El frente Unidad Piquetera consiguió promesas moderadas del Ministerio de Desarrollo Social

El frente Unidad Piquetera consiguió promesas moderadas del Ministerio de Desarrollo Social

La Avenida 9 de Julio nuevamente fue epicentro de la protesta social. Un escenario marcado por las carencias y la polémica por el programa Potenciar Trabajo.

La titular del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz llegó a un acuerdo con los representantes de las organizaciones sociales que se movilizaron por el microcentro porteño el jueves último, para solucionar la falta de entrega de alimentos para los comedores populares y garantizar que se encuentren en buen estado. Los cortes hacia los accesos de la Ciudad de Buenos Aires duraron casi ocho horas.

Las respuestas a los reclamos de los movimientos sociales y las organizaciones piqueteras —no alineadas con el gobierno nacional— que concentraron en el centro porteño, generando complicaciones en el tránsito, dejaron como saldo un sabor agridulce. Luego de la asamblea que se realizó entre los representantes que formaron parte de la reunión con el ministerio, se concluyó que la principal demanda, la asistencia alimentaria, garantizada por Tolosa Paz, era un piso mínimo para levantar los cortes pero que se mantendría la espera por mayores resoluciones.

“Cuando hubo discontinuidades en la entrega, siempre hubo luego una compensación», destacó la ministra, que aseguró que trabajan “en la entrega de alimentos de noviembre y diciembre, para que llegue a cada uno de los hogares». Silvia Saravia, dirigente de Barrios de Pie, había declarado que, desde la asunción de la nueva ministra, se había dejado de entregar mercadería para los comedores.

A pesar de la concurrencia y la movilización, el gobierno nacional no dio precisiones sobre el reclamo por la fijación de un bono de 45 mil pesos para quienes no reciben ninguna asistencia estatal, lo que les permitiría cubrirse del crecimiento de la inflación en los últimos meses. Tampoco fueron atendidos otros pedidos del frente piquetero que incluían la «apertura universal de los programas para todos lo que lo necesitan» y el otorgamiento de cupos para «trabajo genuino en la obra pública”.

Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, expresó que siguen esperando los anuncios del ministro de Economía Sergio Massa, que dos meses atrás había planteado que 200 mil personas que cobraban planes obtendrían empleos formales.

La necesidad, en primera persona

Anccom cubrió la jornada de “Piquetazo nacional” en la avenida 9 de julio y algunos de los testimonios ilustraron la endeble situación económica de miles de familias que se replica en todo el país: Elena pertenece a la Federación de organizaciones de Base (FOB), trabaja en un comedor de la localidad bonaerense de Valentín Alsina. Gana 25 mil pesos por sus horas de servicio, tres veces por semana y tiene tres hijos a su cuidado. “Es imposible llegar a fin de mes”, aseguró. Javier es de la Organización Libres del Pueblo (OLP) de CABA y no tiene que mantener una familia. Pero afirmó que las changas que realiza no le permiten “llegar”. Cintia integra el Movimiento de Trabajadores Desocupados y trabaja seis horas por día, los cinco días a la semana en un comedor de Rafael Calzada, en la Provincia de Buenos Aires. Sus tres hijos la ayudan a tener los banderines de la agrupación. Cobra 27mil pesos por mes.

En una esquina de 9 de Julio y Belgrano se ubicó José, hombre mayor que no tiene a sus hijos en casa porque ya “son grandes” y cuentan con sus empleos. Aunque “zafa” de los gastos de mantener a una familia, su cara se torna seria cuando recuerda que cobra 25 mil pesos al mes. Hace barrido y limpieza en CABA. Frente a la bandera más grande de Libres del Sur- Vicente López, en la intersección de 9 de Julio y Moreno, se sentó Esteban, que “saca” mil pesos por día en jornadas “interminables” de albañilería.

Silvia es del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) del municipio bonaerense de Moreno, y hace limpieza en casa particulares. “Trabajo hasta 10 horas algunos días”. Cobra 40 mil pesos y mantiene a sus cinco hijos ella sola, porque su expareja no la ayuda.

Potenciar Trabajo, en el medio de la polémica

La movilización se produjo casi al mismo tiempo que se difundían los datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sobre las irregularidades de parte de 253.184 beneficiarios del programa Potenciar Trabajo, plan al que se accede con una contraprestación por participar en proyectos socio-productivos, socio-laborales y/o socio-comunitarios o a través de la terminalidad educativa.

Según la entidad, estas personas no deberían recibir el cobro mensual de $27.275 —a valor noviembre— por sus cuatro horas de labor, ya que se detectó la compra de dólares desde sus cuentas que no se condecían con las declaraciones juradas que habían prestado sobre sus Bienes Personales.

