El arte de dar clase en la cocina de una escuela

El arte de dar clase en la cocina de una escuela

La comunidad educativa de la Escuela Secundaria de Artes de Esteban Echeverría se encuentra en estado de alerta y movilización. Reclaman contra el ajuste a la educación y en defensa de una de las cinco escuelas de arte de la Provincia.

La comunidad educativa de la Escuela Secundaria Especializada en Artes N°1 de Luis Guillón está en estado de alerta desde antes de la pandemia y con el inicio de las clases presenciales retomaron los reclamos ante la inacción de las autoridades municipales y provinciales. Exigen respuestas para que les garanticen el derecho a la educación, mejoras edilicias, profesores y preceptores para la cobertura de cargos vacantes y personal auxiliar docente.

La ESEA N°1º o “El Poli», como se conoce a la institución en la zona, es una de las cinco escuelas secundarias especializadas en artes de la provincia de Buenos Aires, está ubicada en la localidad de Luis Guillón, Esteban Echeverría, y concentra a los estudiantes de todo el distrito y, también, de distritos vecinos como Lomas de Zamora, Lanús o Cañuelas, porque “la otra escuela de arte más cercana queda en San Isidro”, según comentan los padres. Una de las denuncias principales se refiere a la infraestructura. La comisión de madres y padres Autoconvocados en defensa de la ESEA dice: “La escuela fue creada para 280 chicos y tuvo que absorber el primer ciclo de la secundaria que comenzó en tercer año y ahora son 700 chicos y chicas”. Además, los padres agregan: “Los espacios que eran, por ejemplo, sala de profesores, preceptoría, laboratorio, biblioteca y cocina se convirtieron en aulas. Hay un aula que es de un metro por un metro donde la profesora o profesor que esté tiene que escribir en el pizarrón, salir para dar la explicación y tiene que volver a entrar”.

En este sentido, Cristina, otra de las madres menciona que, pese a que no hay espacio, hay dos aulas que se clausuraron por la rotura de un caño cloacal, por espejos rotos o por el piso astillado en el salón donde hacen danza. Ella misma explica que en una reunión en el verano vivió lo que viven sus hijos todos los días: “Ahí fue cuando empezamos a abrir los ojos nosotras. Tuvimos una reunión un día de mucho calor, a la mañana, en un aula con espejos para vocalizar que es de 1×1 y no podíamos estar”. Los padres y madres comenzaron a reunirse luego que el Director los convocó de urgencia y empezaron a surgir todas las problemáticas que tiene la escuela, ya que sólo conocían hasta la puerta y se enteraban de las cosas que pasaban por sus propios hijos e hijas.

Otro de los reclamos que es clave tanto para los padres como para los estudiantes y docentes es el de la seguridad. La escuela está ubicada al lado de un centro de distribución de bebidas, de donde entran y salen camiones constantemente y de una empresa de colectivos. En la calle no hay semáforos y hay poca señalización. Mientras un grupo de estudiantes y madres dialogaba con ANCCOM, un camión de gaseosas pasaba por al lado del grupo y les grita: “Ojalá que nos echen de acá, sigan reclamando”. Éste se une a otro de los pedidos que es el de tener un comedor dentro del establecimiento, porque al mediodía los chicos salen a la calle a comer, en cualquier lugar donde puedan sentarse y sacar sus viandas. “Digan lo que digan es una escuela con doble jornada. Los chicos entran a las 7.30 y los que más temprano se van son a las 15.30, después a las 17.30 o 18.30. Y la única merienda que tienen es un té o un mate cosido y ahora lo que les están repartiendo es un paquete de galletitas, unas vainillas”. Por lo cual, sí o sí tienen que traer su vianda que, según comenta otra de las madres: “Antes mi hija podía traerse la vianda y la podía calentar en el microondas, pero ahora está todo deteriorada la instalación eléctrica, prendían las luces de abajo y saltaban las de arriba, prendían las de arriba y saltaban las de abajo. Además, se electrificaron las paredes”.

A fines de abril, las familias, sindicatos del distrito y docentes desde la Plaza Bellas Artes, ubicada a metros de la escuela, realizaron una gran movilización, con el reclamo que se podía leer en las banderas y pancartas que ellos mismos realizaron: “Educación digna ya”. La movilización comenzó allí, caminaron hasta la oficina de inspectores de Monte Grande al grito de “Escuela Nueva ya», bailaron y cantaron acompañados de bombos y redoblantes. Luego, fueron al Consejo Escolar donde los recibió una línea de policías que custodiaban el edificio. Y desde allí fueron a la municipalidad. Nunca dejaron de cantar y agitar las banderas con sus demandas. Un grupo de padres fue recibido y pudieron hablar con el Subsecretario de Gobierno quien les dijo que desde el estado municipal no pueden resolver sus reclamos, ya que el organismo a cargo del presupuesto para la construcción y refacción de escuelas es la Dirección General de Cultura y Educación. Leonardo Diaz, uno de los padres que ingresó a la reunión dijo: “Les pedimos que se hagan cargo de las cuestiones críticas de seguridad, porque si le llega a pasar algo a algún chico o chica, ahí sí va a ser competencia suya”. Desde el Municipio les recibieron la nota con los reclamos e iniciaron un expediente administrativo.

