Contar para no olvidar

Contar para no olvidar

En el teatro de la UMET se presentó «Los nietos te cuentan cómo fue», el libro que narra 13 casos de restitución de identidad a través del trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo. Las autoras son la periodista Analía Argento y dos protagonistas que narran sus propias historias: Mariana Zaffaroni Islas y Sabrina Guillino Valenzuela Negro.

“Escribí este libro porque hay desaparecidos que pueden aparecer, y con cada nieto que aparece se le devuelve la esperanza a este país”, fueron las palabras de Analía Argento periodista, escritora y coautora de Los nietos te cuentan cómo fue, sobre la obra que escribió junto a las nietas restituidas Mariana Zaffaroni Islas y Sabrina Gullino Valenzuela Negro, esta última, a cargo de las ilustraciones.

El libro está destinado a un público adolescente y juvenil porque como sostiene la autora es necesario hacer el ejercicio de la memoria y volver a contar una y otra vez esta parte de nuestro pasado reciente. En Los nietos te cuentan cómo fue se narran trece historias de nietos y nietas de Argentina y Uruguay que restituyeron su derecho a la identidad, relatos únicos y diferentes pero atravesadas por el mismo horror: el secuestro y la apropiación de bebés durante la última dictadura cívico militar. 

La presentación del volumen se realizó el martes 12 de diciembre en el auditorio de la UMET con la presencia de miembros de Abuelas de Plaza de Mayo, nietos y nietas restituidas, familiares y amigos de las autoras. Entre el público se destacaron también Mariana Herrera Piñero, directora del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG); la periodista, sobreviviente y titular de la Defensoría del Público, Miriam Lewin, entre otras figuras destacadas del ámbito de los derechos humanos.

historias, moderó la mesa de presentación y sostuvo: “Es un momento político difícil, pero seguiremos luchando por la memoria, la verdad y la justicia”. Tanto Brunet, como Analía Argento, Zaffaroni Islas y Gullino Valenzuela Negro insistieron en la necesidad de transmitir la historia a los más jóvenes, aunque parezca que se contó muchas veces y pareciera no ser necesario seguir haciéndolo. “Mientras tengamos a los protagonistas, es un documento testimonial que tiene que quedar. El Operativo Cóndor estuvo en las dos orillas, no permitiremos el avance del negacionismo”, afirmó Zaffaroni Islas, quien a partir de su propia historia describió: “Yo soy una sola persona con dos vidas. Es importante tender un puente porque son muchos los nietos por recuperar. No siempre es fácil recuperar la identidad, pero es sanador, no hay una sola forma de recibir la noticia, ni de expresarlo, todo es válido.”

La ilustradora Sabrina Gullino Valenzuela Negro declaró que nos encontraremos con un libro que tiene una buena lectura para los jóvenes y que es necesario hacer puentes intergeneracionales. “Tiene una apuesta para ser soporte pedagógico, para ser utilizado en el aula. Es una cartografía poética y también política”. “La memoria y la identidad es conflicto y dolor. Pienso en las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo frente a lo trágico, ellas nos dan una clase magistral de ciudadanía”, finalizó Guillino Valenzuela Negro, quien restituyó su identidad en 2008 y como se autodenomina “hermana que busca” porque su hermano mellizo continúa desaparecido. 

“Necesitamos la verdad para ser libres. Los que faltan encontrar no son libres, siguen presos del delito”, subrayó Argento, quien sostuvo que es muy compleja la restitución de la identidad pero que es necesario saber y conocer esa parte de la historia que es propia de un país. “Escribí este libro porque hay desaparecidos que pueden aparecer y en cada nieto que aparece le devuelve la esperanza a este país. Les tenemos que contar a los jóvenes que eso estuvo mal, y que está demostrado en la justicia”, explicó. Y en diálogo con ANCCOM, al terminar la presentación se explayó: “Yo creo que a veces es difícil contar lo que sucedió porque no hace mucho que ocurrió, de hecho, muchos de los protagonistas están vivos, y a los nietos se los siguen buscando y todavía son víctimas, entonces es muy reciente esta historia. Pero al mismo tiempo como es reciente podemos contarlas a través de las personas que la vivieron directamente. Por eso, en el caso de los nietos me parece muy importante para reconstruir la memoria hablar con los protagonistas, hablar con las víctimas y sobre todo hablar mucho con los nietos porque son una prueba en vida de lo que fue el secuestro, la tortura, el robo de bebés, el plan sistemático”.

Argento continuó sobre la vigencia del delito de apropiación: “En el libro hay un caso de un nieto, Ezequiel, que cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense encontró los restos que podían ser de sus padres se identificaron esos restos gracias a su sangre. Entonces, todo eso sigue ocurriendo y es parte de nuestra vida. Pero hay que seguir contándolo ahora porque dentro de algunos años ninguno de nosotros va a estar, entonces hay que ir contándolo para ahora, para que los que van naciendo conozcan la verdad y también para el futuro. Para que cuando esto sea histórico o muy viejo tengamos estos testimonios para la posteridad”.

