El Teatro Colón cerró su Área Educativa

El Teatro Colón cerró su Área Educativa

El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta dio de baja el Área Educativa de Nuevos Públicos, destinada a estudiantes de primaria y secundaria, y despidió a todos sus trabajadores.

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Desde 2016, en conjunto con el Ministerio de Educación de la Ciudad, el Teatro Colón ofrecía una serie de actividades para estudiantes, a través de su Área Educativa de Nuevos Públicos, pero hace dos semanas fueron interrumpidas. La decisión corre por cuenta de la actual gestión de Jorge Telerman, quien se desempeña desde 2022 como director general del teatro. El Área de Nuevos Públicos se proponía que alumnos de Nivel Primario y Secundario participaran de las experiencias Mi Primer Ballet, Mi Primera Ópera y Mi Primer Concierto, todas ellas parte del programa Vamos al Colón – Colón para escuelas.

Por medio de un comunicado titulado “El Teatro Colón para pocos”, publicado en sus redes sociales personales, Eugenia Schvartzman y Rosario Villagra, ex coordinadora general y pedagógica y ex coordinadora de Producción y Vinculación Institucional del área respectivamente, denunciaron la situación.

Allí explicaron que los programas discontinuados estaban destinados a difundir contenido artístico y materiales educativos, y a la vez incorporar la experiencia de haber asistido a ver una obra en el Teatro Colón a la currícula común de clases en la escuela. “Es claro que este tipo de instancias resultan fundamentales en la construcción de ciudadanía y garantizan la asistencia de infancias y juventudes que de ninguna otra manera podrían haber sido parte de la programación, por barreras no sólo económicas sino fundamentalmente socioculturales”, remarcaron.

“El área se achicó a lo largo de los años. En un primer momento fue a razón de la pandemia, y cuando ocurrió la vuelta a la presencialidad, no estaba previsto reanudar las actividades por parte de la agenda de la Dirección General. Aunque este año se había reducido notablemente la programación del área, intentamos que no muera y se sostenga en compromiso con la educación”, detalla Rosario Villagra en diálogo con ANCCOM. “El área educativa no existe más. Con suerte, durante el año participa un 10 por ciento del público que anteriormente veníamos convocando”, agrega.

Hoy las visitas guiadas están habilitadas para las escuelas los días de semana, ya no los sábados, pero el Área Educativa no existe más. El propósito del programa era brindar algo más que una mera visita: una primera experiencia de ir al teatro junto con un material pedagógico específico, entregado a los docentes para abordar la vivencia en el ámbito de clases.

Otro de los programas que se sostuvieron hasta el año pasado fue el Ensayo Abierto, al cual asistían escuelas secundarias provenientes de diferentes zonas del país, que consistía en presenciar, de manera gratuita, los ensayos de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. También incluía la posibilidad para estudiantes universitarios y terciarios de ver los ensayos generales de ópera y ballet, así como la participación en talleres, capacitaciones y charlas con los docentes. “En 2019 el programa empezó a perder peso, pero tratamos de sostener la cantidad de alumnes que asistían, aunque con varios problemas artísticos. Tras la pandemia volvió a realizarse en 2022 y esperábamos que este año regresara con la misma impronta de 2016, pero no fue así. Hay una decisión política de que esto no suceda”, afirma Villagra.

Schvartzman coincide: “Hubo una voluntad clara de la nueva gestión de no continuar ni profundizar sobre un área que debiera estar de manera permanente. No hubo una tendencia a seguir investigando en estos programas, tan necesarios para seguir con esta mirada de acercamiento a las infancias y las juventudes”.

En el comunicado señalan el vaciamiento año a año: “El programa, que implicaba una profunda cosmovisión pedagógica y artística, fue vergonzosamente degradado, denostado y finalmente clausurado por esta gestión. Para graficar su envergadura, en 2016 asistieron 26.330 participantes, en 2017 38.262, en 2018 26.259, en 2019 27.703, y en 2022 solamente 7.778”.

