Misiones criminaliza la protesta

Misiones criminaliza la protesta

Meses después de que el foco mediático se posara sobre Posadas por los reclamos salariales de policías, docentes y personal de la salud, el gobierno de Hugo Passalacqua judicializó a una docena de trabajadores sanitarios que ejercieron el derecho a la protesta.

A fines de mayo, la atención de los medios masivos estuvo en la provincia de Misiones, donde personal policial se unió para reclamar mejoras salariales y tomó varias dependencias de la fuerza. Aquella protesta, que obtuvo el nombre de “Misionerazo”, también incluyó a docentes y personal de salud de la misma provincia en la que hace más de dos décadas gobierna el Frente Renovador de la Concordia Social, una fuerza política provincial creada por el exmandatario Carlos Rovira.

Hugo Passalacqua, actual gobernador, responde a ese espacio y es uno de los eventuales aliados del presidente Javier Milei, ya que con sus cuatro diputados -Alberto Arrua, Carlos Alberto Fernández, Yamila Ruiz y Daniel Vancsik, todos del bloque Innovación Federal- ha colaborado en el Congreso levantado la mano para aprobar la Ley Bases y se han abstenido en las sesiones para insistir contra los vetos a la reforma jubilatoria y la Ley de Financiamiento Universitario, a pesar de haber votado a favor de ambas iniciativas previamente.

Mientras tanto, los trabajadores públicos de la provincia de Misiones reciben uno de los sueldos más bajos del sector a nivel nacional. Por eso mismo es que recrudecieron las protestas a fines de mayo, cuando toda la Argentina hablaba de lo que ocurría allí.

Casi cinco meses después de aquellos acontecimientos, ningún medio nacional habla del tema y los trabajadores que salieron a la calle para reclamar por cobrar un salario acorde siguen en la misma lucha. Lo que cambió es que ahora enfrentan una inédita causa penal por haber reclamado. Doce trabajadores de la salud fueron llamados a indagatoria por el juez Ricardo Balor luego de que el Ministerio de Salud provincial, a cargo de Héctor González, los denunciara por haber tomado el edificio.

Jorge “Koki” Duarte es una de esas personas que fue apuntada por la Justicia. En diálogo con ANCCOM, defiende su accionar y el de sus colegas durante aquellas semanas de mayo y arremete contra la gestión de Passalacqua.

“Estábamos planteando la necesidad de mejorar nuestro salario, que el promedio en ese entonces estaba ubicado entre 450.000 pesos y 500.000 pesos en trabajadores estatales de distintas reparticiones. Hicimos una protesta frente al Ministerio de Salud, donde ocupamos la vereda, la calle y en un momento el hall de entrada del edificio, lo que para las autoridades configura una toma”, relata el enfermero profesional, que trabaja en el Hospital Nivel III de la ciudad de Oberá.

“Una toma implica afectar el funcionamiento del área o de las oficinas e impedir la entrada y salida del público. Y la verdad es que todos los trabajadores del Ministerio de Salud Pública podían entrar y trabajar en sus oficinas, mientras que la gente que iba a hacer trámites o a buscar remedios -hay una farmacia en el edificio- podía entrar. No era una toma, simplemente una vigilia en espera de una respuesta de las autoridades para nuestras demandas salariales”, remarca Duarte, quien integra la comisión provincial de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A).

“El partido gobernante está llevando adelante distintos mecanismos para callar las voces que venimos denunciando el avance sobre nuestros derechos. En estos últimos años hemos llevado adelante grandes luchas por el tema de la no construcción de represas en nuestra región, por ejemplo”, argumenta. “Y este año venimos dando batalla contra el lineamiento que la provincia de Misiones tiene con el Ejecutivo Nacional de ajustar a los sectores más vulnerables, como son los trabajadores y los jubilados. Esa batalla tuvo un pico en mayo, cuando la educación y la salud salieron a la calle junto a la Policía”, remarca.

Imputados por protestar

La denuncia penal por “ocupación” fue impulsada por el subsecretario de Salud, Héctor Proeza; junto al subsecretario de Recursos Humanos de la cartera sanitaria, Rodolfo Fernández Sosa. En los últimos días, los trabajadores desfilaron por los tribunales de Misiones para prestar declaración indagatoria. “Expresamos justamente que estábamos en una huelga, en un reclamo salarial y en una vigilia en el hall de entrada del Ministerio y también sobre la vereda y la calle, con un acampe, carpas y ollas populares”, explica Duarte. “Somos trabajadores de la salud y esto configura, a nuestro entendimiento, una clara judicialización de la protesta social. Tratan de acallar a aquellos que venimos hace muchos años denunciando estas cuestiones que están sucediendo en nuestra provincia”, sostiene el dirigente sindical.

