Perpetua para los tres policías que mataron a Lucas González

Perpetua para los tres policías que mataron a Lucas González

El fallo incluyó entre los agravantes el odio racial, el crimen por placer y el abuso del cargo como miembros de las fuerza de seguridad. Además, seis oficiales recibieron condenas de cuatro a ocho años de prisión, mientras que cinco fueron absueltos. «Nunca más alguien va a ser muerto por vivir en un barrio carenciado», aseguró el abogado Gregorio Dalbón.

El martes 11 de julio comenzó cómo un día frío y triste. La baja temperatura y lloviznas no acompañaban los planes de aquellas personas que se encontraban a las afueras de los tribunales de Comodoro Py para reclamar justicia por Lucas Gonzalez, el joven de 17 años asesinado por oficiales de la Policía de la Ciudad. Abrigados para la ocasión y con el corazón puesto en la causa, familiares, amigos y allegados a la causa se acercaron con banderas, instrumentos musicales, fotos y remeras con frases y fotos de Lucas al Tribunal Federal de la Nación.

Eran las 10 de la mañana y donde sólo habitaba un silencio tenso irrumpió un colectivo lleno de personas. Camisetas de Barracas Central –el club donde Lucas jugaba- y Defensa y Justicia tomaron el espacio con cantos tribuneros. Frases como “Luquitas está presente” y “Lucas no se murió, Lucas vive en Varela” empezaron a sonar y rara vez se detuvieron a lo largo del día. Media hora después de la llegada de los manifestantes a Comodoro Py, los padres de Lucas, Héctor “Peca” González y Cintia Janina López, ingresaron al tribunal sin detenerse ante la multitud. Las rejas que separan al recinto del Poder Judicial de la población se llenaron de carteles con mensajes antirracismo, denuncias de gatillo fácil y contra la violencia institucional, todos nucleados por una consigna más que clara: Justicia para Lucas.

“Que sea el último” reclamaban algunos amigos de Lucas. “Que se haga lo que se tenga que hacer y que sea justo para todos los chicos”, contestaban refiriéndose al caso de su amigo y al de otros jóvenes víctimas de la violencia institucional que se podían ver en algunas banderas. “Hoy la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene mucho que desear en cuanto a las prácticas de las fuerzas. La verdad que tenemos muchas denuncias”, comentaba Horacio Pietragalla al respecto mientras, a sus espaldas, se escuchaban rebufos de enojo contra cualquier declaración no condenatoria contra la policía. El dolor de cada persona que se encontraba en la manifestación se expresaba de manera distinta: algunos lloraban, otros cantaban y algunos sólo acompañaban.

“Mi presencia acá es para darle apoyo a la familia incondicionalmente, más allá si me quiera acá o no. Soy madre y lo entiendo”, le comentó a ANCCOM Dolly Demonty, mamá de Ezequiel Demonty, chico asesinado por la policía en el 2002. “Cómo madres sufrimos… Vos vivís con esto. Cada pibe que van matando es volver al principio y te duele. Te duele pensar en las familias que va destrozando. Yo hablo de perpetua, pero los que estamos condenados a perpetua somos nosotros, los familiares, los que quedamos,” concluye Dolly.

Incapaz de escuchar las defensas de los policías acusados, a las afueras del tribunal junto con la gente que los acompañaba, se encontraba Graciela Coba, abuela de Lucas. “Estuve un ratito y tuve que salir, pero si, hay muchos que se van a defender, obvio, es lo normal. Nosotros lo que queremos es que paguen, porque la verdad que sufrieron demasiado los dos (padres), sus hermanos también. Su hermano más chiquito todos los días llora, todos lloramos” comentó una de las principales testigos del dolor de la familia González. “Me siento acompañada por la gente, se portaron muy bien los chicos de Barracas, de Defensa, gente de todos lados, amigos, mis parientes, todos”, agradece Graciela.

Luego del receso que se prolongó desde las 11:30 hasta las 13 el ambiente expectante se sumió en la tensión esperando la sentencia de los jueces. Hasta ese momento todo lo que la sesión le dio a quienes se encontraban fuera del recinto fueron disculpas tardías y no tan bien recibidas. Cuando se empezaron a leer las condenas eso cambió.

