El rescate de los caídos en la guerra

El rescate de los caídos en la guerra

Gabriela Naso y Victoria Torres hablan de Esquirlas de la memoria, un libro sobre la recuperación de los restos y de la identidad de los combatientes de Malvinas enterrados en el cementerio de las islas en fosas comunes o con la inscripción “Soldado argentino solo conocido por Dios”.

A 42 años del conflicto bélico que marcó a fuego a la Argentina se publica Esquirlas en la Memoria, una crónica que narra las vivencias de los soldados que lucharon en la guerra de Malvinas, y su camino y el de los familiares por la recuperación de la identidad de aquellos combatientes que no regresaron a casa. El libro presenta una perspectiva aguda e íntima de todo el proceso de guerra y posguerra que forma parte de la historia del país y en efecto, de todos los argentinos.

Sus autoras son Gabriela Naso, periodista, realizadora audiovisual, especialista en derechos humanos y la causa Malvinas; y Victoria Torres, quien estudió Letras en la Universidad Nacional de La Plata y escribió varios libros sobre la guerra, y quien actualmente es docente en el Instituto de Lenguas Románicas en la Universidad de Colonia, Alemania. Ambas forman parte del Centro de Excombatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata.

“Las dos nos comprometimos a contar esta historia desde una perspectiva de derechos humanos y aportar a la memoria colectiva y a la reivindicación de la lucha de este grupo de excombatientes que desde el final del conflicto buscó devolver la identidad a sus compañeros”, expresó Naso en una charla con Anccom.

¿Cómo inicia este proyecto del libro?

Gabriela Naso: Mi primer acercamiento al tema Malvinas se dio a fines de 2016, cuando me contacté con Ernesto Alonso, secretario de Derechos Humanos del CECIM por la agencia de noticias de la Universidad de Lomas de Zamora, sobre el proceso de identificación de soldados argentinos. Publicamos el artículo y después mantuve contacto con Alonso, quien me comentó de la existencia de la causa 1777/07, que investiga los tormentos, abusos y amenazas que sufrieron los soldados conscriptos de Malvinas a manos de sus superiores oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas.

 La periodista se fue metiendo cada vez más, redactando artículos, realizó su tesis de maestría sobre las violaciones de los derechos humanos y a partir de esa experiencia, escribió y dirigió el documental Las voces del Silencio producido por Pulpofilms, titulado  que se estrena este año. Tenía mucho camino recorrido, investigado y cuando conoció a Torres en el CECIM surgió la idea de trabajar en conjunto sobre esta historia.

 Victoria Torres: En mi caso siempre estuve cerca del CECIM, soy platense; es decir, conocía muy bien esta historia. Sin embargo yo venía de la literatura, de la ficción, y aunque estaba convencidísima de que había que escribir sobre esto, era consciente de que se necesitaba una investigación previa para una narración acertada. Entonces nos conocimos con Gabi, quien tenía mucho material de investigación, y allí rápidamente vi la forma, cómo se podía contar y visualicé donde se podía publicar, fue muy claro: en qué editorial, de qué manera se podía hacer un libro sobre esto. Creo que fue un buen complemento, fue un match perfecto. 

Entre risas las autoras confesaron haberse sorprendido de la sincronía laboral y el vínculo sólido y fluido que fueron forjando en paralelo al libro. “Trabajamos juntas sobre este proyecto con un océano de por medio, con diferentes horarios y vidas”, comentó Torres, que reside en Alemania. También destacaron su diferencia generacional como algo positivo en la elaboración de un diálogo más rico dentro de la dinámica de producción.

El proceso del libro constó de una investigación de siete meses, chequeando minuciosamente archivos, testimonios y constantes entrevistas, seguidas del planeamiento de una estructura base de división de capítulos por temas. A finales del 2022 habían comenzado las primeras escrituras intensas que duraron hasta junio del 2023. Luego de presentarlo a la editorial Marea se llevaron a cabo un par de correcciones hasta dar por finalizado el libro.

 ¿Cómo surge el nombre Esquirlas en la Memoria para el libro?

 Gabriela Naso: Hace algunos años en una charla con la psicóloga Ana María Careaga, sobreviviente de la dictaura, escuché esto de que en los excombatientes había algo, como esquirlas incrustadas en el aparato psíquico. Reflexionando sobre ese concepto llegué al título. Esquirlas en la memoria son esos compañeros a los que los excombatientes buscan devolverle la identidad, esos pibes con los que su vida quedó conectada y a los que ellos consideran los únicos héroes de la Guerra de Malvinas.

 Victoria Torres: Cuando Gabi propuso el título se me vino inmediatamente una estrofa de un poema de Gustavo Caso Rosendi, poeta, miembro del CECIM y excombatiente que luego decidimos agregarlo al epígrafe del libro. Y justamente está eso de las esquirlas candentes, que llevan en las pupilas, incrustadas, los recuerdos del horror.

 La palabra esquirlas, recuerda Torres, como testigo de la época de guerra, fue un término de la adolescencia en la inmediata posguerra, es una palabra rara que está relacionada con Malvinas. “Me acuerdo de los amigos que volvían de la guerra y comentaban entre ellos que justamente llevaban estos fragmentos, esquirlas de bombas, incrustados en su cuerpo”. 

¿Cómo se prepararon para trabajar con los protagonistas y familiares en el proceso? ¿De qué manera buscaron la apertura de las personas que formaron parte de esta historia?

Gabriela Naso: Las dos tenemos contacto con los grupos hace tiempo. Y yo creo que haber entrado a una entrevista en profundidad sobre este tema también es resultado de todo el trayecto previo, del vínculo de confianza que se construyó durante años.  