“El agravante que tuvo esta judicialización es que no solamente fue para los trabajadores de salud, sino que también para trabajadores docentes y para la policía. Hay ocho agentes que están detenidos y en cárceles comunes directamente”, agrega.

El enfermero considera que el gobierno de Passalacqua impulsa causas penales contra los trabajadores con el respaldo de la Casa Rosada para criminalizar la protesta social y a los dirigentes sindicales. “No es casual que quienes estemos implicados seamos referentes de distintos hospitales de la provincia. Tenemos otras causas sobre nuestras espaldas, muchas de ellas por corte de calle, por corte de ruta. Mecanismos que utilizamos después de agotar todas las instancias administrativas de conciliación en el Ministerio del Trabajo. Al no encontrar el Ejecutivo una forma de disciplinarnos, emplean estas metodologías para asustar a los demás”, analiza.

La declaración de Duarte y sus colegas fue acompañada por una movilización de trabajadores que los respaldaron y le enviaron un claro mensaje a las autoridades misioneras: “Son responsables de un mecanismo que realmente no tiene pies ni cabeza porque el derecho a reclamar ante las autoridades, a peticionar, es constitucional y es lo que estamos ejerciendo desde nuestra función como representantes gremiales”, sostiene.

Aún es una incógnita cómo continuará la causa judicial contra los trabajadores de la salud de Misiones. Lo que sigue igual es la situación salarial del personal del sector, que permanece reclamando ante el gobierno de la provincia por sus sueldos y, al momento de este artículo, cumple un paro de 48 horas.

“Habíamos acordado en septiembre con las autoridades que la primera semana de octubre nos reuniríamos a discutir la pauta para el mes en curso. Y pasó la primera semana, la segunda y se convocó a mediados de mes cuando ya las liquidaciones están realizadas. En las últimas horas circuló un comunicado del propio ministro de Hacienda que afirma que en este mes los empleados públicos no recibiríamos incremento salarial”, cuestiona Duarte. Este panorama no hace más que agravar una alarmante situación que vive el sistema sanitario misionero. La lógica indica que debería haber cuatro médicos o enfermeros por cada 1.000 habitantes, pero la realidad marca que en dicha provincia solo hay una media de 1,8 médicos y 2,2 enfermeros.

“Y eso no se explica porque no salgan enfermeros o médicos de las universidades, sino que se van a otras ciudades donde la oferta es mucho más tentadora que la de acá”, analiza el dirigente de la CTA-A. No obstante, la lucha para Duarte y el resto de los trabajadores de la salud de Misiones está lejos de claudicar: “Venimos defendiendo nuestro derecho salarial y laboral  y nuestros mismos compañeros nos alientan a seguir luchando. Eso nos da fuerza para seguir”, cierra.

Censurar rima con olvidar

Censurar rima con olvidar

Cuando ya habían comenzado las actividades, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Alberto Baños, canceló la realización del Seminario Internacional Sobre Políticas Públicas de la Memoria que hace 15 años se realiza ininterrumpidamente en el Centro Cultural Conti.

La decimoquinta edición del Seminario Internacional Políticas de la Memoria, organizado por el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ha sido cancelada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el mismo día de la inauguración, sin que mediara ningún aviso previo.

El Centro Cultural Conti, ubicado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA), recibió la noticia con las actividades ya en desarrollo. El comunicado enviado desde la Secretaría de Derechos Humanos, expresó que el evento no está autorizado, que las actividades no fueron ni auspiciadas ni aprobadas, por lo que “no se autoriza la concurrencia a esas manifestaciones en el horario laboral de 08:00 a 20:00 horas”, en consecuencia quedaron canceladas y “se tomarán las medidas pertinentes para concretar esa decisión”. 

Nana González, Secretaria General Adjunta de la Junta de ATE del Ministerio de Justicia explicó en diálogo con ANCCOM: “Las actividades del seminario fueron canceladas porque revisaron las ponencias y les parecieron tendenciosas por hablar de terrorismo de Estado. Quiero recordar que el Conti está en lo que fue el mayor centro clandestino de detención tortura y exterminio de la Argentina”.