Los policías de la Ciudad Gabriel Alejandro Issasi, Fabián Andrés López, Juan José Nieva recibieron perpetuas por ser coautores de los delitos de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”. Lágrimas surgieron de sus rostros de preocupación. Las condenas de 4 a 8 años de prisión a Roberto Inca, Hector Cuevas, Juan Horacio Romero, Fabián Du Santos, Rodolfo Ozán, Sebastián Baidon por encubrimiento permitieron una expresión de cierto alivio en los rostros de esos condenados. Otros cinco policías resultaron absueltos.

Una vez finalizada la lectura los presentes, abrazados, lloraban.

“Yo intenté pelear por Lucas el día a día, salir adelante y eso es lo que hicimos, con respeto, con mucho respeto y por derecha, como siempre, con la verdad. Acá tenemos la justicia que merecemos y Lucas está descansando en paz”, concluyó Hector Gonzales y le cedió la palabra, junto con un agradecimiento, a Gregorio Dalbón, el abogado del caso. “¡Nunca más! Tu hijo va a ayudar a que nunca más se mire a alguien por el color de la piel. Nunca más por el color de la piel, por el odio racial, por salir de un barrio carenciado. Eso es lo que conseguiste a través de la muerte de tu hijo, lamentablemente. Pero quiero que sepas que nunca más van a mirar ni matar a nadie por el color de la piel, porque ya saben lo que les espera: se van a morir adentro de la cárcel”, exclamó eufórico Dalbón quien caracterizó a este juicio como “el fallo más importante del Estado que mata a través de las pistolas del Estado después de las juntas militares”. “Acá somos hijos de latinos, hijos de inmigrantes, acá hay pueblos originarios, somos criollos, somos una mezcla de todo y somos iguales ante la ley no solamente en un juicio, sino en la vida”, cerró Dalbón su discurso.

“A pesar de mi pancita, vuelvo con un par de kilos menos, sin la mochila pesada que trajimos hasta el día de hoy”, comentó a la prensa “Peca” González, papá de Lucas.

Memoria infinita

Memoria infinita

Con un enfoque íntimo y personal, Leo Vaca retrató a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en sus casas para componer Un abrazo infinito, la muestra fotográfica que se inauguró en el Centro Cultural Haroldo Conti.

“¿Pueden los objetos capturar algo de lo que puede un cuerpo? ¿Pueden ser acunados? ¿Pueden acunar a su vez a las mismas manos que tantas veces los han acariciado, interrogado? ¿Cómo se teje la trama de la existencia en torno a un cuerpo ausente?” Estas preguntas pueden leerse en el texto de presentación que la periodista Marta Dillon escribió para Un abrazo infinito, la muestra fotográfica de Leo Vaca, que retrató a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en sus casas, así como objetos preciados que remiten a la memoria.

La muestra, iniciativa de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, está compuesta por unas 120 fotografías y se inauguró el 6 de julio en el Centro Cultural Haroldo Conti. Leo Vaca es fotógrafo, editor y colaborador de revistas nacionales e internacionales como Anfibia, Rolling Stone y Brando. En 2018 ganó el Premio Gabo en la categoría Imagen por el trabajo “Memoria, verdad y justicia para las pibas”, una cobertura del Ni una menos.

El secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, y las madres de Plaza de Mayo Taty Almeida, Clara Weinstein y Bella Friszman presenciaron la inauguración de la muestra.

En diálogo con ANCCOM, el fotógrafo contó el proceso de creación de la muestra: “El inicio del proyecto fue en el contexto de la pandemia y la única forma de retratar a las Madres y a las Abuelas era en sus casas. Encontré en ese esquema de trabajo un hallazgo, porque nos permitió verlas en otro contexto, en un perfil mucho más íntimo, en su cotidianidad. Esos espacios también reflejan sus historias de lucha: esos livings, esas habitaciones están abarrotados de objetos y de memoria”.

 Unas manos que sostienen un portaretrato con una fotografía en blanco y negro, un paquete de cigarrillos, un poema escrito en un cuaderno escolar, un vestido, un álbum con recuerdos. “Los objetos tienen mucho para decir. Son objetos con vida, muy presentes y muy latentes. Resguardados por ellas, adquieren un sentido muy diferente al que podría tener el objeto por sí mismo”, reflexionó Leo Vaca sobre el protagonismo que adquieren las cosas en Un abrazo infinito.  