En las semanas posteriores a la movilización se designaron auxiliares y también dos preceptores por turno, pese a que debería haber cuatro a la mañana y cuatro a la tarde. También se cubrieron cargos docentes que estaban vacantes. “Lo que están haciendo hasta ahora son parches” y nuestros hijos siguen hacinados cursando en aulas que tienen bachas porque eran laboratorios, no tienen vestuarios para danzas, ni aulas acústicas. “Uno de los padres que es Licenciado en Seguridad e Higiene realizó informes que demuestran las falencias”, dice Mayra, otra mamá de la Comisión. Sin embargo, el objetivo de máxima es el que se exige hace años y es una escuela nueva, con instalaciones aptas para que cada estudiante pueda hacer aquello que ama.

En las escuelas porteñas el gato por liebre es sinónimo de arroz por pollo

En las escuelas porteñas el gato por liebre es sinónimo de arroz por pollo

Frente a la Legislatura se realizó una concentración de madres, padres, alumnos y docentes. Reclamaron que la vianda de les pibes tenga alimentos y que sean saludables.

Sobre la calle Perú al 160 se erige el edificio de la Legislatura porteña. En la peatonal, que luego se hace Florida caminando para el lado de Corrientes, dos nenas con joggin color rosa pastel y guardapolvo blanco juegan entre las vallas metálicas negras de seguridad. Al lado, frente a un gacebo con flyers que rezan la consigna “Por un nuevo sistema de alimentación escolar”, sus padres y docentes disertan ante el micrófono abierto convocado por la legisladora Ofelia Fernández. 

Arriba de una mesa blanca, cerca de los oradores, están emplatadas o empaquetadas las comidas que todos los días reciben los chicos y chicas de la Ciudad de Buenos Aires en los comedores escolares. Un pollo descolorido junto a un puré uniforme, pebetes poco apetecibles y paquetes con tres galletitas ultraprocesadas. Alejandro, padre e integrante de la Campaña por una alimentación de calidad y gratuita para todxs, con la participación de la comunidad educativa, agarra con una mano el micrófono y con la otra uno de los medallones rebozados: “Esto que dicen que es de pollo fue analizado por especialistas y confirmaron que era arroz. Les dan a los pibes arroz con arroz. Por este plato el Gobierno de la Ciudad paga 320 pesos», sostiene Alejandro. 

Por este plato, el Gobierno de la Ciudad paga 320 pesos.

Laura Seminara tiene 29 años y es docente hace nueve. Actualmente, es maestra de primer grado en una escuela de Parque Avellaneda. Todos los días ve a sus estudiantes comer los mismos sándwiches de pan blanco con jamón y queso. De postre manzana, mandarina o una barrita de cereal. “A veces piden más y no siempre tenemos para repetir, mucho menos para todes”, cuenta Laura.  

Para los niños y niñas solo existe una alternativa de menú por motivos de salud, certificado médico mediante. Las creencias religiosas o gustos personales no son contemplados. Además, Laura comenta que con el tiempo la calidad, variedad y cantidad de los alimentos empeoraron: “Hace unos años les daban “milanesas”, medallones de “pollo” o “pescado”. Luego empezaron a ser todos los sándwiches de fiambre (jamón o un ultraprocesado que decían que era de pollo pero tenía gusto a sopa)”, cuenta. Todavía recuerda la vez en la que, hace 11 años, ella misma se intoxicó con la comida del comedor. “Cada vez les dan menos frutas y después de la pandemia dejaron de darles yogur. El desayuno es una porción mínima: se les da mate cocido con leche y una  sola magdalena, por demás insuficiente”, agrega. 

Con esta foto, madres, padres y docentes de la comunidad educativa se organizaron por la calidad de vida de sus hijas e hijos. Así nació la Campaña que entre sus principales objetivos busca “terminar con el sistema de comedores escolares concesionado y pensar la transición hacia la recuperación de las cocinas escolares”, expresan en el comunicado. 

Para facilitar el proceso a los organismos responsables elaboraron una lista de propuestas. Algunas de ellas consisten en discutir los pliegos de la licitación pública con la comunidad educativa;  solicitar la inconstitucionalidad del sistema de becas; incorporar a trabajadores de la economía popular; presentar un proyecto de ley donde se priorice la educación alimentaria, y se respete la Ley de Etiquetado Frontal; y realizar un control comunitario con las cooperadoras de la cantidad y calidad de los alimentos brindados por las empresas concesionarias.

La Campaña por una Alimentación de Calidad propone volver a la cocinas escolares y dar de baja a las concesiones. 

Entre la gente que rodea el gacebo donde exponen los oradores, del bolso de una maestra sobresale un papel para forrar enrollado color verde con lunares blancos. Un niño que lleva guardapolvo blanco da vueltas animado en su monopatín, no debe llegar a siete años. Hoy en el colegio debe haber comido una madalena con mate cocido y quizá un sanguchito con fiambre. Y después de eso sus padres lo pasaron a buscar por la escuela y vinieron juntos hasta la Legislatura a pedir que le den algo más nutritivo de comer. Frena su monopatín, se baja, lo da vuelta y encara en otra dirección.

Sabrina Santesteban manda a su hija Indira al Jardín de Infantes Común N° 02 D.E 07 «Prof. Marina Margarita Ravioli» en Caballito. Como Licenciada en Nutrición, especialista en el área infanto-juvenil (MN 5598), observa como todos los días su hija recibe productos ultraprocesados en la escuela mientras que en casa le enseña a comer más sano. 

