No se olviden de Cromañón

No se olviden de Cromañón

A 18 años de la tragedia de Cromañon, donde murieron 194 personas y más de 1.400 resultaron heridas, dos sobrevivientes hablan de memoria, verdad y justicia. La ley que convierte al boliche incendiado en lugar de memoria.

Las organizaciones de sobrevivientes y víctimas del boliche Cromañón realizan un acto homenaje cada 30 de diciembre desde 2004 para mantener presente lo que sucedió aquella noche.

Gracias al persistente reclamo de justicia obtuvieron la Ley de Reparación Integral para las Víctimas y la Ley de Expropiación de República de Cromañón. Belkyss Contino, politóloga de la UBA e integrante de Movimiento Cromañón, comenta que este hecho abre nuevas puertas y marca la importancia de la lucha de los jóvenes y la organización colectiva ante las injusticias.

Contino tenía 16 años cuando vivió la masacre. Debieron pasar ocho años, tras una crisis personal, que pudo acercarse a la militancia. Hoy trabaja enfocada en los derechos humanos de mujeres y diversidades y su profesión se ve atravesada por querer entender qué sucedió y quiénes fueron los responsables de la masacre de Cromañón.

El pedido colectivo de responsabilidad recae aún en el Estado que debe asegurar la reparación y el acompañamiento a sobrevivientes y familiares y amigos de víctimas. La lucha pone el foco en el rol del Estado como proveedor de elementos que no permitan que se repitan hechos como los de aquel 30 de diciembre. La Ley de Expropiación, aprobada en el Senado en octubre de 2022, permite que los sobrevivientes tengan un espacio para contar la verdad y para que futuras generaciones puedan informarse de lo ocurrido. La normativa aún espera ser reglamentada.

“Cromañón es una cicatriz que tenemos y que no nos va a dejar nunca, forma parte de lo que somos”, sostiene Javier García, periodista que colabora activamente en No Nos Cuenten Cromañon, un canal a través del cual logra transformar y generar algo bueno con lo que vivió.

García es parte de la organización del acto homenaje el viernes 30 de diciembre que es, como todos los años, una conmemoración multicultural. “La música es el hilo conductor. La música no mata, permite unirnos. Es un espacio para contener”, afirma.

Ambos sobrevivientes destacan la lucha y la información como dos pilares para que la juventud forme su opinión y defienda sus derechos. García subraya la importancia de que se cuiden, cuestionen e indaguen para saber la verdad. Y Belkyss recuerda: “No se olviden, tengan memoria, para que no se repita. No se olviden de Cromañon”.

«Un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública»

«Un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública»

La comunidad de los institutos Alicia Moreau de Justo y Mariano Acosta se movilizó contra el cierre de dos carreras y la reducción de matrícula en otra. Desde el Gobierno de Larreta niegan haber tomado la decisión de manera inconsulta.

Estudiantes, docentes, directivos y sindicatos de la ciudad de Buenos Aires realizaron un abrazo simbólico al Instituto de Educación Superior (IES) Nº 1 Alicia Moreau de Justo en protesta por el cierre de las carreras de Física y de Lengua y Literatura en ese profesorado  y en el IES Nº 2 Mariano Acosta. Además, también denuncian un recorte en la cantidad de cupos de la carrera de Psicopedagogía del Moreau de Justo, medida que luego fue revertida por el Gobierno porteño.

            “El 23 de diciembre, nuestro último día de trabajo, nos avisaron que ponían cupos de inscripción para nuestros profesorados de Matemática, Física y Educación Tecnológica, y que no habilitaban la cohorte 2023 del de Lengua y Literatura”, cuenta a ANCCOM el vicerrector del Acosta, Marcelo Rosetti, y agrega: “Lo están mandando a último momento para no dejarnos margen de maniobra como para poder refutarlo”. El directivo y docente detalla que a lo largo del año hubo reuniones organizadas por el Ministerio de Educación con el objetivo de optimizar los planes de estudio y en las que también se discutió sobre la baja en las inscripciones y cómo revertirlas, pero “jamás plantearon este recorte, ni siquiera se mencionó”.

