IV Marcha del Orgullo Transvillero

IV Marcha del Orgullo Transvillero

Las calles de la Villa 31 se llenaron de glitter y banderas multicolor para reivindicar el derecho a la identidad travesti-trans.

El último sábado se llevó a cabo la IV Marcha del Orgullo Transvillera, impulsada por Marea Feminismo Popular, una organización que enarbola la libertad como el valor principal bajo el lema “la identidad es un derecho y debemos llevarlo como bandera”. 

El punto de encuentro era el Banco Santander de Retiro, a las dos y media. Cerquita estaba la Peluquería “Sophie”, donde una banda tocaba cumbia de antes, reversionada con temas de la actualidad. Todxs cantaban y reían al compás de la música.

Globos de muchos colores decoraban la escena, los balcones de las casas aledañas lucían adornados con las banderas del orgullo LGBTQI+. Se vivía un ambiente de festejo y se respiraba felicidad. El calor era sofocante, se vendían bebidas y cerveza bien helada.

La caravana partió desde la calle Tres de Diciembre, ubicada en la Manzana 12 de la Villa 31, hacia Ulla Ulla. Comenzaron el viaje organizaciones como Barrios de pie, MTL villa 31 y AHF Argentina (la organización más grande a nivel global que trabaja en prevención, detección y tratamiento de VIH y sida para todas las personas sin importar su capacidad de pago). 

El incipiente verano invitaba a todos a moverse al ritmo de las cumbias que escuchaban de fondo, llegó una carroza ornamental que dio inicio a la marcha. Ninxs, adultxs y ancianxs acompañaron el recorrido por el Barrio Mujica. 

Las miradas de lxs vecinos dejaban entrever respuestas positivas y negativas del reclamo. Caras de asco, indignación, sorpresa; otras de alegría, orgullo, satisfacción; incertidumbre, vergüenza. 

Las chicas flameaban su bandera con orgullo y pasión, como diciendo «acá estamos, y no vamos a callarnos más». La pelea continua día a día, los prejuicios siguen latentes en cada esquina, solo queda mirar para delante y seguir. “Nadie puede decirte cómo vestirte o como ser, ya no estamos para calabozos ni castraciones. Vinimos a vivir y disfrutar cada aspecto que tiene la vida”, dice una de las manifestantes. 

Se reclamaban derechos, se exigía libertad: de expresarse libremente, de vivir como cada unx quiera. Pedían reconocimiento, no ser invisibles para la sociedad. A medida que iba sumando kilómetros, el clima se tornaba más emocionante, se transmitía esperanza, amor por la camiseta de cada agrupación. La carroza llevaba el brillo que merecía ese día, el glitter en el rostro de cada una de las compañeras alumbraba las calles. Ya no había miedo, jamás lo hubo, se taparon los prejuicios y se cantaba cada vez más fuerte las canciones que sonaban en los parlantes. 

Un día para el recuerdo.

Brasil festejó en la Argentina

Brasil festejó en la Argentina

Simpatizantes del PT se congregaron en las puertas de la UOM para seguir el escrutinio a la distancia y celebrar el regreso de Lula a la presidencia.

Son las 5 de la tarde y Lula Da Silva no es, todavía, el presidente de Brasil. 

En Alsina al 400, al pie del edificio de la Unión Obrera Metalúrgica y delante de la casa de Luca Prodan, el Partido de los Trabajadores de Brasil convoca a un búnker abierto.

54,04% para Bolsonaro. 45,96% para Lula.

A esta hora hay poca gente. 10 compañeros de la CGT pegados a la pared de la UOM, una brasileña envuelta en una bandera roja con una estrella amarilla y la sigla PT al medio y unas 30 personas más, la mayoría con un sticker de Lula pegado en sus abrigos. 

El resultado sigue intacto en la pantalla, la gente llega cada vez con más intensidad.   

Dando la espalda a la casa de Luca Prodan, se montó una pantalla que ocupa media cuadra y proyecta a la CNN de Brasil. Con una ansiedad contenida entre charlas y vino tinto, se llena la calle Alsina. 

