La mejor fibra del país

La mejor fibra del país

Hasta el próximo fin de semana se puede visitar en el Museo Nacional de Arte Decorativo la muestra «Me amanecí tejiendo», que exhibe producciones textiles de los pueblos originarios.

En el Museo de Arte Decorativo (Avenida Libertador 1902), se lleva a cabo la exposición Me amanecí tejiendo, hasta el 3 de septiembre. La muestra engloba tres regiones del país: Noroeste, Región chaqueña y Patagonia, en las que se pueden apreciar piezas textiles de la colección del Museo Nacional del Hombre-Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano.

Domingo, clima previo al lunes feriado, jóvenes visitantes disfrutaron del recorrido. ”Me dan sus fuegos cálidos zondas, me dan sus fuerzas bravos pamperos y en el silencio de las quebradas vaga la sombra de mis abuelos”, se lee al ingresar a la sala. El texto pertenece a la canción “Tierra querida”, de Atahualpa Yupanqui.

Algunos de los visitantes recorrían el Museo por primera vez, como lo fue el caso de .Matías Otocondo, acompañado de su novia, Camila Flores. O Romina Franco, de Avellaneda, también primeriza en su recorrido por el museo, que observó una notoria diferencia entre las obras colocadas en los dos primeros pisos y las que estaban en el subsuelo, que consideró “más originarias, más de nuestras raíces”.

Rodrigo Elian, del barrio de Belgrano, tuvo la oportunidad de visitarlo varias veces y en esta ocasión la exhibición no conocía nada acerca de la muestra. María Berroca, primeriza en el Museo, al igual que muchos de espectadores, consideró que “la difusión tendría que ser masiva. A nivel ciudad, Buenos Aires tiene mucho que ofrecer, concientizar y visibilizar a los pueblos originarios.” Francisco Maldonado también presenció la exposición y en reiteradas ocasiones tuvo la oportunidad de visitar el espacio. “Estaría bueno que se realice más publicidad. Al ser gratuito muchas personas tienen mayor acceso”, dijo.

La muestra es una invitación a sumergirse en la belleza artesanal que los pueblos originarios tienen para mostrar. Muchas manos se fusionan para teñir tejidos de colores vibrantes, con diferentes técnicas transmitidas de generación en generación. El contacto con la fauna y flora autóctona de cada lugar también aparece en las obras. El ritual de la Pachamama tampoco pasa desapercibido. En suma, un recorrido por la mejor fibra del país.

Atentan contra el auto de un militante por la memoria

Atentan contra el auto de un militante por la memoria

Pertenece a Ramiro Varela, referente de Palotinos por la Memoria. El ataque coinció con el impulso judicial que el juez Daniel Rafecas dio a la causa. También con el empoderamiento electoral de los grupos negacionistas.

Ramiro Varela es uno de los referentes de Palotinos por la Memoria, Verdad y Justicia, un colectivo dedicado a hacer conocer, mantener la memoria y aportar elementos para lograr esclarecer el mayor atentado contra la iglesia católica en Argentina: la masacre de los curas palotinos. A Ramiro, el pasado viernes por la madrugada, le vandalizaron su vehículo personal.

En diálogo con ANCCOM, Varela explica que “es raro porque estuve desde el 9 de julio hasta el 11 de agosto en San Nicolás y en La Rioja, donde llevamos la muestra Mártires del Pueblo. Volví a votar y a los pocos días me encontré con este panorama. Me es imposible disociarlo de todo lo que sucedió en este mes y medio: nosotros estuvimos con el aniversario de la masacre el 4 de julio, volviendo a instalar el tema, insistiendo. Nos fuimos. En el ínterin, finalmente el juez Daniel Rafecas decide investigar la masacre y cuando regresamos, también producto de todo lo que se visibilizó la muestra, nos encontramos con esta sorpresa”.

En un contexto de notoria expansión de discursos y acciones negacionistas que se validaron en las urnas del pasado 13 de agosto con la victoria de la fórmula Milei Villarruel, ésta última con una marcada agenda negacionista, la vandalización del vehículo de Varela levanta una alerta producto de la notoriedad pública que tomó el colectivo en el último tiempo. En particular,  a raíz de avances relevantes en la causa donde Palotinos por la Memoria es amicus curiae en el expediente judicial desde agosto de 2021 y por una serie de acciones que llevó a cabo el colectivo en busca de mantener viva la memoria de los curas asesinados.

“El contexto político es insoslayable –subraya Varela-; están reaflorando expresiones negacionistas donde Victoria Villarruel, candidata a vicepresidenta de las fuerza política más votada del país, expresa las versiones más radicalizadas de esas ideas. Prácticamente todos los días tenemos noticias de algún símbolo de la memoria vandalizado. Es un microclima de época, no lo podemos aislar de ese contexto. Me encontré con la factura al llegar, otra explicación no le encuentro”.