            La argumentación de la Ciudad para implementar esta disposición es la baja cantidad de inscriptos. De acuerdo al comunicado que publicó la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente del Ministerio de Educación de la ciudad, el profesorado de Física del IES Nº 1 tuvo solo tres inscriptos validados para 2023, mientras que el de Lengua y Literatura del IES Nº 2 tuvo nueve. Sin embargo, Rosetti afirma que la carrera de Literatura suele promediar entre 50 y 60 inscriptos por año, y que la diferencia con los números de la Ciudad podría deberse a que muchos estudiantes aún no realizaron el trámite de validación correspondiente: “En Lengua y Literatura ahora tenemos una lista de mínimamente unos treinta inscriptos seguros y hay muchos más, pero lo que sucede es que el proceso de inscripción en los profesorados es arduo. El sistema no es amigable y, por lo general, la persona que va a estudiar una carrera se inscribe el mismo año en el cual va a cursar. Acá abren la inscripción en octubre del año anterior y la cierran en diciembre. Es un despropósito hecho para desalentar la inscripción”.

Por otra parte, la carta del Ministerio asegura que la medida “no perjudicará la fuente laboral de los docentes afectados”, ya que las instituciones planificarán actividades orientadas a desarrollar otras funciones de formación o de investigación. “El problema está en que cerca del 70 por ciento de los docentes en el sistema de formación son interinos, porque la Ciudad no titulariza desde hace años. Entonces, ahora nos dijeron que está garantizada la continuidad laboral, pero eso no quiere decir que el año que viene eso se respete, ya que no tienen ninguna obligación contractual laboral”, manifiesta el vicerrector y afirma: “Yo estudié para dar clases, a mí me gusta estar en el aula, no hacer divulgación”.

            Más allá del comunicado del 23 de diciembre, que es “contestable punto por punto”, según Rosetti, no hubo más diálogo con el Ministerio de Educación porteño por la dificultad que representa el cierre de año escolar. “Hoy se estableció en una conferencia de prensa un plan de lucha a partir de nuestra reincorporación el 6 de febrero. Lo que esperamos es hacer movilizaciones y actos lo suficientemente contundentes como para revertir la situación”. El comunicado que publicaron las autoridades del Mariano Acosta en respuesta a la decisión de la Ciudad señala que todo esto se trata de “un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública”, la cual, sostienen, siempre fue vista como un costo por el Gobierno porteño.

 

Lo que dice el Ministerio

Emmanuel Lista, director general de Formación Docente, en diálogo con ANCCOM, sostiene que no se está cerrando ninguna de esas carreras: “Lo que planteamos es suspender este año la cohorte 2023 del Alicia Moreau de Justo en el caso de Física y en el Acosta el Profesorado de Lengua y ofrecerles a esos pocos estudiantes que se han inscripto en estas instituciones que cursen la misma carrera en el Joaquín V. González o en alguna de las otras dos que las dictan”.

 Para el funcionario, la decisión se corresponde con la “necesidad de planificar las ofertas de los profesorados, teniendo en cuenta cuáles son las necesidades de perfiles docentes que hay en el sistema educativo”. Lista afirma que hay una gran cantidad de instituciones que dictan ofertas superpuestas y que forman egresados que tardan mucho tiempo en insertarse en el sistema laboral educativo por la gran cantidad de docentes que hay, mientras escasean funciones de formación continua, de apoyo a escuelas y de investigación. “Nuestro propósito no es reducir la inversión del Estado o dejar a colegas sin su trabajo, al contrario, lo que queremos es aprovechar mejor la inversión del Estado y que las instituciones desarrollen muchas más cosas de las que hoy hacen”, dice.

Para Lista, algunos cursos “se han abierto y se renuevan sistemáticamente aunque quizás tengan tres egresados y cuatro inscriptos”. En el caso del profesorado de Física, cuenta que es una carrera que ofrecen tres institutos simultáneamente: “En general, entre los inscriptos de los tres se puede hacer tranquilamente una comisión. Lo hemos visto muchos años y lo hemos señalado en su momento al Alicia Moreau de Justo, que este año tuvo muy pocos inscriptos. Con la carrera de Lengua del Mariano Acosta ocurrió lo mismo. Estamos hablando de inscripciones validadas de menos de diez alumnos”.

