«A mi marido le dolía recordar»

«A mi marido le dolía recordar»

En una nueva audiencia que investiga los crímenes de lesa humanidad ocurridos en el centro clandestino Mansión Seré y en el circuito RIBA, declararon un sobreviviente y la mujer de un secuestrado.

“¡¿Pero vos entendes pendejo que te podemos matar y no se entera nadie?!”, relató Gustavo Daniel Romano, sobreviviente del excentro clandestino Mansión Seré, sobre el simulacro de juicio que debió padecer mientras padeció su secuestro. ”Me llevaron a una habitación donde éramos varias personas y me dieron tres opciones de lo que podrían hacer conmigo: matarme, hacerme pagar una culpa que al día de hoy desconozco, o liberarme. Yo les dije taxativamente que me liberen”, relató el primer declarante de la audiencia número 23 por la causa 4.118, conocida como Mansión Seré IV y RIBA II. Romano declaró en dos oportunidades anteriores, en el juicio a las Juntas Militares de 1985 y en el año 2009. Este martes volvió a relatar con un testimonio rápido, detallado y preciso, casi sin atisbos de dolor, los padecimientos provocados por la privación ilegítima de su libertad.

El testigo había sido secuestrado con 18 años, el 5 de octubre de 1977, de su domicilio en Boedo: “Mi casa era un lugar de encuentro, nos dedicamos a la actividad social”, dijo el militante de la Juventud Peronista. Recordó el ingreso violento de cuatro civiles portando armas largas, que preguntaban por él. “Me dijeron que me iban a llevar pero sin especificar ningún motivo. Me vendaron los ojos y me pusieron en la parte de atrás de un auto. Luego de un largo viaje, me subieron por una escalera y me tiraron en una cama, y alguien caminó por arriba de mi espalda”. Sobre las torturas explicó, de manera general, que solían ser con electricidad.

“Nuestro oído estaba agudizado, a lo que nosotros dábamos importancia que era la llegada de La Patota, antesala de una nueva sesión de tortura. Había mucha diferencia entre quienes nos cuidaban y La Patota”, relató el sobreviviente. Sobre la estancia en la mansión del terror recordó la comida “de olla” una vez por día, la falta de higiene y la imposibilidad de ir al baño: “Me bañaron una sola vez con una manguera”, dijo. Compartió lugar de encierro con Alejandro Astiz y luego con Juan Carlos Brid. En relación a Brid, recordó que “habíamos acordado que el primero en salir iría a la casa del otro para avisar que estábamos vivos. Al momento de mi liberación, yo no tenía mis zapatillas y solo estaban los zapatos de Juan Carlos. Me los llevé puestos”.

Para su liberación, Romano, fue trasladado a la comisaría de Haedo en el baúl de un auto. “Me metieron en un calabozo, que al recordarlo ahora me genera claustrofobia, pero en ese momento estaba feliz porque significaba volver a la vida. Allí un policía me tomó los datos y tuve visitas de familiares, incluso ellos me vinieron a saludar: ‘Chau Romano, portate bien’, me dijeron. Estuve dos meses allí y luego en la cárcel de La Plata, hasta que me liberaron por un decreto del Poder Ejecutivo. Con el tiempo rehice mi vida, voy camino al medio siglo de aquello”, finalizó su declaración el sobreviviente.

La segunda declaración de la audiencia fue la de María Alejandra Hernández, testigo del secuestro de su esposo Gustavo Mensi. “Lo secuestraron el 23 de noviembre de 1977, yo tenía 21 años y él 22.”, relató Hernández.

Sobre la noche del secuestro, recordó que varias personas primero pasaron por la casa de sus suegros, donde Mensi había vivido hasta antes de casarse. “Luego fueron a nuestra casa, tocaron el timbre, mi marido se despertó y fue a abrir. No lo volví a ver por un mes”, expresó la testigo angustiada por la reminiscencia de los hechos. “Una vecina luego de muchos años, nos contó que había visto como a Gustavo lo subían a una camioneta blanca, en la que había más de cuatro personas, que eran las que habían ingresado en la casa vestidos de verde. Los que entraron, comenzaron a revolver, me pedían las libretas de teléfono y me preguntaban por antiguos compañeros de militancia que mi marido había conocido en el secundario. Yo tuve lo mío en Devoto, pero ambos dejamos la política en 1975”. En la habitación, contemplando el interrogatorio a su madre, estaba el hijo del matrimonio, Pablo Mensi, de un año y medio. “Por esas cosas raras del destino no me llevaron a mí, ni a mi hijo”, argumentó la testigo.

Durante el mes de secuestro de Mensi, Hernández realizó averiguaciones de todo tipo para encontrarlo, así le llegaron a confirmar que “se lo habían llevado los de aviación”. Tuvo incluso un encuentro con el Vicealmirante de la Marina, Rubén Chamorro. “Ellos sabían todo sobre nosotros, mi militancia en Devoto y la de Gustavo. Me dijeron ‘podría haber sido usted también´. Se sentían todopoderosos”, relató la testigo.