Así fue como ella junto con otra nutricionista, una médica y con el apoyo de la Comisión de Nutrición del Ravioli, conformada por otras madres, padres y directivos, hicieron un análisis nutricional de las viandas que recibían las niñas y niños del jardín. En función de eso, elaboraron un documento para argumentar la importancia de una alimentación de calidad en las infancias. En el listado de los productos que a diario se ofrecen en el comedor del Ravioli se analiza que “la mayor parte de los ingredientes de cada producto son aditivos”.

Una consigna tan clara como pasar de ultraprocesados a frutas se empezó a alargar. “Nos dijeron que era una cuestión de lugar, que nuestro jardín no contaba con las condiciones edilicias para poder almacenar las 600 raciones de fruta”, cuenta Sabrina. Sin embargo, pudieron llegar a un consenso: este año se redujo a menos de un 50% el azúcar y cacao en infusiones con el objetivo de llegar gradualmente a cero. “Esa pequeña reducción parece insignificante pero a la larga funciona como apaciguador del deseo por lo dulce”, explica la nutricionista.

Tres adolescentes posan para fotos con sus carteles escritos en marcador rojo sobre cartón. En el medio, una chica con el pelo teñido de azul sostiene un cartel que reza: «Este cartel es una mierda como el sistema de alimentación escolar».

Según un artículo publicado en el Observatorio del Derecho a la Ciudad, actualmente el presupuesto para el servicio de comedor es de $318,90, el de desayuno $37,44 y el de refrigerio $110,70. “Es decir que, por cada magdalena con mate cocido que se sirve, el GCBA paga casi 38 pesos, y por ese medallón de pescado sin proteínas, el gobierno paga casi 320 pesos”, exponen Jonatan Baldiviezo, María Eva Koutsovitis, y Alejandro Volkind, autores de la nota.

Son 12 mil millones de pesos los que el GCBA va a pagarle –solo por este año– a las empresas que ganen la licitación. Esto corresponde a “un presupuesto gigantesco que, en vez de garantizar comida nutritiva, abundante y de calidad, redunda en una pésima alimentación para les estudiantes y en gigantescas ganancias para las empresas”, analizan los autores. Además hablan de una falta de seriedad por parte del GCBA con dichas empresas: “En la estructura de costos que aparece en los pliegos de la Licitación, no figura la ganancia estimada de la empresa. En los papeles, las concesionarias brindan el servicio de manera gratuita”.

La legisladora Ofelia Fernández presentó un proyecto de ley para establecer un nuevo programa de alimentación escolar

En el barrio de Agronomía se encuentra la Escuela Primaria Nº 4 D.E. 16 Cnel. Mayor Ignacio Álvarez Thomas, en la que funciona una cooperadora que fue intervenida durante un año por el GCBA pero que -aún así- no pudo quebrar a la comunidad. “La Coope del Alva” es una de las cuatro en Capital Federal que autogestiona su comedor. Eso marca una diferencia sustantiva porque “el objetivo del servicio autogestivo es la calidad, y no la ganancia. Son nuestres hijes quienes comen en la escuela, no un cliente. Nos preocupa y nos ocupa, como familias, que lo que llegue a la mesa cada día sea de la mejor calidad posible”, explica Paula Insaurralde, integrante de la Coope que hoy marcha frente a la Legislatura.

Hay más diferencias sustantivas entre el servicio autogestivo y el concesionado. Por ejemplo, en el Alva los alimentos se reciben a diario y se cuenta con un personal profesional, estable y con experiencia que depende de la cooperadora. En el modelo privado se contemplan otras cosas. “Si a las cooperadoras no las dejan ni controlar los servicios, algo que está previsto en la norma y que las conducciones deberían garantizar, menos les van a permitir autogestionar. Se termina un negocio millonario”, sugiere Paula.

El 11 de abril, la legisladora porteña, Ofelia Fernández, presentó un proyecto de ley para proponer un nuevo plan de alimentación escolar. El mismo tiene como principios rectores la soberanía alimentaria, el derecho a la alimentación adecuada y el incentivo de la Economía Popular, Social y Solidaria, entendida esta última como el “conjunto de recursos, actividades, personas, instituciones y organizaciones que operan según principios de solidaridad, cooperación y autoridad legítima” en toda la cadena productiva.

Entre otras cosas, el proyecto establece la “universalidad de todos los servicios alimentarios que se brindan en los establecimientos educativos de todos los niveles y modalidades” ya sean públicos o privados con cuota cero dependientes de la Dirección General de Educación Estatal y el Ministerio de Educación de CABA. También contempla la garantía de un menú especial por cuestiones de salud o de decisión propia.

“Hay que discutir que se come en las escuelas, como se brindan los servicios y entender que la alimentación escolar es parte de la educación y por lo tanto no se la puede dejar en manos de privados”, resalta Paula entre el bullicio de la marcha. La Coope del Alva ha venido hoy porque, más allá del contraste notorio que le dio su autogestión en términos de calidad, sabe que en el debate también debe replantearse el sistema de becas: “La educación es gratuita y la alimentación escolar es parte de esa educación, por lo tanto no debe ser arancelada. Es derecho de todes poder acceder a una alimentación adecuada y el Estado tiene que garantizarlo. En este sentido, es fundamental que se fortalezca a las cooperadoras como herramienta de participación activa de la comunidad”, cierra Paula. 