Schvartzman señala que se realizaban funciones didácticas gratuitas para escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires con la participación de casi 40.000 estudiantes por año. “La idea era difundir un programa educativo universal que abarcara a todas las escuelas. Previo a la asistencia de les chiques, se invitaba a docentes y equipos educativos a una instancia previa que incluía una visita guiada y un trabajo pedagógico en relación a la obra que se se iba a ver, la cual podía ser de ópera, ballet o un concierto, entregándose material de trabajo para que se pudiera desarrollar luego en clase. La asistencia a estos programas no implicaba la mera visita al teatro, sino que consistía en todo un trabajo de acercamiento al arte de las infancias y de la comunidad educativa”.

El cierre del área provocó, además, despidos. Esta situación “desnuda la precarización laboral en la que ya se encontraba el personal, contratado durante cinco años, y que al día de la fecha el teatro retiene sus haberes salariales”, expresaron en el comunicado. Schvartzman añade: “Les trabajadores no tuvimos un aviso formal e institucional sobre la cancelación del contrato, ni el Teatro dio razones por las cuales cesaban los programas educativos. La respuesta vino de la Dirección General, concretamente de la jefa de Gabinete de Telerman, Paz Dubarry, avisándonos que el personal ya no era necesario y por eso se cancelaron los contratos”.

Según Villagra, hay una deshumanización y despersonalización de la gestión respecto de sus empleados, algo novedoso si se quiere, considerando que es un espacio del cual sus empleados se apropian porque disfrutan trabajar allí. “Esto se está fragmentando”, subraya y concluye: “El teatro, al ser un ente público, tiene el deber de divulgar bienes culturales y esto no se está cumpliendo. Hay un vaciamiento en un montón de áreas, no hay una visión general del teatro público como ente cultural. Aspiramos a que les chiques puedan venir, es una experiencia muy positiva”.

Un gran diario para los más chicos

Un gran diario para los más chicos

Durante el tercer gobierno de Perón, el Ministerio de Educación lanzó «El diario de los chicos», una publicación que explicaba las noticias a los más pequeños. Precursor de lo multimedial, miraba la historia con una perspectiva popular. Llegó a tirar 700.000 ejemplares.

 

El diario de los chicos fue un proyecto comunicacional y educativo. Su idea era acercar a los chicos las noticias desmenuzadas con un carácter pedagógico para facilitar su comprensión, e intentar explicar cuestiones que en la prensa tradicional elaborada para adultos eran dadas como obvias.  Este proyecto editorial se llevó adelante bajo la gestión de Jorge Taiana (padre) frente al Ministerio de Educación y Cultura. A pesar de que se presentaba como un diario se trataba de un periódico que se repartía de manera mensual en las escuelas de todo el país y existió desde octubre de 1973 hasta agosto de 1974.

En su edición número 0, el diario comienza con una inquietud enfocada en las “infancias”: “Se publican muchos diarios para que los grandes estén informados: traen noticias de lo que pasa en el país y en el resto del mundo. Y los chicos lo ven, oyen pedacitos de las conversaciones, algunos ven los noticieros por televisión, a lo mejor consiguen que los padres les cuenten algo. Preguntan mucho y les cuesta entender, porque las cosas que pasan en el mundo son muchas. A veces son complicadas. Y como todos piensan que son ´cosas de grandes` nadie se ocupa de decírsela a los chicos”.

Para conocer  más acerca de la realización y contenido de este diario, ANCCOM se acercó a la Universidad Nacional de Quilmes para charlar con dos de sus docentes, Lucia Abattista (profesora de Historia y Magíster en Historia y Memoria) Y Daniel Badenes (doctor en Ciencias Sociales y profesor de Historia de los Medios), que además son autores de un libro titulado de igual manera que este proyecto editorial.“El diario de los chicos”. Al realizar este libro se adentraron en una investigación profunda donde hablaron con personas que formaron parte del Diario y recopilaron material histórico que les permitió acercarse al proceso de realización y concreción de esta iniciativa.

¿Cómo  se enteraron del proyecto sin haber sido contemporáneos a la época de su publicación?  