“El 22 de diciembre de 1977, cuando volvíamos con mi hijo del jardín, lo encontramos sentado afuera de la casa. Lo habían dejado en la zona de San Martín, en las vías del tren, con unas monedas que usó para tomarse un colectivo que llegaba a la casa de sus padres. Estaba extremadamente flaco, con la misma ropa que se había ido”. Pese al paso del tiempo su marido habló muy poco del tema. “Le dolía recordar”, dijo, pero algunas de las vivencias que alguna vez él le contó fueron reproducidas por Hernández en su declaración: “Gustavo supo que había llegado a la Mansión por las declaraciones de un antiguo compañero de militancia a quien habían torturado hasta matar. Ese era su mayor miedo”. También le contó que se había dado cuenta que “en las sesiones de torturas ellos tenían unas fichas y cuando se equivocaba le volvían a golpear, como si supieran todas las respuestas”, añadió en su declaración.

Para finalizar su testimonio, Hernández relató las secuelas posteriores que afrontó la familia, como la enfermedad de su suegra o las pesadillas recurrentes de su hijo, presente en el momento del secuestro. “Cuando abrió la CONADEP fuimos a hacer la denuncia, pero había tanta gente que Gustavo no pudo hacerlo, teníamos mucho miedo. Por lo mismo, durante varios años no tuvimos DNI: no podíamos pisar una comisaría o un juzgado”.

Luego de una audiencia dinámica, los inconvenientes se sucedieron cuando la jueza y presidenta del Tribunal Federal Ora N 5l, María Claudia Morgese, comenzó a leer a la testigo parte de una declaración previa. A esto se opusieron el defensor oficial Leonardo Miño, quien suele repetir los destratos hacia la magistrada, y el abogado defensor Mauricio Castro, quien manifestó su adhesión al pedido de no lectura aludiendo a que la jueza estaba “ejerciendo una actividad propia de la acusación que no se corresponde con la imparcialidad por la que debe velar este tribunal”. Por su parte, el fiscal Félix Crous, con la adhesión de las querellas, manifestó que la declaración de Hernández debería incorporarse al juicio: “No tengo objeción de que se lea la declaración que ya debería estar incorporada” y recordó que esto no sucedió por la oposición de los abogados defensores. Al respecto, volvió a pedir al tribunal que revise los motivos de las objeciones de la defensa para evitar “escenarios en que las personas deben exhibir su dolor, y aún con gratitud de estar frente al sistema judicial para hacer justicia. Sé que algunos disfrutan con el dolor ajeno, para eso hay un significante: sadismo”, concluyó. Luego de los ida y vuelta generados, la jueza cerró de manera directa la audiencia recordándole al defensor oficial Miño que, si así lo consideraba, podía elevar una petición sobre su accionar como magistrada.

 

La próxima audiencia de este juicio será el martes 17 de junio, y se adelantaron cómo próximas fechas el 24 del mismo mes y el 8 de julio.

Un año de apuesta a la producción comunitaria

Un año de apuesta a la producción comunitaria

Los integrantes del Centro para el Desarrollo Productivo Papa Francisco, en el partido de Ituzaingó, cuentan cómo decidieron reunirse para trabajar y hacer frente a la crisis con un proyecto colectivo. El resultado: una cooperative textil, otra de reciclaje y una tercera de ceramistas.

“Adrián es el responsable textil, pero los jueves maneja el camión de La muchachita”, comenta Julián Aceituno, coordinador del Centro para el Desarrollo Productivo Papa Francisco, mientras fuma un cigarro sobre la calle Suboficial Perdomo del partido de Ituzaingó. Ahí, a pocas cuadras de la unión de la autopista Camino del Buen Ayre y Acceso Oeste, funcionan tres cooperativas: la de reciclado La Muchachita de Los Toldos, la Textil de Ituzaingó y la de cerámica Lesjade. Cada una con distintos oficios, distintos recorridos e historias, pero con un objetivo común: apostar al trabajo y a la producción como motor del crecimiento comunitario.

En el mes de junio el Centro para el desarrollo productivo Papa Francisco cumple un año de su inauguración. “Ante un contexto complejo de apertura de importaciones, este es un lugar de militancia y resistencia que sirve para demostrarle a la comunidad que estas formas de producir son viables y se pueden sostener en el tiempo», indica Aceituno. La pared que mira a la vereda exhibe un mural dedicado a la economía popular en tonos rojos y azules. Manos que trabajan telas, moldean vajillas y reciclan residuos envuelven una frase del sumo pontífice argentino que reza y resume lo que ocurre puertas adentro del polo productivo: «Desde las periferia olvidadas se crean soluciones dignas para los problemas acuciantes de los excluidos».

