el mismo colegio, le gritaba obscenidades cada vez que pasaba, situación que la agobiaba. 

“Se fue con un noviecito” y “no se llevó ni el documento” eran algunos de los comentarios que el entonces subjefe de la Policía, Víctor Cufré, hacía cuando le preguntaban por el paradero de la joven desaparecida. Por aquel momento, Cufré lideraba la búsqueda junto con policías de la Brigada de Cipolletti y miembros de la Comisaría 26. Sin embargo, con el pasar de los días, la falta de noticias sobre Otoño continuaba. Además, los perros policías no lograban encontrar rastros de la adolescente más allá de la calle Kennedy, lo cual podría indicar que alguien se la llevó en un auto y la secuestró.

La investigación estuvo en un primer momento en manos de la exjueza María del Carmen García García y, debido a la gran cantidad de causas que tramitaba y a que estaba de turno permanente, cometió graves errores durante el proceso. Debido al retraso en las causas, García García fue luego destruida. También se supo que a la par de estos sucesos, Cufré y Víctor Hugo Sodero Nievas, presidente del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Río Negro en ese momento, se reunían con el padre de Otoño, Roberto Uriarte, sin dejarlo asentado en los expedientes. Luego de 18 años, aún se desconocen aspectos centrales tales como en qué auto fue secuestrada Otoño, dónde estuvo retenida o si fue abusada, aunque el hallazgo de vellos púbicos sobre el cadáver indicaría que sí. El proceso de investigación parece haber sido entorpecido por el poder político, con la ayuda del Poder Judicial, que cometió todo tipo de irregularidades en un intento de sofocar las repercusiones públicas. 

“El rol de la justicia fue estar ausente durante 18 años”, dice la abogada Gabriela Prokopiw.

“El rol de la justicia fue estar ausente durante 18 años”, comenta a ANCCOM la abogada Gabriela Prokopiw. “Cuando sean sentenciados los acusados por su responsabilidad material pediremos que se exhorte al Ministerio Publico Fiscal a reabrir una causa nueva para investigar las complicidades que llevaron a 18 años de impunidad y desolación”, agrega Prokopiw al referirse a una eventual causa Otoño II.

Si bien el expediente que ahora llegó a juicio se intentó archivar numerosas veces, finalmente se activó cuando pasó a manos de la fiscal roquense Teresa Giuffrida y la familia de Otoño cambió de representantes, con la incorporación de la abogada Prokopiw. Un día antes de la prescripción del caso, se logró su elevación a juicio, aunque no se acusa a los cuatro imputados de femicidio, ni tampoco, en un principio, de abuso sexual, sino de «privación ilegítima de la libertad agravado por duración prolongada, participación de más de tres personas, la minoría de edad de la víctima y el resultado de muerte».

“No se puede entablar una carátula de femicidio, porque el crimen de Otoño ocurrió antes de que existiera esta figura”, explica Prokopiw. Y continúa: “Aunque no se pueden aplicar leyes que hayan salido con posterioridad al hecho por el que se juzga al acusado, nosotros pedimos perpetua porque participaron más de tres personas y porque la víctima era menor de edad”.

 

Durante la segunda audiencia del juicio, una de las testigos, Inés Calmels, fue hostigada por el acusado Cau, con lo que la fiscalía y la querella reclamaron la prohibición de acercamiento por parte de los acusados hacia los testigos, a lo que el tribunal accedió. La defensa argumentó que Cau tenía un problema de adicción a la bebida, razón por la que agredió a Calmels. Tanto para Cau, Jafri y Lagos, el tribunal además advirtió que en caso de incumplir con la prohibición de acercamiento, podrían imponerles prisión preventiva. También declaró Federico Saavedra, quien era la pareja de Otoño en el momento y fue la última persona en verla con vida. Además, varios testigos resaltaron la desaparición de la bicicleta de Otoño el día de su secuestro, lo que la obligó a ir a pie hasta su casa, trayecto en el que se cree fue interceptada. 

