“No se puede ser piadoso ni condescendiente: son ustedes o nosotros, como lo hice con mi hermano y mi cuñada”

“No se puede ser piadoso ni condescendiente: son ustedes o nosotros, como lo hice con mi hermano y mi cuñada”

Adriana Marcus y Alicia Ruszkowski declararon en la causa en la que se investiga la responsabilidad del militar Adolfo Donda Tigel, tío biológico de Victoria Donda, en la sustracción y la apropiación de la hoy Subsecretaria de Análisis y Seguimiento Político Estratégico de la provincia de Buenos Aires.

Otra jornada de debate en la sala SUM de los tribunales federales de Comodoro Py, con dos declaraciones de potencia, que ponen en jaque al represor Adolfo Donda Tigel, en el juicio donde es acusado de facilitar y entregar a su sobrina Victoria. Los jueces del Tribunal Oral Federal (TOF) Nº6 de la Ciudad de Buenos Aires ——integrado por Ricardo Basílico, como presidente, María Gabriela López Iñiguez y Daniel Horacio Obligado— escucharon con atención a la doctora Adriana Marcus y a la licenciada en Antropología Alicia Ruszkowski. El acusado observó las alocuciones desde la Unidad 31 de Ezeiza, ya que fue condenado dos veces a reclusión perpetua también por delitos de lesa humanidad en la ESMA.

En México pisó el “Palito”

La doctora Marcus —hija y nieta de inmigrantes alemanes judíos perseguidos por el nazismo— fue secuestrada el 26 de agosto de 1978 en su casa y llevada a la ESMA donde estuvo hasta el 24 de abril de 1979. Pudo volver a alojarse en el hogar de sus padres y tuvo que realizar tareas de prensa, como ella definió de “trabajo esclavo”, hasta su salida del país en 1980.

Aseveró que la siguieron controlando, llamando, e incluso buscando personalmente en el aeropuerto cuando, unos meses después, volvió al país ya que debía rendir una materia de quinto año de Medicina. Quien la siguió hasta abril de 1982 fue Ricardo Miguel Cavallo, exmilitar y represor argentino, que fue cabeza del Grupo de tareas 3.3.2. y declarado culpable de crímenes de lesa humanidad. Marcus se recluyó en el interior de la provincia de Neuquén junto a su pareja a mediados de ese año donde trabajó como médica rural. 

En mayo de 1979, mientras estaba secuestrada y hacía trabajo de prensa y la llevaron a México junto con otras compañeras recluidas, en un hotel de lujo, Donda Tigel habló de más. En su paso por el D.F, en el parque de la universidad de la Capital, “Palito”, como lo apodan al represor, le contó a Marcus que tenía un hermano y una cuñada “subversivos” como ella. “Me dijo que no los podía salvar”, afirmó. Ante la pregunta de la jueza López Iñiguez, Marcus destacó que supo muchos años después acerca de la historia de Hilda, la madre biológica de la niña Victoria, dentro de la ESMA.

“También me dijo que tenían una hija y que él la criaba porque era el tío. Muchos años después me enteré que había otra niña que había nacido en la ESMA y que había sido entregada a otro personal del campo de concentración”, recalcó. También mencionó que, a diferencia de otros militares torturadores, Donda Tigel era más reservado y que hablaban poco, a excepción de aquella vez durante el viaje, que fue una ocasión sorpresiva para Marcus, ya que no había relación de diálogo fluido con el acusado. En otro pasaje afirmó que al exmarino “se lo veía permanentemente por la ESMA”.

Cuando Caín “exterminó” a Abel 

Alicia Ruszkowski fue detenida por la dictadura militar en la casa de sus padres en Mar del Plata, estuvo secuestrada desde el 18 de diciembre de 1979 hasta el 3 de marzo de 1980 en la ESMA. “Me tiraron en un auto y estuve casi todo el tiempo engrillada y con esposas”, señaló apesadumbrada. Con plena certeza, responsabilizó a Donda Tigel de su secuestro y señaló haberlo visto “muchas veces”, presentándose en muchos interrogatorios durante las torturas que sufrió. Estuvo en todo el proceso de libertad “vigilada” llamando por teléfono a la casa de sus padres, donde se alojaba Alicia, bajo el pseudónimo “Gerónimo”.  

En cuanto a la participación de Donda Tigel en las torturas, secuestros y desapariciones de su hermano José María Laureano Donda, detenido en mayo de 1977, y María Hilda Pérez, secuestrada dos meses antes, en marzo de 1977, la declarante fue categórica con los dichos del marino. Recordó que apareció en unos de los interrogatorios durante enero de 1980 y le dijo, para amedrentarla y presionarla: “No se puede ser piadoso ni condescendiente con el enemigo. No lo fuimos con mi hermano, que fue “Monto”, ni con mi cuñada que ha sido traída, secuestrada y trasladada. Como con vos si no hablas y contás todo lo que sabes. Vamos a ser impiadosos. Son ustedes o nosotros”. 

Ruszkowski planteó que con esa sentencia de Donda Tigel se había cumplido la profecía bíblica: “Era Caín contra Abel”, remarcó atónita, destacando que ese había sido el único conocimiento que tuvo del paso de la mamá de Victoria, porque no habían coincidido allí. 

“Era teniente navío y del Grupo de Tareas deInteligencia, tenía un activísimo rol permanente. La cara de él no me la olvido más. Su nivel de perversión era muy fuerte, No puedo creer que pueda seguir durmiendo. Hablaba de guerra, me la repitió dos veces, pero estábamos todos secuestrados en un sitio como la ESMA. Eso no es una guerra. ¿Dónde están los códigos de guerra?”, reflexionó.

Luego de su testimonio fue el turno del militar imputado, que pidió ampliar su declaración indagatoria para desconocer las acusaciones sobre él, e intentó mostrar, como en otras ocasiones, “predisposición” para saber qué fue del paradero de su hermano y de su cuñada. En todo momento de su intervención, se lo pudo ver con mayor vehemencia que en sus anteriores testimonios, buscando relativizar y poner en discusión lo expuestos durante las alocuciones de las dos mujeres.  

