La identidad y el legado generacional

La identidad y el legado generacional

Ronda Cultural presentó «Diálogos por la Identidad», una serie audiovisual de seis capítulos que abordan el horror de la dictadura por medio de conversaciones intergeneracionales.

¿Que significa identidad? ¿Cuánto importa su noción en un país como Argentina? Diálogos por la identidad es el nuevo proyecto audiovisual de Ronda Cultural, una asociación civil que propone desde el arte, la ciencia y la comunicación la defensa de los derechos humanos y el acceso libre a la cultura. Se trata de una serie audiovisual de seis capítulos con historias centradas en lo que fue la última dictadura cívico-militar. Con el objetivo de interpelar a los más jóvenes, el formato desarrollado es corto, descontracturado y conducido por Bruna Belaunzarán y Daniel Oscar Riobó, que ponen de manifiesto el intercambio entre generaciones. 

La presentación tuvo lugar en el Museo del Libro y de la Lengua. A modo de anticipo proyectaron tres de los seis episodios. El auditorio presenció gente adulta, jóvenes comprometidos y algunos adolescentes en compañía de sus familiares. Con las luces apagadas y la pantalla reluciendo como el cine, cada vez que un episodio terminaba aparecieron los aplausos sentidos. 

Malena Rosemberg, directora de Ronda Cultural, le contó a ANCCOM sobre las motivaciones que dieron origen a la serie: “A través de focus group entrevistamos a distintos jóvenes y también personas de muchas edades, y vimos que hay familias que se sienten ajenas a la temática de derechos humanos. En algunos casos, la política como mala palabra se transmite de generación en generación” .

Entre otros ejes, la serie enfoca su interés en historias relacionadas al fútbol, a los nietos apropiados que pudieron restituir su verdadera identidad y al proyecto elaborado de manera conjunta entre la Biblioteca Nacional y Abuelas de Plaza de Mayo denominado “Historietas por la Identidad”.

Además de la proyección, se realizó un debate con algunos invitados de relevancia como Andrés Centrone (Coordinador de los programas educativos del Espacio Memoria y Derechos Humanos ex Esma), Ana Tauil (responsable del Área de Formación y Archivo de Nietes) y Claudia Victoria Poblete Hlaczik (nieta restituida).

Sus experiencias son distintas pero coinciden en el compromiso de mantener vigente la historia del país mediante el reconocimiento de los derechos humanos. “Este tipo de programas son de un valor increíble para nuestra búsqueda porque traen a las nuevas generaciones vivencias de algo que todavía está pasando. Necesitamos seguir buscando la forma de que la gente que no sabe quién es lo sepa. La apropiación no solo afecta al apropiado sino a toda la sociedad a su alrededor”, sostuvo Poblete Hlaczik.

Uno de los capítulos tematiza la fotografía como elemento vital para la memoria. Ronda Cultural le pidió a los invitados una fotografía actual que para ellos va a quedar en la historia como hecho importante. Las luces volvieron a apagarse y aparecieron en pantalla fotos emocionantes. Coincidieron entre los invitados la relación visual entre el rechazo al fallo de la Corte Suprema por el 2×1 a genocidas y la marcha por la lucha por la sanción de Ley Acceso a la Interrupción del Embarazo. “El pañuelo se resignificó en nuevas conquistas necesarias. Simbolizó la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo y ahora lo es para conquistar los derechos de las mujeres”, añade Poblete Hlaczik.

“Las nuevas generaciones deben apropiarse de las luchas como ellos quieran. Si quieren cantar un trap sobre la memoria, que lo hagan. Tenemos que generar las condiciones para que suceda a su manera”, afirma Centrone.

“Pensar el pasado desde el presente es nuestro objetivo. Las problemáticas actuales en torno a la economía, política, los sentidos que tienen esas palabras tratamos de abordarlas desde lo que nos pasa ahora y aprovechar para recordar situaciones del pasado”, agrega Tauil.

Finalizó la charla y se sortearon libros Historietas por la identidad, un proyecto surgido como herramienta para la memoria, desde un costado popular como lo es la historieta. Uno de los ganadores fue un adolescente que recibió el ejemplar y tal vez esa sea su interpelación con la historia.

La intención de Ronda Cultural es que la serie pueda circular como material para los docentes de espacio de educación formal y no formal. 

“Nos quedan un montón de desafíos. La identidad siempre está en construcción, compete a las instituciones culturales preguntarse por ella. Es una posición política para nosotros”, sostiene Rosemberg. 

Tienen el objetivo de seguir aportando a la noción de identidad en otros formatos. A pesar de la autogestión y lo complicado que resulta conseguir fondos, quieren hacer una serie de podcasts sobre distintas personas que sufrieron las consecuencias de la última dictadura cívico- militar.

La serie ya estrenó su primer capítulo en el canal de Youtube de Ronda Cultural. Van a subir un nuevo episodio cada semana. Ahora solo queda esperar la recepción pero ya tuvieron un adelanto positivo con los aplausos y palabras de aliento de los presentes en el evento. 

Abuelas la la la

Abuelas la la la

Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el encuentro del nieto 131 en la Casa por la Identidad y se volvieron a ilusionar con más restituciones. Es el hijo de Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo, militantes del PRT-ERP que continúan desaparecidos.

“Como si el fin de año se hubiera empeñado en cumplir deseos, luego de casi tres años, volvemos a celebrar el hallazgo de un nuevo nieto, el 131”, anunció el comunicado de prensa de Abuelas de Plaza de Mayo del 22 de diciembre de 2022. 