El funcionario asegura que la decisión no se tomó de imprevisto: “Este año hicimos encuentros específicos sobre estos temas, presentamos diagnósticos, los enviamos por comunicación oficial y les pedimos a los profesorados que nos presenten propuestas para reorganizar la oferta. Algunos lo hicieron y otros no, pero siendo comunicación oficial es información pública, abierta y disponible para todos”.

Lista cuenta que la inscripción de cara al año que viene se abrió con normalidad en octubre con un cierre previsto para el 12 de diciembre: “Pero cuando vimos que no venían bien los números entonces habilitamos hasta el 21 de diciembre. Pasada esa fecha, hicimos un análisis de los resultados e identificamos números que son críticos y en algunos casos sostenidos hace mucho tiempo. Ese mismo día tuvimos una reunión donde comunicamos esto a algunos institutos y el 22 se envió por comunicación oficial. Dijeron que esperamos a Navidad, pero en verdad estuvimos esperando hasta el último momento en el que los estudiantes aspirantes podían validar”.

            En cuanto a la acotación de las fechas de inscripción, justifica su necesidad porque permite “organizar con tiempo la planificación de las comisiones y fortalecer y extender lo más posible los cursos introductorios”, que son espacios donde los estudiantes conocen la institución, sus planes de estudios y se realizan actividades de nivelación para mejorar el ingreso a la carrera.  Lista asegura que “los espacios de diálogo siempre estuvieron abiertos” y que sigue “insistiendo y convocando a las instituciones para trabajar conjuntamente en generar todas las condiciones para lograr la reorganización de ofertas y los cambios de planes de estudio que sean más propicios para la formación docente”.

Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

El retorno a la cotidianidad escolar dejó en evidencia los efectos del aislamiento por la pandemia. Fonoaudiólogos y docentes explican qué pasó con los niños de jardín de infantes.

Los trastornos específicos del lenguaje (TEL) y del habla aumentaron tras el aislamiento obligatorio del 2020 de forma significativa en niños y niñas. La limitación de los vínculos y la interacción con pares pueden ser una de las causas en estos retrasos en el desarrollo integral de las infancias post pandemia. ¿Qué dicen las especialistas? ¿Cómo influye la recuperación de la educación presencial plena?

Para Laura Kolodny, licenciada en Fonoaudiología con orientación en Neurolingüística de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de Musicoterapia en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), “el aislamiento afectó bastante al desarrollo del lenguaje, dependiendo de la edad y de qué tan construido estaba el lenguaje en su momento. Antes tenía una lista de espera de muchos pacientes, pero en 2021 aumentó sobre todo en un grupo etario de tres años que todavía no hablaba. La pandemia atrapó a chicos de uno o dos años,  que están en la edad de la adquisición del lenguaje”, afirma.

El relato de Yesica Muñoz, estudiante del Profesorado de Nivel Inicial en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N° 55 (I.S.F.D. y T. N°55) de Escobar y mamá de un niño de hoy cuatros años en tratamiento por TEL coincide con los efectos de haber pasado un año confinados: “A los cuatro días de que el presidente decretó la pandemia, él cumplió dos años. Empezó jardín en 2021 a los tres, pero eran cuatro burbujas, no iba casi nunca. Recién este año comenzó normal”, señala, y destaca también que durante ese período de encierro el estímulo estuvo siempre presente: “En el profesorado aprendí tantas cosas y él estaba en una edad súper accesible para eso. Le leí libros, hacíamos juegos, entonces no tuvo nada que ver la falta de estímulo. Cuando me junté con una amiga y su hijo, de la misma edad que el mío, me di cuenta que hablaba muchísimo más que él. Llamé a la fonoaudióloga y dos semanas después el jardín me recomendó que lo lleve”.

En las consultas la fonoaudióloga le comunicó que el no ir al jardín provocó su retraso en el aprendizaje del lenguaje. “Me dijo que él necesitaba eso, el contacto con otros niños y niñas. No salía a ningún lado. Tenía la plaza en la otra cuadra y no podíamos ir. Cuando salió fue un niño muy feliz, ahí empezó a demostrar lo que es él ahora”, dice.