Con respecto a la diferencia entre los temas tratados en el seminario de años anteriores y el contenido de este año, González afirmó: “La estructura del seminario es siempre la misma, la diferencia es el paraguas conceptual sobre el que se organizan las mesas. El de este año es a 40 años del Nunca Más”. 

Bajo el título “La Secretaría de DDHH CENSURA un Seminario Internacional sobre Políticas de Memoria”, el Centro Cultural expresa en su comunicado el descontento por la decisión tomada por el Secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, y sostiene que “como la medida fue tomada con absoluta arbitrariedad, sólo podemos conjeturar los motivos: tratar de obturar el debate democrático sobre políticas de memoria, que es el objetivo final del seminario”.

El seminario “Reflexiones, archivos y testimonios. A 40 años del Nunca Más”, se ha realizado de manera ininterrumpida entre 2008 y 2024. Del 16 al 18 de octubre, se reunirían más de 600 intelectuales, académicos y académicas, estudiantes y activistas, nacionales e internacionales, con el fin de reflexionar críticamente sobre las políticas de la memoria y proponer debates con respecto a los 40 años del Nunca Más. Bajo esta consigna, y planteando que el Nunca Más es un símbolo refundacional de la democracia, pero que funciona siempre y cuando sea aceptado socialmente, se busca responder las preguntas: ¿Qué vigencia tiene hoy el Nunca Más? ¿Sigue movilizando a la sociedad como antaño? ¿Cómo renovarlo a la luz de los nuevos desafíos que nos plantea la democracia actual? ¿Se vuelve necesario recrearlo sobre otras imágenes y representaciones? Sostienen que la paradoja es que cuanto más débiles parecen los valores encarnados en el Nunca Más, más necesarios se vuelven. La convocatoria fue de carácter abierto a la comunidad.

Además, el seminario iban a contar con otras actividades como la presentación del monólogo verbal y musical Concierto sobre Cadáveres, de Carla Crespo, en torno al poema de Néstor Perlongher, y la de los libros Los centros clandestinos de detención en Argentina. Nuevas miradas y saberes a 40 años del Nunca Más, de Débora D’Antonio y Rodrigo González Tizón, e Infancias en dictadura. Sobre narrativas, arte y política, de Natalia Montealegre Alegría y Graciela Sapriza.

El Centro Cultural Conti afirma que no tiene ni ha tenido autoridades designadas en todo este año, ni un solo peso de presupuesto. Resalta el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras que sostienen día a día el espacio, y manifiesta que, ante la falta de Dirección, las actividades son siempre comunicadas al secretario Baños, actualizando regularmente y con detalle las distintas áreas del lugar, para que “nada de lo que allí sucede quede fuera del conocimiento ni de Baños ni de su equipo. Especialmente el Seminario, por la forma en que está organizado, requiere meses de preparación, con lo cual es imposible que la Secretaría desconociera su realización”. 

La marca es lo de menos

La marca es lo de menos

Un estudio de la consultora KANTAR señala que el 54% de los porteños ha dejado de consumir alguna marca preferida para privilegiar mejores precios. Desconfianza con las ofertas de los supermercados.

Ofelia, una jubilada que busca precios de los trapos de rejilla en la góndola en un supermercado en el barrio porteño de Balvanera, declara  que siempre busca promociones y que “la marca es lo de menos, hay productos que no son de primera y son buenos igual. Importa la calidad”. Amalia Maretto, otra jubilada que está haciendo sus compras semanales en un súper de Vicente López, señala que hay algunas marcas que dejó de consumir: “Antes compraba Coca Cola. No era una cosa de todos los días, pero una de vez en cuando me llevaba”.

Esos casos muestran cómo el consumo minorista sufre las consecuencias de la crisis económica. Ocho de cada diez argentinos compran sus marcas preferidas sólo si están en promoción o descuento y algunos sectores han dejado de consumir ciertas categorías, según un informe de Grupo KANTAR al que accedió ANCCOM. Esta es una tendencia que persiste desde marzo, advertida en un estudio anterior realizado por la misma consultora.

En la encuesta desarrollada a principio de año, la principal conclusión fue que sólo 3 de cada 10 pudieron mantener sus hábitos de consumo sin tener que resignar categorías o acudir a alguna promoción. En esta edición del informe sobre el segundo trimestre del año, el dato negativo se mantiene. Pero, a la vez, los resultados sugieren una “recuperación segmentada”, según destaca Estefanía Lestanquet, Account Manager de KANTAR división Insights.