El Tribunal fijó un cuarto intermedio hasta el lunes 13 de marzo a las 10. En esa audiencia está pautada la declaración de Victoria Donda Pérez, en lo que será uno de los momentos de mayor expectativa del juicio.

¿Dónde está Arshak Karhanyan?

¿Dónde está Arshak Karhanyan?

La investigación acerca del paradero del joven Policía de la Ciudad que desapareció el 24 de febrero de 2019 sigue trunca y a cargo de la misma fuerza sospechada de estar implicada. La familia espera lograr la carátula de desaparición forzada para que pase al fuero federal.

Vardush»Rosita» Datyvian, marde de Arshak.

“Tiene 27 años. Mide 1,72. Es de contextura delgada, cabello oscuro y ojos marrones. Sin piercing ni tatuajes”, comunicaba la Sección de Búsqueda de Personas de la Policía de la Ciudad, en febrero de 2019. Se trata de Arshak Karhanyan, oficial primero de la policía porteña, desaparecido desde el 24 de febrero de ese año.

Fue visto por última vez a través de una cámara de seguridad que lo registró cuando salía de comprar una pala en un hipermercado ubicado en la intersección de la calle Paysandú y Avenida Rivadavia, en la Ciudad de Buenos Aires. Desde ese momento, se desconoce su paradero.

A través de la reconstrucción de los instantes previos, se pudo conocer que una cámara de seguridad captó ese mismo domingo a Arshak dialogando durante casi una hora con Leonel Herba, también policía de la Ciudad, y quien había sido su compañero en la División de Exposiciones. “Arshak salió de su departamento en Caballito, dejó sus dos teléfonos celulares en el domicilio y su moto en la puerta, pero se llevó su arma reglamentaria, su placa y su tarjeta de débito, elementos que jamás fueron hallados”, informó la Secretaría de Derechos Humanos. Un rato más tarde, Arshak sacó plata de un cajero automático en proximidades de la estación de subte Primera Junta, y se dirigió al hipermercado donde se lo observa salir con una pala de pico en la mochila. A partir de allí, no existen más filmaciones que permitan conocer su ubicación.

La legisladora por el Frente de Todos en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Victoria Montenegro, acompaña a la familia desde el momento de la desaparición, y constantemente denuncia el accionar de la Policía de la Ciudad, en esta causa caracterizada por irregularidades y denuncias de encubrimiento a la Policía y al Ministerio de Seguridad porteño. 

El principal cuestionamiento que denuncia la familia, los organismos de derechos humanos y dirigentes políticos es que la Policía de la Ciudad, principal sospechada del hecho, sea la encargada de realizar la investigación y el peritaje en la causa. Los peritos de la Policía de la Ciudad confesaron haber perdido datos del celular y la computadora personal de Arshak en el intento por desbloquearlo. La única información a la que se pudo acceder fue a la que data de enero de 2019, un mes antes del hecho, y de poca relevancia para la investigación. El mismo resultado se obtuvo cuando se reseteó a modo de fábrica el teléfono de Leonel Herba, con quien Arshak mantuvo una conversación horas antes de su desaparición.

Victoria Montenegro al cumplirse tres años de la desaparición de Arshak.

 

En febrero de 2021, la Secretaría de Derechos Humanos pidió ser querellante en la causa, y que se califique al hecho como desaparición forzada. “Finalmente el pedido de cambio de carátula fue rechazado el año pasado por la Sala IV de la Cámara de Casación. Ese pedido lo habían hecho la querella, la Fiscalía de Instrucción, la Fiscalía de Cámara y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Sin embargo, la Sala IV consideró que aún no estaban dadas las condiciones para calificar el hecho de esa manera”, sostuvo Francisco Yofre, integrante del equipo de la Diputada Victoria Montenegro, en diálogo con ANCCOM.

En caso de que prospere el cambio de carátula a desaparición forzada, significaría que la causa pase al fuero federal, y así, dejaría de estar a cargo del juez Alberto Baños, “un juez que claramente responde a los intereses de la Policía de la Ciudad”, sostiene Yofre. Por su parte, en la Legislatura Porteña, diputados del Frente de Todos propusieron crear una Comisión Investigadora, que finalmente quedó trunca. 

Con el objetivo de movilizar la causa y obtener nueva información, en agosto de 2021, el Ministerio de Seguridad de la Nación había decidido establecer en cinco millones de pesos la recompensa para quien pueda aportar nuevos datos acerca del paradero de Arshak. 

A cuatro años de su desaparición, y cuando Arshak cumpliría 31 años, la causa que investiga el hecho no presenta avances desde hace tiempo. Sin embargo, “la Secretaría de Derechos Humanos pidió que se releven las causas en las que estuviera implicado algún NN para ver si de ese modo se pudiera dar con Arshak. Esa medida fue aceptada y se está tramitando”, comenta Yofre.

En los últimos días, el Papa Francisco se comunicó telefónicamente con Vardush Datyvian, madre de Arshak Karhanyan, luego de recibir su carta, y le transmitió un mensaje de esperanza y un deseo de luz para acompañar con fortaleza la búsqueda de su hijo. Mientras tanto, los interrogantes continúan siendo los mismos: dónde está y qué pasó con Arshak Karhanyan. 

Al compás del tamboril

Al compás del tamboril

Más de cien murgas y diez mil murgueros participaron de los festejos de Carnaval en la Ciudad de Buenos Aires. Mirá las fotos de ANCCOM.

El Carnaval Porteño cerró este martes en Avenida de Mayo. Durante toda la celebración se presentaron varios grupos murgueros como «Los Caprichosos de Mataderos» y «Los Dioses de La Paternal», entre otros. Acompañados de las palmas y los bailes de los vecinos y turistas, festejaron con sonrisas, espumas y mucha alegría.

