Y vueltas y vueltas bajo tierra

Y vueltas y vueltas bajo tierra

Todos los días, decenas de artistas muestran su arte en las líneas del subterráneo porteño. ¿Cómo se organizan? ¿Cuánto ganan? ¿Cuántas horas trabajan? ANCCOM los acompañó para conocer ese mundo.

Los medios de transporte se convierten a diario en un escenario donde los artistas callejeros, por necesidad o decisión, ofrecen sus creaciones para ganarse la vida. Jeremías Pérez, cantante y compositor de 22 años, es uno de ellos. Trabaja desde hace meses en la Línea H del subte, una de las que más artistas alberga. Cada vez que sube a un vagón  con su guitarra al hombro se presenta como Jeremías Uriel y comienza a entonar diferentes canciones de rock nacional en formato acústico. Son apenas cinco minutos que los viajeros gozan de su música. Lo que no saben es que detrás de esos 5 minutos hay un enorme detrás de escena.

Oriundo de Villa de Mayo, barrio del partido de Malvinas Argentinas, Jeremías, encara una travesía de 36 kilómetros para llegar a su lugar de trabajo. Todo comienza con el colectivo 341, que lo lleva de su casa hasta la estación de Los Polvorines, donde se toma el tren hasta Retiro. En la terminal del ferrocarril Belgrano Norte lo esperaba ANCCOM para acompañarlo durante toda su jornada de trabajo.

Retiro apenas es una parada intermedia para llegar a su escenario rodante. “Ahora hay que tomarse la Línea E para hacer combinación con la H, en Jujuy”, indica Jeremías, y agrega: “Yo cuento las horas que trabajo desde que subo al subte y empiezo a cantar. Usualmente hago entre cuatro y seis horas. Tengo dos horas de viaje de ida y dos horas de vuelta”.

“Acá, en la Línea E, no canto porque es muy ruidosa, son coches más viejos, no se escucha la voz. Fijate que casi nunca se ve a nadie haciendo arte en este subte”. Jeremías aprovecha para desgranar su historia: “Empecé antes de la pandemia con una amigo por la zona de Boulogne, después trabajé de otras cosas pero decidí renunciar y empezar a estudiar Licenciatura en Música y trabajar con esto. Además tengo mi banda, Siluetas Del Pasado, donde canto y toco la guitarra. La experiencia del subte sirve para soltarse en el escenario, antes me costaba mucho. Todavía me falta desarrollar un poco más de carisma: vengo con el cassette puesto”. Entre charla y consultas, el subte llega a la línea H. Ahora queda llegar a Parque Patricios en donde comienza la función.

Un mundo con reglas propias

“La E y la B son muy ruidosas”, retoma. “La C tiene un recorrido muy corto y se llena mucho, eso es contraproducente. La A y la D son muy jodidas, hay mucha competencia; la H es la mejor, es la más tranquila y donde mejor se puede trabajar”, comenta Jeremías. Subir a cantar a un transporte no es tan fácil como parece.

“La primera vez que vine al subte a cantar lo hice con un amigo sin saber cómo funcionaba. Primero fuimos a la Línea A y nos estaba yendo muy bien, pero vino otro músico y nos amenazó, nos dijo que íbamos a tener problemas si seguíamos yendo. Ahí fue cuando decidimos probar en la H. Fue una lástima porque en la A se ganaba mejor. Quizás por eso tiene esa modalidad más dura”.

En los trenes tampoco tuvo suerte: “Me dijeron que si quería tocar tenía que pagarle tres mil pesos por semana a un vendedor que supuestamente coordina todo. No es mucho pero no pienso pagar para trabajar”. En los colectivos, dice, también es complicado: depende mucho del humor del conductor que decide si se puede subir a cantar o no. A pesar de esto Jeremías tuvo buenas experiencias: “Ahora estoy probando tocar en el colectivo de mi barrio y me va muy bien, es una zona humilde, no suele haber artistas callejeros, la idea también es traer un poco de cultura al barrio”.

Jeremías encontró en la Línea H cierta estabilidad que en parte está garantizada por la  organización interna que tienen los artistas. El desfile de músicos está coordinado y reglamentado. Hay postulados que deben cumplirse a rajatabla para no romper con el buen clima entre colegas y existen delegados que se encargan de hablar con los vendedores para hacer que la relación sea lo más amigable posible. Tres puntos son innegociables: no puede haber dos artistas en la misma formación, los artistas nuevos no pueden ir antes de las 3 de la tarde y los recorridos empiezan y terminan siempre en Parque Patricios.

“El mismo día que nos echaron a mi amigo y a mí de la Línea A, probamos suerte en la H y no era horario permitido para los nuevos, nosotros no sabíamos y entonces nos explicaron cómo funcionaba todo, pero siempre lo hicieron con muy buena onda”, cuenta. “Tenemos grupo de WhatsApp, se suele hablar para informar cada uno en qué formación está”.

La comunicación entre ellos no se limita a cuestiones organizativas, también se extiende a los lazos sociales: “A la mañana nos saludamos, nos deseamos suerte. Hay muy buena onda, hablamos de todo, de la vida, situaciones personales, se forma un lazo entre nosotros”, destaca Jeremías. Por supuesto, a veces hay conflictos: “Hace poco a un chico lo expulsaron de la Línea, porque no cumplía ninguno de los acuerdos que tenemos, llegaba a cualquier horario y se subía en la estación que quería, cuando está estipulado que hay que subir en Parque Patricios, ahí recién arranca la vuelta. No te podes subir en otra estación. Se hizo una asamblea y se votó la moción de expulsarlo. Él  estaba presente y dio sus explicaciones pero lo terminó aceptando. Había amenazado a un compañero por eso todos votaron para que se vaya”.

“Si yo estoy cantando en una formación y alguien se sube en cualquier lado me puede perjudicar –completa-. La idea es que haya un artista por cada formación así no competimos entre nosotros en un mismo coche”, esta alternancia entre artistas y vagones es fundamental en un tiempo donde los dos principales valores que puede capitalizar un artista callejero escasean. Uno es el dinero y el otro es la atención que puede habilitar una retribución. En tiempos de bolsillos flacos y de atención limitada por los celulares, auriculares y otras distracciones, la presencia de dos artistas en un mismo viaje para inviable.