Caminos de tiza y tierra

Caminos de tiza y tierra

Julio Pereyra, apodado «El Profe», cuenta su proyecto de educación no formal por la Selva Misionera, donde alfabetiza cientos de niños de loclidades rurales desconectadas.

Julio Manuel Pereyra Sánchez es docente y educador. Ejerce la docencia formal en Posadas, pero ocho años atrás creó el proyecto escuelita ambulante “Caminos de tiza”. Hace cuatro que se radicó definitivamente en Misiones. Profesor de Ciencias Sociales, Pereyra recientemente fue becado por la Asociación Educar para el curso de neurosicoeducador en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Prefiere ser nombrado como «El profe Julio». Trabaja a la par junto a Yanina Rossi, profesora en educación especial y encargada de la Educación Sexual Integral (ESI) en niñas, niños y adolescentes.

El profe Julio cuenta sobre «Caminos de tiza” y cómo articula la “educación comunitaria voluntaria”, la alfabetización y la pedagogía en contextos rurales, selváticos e, iIncluso, en los basurales del noroeste argentino. Para él, la conectividad no es requisito indispensable para generar una comunidad educativa. Su pilar principal es el compromiso con los poblados a veces algo olvidados por el sistema formal. 

En 2018, según datos de la organización Argentinos por la educación la provincia de Misiones tuvo una matrícula que se distribuyó en: 13,8% en el nivel Inicial; 42,8% en primaria; 33,3% en secundaria y 10% en superior no universitario. La cantidad de estudiantes total pasó de 334.702 en 2011 a 370.215 en 2018. Sin embargo, las estadísticas no son claras respecto a ciertos pueblos alejados.

La educación comunitaria itinerante que propone Pereyra trabaja la inclusión y abarca integralmente desde el apoyo escolar y alfabetización junto con la estimulación temprana, la psicomotricidad, el braille, el lenguaje de señas y la comunicación alternativa. Uno de los objetivos de la escuelita ambulante es generar políticas públicas en el marco de la educación no excluyente y la discapacidad. Fomentando una propuesta de intervención con conciencia situacional.

Con la pandemia aumentó la cantidad de niños y niña que necesitaban garantizar su educación. Caminos de tiza fue su único acceso y de forma gratuita. Sustentado con donaciones y vocación, hoy trabaja de forma directa y presencial con 364 chicos y chicas de diversas edades, articulando varias disciplinas, en áreas con conectividad nula o baja y en los puntos geográficos más alejados. En especial, zonas rurales, selváticas y basurales. Actualmente, abarca 14 comunidades de la provincia de Misiones: Colonia Yacutynga, Paraje 130, Aldea Mby´a Guaraní Kaa´ guy Porá II, Barrio El Mirador, Rosa Chico, San Gotardo, entre otras.

Vocación y compromiso

El proyecto nació al ver niños viviendo, comiendo y trabajando en un basural en la provincia de Corrientes. “Al adentrarme en esas zonas, encontré trazas discontinuas, analfabetismo y abandono escolar. Esto me llevó a diseñar una estrategia de intervención para (re)institucionalizar niños y alfabetizarlos. En conjunto al abordaje de atención primaria de la salud desde lo educativo como en la prevención de enfermedades. Lo básico que debemos saber”, cuenta.

Entre las actividades educativas se encarga de traducir textos al Guaraní o Portugués en zonas interculturales bilingües y de la frontera, sacar piojos; e, incluso, recomponer el material terapéutico y ortopédico que le donan o consigue. “Caminos de tiza se basa en dejar capacidad instalada, formando a otros, generando escuelas o sitios para la primera infancia. Armamos materiales y recursos. Creamos bibliotecas comunitarias y espacios de formación a padres en prevención de zoonosis, tenencia responsable de mascotas, alerta de accidentes domésticos, cuidados con animales ponzoñosos/venenosos. No es lo que hacemos, sino lo que dejamos para que otros de manera permanente se desarrollen. Educamos a través de los mitaí (niños, en guaraní)», agrega.

El proyecto se solventa apelando a la creatividad, con materiales didácticos de bajo o nulo costo y con elementos reciclados. “Nosotros indicamos que las problemáticas principales que se presentan se resuelven educando. Realizamos diseños de innovación readaptando algo. Salidas didácticas para reconocer peligros, flora y fauna, raza de perros peligrosos. Identificar arañas, plantas con espinas, etc. También usamos tecnología educativa : tablets, lupas, microscopios, lentes VR, celulares. Pero se alterna o se complementa. No son de necesidad primaria”, sostiene.

También dan accesibilidad a niños y niñas con discapacidades múltiples. “Seguimos apostando a crear conocimiento y diseños para la educación no excluyente. Mantenemos secuencias pedagógicas y continuidades terapéutico-didácticas, y como se basa en competencias [no solo en contenidos] nos da hiper flexibilidad. Depende de las actividades que hacen los chicos. En su contexto o algún suceso que obligue a trabajar un tema específico. Por ejemplo: un accidente en la ruta, cuidados a tener con un enjambre de abejas o un incendio en la zona. Trabajamos en cómo prevenirlos.”

La radio local

En las zonas que visitan se presentan como maestros comunitarios. Es ad honorem. Llevan una propuesta educativa de pedagogía de la emergencia. “Hablamos de lo que es este tipo de tarea que poco tiene que ver con las escuelas formales aunque articulamos contenidos de ellas. Constantemente, coordinamos las actividades con el maestro rural, el docente auxiliar indígena o un referente barrial. El itinerario de la escuelita ambulante tiene un cronograma que se realiza día a día.”