Belliboni retrucó esta información, y señaló que desde el ministerio debían tomar cartas en el asunto para confeccionar listados de personas que efectivamente necesiten la asistencia. Planteó que, además de tener un contador, se deben poseer inmuebles por una valuación fiscal de 6 millones de pesos. “Si alguien tiene todo eso, no debería ingresar a estos programas”, indicó.

Detrás de esto, subyace el debate sobre el límite al cupo de los planes de asistencia social, y la reasignación de esas partidas a unidades de gestión productiva, a partir del decreto de necesidad y urgencia (DNU) número 728, firmado por el presidente Alberto Fernández. Tolosa Paz había afirmado que no habría nuevos beneficiarios del Potenciar Trabajo y que los que salieran del registro no serían reemplazados.

Una muestra para recuperar voces silenciadas

Una muestra para recuperar voces silenciadas

El Centro Cultural Borges inauguró una exposición de imágenes de rituales propios de las comunidades originarias tomadas por el fotógrafo Pablo Piovano. La apertura, que contó con la presencia de Madres de Plaza de Mayo, el ministro de Cultura, Tristán Bauer, e integrantes de ARGRA, se realizó en el contexto de la represión al pueblo mapuche en la Cordillera.

Mientras en la Patagonia los pueblos originarios resisten una represión inusitada, el Centro Cultural Borges inauguró la exposición “Mapuche, el retorno de las voces antiguas”, obra del fotógrafo Pablo Piovano. A través de esta iniciativa, se puede observar algunos de los rituales de las comunidades originarias que viven en la periferia de la Cordillera de los Andes y los paisajes por los que circulan.

En diálogo con ANCCOM, Piovano explicó que la muestra llegó luego de “un trabajo de cuatro años, que empezó en 2018 cuando asesinaron a Camilo Catrillanca, pero en verdad empezó cuando desaparecieron a Santiago”. En la misma línea, denunció que “Vaca Muerta se puso encima de 20 comunidades mapuche; las hidroeléctricas en el sur también; las forestales en toda la zona de la Araucanía y del Río Biobío, también están sobre territorio ancestral mapuche. Ahí el poder económico es el que marca los lineamientos de gobierno, las decisiones. El que la paga siempre es el más débil. Se perpetúa el colonialismo y la persecución”.

Durante la inauguración estuvieron presentes las Madres de Plaza de Mayo Taty Almeida, Nora Cortiñas y Vera Jarach; el ministro de Cultura, Tristán Bauer; Sergio Maldonado, hermano de Santiago y la Asociación de Reporteros Gráficos. En el acto de apertura, el primero en tomar la palabra fue Piovano. “Muchas gracias por abrir este espacio, para que pueda presentar mis respetos al pueblo Mapuche. – expresó el fotógrafo – Presentarle mi respeto a un pueblo que ha sufrido un genocidio, en donde para comenzar desde el principio, deberíamos decir que la Constitución se escribió con la sangre y el aniquilamiento de un pueblo.

En el acto de apertura, el primero en tomar la palabra fue Piovano. “Muchas gracias por abrir este espacio, para que pueda presentar mis respetos al pueblo Mapuche. – expresó el fotógrafo – Presentarle mi respeto a un pueblo que ha sufrido un genocidio, en donde para comenzar desde el principio, deberíamos decir que la Constitución se escribió con la sangre y el aniquilamiento de un pueblo.

La siguiente en hablar fue Almeida, quien sostuvo que “no se justifica de ninguna manera esa represión brutal de la que han sido víctimas los pueblos mapuche”. En la misma línea, Jarach declaró que “las reivindicaciones son cada vez más fuertes, más justas”. Cortiñas, por su parte, consideró “una infamia” que se llevaran “a las mujeres casi de los pelos, embarazadas, con los bebés”.

Por otro lado, Maldonado llamó a no continuar con la agenda política de Patricia Bullrich cuando no está en el gobierno y pidió solidaridad con las comunidades reprimidas. Además, manifestó que “muchos mapuche habían muerto, muchos habían desaparecido. Sin embargo, con Santiago se generó una empatía, se trajo toda esta problemática, porque Santiago era carismático, era rubio y eso no se puede dejar de lado”.

Rodolfo Walsh decía que tenemos que dar testimonio de tiempos difíciles. Y sin dudas, vos Pablo, con tu cámara, con tu equipo, nos dejás ese testimonio de tiempos difíciles – manifestó Tristán Bauer –. Espero que esta muestra que es con y para la lucha, por y para la paz, tenga muchos visitantes.

Antes de cerrar, una representante de la Asociación de Reporteros Gráficos se hizo presente para condenar las amenazas sufridas a través de las redes sociales por la fotógrafa Alejandra Bartoliche, quien actualmente está cubriendo la avanzada de Gendarmería en las inmediaciones del Lago Mascardi.