Daniel Badenes: Allá por el 2013 una compañera llamada Verónica Jeria,  que trabajaba en el Museo Etnográfico, buscaba información acerca de unas muestras que se habían dado en el museo unos 40 años antes. En esa misma búsqueda se pone en contacto con Marta Dujovne,  que había sido secretaria académica y conocía de la historia previa del museo. En esas charlas donde Marta intenta contextualizar la época, le cuenta y le enseña material impreso acerca de un proyecto llamado El diario de los chicos. Al conocer este material, Verónica lo digitaliza junto al Departamento de Comunicación de Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes. Esa digitalización, que eran las fotos del diario, fue el material con el que comenzamos a trabajar y utilizamos durante una gran parte de la realización del libro. A lo largo de diez años reconstruimos toda esta experiencia a través de muchísimas charlas con Marta, que fue directora del diario, y nos dio acceso a parte de su archivo personal. Ella tenía ediciones impresas del diario y cartas de los chicos lectores de esa época y maestros que relatan su experiencia con el diario.

Lucia Abattista: Efectivamente el acercamiento se dio de esta manera, sin embargo, previamente a todo esto, ya nos encontrábamos rozando de cerca al diario debido a distintas lecturas que tuvimos relacionadas a la historia reciente y a temas de la memoria. Nos llegaban testimonios sobre actividades que se habían realizado en el Ministerio de Cultura y Educación durante ese periodo del 73 y 74. El primer testimonio que me llamó la atención fue el de Nicolas Casullo, integrante de Montoneros, que  formó parte del Ministerio de Educación en ese periodo y cuenta de manera un poco imprecisa en el libro La Voluntad acerca de muchos proyectos culturales de la época. De todos estos que menciona uno es El diario de los chicos, el cual describe brevemente.

El diario también se encargó de publicar acerca de hechos históricos. ¿Cuál era la perspectiva histórica con la que analizaron los hechos?

LA: Mas allá de que nos encontremos con publicaciones que hacen referencias a Chacho Peñaloza o Felipe Varela, que uno puede tildar en una primera lectura de un tinte revisionista, creo que al detenernos a  pensar más allá de eso y mirar con quién se trabajó la producción de ese contenido, y a leer con más detalle, nos encontramos con una mezcla muy original en ese aspecto. Es la mirada de Marta forjada en Filosofía y Letras de la UBA, donde se produjo una renovación muy fuerte de la historia en clave de historia más social y económica, que entra  en un diálogo con el revisionismo , que no es el tradicional que solo reivindica figuras centrales como Rosas, sino en un revisionismo más relacionado a las izquierdas que piensa el protagonismo popular.

 ¿Fue parte de un proyecto transmediático?

DB: A veces volvemos sobre distintas épocas a poner nombres creados a posteriori. Efectivamente existía un proyecto multimedial en el Departamento de Comunicaciones Sociales, sin embargo, es un término que comenzamos a utilizar en los años noventa. Durante 1973 llegó a ensayarse un canal de televisión, hubo algún que otro programa de radio, pero no es que hubo una red de medios que pertenecía al Estado .Lo que sí me parece es que en ese Departamento de Comunicación  había una vocación de producción transmedia, se podía encontrar ciertos contenidos como la prevención del mal de Chagas sobre el que se realizaba una historieta, un disco, un programa de televisión, todo tipo de producciones relacionadas al mismo tema. Era una preocupación que se desplegaba en distintos formatos mediáticos. Sin embargo, no tenías a alguien que se ocupara específicamente producciones transmedia.

En el libro se describe al boletín de notificaciones de ese periodo como amigable para lectura y con ilustraciones que reforzaban la comprensión. ¿Se puede hablar de un intento del Ministerio de Educación y Cultura por democratizar la información?

LA: Una de las cuestiones más significativas de la etapa es que un gran conjunto de comunicadores, periodistas, escritores, personas que trabajan en la televisión de losaños sesenta o setenta, profesionales de las Ciencias Sociales y del Ministerio de Tecnología trabajaron con una preocupación central por las comunicación, por cómo el mensaje puede llegar más allá de los carriles habituales y sobre cómo puede estimular una participación de los consumidores y no ser solo una cuestión de transmisión en el sentido más clásico. En eso hay un clima de época que podemos percibir.

DB: Dentro de mis trabajos académicos, tengo muchos enfocados en la historia de la comunicación popular en América Latina, a partir de ahí elaboré una reflexión que concebía a la comunicación alternativa y popular como algo ajeno y alternativo a lo estatal. Durante el periodo en el cual se puso en circulación el diario vemos que esas experiencias que son puestas en práctica en muchos casos por parte del Estado.

¿Cómo impactó la estatización de la editorial Códex con el desarrollo del diario?