Puede tener obstáculos o complicaciones sea por el clima o cortes de ruta. Mantiene un sistema de comunicación básico para quienes su única conexión es la radio local. “Las actividades no se suspenden. Hacemos lo posible por llegar porque los gurises te esperan. Damos aviso por la radio local que vamos camino a tal hora a tal barrio o comunidad. Llamo a la emisora Aquarius FM y le digo a Omar que de la información: “El profe Julio avisa que permanezcan en sus hogares porque a las 14h llega a tal paraje”. Y entre los vecinos se avisan. Se forma una comunidad educativa. Se toma con responsabilidad nuestra visita y en las que no existe otra propuesta. Hay zonas que no tienen ni internet ni datos ni telefonía directa. Sólo la radio o un vecino que la escucha”, explica.

Desde la Cámara Argentina de Internet (Cabase) las estadísticas sobre índices de conectividad dentro del territorio nacional, indican que Misiones tiene sólo el 43% de su población conectada y figura entre las provincias con menor índice. Las que poseen mejor performance en cuanto a niveles de penetración de internet fija cada 100 hogares, son Capital Federal (108%), La Pampa (82%), San Luis (82%) y Córdoba (78%).

Trabajo en conjunto

Sin distinción, estos capacitadores rurales  llevan todos los materiales y recursos a cuestas. Realizan trabajos individuales o con grupos familiares. En las Aldeas Mby’a Guaraníes vamos varios días. Convivimos generando diversas actividades lúdico-didácticas. Experimentos, juegos, talleres, clases y salidas. Respetamos su identidad, creencias, rituales, leyendas y los caciques lo saben. Nos permiten compartir y estar con ellos trabajando sobre esto. Nosotros llevamos la alfabetización científica y la articulamos con el trabajo de los docentes auxiliares indígenas”, asegura.

 Caminos de tiza lo hace sólo Julio, con la colaboración de Yanina. No sumanvoluntarios temporales, dice Pereyra, porque el compromiso es a largo plazo. “La jornada comienza a las ocho de la mañana y a veces se extiende hasta las 19. Lo alternamos según otras actividades. Hay días que permanecemos en la ciudad [Puerto Rico-Misiones] porque damos clases gratuitas voluntarias en el Centro de Apoyo Pedagógico y Tecnológico para niños con problemáticas del aprendizaje. Trabajo sábados, domingos y feriados. O a veces son 20 días los que estoy en la selva. Nuestro trabajo es permanente, no es sólo un rato, dos días o para la foto. Se debe entender que es para quedarse. Es prolongado”.

Con la escuelita a cuestas

Pereyra es invitado y reconocido por diferentes medios locales. Participa en convenciones, jornadas y congresos. Se destaca las novedosas estrategias para garantizar la continuidad y la calidad educativa. “Somos evaluados y capacitados constantemente. Dejamos registrado todo nuestro trabajo. Tenemos compromiso; y la difusión es un pilar importante. No sólo conseguimos donaciones, ayuda y becas;también sostenemos la Biblioteca Tekom’boe, levantamos escuelas en medio de la selva. Caminos de tiza funciona porque va donde no existe otra propuesta.», agrega.

 

Llevamos al hombro todos los materiales de trabajo [pictogramas, hojas, títeres, lápices, libros ,etc]. Esto el dinero no lo paga. Diseñamos una modalidad única de intervención que da clases en cuatro lenguas: guaraní, español, portugues, lengua de señas]. Se ha erradicado el embarazo, malnutrición y trabajo infantil. No hay repetición de grados ni abandono escolar. Durante la pandemia alfabetizamos a más de 120 niños en un año. No hay accidentes con animales venenosos, casos de dengue y de leishmaniasis. En los parajes se alternan intervenciones particulares domiciliarias o plurigrado; y escolar para familias completas o individuales si son casos de discapacidad”, explica Julio.

 

Desde la red social de Facebook, Escuelita ambulante, Caminos de tiza deja plasmado todo su trabajo, recorrido y la labor cotidiana en cada comunidad. Ha recibido distintos reconocimientos iberoamericanos, latinoamericanos, regionales y nacionales.  Sin embargo, el profe Julio asegura que “se habla de la educación del siglo XXI cuando Caminos de Tiza sigue resolviendo problemas del siglo XIX”.

«El Palacio Ceci es nuestra casa»

«El Palacio Ceci es nuestra casa»

Alumnos, exalumnos, maestros, familias y asociaciones civiles se manifestaron en contra de la avanzada del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de despojar a la comunidad sorda del emblemático edificio donde funciona una escuela para transformarlo en una vidriera del Distrito del Vino. El legislador de Vamos Juntos que criminaliza a los directivos escolares.

El pasado sábado 9 de abril se realizó el festival bajo las consignas “Las llaves no se entregan” y “El Palacio Ceci no se toca”  frente al histórico edificio del barrio porteño de Villa Devoto. El evento se realizó con el objetivo de defender un lugar emblemático de la comunidad sorda, donde actualmente funciona la Escuela de Educación Especial y Formación Laboral Nº 28 Prof. Bartolomé Ayrolo, ahora amenazado en convertirse en una vidriera en del Distrito del Vino, recientemente creado por el Gobierno de la Ciudad.