. “Los objetos tienen mucho para decir. Son objetos con vida, muy presentes y muy latentes. Resguardados por ellas, adquieren un sentido muy diferente al que podría tener el objeto por sí mismo”, reflexionó Leo Vaca.

 

El evento contó con la presencia de las Madres Taty Almeida, Clara Weinstein y Bella Friszman y del secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla Corti. Un grupo de la Escuela Popular de Música Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora 

interpretó temas como “Zamba para olvidar” y “Déjame que me vaya”.

“Pensamos constantemente cómo explicarles a las generaciones jóvenes lo que significó esa dictadura y cuanto aún perdura del daño que generó- reflexionó Pietragalla Corti- Quiero agradecer al fotógrafo Leo Vaca porque esta muestra contribuye a eso”.

“La memoria nunca va a desaparecer a pesar de que muchos la quieren borrar. No lo van a lograr mientras existan jóvenes como ustedes que tomen la posta de nuestra lucha”, dijo ante el público Taty Almeida.

 

 

La muestra puede visitarse de martes a jueves de 13 a 19 y viernes, sábados y domingos de 13 a 21. Centro Cultural Haroldo Conti, Avenida del Libertador 8151, CABA. Entrada gratuita.

La otra alfombra roja

La otra alfombra roja

En la conmemoración del 47 aniversario de la Masacre de San Patricio se exhibió la alfombra que formó parte del escenario en donde cinco curas palotinos fueron asesinados por la dictadura cívico militar. El riesgo de que la biología deje el delito impune.

¿Cómo termina una alfombra roja colgada en una pared? Es 4 de julio y en la parroquia de San Patricio, ubicada en el barrio porteño de Belgrano, cuatro personas llevan, después de una misa, una alfombra roja desde el altar hacia un oratorio lateral. Ese paño formó parte de la escena de una masacre, 47 años atrás. Lo que después se llamó la masacre de San Patricio, el atentado más sangriento que sufrió la iglesia católica en Argentina en manos del terrorismo de Estado.

Los cuerpos sin vida de cinco religiosos de la orden palotina fueron encontrados ese dia junto a dos mensajes pintados en las paredes: “Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes y son MSTM” y “Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Viva la Patria”.

“Estos zurdos” eran Alfredo Leaden, Pedro Dufau, Alfredo Kelly, Salvador Barbeito y Emilio Barletti y fueron asesinados en la casa parroquial de San Patricio durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica en la madrugada del 4 de julio de 1976. Para perpetrar el crimen se utilizaron cuatro pistolas semiautomáticas estilo “Browning” (9 mm) y otra tipo ametralladora de dos cargadores según la pericia realizada por la Prefectura en 1977.

Desde la primera denuncia hasta hoy pasaron: el pedido de clausura de la causa entre mayo y julio de 1977 por el fiscal Strassera, el posterior sobreseimiento, la vuelta a la democracia y la reapertura de la causa en 1984 por el juez Néstor Blondi a pedido del Padre Cornelio Ryan, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, la conexión con la megacausa Esma, los jueces Sebastián Casanello y Daniel Rafecas, entre otros. Hoy, el colectivo Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia junto a muchos integrantes de la comunidad temen porque la indefinición de la causa derive en la impunidad biológica de los responsables.

“Nosotros seguimos sin bajar los brazos. El panorama es desalentador. Si la causa no avanza vamos hacia la impunidad biológica. Con suerte lo único que nos va a quedar es un juicio por la Verdad.” dice Ramiro Varela, referente del colectivo Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Las hipótesis sobre los autores materiales que barajaron antes y ahora quienes luchan por la memoria, la verdad y la justicia, tienen que ver con el origen del grupo de tareas que ejecutó la masacre: si el origen fue la ESMA, un grupo proveniente de la Superintendencia de Seguridad Federal o una mezcla de ambos. En ese sentido, algunos hechos de violencia como la masacre de Fátima o fusilamiento de un militante en pleno Obelisco esa misma madrugada en presunta represalia por la bomba puesta en un comedor de la sede policial en Moreno 1431, bomba a la que hace referencia una de las pintadas encontradas en la escena de la masacre, hacen pensar que el grupo de tareas tiene que ver con la Superintendencia de Seguridad Federal. Testimonios de sobrevivientes de la ESMA y la cercanía territorial hacen que no se descarte la participación de un grupo de tareas proveniente de ese centro clandestino de detención, tortura y exterminio.