LA: Los números 2 y 3, que fueron los de mayor tirada, se imprimieron en la editorial Códex. Esta fue una empresa editorial muy importante en las décadas anteriores, al presentar la quiebra sus trabajadores siguieron trabajando de manera autogestiva hasta que el Estado la interviene y luego discute su estatización. Había una gran expectativa por convertirla en una editora del Estado que abarata los costos de todo lo que se produzca. De hecho, los primeros números fueron impresos en empresas privadas, lo que dio como resultado costos altísimos de producción para el gran número de tirada que tenían programada.

DB: En el número 2 y 3 se llegaron a imprimir alrededor de 600 mil o 700 mil ejemplares aproximadamente. Era realmente un producto masivo que llegaba a cada punto del país, era realmente un diario nacional; distinto a lo que estamos acostumbrados cuando catalogamos así a los diarios porteños. A veces estos diarios no llegan a los puntos más distantes de la Capital o lo hacen con demora.

Más allá de su llegada, ¿las noticias que se trataban también portaban una índole federal?

LA: Las noticias vinculadas con otras provincias eran pensadas dentro del núcleo editor, el criterio era que dichas noticias fueran las que alcanzaban una escala nacional. Por ejemplo, la repatriación de los restos de Felipe Varela fue un hecho evidentemente significativo para la provincia de Catamarca, pero también para el conjunto del país. Otro ejemplo es la inundación en Santiago del Estero del año 1974, que sirvió como puntapié para pensar cuestiones ambientales como la deforestación y el avance de la industria maderera. Otras noticias que se abarcaban eran las internacionales, temas como la visita del presidente panameño Torrijos podían ser utilizadas como un punto de partida para hablar sobre la problemática del canal de Panamá.

DB: La actualidad era el disparador, la noticia era desmontada y se explicaban los procesos que la conformaban. Otro ejemplo es el tratamiento del Mundial de fútbol del 1974, para el que se conforma una mesa de diálogo de pibes, que a su vez son alumnos y lectores, los cuales piensan la situación del deporte por fuera del Mundial.

¿Cómo recibían los chicos este tratamiento novedoso de las noticias?

LA: La aspiración del diario era que los chicos no solo consuman estas noticias, sino que también puedan producir cosas propias. De todas maneras, se aclara desde un principio que el diario era elaborado y pensado por adultos, pero se invita a los lectores a ser partícipes. En las cartas empiezan a llegar muchísimas recomendaciones de secciones o notas para que se publiquen en el diario, desde lo más clásico como poemas y cuentos, a historietas que eran producidas por estos chicos y chicas donde se abordaban temas muy variados, la recepción era bastante positiva, así como también la participación.

¿Cuál fue la recepción de los medios gráficos de la época?

LA: En este caso pudimos acceder a algunos ejemplares de la época que conservaba Marta y otros a los que accedimos a través de hemerotecas. Encontramos algunos que celebran la iniciativa y la calidad de las publicaciones como La Voz y Noticias y otros que denuncian un adoctrinamiento o acusan al diario de revertir los hechos históricos, como por ejemplo, en La Prensa o Cabildo.

¿Tienen conocimiento de experiencias previas sobre proyectos similares?

LA: Marta Dujovne, cuando concibe el proyecto, recuerda de una publicación de origen francés que leyó cuando era niña llamado Journal Le Monde, que tenía una estética tabloide muy similar a la que adoptó el diario. Básicamente se trataba de un libro de divulgación histórica para infancias que se tradujo en múltiples idiomas. Después, en una construcción de antecedentes que llevamos a cabo de manera personal, pudimos encontrar algunas experiencias que los realizadores del diario tenían a mano, pero no las pensaba como tales, sino que nosotros nos tomamos la libertad de sugerir indicios que nos llevan a relacionarlos desde su esencia. Por ejemplo, La edad de oro de José Martí fue un diario para chicos que se comenzó a publicar hacia fines del siglo XIX. De hecho, Lorenzo Amengual, quien fue un ilustrador que trabajó en El diario de los chicos, también realizó algunas ilustraciones para La edad de oro.

DB: De todas maneras, no encontramos antecedentes de alguna producción de un diario que trate noticias actuales para que la lean los chicos.

