«Cámpora era un hombre absolutamente leal»

«Cámpora era un hombre absolutamente leal»

A 50 años de la asunción de Héctor Cámpora como presidente, el abogado y catedrático Oscar Moreno reflexiona sobre los acontecimientos de la época y su vivencia personal de los que define como sus “49 días como oficialista”.

En junio de 1966, tras el derrocamiento del presidente Illia, se instauró la dictadura de Juan Carlos Onganía, Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Lanusse, la autodenominada “Revolución Argentina”. Todos ellos, en ese orden, fueron los generales que estuvieron en la presidencia durante este período que finalizó en 1973. Cada una de las gestiones cayeron por un contexto nacional en el que la movilización popular desbordaba, lo que hizo que el régimen militar se viera obligado a preparar la transición hacia el retorno de la democracia. En este sentido, se levantó la proscripción del peronismo, aunque los militares implementaron diferentes mecanismos para evitar la candidatura de Perón.

Ante las restricciones, Perón eligió como candidato a Héctor José Cámpora para las elecciones presidenciales de 1973, quien ganó por amplia diferencia. A 50 años del “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, el abogado y profesor emérito de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Oscar Moreno, dialogó con ANCCOM sobre los 49 días de aquel fugaz mandato, no sólo desde una mirada académica, sino también que protagonizó los acontecimientos de la época.

¿Quién era usted cuando asumió Cámpora?

Me hice peronista en 1959. Mi padre era maestro en una escuela rural en La Pampa, vinimos a vivir a Buenos Aires para estudiar y vivíamos en un barrio muy humilde de Flores Sur, cerca del Hospital Piñero y el Cementerio de Flores. Allí vivían muchos de los obreros del frigorífico Lisandro de la Torre. Era muy divertido porque a las seis de la tarde, cuando volvían de su trabajo, todos se sentaban a tomar mate en pijama y camiseta en la calle y el día que no los veías a ninguno, era un día que había llegado una cinta de Perón. Cuando tomaron el frigorífico porque Frondizi lo quiso privatizar fue una revuelta popular de un tamaño… los vecinos del barrio arrancaban los adoquines y los tiraban a los tanques. Yo era muy joven y me dije: “Me he pasado la vida leyendo a Marx y buscando a los proletarios, los proletarios están acá” y a partir de ahí milité en el peronismo, como decíamos en broma con muchos compañeros, casi siempre del lado contrario. Casi siempre Perón nos ganaba. A partir de ahí, tuve un periodo de militancia bastante activa en la defensa de los presos políticos y muy cercana a lo que se llamó “La Tendencia”. Cuando Perón destituye a Paladino como delegado personal y nombra a Cámpora, ahí tuve un acercamiento mayor porque yo era bastante amigo, o por lo menos conocido, de un sobrino de Cámpora: Pedro Cámpora. Por Pedrito conocí a su hermano Mario, el primer embajador en Londres cuando se repusieron las relaciones diplomáticas. Fue como el ideólogo de todo esto: formamos un núcleo de amigos que trabajó por la candidatura de Cámpora.

 

¿Cuál era el ambiente de época?

Hay una cosa que entender. En 1966 Onganía destituye a Illia y fue un gobierno de origen nacionalista, católico y militar que tenía la intención de quedarse en el poder. Uno de los errores políticos que comete es intervenir y prohibir la vida política en las universidades. Los estudiantes dejaron de ser militantes para poner al presidente del centro de estudiantes y los consejeros en los consejos de la facultad. Se empieza a dar un proceso de politización de esa juventud y de acercamiento hacia el peronismo. Lo que uno sentía en ese momento es que se había roto aquella tradición de que las clases medias eran antiperonistas. Aparece un movimiento juvenil muy fuerte que se arrima al peronismo, que vitorea a Perón y pide su vuelta. O sea, ya el peronismo dejó de ser una cuestión propia de los trabajadores y los sindicatos y pasó a ser un proceso de masas.

¿Era el retorno de “los años felices” anteriores al 55?

No, esto es muy complejo. Lanusse entiende que debe abrir el proceso electoral y se ve así mismo, a partir de un acuerdo con Perón, presidente electo democráticamente y para eso genera el Gran Acuerdo Nacional. Perón, con esta cosa chicanera que tenía para hablar, tumba rápidamente esta idea cuando dice: «Lanusse tiene las mismas posibilidades de ser presidente electo en Argentina que yo rey de Inglaterra». Entonces empieza ahí un tironeo fuerte entre ambos y ocurre un hecho militar y político: la Masacre de Trelew. Esto trajo una especie de rebeldía contra Lanusse, quien así pierde sus posibilidades de ser candidato. Entonces, ¿qué es lo que empieza? Perón, que era un viejo zorro de la política, se aviva que Paladino, su delegado personal, era más un delegado de Lanusse ante Perón que un delegado de Perón ante Lanusse. Entonces lo destituye y trae a la escena a Héctor Cámpora, un tipo que tiene como virtud central haber sido toda su vida leal a Perón. Y a partir de ahí se gesta todo un movimiento, «el peronismo de la victoria», y la posibilidad del retorno de Perón. La dictadura apuesta a que no va a volver, pero cuando se hace visible la vuelta se produce una cosa absolutamente inconstitucional: el proyecto de transformación de las elecciones en el que pone una cláusula proscriptiva que consistía en que quien no estuviera el 25 de agosto del 72 en Argentina, no podía ser candidato. Perón vuelve en noviembre a pesar de ello, en un chárter con 150 dirigentes peronistas y hace una reunión con todos, incluido (el radical) Ricardo Balbín. Cuando Perón se va tratando de que no haya demasiados conflictos dentro del movimiento, lo deja a Cámpora como candidato y cuando vuelve es presidente. La campaña fue una cosa que sorprendió a todo el mundo, eran actos masivos en todos lados, pero en esa campaña toma muchísima fuerza la juventud, yo te diría de la izquierda montonera, y los discursos se iban radicalizando. Fuimos a las elecciones y con un sistema de computación de datos muy improvisado, a las 2 de la mañana, más o menos, teníamos la noticia de que llegábamos al 50 por ciento. Cámpora era un hombre absolutamente leal, pero muy tozudo. No quiere creer lo que Abal Medina decía: le estaban, desde antes del 11 de marzo, forjando su caída lo que podríamos llamar la derecha peronista: el teniente coronel Osinde, Norma Kennedy, Alberto Brito Lima, del Comando de Organización. Toda esa gente se alía con López Rega. ¿Cuál es el miedo del rumbo? Él había armado durante muchos años el gran negocio: llegar a la Argentina con Perón presidente, Perón enfermo, Perón se muere, queda Isabel y él está en el poder. Como Perón se agravó esos días, el gran miedo de “Lopecito” era que se muriera Perón en Madrid, Cámpora presidente y él queda fuera del juego. Entonces empieza a armarse toda una cosa muy fuerte contra Cámpora. Cuando Perón vuelve a la Argentina ocurre la Masacre de Ezeiza, un enfrentamiento entre Montoneros y la derecha de Osinde. Perón no puede llegar y a partir de ahí Cámpora empieza a perder cada vez más poder político hasta que le presenta la renuncia a Perón.