El jueves, en una conferencia que tuvo lugar en Casa por la Identidad, ubicada en el predio de la exESMA, Abuelas de Plaza de Mayo confirmó la restitución del hijo de Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo. El anuncio lo hizo la presidenta de la Asociación, Estela de Carlotto. También participaron Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de la Nación y nieto restituido; Claudia Carlotto, directora de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI); Pablo Parenti, fiscal de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado; así como las Abuelas de Plaza de Mayo Sonia Torres, Buscarita Roa y Luisa Barahona, junto con nietos restituidos e integrantes del organismo.

“Es un fin de año soñado, estamos muy felices. Y estamos también exultantes, ilusionados y esperanzados con que este caso resuelto sea el principio de una nueva tanda de encuentros”, señaló Guillermo Pérez Roisinblit, nieto restituido en el 2000, en diálogo con ANCCOM. Guillermo Amarilla Molfino, restituido en octubre 2009, agregó: “Como siempre, recibir un nieto o una nieta para nosotros es recibir un hermano, como para las Abuelas es recibir un nieto propio. Siempre nos hicieron sentir de esa manera. Estamos dándole la bienvenida a una familia. Abuelas es una familia que, como siempre nos enseñaron, se sostiene con un compromiso de amor y militancia”. 

 

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, ladeada por el Secretario de Derechos Humanos y nieto restituido Horacio Pietragalla Corti y el Ministro de Interior Wado de Pedro.

ucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo

“Con la noticia de que una persona recupera su verdad, recupera su historia, se corta esa perversidad que quisieron llevar adelante esos genocidas, que es que esos detenidos-desaparecidos realmente sean olvidados”, afirmó Horacio Pietragalla Corti, en su doble condición de Secretario y nieto restituido. 

Aldo nació el 26 de noviembre de 1941 y Lucía el 13 de diciembre de 1947, ambos en la provincia de Mendoza. Se casaron meses después de conocerse en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo. Militaban en el PRT-ERP, en donde eran apodados “Dipy” y “Chiquita”. En mayo de 1976, luego de la detención de un compañero de trabajo, se trasladaron a Buenos Aires. Desde ahí son secuestrados a fines de 1977.

De acuerdo con testimonios, la pareja permaneció detenida en los centros clandestinos conocidos como “Atlético” y “El Banco”, pertenecientes al circuito ABO. Lucía tenía 29 años y Aldo, 35. Ambos continúan desaparecidos.

“Hoy vuelven a aparecer porque su hijo hoy sabe quiénes son, los miró por primera vez en una foto, y creo que eso es traerlos de vuelta a la vida, es traerlos de vuelta al recuerdo”, concluyó Pietragalla.

 Te estábamos esperando

“El caso fue muy difícil, sobre todo para la reconstrucción familiar”, puntualizó la directora de la CoNaDI, Claudia Carlotto, y agregó: “Nosotros durante muchos años no tuvimos identificado el embarazo de Lucía Nadin como el de Lucía Nadin. Teníamos el apodo, que fue vista, que era mendocina, pero llevó muchos años encontrar la información”.

La denuncia por la desaparición del bebé de Aldo y Lucía la realizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza, con el empuje de históricas militantes como Pocha Camín y Elba Morales, a partir de lo cual se inicia una investigación que culmina con la confirmación del embarazo de Lucía.

Compañeras de cautiverio de Lucía declararon que, entre septiembre y octubre de 1978, ella es retirada de “El Banco” para dar a luz. Si bien no hay testimonios acerca del parto, hay sospechas acerca de que se podría haber producido en el centro clandestino de detención que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

 La restitución

“Yo lo vi muy bien dispuesto y muy emocionado cuando le dimos la foto de sus padres en el día de su casamiento”, afirmó Claudia acerca de la confirmación de la identidad del nieto 131. El anuncio se había realizado a las dos de la tarde de ese mismo 22 de diciembre, en el Juzgado Federal Número 4, a cargo de Ariel Lijo.

El nieto 131 vive en Buenos Aires y, al igual que sus padres, estudió en la Facultad de Filosofía y Letras. “Es igual al papá, parece una fotocopia de su padre, es emocionante”, develó la titular de la CoNaDI.  

«Abuelas / Ahora nos volvimos a ilusionar / con la Copa y con el nieto / no paramos de buscar / y al Diego / Con las viejas que ya están allá / Les pedimos que no aflojen / Por más copas y verdad», cantaron  en el auditorio.

Con Copa y con nieto

La restitución del nieto 131 se mezcló con las celebraciones por el triunfo de la Selección argentina en el Mundial de fútbol de Qatar. La conferencia de prensa culminó con el canto de “Abuelas lalala” y una reversión del hit del Mundial: Abuelas / Ahora nos volvimos a ilusionar / con la Copa y con el nieto / no paramos de buscar / y al Diego / Con las viejas que ya están allá / Les pedimos que no aflojen / Por más copas y verdad, cantaron quienes quedaban en el auditorio.

“El último nieto que apareció después de un Mundial fue el nieto de Estela, después de agosto del 2014”, recordó Guillermo Amarilla Molfino, haciendo referencia a la restitución de Ignacio Montoya Carlotto.

“Claramente, a las nietas y a los nietos, a nuestros hermanos y hermanas nos los estamos cruzando por todos lados. Seguramente hemos festejado el domingo y el martes en la calle el campeonato mundial, y ahora queremos seguir celebrando esto, queremos seguir celebrando el fin de año y queremos que el año que viene aparezcan todos los que faltan”, indicó Lorena Battistiol Colayago, directora nacional de Sitios y Espacios de Memoria, que busca un hermano o hermana nacido en cautiverio.