Mientras que jóvenes, residentes del interior del país y personas pertenecientes a niveles socioeconómicos altos declararon que continúan consumiendo sus marcas de preferencia a un nivel mayor que el primer trimestre, en adultos mayores y habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ha visto una profundización en los cambios de hábitos de consumo.

En el caso particular de los adultos mayores, un 40% contestó que ha dejado de comprar algunos productos y no los ha reemplazado. Esto se relaciona, afirma Lestanquet, con otros estudios que señalan una caída de los ingresos de este sector.

En paralelo, un 54% de los porteños contestó que optan por opciones más económicas que sus marcas preferidas. Lestanquet remarca que este aumento puede explicarse con que en febrero la ciudad “todavía no se había ajustado”, pero que en el segundo trimestre se efectuaron los aumentos en servicios y transporte. “Quizá, ante gastos fijos más altos, se empieza a recortar en estas cosas”, comenta.

En este marco, los consumos del día a día son regidos por estrategias que tienen el objetivo de ahorrar la mayor cantidad de dinero posible. Lestanquet subraya que 7 de cada 10 encuestados “planifican sus compras en base a los descuentos y promociones que hay en ese momento”.

 

Los consumidores tienen como los mayores ofertantes de descuentos y promociones a los supermercados (un 54%) y a las aplicaciones de pago (un 39%), por encima de los bancos y de las propias marcas. En base a ello, programan y generan estrategias a la hora de realizar sus compras. Por ejemplo, Juan Regueiro, de 29 años quien hace sus compras en la ciudad bonaerense de Mercedes, asegura que  usa “Mercado Pago para todo. Por ejemplo, compro todos los miércoles que hay descuento en supermercados Día”.

Pero, a su vez, crece la desconfianza en los supermercados, marcas y bancos, reclamando una baja real del precio. “Observamos un consumidor que pide más transparencia. Las promociones son súper importantes, pero hay un paso más al pedir una baja real para poder acceder a algunos productos”, apunta Lestanquet.

En ese sentido, el 89% de los encuestados cree en alguna medida que los supermercados suben los precios antes de aplicar un descuento, mientras que el 71% siente que termina gastando más por tener que comprar más artículos para obtener algún beneficio.

En relación a esto, según el estudio, los consumidores le reclaman a los bancos los bajos topes de reintegro que implementan en el marco de sus promociones. Por otro lado, a las marcas les recriminan que tienen que comprar más productos para acceder a beneficios, como es el caso de las ofertas 2 x 1 o los descuentos a las segundas unidades.

“Obviamente, el contexto recesivo muestra estos hábitos y ésta mayor importancia de las promociones. Hay segmentos que dejan de consumir y no las reemplazan por otras, eso es un dato bastante fuerte y creo que va muy de la mano con el dato de pobreza que se conoció el mes pasado”, cierra Lestanquet.

La llama de la resistencia

La llama de la resistencia

Miles de estudiantes, graduados, profesores y no docentes marcharon con velas hacia la Secretaría de Educación para exigir mayor presupuesto y aumento salarial al personal universitario. También hubo una inmensa manifestación en La Plata. Las movilizaciones se desarrollaron con total tranquilidad, a pesar de las provocaciones de la ministra Bullrich.

Este miércoles se realizó la Marcha de las Antorchas, desde la Plaza Houssay hasta el Palacio Pizzurno, organizada por estudiantes de facultades de la UBA como Ciencias Sociales, Medicina, Filosofía y Letras, Farmacia y Bioquímica, Veterinaria, Ingeniería, Ciencias Exactas y Naturales, entre otras. También asistieron gremios de docentes, no docentes y graduados. Todo esto en el marco de tomas de universidades, asambleas y clases públicas en todo el país, en rechazo al veto de Javier Milei a la Ley de Presupuesto Universitario y bajo la consigna “todos unidos por aumento de salarios, defendamos juntos la universidad pública”.

La concentración en la Facultad de Ciencias Sociales inició a las 17, minutos después que una estudiante lanzara un “¿vamos chiques?”, y todos la siguieron. Muchos de los que estaban sentados en los pupitres en medio de la calle, se pusieron de pie y cantaron en un unísono “Si el presupuesto no está / que quilombo se va a armar / les cortamos las calles / y le tomamos la facultad”. Estudiantes y gremios iniciaron la caminata por Santiago del Estero, hasta llegar a 9 de Julio y Avenida Independencia. Allí la concentración se hizo escuchar y las bocinas también, “Tocá bocina si apoyas la educación”, fue el cantito de los estudiantes mientras sonaban las bocinas encolumnadas de los vehículos.