¿Se puede vivir?

“La media  que gano – revela- es de tres mil por hora, la vuelta es de 40 minutos en total, ahí se suele sacar alrededor de dos mil pesos, hay días muy malos también, es muy variable, lo máximo que llegue a sacar fueron 20 mil pesos, pero usualmente se saca alrededor de 15. Influye el momento que estamos pasando como país, también el momento del mes, tenés gente que deja 50 pesos y gente que te deja dos mil, pero la media es de 200 o 300 pesos”.

Jeremías divide su tiempo entre el subte y sus estudios, por lo tanto su ingreso es acorde al tiempo que le dedica, aunque reconoce que lo que puede obtener en un día es superior a lo que podría hacer en otros trabajos. “Cada vez que vine acá gane mejor de lo que me pagaban en otros lugares en los que estuve. Si lo llevás a nivel mensual es distinto, porque yo no vengo todos los días, pero lo que sacás por hora es mucho más que trabajando en gastronomía, por ejemplo”.

En el caso de Jeremías, el dinero que gana en el subte lo utiliza para solventar sus gastos personales, sin embargo, hay quienes pagan alquiler y hasta crían a sus hijos gracias a este trabajo. Tal es el caso de José Luis, alias “El niño”, cantante y actor peruano, que mantiene a su familia trabajando en el subte: “Hace 6 años que estoy acá. Yo crío a mi hijo y este es el único trabajo que me permite tener tiempo para estar con él. Con un trabajo formal no lo podría hacer. Con esto puedo vivir. Lo que te rinde el trabajo es relativo a lo que vos le dediques. Ahora estoy por mudarme, entonces le dedico más de lo que debería”.

Otro artista de “la H” es Daniel Olivera, folclorista mendocino que hace diez años vive de la música. “Estuve en Cosquín, grabé dos discos y de uno vendí más de diez mil copias, todo de boca en boca”, cuenta: “El año pasado vine porque me entregaron el premio Raíces por mis diez años de trayectoria, pero se me rompió el auto y no quedó otra opción que volver a cantar en el transporte. Buenos Aires tiene esa posibilidad”. Hace un año que está tocando en los subtes porteños: “Mi ingreso principal es el subte, se puede vivir bien con esto, yo hago seis horas de lunes a lunes, estoy todos los días”.

Zona de consultas

La estación de Parque Patricios no solo es un lugar de espera, sino también de interacción y consultas. Los plateados bancos se convierten en un diván donde los intercambios florecen naturalmente. “¿Vos dónde comés?” le pregunta Jeremías a José Luis. “Algunos van a la estación Caseros que arriba hay una sanguchería: es lo más barato, aunque yo voy a Plaza Miserere y compro comida peruana”, contesta.

Jeremías, por su parte, confiesa aguantarse el hambre para no tener que gastar parte de lo recaudado en el día: “Como cuando vuelvo a mi casa. Desayuno y vengo para acá”. Algo similar ocurre en relación a las necesidades fisiológicas debido a la escasez de baños: deben salir de las estaciones y volver a pagar el boleto. “Yo me aguanto hasta que salgo, no todas las estaciones tienen baños del lado de adentro y muchas veces están cerrados”, explica Jeremías.

“Esta línea es hermosa, hay mucha armonía. En el tren, por ejemplo, tenía que andar discutiendo con los vendedores. Acá no pasa eso”, comenta Olivera. “El Niño” también resalta las bondades de La H: “En varios lugares nos tratan mal. Yo además de cantar también actúo. Una vez haciendo de Don Quijote nos atacaron, nos dijeron que nos teníamos que ir a nuestro país, pero aca no es así, he hecho teatro, he improvisado, rapeado, traje títeres, hice de todo en el subte”.

Tarea difícil

En el subte, a diferencia del teatro, el cine u otros auditorios, el público no está allí para ver espectáculos artísticos. En ese contexto es difícil captar la atención y el interés de la audiencia.

Olivera explica: “Yo interpretó canciones mías, como si todo el mundo las supiera aunque no las conozcan. Cierro los ojos y empiezo a imaginar que estoy en un estadio frente a 40 mil personas”. Esa parece ser una de las claves para sobrellevar un trabajo en donde el rechazo y la indiferencia aparecen con frecuencia. Para Jeremías la preparación mental es fundamental: “Hay que tener una fortaleza importante, hay veces que haces toda una vuelta y no te dan ni mil pesos, pero hay que seguir adelante con buena onda porque eso influye un montón en la performance y la gente lo nota”.

Así como la indiferencia entristece, el buen recibimiento por parte de la audiencia genera sensaciones que trascienden lo económico. “Hay veces que tenés una ovación y después no te dan plata, pero al menos eso te llena. Por más que no me ayude a mi economía es algo que me hace bien espiritual y mentalmente. Hay gente que le gusta mucho lo que hacemos, esa es la idea nuestra también, darle un poco de cultura y arte para sacar esa monotonía y tedio del viaje”.

La receptividad y relación entre público y artista se consolida con el aporte de una colaboración, un dinero que sella la aprobación y el estímulo, dándole  sentido a la travesía del músico.

Ante todo este escenario, la pregunta se vuelve inevitable:

-¿Estás nervioso antes de cantar? 

-Hoy estoy un poco más nervioso porque están ustedes.

 

Pero los nervios quedan de lado cuando se ubica en el medio del vagón con su guitarra y llama la atención de los viajeros: “Para quienes aún no me conocen mi nombre es Jeremías Uriel, soy músico independiente y ahora vengo a compartir con ustedes un poco de lo que hago, un poquito de música. Ojala que les guste”, dice antes de entonar las primeras estrofas de “11 y 6” de Fito Páez. Su repertorio se basa en canciones clásicas del rock argentino, intercaladas con el primer tema de su autoría: “Fly Away”, compuesto en Inglés y promocionado en los vagones del subte: “Este fue mi primer tema propio, pueden encontrarlo en Spotify y Youtube”, dice el cantautor antes de pasar en búsqueda de las retribuciones voluntarias que los pasajeros decidan dejarle. Camina por todo el pasillo central del vagón como si fuera una pasarela, en la mano porta un gorro de lana de tonos violáceos el cual oficia como alcancía.