Según Kolodny, “son las interacciones con otros pares las que las niñas y los niños necesitan para poder comunicarse y las que tenían estaba muy reducida a la familia. Se perdió también el vínculo con otros pares en las plazas, en los lugares de diversión, con el resto de la familia, los tíos, los primos, con los amigos de las familias y sus hijos. Probablemente con las personas que vivían pasaban ocho horas frente a una compu, así el formato de comunicación estaba un poco complicado”, resalta.

En este sentido, Fabiana Ferrero, licenciada en Educación Inicial de la Universidad Nacional de Luján (UnLu), jefa del Campo Práctico 1 y 2 del Instituto Superior de Formación Docente y Técnico N° 55 de Escobar y maestra jardinera de hace treinta y siete años, remarcó la importancia de la educación inicial para las infancias: “Lo social que tiene la escuela no lo tiene nadie. La microsociedad la tiene en el jardín o la guardería. El estar presencial hace que sea más independiente y que adquiera un montón de habilidades que atrás de una pantalla no se pueden lograr. En el entorno familiar el niño habla mal pero la familia le entiende lo que quiere. Distinto es cuando no están en ese entorno, tienen que competir en el buen sentido con otro. Y para eso necesitan muchas habilidades, poder comunicarte, hacer valer tu palabra”, expresa.  

Cuando los jardines retornaron a una presencialidad con jornada completa, pudo notar la cantidad de niños con dificultad para comunicarse. “Tienen como un retraso de dos años. Hay un retraso importantísimo”, expresa Ferro.

Siguiendo esta línea, la licenciada en Fonoaudiología Fernanda Medina de la UBA, que atiende en forma particular y en un centro para chicos con discapacidad, dice: “La educación inicial permite exponer a los niños a situaciones nuevas y aprendizajes nuevos. Dentro de lo que es el desarrollo del lenguaje está muy marcado que es el entorno donde adquirimos el lenguaje por estar expuestos; no solo es la palabra de oído, sino lo que huelo, lo que siento, los gestos”.

Mayra Ruiz, licenciada en Psicopedagogía de la Universidad de Flores y parte del espacio terapéutico de aprendizaje Brinca y Rebrinca de General Pacheco, donde articulan distintas áreas para todas las edades, pudo notar como la cantidad de casos post pandemia se multiplicaron. “Aumentaron las consultas un 99%. Hay muchos chicos que están llegando a grados altos sin saber leer ni escribir. Si bien no le podemos echar toda la culpa a la pandemia, en ese tiempo del haber estado aislados, afectó. Todo lo social es muy importante para el chico para lo que es el habla. Al no poder pronunciarlo de manera adecuada es muy difícil que lo puedan pasar a un símbolo como lo puede ser una letra”, asegura.

El TEL está enmarcado en el campo de la salud mental y discapacidad. “La ley de discapacidad está dictada, pero no se están cumpliendo algunos aspecto de la regulación estatal. Hay que cambiar un poco el paradigma; no ver al niño como el niño que no llega a algo, somos nosotros los que estigmatizamos y tenemos que cambiar el chip de que somos la barrera. El niño no tiene que adaptarse a los sistemas, si no al revés”, exige la fonoaudióloga Kolodny.

Bellamente diversas

Bellamente diversas

El Centro Cultural Recoleta alojó el festival que busca es promover la diversidad corporal, sexual y de género y así prevenir los trastornos alimentarios.

Cuando Candela Yatche terminaba el secundario comenzó a notar la enorme importancia que recaía sobre los cuerpos en su colegio, sobre todo, en los de las mujeres. Para su fiesta de egresados sus amigas hacían dietas, bajaban muchísimo de peso y hasta iban a la cama solar. Cuando finalizó el año, dos de ellas comenzaron tratamientos por trastornos de la conducta alimentaria.

Según un informe de la Fundación La Casita, Argentina es el segundo país con más trastornos de la conducta alimentaria en el mundo después de Japón, por lo que estas experiencias no solo atravesaron la adolescencia de Candela si no, también, las de muchas otras mujeres. Al egresar del colegio decidió crear una cuenta de Instagram para poner en palabras estas cuestiones: “Ahí hablaba de por qué no hay diversidad de talles, por qué en las publicidades siempre aparecen las mismas personas, un montón de porqués que empecé a cuestionar. Una pregunta fue llevando a la otra hasta que mucha gente se empezó a sumar y de una cuenta de Instagram creció un proyecto social y hoy en día es una fundación sin fines de lucro que lo que busca es promover la diversidad corporal, sexual y de género y así prevenir los trastornos alimentarios”, explicó, en diálogo con ANCCOM, Candela, fundadora de Bellamente.