La inauguración finalizó con un audio de una integrante de una comunidad mapuche, quien sostuvo que “se están viviendo horas muy difíciles” a partir de “tanta avanzada represiva” y denunció que no se sabía si los integrantes desaparecidos están “detenidos por el comando unificado creado por Aníbal Fernández, con la complicidad de este gobierno nacional y popular”.

La muestra permanecerá en CABA  hasta el 20 de noviembre. A partir de entonces, comenzará una gira por todo el país. Se puede visitar de miércoles a domingos, en el Pabellón II, en el horario de 14 a 20. La entrada es libre y gratuita.

Apuesta riesgosa

Apuesta riesgosa

El juego de azar en eventos deportivos desembarcó con fuerza en en la Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal en 2019. Dos años después se otorgaron licencias a empresas que se convirtieron en grandes sponsors. ¿Cuáles son las consecuencias?

La empresa BetWarrior es uno de los sponsors de la Selección Argentina desde mayo de este año. En el fútbol local, el logo de Codere adorna las camisetas de River; Bplay hace lo propio en Estudiantes y Vélez; el complejo City Center vistió los colores de Rosario Central y Newell´s. A eso se suma una inimaginable inversión en publicidad y marketing  que ha ido incorporando a sus filas a figuras públicas e influencers.

A dos años de la autorización de las apuestas deportivas en la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las empresas del rubro se han transformado en parte del paisaje habitual.

El juego de las copas

 En esta explosión de ofertas e incentivos no se puede ignorar la reciente apertura del Sportbar de BetWarrior, el bar de apuestas deportivas más grande de toda Latinoamérica que se encuentra dentro  del Hipódromo de Palermo.

            Como una isla entre las máquinas tragamonedas del casino, el bar destaca por las tres pantallas gigantes que adornan sus paredes estampadas con imágenes de los jugadores de la Selección Argentina. Otra veintena de televisores más pequeños rodea el lugar para que el cliente se mantenga al tanto de todos los resultados del momento sin importar hacia dónde mire. En una pantalla Central Córdoba empata con Sarmiento; en otra Chicago vence a Quilmes en la Primera Nacional e incluso se puede ver un partido del torneo de reserva entre Arsenal  y Newell´s. El logo gigantesco de BetWarrior ilumina la escena desde lo alto.

Fernando Facal, Gerente General del Hipódromo de Palermo, en conversación con ANCCOM cuenta que  desde su apertura ha notado una muy buena recepción por parte del público, el cual puede acercarse “para comer, tomar algo y vivir el deporte en vivo a la hora que quiera”. El bar permanece abierto todos los días desde las 12 del mediodía hasta las 3 de la mañana: “es un espacio pensado para que puedan disfrutar todos los que les guste y apasiona el deporte en todas sus formas”, dice Facal.

            Según personal del lugar, los fines de semana suelen ser los días más concurridos, especialmente cuando ocurre algún evento de importancia como fue el último clásico entre River y Boca. En un año mundialista sólo puede esperarse que estas cifras aumenten.

Sospechas  

Carlos Aira, periodista deportivo de Radio Gráfica, lleva tiempo trabajando sobre los efectos de mezclar fútbol y apuestas junto a Víctor Lupo y el Movimiento Social del Deporte. Para el periodista, la legalización de las apuestas deportivas es un tema tan silenciado como central: “Se abrió la caja de Pandora en Argentina”, alerta.

Las apuestas ilegales en el deporte existen desde hace muchos años, es una realidad. En el caso del fútbol se relacionaban fundamentalmente a las categorías más bajas del ascenso: “Con la legalidad se visibiliza mucho más lo que antes era, tal vez, un secreto a voces. El resultado de ese blanqueo sobre algo que ya ocurría lleva a que “todo se sospecha y se duda”, afirma Aira. El recelo se apoya en el incalculable volumen de dinero que maneja este negocio y cómo eso puede llegar a cambiar el mapa del mundo del deporte.

En el último tiempo han resonado las denuncias de arreglo de partidos en clubes del ascenso argentino como El Porvenir o Crucero del Norte, donde se decidió despedir o separar jugadores del plantel por acusaciones de amañar resultados a cambio de dinero. Otro caso que estuvo en boca de todos fue el de Milton Leyendeker de Agropecuario, quién durante un partido de Copa Argentina contra Boca fue expulsado a los seis minutos del primer tiempo tras una fuerte patada a Exequiel Zeballos, quien tuvo que salir de la cancha con una lesión que lo mantendrá fuera de la cancha durante meses. La justicia abrió una causa para determinar si existió alguna apuesta que pagaba 30 a 1 por una expulsión del jugador de Agropecuario antes de los diez minutos de juego.

El fútbol es el deporte más popular en Argentina y recibe toda la atención, pero desde hace años que en otras disciplinas, como el tenis, las apuestas deportivas son un tema recurrente. Aira recuerda el caso de Carlos Berlocq  en 2006 y las más recientes sanciones a Nicolás Kicker y Patricio Heras, tenistas argentinos que terminaron involucrados como sospechosos de haber arreglado partidos vinculados a apuestas.