 

Teatro histórico y transhumante

Teatro histórico y transhumante

En clave de comedia y desde hace casi tres décadas, la compañía Museo Viajero repone el pasado para estudiantes de diversas edades. Cada año, 30.000 chicos asisten a sus funciones.

El Museo Viajero es una compañía de teatro fundada hace 27 años cuyo objetivo es ir a salas e instituciones a representar un género que ellos llaman «comedia histórica». Fabián Ucello es historiador, también director y fundador. “Aunque parezca un chiste, esto empezó en un asado. Yo coleccionaba cosas antiguas de la vida cotidiana, y con Héctor López Girondo, titiritero del Teatro General San Martín, creamos una obra llamada Un siglo en un ratito donde había que llevar objetos que contaban la vida de los papás cuando eran chicos, y también de los abuelos y bisabuelos. Se hizo una conjunción entre nosotros, más el aporte de Raquel Prestigiácomo, que es licenciada en Letras”.

Actualmente, no tienen una sede fija, ya que la Asociación Amigos del Museo Saavedra, donde estuvieron todo este tiempo, decidió utilizar el lugar para otros fines. “Es un divorcio. Es una relación de 27 años. Al principio ellos tenían una sala totalmente vacía y el director de entonces, Alberto Piñeiro, me dice: ‘Vamos a hacer una o dos funciones’. Tuvieron tanto éxito que me pidió que me quedara. Venía cada vez más gente y a partir de ahí empezamos a armar una sala para 200 personas. La Asociación de Amigos cobraba una entrada y el Museo se llevaba un porcentaje”.

La editorial Eudeba va a publicar dos libros con referencias, dibujos e información extra para chicos en edad escolar. Al respecto, Ucello cuenta: “A los docentes les ayudamos con guías de lectura. Hay una obra que se llama La pequeña aldea que cuenta la vida cotidiana en 1810 a través de una maqueta maravillosa de cómo era la ciudad de Buenos Aires, y toda la investigación se volcó en un libro con el mismo título, también publicado por Eudeba, y que lleva cuatro ediciones, la última con prólogo de Felipe Pigna”.

Ucello considera que es una herramienta para el docente y que, aparte de las obras, cuenta con mucha información esclarecedora sobre los usos y costumbres: “Los chicos hace 20 años dibujaban en forma de campana los vestidos de las mujeres y eso no se usaba en 1810, sino en la época de Rosas”, señala.

Cada obra está diseñada para alumnos de distintos ciclos así como un gran catálogo de actividades para seguir trabajando en clase después de cada función. Raquel Prestigiácomo, además de licenciada en Letras es formadora de docentes y la encargada del diseño de varios de los manuales que se encuentran publicados en la web. “Es una especialista en las necesidades del docente”, destaca Ucello.

A diferencia de otros teatros, en vacaciones se toman un receso, por lo que no tienen actividad tanto en verano como invierno. Al ser obras de corte educativo, prefieren desarrollarlas en el período escolar. En números, el director detalla que asisten por año entre 23 mil a 30 mil chicos de diversos lugares. En un mismo día trabajan 24 personas entre bailarines, cantantes, actores y magos, poseen tres trailers que viajan por distintas instituciones y la cantidad de obras disponibles son 26.

ás allá de que ahora no tienen una sede propia, visitan sitios como el Museo Sarmiento en el barrio de Belgrano, la Facultad de Veterinaria, la Sociedad Científica Argentina, e incluso la ciudad de Luján, sin dejar de lado la presencia en las escuelas. “Siempre tratamos de ir a un lugar de referencia, donde tengan un plus para hacerlo”, agrega Ucello.

Sobre el recibimiento del público, tanto de alumnos y docentes, manifiesta: “Los docentes lo toman como una herramienta pedagógica. De hecho ya nos conocemos. Me llaman por el nombre de pila y algunos me han visto actuar en las obras, pero ya dejé para pasar a ser director”. En su momento, Ucello pensaba que los docentes solo iban por las exhibiciones en el Museo Saavedra, pero en realidad querían ver las obras de teatro.

Como en varios lugares de la cultura y la vida social, el cambio de época es un hecho y El Museo Viajero no es ajeno a su circunstancia. “Nosotros teníamos una obra de Cristóbal Colón que fue un boom y ahora los chicos no van porque lo ven a Colón con otra mirada, a pesar de que nosotros contábamos sólo el viaje. Ahora tenemos dos obras sobre los pueblos originarios”.