 La búsqueda continúa

“La alegría del fútbol y esta alegría a nosotros nos rejuvenece, nos da esperanzas. Este pueblo lo merece, porque es un pueblo del que hay muchas críticas, pero mucha más es la bondad que tiene cada uno de nosotros, de ser fieles a nuestra Patria”, expresó Estela de Carlotto, y continuó: “Para luchar por ella, para que nos levantemos en lo económico y en todo lo que falta, hay que sumar a este compromiso que hacemos las Abuelas de seguir buscando los que faltan, que son 300 o más nietos, para contribuir a que nuestro país sea el que los 30 mil desaparecidos desearon”.

 Si naciste entre 1975 y 1980 y tenés dudas sobre tu identidad, o sabés de alguien que puede ser hijo o hija de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar, comunicate con Abuelas o CoNaDI.

La agenda de los derechos humanos, hoy

La agenda de los derechos humanos, hoy

El sábado se realizó VI Encuentro Federal de Derechos Humanos en el Espacio Memoria Ex Esma. Violencia institucional, identidad y lawfare fueron algunos de los 14 temas que se debatieron en las comisiones El cierre estuvo a cargo de Máximo Kirchner.

Se realizó el VI Encuentro de la Red Federal de Derechos Humanos, el sábado 29 de octubre en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ExEsma). Allí se congregaron más de mil personas en 14 comisiones para discutir sobre problemáticas como la violencia institucional, la lucha por la identidad, la representación estudiantil, la salud mental, las diversidades, los juicios de lesa humanidad, la situación de las personas migrantes, la de los pueblos originarios; comunidades afroargentinas y afrodescendientes; la comunicación, el trabajo y los derechos humanos; los espacios de memoria,  discapacidad, lawfare y discursos de odio. 

En el edificio Cuatro Columnas, reconocido por el protagonismo que toma en fotografías a lo largo de la historia y que señala a este espacio como un lugar donde se violaron derechos humanos, se llevó adelante el plan de desaparición y tortura de al menos cinco mil personas y el robo de alrededor de quince bebés que fueron despojados de sus familias. Allí, trabajó la Comisión sobre Violencia Institucional que, desde temprano, congregó a familiares de chicos, chicas y personas trans violentados por las fuerzas policiales. Son familias marcadas por el gatillo fácil. 

El panel estaba compuesto por Victoria Pincheira, madre de Melody Barrera, una chica trans asesinada en Guaymallén, localidad de la provincia de Mendoza, en agosto del 2020; Marito Vargas, sociólogo, militante y activista por los derechos LGBTQI+; Mariana Galvani, comunicóloga que estudia la problemática de la policía; y Mariano Przybyliski, director Nacional de Políticas Contra la Violencia Institucional, quien coordinó la comisión.

Los familiares presentes fueron protagonistas de la jornada. Allí pudieron contar qué sucedió con sus hijos e hijas, víctimas del gatillo fácil, y sus relatos estuvieron marcados por el dolor. La primera en tomar el micrófono fue Victoria Pincheira que, en medio de su desconsuelo, narró las consecuencias de haber perdido a su hija en manos del policía Darío Jesús Chaves Rubio. 

Muchas de sus palabras interpelaron a los presentes, quienes la escucharon en silencio con lágrimas y un nudo en la garganta. “Tengo el corazón explotado. No hay institución que te enseñe a vivir con la muerte de un hijo”, expresó. Luego de contar que este caso es el primer travesticidio en Mendoza por el cual el asesino fue condenado por cinco causas, lo que llevó a que tenga que cumplir cadena perpetua. “Me lo mató un hijo de puta que odiaba a los homosexuales”. 

La mañana transcurría y el micrófono pasaba de mano en mano. Todos y todas pasaron por situaciones similares. A lo largo y ancho del país la violencia institucional ha dejado una marca en estas familias que luchan día a día para conseguir justicia por sus hijos y por los hijos de otras personas que no se animan a denunciar por las amenazas que reciben periódicamente. 

En diálogo con ANCCOM, la diputada nacional de la provincia de Buenos Aires e integrante del Frente de Todos, María Rosa Martínez, dijo que “escuchar a las familias es muy desgarrador, pero sobre todo da mucha energía porque sabemos lo que han padecido, lo que luchan y lo que se organizan para que se haga justicia. Fue muy fuerte. Conozco a algunas, pero es muy importante que estén participando en este encuentro nacional y trayendo la realidad de cada provincia para dar a conocer cómo la violencia institucional se reparte en todo el país. Es una gran deuda que tenemos de la democracia, la continuidad de la violencia, la imposibilidad de poner las cosas en claro”. 

En sintonía, en la Casa por la Identidad que pertenece a Abuelas de Plaza de Mayo, se desarrollaron la mesa de Participación Estudiantil, Espacios de Memoria y la de Identidad. 

En esta última, marcada por la emotividad, la decisión fue que las personas que se encontraban allí pudieran participar en grupos para luego subir al escenario del Auditorio Licha Zubaznabar de De la Cuadra, para contar cuáles fueron las conclusiones a las que llegaron. 

En relación con la identidad, en esta comisión participaron no solo hijos e hijas de desaparecidos de la última dictadura militar, sino también personas que fueron apropiadas al nacer en democracia, como también padres de niños y niñas que fueron robados luego del nacimiento. Se trató la diferencia entre adopción y apropiación, sobre los pactos de silencio y las verdades. Dentro de las conclusiones, un grupo habló sobre la diversidad de situaciones que los atraviesa. A partir de este taller, se propuso pensar a la búsqueda como algo colectivo que comenzó con las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y que hoy replican las personas que, por un lado, buscan su identidad, y, por otro lado, ayudan a estas personas a reconstruir la historia sobre su origen biológico, más allá de no haber sido perjudicados directamente de este tipo de violación de derechos. 