“El público tal vez no dimensiona que lo que se apuesta no es el resultado del partido: estamos hablando de un lateral, de un córner, de un gol en contra, cuestiones que no entran en la dimensión de lo que te podrías fijar como algo nodal”, explica el periodista.

En España, una investigación conocida como  Operación Oikos, sacó a la luz que numerosos jugadores y  representantes de la primera y segunda división del fútbol español estaban ligados a arreglos de partidos para ganar  apuestas deportivas. Poco tiempo después, debido al aumento en los casos de ludopatía, el país ibérico decidió prohibir la publicidad de casas de apuestas online en equipos y estadios de fútbol. Estas regulaciones comenzaron a implementarse gradualmente en las restantes ligas europeas, por lo que las empresas de apuestas salieron en búsqueda de nuevos mercados como los países sudamericanos, donde la legislación ofrece poca resistencia.

Sumado a la manipulación de partidos, Aira pone el foco en otra cara de las apuestas deportivas: el juego compulsivo. Considera que lo que se discute no es la cuestión moral de apostar o no, sino el efecto social que puede llegar a generar “tener un casino en tu casa”.

Trastorno adictivo

 Manuel Tomé es psicólogo clínico y vicepresidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad (AATA). Él explica que la ludopatía es “una dificultad para frenar el impulso intenso a llevar adelante una actividad lúdica” que en la mayoría de los casos se relaciona a los juegos de azar.  Tomé cuenta que si no lleva adelante esa conducta de juego compulsivo, la persona afectada empieza a sentir abstinencia, lo mismo que en cualquier adicción a otra sustancia.

El psicólogo aclara  que si bien no ha tratado casos puntuales relacionados a las apuestas deportivas, con la pandemia ha observado un crecimiento exponencial en juegos de apuestas online de otros tipos: “Lo que vuelve vulnerable al sujeto es la necesidad de escapar al aburrimiento, escapar al malestar anímico, la necesidad de ser exitoso. Son incentivos que llevan a que la persona se comprometa en conductas de juego que terminan siendo compulsivas o riesgosas”.

Tomé aclara: “No todo el mundo que va a jugar termina desarrollando un trastorno de  juego”. El juego en sí mismo no alcanza para generar una conducta patológica. Por lo general las personas que la sufren poseen un “perfil adictivo” apoyado en una necesidad de obtener dopamina, que es la excitación, la gratificación y la recompensa que los lleva a no poder parar. Sin embargo, sostiene que mientras más facilidades se le da a esas personas para que accedan a estos disparadores más probabilidades hay de que sufran la enfermedad. “Para poder desarrollar el trastorno de juego tenés que tener condiciones que te faciliten desarrollar esa adicción”, aclara. Por eso resulta preocupante la sobreexposición a publicidades e incentivos de empresas de apuestas, cada vez más comunes.

Queda claro que las apuestas deportivas son un fenómeno que tiene lo necesario para crecer. Habrá que observarlo de cerca por la cantidad de dinero que mueve, la influencia que pueden llegar a ejercer sobre el deporte y en un sector de la población. El tiempo dirá si es algo con lo que se puede convivir. Después de todo, legalizar el juego también es una apuesta riesgosa.

 

“Lo único que habíamos hecho era un plan económico para defender a la gente humilde”

“Lo único que habíamos hecho era un plan económico para defender a la gente humilde”

En una nueva audiencia por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los pozos de Banfield, Quilmes y Lanús, Claudia Bellingeri, hija del detenido desaparecido Héctor Aníbal Bellingeri, y los hermanos Iaccarino prestaron declaración de lo que pasaron sus familiares y conocidos durante la dictadura.

La audiencia número 79 del juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal Nº1 de La Plata, investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en las Brigadas de la Policía Bonaerense de Banfield, Lanús y Quilmes durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. En esta ocasión las declaraciones se desarrollaron de forma presencial en su sede en la capital de la Provincia de Buenos Aires.

Brindaron sus testimonios Claudia Bellingeri, hija del detenido desaparecido Héctor Aníbal Bellingeri para contar lo que sucedió con el grupo de militantes de la agrupación Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos (PROA) y los hermanos Carlos y Alejandro Iaccarino, empresarios que desarrollaron un sistema económico alternativo que molestó a las Fuerzas Armadas y a las empresas trasnacionales, y que los llevó a estar detenidos en la Brigada de Lanús, sede Avellaneda.