Estuve en la Casa Rosada. Lo echamos al representante del gobierno de Estados Unidos, no lo dejamos entrar. Era un ambiente increíble. Dentro del Salón Blanco, cuando Lanusse entrega los atributos a Cámpora, nosotros gritamos: «Se van, se van y nunca volverán» en la cara.

Oscar Moreno

¿Qué balance hace de la presidencia de Cámpora?

Su gobierno es difícil de entender porque duró muy poco tiempo y además porque tuvo un gabinete que en el lenguaje de ahora se diría “loteado”: había ministros de Cámpora aceptados por Perón, ministros de Perón aceptados por Cámpora y ministros que eran conversables. Entonces, lo que podría decirse del período de Cámpora, más allá de la lealtad a Perón, es que se producen algunas transformaciones. Por ejemplo, la presencia de Carcagno en la comandancia del Ejército hace que el ejército liberal tenga desde ahí pocas posibilidades de llegar, más allá de que los que entonces éramos unos terribles izquierdistas no queríamos a Carcagno. Queríamos que pusieran al último coronel así los echaban a todos. Ahora, 50 años después, te digo que no nos daba la política para hacer eso, pero entonces queríamos eso: poner un coronel y echarlos a todos. La otra cosa muy importante que queda del gobierno de Cámpora, me parece a mí, es una política exterior. No nos olvidemos que en su asunción las dos figuras centrales fueron Salvador Allende y Dorticós, el presidente de Cuba. Era decir: “Bueno, acá estamos, construyendo una unidad continental”. Tampoco puedo dejar de destacar el discurso que tuvo el Ministro del Interior “Bebe” Righi: “El discurso a la policía”, donde le dijo a la policía lo que tenía que hacer.

¿Qué rol tuvo usted dentro del gobierno?

Yo bromeo con eso, siempre digo: “Los 49 días que fui oficialista”. Yo no tenía ningún cargo, sí era parte de una banda de abogados que nos respetaban mucho: Mario Hernández, Roberto Sinigaglia… Nosotros entrábamos a la Casa de Gobierno como en nuestra casa. Cuando Cámpora decidió renunciar, Sinigaglia, yo y otra gente más nos quedamos afónicos discutiendo con el “Bebe” Righi. Le decíamos que Cámpora tenía que llevar la renuncia, pero que se tenía que transformar en una movilización, o sea llamar a la juventud a una gran movilización, con Cámpora al frente para entregarle la renuncia a Perón, pero con miles de personas.

¿Se acuerda de lo que estaba haciendo mientras asumió Cámpora?

Estuve en la Casa Rosada. Lo echamos al representante del gobierno de Estados Unidos, no lo dejamos entrar. Era un ambiente increíble. Dentro del Salón Blanco, cuando Lanusse entrega los atributos a Cámpora, nosotros gritamos: «Se van, se van y nunca volverán» en la cara. Después vino el primer gran problema del gobierno que fue la noche en Devoto, que también estuve, porque los presos se querían ir. Habían sacado una consigna: no puede haber ni un solo día de gobierno peronista con presos peronistas. Mientras tanto, Devoto ardía y ahí estábamos los abogados, con Mario Hernández, que era como el cabecilla nuestro. Estábamos todos y vino Juan Manuel Abal Medina, que no tenía ningún cargo, pero tomó la palabra y ordenó salir. Entonces se decretó el indulto, al otro día se discutió la Ley de Amnistía y se aprobó, pero cuando se discutió ya estaban todos los presos afuera. Era muy claro que la gente que salió de ahí lo hizo con la idea de volver a pelear y lo que me acuerdo de esa noche es que a muchos no los volví a ver. Yo fui muy amigo de Paco Urondo, que después se me perdió en la vida, quien esa noche entrevistó a los tres sobrevivientes de Trelew e hizo el libro La patria fusilada. Muy poca gente volvimos a ver porque se fueron a la militancia, que al poco tiempo se volvió clandestina. A 50 años, diría que la mayor locura que tuvimos todos, de todo eso que se llamó “la izquierda peronista”, “La Tendencia”, como le quieras llamar, fue creer que podríamos hacer un país socialista con Perón como líder. Perón nunca fue socialista ni lo quería ser ni lo iba a ser, entonces ese error de base. Ahora, sí yo tengo que rescatar la figura de Cámpora, o al propio Abal Medina, quedó claro que fueron figuras que permitieron el regreso de Perón y permitieron esta “primavera camporista”.

En la Revista Gestión Cultural escribió un artículo en el que plantea que “el retorno de Perón y su último gobierno, en un clima de efervescencia social, hicieron que las expresiones de las artes aparecieran subordinadas a un proceso político y social que ponía al descubierto una muy fuerte tensión social”. ¿Qué quiso decir con eso y cómo se manifestó durante el gobierno de Cámpora?