Pasadas las 6 de la tarde, el sol deja de darle color a la cuadra. Ya hay más de 1.000 personas que parecen querer robarle metros a la mítica casa sindical y a su respectivo chino de enfrente. No se puede hacer un paso sin tener que pedir perdón tres veces. El color lo aporta la mezcla entre brasileños residentes en Argentina, brasileños residentes en Argentina y militantes del PT, argentinos amantes de la Patria Grande, algún despistado que pregunta por qué carajos hacen tanto ruido y un frentista que intenta salir de su casa sin éxito.

La fiesta está asegurada con muchos Alma Mora y Brahma en lata, pero en la espera se siente calma y angustia.

El único lugar por el que se puede circular es la vereda de enfrente a la UOM; la del chino. Solo se puede pasar a comprar cuando se hayan ido una cierta cantidad de personas. Todos salen con vino, birra y papas: hay festa. El supermercado dispuso tres personas para que la heladera de cervezas nunca se quede vacía, que las birras estén frías es otra cosa.  

“No queremos un búnker, queremos una fiesta popular en la calle”, le dice el coordinador del Partido dos Trabalhadores en Buenos Aires, Paulo Pereira, a ANCCOM.  

 50,91% para Bolsonaro. 49,09% para Lula.

Cada poroto que suma Lula y le achica la distancia a Bolsonaro se festeja como un gol en Argentina: Un grito de alivio bien fuerte y muy cerca del grito del de al lado que termina con un abrazo posterior que todavía se guarda lágrimas.    

El clima es el de un cierre electoral que quedó trunco desde abril de 2018 cuando Lula, en plena carrera por la presidencia, fue detenido y quedó vaciado de sentido el voto que se llevaba su figura. De ahí hasta la fiesta en la vereda de la UOM Lula pasó 580 días de prisión.    

50.1% de votos para Lula Da Silva. 

Antes de las 7 de tarde ya se desata la fiesta en Buenos Aires. El dato no lo dio la CNN, la pantalla seguía en 49,09% para Lula. Al costado, desde la vereda del chino, se escucha un grito unísono de cuatro personas y una levanta abruptamente su teléfono para arriba. El grito ahora es de una sola persona que expulsa el 50.1% bendito. Me encontré abrazado a tres brasileños. El llanto es incontenible porque es producto de lo difícil que fue llegar acá y lo que va a costar sostener esta alegría. 

Ya oscureció y todavía falta el 43% de las mesas por escrutar. Abajo de la pantalla se prepara un escenario improvisado y aparecen bombos, saxofones y trompetas.

Bolsonaro vai tomar no cu por fin. 

Con el resultado en la bolsa, solo queda festejar. ¿Qué? 

“Que por muy poquito, pero Brasil le da la espalda al fascismo”, dice una brasileña ya muy entrada en llanto. Un desahogo que muestra los dientes de un futuro explícitamente complejo.

 

Nos espera un Brasil absolutamente envuelto en una estructura de odio. Lula es la persona que puede restaurar la normalidad política en Brasil, no significa que eso va a ser fácil pero es el único capaz de promoverlo”,  dice Paulo Pereira para ANCCOM. 

Solo queda esperar el resultado definitivo y el discurso de Lula. La música y el baile son protagonistas. La pantalla ya no importa más porque la fiesta está acá, en la calle del edificio de la UOM.  

45 años de lucha y búsqueda

45 años de lucha y búsqueda

Las Abuelas de Plaza de Mayo cerraron sus festejos por el 45º aniversario de la institución en el CCK. Artistas, militantes por los derechos humanos y el presidente de la Nación, entre otros presentes.

El pasado miércoles 26 de octubre se llevó a cabo el acto institucional por el 45 aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo en el Centro Cultural Kirchner. El evento contó con la presencia de referentes políticos, sociales y artísticos. 