El diputado nacional Daniel Arroyo, presente en la ceremonia junto a organismos de Derechos Humanos, autoridades del Ministerio del Interior y el propio Ministerio de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, habló con ANCCOM y dijo que “hace 40 años recuperamos la democracia y ese es un valor que, de acá en adelante, tiene que perdurar siempre. Se pueden discutir muchas cosas en Argentina, si les gusta el gobierno o no, si está bien o mal, no se puede discutir la democracia. La democracia significa que nadie se puede meter en tu casa, nadie te puede hacer desaparecer.”

 En la misa por los 47 años de la masacre hay militantes y religiosos: en el gesto siguiente al terminar el sermón del Obispo Monseñor Enrique Eguía Seguí, los militantes aplauden y los religiosos reflexionan. La conjunción de dos universos simbólicos tan potentes como la política y la religión se condensa en esa disputa de sentido entre quienes llamaron marcha y quienes llamaron procesión al trayecto realizado desde la Ex Ema y hasta la parroquia San Patricio en ocasión de los 40 años de la masacre. 

“Es imposible no politizar un crimen de Estado, está totalmente atravesado por la política.” subraya Ramiro Varela. El hecho político de la jornada es la alfombra puesta de pie. Una alfombra con agujeros de pistolas 9mm que le da fondo a los retratos de los cinco religiosos asesinados, le da contexto a las caras. Con la deuda pendiente. Porque a pesar de la repetición, la frase no pierde vigencia: Memoria, Verdad y Justicia.

 

 

 

 

Allanan la casa de Milagro Sala

Allanan la casa de Milagro Sala

En medio de las protestas y la represión, la policía jujeña ingresó al domicilio de la dirigente de la Tupac Amaru por orden de un fiscal que quiere acusarla de promover los conflictos que se generaron por la reforma constitucional que impuso el gobernador Gerardo Morales.

Así como en Jujuy continúan las movilizaciones encabezadas por docentes y pueblos originarios; el gobierno de Gerardo Morales persiste con el laboratorio represivo. Esta vez, la policía provincial allanó la casa de Milagro Sala, con la necesidad de encontrar cualquier tipo de prueba que le permita al relato oficialista de inculpar a la líder de la Tupac Amaru de la conflictividad que se está viviendo en la provincia.

“Desde el 20 de junio a la fecha, Milagro ha estado recibiendo ataques indiscriminados por parte del gobierno jujeño. Cuando ella tiene policía en la puerta, cuando está monitoreada por la tobillera, cuando nunca violó las normas que se la han impuesto por su calidad de detenida. Algo absurdo, porque ellos son los responsables de su seguridad”, comentó a ANCCOM Alejandra Cejas, abogada de Milagro Sala.

El allanamiento de este jueves por la mañana duró más de seis horas. Los policías a cargo de la operación secuestraron dinero en efectivo, documentos y dispositivos electrónicos. Con el objetivo de encontrar algún tipo de prueba que vincule a Sala con la acusación impuesta por el fiscal Diego Funes de “haber organizado y/o financiado” o “instigado” la movilización contra la reforma constitucional.

El lunes 26 de junio con la aparición de medidas no judiciales y con la falsificación de resoluciones, trataron de trasladar a la dirigente a una supuesta junta médica, cuando este tipo de revisiones se realizan siempre fijando fecha por parte del juez y con la antelación suficiente para que puedan participar peritos de ambas partes. “La evolución de la salud de Milagro no es de la mejor, lamentablemente. El tratamiento que lleva adelante con la Fundación Favaloro está informado judicialmente; y la junta médica está a la espera de lo que diga la fundación”, aclaró Cejas. “Que se disponga de su persona y de su libertad sin autorización judicial llama la atención. Es por esto que el martes 27 se presentó un hábeas corpus para que no sea trasladada”, manifestó la abogada.

El procedimiento del jueves fue bestial, rompieron paredes que sonaban huecas, no dejaban entrar a los abogados, desarmaron la estufa de la habitación donde el esposo de Milagro, Raúl Noro, se encuentra conectado a un tubo de oxígeno, transitando días delicados para su salud con una enfermedad terminal.

“Yo estaba muy tranquila porque no tengo nada, no soy como ellos. Y no encontraron nada”, comentó Sala a medios nacionales luego del allanamiento. La dirigente social lleva más de siete años detenida por participar de un acampe frente a la casa de gobierno de Jujuy. La prisión preventiva y la sucesión de acusaciones en su contra buscaron disciplinar a ella y a las organizaciones sociales de la provincia.