Cuando uno habla de los 60 en el mundo, está hablando de la aparición de un fenómeno nuevo llamado la juventud. O sea, los 60 traen a la escena la juventud. Si uno quiere hacer los 60 argentinos, tiene que tomar la idea del historiador Eric Hobsbawn, donde dice que hay siglos largos y siglos cortos, que estos no dependen del calendario sino que tienen que ver con hechos. Por ejemplo, él dice que el siglo XX es un siglo corto porque va desde el final de la Primera Guerra Mundial en 1918 hasta la caída del muro de Berlín. Ese es para él el siglo XX. Yo digo que los 60 empiezan en el 58 cuando asume Frondizi y terminan en el 66 cuando asume Onganía. Esos 60 generan un mundo cultural donde esa juventud que se estaba peronizando toma mucha importancia. Uno tiene que recordar que durante el gobierno de Ongania se cierran ingenios azucareros en Tucumán y se produce una gran rebelión de los obreros y las artes generaron una respuesta que se llamó “Tucumán arde”. Lo importante de esto es que un conjunto de artistas se solidariza con los trabajadores y arma una expresión artística. Ahora, ese movimiento en el período de Cámpora uno no lo puede identificar porque fue tan efervescente y tan corto que uno no puede trazar una línea y decir: “Hubo una política cultural de determinado tipo”. No la hubo porque no hubo tiempo de trazarla. La cosa más marcable de la cultura podría ser la apertura y vuelta a la política de las universidades.

¿Qué opinión le merece la juventud de aquel entonces?

Hay un fenómeno muy particular de la política argentina que es que el mayor hecho de masas del siglo XX, el Cordobazo, tiene como hijos organizaciones vanguardistas y armadas. O sea que ahí nace las FAR, el ERP, Montoneros, pero esta última tiene la virtud de incluir a todos los peronistas tradicionales de izquierda, se lleva a todos los Descamisados. Sí tengo críticas a Montoneros, en particular a su conducción: fue una organización aparatista que cuando lo bajan a Rucci y luego pasan a la clandestinidad, dejan a las organizaciones de masas muy descubiertas y esto permitió que avance la represión. Se transformó en una organización elitista que tenía el dinero afuera, mientras acá se morían compañeros que se quedaban dormidos en el tren de ida y vuelta al Tigre y el guarda los denunciaba. Yo decía: “Acá algo estuvo mal”. Ahora, críticas a la juventud en general no tengo, porque esa juventud siguió esa línea y bueno, sufrió la frustración que sufrimos todos, pero sí tengo para ellos una cosa que me parece admirable: la alianza con los obreros y la gestación de un movimiento que, entre otras cosas permitió, la vuelta de Perón.

¿Qué pensás de la juventud de la actualidad?

No sé hoy, tengo muchas dudas, tengo 80 años. No tengo participación en la política, pero sí opino desde afuera. Con el primer gobierno de Néstor se produce una cosa parecida a aquella “explosión camporista”. O sea, la juventud sale a apoyar a Kirchner y después de su muerte aún más. Hay una juventud importante que revive a la política, que viene a la política con Néstor y eso es muy parecido a lo que pasó hace 50 años. Ahora, después de Néstor la cosa se complica más y ahí no sé por qué. Yo ahora no tengo esta misma posibilidad de criticar a Montoneros, porque entonces tenía que ver y también me jugué la vida en alguna cosa y me comí 10 años de exilio durante la última dictadura. Ahora no tengo la misma crítica, pero La Cámpora, que dirige toda esta gente vanguardizada, no sé si no comete algunos errores aparatistas en el sentido que decía antes de la organización Montoneros. No lo sé porque no estoy militando, pero visto de afuera pareciera que hay también distancia entre lo que pretende la organización La Cámpora y esta enorme juventud que apareció en la política con Néstor. Entonces yo haría esa comparación: los que son de la juventud con Néstor a la aparición de la juventud con Cámpora.

Messi, la alegría tercermundista

Messi, la alegría tercermundista

Se publicó “La Tercera”, un libro que cuenta la historia de cómo la Argentina y Messi ganaron la Copa del Mundo en Qatar. Con la Selección de regreso al país para festejar junto a su público, Alejandro Wall –autor del texto junto a Gastón Edul- explica detalles sobre el proceso de producción y su experiencia en ese país.

Tras vencer a Francia en los penales y obtener la presea que más deseaban Lionel Messi y sus compañeros, todos los argentinos salen a festejar en las calles. Mientras ocurre esto, ya en la madrugada de Qatar, el periodista de Tiempo Argentino y Fox Sports Alejandro Wall recibe la propuesta de Editorial Planeta: escribir un libro sobre la obtención de la nueva estrella. Así nació La Tercera.

Una vez aceptada la idea, empieza a organizar las piezas y convoca al periodista de TyC Gastón Edul, para unir sus distintas miradas en diseñar en tiempo récord una crónica que posee todos los condimentos y que incluye un poster con la Scaloneta levantando la copa. Wall cuenta detalles sobre este best seller y reflexiona sobre sus coberturas en Qatar.

¿Qué sensación te genera la repercusión que está teniendo el libro?

Muy linda, es como una especie de continuidad en la que hay muchas ganas de revivir lo que fue ese mes increíble, que la celebración y que la alegría no se terminen. Después, por supuesto, está la cuestión del objeto permanente, querer tener el libro y el póster. Me gusta mucho la masividad con la que se está leyendo y en particular lo que pasa con los más chicos. Veo que todo el tiempo nos llegan imágenes de chicos y de chicas leyéndolo, en algunos casos padres que nos cuentan que sus hijos no habían leído nunca, pero se engancharon con esto. Eso es hermoso, es una puerta abierta para otras lecturas.