“Hubo mucho aplauso pero a nivel económico fue flojito. Igual esto es muy variable, hay que tener fortaleza mental”, dice Jeremías en relación a su primera vuelta. “El humor social está muy caldeado. Antes la gente tenía más onda que ahora. Yo creo que se debe a la crisis que estamos viviendo”. Sin embargo, su segunda vuelta mejora exponencialmente: “Esta vez superó las expectativas: casi cuatro mil pesos en 40 minutos, muy distinta a la primera, esto es así, una incertidumbre total”.

Su idea de hacer un total de seis vueltas se desvaneció a medida que su garganta le iba pasando factura. “Vengo de unos días complicados, bastante resfriado”, confiesa después de realizar cuatro viajes en otras tantas horas. Dentro del subte no se pueden ver los  recorridos, en cuestión de minutos las distancias se ensanchan kilometricamente: se pierde el sentido del tiempo y el espacio. Una vorágine propia de una especie de túnel del tiempo donde solo la repetición de las canciones pueden dar una idea de cuantas vueltas se llevan andando. Lo que sí quedó claro es que la jornada dio sus frutos, la gorra de lana logró albergar unos 15 mil pesos, un número convincente para Jremías que da por terminado el día laboral.

Más que un trabajo

Ser artista callejero no solo es un medio de vida: ingresar en los túneles y dar vueltas por debajo de la ciudad no es para cualquiera. “Es un medio de subsistencia pero también es una forma de resistencia política: yo podría dejar de hacer esto y buscar trabajo en una oficina o un restaurante, pero a mí lo que me apasiona y me moviliza es el arte y creo que es una forma de transformar la realidad, ser músico subterráneo es una manera de resistencia”, resume Jeremías, quien explica: “Mis motivaciones son varias: la primera que te podría decir es la necesidad económica. Ahora, elijo este y no otro trabajo, por la satisfacción que me da venir a tocar y que la gente me escuche. La música me apasiona, es un medio de expresión que me hace bien, es combinar el trabajo con la música, algo que siempre quise”. Aunque de una forma alternativa, ser artista callejero es una aproximación al ideal de vivir de su vocación aunque no cualquiera se adapta al ritmo de la calle. Para quienes lo logran es un disfrute. “Me gusta la idea de hacer a la gente escucharme, que sepan que existo; es un manifiesto de la existencia artística”.

Los 36 kilómetros que Jeremías atraviesa cada vez que va a trabajar al subte son eclipsados por la satisfacción de hacer lo que ama. “No me arrepiento para nada de haber elegido esto, me siento orgulloso de lo que hago” dice, dejando en claro que la vocación compensa cualquier esfuerzo y acorta cualquier distancia.

«Si hay veto, hay marcha»

«Si hay veto, hay marcha»

Docentes, no docentes y estudiantes se reunieron en la Plaza del Congreso para apoyar el tratamiento al presupuesto universitario, que finalmente fue aprobado esta madrugada, por amplia mayoría. Frente al mismo despliegue policial que la jornada del miércoles, los manifestantes defendieron el derecho social a la educación superior.

, Una nueva movilización fue convocada por gremios docentes y no docentes, universitarios y preuniversitarios, sindicatos, estudiantes y representantes de centros de estudiantes de las universidades nacionales de todo el país durante el tratamiento en Senadores del proyecto de ley, finalmente aprobado, que busca garantizar el presupuesto par alas casas de studios superiores.

La plaza del Congreso, a las 13, ya estaba rodeada por un cordón de la Policía Federal. Permanecieron las vallas que utilizó el operativo a cargo de Patricia Bullrich durante la movilización del día anterior, que terminó con jubilados, jubiladas, niños y manifestantes reprimidos y gaseados. Por los parlantes resonaban canciones de rock nacional mientras que integrantes sindicales con pecheras de la CONADU tocaban trompetas y bombos. Algunos de los manifestantes llevaban pañuelos azules en el cuello o en la cabeza con la frase “En defensa de la universidad pública”. Entre una exposición y otra dentro del Congreso, afuera empezaron a cantar: “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”. Los carteles de los manifestantes llevaban las consignas: “Sin docentes no hay universidad. Sin lucha no hay salario digno” y “No regales tu educación. No regales tu futuro”.

Entre los autoconvocados pasaban las rondas de mate, otros almorzaban o se sacaban algunas fotos grupales. Había pecheras blancas y azules y banderas de los principales sindicatos, gremios docentes y no docentes como la CGT, FEDUBA, CONADU, CONADU HISTÓRICA, AGD UBA, CTA, CTERA, FEDUN, FAGDUT, FATUN, UDA, ADUBA, entre otros. Una bandera citaba “En defensa de la Universidad Pública” y agrupaba a todos los sindicatos docentes y no docentes. Era el fondo del escenario donde se fueron sumando las intervenciones: “Si hay veto, hay marcha. Si hay agresión a cualquier sector de los trabajadores o sector social, estaremos los universitarios acompañando y ayudando”, dijo uno de los primeros oradores.

También estaban presentes las banderas de los centros de estudiantes como el CEFYL de Filosofía y Letras y el CECSO de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, junto a algunos partidos políticos de izquierda, organizaciones del campo popular y movimientos socials. Entre los presents, se advertía a algunos diputados del Frente de Izquierda de los Trabajadores y de Unión por la Patria.

En las intervenciones públicas se remarcó la necesidad de construir una unidad más amplia, que exceda el espacio de la universidad e incluya a trabajadores y movimientos sociales: “No alcanza con la lucha de los universitarios solamente. Tenemos que militar en las aulas, tenemos que militar en nuestros barrios, tenemos que militar en las fábricas”, agregó el gremialista.

Los oradores también denunciaron la represión que se estaba llevando a cabo en ese mismo momento en la Ciudad de Santa Fe, durante el tratamiento de una reforma previsional impulsada por el gobernador Maximiliano Pullaro, quien incluyó un tope a las jubilaciones, un aumento de los aportes y la posibilidad de aumentar la edad jubilatoria desde el gobierno provincial.