Norma Gómez, hermana del soldado caído Eduardo Goméz, fue fundamental en este camino, insistió la autora, y agregó que fue una luchadora incansable en este viaje para lograr la identificación y el reconocimiento de su hermano, y de todos aquellos que no pudieron retornar a sus hogares luego de la guerra. “Norma fue una persona muy generosa que abrió muchas puertas durante esta aventura, acercando a familiares para que conocieran la iniciativa”, indicó Naso agradecida, recordando su aporte para abrir un puente de diálogo con aquellos familiares que sufrían lo mismo que ella. 

Victoria Torres: Es clave destacar que se formó un vínculo de confianza anterior al libro. Esto permitió que se den cosas muy lindas de forma natural y por ende muy auténticas.

 Gabriela Naso: Hay mucho conocimiento previo del tema y eso también refuerza la confianza e influye en la preparación para hacer las entrevistas. También supimos entender que en el recorrido alguien se podía emocionar y quebrar, entonces una pasaba a ser sostén de eso, estar ahí para el otro, para que pueda expresar lo que quiera expresar siempre desde la contención, la compañía y la escucha atenta y abierta. Para ellos es liberador poner en palabras las cosas que vivieron.

Victoria Torres: El tema de la escucha es fundamental y en mi caso, esto es claramente anterior a cualquier idea del libro. Cuando me acerco a las reuniones o asados que se realizan en la organización, hay como una especie de predisposición natural a la escucha. Es un momento de conexión donde se dan charlas muy profundas de manera fluida. 

En medio de la cocina del trabajo atravesaron un momento de dolor: la muerte de Norma Gómez, indispensable en esta historia. “Ella estaba entusiasmada y que no lo haya podido ver concluido es tristísimo”, expresó Naso, con voz quebrada. A Norma está dedicado el libro. Tuvo que enfrentar trabas y negativas que venían desde sectores de familiares vinculados a las Fuerzas Armadas; les decían que no iban a llegar a ningún lado, que todo resultaría un festival de huesos, que abajo del cementerio había un río que se llevaba los cuerpos o que estaban enterrados en una fosa común. Más allá de las advertencias sobre dar de baja las pensiones o las amenazas de muerte, Norma persistió. Y a pesar de los obstáculos siguió luchando, yendo a ver a familiares, contándoles la verdad sobre lo que sería el proceso.

Malvinas se enmarca en el contexto de la dictadura y las Fuerzas Armadas no se hicieron cargo de la identificación de sus caídos; al contrario, buscaron silenciar a los excombatientes y sus familiares. Estos accionares continuaron aún en democracia. “Nosotros trabajamos con los archivos desclasificados de la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires que están a resguardo de la Comisión Provincial por la Memoria”, señaló Naso. Allí se pudo observar la persecución a los excombatientes, particularmente a los del CECIM de La Plata, quienes se organizaban para conseguir becas de estudio o de trabajo, entre otras cosas.

Dentro del trabajo que conllevó y conlleva la identificación de los soldados caídos, se encuentran tres fases que las autoras explican muy bien. La primera (PPH 1) consistió en identificar a aquellos soldados que se encontraban sepultados en el cementerio con tumbas que solo tenían la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. La Cruz Roja actuó como intermediario neutral entre el gobierno británico y el Estado argentino. Para ello, solicitó el consentimiento de un número significativo de familiares que realmente tuviesen la necesidad de identificar esos cuerpos. Argentina logró conseguir más de ochenta consentimientos informados para dar inicio al proceso. Esta medida tuvo apertura en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; no obstante, no se hizo efectiva hasta la época del macrismo. Previo a firmar el acuerdo Foradori-Duncan, donde este tema que siempre había sido tratado como una cuestión humanitaria quedó enmarcado en un acuerdo comercial.

La segunda fase (PPH 2) estaba destinada a la identificación de soldados que se encontraban sepultados de manera colectiva. Hasta el momento, se reconocieron 121 soldados. Sin embargo, todavía quedan cuerpos por identificar de la primera fase. Identidades que no coincidieron con el banco de ADN que se encontraba en la lista que brindaron los familiares de la causa. 

Finalmente, hoy queda pendiente la tercera fase (B4 16) que no se pudo concretar en 2023 por la reticencia de Gran Bretaña. “Nuestro deseo es que este gobierno continúe con la identificación de soldados argentinos porque consideramos que es una responsabilidad del Estado y un ejercicio de soberanía devolverle la identidad a los combatientes que cayeron en las islas”, concluyó, firme, Naso.

La crónica que presentan las autoras es resultado de un trabajo meticuloso y comprometido con el cuidado y la atención a cada uno de sus protagonistas. La misma logra dar vida a una obra íntima, con perspectiva y calidez humana. Cerró Torres: “Recuperamos todas esas pequeñas historias que hacen a la gran historia del colectivo que formamos como nación”.

 Esquirlas de la memoria se presenta el 23 de abril a las 18.30 en la Librería del Fondo de Cultura Económica, Costa Rica 4568, CABA.

 

 

Despidos para olvidar y garantizar la impunidad

Despidos para olvidar y garantizar la impunidad

Los equipos de Relevamiento y Análisis de Archivos (ERyA) del Ministerio de Defensa, fundamentales para las causas judiciales de lesa humanidad, serán disueltos tras el despido de diez de sus trece integrantes. Fiscales y querellantes expresan su preocupación.

El Ministerio de Defensa, conducido por Luis Petri, anunció despidos en distintas dependencias de esta cartera. Las áreas más afectadas son el Equipo de Relevamiento y Análisis (siete de sus diez integrantes) y el Sistema de Archivos de la Defensa (sus tres integrantes despedidos), además de ponerle fin a la política pública que aportaba información a las causas de delitos de lesa humanidad.