¿Han recibido alguna devolución de los miembros de la Selección?

Todavía no, esperemos que les llegue pronto. Gastón (Edul) estuvo con los premios The Best y aún está de gira, ahí le llegará a algún jugador. Ojalá que lo puedan leer y les guste, ellos son los verdaderos protagonistas de todo. El libro llegará en un tiempo a Europa, donde están la mayoría de los jugadores. A partir de ahí veremos qué pasa.

En el libro destacan que Gastón tuvo una mirada “desde adentro” por estar en el campo de juego y en contacto permanente con los jugadores. ¿Qué implica tu mirada “desde afuera”?

Te permite obtener una panorámica de lo que estás viendo. Uno para acercarse a una historia también a veces tiene que alejarse, ver lo que pasa alrededor. Este fue mi tercer mundial y tuve la suerte en cada uno de poder contarlo moviéndome con mucha libertad: no estar tan atado a los entrenamientos o las conferencias de prensa, sino poder hacer mucha más calle, ir a otros partidos que me interesan y ver otras selecciones.

¿Cómo se trabajaron ambas miradas durante el proceso de producción?

Con Gastón teníamos en ese punto una situación en la que no era uno solo el que se tenía que alejar y acercar, sino que éramos los dos que estábamos en ese lugar y tratando de intercambiar todo el tiempo ideas. Hicimos un texto que era común, con lo cual unificamos las dos voces. Me acuerdo que las primeras cosas que escribimos nos plantéabamos eso: “¿Qué pasaba dentro de la cancha? ¿Y en el palco de prensa? ¿Y en Argentina?”. O sea, ir recolectando esos distintos lugares.

En los primeros capítulos cuentan que no fue el mundial de Europa ni de la cerveza, sino del Islam, y que Messi logró una “unidad tercermundista”. ¿Qué significa?

Es una idea de lo que pasó en Qatar. Europa estaba casi en pie de guerra contra ese país: sus selecciones fueron bajo protesta de algunas circunstancias y con muchos menos hinchas de los que suelen haber en otros mundiales. Si un equipo europeo jugaba contra uno de otra parte del mundo, en general eran menos los hinchas europeos que los que había en otros lados. Luego lo que empezó a pasar es que estaban los inmigrantes, los trabajadores, los que vivían en Qatar y también los que estaban en otras partes del mundo emocionados con Messi, construyendo como una especie de hinchada por fuera de los argentinos. La alegría excedió a los miles de argentinos que estaban en Qatar, o de los millones que estaban en la Argentina, y se creó un vínculo.

¿En qué sentido?

Visité un barrio en Doha, la zona industrial. No era ni de acceso ni de cercanía del turismo, estaba como por fuera de las luces de Doha. Apenas entrabas, eras un extraño en el lugar, sin embargo si decías que eras argentino, inmediatamente formabas parte de todo eso. Era muy emocionante, porque en ese barrio había posters de Messi, fotos de Maradona y camisetas argentinas por todos lados. En el centro comercial de Asian Town, un pibe me regaló un llavero de Bangladesh. Ahí te dabas cuenta que más allá de estar en partes del mundo tan disímiles culturalmente, había una conexión de pueblos que fueron en su momento colonizados y que tienen distintas historias. Por eso hablo del Tercer Mundo: con distintos asuntos en común se sienten unidos y creo que Messi lo consiguió.

En el prólogo, Ezequiel Fernández Moores señala que a la hora de escribir evitás una “mirada occidental”. Considerando eso, ¿Qatar era un lugar para temer?

No creo que las cosas sean tan blanco o negro. Al principio, recuerdo haber leído a gente decir que este mundial no podía hacerse en Qatar por distintas cuestiones. Lo que yo pienso es que si en casi poco más de tres años vamos a ir a Estados Unidos, Canadá y México, ¿vamos a ponerles la lupa como se la ponemos a Qatar? Entonces, discutimos la política internacional de Estados Unidos, sus guerras, la situación de la inmigración y de la clase trabajadora. Hay mucha hipocresía en esa mirada en la que “no, Qatar no”. Hay países que tienen sus contradicciones y muchísimas cuestiones, sus gobiernos y sus políticas ni hablar. En el caso de Qatar, me parece que quedaron expuestas algunas situaciones como la situación de los derechos humanos y sus leyes laborales. No llevar adelante una mirada occidental sobre eso, más allá de que uno la tiene porque forma parte de otra cultura distinta y sin hacer un relativismo cultural respecto de lo que pasa con la mujer y la comunidad LGBT, me parecía todo un desafío. Muchos te decían: “No vas a poder ir a ver a trabajadores” y nosotros estuvimos con el propio Ezequiel allí en el barrio de los trabajadores, hemos podido hablar con ellos. Había policías en el lugar, pero nadie nos sacó ni nos molestó para trabajar.

Pudiste trabajar tranquilamente…

En ese momento había tenido una entrevista incluso con un medio europeo que me preguntaban si me había sentido censurado en algún momento. La verdad que no sentí eso, aunque eso no significa que no haya censura para otros medios. También hay censura en países de Europa y en Estados Unidos. Igual aclaro que, también lo he contado en algunas crónicas desde allá, me parecía que por momentos Doha era una ciudad llena de vallas. Yo estaba realmente incómodo, era una ciudad muy hostil para ser peatón.

En un capítulo cuentan el FIFA Gate y los cuestionamientos a Qatar. ¿Por qué se les dedica un capítulo y qué relación tienen con la obtención de “la tercera”?

No sé si hay un vínculo, intentamos contar un contexto. No por nada, de hecho, la Selección, después de ganar la final, tuvo que salir en un micro descapotable pasando por las calles de Doha y la puerta del palacio real del Emir y Messi tuvo que vestirse con un bisht para levantar la copa. O sea, el contexto era este: vimos a la Argentina ganando en este lugar, eso lo hace interesante.

¿Cuál es la importancia del oficio del periodista deportivo en los mundiales?