En primera instancia, Claudia Bellingeri declaró que sobre la situación que vivió el grupo de militantes de PROA el 11 y 12 de junio de 1977 donde se llevaron detenidos y detenidas a Gustavo Varela, Pedro Insaurralde, Héctor Bellingeri, Carlos Alberto Arias, Liliana Galletti, Ignacio Ikonikoff, Blanca Haydeé Altman, Gloria Veinstein, María Virginia Allende, Alicia Constrisciani, José Gabriel Voloch, Fabian, Haroldo y Luis Logiurato. “Una militancia que comenzó mucho antes de la fecha de secuestro. Habían creado una agrupación política en La Plata que se creó en la resistencia peronista, con voluntad de militantes por cambiar la realidad”, sostuvo.

Aquellos días de junio de 1977, la agrupación se reunía en una casaquinta en Urquiza y Montesquieu, ubicada en Marcos Paz. “Las Fuerzas Armadas ingresaron el sábado, tomaron rehenes y al día siguiente esperaron a los que se integraban el domingo en dos Citroën”, detalló. En particular, el testimonio de Bellingeri se centró en la historia de la detenida desaparecida Liliana Galletti, profesora de historia.

“Llegó el 12 de junio a Marcos Paz en un Citroën, corrió, fue alcanzada y herida. Fue secuestrada allí y lo primero que hicieron fue ingresarla al Hospital de Marcos Paz para vendarle un brazo”, contó, y agregó: “La llevaron a la medianoche a La Plata, a la casa de sus papás en la Calle 49. Ingresaron al domicilio, pero estaba vacío”. Esto pudo reconstruirse por las declaraciones de la madre de Galletti, Elida Enriqueta Bussi, quien fue Madre de Plaza de Mayo. El primer lugar de detención de Galletti fue el COT I Martínez: “Es una Brigada de investigaciones y debería formar parte de la línea de investigación para que se junten los crímenes cometidos en esta dependencia, que falta investigar mucho. Camps llevó a muchas de sus víctimas allí”, sugirió. “En el COT I Martínez recibió torturas, junto a un varón. A Liliana Galletti la trasladaron a otros domicilios muy golpeada”, detalló. Luego de este Centro Clandestino de Detención (CCD), fue trasladada, junto a Virginia Allende, Blanca Altman y Alicia Constrisciani al Pozo de Banfield. Allí, Liliana y Virginia fueron vistas por una estudiante de Historia, que fue secuestrada y llegó a la Brigada de Banfield el 8 de septiembre. “Ese mismo día, no sabemos en qué circunstancias, escuchó las voces o se comunicó con ellas. No las pudo ver”, especificó.

Bellingeri brindó estadísticas a la causa: “De las víctimas secuestradas y desaparecidas, el 46% no ha sido vista. Fueron doblemente desaparecidas para el registro de la justicia porque no fueron vistas en los CCD y no se puede tener sus cuerpos. Por lo tanto, no parecen tener justicia, no pueden ser parte de este proceso tan importante y emblemático de este país que tiene mucho que ver con el colectivo de Derechos Humanos para exigir justicia por los crímenes de lesa humanidad”.

La testigo opinó: “Con Liliana y su traslado permanente quedó demostrado que tres de las víctimas que salieron de Marcos Paz estuvieron en el COT I Martínez y fueron trasladadas”, y se preguntó: “Cuál va a ser la justicia para esas víctimas desaparecidas que no la tienen -justicia-, hasta el día de hoy. El destino era el pozo de Arana. Incinerados en el pozo de Arana”, se lamentó.
También, recordó la opinión que sostenían los represores respecto de los detenidos desaparecidos: “Camps había publicado un artículo en La Prensa y un artículo en el diario La Capital de Madrid donde hablaba sobre qué era la subversión, cómo era que se tenía que encarar su lucha, hablaba del grupo PROA, que eran militantes y tenía una línea de unir a las diferentes fuerzas políticas y que su misión era sacar las denuncias al exterior”.

“Nosotros pudimos reconstruir nuestras vidas gracias a las Abuelas, Madres de Plaza de Mayo y la capacidad que tuvimos en -HIJOS-, de poner a nuestros padres como verdaderos militantes políticos, verdaderos revolucionarios. Seguimos pensando que sus ideas tienen vigencia y seguimos reivindicando su lucha y decimos que están presentes con nosotros”, culminó su intervención.

El siguiente fue Alejandro Rómulo Iaccarino, empresario que fue secuestrado junto a sus hermanos y a toda su familia en la última dictadura. En primer lugar, se preguntó: “Esto es una revictimización o es la forma de demostrar, en un determinado momento, cuál es el comportamiento de personas que pasaron por 13 detenimientos, 9 centros clandestinos, donde fuimos severamente torturados, golpeados de todas formas, pero a pesar de las situaciones en la que nos encontrábamos, a cuatro veces al límite de vida por el exceso de picana eléctrica a la que fui sometido junto a mis hermanos”.