Después de un par de maniobras, el camión quedó estacionado de culata en la entrada del Centro: una construcción grande de ladrillos de hormigón y techos de chapa. Al ingresar por una puerta doble hoja color ladrillo y mirar hacia arriba se pueden ver los colores de la bandera argentina enrollados en la baranda del entrepiso donde funciona la cooperativa textil y, justo en la columna del medio, un cuadro blanco y negro de Evita recibe a todos con una sonrisa.  Contra el costado izquierdo, la escalera de madera por la que sube Adrían Mamami todos los días para trabajar. Ahí arriba se puede realizar de principio a fin el proceso de producción de una prenda de vestir. “El núcleo mínimo de trabajo es Adri y su familia. Cuando hay mayor demanda y aumenta el volumen de producción, se suma más gente”, indica Aceituno. En el fondo, la esposa de Adrián dobla buzos y los coloca en bolsas plásticas mientras su hijo, sentado en una máquina de coser, le da las últimas puntadas a un pantalón. “Ahora estamos produciendo uniformes para un colegio de Pilar”, comenta Mamani.

El espacio es amplio, luminoso y está colmado de hilos y retacitos de tela de diversos colores y texturas. Cuentan con numerosas máquinas de coser y una mesa de corte de diez metros de largo para trabajar a escala. Aceituno apoya su mano sobre la mesa y explica: «Acá se puede hacer todo. Se pone el rollo de tela, se extiende y se realiza el corte con la moldería correspondiente. Después se confecciona e incluso podemos estampar» y agrega: “La realidad es que hay una cantidad muy grande de talleres textiles familiares que funcionan en casas particulares en muy malas condiciones de trabajo. Nuestro propósito es que esos talleres salgan de las casas y que sean los centros textiles los que, al hacer todo el proceso de producción, puedan ofrecer las prendas directo a las fábricas, empresas y marcas, sin intermediarios”.

Un proyecto que está en marcha y dando frutos: a partir de un trabajo articulado entre el Centro para el desarrollo productivo Papa Francisco, la murga uruguaya Agarrate Catalina y Pirca producciones, la cooperativa textil de Ituzaingó confeccionó camisetas para colaborar de forma solidaria con la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo. Al vivenciar esta experiencia colectiva que conjugó trabajo cooperativo, arte y memoria, Mamani comenta: “Nos llena de orgullo haber participado de esta iniciativa. Producimos varias tandas de remeras y tuvimos la posibilidad de entregarlas en persona a las Abuelas”.

“Este lugar es una muestra de que se puede dar respuesta a un problema de un sector que ya ni es explotado, sino que se autoexplota. Al tener la capacidad de absorber más producción, también podemos negociar mejores condiciones laborales”, indica Aceituno mientras tanto, justo debajo de sus pies, se escucha el pitido del montacargas moviéndose en planta baja: son los trabajadores de la cooperativa de reciclaje La muchachita de Los Toldos que cargan el camión que dejó estacionado Mamani en la entrada del Centro. “Cuando terminen de acomodar todo nos vamos para González Catán a realizar una entrega. La muchachita le vende cartón a una fábrica que produce maples de huevo”, acota Mamani entre el ruido de las máquinas y reflexiona: “Acá convivimos las tres cooperativas y entre todos tratamos de darnos una mano. En cierto punto funcionamos como una familia”.

En planta baja hay una radio prendida que musicaliza el ambiente: al ritmo de la cumbia, trabajadoras y trabajadores de La muchachita separan vidrio, cartón, plástico, papel y demás residuos sólidos. Entre bolsones y cajas se arman los pasillitos por donde circula el material que llega, se separa, luego se enfarda en la máquina compactadora y queda listo para su comercialización. “Trabajamos con varias empresas, algunas nos traen residuos para separar y a otras les vendemos el material para reciclar. También recolectamos de puntos verdes y de la zona abastecedora de Ituzaingó”, comenta Rodolfo Herrera, coordinador de La muchachita de Los Toldos, quien de muy chico empezó a cartonear en la calle y por su cuenta. “El proceso de organización de la cooperativa nos llevó mucho tiempo, esfuerzo y dedicación. Ya hace un año que estamos acá y es mucha la diferencia en cuanto a condiciones de trabajo porque tenemos herramientas, la vestimenta adecuada y los días de lluvia podemos trabajar sin mojarnos”, agrega Herrera y reconoce que el trabajo de todos los compañeros es necesario para que todo funcione.