No hay demasiados antecedentes de una experiencia así. Ucello no puede creer que en estos 27 años nadie los haya copiado. “El estilo de teatro que nosotros hacemos se puede aplicar a todo, no solo para la historia. Todas las obras se basan en un diálogo entre un director y uno o dos ayudantes que realizan una pregunta adecuada o van a interpretar una situación no necesariamente cómica, sino visual, que atraiga a los chicos”. En los 45 minutos que dura la obra utilizan como recursos títeres, baile, música, canto y hasta magia.

El Museo Viajero a lo largo de su historia recibió distinciones y reconocimientos del Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional del Teatro. Sin embargo, no cuenta con apoyo gubernamental, pero a Ucello no le preocupa: “No nos ayuda nadie. Cuando vos pedís que te ayuden, te agarran la cabeza y tratan de hundir. Te soy sincero: a nosotros siempre nos fue bien sin que nos ayuden, porque siempre te piden algo y no es fácil venderse. Ahora pasó esto del Museo Saavedra y buscaremos otro lugar para hacer lo nuestro”.

A futuro, piensan sumar obras. “En noviembre vamos a estrenar Obligada estaba la vuelta con la historia del combate de Vuelta de Obligado que va a ser de cuarto grado para arriba. También tenemos obras para los chicos de jardín a tercer grado como Pequeño corazón, que narra el viaje de Manuel Belgrano desde Buenos Aires hacia Rosario, un hecho casi desconocido del que, hace poco, se encontró un manuscrito de él donde lo cuenta”.

 

 

¿Dónde ver al Museo Viajero?

Las obras Chocolate por la Libertad, Mondongo para Manuel, El Arbolito frente al Cabildo, Cabildo Abierto, La Gran Semana de Mayo, La Pulpería de Jacinto se pueden ver hasta el 2 de junio en el Museo Sarmiento, Cuba y Juramento (CABA). Las entradas cuestan 1.500 pesos y 1.400 para escuelas públicas.

El chat GPT entró a las aulas

El chat GPT entró a las aulas

A partir del acceso simplificado a herramientas de Inteligencia Artificial el sistema educativo enfrenta nuevos desafíos. ¿Es necesario repensar los métodos de enseñanza-aprendizaje?

Chat GPT es la Inteligencia Artificial (IA) que está en boca de todo el mundo.

Se trata de un chatbot creado por la empresa OpenAI, lanzado para el uso público en noviembre de 2022. Esta IA generativa funciona con un sistema de predictibilidad que determina estadísticamente qué palabras agregar a una secuencia para simular un diálogo humano. El desarrollo de este prototipo depende de un riguroso entrenamiento con millones y millones de ejemplos tomados de todo tipo de fuentes de información digitalizada. El resultado es la imitación del lenguaje humano con un grado de verosimilitud sorprendente, que la hace capaz de responder a prácticamente cualquier pregunta que se le haga.

 Educación inteligente

Los alumnos ya están utilizando la herramienta ChatGPT para sus estudios. Muchos jóvenes la aprovechan para diversas prácticas como consultas académicas, explicación de conceptos complejos y hasta recurren a la autoevaluación para poder corregir sus errores.

¿Cómo impacta el recurso de esta herramienta en nuestro sistema educativo?

ANCCOM le preguntó a estudiantes de diversas carreras y universidades si utilizan esta herramienta digital en sus prácticas educativas: “En mi caso, al estudiar una carrera como Derecho, me facilita mucho para buscar marcos jurídicos, y no tener que leer todos los códigos o tratados internacionales que no infieren en lo que necesito saber, simplifica mucho mis búsquedas de conocimiento”, cuenta Florencia Muhafra, estudiante de la UBA. En cambio, la estudiante de Psicología de la Universidad de Belgrano Micaela Wainrib, aclara: “No utilizo el dispositivo ChatGPT para nada. Ojalá pudiera utilizarla, pero no tengo conocimiento sobre la herramienta. No tengo muchas nociones de la inteligencia artificial, solamente sé que la tecnología está cada vez está más potenciada y que necesito no quedarme afuera de ese mundo”.