Esta situación llegó a su clímax con la sanción de la reforma constitucional que criminaliza al extremo la protesta social y afecta a las comunidades originarias y sus tierras. La situación derivó en una salvaje represión y persecución hacia quienes están en contra del nuevo texto. Hay casos de extrema gravedad, como allanamientos sin orden judicial a docentes y a personas discapacitadas. La policía se ampara bajo el concepto jurídico de la flagrancia utilizándolo arbitrariamente, les permite este accionar tan violento con metodologías de las épocas más oscuras que atravesó el país.

El gobierno provincial utiliza como excusa para su feroz represión y accionar la creación del enemigo externo e interno, acusando al gobierno nacional de mandar violentos y vincula a Milagro Sala con la quema de la Legislatura el pasado 20 de junio, cuando se estaba jurando la nueva carta magna. Morales había dicho que iba a presentar las pruebas de estas acusaciones en 24 o 48 horas. Luego de más de 10 días no hay ninguna prueba que vincule a gente de la Tupac Amaru, ni del gobierno nacional, con toda la violencia que está sufriendo el pueblo jujeño.

El juez Rodolfo Fernández es quien hizo lugar al pedido de allanamiento de la casa de Milagro. Se ampara en la declaración de una persona de identidad reservada, que manifestó haber recibido 300 mil pesos en efectivo por parte de Milagro Sala, para confeccionar cien banderas para la Tupac Amaru para utilizarlas el 20 de junio.

Se espera que este viernes, el ministro de Justicia, Martín Soria, presente ante la Corte Suprema de Justicia una acción declarativa de inconstitucionalidad de la reforma de la Constitución de Jujuy. De esta manera, el gobierno se hace eco de las denuncias por partes de organismos de derechos humanos locales e internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos, también Amnistía Internacional y Human Rights Watch que sostuvo que “la reforma constitucional incluye limitaciones excesivas a la protesta que contradice estándares internacionales de DD HH”.

Se fueron las cámaras de Jujuy pero siguen la represión y las protestas

Se fueron las cámaras de Jujuy pero siguen la represión y las protestas

Un grupo sin uniforme de la Brigada de Investigaciones ingresó a la casa de los hermanos Domínguez, los jóvenes con discapacidad que habían sido golpeados y detenidos el día 20, se llevaron pertenencias y secuestraron a uno de ellos. También entraron al domicilio y agredieron físicamente a la actriz, bailarina y docente Camila Müller. Un grupo de las comunidades indígenas se reunió con Alberto Fernández. Continúan los cortes en la Ruta 9.

Integrantes de la asamblea de pueblos originarios representada por el Tercer Malón de la Paz se reunieron ayer a la mañana con el Presidente en la Quinta de Olivos por la fuerte represión policial que sigue buscando suprimir una intensa protesta desatada por varios sectores del pueblo jujeño contra la reforma de la Constitución que impuso el gobernador Gerardo Morales. Fernández escuchó las consecuencias perjudiciales para ellos que implica la modificación del texto constitucional, así como también denunciaron los actos de violencia policial ejercida contra manifestantes, por medio de persecuciones e imputaciones penales.

Ante el pedido de intervención en la provincia, el Presidente se limitó a decir que no podía obrar de esa forma, que se debe realizar por medio de la ley. Sin embargo, abrió camino a la posibilidad de visitar Jujuy, en el entendimiento de que la nueva Constitución quita derechos y no los garantiza. El referente de la comunidad de Ocumazo, Raúl Choquevilca, argumentó que la reforma tiene como objetivo la extinción de los pueblos originarios: “Vemos que hay quita de derechos y eso no lo vamos a aceptar. En el caso de las comunidades, estaríamos entregando nuestros territorios. Eso va a significar que las comunidades dejarán de existir. Nuestro objetivo es pelear por los lugares donde estamos asentados milenariamente”. 

Horas más tarde, la Secretaría de Derechos Humanos reclamó ante la justicia que se abra una investigación para determinar responsabilidades de los funcionarios involucrados en la violencia policial. El texto de la denuncia penal habla de “delitos que dan cuenta de una actuación organizada de manera ilícita desde las más altas cúpulas del Gobierno de la Provincia”.