Las coautoras Mariana Zaffaroni Islas y Sabrina Gullino Valenzuela Negro, cuyas historias también son parte del libro, contaron lo que significó volver a escribir y a contar una vez más sus propias vidas. “Realmente fue muy movilizante, al escribir cada historia se te vuelve a pasar por el cuerpo la tuya y decís esto yo lo sentí, yo sé cómo se sintió y entiendo lo que es haber pasado por eso y comparto esto, también había cosas que decía qué loco lo que le paso, qué tremendo, que terrible: esto gracias a Dios a mí no me paso. Hay como un permanente ponerse en el lugar del otro o saber cómo se siente el otro, y, por otro lado, también hay experiencias y vivencias totalmente nuevas”, confesó Zaffaroni Islas. “Sin ninguna duda, lo más difícil fue escribir mi historia en primera persona porque yo dije, ´Bueno ya lo conté muchíusimas veces´ y no es una vez más porque escribirla yo y elegir qué contar fue un montón. También es movilizante leer las otras historias que contó Analía, todas las historias son increíbles y son únicas como cada una de las personas que la vivió”, concluyó.

Por su parte, Sabrina describió: “Para mí fue un gran desafío, porque si bien algunas de las historias las conocía, volverlas a leer te atraviesa cada vivencia de los protagonistas. Está tan lindo escrito, es muy ameno pero no deja de ser bastante fuerte y en relación a cada una de las experiencias, pero también es sanador y creo que en cada una de estas historias que no son tan conocidas también es un reconocimiento necesario y una visibilización a las historias que parecen estar más alejadas, me parece que también es darle voz y darles un lugar, una visibilidad gráfica, desde mi lugar, a estas historias que son muchas, distintas y todas tienen sus características y particularidades”.

Los nietos te cuentan cómo fue se terminó de imprimir en diciembre de 2023, al cumplirse 40 años de la recuperación de la democracia más larga de la República Argentina. “Estamos convencidas de la necesidad de seguir contando para no olvidar, para que el Nunca Más no se repita y para seguir encontrando a los que faltan”, es el deseo de las autoras, la editorial y de gran parte del pueblo argentino que seguirá sosteniendo la memoria.

La búsqueda continúa

La búsqueda continúa

Belén Altamiranda Taranto es nieta recuperada y hace pocos días asumió como titular de la filial cordobesa de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. El legado que recibe y el discurso negacionista que aflora.

“Darnos la posibilidad y la legitimidad de hacer este traspaso generacional porque sabemos que la búsqueda continúa: hay muchos hermanos que seguimos buscando”. Quien habla, Belén Altamiranda Taranto, nació en el Hospital Militar de Campo de Mayo en junio de 1977 durante el cautiverio de su madre, Rosa Luján Taranto, y su padre, Horacio Antonio Altamiranda, quienes pasaron por el Centro de Detención, Tortura y Exterminio “El Vesubio”. El 29 de junio de 2007, Belén recuperó su identidad y hace unas semanas asumió como titular de la filial cordobesa de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. 

¿Cómo llegó a participar en Abuelas?

A los pocos meses de mi restitución, en febrero de 2008 pude entrar a colaborar en la búsqueda de nietos, gracias a la abuela Sonia Torres, que era la titular de la filial de Córdoba. Desde ese momento, empecé a aportar mi granito de arena en la localización y restitución de los nietos que faltan, hombro a hombro con ella y toda la organización. Primero empecé en el área de Presentación Espontánea, que es donde yo me había presentado con dudas sobre mi identidad. Después pasé a trabajar en el Área de Investigación, donde luego fui coordinadora. Ahí trabajamos con datos que nos llegan sobre personas que pueden ser las que buscamos.

¿Cómo la terminaron eligiendo como titular?

Desde el año pasado, formo parte de la Comisión Directiva de Abuelas. Lamentablemente, hace unos meses falleció la abuela Sonia y tengo la responsabilidad, que tomo con mucha gratitud, de hacerme cargo de la filial de Córdoba.

¿Cómo se siente ocupando el rol de Sonia Torres?

Las abuelas son irremplazables. Nunca vamos a poder sustituirlas ni es la intención, pero sabemos que cada institución es orgánica y cada filial tiene que tener su titular. Ellas son únicas. Más allá del dolor que sentimos todavía, sabemos que la institución sigue y que hay cuestiones institucionales que tenemos que seguir resolviendo. En mi caso, es trabajar como todos los días, tomando este desafío de continuar. Igualmente, no estoy sola: esto es un trabajo colectivo. Estoy muy agradecida por el respaldo y el apoyo que me brindan desde los trabajadores que le ponen el cuerpo a la Comisión Directiva. Aquí estamos, continuando, porque quedan muchas cosas por hacer. Siempre guiándonos por las enseñanzas que nos dieron las abuelas desde que pisamos esta institución.