Sobre las torturas “fue la forma que quisieron y lograron, por supuesto, de ablandarnos para que nosotros entregáramos todo nuestro patrimonio”. Su secuestro se da junto a su madre: “Estaba con el auto en mi casa, en el sótano, donde estaba la cochera, junto a mi madre. Me estaban esperando cinco personas de civil con pistolas apuntándonos. Me dieron una trompada en el estómago. La parte desesperante fue cuando la ataron a mi madre a la ventanilla con esposas y la empezaron a golpear”. Iaccarino aclaró, en toda su intervención, que su familia nunca había hecho nada violento, ni tenían participación partidaria. “Lo único que habíamos hecho era un plan económico para defender a la gente humilde. Era ayudar a los pobres, concretamente, llegar al 50% de descuento en los productos de primera calidad. Todo eso que estábamos haciendo estaba prohibido para el poder”, subrayó.

Luego de explicar los motivos económicos por los que decidieron fomentar una economía alternativa a la que estaba vigente, el sobreviviente explicó: “Nos secuestraron porque nosotros teníamos un puesto de abaratamiento. Mentira”.
En los CCD que estuvo, luego de torturas su vida corrió peligro cuatro veces: “Nos desnudaban, nos colocaban una capucha, nos acostaban en el piso donde nos ponían unas gomas en las muñecas y tobillos. Ahí es por donde pasaban los alambres, arriba de esas gomas, para no ser cortados y lastimados. Esos alambres iban directo a las palancas. Nos tiraban con las cuatro palancas y quedábamos directamente sin posibilidad de moverse”.

“He quedado con mucha cantidad de daños físicos y psíquicos que tienen una importancia extraordinaria. Por un solo motivo, por ser buena persona y haber querido ayudar a la gente que es humilde”, sentenció. Iaccarino aseguró que lo que pasó a su familia los destruyó. “Mi madre se volvió loca porque cuando nos detienen, a ella la ponen en un habitáculo de un metro por un metro. Ahí la tiraron a mi madre. Estuvo 17 días allí. No la sacaban ni al baño. Le daban de tomar un mate cocido con un pedazo de pan”.

Contó también la forma en la que pudieron evitar morir allí. Luego de ser trasladado a la Brigada de Lanús, “El Infierno”, donde nos hicieron transferir (a su hermano y a él) los bienes. Teníamos que ponerlos a nombre de mi papá para que pudiera hacer la transferencia a nombre de la mafia”. Ellos eran Bruno Chezzi y Vicente Antonio García Fernández, pertenecientes a Equino Química S.A interesados en las 25.000 hectáreas que poseían en Santiago del Estero. Estas personas les dijeron a ambos “nos entregan los bienes o van al Río de la Plata”.

“El infierno era un horror. No es una cosa cualquiera. No es donde estaban los presos. El Infierno era el ‘infierno’. Era un lugar donde se torturaba, robaba, donde le decían ‘el Banco de Londres’ porque se dedicaban a secuestrar industriales para pedirles dinero”, detalló. El modus operandi que tenían allí “estaba muy aceitado”.
En una jugada muy astuta de su hermano Carlos, que le preguntó a Camaño, la mujer que redactó la transferencia de bienes si podía poner el lugar donde se encontraban, esta miró a Jorge Rómulo Ferranti y asintió. A partir de esto, quedó registro dónde se encontraban detenidos en este papel que forma parte de la causa. Les tuvieron que dejar un avión que compraron en Estados Unidos, y cientos de tierras en Santiago del Estero.
Luego de recuperar la libertad, Iaccarino expuso que las personas no querían tener contacto, ni negocios con su familia porque “no querían saber nada con gente que haya tenido los problemas que tuvimos nosotros”.
Finalizó su declaración mientras enumeraba que en democracia sufrió once atentados contra su vida: “Me descompusieron los frenos del auto, me tirotearon, me dieron una paliza, apagaron y encendieron el gas para que estallara mi casa. Todos esos atentados fueron durante gobiernos democráticos, ninguno sobre el proceso militar”.

El siguiente fue Carlos Alberto Iaccarino, quien se destacó por su capacidad de recordar fechas y lugares por los que pasó junto a sus hermanos. El sobreviviente constató que su persecución comenzó en Santiago del Estero donde fueron detenidos por primera vez junto a su hermano mayor Rodolfo, y a su padre el 4 de noviembre de 1976.

A partir de allí comenzó un recorrido por diferentes comisarías y centros clandestinos de detención hasta el viernes 27 de mayo de 1977 que lo trasladaron a la Brigada de Investigación de Lanús, para ser llevado definitivamente hacia el COT I Martínez.
“En la camioneta había una persona tirada adentro, no podíamos hablar, después nos enteramos que era Rubén Dieguéz, secretario general de la CGT. Nos bajaron de la camioneta, nos pegaron y nos llevaron a un pasillo. Nos caímos porque no veíamos dónde pisamos. Nos agarramos fuerte con Alejandro y le dije ‘acá perdimos’”, testimonió.