Hay distintos roles que pueden tener los colegas. Con Gastón diseñamos el libro precisamente desde lugares distintos. El trabajo de él durante el mundial fue reconocido y elogiado de manera muy justa, además porque ha hecho una cobertura de la Selección Argentina con mucha precisión y trabajo, siendo muy equilibrado. En mi caso, me interesan los mundiales desde lo futbolístico, pero me interesa también poder escribir sus contextos políticos y sociales, que es un costado y es una mirada. Después están los colegas que comentan partidos y que también hacen llegar a la gente su mirada. No es fácil cubrir un mundial. No es sencillo llegar a cubrirlo obviamente, y después hacerlo cotidianamente es muy desgastante, es un trabajo de todos los días durante un mes. De hecho pensé que iba a ser imposible hacer el libro porque ya no daba más, pero evidentemente siempre tenemos un plus para dar y creo que el empujón y lo fresco de haber venido y habernos puesto a trabajar enseguida hizo que pudiéramos escribirlo.

Made in La Rioja

Made in La Rioja

Pakapaka estrenará la primera serie animada riojana, que está basada en la “maestra de la patria”, Rosario Vera Peñaloza. La directora, Hebe Estrabou, explica por qué es importante reivindicar a la educadora e incentivar el crecimiento de la industria audiovisual fuera de territorio porteño.

El Ministerio de Cultura de la Nación, la Dirección de Cine del Ministerio de Turismo y Culturas del Gobierno de La Rioja y el Canal infantil Pakapaka crearon en conjunto Rosarito y sus Pizarras Mágicas, la primera serie de animación producida en la provincia de La Rioja.

Este dibujo animado se propone no solo entretener sino también ser una herramienta pedagógica para los niños: la historia gira alrededor de la infancia, las aventuras y las enseñanzas de Rosario Vera Peñaloza, una educadora y pedagoga riojana que nació en 1873 y que es reconocida como la “maestra de la patria” por su esfuerzo y dedicación en pos de la educación. Ejerció múltiples roles a lo largo de su vida profesional: maestra jardinera, docente de grado, directora, supervisora e inspectora; fundó varios jardines de infantes en todo el país y creó el Primer Museo para la Escuela Primaria en el Instituto Félix Bernasconi, ubicado en el barrio porteño de Parque Patricios. Falleció el 28 de mayo de 1950 a los 77 años, fecha en la que se conmemora, en su memoria, el «Día Nacional de los Jardines de Infantes» y «Día de la Maestra Jardinera» en Argentina.

Hebe Estrabou, directora general de Cine del Ministerio de Turismo y Culturas de La Rioja,  dialogó con ANCCOM sobre el proceso de producción de la serie infantil y la importancia de reivindicar la figura de Vera Peñaloza y motivar el desarrollo de la industria audiovisual nacional fuera de los límites de la ciudad de Buenos Aires.

¿Cómo surgió la idea?

A nosotros siempre nos piden desde el Ministerio de Turismo y Culturas que en la Dirección de Cine trabajemos sobre la obra de nuestra gente, rescatar la memoria de nuestra provincia. Elegimos a Rosarito porque es una mujer que ha salido de los llanos de La Rioja y ahora es considerada maestra de la patria. Es un personaje muy importante para nosotros, entonces dijimos: “¿Por qué no reivindicarla si nadie la conoce tanto?”

 

¿Cómo fue el proceso de investigación sobre su vida?

Es difícil encontrar material sobre ella. Había una historiadora de La Rioja que había escrito sobre ella, pero su investigación quedó inconclusa y no ha podido presentarla. Entonces, empecé a buscar qué había hecho y cómo la había investigado y me encuentro con que Rosario había trabajado sus últimos 30 años, ya jubilada, en el Museo Bernasconi. Allí dejó material didáctico: 300 pizarras con contenidos que se trabajan en la escuela primaria. Como este proyecto comenzó en pandemia no lo podíamos conocer, así que hablamos con Florencia Ortolani que, junto a su equipo del museo, nos brindaron toda la información posible y hasta nos permitieron hacer un recorrido virtual. Tomamos 13 de esas pizarras para inspirarnos e hicimos la serie sobre eso.

 

¿Por qué se enfocaron en su infancia?

Con el equipo de trabajo nos preguntamos: “¿Cómo hacemos para sincronizar La Rioja con ella?” Entonces, todas las aventuras que vive son en Atiles, el pueblo donde vivió hasta los 7 años porque tuvo que empezar la primaria y en esa zona no había, por eso se fue a San Juan. Todos los capítulos terminan con ella en el Bernasconi pintando sus pizarras, motivada e influenciada por todas sus vivencias en La Rioja. De Rosario niña, por supuesto, no hay nada escrito ni cómo fueron sus relaciones ahí, excepto que ella quedó huérfana y la crió la tía.

 

¿Por qué te parece importante reivindicar su figura?

Todo lo que ella estudió y que después lo plasmó en esas pizarras… Para poder pintar eso tuvo que viajar y recorrer todo el país sola y estar en cada lugar y observar. Era una observadora de la realidad, una mujer política, la única en esa época. Tuvo a veces bastantes problemas con su trabajo porque peleó por el reconocimiento de las horas de trabajo, por las vacaciones, por la cantidad de horas pagas, o sea una militante muy fuerte para la época y para ser mujer. También, todo lo que hizo con los jardines de infantes. Es una gran pelea decir: «El Estado se tiene que hacer cargo de esas infancias, no puede ser que las familias tengan los chicos hasta los 6 años, no socialicen, no sepan quién es el otro”. Tuvo una discusión fuerte con la familia, con el Estado y finalmente logró que todas las regiones tengan sus jardines de infantes, la educación desde muy temprana edad como un derecho que ella no tuvo.