El miércoles se realizó en el Centro Cultural Recoleta el cuarto Festival Bellamente con entrada libre y gratuita. Mientras bajaba el sol, la gente se fue acercando a la terraza para pasar una tarde llena de música y para escuchar paneles de distintas activistas. La jornada comenzó con una charla sobre discapacidad y racismo con Daniela Aza y Melisa Yaleva de invitadas. Más tarde, se sumaron Lucía Levy, periodista de moda, y Brenda Mato, modelo y activista de la diversidad corporal, a discutir sobre nuevas maneras de pensar la moda, la Ley de Talles, ecología y fast fashion. A su vez, Acus y Mora Navarro se lucieron con sus interpretaciones musicales. Esta última, cantó “Libres” una canción ya convertida en himno en la conmemoración de fechas como el Día de la Mujer y Ni Una Menos. Por su parte, Mercedes Russo leyó un relato de su autoría sobre la recuperación de un TCA. 

Además, el Festival contó con variedad de propuestas con el fin de emprender un camino de transformación social a favor de la diversidad, la igualdad de género y el cuidado de la salud mental. Una de las actividades fue el stand de Un Pelito Más Fácil, destinado a la donación de pelo para la confección de pelucas para entregar de forma gratuita a niñas, adolescentes y adultas que estén transitando por un tratamiento oncológico. “La idea es inspirar a que cada uno desde su lugar pueda hacer algo por el otro, en este caso, donando un poquito de su pelo. Hay que romper algunos mitos que hay sobre la donación de pelo, cualquier tipo de pelo sirve, teñido, alisado, decolorado, desmechado”, comentó Carina Cohen. “También vamos a las escuelas para que se pueda abrir la conversación de un tema tan complicado como es el cáncer, sobre todo el cáncer infantil. Para que los chicos puedan entender qué pasa cuando un nene se enferma o cuando la mamá de un compañerito se enferma y que entre todos le hagamos, como es nuestro lema, ´un pelito más fácil la vida al otro´”, agregó.

También participaron del Festival asociaciones como Preservate, que se dedica a dar charlas de Educación Sexual Integral en distintos ámbitos e instituciones para todas las edades y FUSA, que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas a través de la promoción, prevención y atención integral de la salud desde una perspectiva de género y derechos humanos. Contratá Trans fue, a su vez, parte de la jornada: una organización que busca insertar a las personas trans en el mercado laboral. “Cada vez que una persona asume su identidad es muy poco probable que puedan ir a entrevistas o que sean consideradas para los trabajos formales. El 60 por ciento de la población recae en lo que es prostitución o trabajo sexual y tiene una expectativa de vida de 40 años. Por eso, lo que buscamos hacer desde la organización es ayudar a estas personas para que puedan insertarse en el mercado laboral y tener una vida digna como cualquier persona. La idea es que la gente se acerque, que nos puedan conocer, que, si hay personas de la comunidad trans que vengan a cargar CVs a nuestra plataforma”, dijo Romina Ramírez, voluntaria de la organización, a ANCCOM.

Por su parte, Anybody, la ONG que impulsó la Ley de Talles contó con su stand. “Estamos consultando cuándo hicimos la primera dieta para mostrar que tan chiquites empezamos con ese tipo de procesos tan violentos para nosotres mismes y ver cuánto camino falta recorrer para aceptarnos”, explicó Ayelén Lecman.

El evento finalizó con un desfile diverso, siguiendo con el lema de Bellamente de “somos más que un cuerpo”, uno de los pensamientos que circulaban por la cabeza de Candela cuando era adolescente. “Avanzamos un poquito, pero falta muchísimo más para hacer. Cada vez hay más marcas con diversidad de talles, más y más personas que dejan de comentar sobre otros cuerpos, pero hay que hacer un cambio masivo y todo eso es un proceso, lleva tiempo. Esto es una lucha no es una moda, las modas son pasajeras, esto vino para quedarse y tenemos que poder repensar y cuestionar en conjunto. Necesitamos que el cambio sea sistémico”, concluyó la fundadora de Bellamente.