Durante el festejo, hubo un patio gastronómico para degustar, stands de maquillaje para llenarse de brillo y color y clases de murga para disfrutar entre amigos y familia. Asimismo, se hizo presente Dj Ser de la Fiesta Bresh y, para cerrar, cantó El Polaco.

Durante los cuatro días de celebración participaron más de 100 agrupaciones y 10 mil murgueros que compartieron sus pasos y alma murguera con la alegría y emoción de la gente.

¿La única salida es Ezeiza?

¿La única salida es Ezeiza?

¿Cuántos jóvenes emigran del país? ¿Es una cuestión de clase? El mito del éxodo y por qué los latinoamericanos siguen eligiendo a la Argentina cuando se van de sus terruños.

“Las oportunidades las crea uno mismo, mientras que el contexto y el país al que decidís emigrar solo te las va a poder facilitar, pero no te va a dar la solución”, reflexiona la joven argentina Candela Niesl, de 27 años. 

Emprender un nuevo destino, adaptarse a otro estilo de vida, lejos de la familia y amigos, aprender a lidiar con la soledad y el miedo a lo desconocido. Todo ello por el objetivo de construir un futuro y reconstruirse personalmente, a través de nuevas experiencias y culturas. Esos son algunos de los procesos por los que pasan quienes deciden emigrar de sus hogares para ir a otro país que, en algunos casos, se puede convertir en su segunda casa. 

Argentina recibió a muchos de estos aventureros a lo largo de su historia. Entre 1860 y 1930, fue de los principales destinos para los europeos. En la década de 1960, extranjeros latinoamericanos llegaron en masa, y nuevas costumbres se sumaron a su ecuación. Así lo describe el inmigrante colombiano de 26 años, Jorge Arévalo: “A nivel cultural te haces un festín en Argentina, hay mucha diversidad”. No obstante, el país continuó recibiendo a quienes huían de las crisis políticas y económicas que había en sus tierras de origen.  “No pudimos escoger otra tierra donde ir que no fuera la Argentina, porque ha sido un país que abraza, que recibe, que contiene, sobre todo”, confiesa Valentina Araujo, una de las miles de venezolanas y venezolanos que llegaron al país desde 2015.  

Sin embargo, hoy es moneda corriente que entre algunos jóvenes argentinos se converse sobre la posibilidad de viajar al extranjero con un futuro planeado o librando el destino, al azar. Muchos de ellos son descendientes de inmigrantes europeos del siglo XX y hacen largas filas en las embajadas europeas para conseguir su ciudadanía. 

Parece tan popular este debate que los medios de comunicación, las redes sociales y las campañas políticas lo recogen como tema de agenda. En este sentido, a veces se divulga información poco certera sobre la cantidad de emigrantes argentinos y sus experiencias en el extranjero. 

Guerra de oportunidades

En la mira de las próximas elecciones presidenciales, los partidos políticos se dirimen el apoyo de las juventudes. Estos son votos decisivos a la hora de ganar y Mauricio Macri lo sabe. A través de su cuenta de Instagram, el ex mandatario argentino hace tiempo que opina sobre los flujos migratorios, y expresó: “Me parte el alma el éxodo de los jóvenes argentinos que vemos todos los días. Se van frustrados por no poder desarrollar sus vidas acá mientras en otros países los esperan con empleo, estudio, vivienda, crédito y un futuro. Por eso no los cuestiono, entiendo sus razones”.  Luego de este inicio, fue de lleno al discurso político: “En 2023 se producirá un cambio muy profundo”, afirmó, haciendo alusión a su intención de volver a ser Presidente. 

Pero, así como Juntos por el Cambio no interpela a toda la ciudadanía, este discurso también deja a varios argentinos afuera. ¿A qué jóvenes les habla Macri? ¿Todos los sueñan con irse del país? 

De acuerdo a una encuesta realizada por esta nota en octubre de 2022 a 200 jóvenes de entre 20 y 30, quienes manifiestan sus deseos de experiencias en el extranjero son pibes y pibas de clase media y acomodada. En parte de aquel público podría estar Tomás González, un argentino de 23 años que estudió en una universidad privada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y vive en España hace un año. No obstante, Tomás confiesa: “Es imposible hacer esto si no tenés la plata”. Sus padres le pagaron la carrera para que él pudiera terminarla lo más rápido posible. Con su título de Licenciado en Turismo y Hotelería fue a buscar su primer trabajo en el extranjero.

Más de la mitad de los encuestados por este medio coincide con la visión de Tomás. Al preguntarles por los obstáculos que se les presentan para viajar al exterior, primero respondieron que les costaría distanciarse de su familia y amigos, y luego, que no cuentan con el dinero necesario para viajar. Paralelamente, el informe que el INDEC publicó en septiembre de 2022 señala que más del 36,5% de la población argentina se encuentra bajo la línea de pobreza. No estaría en las prioridades y posibilidades de la población, viajar a buscar experiencias.

Igualmente, las trabas no están solo en la Argentina, también son impuestas por el exterior. Existen muchos requisitos que cumplir si, por ejemplo, se quiere trabajar de niñera en los Estados Unidos. “Podes ser Au Pair en 4 pasos”, ofertan las compañías que organizan programas de viajes para chicas jóvenes del país. No obstante, cada etapa está lejos de ser simple. Para poder aplicar hay que contar con título secundario, licencia de conducir, un alto nivel de inglés, 200 horas de experiencia cuidando niños y/o niñas, y tramitar el pasaporte y la visa de trabajo norteamericana. El costo del programa ronda los 150.000 pesos y dentro de él se incluyen el viaje de ida y la asistencia médica. 

