Por Lucía Wainer
Fotografía: Ana Laura Mársico

Abuelas de Plaza de Mayo celebró su 45º aniversario con un festival artístico y múltiples talleres, charlas y visitas guiadas por Tecnópolis. La Abuela Buscarita Roa llegó a coronar la noche para agradecer y certificar que la búsqueda continúa.

 

Manuel Gonçalves Granada tenía 20 años cuando lo encontraron las Abuelas de Plaza de Mayo. No tenía idea de que podía ser hijo de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. En ese entonces se llamaba Claudio y tenía una adolescencia que creía “normal”, parecida a la del resto de sus amigos. Sabía que era adoptado aunque siempre había sentido que algo no estaba bien. 

“Tenía claro que no era hijo biológico de la familia que me crió pero entendía que mi familia biológica no me quería, no me podía criar, me habían abandonado, no sé. A los 20 años, más o menos, me enteré de que nada de eso era así, sino que durante todos  años mi familia biológica me había buscado, sobre todo mi abuela Matilde”, recuerda Manuel. “Restituir la identidad es un camino que no termina cuando te encuentran, arranca ahí. Yo creo que nunca lo termino. Hoy vengo a Tecnópolis a encontrarnos en esta charla porque sé quién soy”. 

El 22 de octubre es el Día Nacional por el Derecho a la Identidad en homenaje a la lucha de las Abuelas. Manuel Gonçalves Granada pudo conocer su historia, pero hay muchos hijos de personas que fueron desaparecidas en la última dictadura cívico-militar que aún no saber cuál es su verdadera identidad. En el marco de su 45° aniversario, Abuelas de Plaza de Mayo organizó un festival en Tecnópolis para todas las edades, con entrada libre y gratuita, con el objetivo de continuar con la búsqueda.

Entre las muchas actividades que se organizaron, una de ellas fue una entrevista del periodista Julio Leiva a Manuel Gonçalves Granada y a la música Malena D’Alessio. Allí conversaron sobre sus historias de vida, la transmisión generacional de la memoria y el rol de la música en la construcción de identidades. 

Malena D’Alessio creció un poco en Argentina y un poco en Brasil, exiliada. Secuestraron a seis integrantes de su familia y liberaron a todos menos a su papá, que continúa desaparecido. Ella creció viendo a su abuela luchar: “Iba a la plaza con el pañuelo y contaba que mi abuelo se moría de pena, pero no era capaz de ir a la plaza a reclamar y a dar vueltas. Fueron mujeres las que se fueron a enfrentar ni más ni menos contra el Ejército argentino, contra los militares armados. Son el ejemplo de fortaleza y dignidad más grande que tenemos en la historia de este país. El abrazo de las Abuelas es incomparable”.

Como algunos de los nietos y nietas que las Abuelas están buscando, por su edad, probablemente sean padres y madres se ofrecieron actividades para niños y jóvenes. Teatro por la Identidad presentó la obra A propósito de la duda para promover la activación de la memoria desde las tablas. Además, en el escenario Juana Azurduy se presentaron para los más chicos y chicas, El gran baile de Zamba y Nina, Canticuénticos.  

“Es muy necesario generar estos encuentros y para nosotros es la posibilidad también de que nos permita encontrar a alguien. Es un convencimiento y una responsabilidad histórica: nosotros tenemos que transmitir la historia. Hay que dar estos espacios para que las nuevas generaciones la puedan saber”, comentó Manuel Gonçalves Granada  en diálogo con ANCCOM. Leonardo Fossati Ortega, nieto restituido en 2005, también asistió con su familia y protagonizó una visita guiada por la muestra “Identidad”.

La jornada estuvo llena de arte y de niños y niñas divirtiéndose. Hubo espacio para hacerse tatuajes temporales y maquillaje artístico. Talleres, como el que la ilustradora María Verónica Ramírez organizó en el espacio Infancias de Anses, junto a la nieta restituida Sabrina Valenzuela Negro. La nieta Adriana Metz, quien busca a un hermano o hermana nacida en cautiverio, presentó junto a la Secretaría de Derechos Humanos el libro La historia no es un cuento. También se realizaron origamis de pañuelos, afiches tipográficos y estampas en remeras con el logo del 45° aniversario de Abuelas.

Victoria asistió al festival con sus tres hijos. “Me parece que está bueno porque apuntan a los niños que son más curiosos. Yo soy profe y estuve trabajando el tema del Derecho a la Identidad en una escuela del Conurbano, en Escobar. Al final de la clase vino una de las estudiantes y me dijo: ‘Sabés que mi mamá piensa que es hija también pero no lo quiere saber porque ella se niega’. Todavía está el tema latente y los niños pueden ser disparadores de hacerse la pregunta porque quizás los adultos tienen más miedo”, expresó a ANCCOM.

La música para los más grandes tampoco faltó en el Festival Abuelas 45 años, la búsqueda continúa. A eso de las 18, en el Escenario Juana Azurduy, presentados por Natu Maderna y Juan Amorín, tocaron la Bersuit Vergarabat, Sara Hebe y Bhavi cerró la noche a puro trap. Buscarita Roa, Abuela de Plaza de Mayo, estuvo ahí para presentarlo junto a su nieta Claudia Poblete y rodeada de más nietos y nietas y bisnietos de distintas abuelas. Entre gritos de recibimiento de “Abuela, Abuela, Abuela”, Buscarita Roa emocionada agradeció a todo el pueblo argentino por acompañarlas en sus 45 años de lucha. “Que lindo ver toda esta gente acá, la verdad que es emocionante. Ya quedamos muy poquitas, las Abuelas se han ido de este mundo y necesitamos que el pueblo nos siga acompañando para seguir buscando a los nietos que nos faltan”. El público la aplaudió y abrazó a la distancia con el mismo amor.