 

En Parque Patricios, 106 familias temen por su inminente desalojo

En Parque Patricios, 106 familias temen por su inminente desalojo

En Casa Santa Cruz, se agotan las esperanzas y no aparecen las respuestas del Gobierno de la Ciudad. En CABA se produce un desalojo por día.

A la falta de políticas públicas para promover el acceso a la vivienda en CABA se suma un Estado que prioriza los negocios inmobiliarios. Los desalojos representan la máxima expresión de las problemáticas habitacionales, pero lejos de ser una excepción, ocurren permanentemente. En estos días 106 familias que viven en Casa Santa Cruz, en el barrio de Parque Patricios, pueden sumarse a una estadísticas que asustan.

 Un desalojo por día

Cuando una persona es desalojada recibe una derivación del BAP (programa Buenos Aires Presente) para cobrar un subsidio habitacional y costearse, se supone, una habitación de hotel. Gigi Krein, referente de Consejerías de Vivienda, organización que aborda la problemática del acceso a la tierra y la vivienda, asegura que en el último año en CABA hubo aproximadamente 365 desalojos. La información se obtuvo a través de un pedido de acceso a la información pública a la Dirección General de Atención Integral Inmediata, para conocer la cantidad de derivaciones para cobrar subsidios habitacionales otorgados por desalojos.

Este organismo brinda asistencia a personas en situación de calle y gestiona una red de alojamientos “.para atender la emergencia habitacional en la ciudad”, tal como detallan en su página web. La respuesta fue que llegaron 137 derivaciones a personas o familias desalojadas. Krein aclara: “Esas cifras solo incluyen desalojos formales a los que hay que sumar también los desalojos en piezas de hoteles, villas, y pensiones, que suceden sin juicio mediante, y a aquellos que recibieron la derivación y no cobraron el cheque. Así, estimamos que en 2022 en CABA hubo un desalojo por día”.

Casa Santa Cruz

La estadística de la situación habitacional en CABA dará un salto repentino de concretarse el desalojo de las 106 familias que viven en el edificio ubicado en la calle Santa Cruz al 140, en Parque Patricios. Los vecinos y vecinas transitan un proceso judicial de desalojo desde el 2010.

El edificio se encuentra en la manzana situada entre las calles Santa Cruz, Finochietto, Uspallata, y Juan Carlos Gómez, frente al Parque Florentino Ameghino, sus habitantes le dieron el nombre de Casa Santa Cruz. El predio funcionó como fábrica de toallas de la empresa textil SELSA hasta su quiebra a mediados de los noventa. Entre los años 2002 y 2006, la crisis económica y social del país obligó a vecinos y vecinas de la zona a refaccionar el predio y habitarlo para evitar vivir en la calle.

En el año 2010, el empresario hotelero Leonardo Ratuschny compró por 1.550.000 pesos el inmueble habitado por 106 familias a través de una subasta. Su objetivo era hacer un negocio inmobiliario de alquileres temporales por lo que inició el juicio de desalojo de inmediato. Jonatan Baldiviezo, el titular del Observatorio de la Ciudad, que acompañó a los vecinos y vecinas de Casa Santa Cruz en los conflictos a lo largo de los años, señala en su informe sobre el caso: “Ratuschny aparece, además, como demandante en múltiples juicios por desalojo, que evidencian la estrategia económica de comprar edificios habitados por bajo costo, para luego abordar el desalojo de los mismos por medio de instancias judiciales”.

En el 2014, a raíz de la denuncia de desalojo, las familias de Casa Santa Cruz registraron la cooperativa de viviendas Papa Franciso en el marco de la Ley N° 341 de CABA. Un año después, a pedido de los habitantes, se organizó una audiencia en donde estuvieron presentes representantes de la cooperativa, del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) y el dueño para plantear la posibilidad de una compra. Según el informe del Observatorio de la Ciudad, Ratuschny en esta ocasión valuó la propiedad en 30.000.000, mientras el Tribunal de Tasaciones de la Nación, por la entonces Secretaría de Hábitat, lo hizo en $8.000.000. Así las cosas, no se llegó a un acuerdo.