Desde la Dirección Nacional de Migraciones, la Directora Florencia Carignano le respondió al expresidente a través de Twitter que durante el gobierno del PRO abandonaron el país 50 personas por día, mientras que entre 2020 y 2021 bajó a 18 emigraciones diarias. Para sostener estas estadísticas, la funcionaria del Frente de Todos aclaró que fue comparada la cantidad de argentinos de entre 18 y 40 años que salieron del país y no volvieron por 12 meses. Como las y los ciudadanos no están obligados a declarar los motivos de sus viajes es complicado contar información precisa. Solo es posible apoyarse en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y de los censos de población nacional comparados con las estadísticas de migraciones argentinas en el resto del mundo. 

El aumento en el interés por emigrar puede observarse en el recuento de trámites realizados para sacar la ciudadanía española o italiana. Sin embargo, no todos los que cuentan con alguna de ellas, se van del país. De acuerdo a la encuesta realizada por este medio, varios argentinos tienen presente la posibilidad de irse, pero aún hay algo que los frena. 

Aterrizar en la realidad

“Es clave no pensar que todo es color de rosa y enfrentar lo que toque”, admite Micaela Genta, una aspirante a Au Pair de 22 años. 

En la actualidad, quienes no se encuentran con las promesas que reciben son las jóvenes argentinas que emigran como Au Pairs a los Estados Unidos. Cada vez son más las mujeres que se aventuran a cuidar niños y niñas en el extranjero con la ilusión de conocer sus icónicas ciudades, tener alojamiento y comida gratuitos, y un sueldo semanal de 200 USD. Pero, al mismo tiempo, aumentan las denuncias en redes sociales que las viajeras realizan a sus familias empleadoras por explotación laboral o violencia intrafamiliar. 

Entre los participantes de la encuesta realizada, un 80% de ellos son argentinos y más del 60% de los mismos destacó que les gustaría vivir en el exterior. Pero, ¿por qué quieren irse? “Yo me fui porque me interesaba conocer nuevos lugares, nuevas personas y nuevas culturas. Siento que te abre mucho la mente viajar, pero no descarto volver a la Argentina”, aclara el argentino que reside en España, Tomás González.  

A causa de la pandemia, los países con alto envejecimiento poblacional fueron afectados por la caída de la mano de obra. En consecuencia, facilitaron el acceso a visas de estudio y de trabajo para los inmigrantes. Varios de ellos salieron elegidos como los países preferidos por las y los encuestados. 

La emigración que vive la Argentina es comparada por algunos sectores con la fuga de cerebros de 1966. Pero en aquel entonces, los jóvenes se iban a ejercer sus profesiones a otros países, mientras que hoy: “Se van a lavar copas o limpiar baños, que es digno, pero yo que estoy estudiando mi carrera y ejerciéndola, no podría dejar lo que construí acá”, manifiesta el colombiano Jorge Arévalo. Muchos de ellos son discriminados por los turistas incluso, tal como cuenta Tomás González: “La discriminación que yo sentí es que cuando me acerco a las mesas se agarran las carteras, me corren el celular”.

Quienes se van no solo dejan a sus familias, sino códigos sociales que varían considerablemente entre países. Argentina representa las noches de fiesta interminables, el beso en el cachete y ese trato “amiguero” incluso entre desconocidos. Ese clima da una sensación de bienvenida a los extranjeros que es destacable: “Una de las cosas que los venezolanos valoramos de los argentinos es que son muy abiertos a las otras culturas. Les gusta y se interesan”, manifesta Eli López, inmigrante venezolana que llegó al país hace cuatro años. 

El refugio de América latina

“Algo muy loco que a mí no me pasa, es que en Argentina todo el mundo se queja de la inseguridad. Pero en Colombia hay una cultura del miedo, la gente no saca el celular en la calle, es muy precavida, y acá son súper relajados”, destaca Jorge Arévalo al conversar con este medio sobre las características de la Argentina que más le llamaron la atención. 

En Latinoamérica, todos y todas están más que acostumbrados a la inseguridad, los altibajos económicos y las sorpresivas dictaduras o inestabilidad política. Pero en algunos países estas situaciones son peores que en otros. Por eso, en varios momentos históricos que expulsaron a miles de habitantes latinos de sus países de origen, la Argentina fue la solución más cercana. 

En el país, la población migrante era aproximadamente de dos millones de personas en 2019, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En la investigación de migraciones de la Dirección Nacional de Población, se destaca que, entre el 2012 y el 2020, el 93% de las residencias otorgadas fueron a migrantes procedentes de países de América del Sur, luego a inmigrantes del resto del continente, y por último, a europeos. La variación en los orígenes de quienes ingresan al país se puede ver claramente en el estudio del Instituto Nacional de Datos, Estadística y Censo (INDEC), que abarca el período de 1830 a 2010. 

“Mi familia me pagó el pasaje porque en Colombia las universidades son muy caras. A otros chicos a veces los padres no les pagan una universidad en su país, pero sí el alquiler de Buenos Aires que es carísimo”, comenta Jorge Arévalo. Según un ranking internacional, seis universidades de la Argentina se encuentran entre las 50 mejores de América Latina, y, entre ellas, la Universidad de Buenos Aires (UBA) se ubica en el puesto número nueve. La educación argentina también es destacada en las conversaciones entre europeos: Los argentinos tenemos una gran fama de tener buena educación, que para mí es real”, revela el argentino Tomás González y añade que el título universitario argentino es un privilegio que le abre más posibilidades a los jóvenes en el exterior.

Teniendo en cuenta que la mayoría de los inmigrantes latinoamericanos llegados a la Argentina entre 2018 y 2019 tenían entre 22 y 28 años, gran parte de la sociedad critica que vienen al país a aprovecharse de la educación pública. No obstante, en el Anuario Migratorio Argentino de 2020, un grupo de investigadoras del CONICET demostró que un 38% de los inmigrantes llegó a la Argentina buscando trabajo, y solo un 22% para ampliar sus estudios. A su vez, también destacan que quienes vinieron recientemente tienen perfiles educativos más altos que inmigrantes anteriores. 