Al ser la educación una de las áreas afectadas de la sociedad en esta transformación que genera la IA, el rol actual de la tecnología es un tópico frecuente entre educadores. Frente a la llegada de ChatGPT a las aulas, ¿se debe plantear cierto debate de urgencia?

“La educación hace rato que está atravesada por algoritmos de inteligencia artificial, es un hecho que de la misma manera en que en nuestra vida convivimos directa o indirectamente con la inteligencia artificial, así lo hacemos y haremos en la escuela”, explica Julián Dabbah, analista en Computación, egresado de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y docente del Profesorado de Informática de la Universidad Pedagógica Nacional e integrante de la Fundación Sadosky.

Compartiendo la mirada sobre la Inteligencia Artificial y la educación, la especialista Patricia Ferrante, Investigadora y docente en FLACSO y UNIPE y Licenciada en Ciencia Política, adhiere: “Si bien la IA opera entre nosotros hace bastantes años –pensemos, por ejemplo, en Siri o los asistentes virtuales de voz-, la discusión de los últimos tiempos está centrada en los usos de ChatGPT y de los programas de IA abierta para crear imágenes, aunque se hable de la IA como una cosa genérica que nadie sabe bien qué es o a qué refiere”. Y destaca: “Dudar, entonces, me parece una buena forma de empezar a indagar y experimentar con las herramientas que haya al alcance”.

Lo que muchos se cuestionan es si esta herramienta traerá un impacto positivo o negativo en nuestra sociedad, algo que plantea un pensamiento más complejo que dicotómico. “Como suele suceder con las novedades tecnológicas, hay tantas promesas, como miedos”, explica Ferrante. “En este arco tan amplio, algunas escuelas deciden suspender exámenes domiciliarios ´para que no se hagan con Chat GPT´ y otras experimentan en las aulas, en grupo, para pensar qué pasa, qué respuestas se producen a qué preguntas. Esta me parece una forma muy interesante de explorar y entender su impacto”.

Para Dabbah, “preguntarse sobre el impacto positivo o negativo del ChatGPT en las escuelas es un ejercicio casi de lotería. Siempre que aparece un nuevo invento que es sustancialmente distinto de los que estaban antes, trae consecuencias tanto positivas como negativas, no creo que sea algo que se pueda responder tan sencillamente”.

 

¿Todas las respuestas?

Ante un sistema que promete todas las respuestas, es probable que algunos alumnos se pregunten qué sentido tiene seguir estudiando de la manera en la que siempre lo hicieron. En vista de esto, ¿qué nociones son útiles seguir aprendiendo y enseñando en las escuelas? “El aspecto más valioso que me parece que tiene nuestro sistema educativo y la escuela en general es el objetivo de generar inclusión y equidad”, explica Dabbah. “La escuela nos tiene que preparar a todos por igual para hacernos las preguntas que van a ser cada vez más difíciles de responder en el mundo en el que vivimos y en el que vamos a vivir”.

Por su lado, Ferrante se cuestiona acerca del alarmante futuro en las aulas y expone: “La pregunta por lo que sucederá con la autonomía humana y con la creatividad, en un marco creciente de algoritmización y datificación de las sociedades me parece inquietante y necesaria. Y la escuela es un buen lugar para discutir estas cuestiones e imaginar futuros posibles”.

En otros parámetros, una noción que inquieta a los especialistas en el ámbito de la IA es el límite de desarrollo de estas máquinas automatizadas. Comprendiendo que tienen la capacidad para realizar tareas que requieren inteligencia humana como el reconocimiento de patrones, la toma de decisiones y el aprendizaje, entre otras habilidades. “Me parece un tema muy urgente, muy profundo y muy complejo pensar los límites de la inteligencia artificial”, explica Dabbah. “Me parece que hay una enorme responsabilidad que las corporaciones que están generando estos artefactos no están teniendo en cuenta. Tampoco nadie se lo está pidiendo. Y en todo caso me parece que tenemos que preocuparnos para que eso suceda. Es crucial que estas tecnologías se utilicen considerando nuestro contexto”.

¿Cómo va todo por ACAP?

¿Cómo va todo por ACAP?