¿Cree que su rol de hija y nieta aporta algo nuevo en Abuelas?

Las Abuelas fueron y son extremadamente sabias. A lo largo de toda su historia tuvieron esta apertura para dejarse aconsejar y abrir las puertas a las personas que se incorporaban a la institución. No se sentaron ellas solas. Por eso también se conformaron las distintas áreas de la institución: cada uno iba aportando para lograr todo esto que es Abuelas de Plaza de Mayo. Cuando nosotros íbamos creciendo, se creó Prensa para difundir la búsqueda, sabiendo que podían llegar a nosotros ya grandes, que podíamos ser partícipes de nuestra búsqueda.

Y también tener un lugar dentro de la organización…

Muchos años atrás se modificó el estatuto para que ingresen nietos recuperados y hermanos que buscan a la Comisión Directiva como para darle continuidad a la lucha. Darnos la posibilidad y la legitimidad de hacer este traspaso generacional porque sabemos que la búsqueda continúa: hay muchos hermanos que seguimos buscando. Fue un proceso, que lo tomamos con orgullo, felicidad y compromiso. Los que estamos más activamente y quienes no, ayudamos desde el rol que nos toca en la búsqueda de los nietos. Es el compromiso de ir tomando la posta y poder continuar.

¿Cuál es la situación de las restituciones en Córdoba?

De embarazadas cordobesas, que son cordobesas y que desaparecieron en la provincia o en otros lugares, sólo se pudo restituir un caso, el de la nieta Marcela Solsona. Los que fuimos restituidos por la filial Córdoba, porque nos presentamos ahí o porque surgió ahí una investigación, somos todos nacidos en otras provincias y con padres de otras provincias. Las filiales se desarrollaron como medida estratégica para que no todo venga a Buenos Aires por las distancias y el tiempo. La búsqueda es colectiva, quizá en las provincias se puede hacer un trabajo más personalizado, centralizado en la región, pero buscamos a todos los nietos.

¿Cuántos nietos faltan encontrar?

El número aproximado es 300. Se sacó en base a las denuncias de hijas o nueras embarazadas al momento del secuestro. Puede aumentar porque, aunque parezca mentira y que pasó tanto tiempo, algunos se animaron a hacer la primera denuncia sobre lo que ocurrió recién hace un par de años. Eso ha permitido completar los grupos familiares o identificar genéticamente.También son datos que se obtuvieron en los juicios, donde los sobrevivientes pudieron contar y se llegaron a resolver casos que en su momento no dieron o dieron negativo.

¿Por qué cree que se animan a denunciar después de tantos años? 

Porque, como dice la palabra, el “terrorismo de Estado” impuso el terror, el “no te metás”, “miren para otro lado”, sabiendo las atrocidades que estaban pasando. Que algunos sobrevivientes hayan sobrevivido era también para que contaran lo que iba a pasar si “seguían molestando”, como ellos decían, o pensando en la forma que no era la militar. Esto dejó heridas en la sociedad que siguen estando ahí. Entonces, pasa que datos de un posible hijo de desaparecidos aparecen después de mucho tiempo. Animarse a brindar la información sabiendo cómo trabaja Abuelas -con contención y confidencialidad no sólo de los que se acercan buscando, sino de los que nos dan algún tipo de información- es también un proceso personal de cada uno, no debe ser fácil estar con ese miedo y con todo eso que tenés adentro y no podés sacar.

¿Cuál es su lectura del panorama electoral?

Estamos en un período como todos, alerta y preocupados por la dirección que pueda llegar a tener nuestro país, como cualquier ciudadano. Abuelas va a seguir trabajando como todos los días, buscando a los nietos. Es como nos dicen ellas, que atravesaron distintos periodos de la historia, desde el más terrible de buscar a sus hijos y salir a tocar las puertas en plena dictadura que significaba seguir o morir, con las abuelas que fueron perseguidas y las familias… Nosotros seguimos no solamente por nuestra causa, sino para que permanezcan las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que se lograron, para fortalecer y valorar la democracia que tanto tiempo, sangre y dolor nos costó. Por ahora tenemos incertidumbre, pero la certeza de que vamos a seguir como hasta ahora. Se irá viendo en la marcha. La lucha y la resistencia están y tenemos a las mejores guías para poder continuar.

¿Y con el surgimiento de los discursos negacionistas?

El tema del negacionismo no dejó de existir, pero había más cuidado en decirlo abiertamente, sobre todo quienes ejercen funciones públicas. Nunca  hay que confrontar, pero sí armar debates y poder contar lo que verdaderamente pasó, porque los fundamentos son reales y no tenemos nada que esconder ni mentir. Hay que seguir educando y llevando la palabra de Abuelas. Cuando yo iba a la secundaria no veíamos el terrorismo de Estado, pero ahora todas las escuelas tienen la obligación de enseñar esa parte de la historia de nuestro país. Podemos pensar ideológicamente distinto, pero en estas cosas, en defender la democracia y los derechos adquiridos (ESI, diversidades sexuales) tenemos que resistir unidos porque nos compete a todos, más allá de los partidos políticos o a quién hayamos votado. Va a ser un trabajo difícil, de mucha templanza, pero tengo una llamita de esperanza. Hay que seguir, no podemos bajar los brazos.