Animando por primera vez

 Rosarito y sus Pizarras Mágicas tendrá trece capítulos de siete minutos de duración cada uno. Se estipula que su estreno en el canal infantil Pakapaka sea en marzo, en coincidencia con el inicio del ciclo escolar. Estrabou participó de la presentación a nivel nacional de este proyecto el viernes 2 de diciembre del año pasado, en el Centro Cultural Kirchner, junto al Ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; el Ministro de Turismo y Culturas de La Rioja, Gustavo Luna y la Gerente General de Contenidos Públicos, Jésica Tritten, entre otros funcionarios e invitados. “Toda esta maquinaria que se puso en marcha es hermosa y no queremos que se corte, queremos seguir produciendo la segunda temporada”, señaló la Directora de Cine mirando de forma pícara al Ministro Bauer y todos los presentes aplaudieron.

 

¿Cómo fue el proceso de producción de la animación?

Ha sido realmente mágico, fue todo un aprendizaje. Siempre decíamos: “Bueno en seis meses la tenemos lista”. Nada que ver. Es un proceso largo la animación, lo fuimos descubriendo a medida que avanzaba. Primero se convocó a la guionista, Luz Marquez, que es chileciteña, pero vive en Buenos Aires. Con ella empezamos a crear este universo: cómo sería la Rosario de niña, qué características psicológicas o sociales tendría; adaptarnos a que, al ser la primera animación, no podía tener miles de personajes; pensar cómo era el Atiles de esa época, así que ahí empezamos a convocar ilustradores. Se presentaron en su mayoría mujeres y luego de varias instancias quedaron seleccionadas Juani de La Vega, quien es la creadora de los personajes; Camila Carrión, quien se encarga de los fondos naturales, y Manuela Cortez, de los fondos de arquitectura.

 

Entonces, ¿todos los involucrados en el proyecto son riojanos?

No, de Córdoba convocamos como productora a María Eugenia Ferrer, a Carla Gratti como directora de arte y a Patricia Gualpa y Milena Llois como directoras de Animación. De Santa Fe, convocamos como asistente de dirección a Ita Romero y como asistente de producción a Carla Casas, de La Rioja, así que lo consideramos un proyecto riojano y federal, además de mayoritariamente femenino. Los animadores son riojanos y venían desarrollando su trabajo en solitario, esta es la primera experiencia en conjunto: Luciano de La Fuente, Jonathan Morales y Mirko Torres. En la banda de sonido participa Aníbal Estrabou, en música Monchi Navarro y en montaje Martín de La Fuente, que tienen una vasta experiencia en La Rioja.

 

¿Qué elementos de La Rioja están presentes en la serie?

Hay cuatro personajes. El oso melero, el compañero que sale con la Rosarito a las excursiones. Flordelina, un personaje muy sabio con rasgos indígenas y que nosotros intuimos, por lo que ella dejó en las pizarras, por los cuentos que ella escribe, que tuvo influencia de alguien de procedencia indígena en la Rioja. Entonces, pusimos este personaje ficticio, pero que para nosotros si alguien influyó en Rosario para valorar la cultura aborigen que siempre resalta. Efrain, su mejor amigo, tiene características afro, pensando que hacía el 1600 en La Rioja la mitad de la población era traída de África porque ya habían matado al 50 por ciento de los indios, entonces necesitaban más mano de obra y trajeron muchos africanos. Los paisajes son todos nuestros, inspirados en nuestras montañas. Las voces son con nuestra tonada. Primero habíamos empezado a hacerlo neutro y no, Rosario no podía hablar neutro. La voz de Rosarito es Sofia Pelliza Macias, actriz de la Comedia de la Provincia y la voz de Flordelina y Efrain es Carolina Ibáñez, actriz de doblaje egresada del ISER. Ambas son riojanas y salieron seleccionadas de un casting de voces en el que se presentaron más de 45 postulantes.

 

¿La tía de Rosario no aparece?

Como no sabemos cómo era, no la queríamos tener tan presente. Entonces está en off, es la que la llama a comer. No queríamos meternos con personas que no hay registros, pero tampoco no queríamos faltar a esa verdad: que ella fue criada por la tía.

El de CABA es un monopolio al cual nosotros nos debemos sentir identificados porque “eso es ser argentino”. No todo lo que presenta CABA es propio de La Rioja o tiene que ver con la idiosincrasia o nuestra forma de ver el mundo.

Hebe Estrabou

Una mirada federal

La serie animada sobre Rosario Vera Peñaloza forma parte de un proceso más grande que encabeza la Dirección de Cine de La Rioja: el desarrollo de un polo audiovisual en la provincia que incentive la filmación tanto de producciones nacionales como locales. Para este último caso, se vienen efectuando convocatorias, castings, talleres de actuación frente a cámara, entre otros estímulos para generar poco a poco la profesionalización de todos aquellos riojanos que quieran formar parte de esta industria, ya sea desde el lado de la actuación como de la producción de contenido.

 ¿Por qué es importante incentivar la industria audiovisual en La Rioja?

Por varias cosas. Es una industria que maneja mucho dinero, entonces producir localmente genera una gran industria cultural que produce más puestos de trabajo calificados. Eso sí lo vemos económicamente. Si lo vemos culturalmente, permite que se conozca la cultura de La Rioja a través de sus historias, de su mirada particular, de sus actores y de su gente. Realmente nosotros sentimos el monopolio cultural de CABA.

 ¿En qué sentido?

Es un monopolio al cual nosotros nos debemos sentir identificados porque “eso es ser argentino”. No todo lo que presenta CABA es propio de acá o tiene que ver con la idiosincrasia o nuestra forma de ver el mundo. Entonces, ampliar esas formas de ver el mundo, esas formas de conocer al otro, me parece que es imprescindible y urgente. Por eso esto de conquistar federalmente las pantallas es una lucha que tenemos todas las provincias. En 2010, cuando empezó la TDA, comenzaron los concursos donde todas las provincias tenían que participar y había un premio por provincia. Empezamos a ver lo que hacía Río Negro, Jujuy, Chaco, Misiones… ¡Eso es la Argentina! Descubrías un montón de gente que no tenías idea que existía, un montón de miradas que fueron una revolución y eso no se puede apagar, tiene que seguir creciendo. Por eso esto de Rosarito, de respetar hasta nuestra tonada, implica querer mostrar al otro que nosotros acá hablamos así y no por eso hablamos mal.