Iaccarino resaltó que “los partes policiales dicen que se rompió la camioneta, por eso nos llevaron a la Brigada de Avellaneda, pero ahí no estábamos. Nos llevaron al COT I. Ahí estuvimos 36 días que fueron dolorosos, tremendos. No encuentro la palabra que pueda definir el quiebre, el dolor, la falta de seguridad, los golpes y la situación que ya estaba totalmente rota”.

Luego, al igual que su hermano, se refirió a la transferencia que tuvieron que hacer de bienes para que pudieran salir con vida de la Brigada de Lanús, a donde los trasladaron el 5 de julio de 1978, pues era el espacio donde se sabía que la policía bonaerense tenía un modus operandi dado que “querían plata”.
Por último, Iaccarino valoró el juicio: “Ojalá de acá surja algo porque para nosotros, que somos gente sencilla, de clase media, porque así nos consideramos, haber padecido durante 46 años y después de descreer en parte de la Justicia, la policía, en abogados y escribanos, todas esas personas que han estado en este centro de confabulación con fines extorsivos que a los detenidos les arman causas para sacarle plata. En nuestro país no lo tienen que permitir más”.

La semana próxima seguirán los testimonios de la audiencia número 80 que ya lleva más de tres cuartos de declaraciones de sobrevivientes y familiares de detenidos desaparecidos en la última dictadura militar.

“Frente a tanto atropello estamos acá por un país con inclusión, con dignidad”

“Frente a tanto atropello estamos acá por un país con inclusión, con dignidad”

Tras un intento de repudio a la Vicepresidenta de un grupo de manifestantes que llegó a su domicilio, luego del pedido de condena por parte del fiscal Luciani, una multitud se congregó en la esquina de Juncal y Uruguay para defenderla y manifestarle su apoyo.

Tras el pedido de los fiscal Diego Luciani y Sergio Mola de condena efectiva a 12 años de prisión e inhabilitación absoluta en la función pública para Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, vecinos del barrio de Recoleta se autoconvocaron ayer en la esquina de Juncal y Uruguay en el domicilio de la Vicepresidenta, para protestar contra su figura en el marco de la causa que la acusa de asociación ilícita y corrupción en la obra pública. De inmediato comenzaron a llegar otros y otras del mismo barrio y de otros barrios a apoyarla.

Alrededor de las siete de la tarde, efectivos de la policía debieron cortar la circulación en la esquina y alrededores. Las tareas a cumplir parecían ser: evitar posibles accidentes y destrozos, y, por otro lado, un posible enfrentamiento entre ciudadanos con ideologías políticas opuestas. Sin embargo, la presencia policial, más que calmar los ánimos, terminó por caldearlos y la Policía de la Ciudad repitió su patrón: represión a escudazos y golpes de cachiporra, gases lacrimógeno, insultos y hasta detenidos sucumbieron la paz cotidiana que se vive en una de las zonas más acomodadas de la Ciudad de Buenos Aires, lo que motivó a que los grupos de ciudadanos opositores se replegaran, dando paso a la toma de la calle por parte de la militancia kirchnerista y peronista que llagaba a apoyar a la Vicepresidenta.

En dirección a la plaza Vicente López, desde Juncal, todavía se veía a la Policía que repeler conductores enfurecidos, advirtiendo que “ya hubo destrozos y detenidos”, para disuadir el paso. Ya en la plaza, se escuchaba el eco de bombos y redoblantes, y un auto rojo desde el que resonaba la marcha peronista a todo volumen. La copiloto del vehículo, Graciela, acudió junto a su marido y sus dos hijos. Ella era comerciante y fue “a acompañar a Cristina por agradecimiento”. Y agregó: “Fueron mis mejores 12 años, donde volví a creer en la política. Tengo 50 años, las pasé todas: Menem, De La Rúa y el empresario Macri con quien tuve que cerrar mi negocio”.

El coro poco a poco se aclara a medida que se llega la esquina de Juncal y Paraguay: “¡Ya van a ver! / ¡Ya van a ver! / ¡De la mano de la jefa vamos a volver!”; ¡Yo soy así! / ¡Peroncho de la cabeza a los pies!”; “¡Che gorila, che gorila! / ¡Si la tocan a cristina, que quilombo se va a armar!”; “¡En mi casa hay una foto de Perón y de Cristina!” y “¡Abran paso, llega la JP! / ¡De Cristina, de Chávez y de Fidel! / ¡Este canto te va del corazón! / ¡Acá estamos los soldados de Perón!”. Las consignas son claras: quien transite por esa esquina del domicilio de la Vicepresidenta, hasta altas horas de la noche, encontrará un sinfín de seguidores, leales a la figura de la Cristina Fernández de Kirchner.