El juicio por los crímenes del “Villazo” seguirá en febrero

El juicio por los crímenes del “Villazo” seguirá en febrero

En los Tribunales Federales de Rosario se lleva el proceso oral y público en la que se juzga la participación del empresariado de Acindar y civiles en la represión desplegada antes y durante el golpe militar y La Triple A contra los obreros metalúrgicos

El Villazo de 1974 resurge estos días con el inicio del juicio que tratará la represión vivida por los obreros metalúrgicos de la ciudad de Villa Constitución en la provincia de Santa Fe. El 13 de noviembre comenzó en los Tribunales Federales de Rosario, el proceso oral y público de esta importante causa en la que se juzga la participación del empresariado de Acindar y civiles en aquella represión desplegada antes y durante el golpe militar. La Triple A, las fuerzas represivas y la empresa Acindar serán juzgados en la ciudad donde ocurrieron los hechos y deberán escuchar los testimonios de las víctimas y sus familiares, luego de diez años de investigación por parte de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos. 

En la última audiencia se escuchó la detallada declaración de Oscar “Pacho” Juárez, militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) en los años setenta y hoy del MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores), quien vivió en carne propia lo que es capaz de hacer la clase obrera y el pueblo para defenderse frente a la represión. En diálogo con ANCCOM contó cómo fueron esos días y adelantó que el juicio continuará en febrero de 2024. 

Un poco de historia

El Cordobazo de 1969 abrió un importante movimiento de luchas obreras y populares que se extendieron por distintos puntos del país. Un “azo” poco conocido es el llamado Villazo que se dio en Villa Constitución, al sur de la provincia de Santa Fe en 1974, que se enfrentó y sufrió la represión de un gobierno constitucional: el tercer mandato peronista.

Todo comenzó con un proceso de defensa de las comisiones internas y de los delegados combativos de dicha ciudad, particularmente en la poderosa empresa Acindar que tenía como uno de sus gerentes a José Alfredo Martínez de Hoz, quien poco después se convertiría en el conocido ministro de economía de la dictadura. 

Cuando la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) convocó a elecciones en enero de 1974 en todas las seccionales, menos en Villa Constitución ―donde la burocracia sindical tenía posibilidades de perderla―, las asambleas no se hicieron esperar y más de seis mil obreros se organizaron contra ella. “Queríamos evitar el robo de los descuentos para la obra social que todos los meses nos hacían, cuando en Villa no había ni siquiera una ambulancia. Recuperar los aportes y lograr una asistencia social como se merecía la gente era una de las razones por las cuales la Lista Marrón obtuvo gran apoyo en la población de Villa Constitución”, recuerda Oscar “Pacho” Juarez.

Estalló una gran huelga metalúrgica en defensa de los delegados, con el fin de que se realizaran elecciones libres. Se logró establecer un comité con el compromiso de normalizar el sindicato en un lapso de ciento veinte días, con dos delegados de cada una de las fábricas que habían participado en el conflicto y con el compromiso de llamar a elecciones. Mil doscientas personas, es decir la mitad de la ciudad,  celebraron este triunfo de los obreros y trabajadores: este fue el primer Villazo, el 16 de marzo de 1974. Sin embargo, “ese triunfo demoró en concretarse porque el sindicalismo perdedor de Lorenzo Miguel no cumplió lo que había firmado en el acta y recién otorgó las elecciones a fines de noviembre del 74’ y entregó el sindicato los primeros días de diciembre”, cuenta “Pacho”.

Operativo “Serpiente Roja del Paraná”

Frente al triunfo de la Lista Marrón con el 67% de los votos, las patronales decidieron militarizar la fábrica de Acindar con la Policía Federal convirtiéndose en la antesala de lo que luego sería un centro de detención clandestina.

La respuesta al movimiento de los obreros y al Villazo llegó en la madrugada del 20 de marzo de 1975. La ciudad fue invadida por un operativo enviado por el gobierno de Estela Martínez de Perón, con la complicidad de Martínez de Hoz, acusándolos de una conspiración subversiva. 

Más de cuatro mil agentes de las fuerzas represivas legales e ilegales como la Triple A y la Juventud Sindical Peronista, efectivos policiales y una caravana de Falcón llegaban desde las ciudades de Rosario y Buenos Aires. Coparon la ciudad, allanaron las casas y el sindicato, y encarcelaron a casi toda la conducción de la seccional. 