Además, De Feo recordó la reciente intervención policial en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y el desconocimiento por parte del Gobierno nacional de la autonomía universitaria a partir del nombramiento del interventor Eduardo Maurizzio, que atenta sistemáticamente contra el funcionamiento de la institución y definió que se trataba de una agresión a todas las universidades en su conjunto “porque si intervienen una, mañana intervienen cualquier otra que se les oponga”.

En sintonía con lo mencionado por el secretario general de la Federación Nacional de Docentes Universitarios, la docente de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo Paula Torricella, en diálogo con ANCCOM, contó: “Desde principio de año la universidad no tiene ni un centavo ni para salarios, ni para internet, ni para papel higiénico”. Frente al interrogante de cómo logran mantener la sede abierta y en funcionamiento, contestó que: “Con todo el esfuerzo de nuestra comunidad educativa. Como docentes, bancándonos con nuestros propios ahorros, nuestras propias fuerzas, con nuestra propia internet. Pero claramente es una situación muy insostenible y muy injusta”.

Con respecto a la situación salarial y la importancia de la aprobación del proyecto de ley, el secretario general de FEDUBA, investigador del CONICET y profesor de la UBA, Pablo Perazzi explicó: “Nosotros tenemos al 80% de los docentes universitarios por debajo de la línea de la pobreza”. El Consejo Interuniversitario Nacional confirma esta situación en el Informe de Emergencia Salarial de las y los Trabajadores de las Universidades donde se registra que más del 85 % de las y los docentes de universidades y el 60% de las y los no docentes están por debajo de la línea de pobreza.

En consonancia con lo expresado por el secretario Perazzi, el secretario adjunto de la Asociación Docente de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo Ricardo Aguirre, explicó con respecto al proyecto de ley que horas después se aprobara: “Es una ley que contempla, entre otras cuestiones, la recomposición salarial del 30% del salario docente. Nosotros de diciembre a la fecha perdimos un 35% del poder adquisitivo, sin contar el Fonid y, entre otras cosas, está ley nos permite pensar en un futuro a nivel universitario, en un presupuesto y finalmente sostener un pilar fundamental que es la educación pública y el derecho social a la educación universitaria”.

El movimiento estudiantil

Un representante del movimiento estudiantil de la Universidad Nacional de Cuyo de Mendoza señaló ante sus pares: “Los estudiantes estamos hartos de esta situación que estamos viviendo, desde el 10 de diciembre que asumió Javier Milei. Estamos hartos de no tener previsibilidad, de no saber si el próximo cuatrimestre las materias se van a seguir dictando con normalidad.”. La presidenta de la Federación Universitaria de La Plata Albertina Bidart sumó: “No nos tenemos que olvidar que este gobierno, deshumanizante desde que arrancó, nos está haciendo cagar de hambre. Si pensamos solamente en la universidad escindida de nuestros abuelos y nuestras abuelas que eligen entre comprar los medicamentos y comprar la comida nos estamos equivocando. Si decidimos defender la universidad y no defender que hay un millón de pibes y de pibas que se van a dormir sin comer, nos estamos equivocando” y continuó: “Los estudiantes somos las juventudes que no solo no llegamos a tener nuestro trabajo en blanco para ser jubilados y jubiladas en algún momento, sino que tenemos uno, dos, tres o cuatro trabajos para sostenernos en la universidad pública. Esa es la universidad que estamos habitando hoy. La universidad donde los pibes y las pibas nos estamos quedando afuera”.

En coincidencia con lo expresado, la presidenta del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA Agostina Olivera, en diálogo con Anccom, profundizó: “Tenemos cada vez más compañeros que tienen que tomar la decisión de juntar toda la cursada el mismo día o ir solo dos días porque no les alcanza para pagar el boleto de ida y vuelta. Compañeros que tienen que pasar tiempo en el cyber que está ahí en la facultad, porque no tienen la plata ni para tener una computadora ni tampoco para comprar los apuntes. Y compañeros que directamente están teniendo que dejar de estudiar porque están teniendo que agarrar trabajos de doce horas o conjugar horarios con cuatro trabajos”.

Hacia una nueva marcha universitaria

La solidaridad de la comunidad universitaria busca seguir entretejiendo alianzas con distintos sectores de trabajadores que son el blanco de las políticas del Gobierno de Javier MIlei, además de entrelazar las luchas con los sectores excluidos del modelo económico social y político que quiere imponer el gobierno libertario. La docente universitaria Paula Torricella aportó: “En el día de ayer los representantes universitarios hicieron una confluencia de intereses de acuerdo con los aeronavegantes, los aeronáuticos, sobre la base que son dos actividades que están siendo particularmente agredidas desde el gobierno nacional. Y ahí se empieza a ver una confluencia de diversas luchas de diversos sectores de nuestro pueblo. Eso me da esperanza y ojalá que se replique”.

La presidenta del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA Agostina Olivera, expresó que el desafío será construir la unidad y articulación con otras sedes, facultades, universidades y centros de estudiantes e invitar a los movimientos sociales y populares a participar de las instancias convocadas por la comunidad educativa, a la vez que estar presentes ellos mismos como universitarios en las luchas populares de esos sectores, tal como sucedió el día anterior, con la participación de los estudiantes en la marcha por la movilidad jubilatoria.

Hacia el final de la movilización, la cantidad de policías se duplicó alrededor de la plaza. Sin embargo, los autoconvocados desconcentraron sin incidentes ni represión.

Con respecto a las expectativas de la votación en el Senado y la amenaza latente del presidente Javier Milei de vetar la ley si llegara a aprobarse, la comunidad universitaria ratificó que se realizará otra marcha en defensa de la educación pública. Agostina Olivera opinó: “Sería una muy mala estrategia de este gobierno decidir vetar la ley de financiamiento universitario porque el 23 de abril fue una demostración de que no es solo quienes habitamos las universidades los que las defendemos, sino que es un consenso del conjunto de la sociedad argentina en todo el país”.