 ¿Cómo se ven de acá a diez años con el polo audiovisual?

El gobernador quiere que se haga cine, por eso se creó la Dirección de Cine. El Ministro de Cultura quiere que se haga cine, por eso estamos dentro de su órbita. O sea, el primer año que estuvimos justo tocó la pandemia, pero igual tuvimos que hacer una película. A fines del 2020 Sabrina Farji filmó Ex Casados y generó que otros vean los paisajes de La Rioja, porque hasta ese momento buscaban viñedos y para ellos decir viñedos es Mendoza y listo, no hay otro lugar: “¿Cómo que hay viñedos en la Rioja? ¿Cómo que hay una industria vitivinícola ahí?” Si, hay. Entonces empieza a mover otros mercados, no tan solo el cinematográfico. En diez años espero que tengamos muchas películas, varios directores, gente que tenga que venir desde otros lados y se considere a La Rioja un polo de producción importante para la industria.

 ¿Qué esperas de esta animación?

La serie cuenta las aventuras de una niña que todo lo que encuentra casualmente en su universo lo convierte en imaginación para su futuro y lo transforma en información que le va a servir para su vida. Por eso creo que este material lo tienen que usar los docentes: para incentivar a los chicos a buscar, a investigar cada cosa que les intrigue o que les llame la atención y que no sean espectadores pasivos, sino activos. Entonces, nosotros les dejamos algunas cositas para que después quieran investigar el tema que trabajamos. Cada uno de los capítulos es un contenido que se trabaja en la escuela, así que cualquiera de esos temas les sirve para continuar investigando, explorando, descubriendo, ahora googleando, que era lo que no podía hacer Rosarito porque no tenía en esa época. Es motivar al conocimiento.

Estación Asbesto

Estación Asbesto

Los trabajadores del subte profundizaron en los últimos meses de 2022 los reclamos que hacen desde 2018 para desasbestizar los trenes y la infraestructura. Desde el gremio aseguran que seguirán las medidas luego de las vacaciones de verano.

Apertura de molinetes, demoras e interrupciones del servicio en diferentes días y horarios. Desde los últimos meses, los trabajadores de la Red de Subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires realizan estás medidas de fuerza. El reclamo tiene tres ejes: compra de trenes nuevos sin asbesto, reducción de la jornada laboral a cinco días agregando un franco semanal al actualmente existente para estar menos expuestos a ese material y más personal para prestar mejor calidad en el servicio.

Ante esto, Emova, empresa operadora del subte y el premetro, emitió un comunicado en el que, sin hacer mención a la problemática del asbesto, sostiene que disminuir la jornada semanal resulta inviable, porque no permitiría una operación adecuada del servicio. También señala que es falso que haya falta de personal para cumplir con las tareas correspondientes “ya que los resultados cumplen los parámetros de calidad requeridos y además se han introducido mejoras técnicas y operativas que permiten seguir avanzando en un proceso de mejora sostenida”.

El origen de la problemática

La comercialización, uso, transporte y almacenamiento de asbesto o cualquier tipo de fibra derivada de este mineral está prohibida en el país desde el año 2000, a partir de la resolución 845/2000 y ratificado con el Convenio de Rotterdam que entró en vigor en 2004, debido a su peligrosidad para la salud y el medio ambiente.

En el caso de los subtes porteños, en 2018 los trabajadores de la red descubrieron la presencia de asbesto en formaciones antiguas compradas por el Gobierno de la Ciudad en 2013, provenientes del Metro de Madrid, utilizados en la línea B, y del Metro de Japón, utilizados en la línea C. A partir de este descubrimiento, se apartaron los vagones para su desasbestización y se realizaron chequeos en las demás líneas. Así se comprobó que el material también está presente en toda la red: en los túneles, en las estaciones, en las escaleras mecánicas y en las bombas de agua.

Claudio Dellecarbonara, delegado de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), plantea que el reclamo que hacen es tanto por la salud de los trabajadores como de los usuarios que usan el servicio. Aclara, que hasta el momento, tienen 75 compañeros con afecciones por esta problemática y tres fallecidos. “Cuando se prohibió el uso del asbesto en la Argentina, hace 20 años, la empresa Metrovías y el gobierno nacional, que aún lo administraba, deberían haber iniciado un proceso para retirar el asbesto de toda la red, no solo en la infraestructura, sino también en los trenes que, en su mayoría, tenían asbesto”, indica.

“En los últimos días se conoció que se llamaría a licitación para comprar 16 trenes para la línea B. Esto se debería haber hecho hace cinco años y estamos dando vueltas porque ni la empresa, ni el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que desde 2014 administra el subte, han hecho nada de lo que corresponde», expresa Dellecarbonara. Y asegura: «Que todavía haya flotas contaminadas en circulación es posible porque hay gobiernos corruptos, no importa el signo político, por eso decidimos tomar medidas de fuerza”.

Salud y medio ambiente

En diálogo con ANCCOM, Eduardo Scarlato, miembro de la Asociación Toxicológica Argentina y jefe de la División Toxicología del Hospital de Clínicas, explica que las principales vías de ingreso del asbesto al organismo son la respiratoria y la digestiva, porque una persona puede ingerir sustancias contaminadas con este material o puede respirar un ambiente con contenido disperso en el aire: “Esta sustancia es cancerígena y al ser la vía respiratoria la principal fuente de exposición, el cáncer característico, patognomónico y casi exclusivo de esta patología es el mesotelioma. Es un tumor maligno que se genera a través de la pleura, la membrana que cubre los pulmones”. Y añade: «Si bien el cáncer de pulmón y el mesotelioma son los principales, también están descritos cáncer en tubo digestivo y en la vejiga”.