“Esta lucha es mucho más que por el edificio, se está poniendo en juego la dignidad de la comunidad sorda. Exigimos que el Palacio Ceci siga vinculado a la escuela Ayrolo. Nos estamos manifestando familias enteras de alumnos y ex alumnos. Concurrieron exalumnos de hasta 85 años de edad que se hicieron presentes para defender la que es su casa, porque alguna vez la escuela también funcionó como internado. Imaginate que mi hijo hizo la escuela primaria acá y luego tuvo apoyo escolar mientras cursaba el secundario, y ahora que estaba en dudas para anotarse en un terciario con respecto a la orientación vocacional vino acá a hablar con sus pares, sus referentes, sus profesores y que lo guíen. Así como mi hijo se siente contenido le pasa a muchas familias porque además no sólo acuden personas sordas o hipoacúsicas sino también con discapacidades donde se compromete el habla y necesitan de la lengua de señas para poder comunicarse”, expresó Patricia, mamá de Luciano, exalumno de la escuela y agregó: “Luego de la convocatoria masiva del 2 de marzo, donde vinieron de la Ciudad a buscar las llaves y negaron el asunto del Distrito del Vino, propusieron armar mesas de diálogo. El primer encuentro fue al día siguiente, se presentaron los directivos de la escuela, representantes de asociaciones para sordos y entre tantas contradicciones propusieron que hasta podría ser una salida laboral para los chicos de la escuela Ayrolo ser guías o contar la relación del Palacio Ceci con la comunidad educativa para personas sordas. ¡Esto es un disparate! ¿Qué tiene que ver una escuela con la cultura del vino? Estamos hablando de una escuela que comparte el patio con el Palacio. ¿Qué ejemplo quiere dar el gobierno poniendo un espacio gastronómico de la cultura del vino al lado de una escuela? Nos quieren conformar con migajas laborales, ofreciendo puestitos de trabajo en el distrito del vino. Esto es una falta de respeto. Las personas sordas también tienen derecho a estudiar, formarse y tener opciones laborales. Es un atropello total. Exigimos que den la cara los autores de esta situación, que no nos manden a sus asesores, que se hagan cargo quienes están detrás de esto, sea Rodríguez Larreta o Soledad Acuña. En el Ministerio de Educación se lavaron las manos: dicen que ahora el edificio pasó a ser parte del Ministerio de Desarrollo. En fin, queremos que alguien se haga cargo de lo que sucede, que nos den respuestas y trabajen para garantizar los derechos de la comunidad sorda.”

El festival comenzó alrededor de las 17, con un discurso de madres de alumnos. De fondo se veía el Palacio cubierto con el cartel amarillo de puesta en valor del Gobierno de la Ciudad. Maestros y maestras se hicieron presentes con sus delantales a pesar de no querer dar declaraciones a medios ya que expresan que están en situación de desamparo laboral.

Carolina, mamá de Rodrigo, exalumno de la escuela, aportó su testimonio: “La semana siguiente de habernos negado a entregar las llaves del Palacio, el legislador Juan Facundo Del Gaiso, del bloque Vamos Juntos, integrante del oficialismo porteño dentro de la Legislatura y quien además es impulsor de la Ley Nº 6447/21 del Distrito del Vino, realizó una denuncia penal por usurpación, administración fraudulenta y malversación de caudales públicos a los administradores de la cooperadora, a la directora de la escuela y a un periodista y fotógrafo que ha colaborado y aportado como ciudadano y vecino para el bien de la escuela. Claramente, esta denuncia es una maniobra política para ensuciar a las personas que formamos parte de la escuela Ayrolo. Tenemos los comprobantes de todo, los libros a disposición, además de tener el aval del Ministerio de Educación”. Carolina explicó que frente a la situación de desmejora edilicia y la falta de presupuesto, la institución había solicitado el permiso del Ministerio de Educación para usufructuar partes de las instalaciones como locaciones cinematográficas y para visitas guiadas. “Hubo muchos permisos administrativos que tramitar, fuimos muy prolijos y con ese dinero emparchamos lo que tendría que haber solucionado el Estado. En mi caso, formé parte de la cooperadora por casi 20 años. Pusimos plata, tiempo, horas de nuestra vida para poder resolver o solucionar situaciones de emergencia porque se nos caía encima el Palacio.” Lo que agrava esta denuncia es que “el legislador Del Gaiso luego, en la reunión en la Legislatura, pidió disculpas pero no retiró la denuncia ni dio la cara a la comunidad de forma correcta. Esto es muy doloroso, que nos quieran sacar el Palacio Ceci es como que nos quiten una parte de nuestro cuerpo, de nuestra vida y encima que lo cuidamos en todo lo que pudimos como nuestra casa que nos traten de ladrones es lastimoso. Una vergüenza”, concluyó Carolina.

Del festival participaron artistas que ofrecieron espectáculos, tanto para la comunidad oyente como para la comunidad sorda. También asistieron representantes de las asociaciones para personas sordas quienes se manifestaron con mucho enojo: “Cuando fuimos notificados de la situación de la escuela Ayrolo y el Palacio Ceci, la sensación fue horrible”, sostuvo Agostina Poggio, vicepresidenta de Asociación Argentina de Sordos. “La Confederación Argentina de Sordos nos lo comunicó a las más de treinta asociaciones para personas sordas que nos nucleamos en esa organización, y que tiene peso a nivel nacional. Al principio no entendíamos nada. Tuvimos una reunión para organizarnos. Nos sorprende la informalidad con la que se manejan: no hay un acta, un mail formal. Solo por mensajes de whatsapp. Ningún papel que avale lo que están haciendo o que están pidiendo las llaves. Hay muchas cosas que no están claras como cuál será el destino del Palacio. El Ceci tiene que ser de la comunidad educativa como lo fue hasta ahora.”