Esta mesa en particular, como tenía modalidad de taller, al finalizar las intervenciones en el escenario, realizó dos ejercicios más. El primero de ellos, invitó a las personas participantes a ubicarse en ronda y a dar un paso adelante para decir en voz alta qué dejan allí y qué se llevan. Entre las respuestas, en una ambivalencia entre la tristeza y la felicidad, destacaron que dejaban lo individual y se llevaban lo colectivo, o que dejaban el dolor y se llevaban amor. 

En el segundo ejercicio, coordinado por María Gracia Iglesias, coordinadora del Programa Nacional de Identidad Biológica de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (CONAD), animó a las personas participantes a unir brazos para luego realizar un abrazo caracol en la que cada uno de los integrantes llegaba al el centro y nadie quedaba alejado. El ejercicio funcionó como metáfora visible de que lo colectivo es más fuerte que lo individual. 

María Gracia Iglesias explicó: “Estamos de fiesta porque pudimos escucharnos entre todos. Hablamos de la identidad en general e incluimos en la temática lo que es la problemática del tráfico de menores, que visibilizó la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. Nos vamos con un montón de herramientas nuevas y de ideas nuevas para tratar de resolver este problema, pero sobre todo comprendiendo que la grupalidad es lo único que va a visibilizar y hacer grandes transformaciones para que no se repita la apropiación de menores en la Argentina”. 

Mientras tanto, en el mismo edificio, en la Comisión de Participación Estudiantil, jóvenes universitarios y secundarios de diferentes puntos del país llevaron las problemáticas que atraviesan a diario. El micrófono quedó abierto a las intervenciones para poder escuchar a cada uno y cada una. Entre las demandas mencionadas estuvieron el acceso a la educación, la deserción escolar, el debate sobre el contenido de las materias, el acceso a la educación sexual integral, los discursos de odio y el ataque constante que sufre la militancia estudiantil cuando reclaman a gobiernos, como sucede en el caso de Ciudad de Buenos Aires y Córdoba. 

Aquí las risas y el nerviosismo de ser la primera vez que participaban en un panel de debate se llevaron el protagonismo, como también los aplausos de quienes escuchaban, pues todos y todas estaban allí por lo mismo: visibilizar a los y las jóvenes como interventores de la sociedad en pasado, el presente y el futuro.

Lucía Pilar Figueroa Sánchez, que participa del programa Pasá la Posta, conversó con ANCCOM y destacó la participación estudiantil: “La verdad superó nuestras expectativas porque pensamos que íbamos a ser pocos, pero eso habla del compromiso por parte de las organizaciones estudiantiles y territoriales para tomarse estas instancias de encuentro e intercambio federal”. Y añadió que “se trabajó en cómo construir herramientas organizativas vinculadas a los derechos humanos para que se genere mejores garantías de derechos de los propios estudiantes, en un contexto donde la criminalización del claustro estudiantil se viene viendo, sobre todo en CABA y en un montón de lugares del país”.

El objetivo de las comisiones, en general, fue dar a conocer las problemáticas que atraviesan los diferentes campos de la sociedad, en particular la salud, la cultura, la política y la educación y plasmar estas demandas en una futura línea de trabajo de cara a las elecciones del 2023. 

Una vez finalizadas las comisiones, en la puerta de la Casa Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza (Madres – Línea Fundadora) esperaban para dar inicio al panel de Lawfare y Discursos de Odio, el diputado nacional Hugo Yasky; el ex vicepresidente de la Nación, Amado Boudou; el integrante de la Secretaría de Justicia, Agustín Mena; el ex miembro de la Corte Suprema de la Justicia de la Nación y abogado penalista, Eugenio Zaffaroni; y la abogada, Graciana Peñafort. La primera oradora fue Peñafort quien hizo hincapié en el lawfare y los discursos de odio, temática que rodeó cada una de las comisiones del Encuentro: “El lawfare goza de buena salud. Está sano e intacto porque sus miembros no han sido tocados, lo que significa que el estado de derecho está en peligro. No hay lawfare sin los medios de comunicación porque son ellos los que instalan el sentido de la culpabilidad. En nuestro país, nadie es culpable hasta una sentencia firme. El lawfare tergiversa el concepto y define como culpable a gente que ni siquiera ha sido juzgada”.

Es a través de los medios de comunicación que se da la “proliferación de discursos de odio. Los necesita para instalar la culpabilidad incluso antes de que esta sea dictada”, sentenció. Y ejemplificó que estos ataques son constantes contra los sindicatos y ciertas figuras políticas, en particular, contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

El siguiente orador fue Hugo Yasky que, en sintonía con la abogada, resaltó que “en nuestro país hay una justicia alineada detrás de los intereses de la clase dominante. Antes de hablar de lawfare, el peronismo fue proscripto y fue validado por jueces. El aparato de justicia construyó una legalidad y una democracia donde el principal movimiento popular y su líder estaban proscritos. Esa violencia de la clase dominante contra el movimiento popular es una constante en nuestra historia”. Y sentenció: “El juicio a la compañera Cristina Fernández de Kirchner es el intento de proscribir, el intento de desarticular al movimiento popular y de convalidar ese remedio cínico de democracia para establecer el juego democrático con los límites que les imponen los sectores dominantes”. 