“Hay que tener presente que el asbesto es un mineral natural, es decir, está en la naturaleza y como tal no tiene mayor impacto en la misma salvo áreas de contaminación. El problema radica fundamentalmente cuando por distintos tipos de procesos se industrializa y de esta manera se van liberando estas fibras microscópicas, que son las que contaminan el medio ambiente y, a partir de ahí, la exposición del individuo”, aclara el médico toxicólogo.

Por último, plantea que si bien se han cargado las tintas sobre el tema del subte, en tanto problemática real, el asbesto está presente en muchos otros ámbitos laborales y particulares: «Todo lo que es el viejo fibrocemento estaba hecho a partir de, entre otras cosas, fibras de asbesto. Se lo utilizó fundamentalmente por ser ignífugo, como aislante térmico y como tal está presente en chapas, tanques de agua viejos, depósitos de baño en casas viejas, en determinados tipos de industrias y maquinarias que todavía contienen estos elementos”.

El plan de lucha de los trabajadores del subte continuará ininterrumpidamente, afirma Dellecarbonara: “En estos meses que hay un periodo de vacaciones, quizás las medidas no sean las mismas que veníamos realizando hasta ahora. En estos días tendremos las asambleas para definir qué hacer, pero la idea es seguir con las medidas que sean necesarias para que nos den las respuestas que necesitamos”.

Una celebración argenchina

Una celebración argenchina

Llegó el año del Conejo de Agua a la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo lo vivieron los argentinos y
la comunidad china en el país?

Argentinos y chinos coparon la Plaza Parques Nacionales en el barrio porteño de Palermo para festejar el Año Nuevo Chino representado por el Conejo de Agua. Debido al calendario lunisolar, esta vez tocó el 22 de enero. No está claro qué pasó hace 4721 años y se cree que los festejos empezaron bastante después, tal vez en el siglo XIV a.C. La leyenda vincula los festejos a Nian, un dragón cuyo nombre significa “año”.

El evento comenzó al mediodía y se extendió hasta cerca de las 19 horas. La temperatura superó los 35 grados durante toda la tarde, pero no fue impedimento para que miles de personas se acercaran a los alrededores del escenario montado en la esquina de la plaza. Desde pantallas gigantes se podía ver un abanico de espectáculos que incluyó desde música y bailes tradicionales hasta demostraciones de artes marciales. En la periferia del lugar había decenas de puestos que ofrecían comida, bebida y merchandising, siempre llenos, con clientes esperando su turno. En el cielo, cientos de banderitas de Argentina y China flameaban colgadas entre los postes de luz y los árboles. 

Lyla Peng es productora de moda. Sus padres son de origen chino, pero ella nació en nuestro país, por lo que se autodefine “argenchina”. Ella fue la vestuarista y una de las conductoras de la celebración. En diálogo con ANCCOM, señaló que se sintió muy feliz de ver que mucha gente viniese pese al calor y muy agradecida y honrada de su interés por la cultura china. Lo que tienen en común los argentinos y los chinos es la pasión, asegura: “El chino o la china es como que no se anima a demostrarlo, lo hace de otras maneras. En cambio, el argentino o la argentina es mucho más extrovertido, pero lo que importa es que se demuestre”.

A medida que pasaban las horas, la temperatura y el despliegue artístico aumentaba, al igual que la cantidad de personas que llegaban. Entre ellas estaba Gabriela Chen, una joven china de 22 años de edad que vive desde hace once en el país. Lucía un vestido tradicional llamativo: el público se acercaba a pedirle fotos con ella: “Estoy muy contenta, me siento como en China. Como es una fiesta de nosotros, es muy difícil disfrutarla en otro país”, afirma. Y agrega: “Con mi vestido quiero mostrar que es de China, no es de Japón ni de Corea. Ellos también tienen su vestimenta, pero lo que quiero hacer es que se conozca un poquito de este que es de China”.

Eugenia Romina Ramos es una argentina de 33 años que viajó con su hija pequeña desde el Partido de Quilmes, en el conurbano bonaerense, hasta la Capital, solo para festejar la llegada del año 4721. Tenía el pelo atado y una chaqueta tradicional roja con un diseño y ornamentación típicos de la cultura de esa nación: “Además de ser argentina y que me guste nuestra cultura, me gusta informarme de otras, más de las asiáticas. Me encantan los peinados, la vestimenta, la comida y a mi hija le inculco esto y no solamente comer asado y locro para fechas patrias”. 

Cerca de las 18.30, empieza a bajar el sol, aparecen algunas nubes cargadas y el viento se hace presente. Sube al escenario el cantante chino A Long Zhang: el público se levanta con su energía y sus canciones de pop. Las banderitas de Argentina y China, entregadas hace minutos por la organización, se agitan al ritmo de la música. En diálogo con este medio, el músico explicó que está agradecido con los fans que lo apoyan, que este evento es para que todo el mundo pueda participar, tanto la comunidad china, como argentinos y extranjeros: “Estoy sorprendido de que haya tanta gente, porque venimos de la pandemia. No pensaba que tantos iban a participar. No solamente vinieron a ver los shows, sino también a disfrutar de todos los stands de comida”.

El festejo culmina con la tradicional danza de leones y dragones. El escenario y varios metros del césped que lo rodean están vallados y al cuidado de personal de seguridad. Por allí se realizaron ejecuciones artísticas con música a todo volumen y encabezadas por figuras de dragones coloridos que eran sostenidos por varios artistas. Con sus típicos movimientos ondulados, los seres mitológicos bailaban y pasaban por al lado de las vallas. El público más cercano pudo tocarlos: la tradición indica que hacerlo atrae la buena suerte y permite cumplir los deseos que se le pidan, aunque la buena suerte fue para todos los presentes: disfrutar el año nuevo chino desde la Ciudad de Buenos Aires.