«Hay una visión muy idealizada de pensar que todo se organiza solo y no, no es así. El rol de la militancia es muy importante para generar organización, discutir decisiones y acompañar estos procesos. Ninguno podría solo, en cambio al estar todos juntos, este proyecto es posible y viable de sostener. Hay todo un laburo detrás de articulación con la comunidad», señala Aceituno quien, al ser uno de los responsables del Movimiento Evita en Ituzaingó, pone en valor el trabajo de todos sus compañeros de militancia y agrega: «Es importante que el Estado también acompañe estas experiencias colaborativas y comunitarias. Actualmente, esto lo estamos sosteniendo contra viento y marea. Imaginate que con un poco de viento a favor, podríamos generar muchos más puestos de trabajo». Todo listo y preparado, Mamani pone en marcha el camión, Herrera se sube a su lado en el asiento del acompañante y parten rumbo a González Catán.

El sol de otoño se mete sin permiso por la puerta entreabierta de la cooperativa de cerámica Lesjade, un proyecto que empezó a tomar vida en pandemia y hoy cuenta con un equipo de trabajo conformado por mujeres ceramistas. Con sus manos y minuciosa creatividad, se encargan de amasar, moldear, colar, emprolijar, hornear, encerar, esmaltar y volver a hornear vajilla de gres, un tipo de cerámica cocida a alta temperatura. Sentada en la mesa de trabajo y rodeada de utensilios, Nicole Montaña emprolija una taza, mientras tanto su compañera, Sandra Grunfeld, hace equilibrio arriba de un banquito. Con ambas manos y sumo cuidado, acomoda una fuente en la parte más alta de los estantes donde exhiben la vajilla. La elaboración artesanal hace que ninguna pieza sea igual a la anterior, se trata de modelos únicos e irrepetibles.

 

Alicia Callegaro viste un delantal que lleva bordado “El barro de la patria grande”, habla por teléfono con un cliente y revisa el calendario que está colgado en la pared. Ella es la responsable de coordinar el trabajo en Lesjade. Principalmente producen vajillas personalizadas para cafeterías y casas de té de la zona y también organizan seminarios y talleres para difundir el oficio y formar ceramistas. Luego de finalizar la llamada, Callegaro explica: “Es un orgullo vivir de esto, porque este es un trabajo habitualmente invisibilizado ¿Alguna vez te pusiste a pensar de dónde viene la taza que usas para desayunar? ¿O en qué condiciones se produjo el plato en el que comes todos los días?”. Junto a sus compañeras también destaca la importancia de los lazos que se generan en la cooperativa: “Nos repartimos las tareas, pero compartimos las alegrías y las tristezas. Así todo se hace más llevadero”.

El Centro para el Desarrollo Productivo Papa Francisco es la suma de historias de vida, trayectorias colectivas y luchas organizadas en el seno de la economía popular. Con avances y retrocesos está de pie, activo y en movimiento. «Más allá de las personas que trabajan acá, esto es un proyecto político y una muestra concreta de que podemos hacer un trabajo cooperativo a partir de la organización en comunidad», concluye Callegaro.

¿Qué dejaron las elecciones misioneras?

¿Qué dejaron las elecciones misioneras?

Si bien el oficialista Partido Renovador se impuso, no logró sostener la mayoría en la legislatura. Se asentó como oposición La Libertad Avanza y el peronismo ni siquiera presentó candidato. No obstante, el principal dato fue el enorme ausentismo.

El exgobernador y líder del Frente Renovador de la Concordia, Carlos Rovira. Foto: PRENSA

El domingo pasado se celebraron elecciones legislativas en Misiones, en donde la alianza oficialista Frente Renovador de la Concordia se impuso con el 28,6% de los votos con su candidato Sebastián Macías. De todos modos, el partido del gobernador Hugo Passalacqua y el armador histórico misionero Carlos Rovira tuvo una peor performance comparada con elecciones anteriores.

 

Desafío para la Renovación

Según la doctora en Ciencias Políticas María Elena Martin, “son las peores elecciones que hace la Renovación desde la creación del partido”. A pesar de que marca que en las elecciones legislativas siempre hay más fragmentación, la particularidad está en la composición de la Legislatura. En ese sentido, destaca que al oficialismo “le queda un bloque de 20 legisladores, es decir, la mitad de la Cámara. La mitad no es mayoría absoluta como venía teniendo hasta ahora, que contaba con dos tercios en casi todo este tiempo y tenía la posibilidad de modificar leyes y de bloquear cualquier tipo de iniciativa que no fuera de ellos”

Milva Carlino, politóloga e investigadora de la Universidad Nacional de Misiones, sostiene que “el primer dato saliente de esta elección es la peor participación electoral en una elección dentro de la historia de elecciones de Misiones. Eso marca la desafección política y el hartazgo de la ciudadanía o apatía hacia el proceso electoral y los procesos políticos”.

Por su parte, Luís Huls, periodísta político de la provincia, destaca que el panorama económico jugó en contra del oficialismo. Destaca que “hay una economía que está sintiendo el golpe del ajuste nacional y de la devaluación. A partir de la devaluación del 12 de diciembre de 2023, como en los años 90, los misioneros se van a comprar de todo a Brasil y a Paraguay. Ropa, herramientas, comida, la diferencia es muy grande”.