Estado ausente

Iliana Llanos, presidenta de la cooperativa Papa Francisco, cuenta: “Nosotros hemos agotado los recursos judiciales. Solo nos queda esperar a que el oficial de justicia programe un día y envíe la orden de desalojo”. Agrega que la única propuesta que les han ofrecido es un subsidio habitacional de 13.000 pesos para alquilar una habitación en un centro de alojamiento permanente, propuesta que rechazaron por considerarla insuficiente: “Además, en los hoteles familiares suelen no alquilar a personas con niños”, añade Llanos.

            El informe del Observatorio de la Ciudad afirma que funcionarios del IVC, responsables de la operatoria de la Ley N° 341 informaron a representantes de Casa Santa Cruz que el programa estaba desmantelado, desfinanciado, y con un presupuesto asignado que no llegaba a cubrir el mantenimiento de los gastos de las cooperativas que tienen viviendas en proceso de construcción. Según llanos, estas respuestas evidencian la falta de voluntad política para solucionar el problema: “Además del juicio de desalojo, venimos cursando otro juicio que le hacemos desde Casa Santa Cruz al gobierno por no dar respuesta a nuestros reclamos”. Y concluye: “lLs vecinos y vecinas de Casa Santa Cruz no nos vamos a ir, vamos a resistir y luchar para conseguir la tierra que nos deben”.

            El barrio en donde se encuentra Casa Santa Cruz, Parque Patricios, representa un espacio tentador para los negocios inmobiliarios. La creación de los distritos de Tecnología, de las Artes y de diseño, la construcción del Archivo General de la Nación donde se encontraba la antigua Cárcel de Caseros, la extensión de la línea H de Subterráneos, que incorporó las estaciones Parque Patricios en 2011, y Hospitales en 2013, y la inauguración de la nueva sede de Jefatura de Gobierno porteño, son algunos de los proyectos que valorizan el espacio y facilitan los negocios especulativos de construcción de viviendas restringidas a los sectores medios-bajos, agravando la crisis habitacional.

Gigi Krein, referente de Consejerías de Vivienda, apunta: “Existen cerca de 200.000 viviendas vacías en CABA, y todavía hay gente viviendo en la calle”. Y cierra: “Los remates son un negocio redondo para los desarrolladores inmobiliarios, que muchas veces compran en pesos para construir y vender en dólares”.

Sin un Estado presente que nivele un poco las cosas, los ciudadanos de Buenos Aires con menos recursos quedan a merced de un negocio que avanza por todos los barrios: solo les queda exponer sus propios cuerpos.

Malestar Arena

Malestar Arena

Vecinos de Villa Crespo continúan reclamando contra los recitales que se realizan en el megaestadio propiedad del diario La Nación y de Movistar. ¿Cómo alteró la vida en el barrio?

Vecinas y vecinos del barrio porteño de Villa Crespo realizaron un corte entre la avenida Dorrego y Corrientes, el lunes 12, en rechazo al Megaestadio Movistar Arena, perteneciente al diario La Nación, Movistar y la multinacional AEG WordWine. El reclamo está dirigido contra  la realización continua de recitales que genera múltiples incomodidades  en quienes residen en la zona, sumado a la falta de respuesta y de atención por parte de las autoridades a sus reclamos.

Estas inconformidades han estado presentes desde la inauguración del estadio en el 2019 y los vecinos conviven con ellas. Las molestias se intensificaron con el pasar de los años con una leve pausa por la pandemia, sin embargo en el último semestre del  2022 se han agravado todos los inconvenientes haciendo imposible la vida cotidiana en el barrio. 

«Los vecinos y vecinas ya estamos cansados de todos los inconvenientes que tenemos producto de los recitales, los siete días de las semana en el Movistar Arena. Venimos reclamándole al Gobierno de la Ciudad desde antes de noviembre del 2019 cuando se inauguró, porque ya preveíamos lo que iba a pasar. Comenzó luego con un aforo de 2.500 personas, más tarde con 4.000 y ahora está al 100%, y desde los últimos seis meses hubo 91 recitales», dijo Luis, un vecino autoconvocado contra el Megaestadio. 