En coincidencia con Olivera, el secretario general FEDUBA planteó: “Sobre todo porque la universidad, y después de la marcha del 23 de abril creo que quedó demostrado, es un valor constitutivo de la sociedad argentina que atraviesa todos los sectores de la sociedad argentina. Entonces el aeronáutico tiene un hijo en la universidad, el obrero de la construcción tiene un hijo en la universidad, el trabajador no docente tiene un hijo en la universidad o es él mismo, al mismo tiempo un estudiante de la universidad” y concluyó “Todos conocen a alguien o tienen un familiar en la universidad”.

 

Como en Vaca Muerta pero en Buenos Aires

Como en Vaca Muerta pero en Buenos Aires

Un colectivo de periodistas ambientalistas y de artistas crearon una propuesta inmersiva para que el público experimente sensorialmente lo que ocurre con el fraking en la Patagonia argentina. Una apuesta a defender la Tierra desde el arte.

Este mes de septiembre se inaugura Geonnitus, una instalación escultórica, sonora y visual que sumerge al espectador en el mundo de sonidos, sensaciones, vibraciones e imágenes del fracking, la técnica utilizada para la extracción del gas y el petróleo, en la cordillera argentina

Geonnitus, palabra que le da nombre a esta obra, es un neologismo surgido a partir de los ruidos que aturden a la Tierra: el tinnitus que padece nuestro planeta. Ese rugido y esos temblores que se producen cuando la explotan, perforan y presionan para extraer petróleo y gas mediante el fracking. A partir de la unión de fuerzas entre la ONG Periodistas por el Planeta, el Proyecto Eco Eco y el Ciclo Ruido de Experimentación Sonora, esta instalación multidisciplinaria busca despertar sensaciones y promover el diálogo acerca de esta técnica tan nociva para el medio ambiente. Para realizarla, cinco artistas viajaron a la provincia de Neuquén en abril de este año para experimentar por sí mismos y registrar a través de distintos dispositivos lo que sucede a partir de la utilización de esta técnica, prohibida en muchos países y regiones.

“En Periodistas por el Planeta hace seis años que nos dedicamos a narrar la crisis planetaria no sólo en clave periodística, sino que queremos difundir también otras expresionespara hablar de lo que en general se omite” señala Marina Aizen, cofundadora de la organización. Y agrega que con ese objetivo en mente, fundaron el Proyecto Eco Eco junto al colega Pablo Schanton hace dos años.

“Cuando me convocó Marina para hacer proyecto Eco Eco, una de las ideas era pasarse a otros tipos de lenguaje, por ejemplo el artístico. Ahí fue que se me ocurrió convocar a Javier Areal Vélez y a Florencia Curci como curadores en el marco del Ciclo Ruido, y a su vez ellos convocaron a otros artistas para que fueran a Vaca Muerta, experimentaran durante una semana lo que se vive allá e hicieran una obra”, explica Schanton. Los artistas hicieron muchas grabaciones de campo, de video y sonido, con distintos dispositivos para captar, por ejemplo, el sonido del viento y las vibraciones de la Tierra.

La instalación es producto del trabajo de Leonello Zambón, Julián D’Angiolillo, Cecilia Castro, Carlos Lescano y Rodolfo Marqués, artistas provenientes de diversas disciplinas: audiovisuales, sonoras, escultóricas, musicales, multimediales y artes electrónicas. Geonnitusse presenta como un entramado de colaboraciones, un trabajo conjunto y reticular, y no como la obra de alguien. “Me gusta pensar en la lista de constructores de las catedrales góticas. No había un ingeniero, un arquitecto y los obreros, sino que era una especie de sindicato constructivo. Nosotros lo pensamos en esos términos” señala Leonello Zambón, artista multimedia. La obra no busca dar un mensaje de forma explícita, sino que invita a pensar desde diversas sensaciones, estímulos y matices sonoros, táctiles y visuales. En relación a este punto, Zambón reflexiona que “un trabajo artístico no hace un panfleto de algo, sino que abre discusiones, abre formas de mirar. Nuestra intención es esa, no poner el bien y el mal de un lado y del otro sino dar cuenta de la complejidad del mundo, y ahí todos podemos decidir cosas distintas”.

La técnica del fracking consiste en perforar la tierra a 3.000 metros de profundidad para la extracción de petróleo y gas enquistado en la roca madre. A partir de la compresión de un gran volumen de agua, se genera la fractura de arena y químicos que a su vez generan sismos, a veces bastante intensos, que pueden llegar a más de cuatro puntos de la escala de Richter. Se utilizan más de 100 millones de litros de agua que sale contaminada, 12 mil toneladas de arenas silíceas y un cóctel de 40 químicos de alta toxicidad. La gran cantidad de residuos petroleros que salen con material radioactivo termina por acumularse en enormes basureros al aire libre.“Hay dieciocho compuestos orgánicos volátiles sumamente nocivos, como el tolueno y el metano, que emanan de los pozos, de los tanques, de los compresores de gas, de la planta compresora de gas de Tratayén”, remarca Aizen.

La experiencia de Geonnitus es inmersiva y experimental. Se escucha el ruido del agua y del viento, el aire comprimido de los tubos que se utilizan en el fracking, se sienten las vibraciones de la tierra. De repente, la música de corno y trombón llena la sala y acentúa, sugiere y puntualiza emociones. Dos pantallas muestran el paisaje desde ángulos diferentes. Una mezcla de máquinas gigantes y monstruosas, fauna autóctona, caños y más caños, pastizales y mangueras interminables que llegan hasta la costa del río Neuquén.

Florencia Curci, curadora de la obra y directora del Centro de Arte Sonoro, explica que “hay un compresor de aire que está alimentando una serie de tubos que no están exactamente afinados y eso genera sonidos no grabados, similares al que hacen las máquinas, que se pueden escuchar en la obra. También, se activan los percutores que generan vibraciones”.

“La narrativa común es que ese lugar es un páramo, un desierto, pero no lo es. Es un milagro que exista como vida porque llueve muy poco y el viento es impertérrito. Es un milagro intervenido profundamente por el petróleo”, explica con preocupación Aizen, en relación a lo que comúnmente se dice acerca de lugares como Vaca Muerta. Geonnitus pone el acento en ello con total honestidad y crudeza. “La humanidad está imbricada en este mundo de una manera u otra y esa tensión cultural siempre va a existir. Ahora nos podemos correr de esa mirada antropocéntrica y pensar en entidades de distinto tipo. Hay que abrir la discusión para pensar otros mundos posibles, pero claramente sabiendo que estamos en éste. Ahí justamente está la parte más filosa de la cuestión” reflexiona Zambón.