“Me fueron a buscar, yo vivía en una pensión, pero me salvó que era delegado y estaba trabajando en el turno noche. Se veía desde la fábrica una caravana inmensa de autos y camiones con las luces encendidas. Se desplegaron por todos los barrios, llevaban las direcciones de las credenciales que, se cree, las patronales le habían pasado”. El resultado fue una cacería de delegados, militantes y activistas obreros, en su mayoría de la UOM, que dejó un saldo de sesenta y nueve víctimas y la detención de unos doscientos trabajadores.  

 

A la espera de la justicia

A casi 50 años de los hechos, a mediados de noviembre comenzó el juicio por la causa Villazo donde 22 imputados –entre ellos dos civiles empleados de Acindar– serán juzgados por los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Ejército y la Triple A, que incluyen la privación ilegítima, torturas, asociación ilícita y homicidios, en perjuicio de 69 víctimas. Es importante señalar que gracias al reclamo de los familiares, las víctimas y los organismos de derechos humanos, se tiene en cuenta que la represión inició antes del golpe militar, para probar que el terrorismo de Estado comenzó con anterioridad al 24 de marzo de 1976. Por otra parte, fue gracias a la insistencia de la querella que el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario permitió que las víctimas y sus familiares declaren en Villa Constitución. 

Tras diez años de investigación por parte de la APDH, el juicio –que conducen los jueces Germán Sutter Schneider, Ricardo Moisés Vázquez y Otmar Paulucci, con la acusación fiscal de  Adolfo Villate, de la Unidad de Derechos Humanos de Rosario–, será retomado en febrero de 2024 luego de la feria judicial. “Existió un gran encubrimiento de los gobiernos, de los partidos políticos que se jugaban en las campañas electorales y se negaban rotundamente a sacar un tema como el que hoy estamos juzgando. En esta provincia el peronismo tuvo la mayoría de los gobernadores. Lo mismo sucedió por dos o tres mandatos por parte de los radicales y los socialistas. Sostenían que los crímenes habían empezado en el 76’ ”, explica “Pacho” en relación al tiempo transcurrido.

Entre los veintidós imputados están los exjefes de personal de la empresa Acindar, Roberto Pellegrini y Ricardo Torralvo, que colaboraron con los represores al señalar a trabajadores y líderes sindicales. Es la primera vez que en la provincia se juzga también a los empresarios y responsables civiles de la dictadura. “Están muy comprometidos, tenemos los sobres sueltos que Acindar le pagaba para reprimir. Ellos fueron parte, Acindar fue parte del plan”, reflexiona Juárez.

En la audiencia del 4 de diciembre, con la presencia de los diputados del MST en el FIT-Unidad Alejandro Bodart y Cele Fierro, “Pacho” declaró que estuvo detenido por más de un mes junto a otros compañeros, y contó lo que sucedió con el local sindical de Villa Constitución: “Esa patota lo convirtió en un lugar de tortura donde luego entregaban a los compañeros a la Federal o a la Triple A. Lo mismo sucedió en Acindar”. En su testimonio también describió cómo se organizaron desde el Comité de Huelga y contó que ese movimiento no solo incluía a los metalúrgicos, “sino a toda la población de Villa y de localidades vecinas”. También destacó el rol de la Comisión de Mujeres que se organizaron en los barrios para atender a los heridos y sostener la huelga. 

Hasta ahora hubo 16 declaraciones de las 110 que aún esperan declarar y que el juez ha aceptado. “Teníamos como 500 testigos, pero tuvimos que bajarlos a 200 y luego a 110 porque de lo contrario se hacía muy largo”, aclaró Juárez. Los acusados han seguido la lectura de las pruebas fundamentales de cada una de sus víctimas y la explicación de los intereses que compartían el estado constitucional, el poder económico representado por Acindar y la burocracia que desembocaron en el operativo contra el movimiento obrero. 

Con una ciudad en vilo y expectante por el resultado de este esperado juicio, el Tribunal Oral retomará las declaraciones luego de la feria judicial en febrero de 2024.

El periodista que incomodó a Videla y se transformó en portavoz de Alfonsín | Estuve ahí

El periodista que incomodó a Videla y se transformó en portavoz de Alfonsín | Estuve ahí

José Ignacio López fue uno de los pocos que se animó a desafiar la censura en plena dictadura. Su recompensa fue convertirse en el vocero del primer presidente en el regreso de la democracia.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
“Más de cuatro décadas de lucha no podrán borrarse de un plumazo”

“Más de cuatro décadas de lucha no podrán borrarse de un plumazo”

Los Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz realizaron su acto aniversario por los 46 años de la desaparición de sus seres queridos y entregaron distinciones a quienes han acompañado la defensa de los derechos humanos y la democracia en estos años.