El 22 de octubre, desde hace 45 años, es especial. En aquel 1977, familiares de desaparecidos se juntaban en la Plaza de Mayo para reclamar por sus seres queridos alrededor de la Pirámide de Mayo. A partir de la pregunta acerca de si alguien buscaba nietos o nietas, se fundó la organización Abuelas de Plaza de Mayo. 

En una noche llena de emoción, entre artistas musicales que marcaron la intergeneracionalidad presente en la lucha por la identidad, hubo música, poesía, recuerdos audiovisuales, y también un poco de humor desde la conducción que encarnaron los nietos restituidos Manuel Goncalves Granada y Leonardo Fossati. También se entregaron presentes a organismos que han colaborado en este camino de la verdad y la justicia. 

Para recibirlos, subieron al escenario los referentes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), de la Comisión por el Derecho a la Identidad (CONADI), de Teatro por la Identidad, y de la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (UFICANTE). Los obsequios, unos pañuelos enmarcados que serán colocados en las paredes de cada institución, fueron entregados en manos de bisnietos y bisnietas. Toda una generación que ha sido marcada por la historia de sus abuelos y abuelas.

Entre los presentes en el evento, llegó de sorpresa el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien subrayó que “Las Abuelas y las Madres nos dieron un ejemplo de cómo luchar. Tenemos que cuidarlas mucho y cuidar mucho lo que representan. Representan lo mejor que tenemos: el respeto, la dignidad, la búsqueda de la verdad y de la justicia. Sin nunca pedir venganza” y agregó: “tenemos esta Argentina democrática que enjuicia genocidas, que puso en valor y le dio significado a la vida y el respeto de la diversidad, todo eso fue en gran medida por la enseñanza de las Abuelas”. Además, manifestó otras de las razones de su presencia: “No me hubiera quedado tranquilo, con mi espíritu, si no estuviera al lado tuyo esta noche, Estela. Sabés el cariño que te tengo. Saben el compromiso que tengo con ustedes, el de Cristina (Fernández de Kirchner) y el de todos nosotros. Mi generación, los que son más jóvenes y futuras estaremos eternamente agradecidos por lo que ustedes le enseñaron a la Argentina, que es mucho. Se puede recuperar la esperanza, no con venganza, sino pidiendo justicia”.

Luego fue el turno de Estela: “Hemos puesto la vida, el corazón, el dolor y el amor, pero nunca el odio, la venganza o la revancha. Justicia, Memoria y Verdad creo que es y será siempre el símbolo de las Abuelas de Plaza de Mayo. Ya quedamos poquitas, muchas están en el cielo, otras están enfermitas, pero tenemos el relevo de todos ustedes queridos amigos y estos nietos que hemos recuperado y que son parte de nuestra institución”, sostuvo. Y añadió “tenemos la democracia más larga de nuestra historia. Hay que cuidarla. La Patria es de todos. En nombre mío, de las Madres y las Abuelas, nos llenan de fuerza para seguir. No podemos largar el bastón. Este momento es inolvidable”.

El concierto contó con la presencia de Víctor Heredia, Ignacio Montoya Carlotto; Kevin Johansen y su hija Wiranda, Pim Pau, Lula Bertoldi y BB Asul, Julián Kartun, todos acompañados por un ensamble dirigido por Nicolás Sorín. Interpretaron canciones propias y de María Elena Walsh, Luis Alberto Spinetta y León Gieco. Asimismo, jóvenes que participan de las actividades que brinda el CCK, tuvieron la oportunidad de mostrar su arte con poesías, freestyle y beatbox. Entre ellos, Simón Azar, Alba Duarte, Gala Halfon, Luliibeats, NTC, Juan Rey, Pilar Sanjurjo Murujosa y Micaela Tapia. 