En los últimos 180 días hubo 91 recitales, lo que significa un evento cada dos días. Esto para los habitantes de casi ocho cuadras a la redonda se convierte en:

  • Ruidos que se originan a la entrada y a la salida de los shows, que por lo general son en horario nocturno.
  • –  Vibraciones en los edificios.
  • – Cortes en las calles y la imposibilidad de transitar por las mismas, y acceder libremente a los domicilios.
  • – Autos en doble fila estacionados en las veredas, tapando garajes y rampas para personas con discapacidad.
  • Imposibilidad de estacionar los autos en las puertas del propio domicilio.
  • -Acampes prolongados de quienes van a los recitales, ocasionando molestias a quienes viven más cerca por el ruido, la música, la ausencia de baños químicos, etc.
  • La suciedad que queda después de cada evento, botellas, alcohol, orina en la puerta de las casas, etc.

 Los vecinos de lo que han denominado como “Molestar Arena” conviven con  diversas situaciones. “Las personas que viven alrededor del estadio no pueden circular libremente, trapitos que en convivencia con la policía, al que vive en algunas de las cuadras que están rodeando el estadio cuando quiere estacionar su auto en la puerta, le cobran dos o cuatro mil pesos, una barbaridad. Tenemos un problema en las vibraciones en los edificios altos, los sonidos de los bajos hacen que retumben en los edificios hasta ocho cuadras a la redonda. Hay fans que acampan, sin ningún tipo de cuidado a la una de la mañana, tenemos filmaciones de gente que está cantando, que está con música a todo dar, por supuesto ni el Gobierno de la Ciudad ni el Movistar pone baños químicos, entonces es una mugre las veredas”, comentó Luis. 

“No damos más, viene desde que abrieron este Megaestadio Movistar Arena, que en principio se llamaba microestadio y pensamos que iba a ser algo chico, cuando nos dimos cuenta ya era tarde, ya estaba construido. Cuando comenzaron los recitales empezaron los problemas, pero este último semestre ya se ha vuelto intolerable para todos los que vivimos cerca porque tenemos recitales casi todos los días y tiene una capacidad como para dos Luna Park, entonces es todos los días entrando y saliendo quince mil personas dos veces por días, y algunos acampan, es un caos, los trapitos, el ruido, es un descontrol, los vecinos estamos que no damos más”,  comentó Laura González Vidal perteneciente a la comunidad. 

Pese a la masividad de eventos que trajo el fin de la pandemia, ya existía un acuerdo que establecia un límite de recitales que no se cumplió. “Para paliar un poco la problemática, pedimos que se restrinja un poco. Por problemas de salud, hay personas que con las vibraciones se tienen que ir de sus casas, porque no puede estar en la cama po que se le mueve, se marean, tienen vómitos”, comentó Luis. 

Esta situación ha impedido que la comunidad lleve una vida normal, “no se puede vender alcohol en los comercios cercanos, con lo cual todos los vecinos no podemos consumir alcohol, no podemos hacer un asado y comprar vino o cerveza porque está cerca de un estadio, lo más gracioso es que dentro del estadio sí se vende alcohol”, dijo González Vidal.

Aunque por lo general estos eventos reactivan la economía para los vecinos, “los únicos que ganaron plata fueron el Movistar Arena, no es que se haya derramado dinero al barrio, no reactivó la economía, el barrio sigue igual -comentó González Vidal y agregó-. El barrio se ha convertido en un caos sin mejoras en el resto, lo único que mejoraron fue la vereda del Movistar Arena, yo vivo a la vuelta y mi casa en las veredas están todas rotas como hace veinte años, no ha mejorado en nada el barrio”.- 

Este Megaestadio de 25 mil metros cuadrados, con una capacidad de casi 16.000 personas fue construido en un terreno público cedido por la Legislatura porteña al Club Atlanta que, a su vez, lo cedió en comodato al diario La Nación. “El terreno donde está Movistar Arena es un terreno que es de la ciudad, para un uso de la colectividad y la ley de creación los hacen exentos de pagar impuestos, y ABL durante cuarenta años -dijo Gustavo Perrone y agregó-. A la sociedad no le retribuye nada. Nos quedamos sin agua desde el viernes, y sin bomba para subir el agua y sin ascensores y vecinos míos del edificio cruzaron a pedirle que nos conectaran una canilla para cargar agua por que no teníamos y no quisieron. Ni siquiera eso, ni siquiera agua“.