A su vez, destaca que el gobierno de la Renovación tuvo enfrentamientos fuertes con dos sectores: los empleados públicos y los sectores yerbateros. Sobre los primeros, subraya que “a partir del triunfo de Milei, la provincia adoptó una actitud un poco más confrontativa con los gremios estatales y cortó el diálogo y las paritarias“. A su vez, recuerda que los productores de yerba mate se vieron muy perjudicados por la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate. De todos modos, señala que el rovirismo ya se ha levantado de malas elecciones, incluso de derrotas.

Avanza La Libertad Avanza

En este escenario fragmentado, las opciones libertarias se posicionaron fuertemente como oposición. Diego Hartfield, el candidato oficial del gobierno nacional, logró el 21,9% de los votos. Durante la campaña, el extenista había recibido la visita de Karina Milei para apuntalarlo. A su vez, el “radical con peluca” Martín Arjol, terminó quinto con el 8% de los votos.

Este espacio, actualmente fragmentado, se posiciona como principal oposición al gobierno de Passalacqua y, según Carlino, sus integrantes “tendrán más incentivos para coordinar alianzas electorales de cara a la elección del 2027”.

Sobre si este panorama indica una amenaza a la continuidad de la hegemonía de Rovira en el 2027, Martín remarca que el líder del espacio “ha mostrado muchísima plasticidad en el armado. El partido es una amalgama de distintos sectores que a su vez se ve reforzada por la presencia de la ley de lemas”.

A su vez, tanto Huls como Carlino destacan que la suerte de los libertarios locales está muy atada a los resultados del gobierno nacional. Según el primero,”el desarrollo territorial del armado político es escasísimo. Prácticamente no hicieron campaña”.

En paralelo, destaca que la cantidad de votos que cosecharon en conjunto las opciones libertarias en esta elección son prácticamente la misma que había conseguido Juntos por el Cambio en instancias anteriores, cuando la extinta alianza era la principal opositora. De esta manera, remarca que la mala performance del oficialismo también se debe a la alta fragmentación de las opciones.

Amarilla, el presidiario electo

En el 2024, se desataron protestas lideradas por policías y docentes en toda la provincia. Ramón Amarilla, vocero policial, se fue posicionando como una de las principales figuras del conflicto que aglutinó a gran parte de los empleados públicos provinciales y municipales.

Amarilla, desde septiembre del año pasado, se encuentra bajo prisión preventiva en una celda de la Unidad Penal VII de Cerro Azul. De todos modos, el subcomisario lideró la lista del partido Por La Vida Y Los Valores, que logró el 19,1% y cuatro bancas.

Según Carlino, “Amarilla logró el voto de un segmento de la población que necesita expresar su oposición a la Renovación a nivel local, pero que tampoco se siente identificado con Javier Milei”. Huls, por su parte, resalta que esta candidatura y estos resultados son consecuencia de las revueltas del año pasado y reflejan el descontento de una parte de la población con la gestión actual.

En este sentido, esta lista no puede ser entendida como libertaria, más allá de las similitudes ideológicas. De todos modos, Martín remarca que “la Renovación no necesariamente es opositor en términos ideológicos de ninguno de estos nuevos partidos. Lo que hay que ver es que va a pasar dentro del Poder Legislativo. ¿Dónde se van a sentar y qué van a hacer? ¿Van a construir una oposición a la Renovación?”

 

El PJ, en boxes

Uno de los datos de color más llamativos de esta contienda electoral es que el PJ provincial no presentó lista, ni siquiera constituyó alianza con el oficialismo. El peronismo provincial está intervenido por el partido a nivel nacional, dada la colaboración de los diputados peronistas misioneros con el gobierno de Javier Milei en el Congreso nacional.

Según Martin, no parecería que desde ese espacio surja una opción de confrontación. En ese sentido, señala que en todos los espacios hay dirigentes de extracción peronista y que, desde el año 2003, el peronismo se “fragmenta en siete pedazos”:

En consecuencia, destaca que “el polo que ha quedado fuertemente debilitado es el polo progresista que entre todas las opciones sumadas no llega al 15%”.

Una planta de hidrógeno verde oscuro

Una planta de hidrógeno verde oscuro

Vecinos y vecinas de Colón, Entre Ríos, y Paysandú, Uruguay se oponen a la construcción de una refinería de 400 hectáreas que impactaría sobre el medio ambiente y la actividad económica de la región.

Los habitantes de Paysandú y Colón comparten inquietudes por un megaproyecto que transformará sus playas, el turismo y por ende, su economía. Las playas vírgenes del país uruguayo pasarán a ser la sede de una planta de hidrógeno que modificará también las vistas que tiene por el momento la ciudad entrerriana, convirtiéndose así, según los vecinos, “en el patio trasero de esta fábrica”.