Luego de finalizado el acto, y en diálogo con Anccom, Miguel Santucho, hijo de Julio Santucho y Cristina Navajas, y que aún hoy continúa en la búsqueda de un hermano o hermana desaparecida durante la última dictadura militar, señaló: “45 años es un número muy grande, muy importante. Tenemos que ser conscientes de donde estamos y lo que nos espera y de mi lado, nuestra promesa es de toda la vida, es hasta encontrar al último”. Por otro lado, opinó que “las Abuelas nos enseñaron a reconstruir el tejido social para que cada uno tenga la posibilidad de expresarse y poder convocar a sus pares o poder tratar de expresar según sus capacidades y talentos. Creo que la mejor forma de llegarle a los jóvenes es dejar que ellos mismos logren interactuar entre ellos, resignificando este mensaje que hace años venimos transmitiendo, que es el derecho a la identidad”.

Buscarita Roa, actual vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, indicó que está muy feliz pues “en estos 45 años encontré a mi nieta, tengo bisnietos y tengo una familia muy numerosa que amo. Estoy feliz por haber restituido a mi nieta, que es la que estuvo perdida en esa época, que se la robaron los militares”. Y agregó: “Nosotras somos como cualquier persona, no tenemos nada de diferente, lo que pasa es que hemos sufrido, hemos pasado por muchas cosas, y a pesar de todo eso tenemos ganas de seguir viviendo y seguir haciendo cosas que es lo más importante”, remarcó.

El legislador porteño Claudio Morresi asistió al evento para acompañar a las Abuelas en este nuevo aniversario. El ex deportista, durante la dictadura militar, perdió a su hermano Norberto Julio Morresi, de 17 años, que fue secuestrado, fusilado a la vera de una ruta y enterrado como un NN en una fosa común del cementerio de General Villegas. Morresi les agradeció por lo que han hecho: “Han enfrentado tantas adversidades y han logrado que hoy haya 130 nietos que están en su verdaderas familias. Gracias por su lucha, por lo que han hecho por 130 argentinos y por lo que han hecho para nuestra sociedad y país”. Y continuó “hay sectores ideológicos que alimentan el odio para salvaguardar sus beneficios y sus posturas económicas. Siempre van a estar en contra de que la verdad histórica y de que se sepa lo que fueron los crímenes de lesa humanidad”.

Clara Burstein de Weinstein, madre del detenido desaparecido Mauricio Weinstein, estudiante secundario y militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), dio su presente y contó que estaba muy emocionada de poder estar en el evento: “Me alegra el alma cuando voy a una reunión y veo tanta gente joven. Lo que pido y es lo que tiene que ser, porque nosotras ya podemos muy poco y ya somos muy pocas las que estamos. Estamos tratando de hacer lo que podemos, que no es mucho, pero venir hasta acá, es mucho ya para mí. Lo tenemos que hacer y lo que seguiremos haciendo. Pero estamos dejando a la gente joven que tiene ganas de escucharnos y me parece bárbaro”.

Roberto Baradel, secretario General del SUTEBA, también asistió a esta noche de recuerdos y emociones en la “Ballena” del Centro Cultural. En diálogo con Anccom, mencionó que Abuelas es “amor, es dignidad, es lucha, es perseverancia, es pensar en todos. Construir un país en el marco de la paz, de la convivencia democrática, y el amor. Alejado del odio y de la persecución, Abuelas es uno de los más altos símbolos que tiene nuestro país, no solamente en Argentina, sino en todo el mundo. Los jóvenes si tienen que seguir un ejemplo, si tienen que tomar como referencia a alguien, es a las Abuelas y a las Madres”.

Por último, invitado por las Abuelas, Sergio Maldonado, hermano de Santiago Maldonado desaparecido en democracia, luego de una represión que se dio en marco de un desalojo a la comunidad originaria mapuche, y que falleció en circunstancias que aún hoy no son claras, expuso: “las Abuelas son un faro a seguir y son, sobre todo, una contención muy grande. Siempre te abrazan cuando vas a la casa de Abuelas, se respira ese olor de abuela y son muy generosas en un montón de cosas. Transformaron, como ellas dicen, en una frase muy trillada, pero no hay otra forma de expresar, el dolor en lucha y de eso hay que aprender”.