A las 18 comenzó la caminata hacia la Plaza Houssay, ya son más los que mostraron sus carteles: “Sociales está de pie”; “No ajusten mi futuro”; “Acá se defiende la universidad pública” y “Los estudiantes sacamos las aulas a las calles para que vean”. Mientras eran escoltados por policías en cada cuadra que transitaron. 

En la intersección de Avenida Córdoba y Ayacucho se dio la fusión entre las facultades de la Universidad de Buenos Aires y fueron miles las voces unidas que saltaban y cantaban que la universidad es de los trabajadores. En diálogo con ANCCOM, Ailén, de Filosofía y Letras, dijo que asistía “a la marcha de las antorchas porque creo en la universidad pública, gratuita y de calidad debido a que constituye la identidad de nuestro país.”

Los graduados también hablaron: Enrique Keplar, médico, dijo que defiende la universidad pública porque es lo que hace al futuro de un país “es la ciencia, la investigación, la relación con las organizaciones y el pueblo. Un futuro no podría ser posible sin todo esto”, sentenció.

Por otra parte, Javier, que es docente universitario, remarcó que marchaba porque los sueldos de los docentes están bajo la línea de la pobreza y el presupuesto universitario está en los niveles más bajos en lo que va de la historia, “la situación es insostenible si seguimos por esta vía –dijo–. La universidad pública es uno de los mejores espacios que tenemos en Argentina y lo tenemos que defender”.

Una hora más tarde el sol se ocultaba y las velas se encendieron, y mientras todos y todas cantaban el Himno, las fueron ubicando una por una en la vereda frente a la Secretaría de la Educación, pero los presentes advirtieron que “con una vela no va a alcanzar” y llamaron a la huelga general. Finalmente la manifestación se disipó con tranquilidad, al calor de las declaraciones radiales de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que había aportado lo suyo al asegurar que los estudiantes tomarían las facultades con bombas molotov para desestabilizar al gobierno de Javier Milei, “copiando al modelo chileno”.

También en La Plata

“Decidimos marchar porque la semana pasada fue un punto de inflexión y un cambio de etapa muy grande después del veto de la ley de financiamiento universitario, hoy el movimiento estudiantil está organizado y tiene una convocatoria masiva en todo el país”, señaló Albertina Vidal, presidenta de la Federación Universitaria de La Plata (FULP). La convocatoria en la capital provincial fue a las 18 en 7 y 47, frente al rectorado de la UNLP, y desde allí se realizó la marcha de antorchas por el centro de la ciudad.

En medio del conflicto entre el gobierno y las universidades, las calles de La plata también fueron sacudidas por una multitud de estudiantes, docentes, no docentes y trabajadores unidos para reclamar por el financiamiento universitario. El secretario general de la UNLP, Patricio Lorente en diálogo con ANCCOM expresó: “Esta marcha es una demostración muy importante, de dimensiones históricas para la ciudad, con decenas de miles de personas, no solo de la comunidad universitaria, sino además de los vecinos y vecinas que han acompañado masivamente”.

La situación de las casas de altos estudios es crítica, el desfinanciamiento significa la perdida de salarios de los docentes y no docentes y paralización de obras de infraestructura. Al respecto Claudio Villegas, docente de la UNLP y secretario de la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata (ADULP), señaló: “Los docentes universitarios estamos acostumbrados a hacer hasta magia para cumplir la currícula y no bajar en ningún momento la calidad de enseñanza, lo que hay que tener en claro es que si esto continúa de esta manera se va a sentir demasiado en el funcionamiento de la universidad”. 