Geonnitus se puede visitar durante cuatro únicas funciones: los sábados 14 y 21 de septiembre de 18 a 21 y los domingos 15 y 22 de septiembre de 17 a 20 en el Espacio Investigaciones del Futuro (IF), Boers 937, Villa Lynch. El primer fin de semana la función contará con la presencia de Javier Grosso, geógrafo que estudia la relación que existe entre los sismos y el fracking. La entrada es libre y gratuita. Para cada función-exploración se pone a disposición una combi con un único horario y con capacidad limitada. Para reservar es necesario comunicarse con las redes sociales.

Para el que sufre la crisis, ni siquiera el rebusque

Para el que sufre la crisis, ni siquiera el rebusque

Tras el desalojo de los manteros de Parque Centenario y Parque Patricios, el Gobierno porteño continúa con la misma mecánica en otras plazas de la ciudad. Ahora les tocó a las emprendedoras de la Plaza Egipto, en el barrio de Palermo, a quienes la policía amenazó con sacarles la mercadería. «A los vecinos les molesta», argumentó Jorge Macri.

Todos los fines de semana, en la Plaza República Árabe de Egipto, frente al Planetario Galileo Galilei, pequeñas emprendedoras desplegaban sus mantas y ponían a la venta sus productos de merchandising–papelería, bijouteriee indumentaria–, que eran la atracción de adolescentes y jóvenes que buscaban algún artículo de sus artistas favoritos. La mayoría de los emprendimientos están manejados por pibas, incluso adolescentes,que se publicitan por redes sociales y se asocian entre sí formando ferias en la plaza.

El fin de semana anterior al desalojo en Parque Centenario, las emprendedoras tuvieron que reorganizarse, ya que la Policía de la Ciudad también ordenó desalojar la zona. En diálogo con ANCCOM, una fuente que prefiere mantenerse anónima cuenta: “Le dijeron a las chicas que estaban detrás del Planetario que no podían estar ahí porque ahora cambió el comisario y es más estricto. Les dijeron que en Plaza Egipto no habría problema porque no pasaba tanta gente por ahí”. Al cruzarhacia allí, la policía comenzó a sacar fotos de los emprendimientos, especialmente de aquellos que ofrecían comida, y les avisó a todas las feriantes que si no se iban en 20 minutos, les sacarían la mercadería.

Aldana, emprendedora de Somos Racat, relata: “Nos levantaron a las dos horas de comenzada la feria. Por lo que noté, fue todo en buenos términos,Siempre tuvimos en cuenta que existía la posibilidad de que nos levanten o de que no les guste que estemos ahí, así que desde la organización siempre se mantuvo el orden y la limpieza. Sé que está pasando en otras plazas. No volvería a feriar en espacio público”.

Desde Feria Malta denuncian haber sufrido amenazas y destrato por parte de los vendedores de pochoclos y algodones de azúcar, que claman que ellos sí tienen permiso para vender en la vía pública. Cabe recordar que la Feria Swiftie se inició en este espacio y se vieron forzadas no sólo por cuestiones climáticas sino también por el mismo maltrato de otros vendedores, a realizar sus ferias en lugares cerrados.

Para organizar una feria de este estilo es necesario tener un permiso del Gobierno de la Ciudad que se puede tramitar en su página web tras haberse registrado. Uno de los requisitos es tener un domicilio legal en CABA, lo cual muchas veces no sucede, ya que los emprendedores se trasladan desde el conurbano a las plazas donde saben que habrá más concurrencia. El trámite incluye un listado de rubros aceptados entre los que se encuentran aromatizantes, decoración, papelería, indumentaria, entre otros. Sin embargo, un grupo de k-popers que se juntaban a bailar y vender productos del género en las Barrancas de Belgrano presentaron un proyecto hace dos años y todavía no tuvieron respuesta oficial. En ese parque los manteros también han sufrido desalojos.

“Nos dijeron que no puede haber intercambio de plata. La denuncia la hicieron por los que vendían alimentos, pero tenían orden de levantar a cualquiera que venda cualquier tipo de mercadería. Muy ridículos, pero bueno, era porque llevábamos las mantas y entregábamos, nada más, sin exponer mercadería, y ellos vigilaban que no recibamos plata, ni tengamos nada con precio, ni nada en las mantas”. Las emprendedoras, que sólo pueden estar ahí como punto de entrega, afirman que la vigilancia constante es un método invasivo. Al preguntarles si eran agentes de la Policía de la Ciudad, indicaron que eran miembros de la Agencia Gubernamental de Control, supuestas autoridades de la Comuna 13 que vestían chalecos verdes y tenían permiso para levantar mercadería.

Según algunas emprendedoras, la mecánica de los desalojos se repite en localidades del conurbano, como San Miguel, en espacios donde antes podían instalarse a vender. “A varias en distintos puntos les pasó lo mismo, que fueron a echarlas. Será una cuestión nueva, que ahora no se pueden hacer más ferias sin registrarse oficialmente”, comenta una de ellas.

Cabe subrayar que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llevó a cabo el operativo de desalojo en el Parque Centenario justo un día antes del Día de las Infancias, fecha en la que muchas familias buscan un regalo para los más pequeños. Así, los comerciantes informales se vieron perjudicados y no pudieron colocarse en el espacio público. Con la justificación de no cumplir con las obligaciones fiscales que sí tienen los locales y los “fuertes reclamos de los vecinos que no pueden circular”–en palabras de Jorge Macri–, la policía e inspectores vaciaron el lugar. Como si esto fuera poco, los feriantes que poseen puestos formales,tal es el caso de los de libros usados, también se vieron perjudicados, ya que, por pedido expreso del Gobierno, no pudieron abrir ese fin de semana para “no atraer de nuevo a los manteros”.