En este encuentro, del que participaron Abuelas, Madres, familiares, nietos y nietas restituidos junto a sus hijos e hijas, se destacó el rol que tienen que cumplir ahora ellos en este relevo generacional. Sucede que, ya no se buscan niños y niñas, o adolescentes, ahora son adultos y adultas que están formando sus familias. Se buscan bisnietos y bisnietas. Por lo que es necesario que sepan su verdadera identidad, para que las nuevas generaciones no arrastren el daño causado durante la última dictadura militar. 

Brasil decide su destino

Brasil decide su destino

En el marco de una polarización a nivel global, con la consolidación de la extrema derecha y el neofascismo como fuerza con peso político electoral, la segunda vuelta del 30 de octubre entre Lula y Bolsonaro tendrá impacto en toda la región. ¿Bolsonaro reconocerá el resultado?

En Brasil reina la violencia y la incertidumbre. El pasado 23 de octubre un exdiputado aliado de Bolsonaro, Roberto Jefferson, se atrincheró en su casa y disparó balas y granadas a la policía que cumplía con el mandato del Supremo Tribunal Federal de detenerlo por violar la prisión domiciliaria que debe cumplir por impulsar un golpe de Estado en 2021.

La última encuesta divulgada por la consultora Quaest revela que Lula encabeza los pronósticos con un 53 por ciento contra un 47 de Bolsonaro. Sin embargo, la agencia Paraná Pesquisas presenta un escenario de empate técnico. La primera vuelta del 2 de octubre estuvo marcada por el sorpresivo desempeño del actual presidente que acumuló varios puntos más que lo que vaticinaban los sondeos, un 43,2 por ciento de los votos, a tan sólo 5 de Lula, que recolectó el 48,4 por ciento.

El fortalecimiento de la extrema derecha responde a una serie de fenómenos estructurales que se combinan con un contexto internacional cada vez más polarizado. Alejandro Frenkel, investigadoar del CONICET, politólogo y docente de la Universidad Nacional de San Martín, es categórico: “Yo daría por descontado que Bolsonaro va a desconocer el resultado y que se va a abrir un período de conflicto, incertidumbre, negociación, donde el posicionamiento de muchos actores va a ser clave para reconocer a Lula si acaso es electo por poco margen. Probablemente, los gobiernos a nivel internacional lo reconozcan y eso va a jugar a favor. Pero después está el rol de otros partidos, sobre todo el llamado Centrão y los militares”.

“El bolsonarismo está allanando el terreno para embarrar la cancha, no reconocer la elección y después de una primera vuelta con la sorpresiva colecta de votos de Bolsonaro, más de lo que se pensaba, se envalentona más las posibilidades de que pueda ganar, con lo cual va a hacer que una derrota sea menos digerible todavía”, agrega Frenkel.

Sobre este aspecto particular de la primera vuelta, un voto vergüenza u oculto a Bolsonaro, la investigadora y docente en el Área de Relaciones Internacionales de FLACSO/Argentina, Juliana Peixoto, afirma: “En Brasil se constata una conciencia creciente en la población que escapa a los métodos de recolección de información clásicos. Está la posverdad, esta idea de que todo es una opinión y ese rechazo a la ciencia, a la investigación, a los métodos científicos. Hay rechazo a la encuesta, y el voto vergüenza sorprendió bastante porque en realidad estábamos esperando un voto oculto a Lula también”.

El clima político y social en Brasil guarda muchísimas diferencias con el que se vive en Argentina. El crecimiento de la ultraderecha bolsonarista empalma con una serie de cuestiones más estructurales que constituyen el imaginario de la sociedad brasileña. Según Peixoto, “el voto vergüenza también tiene que ver con la construcción muy arraigada del enemigo comunista, del enemigo PT, del enemigo rojo, que habla de una inmensa ignorancia política. En comparación con Argentina, en Brasil no existe estudiar la Constitución en la secundaria, que parece algo formal pero no lo es tanto. Hay mucho menos formación ciudadana, menos debate político y menos política en las calles. Hay muy poca movilización. Con lo cual eso es un caldo de cultivo para ese tipo de movimientos”.