Amado Boudou, quien fue uno de los blancos para el ataque constante del lawfare, indicó que “han encontrado otros medios para continuar con la opresión y llevar adelante la cancelación de dirigentes políticos, sindicales y de las organizaciones del pueblo. Ese mecanismo tiene nombre en inglés, es el lawfare. Tenemos que dejar de lado cualquier eufemismo e interpretar que hay ejecutores del lawfare, que son el sistema judicial y el sistema mediático, pero también quienes impulsan estas políticas porque se benefician con ellas”. 

El integrante de la Secretaría de Justicia, Agustín Mena, completó lo dicho por Boudou: “Como no bastaba con la estigmatización y la persecución para pretender quitar de la conducción de nuestro país a Cristina Fernández, intentaron eliminarla físicamente. No nos tienen que quedar cortas las palabras cuando decimos que tenemos que luchar y resistir esta embestida porque lo que buscan es que, si no te pueden perseguir y neutralizar, como hicieron con Cristina, buscan directamente la eliminación para que no puedan volver a nuestra región modelos económicos y políticos como teníamos en nuestros espacios en Latinoamérica”.

Raúl Zaffaroni cerró el panel con conceptos, e historizó sobre el sistema judicial, sin dejar de perder el hilo del debate: “El Plan Cóndor judicial, llamado lawfare, es una campaña de derecho en el sentido punitivo. En realidad, es una asociación ilícita entre algunos jueces, algunos ministerios públicos, políticos, medios de comunicación y formadores de opinión. Es una parte de una guerra colonial. La persecución política a líderes populares tiene dos puntas: persigo al enemigo, pero garantizo, al mismo tiempo, la impunidad del enemigo. Esto legitima muchísimas cosas, no solo en contra de líderes políticos”.

La jornada contó con un cierre multitudinario en el que se reunieron todas las personas que durante todo el día se reunieron en la ex Esma a discutir estrategias para defender los derechos vulnerados. Allí participaron Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes; Lita Boitano, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; Horacio Pietragalla Conti, Secretario de Derechos Humanos de la Nación; y Máximo Kirchner, presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires.

Lita Boitano y Tati Almeida agradecieron la presencia y participación de más de mil personas en este VI Encuentro, recordaron a Néstor Kirchner y enfatizaron en el pase generacional de la lucha. Sin embargo, Taty aclaró que “las ‘locas’ seguimos de pie”. Añadió que “hay que tener memoria, esa que tanto tratan de hacer desaparecer. La memoria es una pata de nuestra lucha. Justicia legal, jamás justicia por mano propia. Nosotras no sembramos odio, sembramos amor. Y el amor va a triunfar porque no nos han vencido”. 

Por su parte Mayra Mendoza remarcó que las Madres y Abuelas “son nuestro faro para nuestra vida, militancia y accionar diario. Le debemos a esa historia de lucha que tanto tienen para contar, y nosotros y nosotras en nuestro trabajo diario, en la responsabilidad o del lugar que nos toque tenemos que seguir reivindicando la causa por la que hoy no están físicamente -pero sí su fuerza en los compañeros y en los corazones- los 30.000 compañeros desaparecidos”. 

En la misma línea, Horacio Pietragalla sostuvo que “Los 30.000 fueron los primeros que sufrieron las primeras estigmatizaciones, y después las Madres y Abuelas. Siempre recuerdo, que nos contaba Taty, que había gente que se acercaba, mientras hacían la ronda, y las insultaba. Ellas eran madres con un amor terrible, que se movieron por esa fuerza, que sólo puede una madre y que nos enseñan día a día que la única lucha que se pierde es la que se abandona”. 

El último en hablar fue Máximo Kirchner, que luego de ser crítico al contexto actual, y describir la situación económica argentina heredada del gobierno de Mauricio Macri, denunciar la persecución hacía trabajadores y sindicalistas, culminó su intervención en torno a los discursos que suelen escucharse en boca de figuras políticas de la oposición que tienden a ser más radicalizados. El presidente del PJ bonaerense expresó: “Esta derecha violenta, que estigmatiza todo aquello que puede, que siente que no le es dócil, que siente que no le obedece, se muestra siempre dispuesta a ir corriendo los márgenes de los acuerdos democráticos en los que los argentinos y argentinas hemos decidido vivir y hemos construido a partir del regreso de la democracia allá, por el año 1983”. 

La fiesta de las Abuelas

La fiesta de las Abuelas

Abuelas de Plaza de Mayo celebró su 45º aniversario con un festival artístico y múltiples talleres, charlas y visitas guiadas por Tecnópolis. La Abuela Buscarita Roa llegó a coronar la noche para agradecer y certificar que la búsqueda continúa.

 

Manuel Gonçalves Granada tenía 20 años cuando lo encontraron las Abuelas de Plaza de Mayo. No tenía idea de que podía ser hijo de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. En ese entonces se llamaba Claudio y tenía una adolescencia que creía “normal”, parecida a la del resto de sus amigos. Sabía que era adoptado aunque siempre había sentido que algo no estaba bien. 

“Tenía claro que no era hijo biológico de la familia que me crió pero entendía que mi familia biológica no me quería, no me podía criar, me habían abandonado, no sé. A los 20 años, más o menos, me enteré de que nada de eso era así, sino que durante todos  años mi familia biológica me había buscado, sobre todo mi abuela Matilde”, recuerda Manuel. “Restituir la identidad es un camino que no termina cuando te encuentran, arranca ahí. Yo creo que nunca lo termino. Hoy vengo a Tecnópolis a encontrarnos en esta charla porque sé quién soy”. 