En el tercer encuentro, la audiencia debió pasar a un cuarto intermedio ya que el acusado Lagos tenía un turno médico impostergable. El acusado, además, se había dormido dos veces durante la audiencia del día anterior. El primero en declarar fue Alfredo Ricardo Tejo, un comerciante que dice haber visto un vehículo blanco en un lugar inusual la noche de la desaparición. También afirmó que nunca antes había visto un auto en ese sitio y que inicialmente pensó que podría tratarse de una camioneta o combi. También declararon peritos policiales, y la defensa obligó al tribunal a pasar más de una vez a cuarto intermedio. Finalmente, la ausencia de uno de los testigos policiales, el comisario Ives Vallejos, clave en los primeros pasos de la investigación, se dio por motivos médicos. Si bien su declaración fue reprogramada para la semana siguiente, la querella acusó a la justicia de encubrimiento policial e ineficiencia judicial.

Para la cuarta audiencia, este viernes 29, se citó al médico forense Ismael Handam, quien realizó el primer examen al cuerpo y dijo no haber detectado lesiones visibles. Sin embargo, tras observar cortes en las prendas de la víctima, identificó una herida punzocortante en el hemitórax izquierdo que penetraba 7 cm en la cavidad torácica y probablemente había sido causada en vida. El cuerpo de Otoño había sido encontrado en avanzado estado de deterioro en un canal de riego, atrapado por una rama y rejas, sin masa muscular ni vísceras, lo que complicó el análisis forense. 

La fiscal y la querella sostienen que el cuerpo de Otoño fue enterrado inicialmente en otro lugar antes de ser trasladado al canal de riego donde se halló, por lo que los acusados planificaron y ejecutaron el secuestro, abuso y asesinato de la joven. “Estamos con la esperanza que ha mantenido la memoria de Otoño todos estos años, y buscamos por ella la verdad y la memoria, y para el pueblo la justicia, porque para Otoño no la hay: Justicia sería que Otoño estuviera viva”, agrega Prokopiw.

Marcha contra un gobierno misógino

Marcha contra un gobierno misógino

Impulsada por Ni Una Menos, se desarrolló la marcha por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Los reclamos se concentraron en el abandono por parte del Estado de las políticas de género por parte del gobierno de Javier Milei.

Cada 25 de noviembre se conmemora en el mundo entero el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Particularmente en Argentina, la convocatoria fue impulsada por el colectivo Ni Una Menos con una multitud que marchó desde Avenida de Mayo y 9 de Julio, hasta Plaza de Mayo, en donde previamente se realizaron actividades artísticas con el objetivo de visibilizar, prevenir y erradicar esta problemática.

Bajo el lema al unísono de  “vivas, libres, desendeudadas y sin hambre nos queremos” en conjunto con organizaciones políticas, sociales y sindicales feministas como la ATE, No matarás, Suteba, La Cámpora, Mumalá, Utep, Pan y Rosas, entre otras. El reclamo tuvo como eje el ajuste que sufrieron las políticas públicas de protección hacia la mujer durante el gobierno de Javier Milei en el 2024: el programa Acompañar disminuyó un 79% y la Línea 144 un 25%, marcando un registro de sólo el 12% de víctimas que han realizado una denuncia por violencia de género. Según Mumala, esta es la cifra más baja de los últimos cinco años.

Con un juicio popular simbólico con gigantografías de cartón personificados en Patricia Bullrich, Luis Caputo, Javier Milei y Sandra Pettovelo frente a Casa Rosada se dio por iniciado el acto. Según manifestantes y organizaciones, son los culpables de ser los “hambreadores del pueblo.”

En diálogo con ANCCOM, Eva Mieri, del Frente de Mujeres de la Cámpora, denunció que “son quienes están en las máximas autoridades del Gobierno nacional. El feminismo es el enemigo público de Javier Milei y de todo el gobierno. Pero nosotras desde nuestro lugar, estamos poniendo el cuerpo, la cabeza y el corazón, para seguir fortaleciendo las redes de solidaridad y sororidad en práctica política.” 

En igual medida Silvana Franco, secretaria General del gremio docente de la Universidad Nacional de las Artes, hizo referencia a “un gobierno machista y negacionista, que cree que el discurso de género es un invento ideológico.” Y agregó que  “es de ese discurso que las mayorías feministas y diversidades sexuales tenemos que mostrarnos como opositores”.

De espaldas a la Casa Rosada se abrió una pancarta, compuesta de rostros de 240 víctimas de femicidios, transfemicidios, travesticidios y lesbicidios durante el 2024. Con megáfonos, dos mujeres comenzaron a llamarlas por nombre y apellido mientras de entre las presentes, espontáneamente, una a una se tumbaban al piso.