El proceso dictatorial en Brasil también tuvo otras características y tampoco hubo un Nunca Más como en la Argentina. “El hecho de que Bolsonaro haya reivindicado a un torturador de la dictadura durante el impeachment a Dilma, por ejemplo -señala Peixoto-. Esto es gravísimo para sectores específicos de la sociedad, porque fue otra dictadura, otro proceso de amnistía, no hubo revisionismo, no hubo condena social, la problemática de los torturados y asesinados (porque en Brasil el principal problema fueron los torturados) es poco visibilizada”. Y destaca: “Las Fuerzas Armadas tienen mucha legitimidad, de hecho la policía que está en las calles es llamada ‘policía de represión’. Está la policía civil, que colabora con cuestiones judiciales y administrativas, y está la de represión, el patrullero que está en la calle”.

Peixoto, por su parte, le asigna un papel determinante a las cadenas como O Globo, “que si bien no cierra con Bolsonaro, apoyó el impeachment y defenestró al PT y sus gestiones, a pesar de haber apoyado a Lula en 2002, con lo cual es ese ‘bicho’ que va para donde lleve la marea”. “El apoyo en 2002 de O Globo fue clave para que Lula ganara -opina-. La campaña, más el descontento con los últimos años de gobierno del PSDB, fueron muy interesantes, pero el toque fue el apoyo masivo tuvo en los medios, se veía que era una ola imparable, entonces O Globo se subió al tren”.

La correlación de fuerzas tras la primera vuelta, el 2 de octubre, dio aire a Bolsonaro y a los sectores ultra reaccionarios, que crecieron en el número de bancas en Diputados y Senadores. El Partido Liberal de Bolsonaro pasó a tener el bloque más grande en la cámara baja con 99 parlamentarios. El bloque conocido como “la bala”, conformado por exmilitares integrantes del movimiento que promueve el uso civil de armas, aumentó de 28 a 36. En las gobernaciones de los principales estados se configuró una mayoría afín a la ultraderecha de Bolsonaro y sus aliados: obtuvieron 9 de las 15 que se disputaron, mientras que 5 quedaron en manos de candidatos aliados al PT.

«Me imagino un gobierno muy complicado», pronostica Frenkel.

Está pendiente la definición de los gobiernos regionales de 12 estados que se elegirán este domingo, entre ellos la gobernación del estado de San Pablo, el más poblado y rico del país, donde el exministro de Bolsonaro Tarciso Gomes Freitas fue el más votado en primera vuelta (42,32 por ciento) y se enfrenta a Fernando Haddad (35,70 por ciento). Para Peixoto, “la correlación de fuerzas es algo dinámico, el PT ha crecido en diputados y gobernaciones. El PT es un partido muy pequeño que siempre depende de coaliciones para gobernar, y eso es un problema del sistema de partidos en Brasil”. Esta situación político-institucional plantea un panorama incierto sobre cuáles serán los recursos del PT para llevar adelante su agenda y lidiar con una oposición de ultraderecha consolidada si se llega a imponer en el balotaje.

“Me imagino un gobierno muy complicado, con mucho conflicto -sostiene Frenkel-. Por un lado, Lula va a tener mucha oposición desde lo institucional: el bolsonarismo con mayoría en el Congreso, los sectores conservadores, la bancada de ‘la bala’. Va a tener que negociar con otros sectores la gobernabilidad. Y al mismo tiempo, va a tener las presiones de su propio partido, de sectores más a la izquierda, y ahí va a aparecer la habilidad política de Lula, pero también se van a ver cuáles son los límites estructurales”.

La presión social en las calles es clave a la hora de pensar el desarrollo de los acontecimientos. Frenkel infiere que “va a ser muy complicado en términos sociales. Una particularidad del Brasil de los últimos años es que se acostumbró a tener movilizaciones callejeras, algo no muy tradicional en la historia del país excepto por el Movimiento de los Sin Tierra (MST) o los sindicatos, pero ahora protagonizadas por el bolsonarismo. Entonces Lula va a enfrentar un clima social de convulsión con sectores con capacidad de movilización y de producir violencia política”.