En San Salvador y las principales ciudades, la mayoría de los docentes, estatales y municipales continúan en huelga, con marchas de antorchas por las noches, y al mismo tiempo la resistencia se expresaba en los cortes de rutas. Desde el miércoles, la policía jujeña no aflojaba con la represión a los manifestantes en Perico. Tanto Infantería como Caballería formaron una valla de uniformes para impedir el paso a docentes, campesinos, trabajadores y gauchos y evitar el corte de la Ruta Nacional 66. Sin embargo, agricultores, productores, docentes, vecinos, indígenas, alumnos, niños y niñas decidieron quedarse y retomar el corte por la tarde. La modalidad acordada con la Gendarmería nacional fue un corte de índole parcial, permitiendo el paso de vehículos cada 30 minutos.

Ayer, mientras la delegación de la Misión de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos realizaba sus tareas de relevamiento de testimonios en el corte de El Pombo, en Perico, la policía provincial se presentó con una orden de desalojo. Gonzalo Armua, integrante de la delegación, explicó que las comunidades abrieron el paso pacíficamente pero igualmente fueron agredidas. Un rato antes, una manifestante dijo que “hoy el pueblo se dio cuenta, feriantes, comerciantes y vecinos de la ciudad, los presidentes de los barrios se juntaron todos para poder derribar a la policía, es la valentía de decir, gobernador escuchanos”.

Los cortes se siguen replicando en casi todas las rutas de la provincia. Sobre la 9 se mantienen activas manifestaciones en Purmamarca, Tilcara, en Uquía, en Huazadurazno, en el acceso a Iturbe, y en Abra Pampa y La Quiaca. La Ruta Nacional 52 -que conduce a Chile y es la vía por la que sale el litio, está cortada en al menos tres puntos: en su intersección con la Ruta 9, en Purmamarca, más arriba en Susques, y en Cauchari. Y en la 40 se mantiene el corte en Coranzuli, donde el tránsito se libera cada seis horas.

En los cortes, la solidaridad entre las comunidades se agiganta. La revuelta jujeña no cede. Los trabajadores de la mina El Aguilar “bajaron” hasta Purmamarca para poner el cuerpo en la protesta, luego de completar su turno de diez horas. “Dicen que los mineros somos callados, pero cuando nos joden los reventamos”, cantaban.

Era la 1.30 cuando rompieron la puerta sin orden de allanamiento e hicieron que toda la familia se tirara al piso. Con armas largas apuntaron a un chico de 6 años y esposaron a los mayores. Gritaban preguntando «dónde están los dos, dónde están los dos»

Secuestros en la madrugada

Anoche en la capital se volvieron a prender todas las alertas de las agrupaciones humanitarias. Un grupo sin identificar ingresó a la casa de la familia Domínguez y se llevó a uno de los hermanos que habían estado detenidos la semana pasada, Marco Antonio, que tiene una discapacidad motriz en las piernas. Él y su hermano Raúl Adrián, un joven con trastorno del espectro autista, fueron parte de los casi 70 detenidos del 20. Era la 1.30 cuando rompieron la puerta sin orden de allanamiento e hicieron que toda la familia se tirara al piso. Con armas largas apuntaron a un chico de 6 años y esposaron a los mayores. Gritaban preguntando «dónde están los dos, dónde están los dos». Revolvieron la casa, tiraron todo, y como no encontraban nada se decían entre ellos «negativo, negativo». Se llevaron a Marco Domínguez, junto con la novia Belen Ontiveros, de 17 años. Además, les robaron dinero, dos motos, un auto y los celulares de todos.
Eran ocho hombres y tres mujeres. Ninguno se identificó, solamente uno de ellos mostró una imagen, en el celular, donde supuestamente decía que debían llevarlo por flagrancia. Otro tenía un chaleco que rezaba “Investigaciones”. Vestían canguros, gorras comunes y barbijos.
En la madrugada de ayer, también, fue agredida en su propio domicilio por grupos similares la actriz, bailarina y docente Camila Müller. La denuncia pública fue realizada por el Instituto Nacional del Teatro y por la Asociación Argentina de actores.

ANCCOM se comunicó con Fabiola Suárez, miembro del Comité Local contra la Tortura, quien confirmó el relato digno de cuatro décadas atrás. “Estamos con eso, pero tenemos dos casos más”, dijo casi sin aliento. Horas más tarde, tras la presentación de sendos habeas corpus aparecieron Domínguez y Ontiveros.