El viernes 8 de diciembre, se realizó el acto homenaje por los 46 años del secuestro de los 12 de la Santa Cruz, convocado por los familiares y compañeros, al lado del Solar de la Memoria de la Iglesia de la Santa Cruz. El acto comenzó a las 18.30 y durante tres horas se disfrutó de bailes, música, discursos y entregas de pañuelos para hacer memoria. Se trató de un evento conmovedor, pero que también puso foco en la necesidad de continuar la lucha y mantener la cabeza en alto pase lo que pase, bajo la consigna: “Hoy más que nunca: Democracia es Justicia Social, Memoria, Verdad y Justicia, Son 30000”.

La tarde estaba cálida pero no abrumaba. La calle Estados Unidos que va desde su intersección con General Urquiza hasta 24 de Noviembre estaba cortada y, en vez de autos, estaba lleno de sillas blancas enfrentadas a un escenario. A pocos minutos del inicio del acto, las sillas ya se encontraban ocupadas en su totalidad y quienes no habían conseguido una, tomaban posición parados en la vereda. Entre los concurrentes se encontraban el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietergalla Corti y el embajador francés Romain Louis Nadal, así como las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, Carmen Lareu y la hija de la madre desaparecida, María Adela Pérez de Antokoletz.

La presencia del embajador francés se debe a que dos de las desaparecidas que reivindica el organismos “Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz” eran las religiosas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, secuestradas entre el 8 y 10 de diciembre de 1977 en las inmediaciones de la iglesia, junto a otras diez personas. Ellas participaban allí de reuniones junto a integrantes de Madres de Plaza de Mayo y militantes de derechos humanos, cuyo objetivo era la publicación de una solicitada con los nombres de los detenidos desaparecidos hasta ese momento. Sin embargo, en esas reuniones se había infiltrado el marino Alfredo Astiz, apodado “Ángel Rubio”, bajo el nombre de Gustavo Niño. El 8 de diciembre de aquel 1977, el Grupo de Tareas 3.3.2. de la Armada secuestró a 10 personas, entre las que estaban Domon, las Madres Esther Careaga y Mabel Bianco y la activista Ángela Auad. El 10, secuestraron a Duquet y a Azucena Villaflor de De Vincenti, fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Los secuestrados fueron trasladados a la ESMA y asesinados en los vuelos de la muerte, pero cinco cuerpos aparecieron en las costas de Santa Teresita. Estos fueron sepultados en el cementerio General Lavalle como “N.N.”. Tiempo después, gracias al trabajo de antropólogos forenses, en 2005, pudieron identificar los cuerpos de Duquet, Auad y de las madres.

Luego siguieron los reconocimientos: Familiares y Compañeros de los 12 de Santa Cruz reconocieron el trabajo del “periodismo comprometido con el pueblo trabajador, la defensa de los intereses de la patria, los derechos humanos y la lucha por la memoria, la verdad y la justicia” y les entregaron pañuelos a dos integrantes de Página/12; el director general Hugo Soriani y la periodista de Judiciales y Derechos Humanos Luciana Bertoia. Soriani destacó que la Iglesia de la Santa Cruz es “una institución que abrazó y acompañó”, agradeció a los Familiares y Compañeros y expresó que el premio no era para él, sino para “ese diario que hicimos hace 37 años pensando que iba a durar seis meses”. Bertoia también agradeció a los Familiares y Compañeros y destacó el hecho de compartir “este reconocimiento con personas que queremos y admiramos tanto”, que, a pesar de la dificultad de los próximos años, “acá tenemos un faro que nos ha marcado el camino durante estas cuatro décadas, sobre todo a aquellos que nacimos en democracia”. Luego señaló a las Madres, las Abuelas, los Familiares y los organismos de derechos humanos como “un ejemplo al que recurrir cuando se ponga en duda la memoria, la verdad y la justicia”. Finalmente, Bertoia destacó el trabajo de sus compañeros en Página/12 y de sus colegas en los medios públicos.

Los últimos dos reconocimientos fueron a Teresa Parodi y Liliana Herrera, quienes se subieron al escenario a tocar canciones como “Aún caminan conmigo” de Parodi, “La canción es urgente” de Silvio Rodríguez, en la que Parodi se paró y cantó ante un público tan conmocionado como ella, y finalizaron con “Esa Musiquita”. Luego de que las artistas reciban un gran aplauso de parte del público, las integrantes de Familiares y Compañeros Cecilia de Vicenti y Mabel Careaga subieron al escenario nuevamente para afirmar su compromiso y apoyo a un modelo de país “donde el Estado garantice la salud, la educación, la cultura, los derechos y las universidades” y señalaron que las propuestas del gobierno de Javier Milei “nos llevan 40 años atrás”, pero también que “más de cuatro décadas de lucha no podrán borrarse de un plumazo” y que “la recuperación del avión del cual fueron arrojados vivos nuestros 12 familiares, compañeros y compañeras es un ejemplo de lo que se puede hacer desde el Estado cuando hay voluntad política de sostener y defender la memoria histórica de la patria”.