Sobre los aspectos más estructurales que sostienen la economía en Brasil, como el crecimiento del agronegocio y la consecuente destrucción de la Amazonía, o las reformas regresivas implementadas desde el gobierno de Temer, los índices de desocupación y pobreza que aumentaron exponencialmente bajo el gobierno Bolsonaro, tanto Frenkel como Peixoto coinciden en que es difícil que un gobierno del PT pueda revertir el rumbo, aunque sí confían en medidas paliativas que lo frenen.

“El tema económico Lula lo va a matizar, va a haber asistencia a la pobreza, pero no creo que pueda tocar lo estructural, los temas ambientales, el agronegocio, quizás haya más control. Lo que está pasando en el gobierno de Bolsonaro con la Amazonía es tremendo. La tasa de deforestación es de 18 árboles por segundo”, remarca Peixoto. En el mismo sentido, Frenkel observa que Lula va a asumir heredando un programa económico neoliberal blindado, en cierta medida, por la “ley del techo de gastos”. “Eso implica un limitante, va a tener que negociar para derogarla, o encontrar los resquicios si pretende aumentar el gasto social. Va a tener las limitaciones del modelo económico que deja Bolsonaro”, asegura. La ley del techo de gastos fue aprobada bajo el gobierno de Michel Temer en 2016, al igual que la reforma jubilatoria, pese al fuerte rechazo de la sociedad brasileña. En tanto, en sus últimas declaraciones, Lula ha anticipado que el suyo será un gobierno de centro, en un gesto al empresariado y los sectores del establishment.

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La fila de los invisibles

La fila de los invisibles

Casi un millón de personas ya se anotó para cobrar el bono que la ANSES otorgará a quienes viven en situación de indigencia. Hombres y mujeres que duermen en la calle o que sobreviven con rebusques hacen cola mientras tienen que aprender qué es un CBU. Historias de los caídos del mapa.

A las nueve de la mañana, los rayos de sol que cruzan perpendicularmente la Avenida Santa Fe, impactan de lleno contra el cartel blanquiceleste de la oficina de ANSES ubicada en Palermo. Son más de 30 las personas que esperan tramitar allí la inscripción para el bono de 45 mil pesos que las personas en situación de indigencia cobrarán en dos pagos mensuales de 22.500 pesos.

Mientras aguardan a ser atendidos, algunos se refugian del calor y la humedad matutina bajo la sombra de una palmera. La hilera se extiende hacia la izquierda, hasta la agencia de lotería “Vendedores de Ilusiones”. Frente a la puerta del local, uno comenta:

Vine porque vivo en la calle. Ojalá me lo den al bono. Con la plata que te dan, me alcanza para alquilarme una pieza por un mes.

Con el paso de los minutos, la hilera se extiende. Los transeúntes pasan por el lugar con normalidad. Nadie repara que, a pocas cuadras del predio de la Sociedad Rural Argentina, quizá el máximo símbolo de la producción alimentaria argentina, haya gente completando formularios para poder comer. 

«Acá no te podemos dar plata. Tenés que generar un CBU en el Banco Nación o en el Banco Provincia».

“No, acá no te podemos dar la plata. Tenés que generar un CBU en el Banco Nación o en el Banco Povincia”, avisa uno de los empleados de ANSES a la persona de la fila que contó que vive en la calle

El inquilino del asfalto no tiene cuenta bancaria, tampoco los otros cuatro que lo preceden en la cola. Automáticamente, se va rumbo a la sucursal del Banco Nación ubicada en Plaza Italia. Allí lo esperan más personas que se encuentran en la misma situación. Algunos fueron al lugar a abrir su primera cuenta bancaria; otros tantos utilizan su umbral para dormir. 

“Creo que tendrían que fijarse el tema de las colas. Yo no sé usar la computadora, entonces no me pude inscribir por internet y tuve que venir acá -se queja uno de los que espera que lo dejen entrar al banco-. El tema es que para venir, yo tuve que dejar de trabajar. Yo junto cartón, metal, y una mañana perdida le duele bastante al bolsillo”. 