Aunque muchas personas deciden aventurarse a la vida en el extranjero todo inmigrante sabe que esa búsqueda implica incertidumbre. Así lo asegura González: “Lo más importante es estar preparado para la inestabilidad de la vida, sobre todo al principio porque en muchos aspectos puede salir mal. Tenés que ser bastante luchador para salir adelante y no rendirte”. 

Al llegar a nuevos países las circunstancias socioeconómicas podrán ser más favorables que en la Argentina, pero eso no garantiza un futuro más sencillo o exitoso. A su vez, no hay una urgencia inmediata que lleve a los jóvenes a correr estos riesgos, como sí ha ocurrido en otros momentos de la historia nacional. “No es un número que impacte ni que se acerque a las emigraciones de la dictadura o de La Noche Los Bastones Largos, donde tampoco se puede mencionar a la crisis del 2001 como un gran éxodo”, explica Roberto Aruj, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires. Varios sectores políticos podrán hablar de aumento de migración, pero las estadísticas muestran una realidad distinta. “No hay migración hoy en día, hay mucha propaganda política que está tratando de desprestigiar al gobierno actual a través de la campaña que plantea un gran flujo migratorio de jóvenes que no es real”, remarca el licenciado. 

Entonces, ¿La única salida es Ezeiza? Este dicho se volvió popular en Twitter y entre las y los usuarios de las redes que postean fotos de sus pasaportes y valijas a horas de abandonar el país. Sin embargo, parece ser más una campaña de algunos twitteros que un diagnóstico basado en la realidad.

Cara y ceca de un instituto hecho billete

Cara y ceca de un instituto hecho billete

El Banco Central anunció la próxima impresión de billetes de dos mil pesos, en los que aparecerá el Instituto Malbrán como reconocimiento por su tarea enfrentando al coronavirus. Los trabajadores del Malbrán piden que el reconocimiento también sea en el salario.

 

El pasado 3 de febrero, el Banco Central publicó un comunicado en el que daba a conocer la impresión del nuevo billete de dos mil pesos, donde figurarán imágenes de la primera médica argentina, Cecilia Grierson, el sanitarista y exministro de Salud Ramón Carrillo y el Instituto Malbrán, en conmemoración al “desarrollo de la ciencia y de la medicina en la Argentina”.

Con esta acción, la entidad monetaria tuvo un gesto de reconocimiento a quienes trabajan dentro del Instituto Malbrán ya que “los y las profesionales que hoy cumplen tareas en esta institución fueron los responsables de realizar los análisis y detectar los casos de coronavirus durante los tiempos más duros de la pandemia”.

Flavio Vergara, técnico en Virología en el Malbrán, vocal del Consejo Directivo y director, en ATE Nacional, del Departamento de Negociación Colectiva, consideró este acto como un reconocimiento de dos facetas en donde la primera “es la de un gobierno popular que efectivamente identificó a la institución como señera en la salud pública que se hizo muy visible producto de lo que fue la pandemia de covid-19”. 

“La aparición de la institución en el billete causó impacto en el conjunto de los trabajadores del Malbrán. La noticia enseguida invadió los grupos de WhatsApp de los compañeros y las compañeras y todo el mundo dijo: ‘Mirá, qué bueno, aparecemos’. Pero inmediatamente surge esta cuestión: ‘Qué bueno que nos reconozcan, qué importante que esto pase, cuánto de bueno sería poder cobrar muchos de esos billetes en el salario’”, señaló el directivo en diálogo con ANCCOM

 

Debajo de la línea de pobreza

Hoy, un trabajador del instituto en el sector de mantenimiento gana entre 80 y 100 mil pesos. Su salario equivale, promediando, a 45 de los billetes donde figurará la entidad para la que trabaja. Por su parte, un administrativo que recién ingresa gana 110.117,40 pesos brutos. Según el INDEC, la Canasta Básica al 17 de enero de 2023 tiene un valor de 152.515 pesos. Ambos empleados se ubican por debajo de la línea de pobreza.

“En esta última paritaria tuvimos un aumento del 116 por ciento para los que menos reciben, y más de 150 por ciento para quienes más reciben de aumento. De todas formas, eso es estar por encima de la inflación:pero igual no te alcanza. Cada vez que la inflación le gana al salario se arrima un poco para que no se descalabre todo, pero nunca es ganancia”, detalló el dirigente. 

 Los salarios en bruto del resto de las y los trabajadores a partir del 1º de enero de 2023 (cumpliendo presentismo) divididos por categoría se encuentran en los siguientes montos:

 Técnico (D Grado 0 + Función Específica Científico Sanitaria): $ 171.995,64 

  • Técnico (C Grado 0 + Función Específica Científico Sanitaria + Capacitación Terciaria): $ 226.626,40 
  • Profesional Asistente Grado 1 + Suplemento Científico Sanitario: $ 279.872,65 
  • Profesional Superior Grado 10 + Suplemento Científico Sanitario: $ 730.325,69

 “Durante la pandemia nos estuvimos moviendo para que nos reconozcan por la tarea científica, porque nosotros como Malbrán éramos reconocidos como salud solamente y no como ciencia. En ese momento, conseguimos que nos reconozcan con una especie de adicional de salario científico que era el 45 por ciento del salario. No era mucho, pero fue el inicio. Ahora eso aumentó al 60 por ciento, los profesionales cobraron un 30, pudimos meter un montón de mejoras. Logramos regularizar a varios compañeros y pasarlos a plantas permanentes. Este mes empiezan casi 300 concursos de profesionales, que es prácticamente la totalidad de los que tenemos contratados. Entre mayo y junio estaríamos regularizando a todos los profesionales que tenemos en la casa. Y además, tenemos también otra tanda de concursos para pasar a plantas los laburantes que son de otro convenio colectivo, que no son profesionales”, indicó Vergara.

Del presupuesto cero al compromiso 

Si bien durante la pandemia fueron señaladas ciertas condiciones en las que trabajaban los empleados del instituto, como las largas jornadas laborales y obras sin terminar, algunos problemas persisten. No obstante, hoy existe un nivel de inversión en obra de infraestructura sin precedentes. 