“Conformamos 10 de los 20 despidos totales del Ministerio de Defensa, hay una decisión dirigida dada la particularidad de nuestra tarea. En un contexto en el que desde presidencia se avalan discursos revisionistas y negacionistas, como se vio en el spot del 24 de marzo, esto no es casualidad”, afirmó Macarena Sandoval García, investigadora despedida.

“Desde ATE (Asociación de Trabajadores Estatales), pensamos que esto tiene claramente una intencionalidad, que es cumplir con la parte del contrato electoral que asumieron Javier Milei y Victoria Villaruel, de garantizar la impunidad de los genocidas y que se puedan ir de este mundo sin condena firme o en muchos casos sin siquiera ser elevados al banquillo”, sostuvo Luciano Fernández, referente de ATE. “Este equipo, y fundamentalmente esta política, -agregó- es un gran aporte en materia de prueba para poder desentrañar el período más aberrante de nuestra historia y el pacto de silencio que existe entre los militares que aún siguen con vida”, comentó Fernández.

En la red social X, defensores de acusados de violaciones a los Derechos Humanos durante el terrorismo de Estado celebraron la decisión de Petri. Para Fernández: “Milei eligió darle una dirección de circo romano a los despidos estatales, le hace una suerte de ofrenda a esa comunidad virtual que está en las redes, porque realmente es muy difícil que alguna persona real, no virtual, se haga cargo de ese nivel de saña y de sadismo, de alegrarse porque se elimina una política de protección o de ampliación de derechos”.

El trabajo de los equipos

Los Equipos de Relevamiento y Análisis (ERyA) fueron creados mediante el decreto 4/2010 de Cristina Fernández de Kirchner, que releva de la clasificación de seguridad a la documentación vinculada con el accionar de las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983. “La particularidad de la resolución está también en la decisión de conformar equipos de trabajo especializados y en capacitación constante, con oficinas en los archivos para dedicarse diaria y exclusivamente a la tarea”,  detalló Macarena Sandoval García.

Se organizan según las diferentes fuerzas militares: algunos se dedican a investigar el desempeño del Ejército durante ese período, mientras que otros se enfocan en la Armada, y un tercer grupo se dedica a la Fuerza Aérea. Dentro de quienes trabajan con los archivos, hay especialistas en comunicación, historia, sociología, derecho, antropología y trabajo social.

Una de las funciones más valiosas es proveer información a todas las causas de delitos de lesa humanidad: aportaron alrededor de 170 informes desde su creación. “Estos informes generalmente funcionan para dar cuenta de lógicas represivas, estructuras orgánicas, identificar autores, sostener las acusaciones y en muchos casos las sentencias”, comentó Sandoval García. “Cada informe es un trabajo minucioso y extensivo de reconstrucción y el conocimiento se fue transmitiendo a lo largo de catorce años entre los diversos profesionales que pasaron por los equipos en su carrera”, amplió la imvestigadora despedida. 

El desmantelamiento de estas áreas no es solo un problema de “acceso” a la información, el trabajo que realizan los investigadores “es una tarea muy específica, es conocer la idiosincrasia del lenguaje castrense militar, cómo se nombra cada unidad, las jerarquías, se relevaron más de 17.000 legajos, es realmente un rompecabezas”, afirmó Marilina Montiel, trabajadora del ministerio y delegada de ATE.

“A veces se piensa que son documentos desclasificados que hablaban sobre la dictadura, pero la mayoría de estos se eliminaron, lo que hay es un trabajo sobre documentos administrativos, pero que con ellos se ha podido, por ejemplo, reconstruir lugares de las diversas unidades de acuerdo a los testimonios de sobrevivientes. La documentación no dice quién torturó a quién, pero a partir del trabajo de los investigadores se reconstruyó información sobre los lugares de las unidades, la cantidad de personal para la guardias, entre muchas otras cosas”, comentó Montiel.

Los ERyA aportaron alrededor de 170 informes para las causas de delitos de lesa humanidad.

Distintas unidades del Poder Judicial, organismos de Derechos Humanos, funcionarios y exfuncionarios se manifestaron en contra de la medida. “Los despidos y el desmantelamiento del área suponen un obstáculo en los procesos de justicia”, expresó Macarena Sandoval García. Son seis edificios de archivos, sumado a los archivos ubicados en unidades militares, en los que ya no se llevarán a cabo las tareas que tenían los equipos. La trabajadora agregó: “No se puede reemplazar en un día el trabajo y conocimiento especializado transmitido a lo largo de catorce años. Los informes, los cuales volvíamos a consultar constantemente para los nuevos requerimientos, son patrimonio de la Dirección de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del ministerio de Defensa”.

Movilización como respuesta

Desde ATE convocan para el miércoles 3 de abril, una jornada de lucha con ingresos masivos y simultáneos a los sectores de trabajo para acompañar física, psicológica y emocionalmente a los trabajadores despedidos y a la tarde habrá un plenario federal de trabajadores del Estado Nacional para definir las acciones a seguir. También se planea movilizar a la Secretaría de Trabajo y a la de Desarrollo Social. “Nosotros queremos estar sobre todo para garantizar y contener un poco a los trabajadores, porque es tanto el nivel de incertidumbre y crueldad que nos parece tremendo que el trabajador, la trabajadora, llegue y se desayune con que no puede ingresar”, dijo Marilina Montiel. 

En medio de la ola de despidos, el Gobierno confirmó que los contratos de los empleados que siguen vigentes serán renovados cada tres meses y no anualmente, como se hizo en gestiones anteriores. “Tenemos que poder llevar alguna respuesta a esta situación, un plan de lucha articulado y consensuado, pero contundente porque los contratos que se renovaron son por tres meses, en junio vamos a estar en esta misma situación”, comentó Montiel.