En Paysandú, Uruguay, la multinacional HIF Global, quiere construir una planta de hidrógeno verde que ocuparía 442 hectáreas. Sin embargo, tanto los vecinos de Paysandú como los de Colón, Entre Ríos, se han pronunciado en contra debido a la falta de contemplaciones sobre el impacto que causaría en las zonas aledañas.

Leonardo Belassi, del colectivo Paysandú Soberano, explicó a ANCCOM que la instalación de la multinacional en Paysandú podría revertir la mejora en la calidad del Río Uruguay. La ciudad sufrió años de contaminación industrial, y estaba recuperando sus playas y su zona costera, con potencial para el turismo. Belassi advirtió que esta nueva actividad industrial podría significar una «afectación gravísima» al disfrute del río y al desarrollo turístico de la región.

El gobierno uruguayo, sin embargo, mostró un fuerte interés en este proyecto, que se enmarca dentro de la llamada hoja de ruta del hidrógeno verde en el país vecino. El apoyo no se vio replicado por los vecinos de Paysandú, que juntan firmas para expulsar a la empresa de la región junto con otras asociaciones de Colón. “En la Constitución –explica Balassi- hay un artículo que prevé que cada departamento tiene la posibilidad de convocar a una iniciativa la cual su población decida sobre un determinado tema”. Para que ello ocurra, sus habitantes deben recolectar quince mil firmas y ya cuentan con cerca del 80%.           

Los habitantes de Colón, también han expresado su preocupación por la instalación de la empresa que estaría frente a sus costas, a sólo dos kilómetros del lugar. Carlos Seratti, integrante de la organización Somos Ambiente, comentó que el problema con este tipo de industrias es dónde y bajo qué condiciones geográficas se realiza. En Colón hay una actividad importante y sobresaliente con respecto al turismo que se vería afectada. “Primero porque hay una modificación estética. Todo lo que está enfrente, que ahora son áreas naturales, va a cambiar y se va a instalar una refinería que ocupará un tercio de la superficie de la ciudad de Colón. Es como si fuera una ciudad más, iluminada con toda la tipología de una industria. Tanques, cañerías, iluminación de noche, en fin, chimeneas”, describe. Los vecinos denuncias que la nueva instalación afectará la economía de gran parte de los habitantes de la cuidad que viven del turismo. A esto se le suma una afectación a la biodiversidad de la zona, que ya sufrió sus primeros cambios debido a los procedimientos de barrido que realizó la empresa en la zona.

Pese a todo, HIF Global colocó en sus documentos como área de influencia directa el territorio uruguayo hasta la orilla del Río Uruguay, explicando que se corresponde con un ambiente rural y con baja presencia de viviendas, donde no se identifican sitios sensibles, tales como: escuelas, hospitales o centros recreativos en un radio a tres km de la planta. Sin embargo, estas afirmaciones parecen contrastar con la realidad si se tiene en cuenta que Colón es una ciudad balnearia, con una población de 58 mil habitantes, a menos de dos kilómetros de distancia.

El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, le envió el 11 de marzo una carta al presidente de la Mancomunidad Tierra de Palmares e intendente de la ciudad de Colón, Jose Luis Walser, donde le manifiesta el respaldo del Gobierno provincial en la solicitud de relocalización del proyecto de la planta, que es el pedido que defienden también las distintas asociaciones ambientalistas de la zona.

Desde ambos lados de la frontera, según los activistas consultados, hay un desconocimiento generalizado sobre la instalación de la empresa. Esto es debido  al secretismo que ha rondado el proyecto desde sus comienzos, dado que se les negó a los vecinos el derecho de acceso a la información pública.

En el 2024, el Movimiento por un Uruguay Soberano denunció al Poder Ejecutivo antes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el “incumplimiento” de no brindar la información correspondiente al memorándum de entendimiento que se firmó con HID Global. El secretario de presidencia, de la gestión de Luis Lacalle Pou, Rodrigo Ferrés, explicó en su momento que esta sería la mayor inversión privada de la historia, la que alcanzaría la cifra de seis mil millones de dólares y generaría alrededor de tres mil puestos de trabajo en su etapa de construcción. La justicia falló a favor de la organización.

Con respecto a la generación de puestos de trabajo en Uruguay, surgieron ciertas inquietudes debido a la visita de representantes de la empresa Techint E&C en la zona de Colón para consultar sobre la disponibilidad hotelera para alojar a cerca de 1.500 trabajadores argentinos, si bien no se confirmó que la empresa Techint E&C esté colaborando con HIF Global en el proyecto de Paysandú, se sabe que ambas empresas trabajaron juntas en el proyecto de combustibles sintéticos en Chile en el 2024.