El 22 de octubre es el Día Nacional por el Derecho a la Identidad en homenaje a la lucha de las Abuelas. Manuel Gonçalves Granada pudo conocer su historia, pero hay muchos hijos de personas que fueron desaparecidas en la última dictadura cívico-militar que aún no saber cuál es su verdadera identidad. En el marco de su 45° aniversario, Abuelas de Plaza de Mayo organizó un festival en Tecnópolis para todas las edades, con entrada libre y gratuita, con el objetivo de continuar con la búsqueda.

Entre las muchas actividades que se organizaron, una de ellas fue una entrevista del periodista Julio Leiva a Manuel Gonçalves Granada y a la música Malena D’Alessio. Allí conversaron sobre sus historias de vida, la transmisión generacional de la memoria y el rol de la música en la construcción de identidades. 

Malena D’Alessio creció un poco en Argentina y un poco en Brasil, exiliada. Secuestraron a seis integrantes de su familia y liberaron a todos menos a su papá, que continúa desaparecido. Ella creció viendo a su abuela luchar: “Iba a la plaza con el pañuelo y contaba que mi abuelo se moría de pena, pero no era capaz de ir a la plaza a reclamar y a dar vueltas. Fueron mujeres las que se fueron a enfrentar ni más ni menos contra el Ejército argentino, contra los militares armados. Son el ejemplo de fortaleza y dignidad más grande que tenemos en la historia de este país. El abrazo de las Abuelas es incomparable”.

Como algunos de los nietos y nietas que las Abuelas están buscando, por su edad, probablemente sean padres y madres se ofrecieron actividades para niños y jóvenes. Teatro por la Identidad presentó la obra A propósito de la duda para promover la activación de la memoria desde las tablas. Además, en el escenario Juana Azurduy se presentaron para los más chicos y chicas, El gran baile de Zamba y Nina, Canticuénticos.  

“Es muy necesario generar estos encuentros y para nosotros es la posibilidad también de que nos permita encontrar a alguien. Es un convencimiento y una responsabilidad histórica: nosotros tenemos que transmitir la historia. Hay que dar estos espacios para que las nuevas generaciones la puedan saber”, comentó Manuel Gonçalves Granada  en diálogo con ANCCOM. Leonardo Fossati Ortega, nieto restituido en 2005, también asistió con su familia y protagonizó una visita guiada por la muestra “Identidad”.

La jornada estuvo llena de arte y de niños y niñas divirtiéndose. Hubo espacio para hacerse tatuajes temporales y maquillaje artístico. Talleres, como el que la ilustradora María Verónica Ramírez organizó en el espacio Infancias de Anses, junto a la nieta restituida Sabrina Valenzuela Negro. La nieta Adriana Metz, quien busca a un hermano o hermana nacida en cautiverio, presentó junto a la Secretaría de Derechos Humanos el libro La historia no es un cuento. También se realizaron origamis de pañuelos, afiches tipográficos y estampas en remeras con el logo del 45° aniversario de Abuelas.

Victoria asistió al festival con sus tres hijos. “Me parece que está bueno porque apuntan a los niños que son más curiosos. Yo soy profe y estuve trabajando el tema del Derecho a la Identidad en una escuela del Conurbano, en Escobar. Al final de la clase vino una de las estudiantes y me dijo: ‘Sabés que mi mamá piensa que es hija también pero no lo quiere saber porque ella se niega’. Todavía está el tema latente y los niños pueden ser disparadores de hacerse la pregunta porque quizás los adultos tienen más miedo”, expresó a ANCCOM.

La música para los más grandes tampoco faltó en el Festival Abuelas 45 años, la búsqueda continúa. A eso de las 18, en el Escenario Juana Azurduy, presentados por Natu Maderna y Juan Amorín, tocaron la Bersuit Vergarabat, Sara Hebe y Bhavi cerró la noche a puro trap. Buscarita Roa, Abuela de Plaza de Mayo, estuvo ahí para presentarlo junto a su nieta Claudia Poblete y rodeada de más nietos y nietas y bisnietos de distintas abuelas. Entre gritos de recibimiento de “Abuela, Abuela, Abuela”, Buscarita Roa emocionada agradeció a todo el pueblo argentino por acompañarlas en sus 45 años de lucha. “Que lindo ver toda esta gente acá, la verdad que es emocionante. Ya quedamos muy poquitas, las Abuelas se han ido de este mundo y necesitamos que el pueblo nos siga acompañando para seguir buscando a los nietos que nos faltan”. El público la aplaudió y abrazó a la distancia con el mismo amor. 

 

Tres generaciones, una misma lucha

Tres generaciones, una misma lucha

En el marco del 45 aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo, ANCCOM dialogó con la abuela de Plaza de Mayo Buscarita Roa, su nieta Claudia Poblete -restituida en el año 2000- y su bisnieta Guadalupe, de 14 años. ¿Qué significa la apropiación? ¿Cómo fue el proceso de restitución? ¿Cómo se transmite la historia familiar y el valor de la verdad?

A 45 años de la creación de Abuelas de Plaza de Mayo, ANCCOM entrevistó a tres generaciones marcadas por la misma historia. Durante la dictadura cívico militar que comenzó el 24 de marzo de 1976, se llevó adelante un plan sistemático de detención y desaparición de personas en manos de las fuerzas de seguridad militares, que incluyó el secuestro, desaparición y apropiación de niños y niñas. Buscarita Roa, Claudia Poblete Hlaczik y Guadalupe Álvarez Poblete, son testimonio de ese plan de exterminio, pero también de los logros de una lucha colectiva que el 22 de octubre conmemora 22 años de búsqueda. 