Al avance de la causa, se le suma el ya sancionado cambio de nombre de la estación de subte Echeverría por el de “Mártires Palotinos”. Para Varela, “es un hito muy importante para seguir instalando la memoria en el espacio público, en el barrio, en la ciudad”. En el mes de septiembre se llevará a cabo el acto de inauguración del nombre.

Todas estas intervenciones en el espacio y la agenda pública le recayeron al colectivo en forma de mensajes de odio en redes sociales orquestados entre trolls y usuarios arengados por los primeros. Para Ramiro es “el manual de estilo básico del negacionismo”.

«En los pueblos, la policía sigue con prácticas de la dictadura»

«En los pueblos, la policía sigue con prácticas de la dictadura»

A tres años de la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro en medio del ASPO, su mamá brindó una conferencia de prensa donde también denunció la inacción del Poder Judicial.

«La causa está llena de pruebas, los fiscales hace meses evalúan las indagatorias a los policías; al Estado no le pedimos nada, exigimos justicia para poder seguir con nuestras vidas y que mi hijo descanse en paz». Con estas palabras habló ayer Cristina Castro, madre de Facundo Astudillo Castro, a tres años de la aparición de su cuerpo sin vida en un cangrejal cercano a Bahía Blanca, tras haber sido detenido por agentes de la Policía Bonaerense y haber estado 107 días desaparecido. Fue durante un desayuno con la prensa organizado por Amnistía Internacional Argentina, del que participaron sus abogados, Leandro Aparicio y Luciano Peretto, y la querellante por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), Margarita Jarque. Dieron a conocer la situación actual de la causa que, a pesar de contar con sobradas pruebas –como peritajes de teléfonos, ubicaciones de los patrulleros en GPS, numerosos testimonios, y peritajes sobre ropa y elementos de la víctima–, se encuentra virtualmente paralizada. Los querellantes aseguraron que piensan avanzar en las imputaciones si los fiscales no lo hacen, pero dejaron expuesta la necesidad de que el Estado avance al denunciar un “abandono persistente» de su parte.

El nombre de Facundo Castro fue noticia allá por el 2020 cuando, por la pandemia de Covid y por decisión del gobierno, el país se encontraba inmerso en una cuarentena estricta que limitaba la movilidad ―y la vida― de las personas. Su madre, Cristina Castro, daba a conocer la desaparición de “Kufa” de entonces 22 años y pedía ante periodistas su “aparición con vida ya”. El 30 de abril Facundo salió de su casa en Pedro de Luro y nunca regresó.

Era el momento del llamado ASPO (aislamiento social preventivo y obligatorio) donde los controles eran intensos para los ciudadanos (pero no tanto para ciertos sectores privilegiados). Facundo había decidió dirigirse a dedo a Bahía Blanca, a 125 kilómetros de su localidad, con la intención de encontrarse con su expareja. En la Ruta 3 fue detenido por la policía, a la altura de Mayor Buratovich, cuando le faltaban solo 30 kilómetros para su destino. Allí comenzó el calvario: una llamada le anunció a Cristina que se le había labrado un acta a su hijo. Más tarde una nueva llamada, esta vez de Facundo, quien le decía “no te das una idea de dónde estoy. No creo que me vuelvas a ver”. 

Tres años más tarde de estos sucesos, marcados por irregularidades en la investigación judicial, contradicciones en los relatos de los agentes y la falta de justicia para Facundo y su familia, la causa iniciada en 2020 sigue en pie pero sin procesados. En ese tiempo, la jueza María Gabriela Marrón fue apartada del expediente por la Cámara Federal de Casación Penal, acusada de favorecer a la Policía Bonaerense queriendo instalar la versión de que el joven se había ahogado.

La versión oficial, es decir la de los uniformados, era que el joven había continuado su camino. Ciento siete días más tarde el cuerpo de Facundo fue encontrado en un cangrejal en el Canal Cola de Ballena, en Villarino Viejo. No fue el Estado quien lo encontró sino un pescador de la zona que vio un cadáver semienterrado y dio aviso a la policía.  La descabellada hipótesis por parte de la anterior jueza de que el joven se había ahogado no tiene sustento dado que el nivel del agua nunca supera los pocos centímetros: “Tenés que avanzar 30 o 40 metros hacia adentro para empantanarse y, aún así, podés salir porque no te va a llegar más arriba de las rodillas. Es ilógico enterrarte y quedarte atrapado”, dijo ante los fiscales Iara Silvestre y Horacio Azzolín, uno de los pescadores que encontró el cuerpo y que conoce la zona desde hace treinta años. 

Cristina asegura que el juez Walter López Da Silva, encargado de reemplazar a Marrón, ha sido amable con ella y que le ha asegurado que está a su disposición. Mientras tanto el pedido de los abogados de la familia, Luciano Peretto y Leandro Aparicio, para realizar el entrecruzamiento del contenido de más de 60 teléfonos policiales (medida rechazada por Marrón por considerarla “invasiva de la intimidad de los policías”) fue ordenado pero aún no están los resultados, y esto invocan los fiscales antes de avanzar en imputaciones. Con la idea de que ya hay elementos suficientes, la querella de la Comisión Provincial de la Memoria con la abogada Jarque, señaló que su rol es el de “visibilizar, condenar y tratar de cambiar estas conductas de violencia institucional”.  