Abrazo por la memoria y contra los despidos

Abrazo por la memoria y contra los despidos

Los trabajadores del exCentro de Detención Clandestino Club Atlético organizaron un abrazo al sitio de la memoria contra los despidos y el desguace de las estructuras del centro iniciado desde hace días por el gobierno negacionista de Javier Milei.

El horror tiene la mala costumbre de reptar el cuerpo, como una serpiente que asfixia a su presa y la toma por completo. Pararse en un sitio de memoria implica dejar que ese horror histórico suba desde la planta de los pies, que de a poco empiece a ocupar espacio. Primero cosquilleando entre los pelos de las piernas y los brazos, subiendo pausadamente para asentarse en el estómago, para hacerlo pesar y retorcerse. Después, toma la garganta para enredarse en ella y desde allí encuentra la forma de subir hasta los ojos, ojos que se humedecen por demás. Los oídos no son inmunes,
-Y me dijeron, que te diviertas con los gusanos.
Las palabras llegan susurradas a través de un tubo. Son parte de un poema escrito por Dardo S. Dorranzoro, y una susurradora, entre muchas otras, se encarga de hacerlas llegar a los presentes en el abrazo solidario al sitio de memoria y exCentro de Detención Clandestino Club Atlético.
El sol del mediodía se alza alto sobre la autopista pero no consigue inmiscuirse en la escena. La sombra le gana terreno. Desde lo alto, los motores y las bocinas ahogan las voces de los pocos ansiosos que llegaron a horario. Son pequeñas figuras debajo de un gigante de cemento que está haciendo todo lo posible por ocultarlos. Entre el barullo, el recorte generado por las susurradoras se vuelve solemne, la voz toma forma y se independiza, se abre y cede potestad para dejar que la tome alguien más. Alguien a quien hayan desaparecido junto con su voz.

Hay algo imponente en la estructura, en sus columnas anchas de cemento gris, en lo lúgubre del espacio que los banderines colgados no logran alegrar. Huele a tierra y humo de caño de escape, de nuevo los gusanos. Que la autopista circule sobre un ex centro clandestino no es casualidad, como tampoco lo es que haya llevado años de lucha, burocracia y reuniones de ingenieros y arquitectos encontrar la forma de quitar el talud de tierra que mantenía ocultas las celdas en las que estuvieron secuestradas 1500 personas. Hoy la continuidad de las excavaciones peligra.

-En 2023 avanzamos la excavación y vinieron sobrevivientes a reconocer las celdas. La semana pasada se llevaron el trailer que usábamos de oficina, la anterior se llevaron los baños químicos. El desarme es doloroso, no hay baños, hay despidos y hay trabajadores cansados – dice Vanina, trabajadora del Área de Arqueología y Conservación del Espacio para la Memoria y Promoción de los Derechos Humanos del ExCCDYE Club Atlético, mientras imprime el dibujo de un pañuelo con un stencil de goma. Los entrega en retazos de lienzo.

-Esto termina en el bolsillo de un delantal, colgado de un balcón, en un patio, en un aula. El otro día fui a otro sitio de memoria y había uno ahí. Se ve que alguien me lo había pedido y lo dejó allá, porque comunica y crea un lazo.

Cuesta escucharla porque al sonido de los autos se le suma el de las voces de los asistentes, que ahora son más, y la de Marcela Bublik que está empezando a entonar sus primeras notas.
La gente hace malabares para sostener en las manos un vaso de gaseosa, un chori, el celu y los papeles que van recolectando a lo largo del abrazo. Alguno que otro logra encontrar el equilibrio justo para poder fumar.
Bublik canta y la gente se le suma. Para cuando llega al coro de “Y qué más” la canción se transforma en protesta y muta, la hacen propia.
“Y qué más/ qué más quisiera /que no haya más despidos / y los compas estén de vuelta”.
Las sillas se fueron ocupando de a poco y la suave caída de la tarde hace que los abrigos se vuelvan un problema porque ahora sí pega el sol. Los más chicos corren por el lugar y gritan. Tienen los dedos manchados de tempera. Se ríen y el sonido rebota en el espacio. Se mezcla con la chacarera que comienzan a tocar artistas chilenos que también buscan personas. Al “Cholo” se lo llevó la dictadura de Pinochet, y ahora sus familiares transforman su recuerdo en canción, una a la que los presentes se suman, porque también quieren recordar. Y es un grito y los autos ya no se escuchan, y el sol que se cuela entre los puentes por fin empujó la sombra, no están enterrados, ni tapados, ni escondidos.
Para las seis de la tarde el lugar vibra y varios suertudos sonríen con sus premios de la rifa bajo el brazo. Es entonces cuando los asistentes cruzan Paseo Colón para ir al sitio de la excavación, donde se encuentra una silueta en honor a los desaparecidos y un mural con la cara de todos ellos, quienes fueron secuestrados y desaparecidos en el ex “Club Atlético”. Las celdas donde los encerraron y torturaron están a metros nada más, los ladrillos cómplices se asoman y el horror atenta con reaparecer, el pecho se tensa.

Elia Espen, Madre de la Plaza de Mayo, Línea Fundadora, recibió toda la tarde las miradas de quienes creen tener frente a sí a un prócer. Pero un prócer no es de carne, no tiene las manos arrugadas ni las venas calcadas a través de su piel traslúcida, el prócer se vuelve inalcanzable. Elia camina pausadamente entre la gente, sobre los restos del lugar donde sufrió su hijo. Se acerca hacía el mural con las fotografías acompañada por dos amigas.
-Mirá, acá está.
Le señalan la foto de Hugo, su hijo, desaparecido. En una inscripción en el lugar se lee 18/02/77. Instintivamente se lleva las manos al pañuelo que lleva en la cabeza, donde la misma fotografía está impresa. Limpia con los dedos la foto del mural, como una caricia, una de todas aquellas que les fueron arrebatadas a ambos. Se lleva la mano a la boca y se la besa, para luego posar aquel beso sobre la cara de Hugo. Luego ella se va, pero son muchos, muchísimos, los otros que se acercan a buscar a sus familiares y amigos en el lugar. El coro invitado comienza a cantar y los familiares prenden las antorchas de la silueta. Para no ser invisibles nunca más, resistir, luchar, cantar.