Entre la multitud hay un gran componente juvenil, que improvisa banderas con liquid paper en tablas de skate donde se lee “Cristina se defiende” y forman grandes pogos al ritmo de tambores. En cada rincón se puede ver la espontaneidad de la convocatoria, banderas improvisadas con los colores argentinos y las iniciales “CFK” conformado por trozos de papel crepé. “Patria sí, colonia no” y “Vecinos contra el neoliberalismo” son otros lemas que flamean entre la multitud que sigue llegando e invita a tomar la calle, o colgarse de semáforos y contenedores de basura, algunos incluso pueden verse trepados a rejas de los portones y ventanales residenciales.

Mónica Macha es diputada nacional por Provincia de Buenos Aires del Frente de Todos, ella dice que es una movilización ante un “Intento de proscripción por parte del poder judicial, actuando más que como poder judicial, como un partido judicial, tomando partido y siendo absolutamente parcial. “Estamos acá acompañando a Cristina”, sentencia. Y asegura que con la movilización se busca “expresar que frente a tanto atropello estamos acá por un país con inclusión, con dignidad y que en eso no vamos a dejar de pelear y militar, ya que nos corresponde”.

“Nosotros no venimos acá a manifestarnos. Simplemente, venimos a cuestionar a la justicia, que no aplica el derecho según las normas, según las leyes. En la facultad me enseñaron otra cosa, lo que está haciendo este fiscal es impresentable”, comentó Carlos, vecino del barrio, quien acudió acompañado de su esposa e hijo. Aunque aclara que enseguida aclara: “En realidad no es un fiscal, es un jugador de fútbol, ¿sabías? Y juega en el equipo de Macri y es obvio que iba a hacer esto”. La lealtad es evidente, y así lo deja en claro Mora, estudiante y ferviente militante de La Cámpora de San Isidro. Ella augura que los opositores: “Ya se va a dar cuenta en algún momento cuál es el camino correcto” y lamenta que esa misma oposición “odia su país, odia su pueblo, odia los pibes, no quiere progresar, no quiere Conectar Igualdad. Nosotros estamos acá para hacer justicia social y para redistribuir”.

Profesionales, comerciantes, estudiantes, desocupados y trabajadores de todos los rubros y oficios borran cualquier matiz en un canto conjunto. Entre quienes prefieren no saltar se encuentra Víctor Alegre, artesano de 62 años de edad. Muleta en mano y un gran cansancio al viajar dos horas desde Tres de Febrero -zona oeste- propone que “lo de los fiscales es una ridiculez. Los cuestionamientos que hacen no tienen asidero alguno. Cristina sabe que maneja la temperatura del pueblo, entonces va a ser muy fina en lo que declare”. Entre lamentos de que haya un “Un policía para cada militante” y luego de rememorar que los mejores años fueron peronistas, aunque recuerda: “Menem viniendo del peronismo me traicionó, y fue otra cosa, pero eso es ya de otro momento”, advierte y espera que los fiscales “Por la salud de la patria no sean estúpidos y provoquen algo de lo que después se van a lamentar mucho”.

Rubén Ciuró es docente, tiene 60 años y opina que esto no es más que “Un golpe jurídico de esta suerte de armado de poder judicial que se expresa en muchísimos lugares del país, como los sucesivos juicios a Milagro Sala, la reciente condena a Santiago Goodman (en castellano: buen hombre), a ATE, en Mendoza, por uso de la vía pública para manifestarse. Esta es una muy alta expresión de esa persecución judicial, que es desproporcionada, pero que sabemos que no tiene límites”, describe y advierte: “Lo hemos visto con Lula (Luiz Inácio Lula Da Silva), donde se fueron desmontando todas las acusaciones, pero el daño ya estaba hecho. Lo vemos en Correa, que sigue proscripto. Luciani y Mola merecen en realidad ser pasibles de juicio político por su actuación”. Muy elocuentemente, antes de dejar expreso su apoyo a una reforma judicial integral, él resume los objetivos de la congregación: “Se busca dejar en claro para el poder judicial, el poder legislativo y el poder ejecutivo que el pueblo argentino está dispuesto a defender las libertades democráticas más allá de debilidades dirigenciales”.

Son alrededor de las 23 y los rugidos estomacales de algunos militantes se disipan ante el arribo de puestos de choripán y hamburguesas que generan pequeñas cortinas de humo a lo largo y ancho de Juncal y Paraguay. Uno de los vendedores de gaseosas se alegra enormemente de recaudar 18.000 pesos, ante un séquito de militantes exhaustos y, al parecer, con mucha sed, luego de saltar y saltar, cantar y cantar. Paradójicamente, en las vidrieras lindantes se venden sweaters de “oferta” a 19.600 pesos. Algunas esquinas siguen cortadas entrada la medianoche. Acaba de llegar la JP desde La Matanza. Un policía dice no tiene “ni idea hasta qué hora van a estar” pero los bostezos y el tiempo entre canción y canción dan cuenta de que quizá el objetivo del día, quizá, ya se logró. Ya es martes.