Maira Carlos, de la Asociación de Docentes Artistas Investigadores, destacó que fue una manera de visibilizar “las muertes sistemáticas que se han consumado por falta de presencia del Estado en situaciones de violencia de género, con esto se quiso mostrar la multiplicidad de mujeres que pierden la vida por un estado ausente.”

También se concentró el reclamo por el retroceso en políticas de género y el acceso a derechos sexuales y reproductivos: se eliminó la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género; se redujo de 105 a 24 los Centros de Acceso a la Justicia (CAJ) ubicados en todo el país; se eliminó el programa de ayuda económica para personas trans; se paralizó la distribución de insumos esenciales a las provincias para garantizar la interrupción voluntaria del embarazo; se frenaron los procesos de licitación para la compra de Misoprostol y Mifepristona; se interrumpió la asignación presupuestaria al Plan de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA).

Mientras Argentina es el único país que vota en contra de la resolución que promueve la prevención de la violencia digital contra mujeres y niñas;  fuentes oficiales revelan que hay 1 femicidio cada 29 horas y 1 de cada 2 mujeres en pareja, sufre o sufrió violencia de género. 

Además, de cara al año 2025 todavía no se ha puesto en marcha un plan de acción a discutir en el Congreso de la Nación, para que se combata esta problemática estructural. Desde las organizaciones con la lectura del documento final, se dejó en claro que no estarían dispuestas a retroceder, porque “la lucha es ahora y en las calles”. 

Una contramuestra en Mar del Plata en defensa del cine nacional

Una contramuestra en Mar del Plata en defensa del cine nacional

En paralelo al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y en oposición a las medidas implementadas por la nueva Comisión Directiva del INCAA, se presenta Contracampo, que desea ser una espacio para imaginar un futuro distinto para la industria audiovisual.

Organizada por un grupo autoconvocado de directores, productores y críticos, Contracampose concibe como una acción en defensa del cine nacional. El encuentrose realiza entre el 22 y el 26 de noviembre –en paralelo al histórico Festival de Cine de Mar del Plata–, con sede en el Teatro Enrique Carreras de la ciudad balnearia.

Con películas de Martín Rejtman, Mariano Llinás y Diana Cardini, la grilla de Contracampo busca reflejar las diversas formas de producción que existen y su importancia para la construcción de una identidad compartida.“La formación de espectadores y el cultivo del deseo de las audiencias por ver cine nacional deberían ser una política de Estado y no sólo responsabilidad del sector audiovisual”, manifiestan los organizadores de la muestra.

La programación incluye 37 películas, producidas en diversas regiones del país y que pertenecen tanto al círculo independiente como al comercial. Se destacan El aroma del pasto recién cortado de Celina Murga, el documental Las formas de la invención de Maia Navas y el largometraje Breve Cielo de David José Kohon.

También se ofrece un recorrido histórico por las distintas etapas del cine nacional con la proyección de obras situadas en la época clásica, la renovación modernista de los años 60 y la posdictadura. “Buscamos demostrar que el pasado y el presente del cine argentino son igualmente valiosos e inseparables a la hora de pensar en su futuro”, expresan desde la organización. 

Con la idea de ofrecer un espacio de debate y recuperar discusiones acerca de lo que sucede dentro y fuera de las pantallas, Contracampo contará con actividades especiales de formación y reflexión. Los desafíos de la distribución, la reducción de la financiación, la sostenibilidad del cine independiente y la crisis del patrimonio audiovisual son algunos de los ejes que se abordarán en la librería El Gran Pez de “La Feliz” entre el 23 y el 26 de noviembre. 

Mientras tanto, la 39° edicióndel Festival de Cine de Mar del Plata, quese desarrollará hasta el 1 de diciembre,pondrá el foco en celebrar sus 70 años de historia. “El Festival sirve para participar en la construcción del cine argentino”, aseguró Gabriel Lerman, periodista y flamante director artístico del evento en diálogo con ANCCOM, tras la presentación oficial en el Cine Gaumont, de la ciudad de Buenos Aires.