Como cierre, se repartieron rosas entre el público para ser alzadas junto a los gritos de “¡Presente!” luego de nombrar a cada desaparecido. Cuando terminó la lista, otra empezó: y el público se turnaba para alzar sus voces y nombrar a sus familiares y conocidos desaparecidos. Finalizado el acto, el público se acercó al Solar de la Memoria para dejar las rosas ante las tumbas de María Ponce de Bianco, Esther Ballestrini de Careaga, Leonie Duquet y Ángela Auad, o ante las placas que conmemoran a los otros ocho desaparecidos. En el fondo, se escuchaban los bombos de Talleres Batuka despidiendo este acto homenaje.

La Fiscalía pidió 15 años de prisión para Donda Tigel

La Fiscalía pidió 15 años de prisión para Donda Tigel

El Ministerio Público Fiscal acusó al militar de haber sido partícipe y coautor de la apropiación de su sobrina, Victoria Donda. Durante cuatro audiencias desplegó las pruebas que dan cuenta del conocimiento, participación y ocultamiento del delito.

El Ministerio Público Fiscal pidió, ante el Tribunal Oral Federal N° 6, quince años de prisión para Adolfo Donda Tigel, la pena máxima prevista por el delito de sustracción y ocultamiento de una menor. En este caso, de su sobrina Victoria Donda, restituida en 2004.

“Por todo lo expuesto Adolfo Donda deberá responder como partícipe necesario en la sustracción de una menor del poder de sus padres y como coautor en su retención y ocultación de una menor. Teniendo en cuenta todos los argumentos expuestos hasta este momento y por la gravedad de los hechos solicitamos que se lo condene a quince años de prisión”, fueron las palabras del Fiscal General Pablo Parenti; quien junto al doctor Iván Polaco, finalizaron de exponer su alegato el miércoles último, luego de cuatro audiencias destinadas a tal fin. Semanas antes, la querella de Abuelas había pedido la misma pena luego de un alegato de tres audiencias.

“Solicitamos al Tribunal que se declare expresamente, que los hechos constituyen por un lado un crimen de lesa humanidad, y por otro, que implicaron una forma específica de violencia contra la mujer por su condición de tal, es decir, que se trató de una conducta constitutiva de violencia de género”, agregó Pablo Parenti.

Durante las cuatro audiencias que duró el alegato, los representantes del Ministerio Público Fiscal hicieron un recorrido con testimonios de sobrevivientes y pruebas que sostienen que Donda Tigel prestaba servicios en la ESMA en agosto de 1977, fecha en la que se presume el nacimiento de Victoria. “Vamos a formular nuestra acusación contra Adolfo Donda, dado que a la luz de la prueba producida en este juicio quedó demostrado que fue partícipe necesario de la sustracción de Victoria y coautor de su posterior retención y ocultación”, comenzó en su alegato el doctor Pablo Parenti. 

“Vamos a referirnos a lo que dijo Donda en las indagatorias. Donda se coloca prácticamente en situación de víctima de la Armada. Según él acusado, y así lo dijo textualmente, todos sabían menos él”, subrayó el fiscal. “El sería una víctima de la Armada porque le ocultaron que su cuñada estuvo meses secuestrada en la ESMA, que tuvo a su hija en el lugar y que la beba fue entregada a un integrante del grupo de tareas de la ESMA. Donda, según su versión, sería una de las víctimas de la ocultación y prácticamente podría ser querellante y no acusado en este juicio. La verdadera historia es que no se le ocultó nada, la Armada decidió hacerlo parte de los hechos y él dio claras muestras de fidelidad y compromiso”, sentenció Parenti.

“Las familias estaban desesperadas. Presentaban habeas corpus y hacían mención de que María Hilda “Cori” tenía un embarazo avanzado, obviamente no podían denunciar que estaba secuestrada porque no lo sabían. Sí lo sabía Donda, pero su compromiso era con la Armada y con el plan represivo antes que con su propia familia. Su silencio garantizó que efectivamente el parto, la sustracción y la desaparición de Victoria se produjeran en condiciones de clandestinidad”, explicó en otros pasajes del alegato el Fiscal General. “Donda callaba, pero Leontina, la madre de María Hilda Pérez, se ponía en riesgo y salía a la calle mientras fundaba “Abuelas de Plaza de Mayo” en 1977 en plena dictadura. Muchas de estas mujeres eran vigiladas y desaparecidas nada menos que por integrantes del grupo de tareas de la ESMA”, señaló Parenti.

El fiscal Iván Polaco se refirió a cuando el imputado declaró anteriormente no haber visto a María Hilda en la ESMA y negó cualquier conocimiento acerca de lo que sucedió luego: “Cuando esta fiscalía le preguntó si durante 1976 había desempeñado alguna función en la llamada lucha contra la subversión, dijo que en esa época no podía haber ningún miembro de la Armada que no estuviera afectado a la lucha contra el terrorismo. Frente al tono evasivo de sus respuestas, el presidente del tribunal le preguntó concretamente si cumplió funciones en la ESMA en 1976 y Donda lo negó”. 