Por su parte, Mariana Katz, abogada del Servicio Paz y Justicia (Serpaj) e integrante de la Red Interuniversitaria de Derechos Humanos, dijo a esta agencia que ese episodio se suma a otros sucesos que contribuyen a crear un clima de dictadura. “Existe un alto nivel de presión en los ámbitos de trabajo. Los amenazan que si van a las marchas de los docentes o si apoyan a los indígenas, se quedan sin trabajo. Porque además esta nueva constitución suspende las plantas permanentes, es decir, el ingreso personal nuevo, todos están en condiciones de ‘suplentes’», expresó. Katz comenzó a intervenir desde el viernes 16 de junio, cuando “la gente de las comunidades nos empezó a avisar de la represión en Abra Pampa».

Además de brindar apoyo legal, el Serpaj ha emitido cartas públicas dirigidas a las autoridades y presentado otra ante la vicepresidenta de la Convención Constituyente, junto con otras organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, la respuesta fue desalentadora. «No tuvimos ningún tipo de receptividad. La respuesta fue la no respuesta o la represión», lamentó la abogada.

El objetivo era visibilizar los casos de violaciones de derechos humanos en la región, tanto de sindicatos como de personas pertenecientes a comunidades indígenas. Katz y su equipo enviaron cartas al Defensor del Pueblo de la Nación, en relación al Acuerdo de Escazú –el primer acuerdo regional ambiental de América Latina y el Caribe, único en el mundo en contener disposiciones específicas sobre personas defensoras de derechos humanos en asuntos ambientales– y la falta de consulta a los indígenas sobre los recursos naturales, según lo establecido en el Artículo 75, Inciso 17 de la Constitución.

Sin embargo, la situación fue empeorando rápidamente. El 20 de junio, Katz se encontraba en Jujuy para charlar con Alicia Chalave, abogada que respalda el reclamo de las Salinas Grandes contra la extracción de litio. Y mientras estaban en la manifestación en contra de la jura de la Constitución, la represión comenzó una vez más. Katz recuerda el peligroso momento en el que tuvo que ser resguardada por la propia gente de las comunidades para proteger su seguridad. «Yo estuve ahí, a mí me tuvieron que sacar por mi seguridad, porque corría riesgo de que me metan presa». Aún así, se puso a filmar. «Mucha gente, cuando los filmaba o les preguntaba por qué estaban acá me abrazaban y me decían ‘visibiliza lo que nos está pasando’, ‘vivimos en la dictadura’ y yo decía no, no puede ser. Pero cuando me pasó a mí dije sí, es así. Jujuy hoy es una dictadura».

El Proceso Constituyente en curso también ha generado preocupación. Katz explica: «Esta constitución tiene muchas falencias técnicas. Morales no podría haber sido nunca el presidente de la Convención Constituyente según la constitución anterior, pero presidió la convención. Esto ha llevado a abogados de diferentes organizaciones, incluyendo a la comunidad indígena, a considerar acciones de inconstitucionalidad».

Alejandrina Barry, legisladora porteña del FIT-U e integrante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh), estuvo en Jujuy para recopilar testimonios que arrojan luz sobre el agravamiento de las represiones sufridas por los manifestantes en comparación con años anteriores. Barry coincidió con Katz en que el régimen represivo impulsado por el gobernador Gerardo Morales «cada vez más está teniendo características de una dictadura, y lo digo con conocimiento de causa porque soy hija de desaparecidos”. Y agregó que sus compañeros del Frente fueron objeto de persecución, como la diputada Natalia Morales que fue detenida y arrastrada casi doscientos metros por acompañar a las mujeres de las comunidades. “Es una situación que se vive en todos los sectores que han intervenido en este proceso de ‘abajo la reforma’”. Por último, llamó a la movilización total en todo el país para que Jujuy pueda ganar su lucha contra la reforma y el gobernador Morales deje de perseguir y reprimir a su pueblo. “Solo un paro nacional en apoyo al pueblo jujeño puede parar esta masacre, y realmente lograr, como dicen ellos y ellas, ‘abajo la reforma y arriba los derechos’”.