“Desde ATE nuestra obligación es dar la pelea para que esto, que claramente es una arbitrariedad manifiesta, no pueda avanzar ni ser sostenido, vamos a poner todas las herramientas que tiene la organización en el plano sindical, jurídico y político para ponerle un freno al avance desmedido de Milei, que parece que se percibe como un tirano elegido por el soberano. Nosotros nos vamos a enfrentar a cualquier tiranía, como lo hizo nuestra organización a lo largo de su historia”, concluyó Luciano Fernández.

Despidos armados

Despidos armados

Un custodio del Secretario de Derechos Humanos Alberto Baños amenazó con desenfundar su arma en medio de un ruidazo de protesta por los despidos en el organismo.

El cuerpo de delegados de la ATE emitió un comunicado este miércoles denunciando el accionar del cuerpo de seguridad de Alberto Baños, actual secretario de Derechos Humanos, quien llegó al cargo luego de ejercer como juez “duro entre los duros” dentro del fuero penal. Según explica el documento, uno de los custodios del exjuez intentó sacar su arma de fuego delante de los trabajadores que se encontraban agrupados de forma pacífica en un ruidazo que protestaba ante la baja de casi cien contratos.

Los agentes de seguridad, vestidos de civil y armados, habían ingresado al predio de la Secretaría buscando impedir el contacto directo con el funcionario, quien se encontraba en el segundo piso del establecimiento.

En medio de la protesta, un policía desabrochó la funda de su arma amenazando con sacarla. La tragedia se evitó gracias al esfuerzo de una de las manifestantes que lo llamó a recapacitar. Una vez calmada la situación, la seguridad se reunió con Baños en su oficina. El ruidazo se dio por terminado, y más de 150 trabajadores volvieron a sus casas sin recibir las respuestas que demandaban.

El cese de los contratos, acompañados por una serie de despidos que data desde principio de marzo, fueron posibles debido a la frágil situación laboral de los trabajadores, quienes aseguraron que “no van a claudicar” a pesar de las amenazas. Como agravante, el hecho tuvo lugar en el mismo Espacio de Memoria y Derechos Humanos, días después de que las calles reclamaran “memoria, verdad y justicia”.

El nombramiento de la figura de Baños para presidir el espacio de Derechos Humanos, desplazando en su función a Horacio Pietragalla Corti -nieto restituido de padres desaparecidos- fue desde un principio centro de polémicas. Y la presencia de oficiales armados en el predio de la exESMA, donde hace años regía un acuerdo de desarme del personal de seguridad, parece una nueva provocación del gobierno. La violencia vuelve a acechar en el lugar más doloroso.

La amenaza de nuevos despidos en la Secretaría de Derechos Humanos se enmarca dentro de las 15.000 cesantías anunciadas este miércoles por el Gobierno nacional a aquellos empleados del Estado contratados con la modalidad conocida como Artículo 9, una forma de integrar la planta transitoria de los organismos públicos. En verdad, se trata de contrataciones precarias que pueden incluir a personal con más dos décadas de antigüedad. 

Como secuela del hecho, tanto Baños como el cuerpo de delegados evalúan las posibilidades de realizar una demanda: el primero por actos de violencia, y los segundos por la ruptura de este acuerdo.

Once represores condenados

Once represores condenados

Diez perpetuas y una sentencia a 25 años para los responsables de las torturas, desapariciones y robos de bebés ocurridos en el Pozo de Banfield, el de Quilmes y la Brigada de Lanús durante la última dictadura. También fueron castigados por lo acontecido en La Noche de los Lápices.

 El Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, el martes 26 de marzo, sentenció a la pena de prisión perpetua a diez imputados por los crímenes cometidos en tres centros clandestinos de detención: las Brigadas de Investigaciones de Banfield, de Quilmes, de Lanús. Uno de los  imputados fue condenado a  25 años y otro quedó absuelto. El Tribunal calificó los crímenes cometidos por los imputados que actuaron en los centros clandestinos de detención “Pozo de Banfield”, “Pozo de Quilmes” y “el Infierno” de Lanús con asiento en Avellaneda como delitos de lesa humanidad.

A casi tres años y medio de su inicio del juicio, el presidente del TOF Ricardo Basílico leyó el veredicto con una sala de audiencia llena que esperaba escuchar una condena ejemplar y cárcel común para los represores. Organismos de derechos humanos, sobrevivientes y familiares de víctimas estuvieron presentes escuchando el fallo y otras decenas estaban en las afueras de los Tribunales de La Plata. Los medios autogestivos “Pulso Noticias” junto con “La Retaguardia” transmitieron el juicio por youtube que se pudo ver por dos pantallas colocadas en la vereda, frente al tribunal, para seguir el juicio.

Dieciocho fueron los imputados y seis murieron durante el juicio, entre ellos, el excomisario Miguel Osvaldo Etchecolatz, director general de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. La querella de Abuelas de Plaza de Mayo acusó a los 12 imputados por los delitos de privación ilegal de la libertad y tormentos de 23 embarazadas y una madre secuestrada junto a su hijo, y por la sustracción, retención y ocultamiento de diez nietos y nietas, siete de los cuales ya recuperaron su identidad. A ella se le sumó la de Justicia Ya, y otras particulares.

Fueron condenados a las penas de prisión perpetua Federico Antonio Minicucci, Guillermo Alberto Dominguez Matheu, Carlos Gustavo Fontana, Carlos María Romero Pavón, Jorge Héctor Di Pasquale, Roberto Armando Balmaceda, Jaime Lamont Smart, Juan Miguel Wolk, Jorge Antonio Bergés y Horacio Luis Castillo. Julio Condioti fue condenado a 25 años de prisión y Enrique Barre fue absuelto.