Buscarita Roa, Abuela de Plaza de Mayo, buscó incansablemente a su hijo, José “Pepe” Poblete Roa, militante de Montoneros, desaparecido por el terrorismo de Estado, el 28 de diciembre de 1978 en la Ciudad de Buenos Aires. El mismo día, en la localidad de Guernica, secuestraron a su nuera Gertrudis “Trudy” Hlaczik, junto a su nieta de ocho meses, Claudia Victoria Poblete Hlaczik. En su búsqueda, Buscarita supo que sus familiares estuvieron detenidos en el Centro Clandestino de Detención “El Olimpo”. Mientras buscaba a Pepe, Trudy y a la pequeña Claudia, Buscarita había acordado con su consuegra que la familia materna se encargaría de criar a la niña, pero su destino fue otro. 

Por testimonios de sobrevivientes, se supo que luego de permanecer unos días en el Centro Clandestino de Detención con sus padres, Claudia fue apropiada por el Coronel Ceferino Landa, integrante de la inteligencia del Ejército, y su esposa, Mercedes Beatriz Moreira. El médico militar Julio César Cáceres Monié fue quien colaboró en la falsificación de la partida de nacimiento, donde le impusieron otro nombre, Mercedes Landa. 

En 1999, por denuncias que recibió Abuelas de Plaza de Mayo sobre una niña que había llegado al seno del matrimonio Landa-Moreira, Claudia fue convocada por la justicia que investigaba si podía ser hija de desaparecidos, y accedió a realizarse el examen de ADN que confirmó que era hija Pepe y Trudy y que su nombre era Claudia. Y el 7 de febrero del 2000 la justicia restituyó su verdadera identidad. 

Claudia reconoce que le costó aceptar su historia, cuando se convirtió en madre de su primera hija, Guadalupe fue cuando comenzó a comprender la importancia de lo que le había pasado respecto de su apropiación. Con Guadalupe, de 14 años, ANCCOM inició este diálogo intergeneracional en Casa por la Identidad, el espacio que Abuelas tiene en la ExESMA, para contar su historia a las nuevas generaciones. 

¿Qué sensación te dio conocer la historia de tu mamá? ¿Qué pensaste cuando te enteraste que eras bisnieta de Buscarita?

Guadalupe Álvarez Poblete (GAP): Me fui dando cuenta de a poquito. En un momento seguíamos viendo a los apropiadores, pero era como muy de vez en cuando. Hubo un día que estábamos en el auto con mi mama volviendo del colegio y fue cuando me contó la verdad que en realidad ellos no eran parte de la familia y que eran sus apropiadores. Estaba muy enojada porque pensaba qué malas personas, le mintieron toda la vida sabiendo que era muy menor y le mintieron sobre algo tan importante como es tu familia. Aparte de eso, también porque eran militares, y estaba muy enojada. No podía creer que habían hecho eso. Cuando me di cuenta de toda la lucha que había hecho mi bisabuela me sorprendió, y por eso admiro mucho a las Abuelas en su totalidad. Admiro mucho a mi bisabuela y a todas las Abuelas de Plaza de Mayo. Son muy valientes por lo que hicieron durante todo ese tiempo y en un momento muy complicado.

Cuando hablas con tus compañeros y compañeras de la escuela, ¿les contás la historia de tu mamá, tus abuelos y tu bisabuela?

Guadalupe: Me acuerdo que en la primaria cuando les conté a mis compañeros, todos estaban muy sorprendidos y no entendían bien, porque todavía no entendían mucho. Sobre lo que pasó, la dictadura, recién hablamos en séptimo grado. Yo a veces les contaba en cuarto y quinto, pero no sabían casi nada, después en séptimo lo hablamos un poco. Me gustaba participar más en esas clases porque sabía más sobre eso. En la secundaria, vino una sobreviviente a charlar y pude saber más sobre la historia, ahí me di cuenta que había cosas que no sabía tanto.

¿Qué pensás que le podés decir a los chicos de tu edad y a los del futuro? Como vos debe haber un montón de chicos que todavía no saben cuál es su verdadera familia. ¿Cómo crees que se les puede hablar de la identidad?

Guadalupe: Es muy importante que los jóvenes y las personas que podrían haber sido apropiadas sepan sobre la historia y sepan sobre su identidad.  Es muy importante saber quién sos, saber quién es tu familia, cuál es tu historia. Si no sabes nada de tu identidad, no sabes tu nombre, tu día de tu cumpleaños, no sabes quienes son las personas que estuvieron detrás tuyo, haciendo un montón de juicios, buscándote por todos lados, tantos años. Es muy importante porque hicieron un gran esfuerzo a lo largo de toda su vida para encontrarte y para que sepas sobre ellos y la lucha que hicieron.

Claudia, ¿te resultó difícil contarle a tu hija Guadalupe la historia de lo que había pasado?