Por su parte, Claudia Novoa, secretaria de la Asociación Argentina para Sordomudas Casa Hogar expresó: “Pensaban que los sordos no vamos a decir nada, que íbamos actuar de forma pasiva, creo que no se lo imaginaron. Por eso se echaron para atrás el 2 de marzo, cuando vinimos a oponernos a la entrega de las llaves del Palacio.” Y agregó: “Al principio la escuela Bartolomé Ayrolo era solo para hombres, entonces se creó el instituto Osvaldo Magnasco para mujeres. Luego del Magnasco venían a hacer actividades al Ayrolo. Entonces, mujeres y hombres sordos se conocían, se enamoraban y luego se casaban. Hay familias enteras que tienen anécdotas en esta escuela, hay historias de vida detrás del Palacio Ceci. Si nos sacan el Palacio, nos quitan el tronco del árbol de nuestras vidas. Todos tenemos raíces aquí.”

En la misma línea se manifestó el presidente de Unión Argentina de Sordomudos Román Carbone: “Nosotros nos sentimos contenidos con el Palacio Ceci. Se sabe que es patrimonio cultural muy importante para nuestra comunidad sorda, para la comunidad argentina, porque es la primera escuela para sordos en nuestro país y en Latinoamérica. Que nos quiten el Palacio Ceci es como que nos saquen el Cabildo, hago esta analogía para que se comprenda el peso histórico. Es un espacio importante, fundacional, brindado a la educación y ahora lo quieren rebajar a una vidriera del vino.”

Para el presidente de la Asociación de Sordomudos de Ayuda Mutua, Claudio Vitti, “además de que muchos de nosotros pasamos por esta escuela, generaciones enteras hemos estudiado aquí. La mayoría de los socios fundadores de las asociaciones para personas sordas fuimos alumnos del Ayrolo. Años de historia y de gran aporte para nuestra comunidad y nunca lo arreglaron ni mostraron interés porque no se caiga. El edificio estaba abandonado, las cooperadoras, los directivos hacían lo que podían y ahora, de repente, desde el Gobierno de la Ciudad hay plata e interés porque se arregle el edificio y se pone la puesta en valor del mismo. Nosotros somos personas sordas pero también somos argentinos y vivimos en esta Ciudad. Tenemos derecho a exigir una respuesta al gobierno que hasta el momento se ha manejado con informalidad legal y administrativa ante esta situación.”

«Las llaves del Palacio no se entregan»

«Las llaves del Palacio no se entregan»

La comunidad educativa de la escuela para sordos Bartolomé Ayrolo resiste la embestida del Gobierno de la Ciudad que quiere convertirlo en la Casa del Vino. El 9 de abril organizan un festival de protesta.

 

Este sábado 9 de abril, de 17 a 21, se llevará a cabo el festival “El Palacio Ceci no se toca” en Av. Lincoln 4300, en el barrio de Villa Devoto. El objetivo del festival es manifestarse en contra del traspaso de ese edificio histórico, que pertenece ael Ministerio de Educación porteño, a la Dirección General de Administración de Bienes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA). Participarán del mismo, artistas sordos y no sordos ofreciendo espectáculos para las familias.

El Palacio Ceci es un edificio simbólico y de pertenencia para la comunidad sorda ya que desde la década del 30 funcionó allí el primer Instituto Nacional de Sordomudos e Hipoacúsicos de Argentina y Latinoamérica, hoy Escuela de Educación Especial y Formación Laboral Nº 28 Prof. Bartolomé Ayrolo.

El 21 de septiembre del 2021 se publicó en el Boletín Oficial la Ley N° 6447 que promulga la creación del distrito del vino en la ciudad porteña que implica a los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal. Según la página del GCBA sería una apuesta público-privada. La implicancia de esta ley con la escuela que funciona en el Palacio Ceci es que el Gobierno porteño tiene intenciones de que este edificio deje de formar parte de la comunidad educativa para sordos y que sea la vidriera y espacio administrativo del distrito del vino.

Estas intenciones por parte del Gobierno porteño se vieron reforzadas con la visita que realizó al Palacio Ceci la ministra de Turismo de Mendoza, Nora Vicario, junto a un contingente en septiembre del año pasado, mes en que se desarrollaba la fiesta de la vendimia. Luego de esta  visita, desde la cuenta oficial de twitter Cultura Mendoza @Cultura_Mza apareció el siguiente tuit: “La ministra Nora Vicario visitó el Palacio Ceci, futura Casa del Vino en el Distrito del Vino en CABA. Un espacio de vidriera para mostrar las bodegas y experiencias enoturísticas de Mendoza”. Apenas publicado, el mensaje rápidamente fue borrado.