“Tenemos un presupuesto para equipamiento muy alto, que actualmente se divide en 50-50 entre salario y equipamiento de infraestructura y funcionamiento. Si bien la expectativa es la construcción de nuevas y grandes obras, siguen coexistiendo con laboratorios viejos que están laburando en malas condiciones. Hasta que no se concreten esas obras, se sigue trabajando en un lugar que está mal”, explica Vergara y da un ejemplo: el Laboratorio de Virus Respiratorio, fundamental en la pandemia por su responsabilidad primaria, todavía sigue siendo el mismo que durante el contexto epidémico. “Ese lugar -continúa- tiene un nivel de hacinamiento complejo, donde de las nueve personas que trabajan ahí, siete lo hacen de manera precaria”.

Ahora bien, las condiciones de trabajo en cuanto a insumos de bioseguridad, que son los que garantizan el cuidado durante la actividad, actualmente se encuentran cumplidas. Si bien, a raíz del “presupuesto cero” del macrismo, en la pandemia existieron algunas dificultades, la situación se pudo regularizar: “Hay un compromiso altísimo”. 

Los avances sobre un reconocimiento material del instituto Malbrán y sus trabajadores se chocan con una historia de vaciamiento y desguace económico e ideológico que presenta un problema en términos de pérdida de capital intelectual. “Por los salarios o por las condiciones, no se puede retener a la gente, entonces algunos se van: unos afuera, otros al ámbito privado y muchos se van a universidades u otras instituciones”. A lo largo del tiempo, la supervivencia de la institución se debió a una resistencia sólida y organizada. 

 

El recorrido de una resistencia sistemática

En sus 106 años de historia, el Malbrán atravesó muchas crisis, entre las que sobresalen la dictadura militar de los años setenta, los gobiernos neoliberales de la década de 1990, el desfinanciamiento del macrismo y la reciente pandemia del covid-19. Por sus laboratorios pasaron importantes figuras de la ciencia como los tres primeros Nobel de la Argentina, Bernardo Houssay, César Milstein y Luis Federico Leloir.

“El derrotero institucional se caracteriza por dejar a la deriva a una institución pública que se ve todo el tiempo sujeta a los vendavales de los ajustes y de las persecuciones. Sin embargo, la institución sobrevivió, además de porque hubo gobiernos que trataban de impulsar políticas, porque hubo una resistencia sistemática y organizada de parte de las y los trabajadores”, explicó el vocal. 

Con la dictadura, el Malbrán se vio embestido no tanto a la persecución, sino fundamentalmente al silenciamiento. Si bien no había trabajadores que tuvieran reconocidos niveles de militancia como para ser perseguidos, algunos fueron amenazados, aunque no desaparecidos. “Lo que sí hubo es un plan sistemático de desguace”, subraya. 

Entre 1976 y 1977, la viruela fue erradicada del mundo. En ese entonces, el Malbrán producía la vacuna que fue utilizada en todo el planeta, la misma que se utilizó en Inglaterra cuando se produjo un brote en Inglaterra tras la fuga del patógeno. En la vuelta de la democracia, ya no quedaba ningún laboratorio de producción de vacunas en pie. “Desguazaron todo, desaparecieron las máquinas, la gente que laburaba o se fue o migró o quedaron ahí. Esto hace a una institución que construía soberanía, que construía salud, valga el doble ejemplo, conciencia nacional”, contó Vergara. 

“Hubo que remar desde lo que había quedado para volver a instalar una idea de que la salud pública era un valor y que la institución tenía un prestigio histórico que podía sobrevivir. Era todo una cuestión difícil de hacer, había que pasar la posta de la mística institucional que se iba pasando de generación en generación”, continuó. 

En ese contexto, el alfonsinismo no logró constituir un escenario propicio. Si bien hubo algunas mejoras, luego se desbarató todo con un ajuste. Y, seguidamente, se siguió agudizando con la llegada del menemismo: “Fue una situación catastrófica. El ajuste fue brutal y hubo 101 despidos sobre un total de 750 trabajadores. Eso dio origen a la organización de una toma en el Malbrán que duró seis meses”, recordó el paritario. 

Durante ese semestre, la lucha de los trabajadores del Malbrán fue coexistente con la Carpa Blanca docente, con la diferencia de que si bien también contaban con mucho apoyo, eran alrededor de 200 personas las que se organizaban. Fue en ese tironeo de duros meses que pudieron poner en valor la importancia estratégica de la institución, que se discuta: “No aparecimos en el billete, aparecíamos en las paradas de colectivos. Nadie sabía qué era ese edificio viejo que estaba todo roto hasta ese momento”, rememoró Vergara y seguidamente, el triunfo de esa toma.

Al terminar el mandato macrista el presupuesto del instituto estaba dividido en un 90% destinado a salario y un 10% disponible para funcionar. Esta cifra no es la expresión de salarios altos sino que refleja la falta de dinero para la actividad científica. En este marco el Malbrán inició la pandemia. “El microscopio  electrónico estaba roto, las máquinas no andaban, teníamos problemas edilicios de todos los estilos, con situaciones salariales catastróficas. Los trabajadores habían perdido un 65 por ciento del poder adquisitivo del salario, como casi todo el mundo pero un poco más”. 

 “Evidentemente hay una mística institucional que atraviesa a los integrantes que forman parte de ella y la engrosan. Eso hace que se sobreviva a momentos de vaciamiento económico e ideológico, porque hay una llama encendida por abajo que no puede brillar afuera pero que en algún momento aflora. La mística se da cuando hay un grupo humano que cree en los colectivos y en un proyecto de salud. Si bien el presupuesto es fundamental, sin ideología de lo que tenés que hacer, sin conocimiento y sin compromiso, no alcanza”, concluyó. 