Abuelas de Plaza de Mayo fue querellante junto con los nietos restituidos Carlos D’Elía, Victoria Moyano Artigas, Pedro Nadal, María José Lavalle Lemos y su hermana María Lavalle, y Laura Garack -quien busca a su hermano o hermana; y con Pablo Díaz, sobreviviente de “La noche de los lápices”, secuestrado y torturado en el Pozo de Banfield y Graciela Borelli Cattaneo, hermana de un ciudadano uruguayo víctima del Plan Cóndor.

Colleen Torre, abogada querellante de Abuelas de Plaza de Mayo opinó sobre la sentencia: “Estamos muy conformes porque fueron diez perpetuas. Por un lado, se condenó por primera vez a Juan Miguel Wolk, jefe del Pozo de Banfield, lo mismo que a Castillo. Wolk es el responsable de la desaparición de los chicos de la noche de los lápices. Además, fueron condenados no sólo por la apropiación de nietos y nietas que han podido recuperar su identidad, que nacieron en el Pozo de Banfield o que fueron secuestrados con sus madres como Pedro Nadal en el pozo de Quilmes; sino también por la desaparición forzada de tres nietos que todavía seguimos buscando”, agregó Colleen. “Me parece importantísimo que los hayan condenado porque resalta que son personas que aún continúan desaparecidas, y es de suma importancia poder condenarlos por la desaparición forzada de todas las mujeres embarazadas con el agravante que conlleva”.

En ese sentido, la abogada de Abuelas dio cuenta de lo necesarios que son los juicios para acceder a información sobre lo ocurrido: “Estos juicios reavivan la posibilidad de tener y de poder seguir buscando datos, siguen apareciendo testimonios de mujeres embarazadas desaparecidas que nos enteramos más de cuarenta años después. Es importante lograr estas condenas en contexto de negacionismo, es importante también que los jueces puedan seguir mencionando y hablando de las desapariciones forzadas y la necesidad de que estos juicios sigan porque todavía nos falta la verdad sobre lo que paso, donde están los nietos y nietas que estamos buscando y sabemos que los genocidas y represores de los Pozos saben dónde están”.

Torre en el alegato había mencionado la violencia y el destrato específico a las mujeres: “Algo que también se mencionó es el sufrimiento de las mujeres embarazadas, nos parece importante que se ponga en el fundamento de la sentencia porque hablamos de violencia específica: la violencia obstétrica. Más allá de la violencia específica que sufrieron las mujeres y las compañeras trans, las mujeres fueron utilizadas como envase contenedor de bebés para sacarle su hijo o hija y quedárselo como botín de guerra. En este sentido también un represor reivindicó y justificó la apropiación de niños y niñas durante la dictadura, esto no hace más que darnos la razón aun sabiendo que la teníamos, que todos ellos fueron parte del plan sistemático de apropiación”, enfatizó.

La condena resultó ejemplar y la alegría se notó en sus protagonistas y en la sala: “Tenemos que esperar los fundamentos del veredicto del tribunal pero la sensación fue de alegría siempre con ese sinsabor porque aún nos falta mucha verdad y no la dicen, sobre todo por los hijos e hijas que están buscando a su mamá y a su papá y no les devolvieron sus cuerpos, ni sus restos, pero sabiendo que por lo menos a partir de anoche van a dormir sabiendo que no están impunes por los crímenes cometidos en los centros clandestinos”.

Torre también se refirió a la importancia de la publicidad de los juicios de lesa humanidad: “Me parece importante que puedan ser transmitidos y visibilizados porque más allá del resultado jurídico penal, las condenas son necesarias y es una obligación del Estado argentino de investigar, juzgar y en su caso, condenar a los responsables de estos crímenes y que los más jóvenes puedan tener esa inmediatez con un testimonio, con un veredicto porque me parece que de esa manera pueden llegar a conocer de una manera más profunda y sensible la historia antes que por un manual. Las víctimas y sobrevivientes están declarando hace años y muchos no lo quieren hacer más porque es agotador y doloroso. En esa inmediatez que tienen los juicios transmitidos, las personas más jóvenes pueden sentir lo que sucedió y pueden verle la cara y los gestos a los imputados. Las Abuelas siguen buscando a sus hijos y a sus nietos, y tal vez a partir de estos juicios se pueda seguir visibilizando lo que siempre nos enseñaron ellas: que la lucha es con amor y siempre es colectiva”.

ANCCOM también conversó con Miguel “El Tano” Santucho hijo de Cristina Navajas y hermano del último nieto restituido. Cuando él declaró en el juicio contó que su mamá estaba embarazada en el momento de su secuestro y que estaban buscando a su hermano o hermana. El año pasado, junto a Abuelas de Plaza de Mayo, lograron encontrar a Daniel Santucho, su hermano. “Me parece que la sentencia estuvo bien, fue muy significativo que hayan sostenido tantas sentencias a cadena perpetua pese al clima político. La justicia llegó tarde y dos de los imputados nunca habían sido condenados. Tantos años de impunidad… cuando declaré dije que me parecía que estos imputados después de tanto tiempo, de nunca haber aportado información, que saben dónde están los otros nietos y lo que hicieron con los desaparecidos, no me parecía bien si les daban beneficios. Con todo lo que hicieron para para evadir la justicia y no aportar nada, la verdad que se le dé privilegios me parecía mal”, declaró y reflexionó: “En la sala se sintió la disconformidad porque los imputados no estuvieron presentes, pero más allá de eso, me parece que las condenas son motivos para festejar, sobre todo porque logramos que mi hermano fuera parte de los motivos por los cuales fueron condenados”.