La cartelera del único festival de cine clase A de Latinoaméricacuenta con la proyección de 125 títulos –75 menos que la última edición– y tiene por primera vez como país invitado a Japón. Entre las visitas internacionales sobresalen el cineasta canadiense Jason Reitman (ganador del Globo de Oro por Amor sin escalas), la actriz española Adriana Ugarte (El tiempo entre costuras) y la directora mexicana Fernanda Valadez (Sin señas particulares). También habrá lugar para homenajear el cine nacional con la proyección de clásicos como La treguade Sergio Renán a 50 años de su estreno, La Patagonia rebeldede Héctor Olivera y Boquitas pintadas de Leopoldo Torre Nilsson, a un siglo de su nacimiento.

Durante el evento, tendrá lugar la Competencia Argentina y Latinoamericana de corto y largometrajes en la que participarántítulos como 1978, de Nicolás y Luciano Onetti, Después del finalde Pablo César y Bailamos para no estar muertosde Lucía Benavente. En la Competencia Internacional, que contará con la presencia de la actriz colombiana Angie Cepeda y el director israelí Samuel Maozcomo miembros del jurado, se destacanA real pain del dramaturgo estadounidense Jesse Eisenberg y “There Was, There Was Not” de la armenia Emily Mkrtchian.

Otra propuestainteresante es la Competencia en Tránsito, en la que se presentan proyectos de largometrajes –tanto documentales como de ficción–que estén en proceso de realizacióny deseenobtener un aporte para poder finalizarlo. “Participamos en la construcción de cine argentino no sólo dándole un lugar de exhibición a las películas sino también con competencias para que las puedan terminar”, sostuvoLerman.

Consultado por ANCCOM respecto a los desafíos que enfrenta el sector audiovisual, en un contexto de desfinanciamiento por parte del Estado, Jorge Stamadianos, productor de cine y codirector del Festival,se mostró evasivo y consideró que “las realidades de producción cambiaron en todo el mundo” y que “es necesario tener conversaciones que contribuyan a sostener un cine que posee una marca muy importante a nivel mundial”.

Ahora bien,a diferencia de lo que sucede en el Festival de Mar del Plata, donde las localidades pueden llegar a costar hasta $4300, la muestra alternativa Contracampo ofrece entradas a $2500, un precio más accesible y en línea con el objetivo de democratizar el acceso al cine nacional.


La programación completa de Contracampo se puede ver en su página web. Las entradas se pueden adquirir en la boletería del Teatro Enrique Carreras (Entre Ríos 1824, Mar del Plata).

El día en que los pupitres fueron butacas

El día en que los pupitres fueron butacas

Como parte de su programa El Cine Argentino Va a las Escuelas, la Fundación DAC llevó el film “Gilda, no me arrepiento de este amor”, a una secundaria del partido de Moreno. Después de ver el film, pibes que no conocían una sala cinematográfica pudieron hablar con Lorena Muñoz, la directora de la película. Una historia de dos horas sin celular.

“Vi la peli entera y eso ya es un montón” dijo Mateo, un pibe de 16 años, cuando terminó la proyección de Gilda, no me arrepiento de este amor. En ese montón implicaba el logro de separarse por un rato del agobio que produce el celular. Permanecer sentado, quieto, concentrado y atento, en su propia escuela, pero que en ese momento era un cine. El pasado 1 de noviembre, el aula 10 de la Escuela Secundaria N°11 “Madres y Abuelas de Plaza de Mayo” de la localidad de Francisco Álvarez, Moreno, se convirtió en una sala de cine. Era una mañana calurosa de viernes, y todo transcurría con normalidad: en el patio, apenas se cruza el portón de rejas de la entrada, se desarrollaba una clase de educación física. A la izquierda de ellos, en unos bancos en ronda bajo unos árboles, otro grupo hablaba con su profesora sobre un trabajo pendiente y “papers”.

Antes de las 7 de la mañana, en la sede de DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) en Buenos Aires, ya se encontraban Lisa, Pedro, María y Malena -encargados de la producción de la actividad- acomodando de manera milimétrica en la camioneta todo lo que tenían que llevar. Proyector, parlantes, banners, computadora, pantallas y el fundamental agropol -un plastico negro que logra aislar todo rastro de luz en el espacio que oficie de sala-. Hace más de 10 años que la Fundación DAC recorre escuelas secundarias, en su mayoría públicas, donde nunca o muy pocas veces los estudiantes fueron al cine, y mucho menos a ver cine argentino. 