Los latigazos del poder

Los latigazos del poder

Una patota a caballo que responde al magnate Joe Lewis, y con la apatía policial de su lado, atacó a los participantes de la Séptima Marcha por la Soberanía de Lago Escondido. La reportera gráfica Alejandra Bartoliche, salvajemente agredida mientras intentaban robarle la cámara, relata la experiencia.

“Eso no fue una batalla, en una batalla hay por lo menos dos sectores que se golpean. Acá hubo gente que estaba a caballo, que tenían fajones, látigos, fustas y que, en una disparidad de fuerza absoluta, le pegaron a ocho personas indefensas que solo tenían sus botellas de agua, un celular y una cámara. Vos no le podes pegar a alguien así ¿podes discutir? sí, ¿podes gritarte? sí, pero no podes golpear así a ocho personas indefensas”, dijo Alejandra Bartoliche, fotoperiodista y hace veinticinco años corresponsal de la agencia de noticias Télam en Bariloche. Alejandra, en su cobertura de la séptima Marcha por la Soberanía de Lago Escondido organizada por la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua, fue víctima de una espiral de violencia que culminó en el camino de Tacuifí, cuando ocho manifestantes y la periodista gráfica fueron atacados por un grupo de peones rurales armados de la zona que presuntamente responden al magnate Joe Lewis, o no tan presuntamente si se considera que la marcha era una denuncia en su contra.

 “Todos los años se hace esta marcha, esta es la séptima, y yo me fui a cubrir como lo hago todos los años. Llego al lugar, esto queda a sesenta o setenta kilómetros de Bariloche, es un camino vecinal donde han puesto una valla, que más que una valla es una reja de hierro muy fuerte, y ya desde la mañana había empezado todo muy pesado. Del lado de los pobladores se los veía muy organizados y bastante beligerantes desde lo verbal”, relató la trabajadora de prensa mientra hacía un raconto de los hechos sucedidos ese día.. “Yo me acerco al lugar donde estaba esta hostilidad y me presento como periodista de Télam -completó-. En ese momento se me ríen en la cara y me empiezan a echar de la vereda pública mientras me gritaban amenazas. Ahí me voy, con un cruce de palabras fuertes, pero me voy”. 

 “En un momento se da la situación de que un grupo va a entrar y cuando me entero les digo que yo quiero ir. Estaba buscando la nota distinta, y esa estaba del otro lado del portón. Era una cobertura, si ellos iban yo iba a ir con ellos”, contó la fotógrafa y agregó que al avanzar unos kilómetros se detuvieron cuando vieron a los pobladores reunidos. “La gente que había entrado eran manifestantes y dirigentes de organizaciones, ellos se presentaron como tal y yo también me presenté como periodista de la agencia de Télam”, recordó.

 El camino de Tacuifí, bloqueado por un portón alto de hierro duro, es una de las vías posibles para llegar al Lago Escondido. Hay una sentencia y una ratificación que habilita la apertura del camino pero no se ejecuta por una apelación de Joe Lewis y otros propietarios de la zona. “Es un camino como cualquiera donde podés pasar con el auto. Había carteles de la Huella Andina, de parques, de ciclismo, o sea que era un camino evidentemente público o en todo caso con servidumbre de paso, un camino vecinal”, explicó Bertoliche a ANCCOM.

Por la mañana, en la barrera de hierro, los pobladores ya habían atacado a los manifestantes. “Le habían robado el celular a un periodista y hubo toda una negociación para que se lo devolvieran -contó Bertoliche-. Tenían gas pimienta y en un momento salió uno a rociar a los manifestantes y a los periodistas que estábamos cubriendo”.

 “La cuestión es que llegamos al lugar, nos presentamos y los pobladores nos amenazan, nos dicen: ‘Váyanse porque van a salir lastimados, hágannos caso’. Yo ahí ya noté que eso se iba a poner difícil, que no nos iban a dejar pasar pero, además, que no nos iban a dejar enteritos. Muy lentamente me retiro y me pongo al lado de un árbol para refugiarme. Ahí se abalanzan con los caballos y empiezan a lastimar gente. Lastiman a Gabriel Berrozpe (concejal de Quilmes por el Frente de Todos) y a Celeste Fierro (dirigenta del MST), a ella le rebanan parte del cuero cabelludo directamente. Sigue temblando el ojo cuando me acuerdo de cómo le pegaban en la cabeza a otra chica joven que estaba ahí. Mientras nos golpeaban unos había otros que armaban revuelo con la tierra para que no se viera nada, una estrategia bastante buena te digo, se los veía muy organizados: tenían gas pimienta, armas, estaban los jinetes con los caballos”, dijo la periodista mientras se acariciaba el brazo en donde se dejaba ver un moretón.

 

l mismo día de lo sucedido se comenzó a difundir un video de la situación grabada desde arriba con un dron. Allí se podía ver la secuencia del ataque y el momento exacto donde violentaban e intentaban robarle la cámara a la periodista. El cansancio y la indignación no impidieron que Bertoliche relate la secuencia a ANCCOM: “En un momento me descubren detrás del arbol salgo corriendo pero me rodea un caballo de color blanco con un tipo arriba que no me dejaba salir. Me gritaba ‘andate’, y yo me quería ir pero no me dejaba salir. Ahí se me acerca un caballo que me intenta arrebatar la cámara, yo me agarro de la correa y le digo que yo soy periodista, que me deje ir. En ese momento yo estaba funcionando como periodista, lo único que me importaba era que no me robaran la cámara, todo eso había sido tan violento que no podía quedar ningún registro. En un momento logro sacarle la cámara y algo me golpea y caigo para atrás lastimándome la cabeza y la espalda con una piedra. Medio mareada me acurruco porque no sabía si me iban a fustigar, pero el caballo ya se había alejado, así que me levanto, agarro la cámara y salgo corriendo”.