Bombos, banderas, carteles, murgas y por supuesto, antorchas, adornaban el centro platense. Las pancartas de la FULP, UNLP, ADULP y de la Asociación Trabajadores Universidad de La Plata (ATULP) con sus respectivas columnas encabezaban la marcha, detrás los distintos centros de estudiantes de las distintas facultades y las diferentes agrupaciones estudiantiles entonaban sus canciones, mientras otros, sin banderas partidarias acompañaban la caminata con mates y charlas. “El mensaje que queremos transmitir es que hay que defender lo que es nuestro, que no hay que romper lo que sirve y marcha bien, la universidad es una reliquia y no hay que dejar que nadie lo destruya”, expresó Alan Lagueza, estudiante de la Facultad de Artes. Los niños, estudiantes del Anexo Joaquín V. González, tampoco quisieron perderse la movilización y acompañados de sus madres, padres y docentes irrumpieron en la marcha para despertar la algarabía de los presentes, Julieta Regis, maestra del establecimiento se refirió a como se organizaron: “Fue una iniciativa de las familias que se autoconvocaron y crearon un grupo de WhatsApp que empezaron a pasar por distintos grados”, luego cerró: “Hay más de 400 familias que decidieron venir a acompañar y nosotros estamos súper emocionados”. En esta misma sintonía Fernanda Day Pilaría, docente de la facultad de Ciencias Naturales y una de las madres que acompañaba a sus hijos detalló: “Nosotros como familia siempre acompañamos todos los reclamos,  nuestros nenes hicieron los carteles para la movilización del 2 de octubre y los siguen usando, además tienen pintados sus guardapolvos y pintores, están súper atravesados por esta problemática que charlamos mucho en casa, por supuesto acorde a sus edades”. Respecto a la movilización con la escuela explayó: “Un grupo de familias se organizó para acompañar a los docentes y a los trabajadores de la universidad y el día de ayer y hoy se juntaron para realizar banderas y acá estamos todos como comunidad”.

Pasadas las 19 estaba todo listo para comenzar la movilización. El recorrido se inició por la zona céntrica de la ciudad. La marcha se desarrolló con total tranquilidad, comenzó por Calle 7 hasta plaza Italia, mientras las antorchas comenzaban a ganarle protagonismo al sol que se diluía en la tarde. Luego la multitud avanzó por diagonal 74 hacia la Casa de Gobierno, frente a plaza Moreno. El ruido, la música de distintos colectivos, y el grito de “universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode” que acompañaba a los manifestantes hacían salir a los vecinos a corear, aplaudir, sacar fotos o mirar asombrados como la muchedumbre avanzaba.

 

La marcha concluyó en el rectorado, donde un escenario esperaba preparado para el acto de cierre. Minutos después de las 21, luego que las columnas se acomodaron en el lugar, los distintos oradores subieron a arengar a la multitud y lanzar mensajes para el gobierno. Raúl Archubi secretario general de ATULP sostuvo: “El mensaje que estamos dando no solo como movimiento universitario, sino como sociedad está a la vista, la universidad es la esperanza que tiene todo el pueblo para que sus hijos y sus nietos tengan la posibilidad de superarse”. En esta misma línea, Sol Alconada, presidenta de la FULP resaltó la solidez y organización estudiantil y luego cerró: “El presidente, Javier Milei, no se dio cuenta y se va a arrepentir porque pateó un hormiguero y esto no va a parar hasta que tengamos la universidad que nos merecemos”. El acto terminó con el himno a nacional entonado por la multitud que luego desconcentró pacíficamente.

La disputa entre las universidades y el gobierno continuará y los próximos pasos en el conflicto serán cuando se trate el presupuesto universitario para 2025, en este aspecto Vidal, en diálogo con ANCCOM señaló: “Por el momento la lucha continúa con paros convocados por las organizaciones y los frentes nacionales, después vamos a avanzar hacia una marcha federal universitaria en noviembre, grande como la del 23 de abril y 2 de octubre, que nos permita concentrar en todo el país una misma movilización”.

La intimidad de las tomas

La intimidad de las tomas

Decenas de universidades de todo el país están tomadas por los estudiantes en reclamo de mayor financiamiento y como forma de protesta por el veto del gobierno de Javier Milei a la ley que garantizaba un presupuesto digno para su funcionamiento. Una recorrida por algunas de ellas permite conocer la autoorganización de los estudiantes, sus medidas de seguridad y cómo pasan la noche. Desde las partidas de ajedrez hasta las clases públicas.

La Ciudad de Buenos Aires está en sus últimos momentos de la jornada. De a poco los locales terminan de cerrar, los motores de vehículos se apagan y los veladores de las mesitas de luz se encienden. Pero en la calle Jerónimo Salguero, a metros de la avenida Rivadavia en el barrio de Boedo, no para de haber movimiento. Cientos de jóvenes traspasan la gran persiana metálica del edificio con vidrios espejados a través de una puertita. No está del todo cerrado como aparenta, adentro está cargado de alimentos, pinturas, banderas y bolsas de dormir, porque la Universidad Nacional de las Artes, así como otras decenas a lo largo de todo el país, está tomada por sus estudiantes, y hay que cuidarla por la noche.