(…) Que te diviertas con los gusanos
pero olvidaron
de borrar las huellas
que mis pasos marcaron
entre tantas calles y caminos del mundo.
Dardo S. Dorranzoro.

Exigen soluciones urgentes al Gobierno porteño

Exigen soluciones urgentes al Gobierno porteño

Organizaciones políticas y sociales entregaron un petitorio al Jefe de Gobierno Porteño, en el que se reclama intervención en políticas públicas desfinanciadas en la ciudad con más presupuesto del país.

Organizaciones políticas, sindicales, asociaciones civiles, centros de jubilados y de estudiantes entregaron el viernes último un petitorio al Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que reúne focos de conflicto de diferentes sectores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, CABA. El objetivo fue visibilizar los distintos reclamos en la jefatura de gobierno, ubicada en Uspallata al 3150. La convocatoria también llevó a cabo una radio abierta y una merienda popular.

El petitorio aborda ejes como la educación, la salud, el acceso a la vivienda, el transporte, los derechos humanos, el trabajo estatal, la economía social, la seguridad, los merenderos y comedores comunitarios, las personas mayores, la cultura, los clubes deportivos y la situación de calle. Diferentes referentes de cada una de estas problemáticas compartieron sus reclamos en el escenario armado en la vereda de la sede porteña.

“Venimos de muchos años de una gestión a cargo de Soledad Acuña que se empecinó en vaciar la educación pública y no solo eso, si no también en hostigar a las comunidades”, declaró Lucía Cancela, subsecretaria de “Docentes nóveles” y “Estudiantes de la Unión de Trabajadores de la Educación de CTERA”, en diálogo con ANCCOM. “Si bien ahora hubo un cambio de gestión en el Ministerio, es importante organizarnos porque el Estado de la situación de la educación después de muchos años de desfinanciamiento y de vaciamiento es muy grave y tenemos que discutir la educación que nuestros pibes necesitan y en qué condiciones se puede desarrollar eso”.

El informe “Financiamiento educativo provincial”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, demuestra que CABA fue la jurisdicción del país en la que más cayó el presupuesto para Educación entre 2004 y 2021. Este año se ha destinado un 20% al área. Lucía agrega que se necesita que “el presupuesto educativo aumente notablemente y que eso tenga un correlato en los programas que hacen al ingreso y a la permanencia de los pibes en el sistema”.

El petitorio de cinco páginas pone de manifiesto que en CABA se concentra el mayor presupuesto por habitante en términos comparativos con el resto de las jurisdicciones argentinas. “Si a esto le sumamos la presencia de recursos del Estado Nacional y la menor superficie a abordar en relación con las provincias del país, las condiciones de vida de una gran parte de quienes habitan esta ciudad solo se explican por la falta de respuestas concretas a los conflictos”, dice el petitorio.

El documento también trata sobre la falta de las políticas de ayuda económica a los clubes de barrio frente a los tarifazos en los servicios y reclama por un aumento en la infraestructura deportiva por ser de vital importancia para la contención social y el desarrollo de la comunidad. “Tenemos muchos becados porque los padres no pueden pagar la cuota del club, no queremos que los pibes dejen de practicar un deporte por la crisis”, alertó Ana Rodríguez, presidenta del club Malvinas Argentinas y miembro de “Defendamos los clubes”, en diálogo con ANCCOM. “Acá hay un consejo asesor del deporte en la ciudad que da un subsidio a un monto de 2 millones anuales como máximo. Con esa plata para un club para todo el año no podes hacer nada. Entra menos dinero de las cuotas, menos dinero de los Deportes, sube el precio de los servicios y es insostenible”.

En el petitorio también se reclama por el cumplimiento de la Ley 3706 de “Protección y Garantía Integral de los Derechos de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo de Situación de Calle”, de 2013. En esta se manifiesta la necesidad de la formulación e implementación de políticas públicas en materia de salud, educación, vivienda, trabajo para los ciudadanos que viven por debajo de la línea de la pobreza.

“Hubo más de 10 personas que fallecieron por el frío en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires este año. La respuesta del Gobierno de la Ciudad fue represiva con operativos desde el BAP que es el organismo que se encarga, en teoría, de asistir a la gente que está en situaciones habitacionales complicadas. Iban y les sacaban las cosas como los colchones o la ropa”, describió Lucía Hamilton, secretaria adjunta de la Juventud Peronista de CABA.

El acto cerró con una merienda popular para los vecinos del barrio, a la que se acercaron varias personas en situación de calle para pedir comida. “La ciudad es autónoma como lo marca su constitución, por ende tiene la facultades para dar respuesta a cada uno de estos reclamos”, sentenció Juan Cruz Ayala, secretario de deporte, cultura y medioambiente de la juventud peronista. Y agregó que “hay un montón de vacíos de los que la ciudad tiene que hacerse cargo porque ya pasó el tiempo suficiente en estos siete meses como para que se acomoden en la gestión y encuentren la botonera para dar respuestas”.

El petitorio fue firmado por Juventud Peronista CABA – La Cámpora – Grupo Bicentenario- Peronismo por la Ciudad Simón Bolívar – Peronismo Militante – Unidos y Organizados – El Hormiguero – Soberana – Partido Comunista- Federación Juvenil Comunista CABA – Partido Comunista Congreso – Extraordinario – Nuevo Encuentro – Militancia Popular – Puebla – Juventudes del Instituto Patria – Kolina – Flores Solidario – Juventud Comunista Revolucionaria – Frente Papa Francisco – Frente Social Peronista – Proyecto 7 – Cuidadores de la Casa Común – Juventud Sindical de la CGT – Juventud de la CTA de los Trabajadores – Juventud de la CTA Autónoma – Asociación de Trabajadores del Estado – Sindicato de Prensa de Buenos Aires – Club Social y Deportivo Rodrigo Bueno – Defendamos Los Clubes – Asamblea Permanente por los Derechos Humanos – Vecinos Unidos de la Ex AU3 – Organizaciones Populares – Hábitat Autogestivo Urbano – Ley 341 – Coordinadora de Estudiantes de Base – Red Nacional de Centros de Estudiantes – Frente de Adultos Mayores – Juventud de la Confederación General Empresaria – Resistentes – HIJOS CABA.