“Esto pone en riesgo la buena convivencia que existe entre Paysandú y Colón –señala Belassi-, porque son dos ciudades que desde hace muchos años saben lo que significa la una para la otra. Hay mucha relación, hay familias ensambladas entre las dos ciudades, hay buena vecindad”. Por otro lado, los representantes de las organizaciones a ambos lados del río comentaron sus intenciones de buena voluntad y disposición para que este conflicto se solucione de manera pacífica.

La empresa producirá en la planta además del hidrógeno verde, metanol, que es un compuesto tóxico, venenoso e inflamable, que combustiona con mucha rapidez, tiene la particularidad de evaporarse con la temperatura ambiente y aumentar su volumen 400 veces. “Si se escapan 1000 o 1500 litros o metros cúbicos de metanol acá enfrente es una bomba de tiempo para nuestra población”, explica Belassi.

El acuerdo entre el Gobierno uruguayo y la empresa, que se concretó en el gestión del expresidente Lacalle Pou y estuvo cargado de secretismos y arbitrariedades. Leonardo lo confirma ya que, en las votaciones que dieron paso a que se apruebe el proyecto, dos ediles hicieron gestiones para que recibiera a un integrante de su grupo y a otro de Somos Ambiente. A pesar de ello, lo hicieron a puertas cerradas y aunque estas sesiones en su regularidad se graban y transmiten por Youtube, se cortó la emisión justo cuando ellos expusieron sus argumentos, lo cual generó que solo los ediles se enteraran del perjuicio de la colocación de la planta y se restringiera así, la difusión de la postura de gran parte de los vecinos y vecinas.

Frente al cambio de Gobierno, con la asunción de Yamandú Orsi se abrieron expectativas. El nuevo presidente, se reunió con la empresa para negociar este acuerdo considerando algunos aspecto sociales, económicos y ambientales, además de incluir la opción de que Ancap, una empresa pública estatal, pueda participar del proyecto.

 

Mientras tanto, algunos de los vecinos de Colón juntan firmas para pedir la relocalización de la planta y los de Paysandú piden directamente expulsar a la multinacional de la región. Leonardo Belassi adelantó que el 15 de junio realizarán un festival de música donde junto a artistas locales, se manifestaran contra la refinería. Mientras tanto, los habitantes de la región uruguaya siguen esperando la visita del Ministro de Ambiente para expresarle sus inquietudes.

Un festival que resiste

Un festival que resiste

Con proyecciones gratuitas y diversidad de voces, vuelve el Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos, una herramienta para pensar el presente y transformar la realidad. Estrenos exclusivos y más de 50 películas para ver.

Identidad, la ópera prima de Florencia Santucho.

Bajo el lema “Abriendo fronteras”, comienza una nueva edición del Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos (FICDH). El encuentro, que se llevará a cabo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entre el 11 y el 18 de junio, vuelve a posicionarse como una plataforma para la exhibición de filmes con perspectiva crítica y compromiso social. “No sólo proyectamos películas, también proponemos actividades atravesadas por otras artes, el activismo y la academia”, sostiene Maximiliano Rottjer, productor ejecutivo del evento.

Organizado en secciones temáticas como Miradas de Género, Pueblos Originarios, Migrantes, Infancia y Juventud, Panorama y Salud, el festival incluye cortos, medios y largometrajes de ficción, documental y experimental. Las sedes elegidas para la 21° edición son el Centro Cultural San Martín, la Alianza Francesa de Buenos Aires, FADU-UBA (Ciudad Universitaria) y el Teatro Empire. Además de las proyecciones en salas tradicionales, habrá funciones especiales en espacios emblemáticos de la Ciudad como el Centro Cultural 25 de Mayo, el Cine Gaumont -en el marco de Cine Club Núcleo-, la Fundación Rosa Luxemburgo y el Museo de los Inmigrantes (MUNTREF).

Creado en 1997 por el Instituto Multimedia de Derechos Humanos (IMD), el proyecto cultural apuesta por un cine que funcione como un vehículo para la reflexión colectiva y la construcción de futuros posibles. En esta edición, el foco estará puesto en las fronteras materiales y simbólicas que nos atraviesan como humanidad, más allá de los límites geográficos. “Hoy el concepto de frontera no solo tiene que ver con la migración, también puede pensarse desde los cuerpos, el color de piel o el género”, afirma Rottjer.

Programación comprometida

La película elegida para inaugurar el festival es No Other Land, un retrato íntimo y poético sobre los desplazamientos forzados en Cisjordania. Codirigida por Basel Adra, Hamdan Ballal, Yuval Abraham y Rachel Szor, la obra fue distinguida como Mejor Documental en los últimos Premios Oscar y surgió de una coproducción entre Palestina y Noruega. “Tenerla en la apertura no es poca cosa: implica una gran negociación, el pago de derechos y, sobre todo, una decisión clara sobre qué tipo de cine creemos que hoy puede atraer al público a las salas”, señala Rottjer.