En el primer piso de la escuela, un largo pasillo conecta todos los salones. El pizarrón del aula 10 mostraba restos de una clase de educación sexual integral, y algo de Carlomagno. Los alumnos estaban en el recreo cuando empezó la transformación del lugar. Mientras Malena medía las ventanas y puertas para cubrir con el agropol, María y Pedro empezaron a armar las pantallas, el cablerío, el sonido y las luces. Algunos de los pibes que pasaban por el pasillo miraban con asombro lo que estaba sucediendo en el aula. Media hora después ya no era un salón más de cuatro por tres metros sino una sala de exhibición cinematográfica. 

La proyección era una actividad programada para los alumnos de 5º, pero se aprovecharon todos los lugarcitos, achicaron los espacios entre las sillas y tras la aprobación “entran, entran” de Lisa también pudieron sumarse algunos de 4º y 6º que querían asistir a la función. Entre jarras de jugo, tereré y galletitas los pibes se entrometieron en Gilda, en una especie de microclima dentro de la escuela. El calor de la mañana, casi 50 personas en un salón y la poca ventilación producto del agropol hizo necesaria una pequeña pausa. Todos regresaron al aula al horario pautado para seguir viendo la peli. Las icónicas canciones hacían inevitable bailotear un poco a quienes pasaban por el pasillo . 

A los acercamientos que la Fundación DAC propicia entre el cine argentino y alumnos de secundaria de todo el país, suman la presencia y el diálogo de alguien que haya sido parte de la película que proyectan: actor, director, productor, técnico, etcétera. Ese viernes en Moreno, cerca de las 12 del mediodía, los sorprendió en el aula Lorena Muñoz, la directora de Gilda. Mientras se proyectaban los créditos, todo oscuro, y al ritmo de la música, apareció Lorena en el aula, bailando e inundada de aplausos. 

Pese al cansancio, el amontonamiento y las casi dos horas que dura la película, los pibes decidieron que sus celulares podían esperar un rato más y se dedicaron a charlar y escuchar con atención a Lorena. Ella respondió preguntas: cómo es ser directora de cine, cuánto tiempo tardaron en hacer Gilda, si participó en el guión técnico, en el literario y si tuvo señales de Gilda. Fundamentalmente, Muñoz se posicionó como par de esos pibes, y les contó sobre su camino: “a mi me costaba la escuela, era mala alumna y no me podía concentrar, la pasé mal, sufrí bullying, tuve que rendir materias libre”.

Lorena, utilizando un ejemplo familiar, impulsó a los pibes sobre la fuerza que la juventud tiene para crear. Les contó que su hermana tenía un gran talento para dibujar, que todos le destacaban, pero que quién no lo dimensionaba era ella misma. “Todos tenemos un potencial creativo, y no debemos pensar en las imposibilidades, sino en lo que tenemos al alcance para hacer”, dijo Muñoz, y agregó que estaba terminando de filmar una película que se grabó casi toda con un celular.

“La escuela parecía otro lugar, además está recaro ir al cine, estuvo buenísima la experiencia”, expresó Thiago al salir del salón. Los jóvenes consumen muy poca cinematografía nacional, y si tienen la posibilidad económica de ir al cine eligen películas de acción, ficción, pero extranjera en gran mayoría. “El cine va a la escuela” fue para muchos de los chicos un fructífero primer acercamiento a la gran producción audiovisual argentina. Priscila, la docente que llenó el formulario de DAC para que visiten la media 11 de Moreno, comentó que al hablar con los alumnos antes de la proyección estaban muy entusiasmados con la propuesta y la visita de la directora. 

La Fundación DAC con “El cine va a la escuela” recorre hasta los lugares más recónditos de la Argentina mostrando a los pibes, además de películas, que existe una industria posible donde trabajar. El bastardeo y ataque sistemático al cine argentino, el INCAA, la ENERC y todas las partes de un gran sistema que orbita en torno a él complejiza el contexto, pero también es parte constitutiva de la historia que es importante para los jóvenes conocer. El cine es más que una película, actores y directores reconocidos, contribuye a forjar la identidad nacional, nos representa en el mundo y es parte de la cultura. “Yo hago cine por la función social, es lo que le da sentido a mi obra, y si a alguno de los chicos estuvieron presentes en la comunión que tuvimos después de ver la película se le despierta el interés por las artes audiovisuales me sentiría muy feliz”, concluyó el encuentro Muñoz.