El imputado también sostuvo que sus padres tampoco supieron sobre el embarazo de su cuñada. Al respecto, explicó que su hermano había enviado dos cartas a su madre, y que en ninguna de las dos había dicho que María Hilda estuviera embarazada y tampoco lo manifestó en ninguna otra oportunidad. Por lo demás, Donda negó haber visto mujeres embarazadas en la ESMA, así como la existencia de un sector especial para los partos.  

La fiscalía recordó a la testigo María Iris Pérez, tía de Victoria, cuando en este juicio declaró que desde el primer momento se buscó recurrir a Adolfo Donda para que los ayudara. La testigo contó, en este sentido, que “Cuqui”, madre del imputado, recibió un llamado de su hijo José María, avisándole que habían secuestrado a “Cori”, y le dijo específicamente que hablen con el “Doctor Donda”. el pedido de ayuda no podría ser más explícito. Por lo tanto, la versión presentada por el imputado acerca del desconocimiento de sus padres sobre el embarazo se encuentra claramente refutada.

“Cada una de estas afirmaciones dirigidas a evadir su responsabilidad son refutadas por toda la prueba documental y testimonial producida durante este juicio. Además, existe una prueba documental de Donda en la ESMA en 1976, cumpliendo tareas represivas por las que fue calificado elogiosamente y a estas pruebas se le suman testimonios”, concluyó el fiscal Polaco. 

El doctor Pablo Parenti se refirió a la relación entre el acusado y dos protagonistas claves de la apropiación, Héctor Febres (miembro de los grupos de tareas de la ESMA) y Antonio Azic (apropiador de Victoria): “Es claro que Adolfo Donda durante años cumplió funciones en la ESMA. Secuestraba, torturaba y también sustraía a los bebés de otras detenidas que, como su cuñada, tuvieron que pasar por la pieza de las embarazadas, parir allí a sus bebés y después ver cómo se las sacaban de sus brazos para no volver a verlos nunca más. Compartía sus días con Febres, el encargado de las embarazadas. Febres era el que, como el propio Donda hizo con “Cori”, le prometía a las detenidas que sus bebés iban a estar bien y que los iban a llevar con sus familias”.

“Febres era uno de sus compañeros, mejor dicho, uno de sus subordinados durante años, el padrino de su sobrina. Otro de sus compañeros de la ESMA por años, con el que secuestraba, torturaba y también se apropiaba de los bienes de los secuestrados, era Azic, el apropiador de su sobrina Victoria. En este juicio quedó acreditada la relación y vínculo personal que unía a Donda con Azic”, describió Parenti. 

El fiscal general mencionó la declaración del testigo Carlos Muñoz, secuestrado en la ESMA desde noviembre de 1978 hasta febrero de 1980: “La alta valoración que hacían el resto de los oficiales sobre Donda, reafirmaba que evidentemente, algo había, como un plus en el reconocimiento de Donda. Evidentemente estaba asociado al caso de “Cori” que constituye una excepción a la regla en dos sentidos”.

El caso de Victoria presentó dos elementos distintivos. Su madre María Hilda “Cori” Pérez fue trasladada a la ESMA desde otro centro clandestino a cargo de la Fuerza Aérea, varios meses antes de la fecha del parto. La segunda circunstancia distintiva es que se rompió una especie de “regla general” según la cual los bebés nacidos en la ESMA provenientes de secuestros realizados por otras fuerzas regresaban al dominio de esas fuerzas, una regla que parecía inquebrantable, pero aparentemente no fue así, y el caso de Victoria lo demuestra. El incumplimiento de esta regla puede explicarse por el parentesco de Adolfo Donda con la niña y su intervención directa en el caso. “Debe valorarse especialmente el parentesco del acusado con las víctimas ya dijimos que se trata de un caso atroz dentro de lo atroz en el que el acusado mantuvo una lealtad absoluta a los planes criminales de la Armada a pesar de que afectaban gravísimamente a su familia. Estamos hablando de una conducta que implicó callar, ocultar a su familia que su cuñada iba a ser obligada a parir en la ESMA y de que su cuñada iba a parir allí en esas condiciones, mientras su hermano desaparecido enviaba mensajes a su familia implorando su ayuda. Le dijo a su cuñada que se quedara tranquila, que su bebe iba a ser llevado con sus abuelos. Pero luego de que se la arrancaron de sus brazos, se la entregaron a un integrante del grupo de tareas, a quien (Donda) veía cotidianamente por años. Él siguió ocultando los hechos frente a su papá, su mamá y frente a Eva Daniela, esto también debe reflejarse en la pena a aplicar”, finalizó Pablo Parenti.

Con toda la prueba desplegada, el Ministerio Público Fiscal pidió quince años de prisión para el acusado, la misma pena que solicitó la querella de Abuelas de Plaza de Mayo. El juicio continuará el miércoles 20 de diciembre con el alegato de la defensa del acusado.