Qué está pasando con la implementación del Programa de Actividades de Aproximación al mundo del trabajo implementado por el Ministerio de Educación porteño. La mirada de alumnos, docentes y de la jefa de la cartera. ¿Más precarización laboral que derechos laborales?

 A pesar de la movilización estudiantil, contra el malestar frente a la implementación por parte del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del programa de Actividades de Aproximación al Mundo del Trabajo y a los estudios superiores (más conocidas como ACAP) todavía perdura la desorganización de un proyecto presentado desde su inicio como “gradual y progresivo”.

El objetivo pedagógico de aproximarse al mundo laboral que promocionó el Gobierno de la Ciudad cuando anunció las ACAP, se tradujo con ciertas distorsiones en trabajo no pago y desvinculado de los contenidos curriculares, y en empresas como Rappi y Wyndham Hotels. Pasó un año del inicio de las tomas de colegios en Capital Federal que cuestionaron las pasantías no remuneradas y obligatorias. Hoy, son asignadas a los y las estudiantes según su orientación: “Yo voy al Ecoparque. Lo disfruto mucho porque siento que aprendo bastante. Es verdad que nos hacen trabajar, literalmente, levantamos la pala”, cuenta María, estudiante de la orientación en Biología del Normal 1. David, expresidente del Centro de Estudiantes del mismo colegio, comenta: “Está todo un poco más ordenado y los pibes están más enganchados con las ACAP, pero en el medio, los Centros de Estudiantes de Capital Federal hicimos un montón de medidas de lucha”.

La implementación de las ACAP cambia con la institución. En ocasiones, la coordinación de las prácticas recae sobre las escuelas, en un contexto en el que la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, reconoce la dificultad para obtener las vacantes: “Son todos chicos, entonces no todas las empresas se animan. Y es un proyecto educativo, con lo cual la empresa tiene que hacer una inversión en recurso humano, porque sería más fácil sentarlos a hacer algo que hace un trabajador, pero van a aprender”, comenta la jefa de la cartera educativa porteña en una charla de café, organizada para vecinos y vecinas del barrio Palermo. 

 En el caso del colegio Mariano Moreno, al tener en su edificio la supervisión de su distrito escolar, sus estudiantes tuvieron desde el comienzo una experiencia amena: “Mientras otros colegios iban a limpiar hoteles, nosotros teníamos a los pibes de quinto que iban a hacer cosas más piolas”, recuerda Julia, Presidenta del Centro de Estudiantes. Como lo afirma Federico Puy, la posibilidad de adaptar las prácticas a los intereses de la comunidad educativa “depende de la relación de fuerza que hay construida en el interior de la escuela”. 

 La ministra menciona la existencia de un “plus salarial” para docentes que acompañan a los y las estudiantes a las prácticas: “Tampoco les pedimos que a fuerza de pulmón y del esfuerzo docente se haga esto”, aclaró. Desde la gremial docente Ademys, Federico Puy declara no haber escuchado de ese beneficio en ninguna escuela, pero no descarta que se ofrezca a “escuelas o docentes que se disponen a llevar adelante los planes más mercantiles del Gobierno de la Ciudad”.

Mientras tanto, Acuña insiste en que, aún en la actualidad, es el Ministerio quien vincula a las escuelas con las organizaciones: “Soy yo en persona con todo mi equipo los que vamos empresa por empresa, y a las escuelas las liberamos de tener que ir a conseguir lugares”.

Pero cuando los colegios y las familias optan por una propuesta más educativa a fin de evitar el trabajo precarizado, no hay mediación del Ministerio: “Son las Escuelas las que se contactan y nos preguntan si estamos dispuestos a recibir chicos. No tenemos contacto directo con el Gobierno de la Ciudad”, explica Magali Stemberg, coordinadora del Museo y Referente de las ACAP en el Museo Ana Frank, donde actualmente se recibe a estudiantes secundario para realizar las Actividades.     

 En la charla con los vecinos de Palermo, Soledad Acuña pone el énfasis en la importancia de que los y las estudiantes se vinculen con el mundo del trabajo, tras criticar las ayudas sociales que brinda el Estado a muchas de sus familias. Y concluye: “Los docentes que acompañan nos dicen que hay más presentismo en las empresas que en la escuela. Van peinados y vestidos distintos a cómo van a la escuela, se comportan distinto. Se empiezan a generar cosas súper ricas”.