Esa fue la alarma para la comunidad educativa que, frente al temor de represalias  laborales, prefiere mantener en reserva sus nombres reconociendo encontrarse en una situación de total desamparo. De todos modos, y ante la confirmación del rumor que circulaba sobre el intento de traspaso del Palacio Ceci de la órbita del Ministerio de Educación a la Dirección General de Administración de Bienes, la comunidad educativa, asociaciones y organizaciones de la comunidad sorda e hipoacúsica y agrupaciones de vecinos del barrio de Villa Devoto que están en contra de aceptar la vulneración del derecho a la educación en detrimento de este negocio se manifestaron el pasado 2 de marzo frente a las puertas del edificio histórico bajo la consigna “La llave del Palacio no se entrega”. Es que ese mismo día se habían acercado desde el Ministerio de Educación para realizar de manera formal la quita de las llaves de la escuela con el propósito de comenzar con las obras de acondicionamiento del edificio.

Ante esta manifestación, las autoridades porteñas, además de negar que el edificio en disputa formaría parte del distrito del vino, ofrecieron abrir una mesa de diálogo que hasta el momento no ha procurado ningún acuerdo entre las partes.

En diálogo con ANCCOM Lilia, mamá de Manuela, alumna de la escuela Ayrolo, sostuvo: “Si quieren hacer el distrito del vino porque favorece a los sectores inmobiliarios y turísticos que lo hagan en otro lado. Tiene que haber otros lugares incluso más propicios. No le saquen a la comunidad sorda, parte de su historia, un símbolo emblemático y de sentido de pertenencia a la escuela pública y a la sociedad. De por sí ya cuesta conseguir espacios para el desarrollo de la educación especial. No nos quiten esto también.”

Procurando mostrar la importancia de este edificio, Lilia continuó: “Estamos hablando de un espacio que forma parte de la historia de muchas personas, de chicos y chicas que han vivido además de haber estudiado en la escuela. La comunidad sorda solo tiene dos sedes de escuela pública en la Ciudad. Pero durante mucho tiempo fue la primera y única institución educativa para sordos con lo cual funcionaba también como internado para las personas que venían desde otras partes del país. Además de ser un espacio donde tenían el primer contacto con pares sordos y no estar siempre en el medio de la comunidad oyente. Construyeron su lenguaje de señas. En el Palacio funcionaron aulas, dormitorios para hospedar a los pibes, espacios de formación docente, talleres de oficios para que los estudiantes tengan salida laboral: un montón de cosas que hacen a la identidad de la comunidad sorda e hipoacúsica en nuestro país”. Yagregó: “Mi hija entró a la escuela con siete años en 2009 y en 2010 comienza a construirse la escuela con predio nuevo al lado del edificio del Palacio. En 2016, aproximadamente, lo terminan y coincide con la falta de agua, por falta de mantenimiento, con lo cual trasladan gran parte de la escuela al predio nuevo por una cuestión elemental de sanidad. En ese entonces ya venía muy deteriorado el Palacio, se veían las manchas de humedad, se caía parte de la mampostería. En el Palacio finalmente solo quedaron funcionando oficinas, espacios de archivos, legajos, administración, gabinete y talleres de computación. Al día de hoy en el predio nuevo también funciona, y el espacio es compartido, con una escuela de nivel medio. El único espacio abierto de la escuela es el patio en común con el Palacio.” Actualmente ese patio común se encuentra vallado. El edificio está cerrado por obras de mantenimiento que estiman llevará al menos dos años y que no permiten el acceso de ninguna persona.

En 2018, por pedido de las autoridades de la escuela, se había realizado un peritaje del estado de situación del edificio cuyo expediente digital concluyó en 2019. Las autoridades de la escuela habían peticionado al Gobierno la puesta en valor del edificio con motivo del deterioro por falta de mantenimiento y por seguridad de los estudiantes, docentes y personal no docente. La puesta en valor es un programa que contempla la recuperación y ampliación de edificios históricos y patrimoniales, como así también, la mejora de las condiciones de guarda y conservación de archivos, bibliotecas y bienes culturales nacionales.

Al respecto Lilia recordó: “Siempre fui testigo, mientras se esperaban respuestas, del trabajo de la cooperadora de la escuela para poder más o menos arreglarlo. El presupuesto que le manda el Gobierno a una escuela especial es exiguo y tiene muchos condicionamientos. La cooperadora de la escuela, como pasa lamentablemente en muchos otros casos, termina siendo la ‘tapa-agujeros’ de las  situaciones inmediatas. En algún momento recuerdo que se acercó alguien para pedir una parte del espacio como locación cinematográfica. Por supuesto primero hubo que pautar condicionamientos y pedir permisos porque se ingresaba a una escuela y se tomaron los recaudos posibles para resguardar a los estudiantes. Con ese dinero que entraba a la cooperadora se compraban materiales y también se realizaba alguna tarea de mantenimiento dentro de todo superficial para que no se nos cayera el edificio.”

Ante la falta de respuesta del gobierno porteño y de las autoridades responsables del Ministerio de Educación, frente a una situación de necesidad y urgencia ya que el deterioro edilicio ponía en riesgo la vida de la comunidad educativa, se presentan como último recurso legal a un proyecto de mecenazgo en 2020. La ley de mecenazgo promulgada por el GCBA en 2006 mediante la Ley N° 2264 es una propuesta de incentivo a la participación privada en el financiamiento de proyectos culturales.

Lo cierto es que, desde aquel entonces a la actualidad, las acciones de la comunidad continúan procurando defender con firmeza el derecho a la educación. Que esperan una masiva participación en apoyo a sus acciones este próximo sábado 9 de abril. Y que hasta el momento del cierre de esta nota, las autoridades del Ministerio de Educación del GCBA  solo respondieron con silencio.