La programación, compuesta por 56 títulos, es el resultado de una curaduría rigurosa realizada por un equipo de más de 15 personas. El proceso de selección partió de más de mil postulaciones internacionales y dio como resultado una muestra representativa de 37 países, con obras que promueven la pluriculturalidad y el respeto por la diversidad. “El contenido que proponemos es muy enriquecedor porque permite conocer la visión que tienen del mundo en distintos lugares”, asegura el productor.

Una de las novedades que reafirma el compromiso del festival con la equidad de género y la diversidad en el cine, es que la mitad de las obras seleccionadas están dirigidas por mujeres. “Creemos que, para que las cosas cambien, tenemos que hacerlas nosotros y no esperar a los demás”, sostiene. Entre estas producciones se destacan Una casa, un documental de Agustina Moras que reconstruye el paso de cuatro mujeres en un centro clandestino de detención durante la última dictadura militar; y La Cárcova, de Ludmila López Pérez, una pieza que muestra cómo una biblioteca popular de José León Suárez se convierte en un pilar de identidad y cultura.

También sobresale el estreno del documental Identidad, la ópera prima de Florencia Santucho, que narra la historia de su hermano Daniel, quien fue apropiado y pudo reconstruir su historia gracias al trabajo incansable de las Abuelas de Plaza de Mayo. La pieza, que cuenta con la codirección del corresponsal de guerra Rodrigo Vázquez Salessi, no sólo explora la búsqueda del nieto 133 sino también el entramado de adopciones ilegales y el plan sistemático de desaparición de personas llevado adelante en Argentina entre 1976 y 1983. La proyección será el domingo 15 a las 20 en el Centro Cultural San Martín.

Una casa, un documental de Agustina Moras.

Actividades especiales

Con el objetivo de fomentar el intercambio y la reflexión colectiva, cada proyección contará con la participación de directores y referentes vinculados a las distintas temáticas. “Poder hablar con quien hizo la película es el otro lugar tan enriquecedor que ofrece este festival, eso no pasa en Cinépolis o en el cine comercial”, destaca el productor. Al igual que en ediciones anteriores, el FICDH contará con invitados internacionales. En colaboración con la Embajada de España y el Centro Cultural de España en Buenos Aires, participará la activista Lucía Hellín Nistal; mientras que, junto al Instituto Italiano de Cultura, estará presente la cineasta italiana Claudia Brignone.

El festival además ofrecerá una serie de actividades paralelas que promueven la reflexión sobre los desafíos del presente desde una perspectiva de construcción común. Entre las propuestas se destaca Activar la memoria, proyectar lo común, un conversatorio que tendrá lugar tras la proyección de Trans Memoria (Suecia, 2024) y Nada menos que la igualdad, un corto documental realizado por Fundación Huésped. La propuesta invita a reconstruir colectivamente los procesos de organización y metodologías sociales de transformación en torno a los derechos de las identidades trans y las diversidades sexuales. “Hace ya un tiempo que en Argentina se percibe como una necesidad urgente visibilizar cómo se está violentando a la diversidad, y en particular al colectivo trans”, señala.

El FICDH contará con tres Competencias Oficiales: Largometrajes Internacionales, Corto y Mediometrajes Internacionales, y Documentales Latinoamericanos. También, se hará entrega del Premio RAFMA «Edgardo ‘Pipo’ Bechara el Khoury» (Red Argentina de Festivales y Muestras Audiovisuales), y una mención elegida por el voto del público.

 Celebración colectiva

Sostener un festival de esta magnitud en el contexto actual no es fácil. Con la falta de convocatorias nacionales, dificultades en la financiación y aumentos de los costos, los organizadores se enfrentaron a un escenario complejo. “En esta edición la creatividad en la búsqueda de fondos fue clave, ya que tuvimos que buscar empresas que nos patrocinen, algo que en otro momento no era necesario”, explica Rottjer.

Sin embargo, una de las decisiones más firmes del equipo fue mantener la gratuidad de todas las funciones, con excepción de dos proyecciones en el Cine Empire, cuyas entradas tienen un valor simbólico de $3000 para poder apoyarlo tras haber estado cerrado por mucho tiempo. En ese esfuerzo por pagar para ver una película, los espectadores también contribuyen al sostenimiento de un teatro histórico del circuito alternativo. “Estar presentes en estos espacios es un acto político, de resistencia y de transformación”, asegura.

Durante ocho días, el público podrá acceder a una programación diversa que trasciende lo cinematográfico y se proyecta como una plataforma de diálogo, pensamiento crítico y acción colectiva. “Buscamos que el público vuelva a enamorarse de un cine que tiene otros lenguajes y un fuerte compromiso social”, concluye.

La programación completa del Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos se puede ver en: www.ficdh.imd.org.ar