“Cuando empezamos el juicio hacía más de tres años que estábamos con la querella de mi mamá, pero como hace menos de ses meses apareció Dani logramos a último momento incorporar su caso como uno de los delitos a investigar, a juzgar y ayer tuvimos la primera condena por lo que le hicieron. El apropiador de Dani murió impune. El Tribunal declaró que fueron crímenes de lesa humanidad en el marco un genocidio, hay que remarcar que hicieron las sentencias teniendo en cuenta los crímenes sexuales y las violaciones”, destacó el Tano Santucho y compartió: “Todo lo que sé lo reconstruí cuando era chiquito y pensé que no tenía mucho para aportar. Los abogados de Abuelas me dijeron que era muy importante que yo expresara ante el Tribunal las consecuencias de los hechos y a mí me sirvió mucho, me saqué una mochila de encima, pero se resignificó totalmente cuando apareció mi hermano y el Tribunal tuvo la posibilidad de ver y de constatar. Estar presente con mi hermano y estar ahí con él fue muy simbólico”.

A minutos de la sentencia, Daniel emocionado se abrazaba con mucha fuerza a una foto de su mamá, su hermano ponía su mano en su hombro para contenerlo. “Lo que me genera acompañar a mi hermano en estos momentos… él siempre tiene presente a nuestra madre y está procesando toda la información. Ayer él fue con un cartel y dijo: `Yo siento que mamá está presente`”. Miguel reflexiono acerca de la importancia de hacer memoria: “Las condenas si bien llegan tarde y algunos momentos son insuficientes, ayer el Tribunal nombro a las más de 600 víctimas y eso te hace tomar dimensión también del daño y de la gravedad de los crímenes y uno se da cuenta de lo insuficiente que es la misma condena porque llega más de 40 años después o porque por la edad tienen privilegios, están en sus casas, tienen prisión domiciliaria. Pero lo importante es que no continuaron impunes porque todo lo que no se puede condenar, todo lo que queda impune se puede llegar a repetir con facilidad. Es importante que quede esa marca, ese mensaje a las generaciones siguientes.

 “Yo lo digo muy abiertamente: al no haber podido condenar como correspondía a los responsables civiles del terrorismo de Estado, a los empresarios, al poder económico que estaban detrás de ese proceso, claramente ellos sí son impunes y ellos creen que pueden volver a intentarlo porque no les llega una condena. Por más ejemplar que sea y no logra condenar a los responsables económicos de la dictadura, esos pueden volver a intentarlo otra vez. Por lo menos que la sociedad sepa y condene todos los hechos de violencia que pasaron”.

En la sentencia también estuvo presente Maria Ester Alonso Morales, que vino desde Alemania para presenciar el veredicto: “Yo declaré en este juicio en el 2021, vine de Alemania para hacer la declaración testimonial. Como estábamos en pandemia declaré por zoom porque en ese momento no se estaban tomando declaraciones presenciales. He seguido este juicio a la distancia a través de La Retaguardia y ayer para mí fue conmovedor estar en la sala junto a compañeros y compañeras de H.I.J.O.S, los nietos y nietas y junto a miembros de organismos de derechos humanos de La Plata”. El tiempo es una constante en los familiares que hace décadas esperan obtener justicia: “Esperamos mucho este juicio porque el centro clandestino del Pozo de Banfield también fue maternidad clandestina. Es la primera vez que Miguel Ángel Wolf recibió una condena por delitos de lesa humanidad. En este juicio faltó Adriana Calvo y faltó Hilda que lamentablemente no llegaron a presenciar este escrito tan importante y hace años que veníamos esperando una condena también por los jóvenes de La Noche de los Lápices”. Alonso Morales agregó: “En este juicio declaré para contar la historia de la detención de mi madre y de sus compañeros, que fue en noviembre del 1974. Sus compañeros inauguraron, por decirlo así, el Pozo de Banfield, el centro clandestino de detención y uno de ellos, Manuel Taboada está desaparecido. Lo torturaron y lo mataron y se robaron el cuerpo de la morgue policial. Seguramente los fundamentos de la sentencia van a traer este hecho, lo que venimos diciendo hace mucho que el terrorismo de Estado no comenzó el 24 de marzo de 1976 comenzó antes porque ya hubo desapariciones y torturas antes de la fecha del golpe”.

Sobre su caso declara: “Mi madre estaba embarazada de mí y de mi hermana melliza cuando la detuvieron junto con Dalmiro Suárez, Nelfa Suárez, Ester Alonso y Víctor Taboada. Como estaba embarazada la dejaron en la comisaría segunda de Quilmes y a sus compañeros los trasladaron al Pozo de Banfield para torturarlos; después se volvieron a encontrar en un camión de traslado de personas con destino al Penal de Olmos en la Unidad 8 junto a María Ester y Suárez. Yo pasé ahí mi primer año de vida con mi hermanita. Mi hermana María Elena falleció en 1991 con 16 años, víctima de una enfermedad inmune como el lupus, así que soy yo la que queda de la familia para presenciar este juicio y ayer me reencontré con Víctor Taboada hijo que nació también en la Unidad de Olmos, ahí había un pabellón para madres con sus bebés”, rememoró Morales.

Hubo celebración del veredicto dentro y fuera de la sala. El público levantó en alto los pañuelos blancos, insignia de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, mientras sostenían carteles que decían: “Son 30000 y fue genocidio”.

A días de haberse cumplido 48 años del último golpe de Estado y en un contexto de resurgimiento de los discursos negacionistas y las provocaciones provenientes del gobierno nacional, en Argentina se sigue encontrando memoria, verdad y justicia.