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: Fácil no es nunca. Lo que sí, siempre fue guiado por una decisión que yo tomé cuando ella nació de tratar de que siempre supiera la verdad. Ella se dio cuenta recién cuando era un poquito más grande, pero la realidad es que siempre tratamos de que lo tomara, dentro de todo lo posible, con naturalidad. De todos modos, hubo un momento de quiebre donde se dio cuenta de lo que significaba lo que le estábamos diciendo y tomó conciencia. A partir de ahí es un proceso gradual. A mí lo que me genera alegría, de alguna forma, es saber que mi hija y mi otro hijo pueden crecer con su verdadera identidad. El proceso les permite a ellos también conocer quiénes son y no tener que sufrir el trauma de la apropiación que fue heredada. Ella, al ser mi hija mayor, le tocó un poquito más que al chiquito que llegó con todo un poco más ordenado. Hubo herramientas cuando ella era más chica, por ejemplo. una vez fuimos al cine a ver la película Rapunzel y me puse a llorar viendo una escena. Ella me miraba y no entendía qué era lo que pasaba. Le traté de explicar que eso era muy parecido a lo que me había pasado a mí. Pero ella era muy chiquita. Todas esas cosas son pequeños momentos en que uno va hablando y sembrando esas pequeñas semillitas con ayuda de mi familia, mi abuela, mis tíos, son una familia que vive mucho la historia y se va mamando de alguna manera.

¿Cómo hablarle a los chicos y chicas de la identidad ahora, que la dictadura parece algo lejano para ellos que nacieron en democracia? 

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: En este momento es un desafío de la institución de Abuelas. Es mantener vivo ese relato porque en realidad está vivo todavía. Mi hija tiene 14 años, mi hijo tiene 9, los chicos que vienen acá son de escuelas secundarias y primarias y tienen la edad que pueden tener los bisnietos y bisnietas de las abuelas. Parece algo lejano porque las fotos están en blanco y negro, pero es algo que en realidad es todavía vigente. Es un desafío hablarles a los jóvenes hoy en día. Creo que la clave está en que los jóvenes mismos puedan hablar, que sean ellos que puedan encontrar su voz en este relato y verlos en sus experiencia. Ver en el hecho de que ellos tienen una partida de nacimiento, tienen un DNI desde que salen del hospital, todas esas cosas que ellos viven puedan relacionarlas con el derecho a la identidad, que tiene su base en la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo. Incluso hoy, con lo que es la identidad de género y todos estos nuevos desafíos que tenemos los adultos de llegar hasta ellos, ellos pueden ver esa identificación y ver esa necesidad de conocer lo que significa tener la verdadera identidad y la construcción que requiere socialmente. Es necesario transmitirles que los necesitamos porque hay que encontrar a los y las que faltan, y es a través de ellos que vamos a lograr encontrarlos. Ojalá pudiéramos no dejarles ese legado y los encontremos pronto, pero mientras nos falte uno, la generación de ellos también sufre la posibilidad del cambio de identidad.

¿Vos empezaste la búsqueda de tus abuelos o ellos te buscaron a vos?

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: A mí me encontraron. Fui restituida cuando tenía 21 años. Había tenido algunas dudas en mi adolescencia por la edad de mis apropiadores. Yo había sido criada en una especie de burbuja, por lo que no sabía nada de lo que había pasado en Argentina. Era durante la década de 1980 y 1990, nada que ver con la Argentina de ahora. No tenía acceso a la información y no sabía. Había denuncias que habían llegado a Abuelas de que mis apropiadores tenían una beba y ella no había estado embarazada, que claramente era un caso raro. A partir de esas denuncias, mis familiares lograron ubicarme, y me hice el examen de ADN para corroborar mi verdadera identidad.

¿Cómo fue ese momento de reencuentro?

Claudia Victoria Poblete Hlaczik: Fue un proceso. Al principio fue muy difícil para mí. Había sido criada con la ideología de mis apropiadores que eran militares, entonces me costó un tiempo poder aceptarlo. La verdad que mi familia me espera con mucho respeto y mucho cariño siempre. Logramos llegar a los abrazos y compartir, hoy en día, instancias de vida familiar normales. Ir a comer fideos los domingos, que mis hijos, mi abuela, que es su bisabuela, pero es su abuela, la viven con mucha naturalidad y eso para mí es una gran satisfacción haber llegado a este punto. También es muy importante para mí hoy por hoy acompañar el trabajo en Abuelas, dando testimonios, colaborando en las actividades, porque es fundamental que los podamos encontrar a todos y todas por la sociedad en sí misma y por cada uno de ellos y ellas que no saben quiénes son.

Buscarita, a tu bisnieta le pregunté qué significaba para ella la identidad porque pertenece a otra generación, con otro tipo de historia y contexto. De tu parte quisiera saber lo mismo. Para vo,s ¿qué es la identidad?

Buscarita Roa: Para la juventud de ahora la identidad ya está instaurada en la sociedad porque la verdad estuvo perdida. La sociedad había perdido la identidad porque los militares dejaron un vacío, dejaron 30.000 personas desaparecidas y con ellos una juventud diezmada. Para mi, pienso, que la democracia es algo que se está construyendo nuevamente.

¿Cómo fue el reencuentro? Sé que Claudia al principio estuvo un poco más alejada

Buscarita Roa: Les pasa. Les pasa a todos. Ella fue la más fácil y la que costó menos porque la familia nuestra tuvo mucha paciencia de esperarla porque la verdad es difícil. Se la llevaron a los ocho meses y fue criada con un coronel, con otros valores, con otra vida. Sacar eso de la cabeza de una chica de 21 años cuando la encontramos fue bastante difícil. Creo que tuve mucha suerte porque es una persona muy correcta, con valores que parece que se lo hubieran dejado los padres. Ella no fue tan difícil.

¿Qué le dirías a los jóvenes hoy en día?

Buscarita Roa: Es una cosa tan difícil porque todos los jóvenes de hoy en día no han vivido esta situación, acá se vivió un golpe de Estado, se vivieron momentos muy difíciles. Creo que la juventud de ahora lo que tiene que hacer es escuchar, aprender y tener memoria. Es lo más importante.