Katz también convocó al compromiso colectivo de todo el país. «En todas las provincias se necesita que los porteños nos comprometamos, porque el agua que nosotros tomamos y que llega al Río de La Plata también baja de las montañas. La gente del, mal llamado, interior está protegiendo estos recursos para todos nosotros y necesitan que tomemos conciencia y nos comprometamos con ellos».

«Estábamos llevando frazadas y comida al corte de Purmamarca y se desató la represión, nos tiraron gases, balas de goma, no les importó que hubiera niños, ancianos. El gobierno de Jujuy es autoritario, es autocrático y nepotista», sostuvo Vanesa Vargas, del Tercer Malón por la Paz. Unas protagonistas, otras testigos privilegiadas, las mujeres consultadas por ANCCOM coinciden en la caracterización de la gestión del precandidato a vicepresidente, al lado del actual alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta.

Obreros por la identidad

Obreros por la identidad

Las Abuelas de Plaza de Mayo junto a la Intersindical de Derechos Humanos lanzaron la campaña Identidad en Lucha. El objetivo es fortalecer el mensaje y la búsqueda de nietos y nietas apropiados en la última dictadura cívico militar.

Identidad en Lucha es una campaña que tiene sus antecedentes en Rosario. Consiste en un conjunto de actividades de difusión y comunicación estratégica enfocadas en fortalecer el trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo para la búsqueda de nietos y nietas desaparecidos por la última dictadura militar. La organización es en conjunto con más de cincuenta sindicatos y gremios de toda la Argentina.

Durante el acto de lanzamiento, este martes en la Casa por la Identidad de Abuelas en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex Esma) estuvieron presentes Miguel Santucho, quien busca a su hermano nacido en cautiverio, los nietos y nietas retituidos, Guillermo Roisinblit, Claudia Poblete y Sabrina Valenzuela Negro. A su vez, llegaron representantes de los sindicatos y gremios como Patricia Romero Díaz (SUTEBA), Florencia Méndez (APUBA), Carlos Monestes (UTE CTA) y Florencia Chiappetta (Foetra). Las abuelas Estela de Carlotto y Buscarita Roa estuvieron presentes a través de un video.

“Esta campaña tiene una particularidad que son los interlocutores específicos: los delegados y compañeros que han asumido un papel protagónico en la lucha de los trabajadores”, dice Sabrina Valenzuela Negro, quien impulsa la campaña desde Abuelas. Agrega que la intención es visibilizar cómo la lucha de la clase trabajadora por conquistar derechos se hermana con la lucha de Abuelas por reconstruir la identidad de “nuestro” pueblo. “Hasta que no aparezca el último nieto y nieta la identidad de todo nuestro pueblo está modificada”, subraya.

La clase trabajadora ha levantado históricamente las banderas de las luchas de Abuelas de Plaza de Mayo como sector de la sociedad fuertemente perseguido por la última dictadura cívico militar. “En las estadísticas del informe Nunca Más encontramos que el 30 por ciento de desaparecidos y desaparecidas está compuesto por la clase trabajadora organizada”, comenta Valenzuela Negro. 

«El objetivo es replicar esta campaña al interior de nuestros lugares de trabajo reivindicando la memoria e identidad como ejes en la construcción colectiva», destaca el secretario de derechos humanos de AGTSyP, Miguel «Pipí» González. El sindicato ya inició gestiones para que las pantallas de televisión de las estaciones de subte pasen el último spot televisivo de Abuelas.

La campaña tiene como objetivo continuar la lucha por una identidad argentina que se construya desde la soberanía, la inclusión y la justicia social. Las Abuelas -sostiene Valenzuela Negro- son parte del imaginario argentino y “nos han enseñado una manera de hacer con el otro de forma amorosa y sin bajar los brazos. Han logrado que todos nos sintamos partícipes e interpelados en y con esa lucha”, describe.

«Es llevar la memoria al presente», comenta el subsecretario de Relaciones Intersindicales de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE), Javier Juárez, destacando el vínculo «natural» entre los organismos de defensores de derechos humanos y obreros. «Creemos firmemente que, sin una patria mejor, una patria justa, libre y soberana, no hay memoria, verdad y justicia», resume.

La campaña Identidad en Lucha está en marcha oficialmente y tendrá sus primeras actividades durante el mes de junio y julio desde la organización de Abuelas de Plaza de Mayo. Sin embargo, Valenzuela Negro resalta que “como sucede siempre con las campañas, uno sabe dónde empiezan, pero nunca dónde terminan”.