Millares de personas y un solo grito: «Nunca más»

Millares de personas y un solo grito: «Nunca más»

Estudiantes, artistas, jubilados, empleados, militantes políticos y de organizaciones sociales confluyeron en la Plaza de Mayo en el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Conocé sus motivaciones.

Camila Villarreal, 29 años, estudiante de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) e integrante de Murgas por la Identidad.

“Estamos acá para conmemorar la lucha de los compañeros, para recordar a los 30.000 desaparecidos. Nuestra presencia es para que esto no vuelva a suceder. Hoy salimos con mucha más fuerza contra el negacionismo y contra todo lo que quiere borrar este gobierno”

 

 

Ramón Bebiglia, 68 años, jubilado metalúrgico e integrante del Movimiento Autoconvocado.  

“El gobierno de Milei está elevando un discurso negacionista porque necesita crear un clima de violencia y autoritarismo para que la burguesía monopólica pueda avanzar en las reformas laborales, en los ajustes, que nunca cierran sin represión. Hoy la principal violación de los derechos humanos es el hambre, la superexplotación y la miseria a la que nos vienen sometiendo; estamos acá para evitarlo”.

 

 

Kai Aguilar y Faus Alfonso Islas, 15 años, alumnas del colegio Mariano Acosta.

 Kai:”Somos la juventud que viene a levantar la bandera que dejaron los compañeros desaparecidos, sobre todo frente a un gobierno que está negando el pasado, diciendo que fue una guerra todo lo que pasó.”

 Faus: “Es un gobierno que niega ese pasado, la tiene a Villarruel que fue a visitar militares a la cárcel, tenemos que cuidar el pasado, hacer memoria y no permitir que todo esto quede en el olvido. Nosotros somos el futuro del país.”

 

 

Nadia Vázquez, 31 años, docente e integrante de la “Coordinadora de DDHH del Fútbol Argentino».

 “Siendo el primer 24 de marzo del gobierno de Milei es importante recuperar las calles porque son nuestras, no hay que retroceder. Son muchos los motivos que hoy nos convocan a estar a acá, uno es el negacionismo de este gobierno, otro es el no al DNU y nosotros en particular como hinchas de fútbol también decimos no a las sociedades anónimas deportivas.”

 

 

Charo Delgado, 30 años, estudiante de circo e integrante de Murgas por la Identidad.

“Estamos acá ante todo por la memoria, es lo que nos une hoy ante estos discursos de odio. Tenemos un lema que es resistir con alegría y estamos acá para cumplir con eso”.

 

 

Agata Rosemberg, 29 años, trabajadora del buffet de un colegio e integra Murgas por la Identidad. Kali, su hija de 5 años.

“Estamos acá para reivindicar la memoria, la justicia y la verdad, a pesar del peligro y miedo a la represión. Vengo acá con mi nena porque es muy importante que ella sepa todo lo que pasó en esos años. Hoy empezamos el día con la canción de Canticuenticos ‘Pañuelito blanco’, dedicada a las Abuelas. Le vamos hablando un poco de toda esa época y de diferentes maneras para que esté al tanto de estos temas”.

 

 

Maximiliano Vera, 31 años, músico y guitarrista de “La Chancha Muda”, autoconvocado.

“Hoy más que nunca es muy importante estar, había muchas cosas que dábamos por sentadas y  en estos últimos tiempos fueron vulneradas, hay que mostrar lo que es la calle y lo que es el verdadero sentimiento de la gente. No hay que permitir que nos sigan sacando los derechos, no es momento de quedarse en la casa sentado”.

 

 

Paulo Arguindegui, 72 años, integrante de Jubilados insurgentes.

“Todos los años venimos, es un deber con todos los compañeros que han secuestrado, en Astilleros Río Santiago, donde trabajaba, secuestraron 40 trabajadores, los que sobrevivimos se lo debemos a los que se fueron. Además estamos acá porque este gobierno va a matar de hambre a los jubilados, una nueva forma de genocidio”.

 

 

Marcela Tita, 56 años, desocupada integrante del colectivo LGTTB.

“No queremos que los derechos adquiridos se pierdan, además creemos que hay que hacer memoria. Con las chicas trans se perdió la memoria, yo fui presa en dictadura pero no existía, no tenía un documento para corroborarlo, cuando fuimos a pedir los legajos en la policía nos negaron toda información”.

 

 

 

Eduardo Abel Arias, 68 años, jubilado e integrante de Uruguayos por los Derechos Humanos.

“Uruguay tuvo 120 desaparecidos en Argentina como efecto del Plan Cóndor que se encargaba de atacar y secuestrar a distintos compañeros de Latinoamérica, estamos acá para reivindicar su memoria y decir: ¡Nunca más!”.

 

 

 Matías Rosales, 40 años, empleado del gobierno nacional, autoconvocado

“Vine por mi cuenta, hoy sufrimos una crisis de representatividad y estamos desamparados en este contexto. Hay que salir porque nos están vendiendo un discurso de odio que nos interpela y ante eso debemos organizarnos colectivamente para pelear. Nos quieren individualizar y deshumanizar, por eso más que nunca tenemos que estar acá”.

 

 

Magalí Martínez, 54 años, docente, autoconvocada.

“Me sumo a denunciar el terrible genocidio, no solo del pueblo argentino sino también de nuestros pueblos originarios, primero empezaron con la colonización, la exclavitud y después con una dictadura para acentuar todo eso, por eso tenemos que decir ¡Nunca más!”.