 “Nos reunimos todos ahí, a doscientos metros del lugar y ahí yo sigo foteando a los heridos que iban llegando. Estábamos pendientes porque nos alejamos pero estábamos ahí no más y ellos seguían ahí con los caballos, o sea que si hubieran querido volvían en cualquier momento- continúa Alejandra-. El dron alertó todo lo que había pasado y después de dos horas aproximadamente se acercó una camioneta particular con policías adentro. En ese momento nos quedamos duros, porque no solo la camioneta hizo el amague de llevarnos puestos cuando se acercó, sino que adentro había dos de los pobladores que nos habían atacado antes. Uno de ellos de hecho me había amenazado a la mañana y en ese momento me miró y me dijo: Vos tené cuidado porque ahora estás acá adentro’. La policía no decía nada, yo creo que les tenían miedo también. Los policías que estuvieron ese día eran en su mayoría muy jóvenes, sin identificación y muy asustados, parecían recién salidos de la escuela de cadetes. Ahí mismo se le pide a la policía que se retire del lugar a los que nos habían violentado y que se pida una ambulancia para los heridos.” 

 “Así que viene la ambulancia que primero se lleva a los más heridos, después nos sacan a nosotros que estábamos menos lastimados y nos llevan a una salita sanitaria que estaba por ahí. Yo me bajo de la ambulancia, la médica me dice que nos tiene que revisar, pero me las tomo rápido porque quería mandar el material. No sabía qué podía pasar, si me iban a robar la cámara, si me iban a interceptar, si me iban a parar y sacar la tarjeta. Así que tomé la decisión de salir rápido y después fui al médico para que constatara las lesiones”, contó la trabajadora de prensa.

 “No es joda lo que pasó. No nos quisieron asustar, nos quisieron lastimar y dentro de todo la sacamos muy barata. Yo en particular la saqué muy barata, pero estos tipos fueron a hacer algo muy violento. Parece la dictadura. Yo que tengo mis años, esas son prácticas que no me olvido, los milicos fueron mucho más furiosos, pero esto parecía una tierra de nadie donde la ley no funcionaba – manifestó Bertoliche-. No puede ser que haya gente justificando esto diciendo que entramos a un lugar privado. Primero, entramos a un camino, no entramos a la casa de nadie, a la cocina de nadie, ni al baño de nadie. Y aunque hubiéramos entrado bajo la ley argentina vos no podés hacer uso de arma propia para sacar a alguien a fustazos, esto es democracia, tenemos una constitución y hay leyes. Lo que pasó el otro día fue vandalismo, vandalismo absoluto e impune, porque aparte estaba la policía ahí. Es muy poderoso Lewis evidentemente, para que este grupo lo defienda esto de tal forma, algún beneficio deberán tener”. 

 “Ya se presentaron varias denuncias, en una yo soy testigo y ahora con el departamento jurídico de Télam estamos viendo de hacer una denuncia penal. A mí acá me amenazan seguido, pero siempre fue algo verbal o por redes. Ahora evidentemente tenemos que hacer algo porque es la única manera de proteger, no solo a mí, sino a la gente que trabaja en prensa. Porque yo en ningún momento me presenté como otra cosa que no soy: periodista de la agencia Télam. Yo cubro eso cómo cubro “turismo en Bariloche” o “Nevada en Bariloche”, explicó la periodista. 

«No es joda lo que pasó. No nos quisieron asustar, nos quisieron lastimar. Estos tipos fueron a hacer algo muy violento. Parece la dictadura», describe Bartoliche.

El conflicto de Lago Escondido no es nuevo, el reclamo de los manifestantes es lograr la apertura de los caminos públicos para conectar la Ruta Nacional Nº 40 con el lago, ubicado detrás de 12000 hectáreas que Lewis compró en 1996 y que, desde 2005, se encuentra en conflicto con las leyes argentinas. “La Patagonia es un lugar de litigio permanente y una disputa permanente. Lo que se está pidiendo acá es que se abra el camino a Lago Escondido, nada más ni nada menos. No quieren abrir el paso porque es una zona de conflicto, es una zona geopolítica, es una zona de río y están las hidroeléctricas. Lewis tiene muchas propiedades y negocios en Argentina, sobre todo con el poder, porque sino los jueces no hubieran ido a su casa, me imagino. Vos no invitás a cualquiera a tu casa, invitás a gente que conocés. No es casual”, dijo la periodista a ANCCOM.

 “Espero que todo esto se solucione pronto, porque año a año la violencia incrementa. Hay mucha gente que viene año a año, pero también hay vecinos que después se tienen que quedar acá viviendo al lado de las mismas personas que los amenazan, estamos hablando de gente que tiene una brutalidad física temeraria -explicó Alejandra-. En las redes, algunos periodistas, dirigentes políticos están diciendo cosas que hace años no se escuchaban. Incentivando la violencia permanentemente, diciendo a la gente que se arme. Nosotros venimos de una dictadura tremenda, entonces decirle a alguien ‘hay que matar a todos’, ‘necesitamos un Videla’, es tremendo. Y en los pueblos chicos, como nos conocemos todos, tiene todavía más peligrosidad. Es una vulnerabilidad absoluta tener que vivir al lado de las personas que hace unos días te violentaron”. 

 “Por suerte yo tengo estos colectivos e instituciones, como A.R.G.R.A. (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina), como SIPREBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), institucionalmente Télam, que me bancan, pero igual es peligroso -dijo la periodista luego de mencionar que hace menos de un mes se recordar el asesinato de Jose Luis Cabezas-. Es una vuelta a una práctica que uno pensaría que ya había superado, pero hay mucha gente incentivandolas otra vez”. 

Repudio

La Agencia de Noticias de la Carrera de Ciencias de la Comunicación (ANCCOM), se solidariza con la fotoperiodista Alejandra Bartoliche y con el resto de los manifestantes agredidos y repudia todo acto de violencia que atente contra la libertad de expresión. Asimismo, expresa su preocupación por la aparición de grupos paraestatales que reprimen a ciudadanos que ejercen su derecho a la protesta social.