Mientras el hombre habla, otro que está más adelante lo escucha. Media hora más tarde, ese otro explica que tiene 30 años, que no tiene lugar donde dormir y que por eso necesita el refuerzo alimentario. 

“Yo vivo acá a unas cuadras, en Plaza Italia -comenta Silvia, otra de las que anhelan cobrar el bono-. Mi marido trabajaba en un taller en Mataderos. Cuando vino la pandemia, lo despidieron y no pudimos pagar más el alquiler. Ahora nadie nos quiere dar trabajo ¿Cómo salimos de la calle si nadie nos quiere dar laburo?”

Mientras tanto, la fila de ANSES sigue extendiéndose y se mezcla con la de las paradas de los colectivos. Todos miran impacientemente hacia la puerta, mientras un empleado de la oficina recorre la cola respondiendo preguntas e intentando espantar a los reporteros gráficos que retratan el escenario. 

“Lo que pasa es que no quieren mostrar que hay tanta gente necesitando esta ayuda -opina Manuel, un albañil de 29 años que faltó a su trabajo para poder acercarse hasta el edificio público-. La plata que nos dan son monedas y de acá a diciembre, cuando se cobra la segunda cuota, nos va a alcanzar para menos cosas. Pero bueno, peor es nada. Mis compañeros también querían venir, pero no los dejaron porque alguien tenía que seguir la obra. Todos estamos en negro y cobramos una miseria. Yo falté porque si no, no tengo cómo darle de comer a mis nenes.”

Una y otra vez, los minutos de espera son definidos como tiempo quitado para el trabajo. Y en la economía informal, donde el sueldo es un anhelo y los derechos una utopía, cada segundo que se le dedica a otra cosa que no sea conseguir dinero, significa alejarse un centímetro más del plato de comida. 

Es una realidad que afecta a todos los pobres del país, pero sobre todo a quienes recibirán el bono alimentario. Para poder cobrar el llamado popularmente “IFE 5”, no se pueden percibir jubilaciones ni pensiones; prestaciones por desempleo; no estar inscriptos en el Pla Potenciar Trabajo, ni ser beneficiario de Becas Progresar, Asignación por Embarazo o ni ningún programa social. El bono no es para los que se encuentran en los márgenes del sistema, es para los que están aferrados con las uñas para evitar la caída. 

Nadie repara que a pocas cuadras de la Sociedad Rural, quizá el máximo símbolo de la producción alimentaria argentina, hay personas haciendo cola para poder comer.

“A mí lo que me da miedo es lo que viene después de esto. En su momento sacaron cuatro IFE y después se olvidaron de nosotros. La ayuda está muy bien, pero no podemos vivir eternamente en la calle, por más de que nos regalen plata -declara José Luis-. Uno va a pedir ayuda al Gobierno de la Ciudad y la policía te amenaza. El Gobierno nacional te tira dos pesos y después se olvida. Nadie nos ve a nosotros, somos invisibles.”

Mientras habla, el hombre sostiene un bolso. Ahí dentro están sus únicas pertenencias: una campera, un jarrito de metal, una botella de agua, una sábana sucia y una gorra. Él duerme en la parada de la línea 60 del Metrobus. Su cama es el suelo, porque los asientos fueron construidos especialmente para que tipos como él no puedan acostarse. Contra él no conspira solo el sistema económico y social imperante, sino también la arquitectura diseñada por un Gobierno que no quiere pobres durmiendo en la calle pero no les ofrece salidas dignas a la indigencia. 

Para las once de la mañana, quedan cinco personas esperando. Si cumplen con los requisitos, se sumarán a los más de 800 mil argentinos que ya fueron aprobados de los más de dos millones estimados que podrían obtener el bono. La primera cuota se cobrará el 14 de noviembre, mientras que la segunda se depositará en diciembre. Todo sea por una Navidad en ¿paz?