La calle tiene memoria

La calle tiene memoria

Cientos de miles de personas se manifestaron en la Plaza de Mayo en el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia que por primera vez se dio en un contexto que tiene a un gobierno negacionista en la Casa Rosada. A 48 años del último golpe cívico-militar hubo, además, consignas en repudio a las políticas sociales y económicas de Javier Milei. También marcharon en el resto del país.

La jornada comenzó alrededor de las diez de la mañana cuando los organismos defensores de los derechos humanos coparon Avenida de Mayo desplegando en el piso una bandera conmemorativa con las caras de desaparecidos. Su extensión ocupaba varias cuadras, desde la intersección con la calle Piedras hasta el cruce con la Avenida 9 de Julio. Poco a poco se fueron ubicando en los espacios laterales los centros de estudiantes secundarios de colegios públicos porteños, quienes aportaron el color y el ruido típico de los más jóvenes cantando “El que no salta votó a Milei” o “Como a los nazis les va a pasar adonde vayan los iremos a buscar”. También llegaron las distintas asociaciones de derechos humanos.

Un poco más tarde, en la diagonal sur, presidente Julio Argentino Roca, comenzaron a reunirse las diferentes organizaciones de origen peronista y los sindicatos nucleados en la Confederación General del Trabajo. ANCCOM consultó a Andrés Rodríguez secretario general de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPNC) quien explicó su presencia “por lo muchos compañeros que sufrieron en carne propia la crueldad y bestialidad de la dictadura”. Por eso, destacó, reivindica las políticas de memoria, verdad y justicia y el “Nunca Más”. Rodríguez lanzó una dura advertencia contra el gobierno de Milei: “Los derechos humanos también tienen que ver con el empobrecimiento que están padeciendo actualmente los jubilados y los trabajadores, engrosando las filas de la desocupación, por eso movilizamos hoy para decirle basta al atropello de los derechos humanos que están llevando adelante desde el poder ejecutivo”.

Hacia el mediodía el espacio para moverse ya era ínfimo. Con el correr de las horas, cuando se acercaba el momento de los discursos, se redujo aún más. Sobre la plaza sobresalían los pasacalles con las leyendas “La patria no se vende, la vida no se entrega, el pueblo se subleva” y “30.000 vivos de verdad”, colocados por la organización La Poderosa. En paralelo los trabajadores del Banco Nación recolectaban firmas contra la privatización de la institución.

La cantidad de personas autoconvocadas y no agrupadas bajo ninguna bandera partidaria era notoria. Muchos llevaban el pañuelo blanco distintivo de las Madres de Plaza de Mayo. El momento de mayor fervor se dio con la llegada de Taty Almeida, a bordo de un taxi por sus dificultades para trasladarse, y de Estela de Carlotto. Más allá continuaba la música y algunas representaciones teatrales.

Cuando cerca de las dos de la tarde ya estaba todo dispuesto para comenzar con la lectura de documentos y las columnas avanzaban a su destino final en el centro de la plaza, ANCCOM divisó entre todos los asistentes al ex Jefe de Gabinete de Ministros Juan Manuel Abal Medina que comentó: “Siempre estar presente un 24 de marzo es muy relevante porque significa dar testimonio que los argentinos dijimos nunca más al terrorismo de Estado y la violencia estatal”. El politólogo, quien debió exiliarse junto a su familia en México a los 14 años de edad, también indicó que quienes gobiernan se hacen los distraídos “por eso el compromiso debe ser más fuerte que nunca”.

El poder de las palabras  

Las primeras en subir al escenario fueron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que hicieron referencia a la impunidad de ciertos poderes cómplices de los crímenes cometidos por la dictadura. Reclamaron que se continúe con la política de juzgar y condenar a los represores y lanzaron duras críticas dirigidas puntualmente hacia Victoria Villaruel, la vicepresidenta de la Nación, por su controversial postura abiertamente negacionista de las atrocidades cometidas por los militares genocidas. En cuanto a la situación actual del país tocaron el tema con un concepto fuerte: “Nunca más miseria planificada”. También pidieron por una ley que fije penas a los funcionarios que utilicen discursos que niegan lo sucedido en el período 1976-1983, “No claudicar en la lucha”, pidieron y exigieron que se esclarezca el atentado que sufrió una militante de la agrupación H.I.J.O.S.

 Luego fue el turno del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel quien también criticó la relativización de lo ocurrido entre 1973 y 1983  e hizo una enardecida defensa de la soberanía nacional y las empresas del Estado, las cuales, advirtió, “pertenecen al pueblo”.

 Después llegó el tiempo del recambio e ingresó el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) para leer un documento consensuado entre todas sus partes integrantes que destacaba: “El terror del Estado empezó antes del golpe, bajo el gobierno del PJ, con la Triple A, la CNU y otras bandas fascistas, y el Operativo Independencia. Luego la dictadura desapareció y asesinó a miles de militantes. Robó cientos de bebés. Montó grupos de tareas, vuelos de la muerte, fosas comunes y centros clandestinos de detención, tortura y exterminio. Cerró el Congreso, suspendió y prohibió a los partidos. Intervino los sindicatos. Disolvió los centros de estudiantes y otras organizaciones sociales. Censuró a la prensa, la ciencia y el arte. Por eso volvemos a repudiar sus crímenes y a reivindicar a las y los compañeros detenidos-desaparecidos y sus luchas”.

Las fuerzas de seguridad del Estado, a cargo de la ministra Patricia Bullrich, y sus recientes protocolos brillaron por su ausencia. Todo se desarrolló en completa armonía y no hubo que lamentar ningún tipo de incidente o episodio de violencia. Hacia las cinco se inició una desconcentración pacífica de los cientos de miles que ocuparon las calles del centro porteño. En paralelo, multitudinarios actos similares se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Bariloche, entro otros lugares del país..