Olla popular, transmisión de películas, guitarras, bajos, coreografías, una mesa llena de materiales para hacer pintadas. Los estudiantes de Artes Audiovisuales quisieron que la toma sea un lugar de encuentro cálido, ameno, contra las constantes amenazas de fragmentación a la educación pública. Cuatro pibes rodean un cartel desde sus bolsas de dormir: “La unidad de todas las luchas”, reza, al igual que sus rostros, con una cofradía indisoluble.

Los estudiantes de ciencias médicas de la Universidad de Buenos Aires también están listos para pasar la noche. Mientras en la vereda la cuchara de la olla popular rescata las últimas porciones de polenta, en el hall de adentro siguen las pintadas y los recorridos para colgar carteles y banderas. Las almohadas continúan entrando al recinto antes de que llegue el horario de cierre de ingreso, pasadas las 23. Un protocolo rígido, implementado por muchos centros, para cuidar y preservar la lucha.

Por suerte, consiguen proyectar el partido de Argentina y Bolivia en un fondo de cartón lo suficientemente liso para distinguir los movimientos de cada jugador. Messi marca el anteúltimo gol de la noche, pero incluso con los gritos de festejo, no parece ser suficiente para que algunos despeguen los ojos de los apuntes.

Ya es de madrugada y en la ciudad de San Martín, a pocas cuadras de la General Paz, se oye un folklore en el fondo de un predio gigantesco. Son los estudiantes de la UNSAM congregados en un momento histórico: su primera toma. 

Mientras los alumnos de la licenciatura en Música Argentina tocaban y bailaban sus folklores alrededor de los edredones y las mochilas, al costado de la pista había tres partidas de ajedrez en simultáneo que disputaban los de Filosofía, con la misma concentración que los viejitos que se juntan en las plazas. Más adelante, en el jardín, en medio de un edificio cilíndrico parecido a una estación de tren, los de Cine se distribuyen por las gradas y las mesitas debajo de los árboles. Varios de Economía y otros tantos de Comunicación se hicieron cargo de la cena, desde un ollón de guiso de arroz hasta kilos ensalada de papa y zanahoria con repollo, con un despliegue de utensilios sobre la mesa: rayadores, tuppers, tenedores, pelapapas, cucharas y cuchillos. Recuerdan que tienen que avisarle a la estudiante de Biotecnología que está en la otra punta del predio, en el Auditorio Carpa, que acompaña al alumno circense de Artes Escénicas mientras posa sobre el trapecio y hace verticales para aprovechar la cámara de fotos. Un campus tan grande necesita estar cubierto desde todas sus puntas.

De vuelta en la Ciudad de Buenos Aires, cinco chicas se arriman al portón de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio de Constitución. El horario de ingreso pasó hace ya tiempo. Las agrupaciones de la facultad armaron distintas comisiones: seguridad, limpieza, clases públicas y actividades, para garantizar su funcionamiento y proteger la toma como reclamo legítimo. El sistema se mantiene riguroso porque cualquier desviación o accidente puede ser usado en contra para invalidar toda una lucha, pero las bolsas de dormir y las caras conocidas compadecieron al estudiante de turno: Vienen a hacer patria, lo entiendo- dice mientras les abre con el ceño fruncido.

El eco del andar de unos zapatos se escucha a lo largo del pasillo. Los grupos que decidieron quedarse ya están acomodados en el piso de sus habitaciones no tan privadas: las aulas. Los cambios de turno son a las tres de la mañana y el guardián del portón no ve la hora de poder acomodarse en su bolsa de dormir, los militantes no concilian el sueño fácilmente.Como dijo Emilce Moler, sobreviviente de La Noche de los Lápices, hace unos días en una entrevista en este mismo edificio: “Militar es no dormir la siesta”.

A las siete de la mañana empiezan las primeras clases del día. Antes de eso, la cuadra ya está cerrada al tránsito, repleta de círculos de sillas y un par de pizarrones para llevarlas a cabo, todo gracias a la organización de los estudiantes. 

Cuando los caminantes pasan, no pueden evitar mirar y preguntarse por aquel espectáculo, pero sus dudas terminan cuando cruzan la bandera que ocupa toda la reja de ingreso: “Facultad tomada”.