 

El peritaje está a cargo de la Dirección de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), quienes ya han realizado el peritaje de los teléfonos de los policías bonaerenses Jana Curuhinca, Mario Sosa, Alberto González y Siomara Flores, y que arrojó evidencias para que, al menos, se encuentren detenidos. Sin embargo, como señaló Cristina, “continúan gozando de su sueldo y de su libertad”. 

Por su parte, tras denunciar «sucesivas maniobras mediáticas con el objetivo de encubrir la responsabilidad policial», el abogado Leandro Aparicio anticipó: “Ahora van a decir que los testigos clave se equivocaron de día, no es cierto, sus dichos coinciden con peritajes de la DATIP, hay pruebas en calidad y cantidad que demuestran que Facundo fue desaparecido por la Policía Bonaerense”. Y su socio, Peretto, aseguró que “la causa está paralizada, en pausa para desgastarnos. Facundo estuvo desaparecido 107 días y no sufrió un accidente, el análisis de su ropa que apareció en la mochila demostró que las roturas y quemaduras que había en las prendas fueron hechas cuando las tenía en su cuerpo, es decir que fue torturado».

El 23 de agosto Facundo hubiese cumplido 26 años. Cristina atravesó nuevamente esta fecha no sólo sintiendo la ausencia de su hijo, sino también con el dolor y la necesidad de justicia. Como si no fuera suficiente, la madre señala la falta de protección y lo insegura que se siente constantemente: “A nosotros no nos cuida nadie, nos cuidamos entre nosotros. Sé que estoy vigilada por la policía. Es terrible lo que se vive en los pueblos. Los policías están mal educados, mal preparados. Continúan con las prácticas de la dictadura”. El episodio más grave fue hace algunos meses, cuando en un baño de la estación de servicio donde ella trabaja, le dejaron un dedo, similar al que le faltaba al cuerpo de su hijo cuando fue encontrado sin vida.

Hacia el final del encuentro se sumó Alberto Santillán, padre de Darío Santillán, asesinado en la Masacre de Avellaneda en el 2002 también por la Policía Bonaerense. Luego de darle un abrazo a Cristina se sentó a su lado: “Nosotros que hemos perdido hijos, familiares, compañeros, siempre estamos delante de la ley. Pero cuándo los funcionarios responsables nunca lo estuvieron. Mi otro hijo se tuvo que ir del pueblo, todo lo que nos pasa se debe a la inacción de los fiscales”, sentenció Cristina. Al grito de “Facundo, presente. Darío, presente. Hoy y siempre”, terminó la reunión con periodistas de diferentes medios, con lágrimas en los ojos de una madre que continúa la lucha para que su hijo pueda descansar en paz. 

El polifuncional que necesita todo equipo

El polifuncional que necesita todo equipo

Murió Eduardo Morales, editor audiovisual de ANCCOM y docente del Taller de Expresión II de la Carrera de Ciencias de la Comunicación.

El lunes por la noche murió de manera repentina Eduardo Morales, editor audiovisual de ANCCOM. Se había sumado a la agencia a principios de este año y, rápidamente, le aportó mística y compromiso a nuestro trabajo.

Como se dice ahora, agarró una papa caliente y fue uno de los editores que se puso al hombro un proyecto que nuestra agencia tenía –y tiene- planeado lanzar la semana próxima en conmemoración de los 40 años de democracia. Se trata del ciclo Estuve ahí, una serie audiovisual de entrevistas a protagonistas de estas cuatro décadas en las más diversas áreas: la política, la economía, la sociedad, la cultura, los derechos humanos, los pueblos originarios, el campesinado, el feminismo, entre muchos otros temas.

Eduardo –Edu, para nosotros- era un jugador polifuncional: ocupaba el lugar que hiciera falta. Podía asumir el rol del camarógrafo en el estudio, del director de cámaras y hacerse cargo del poncheo en la pecera, estaba atento al sonido, a la iluminación y también editaba en la posproducción. No solo eso, si era necesario hasta hacía las veces de fletero y transportaba él mismo los equipos a donde se realizara la entrevista.

De dilatada trayectoria profesional, Eduardo Morales se formó como Director de Montaje, egresado de la ENERC (INCAA). Entre sus trabajos más resonantes se encuentran Matanza, la historia, producido por Canal Encuentro y el largometraje Los padres de la Plaza, diez recorridos posibles. Además, ha sido asistente de montaje del film La mosca en la ceniza, de Gabriela David y fue editor del ciclo Oficios, dirigido por Eduardo Mignona para el Ministerio de Educación de la Nación, y del documental Tengo una pena que es pena, de Lorena García, seleccionado para el 21 Festival Internacional de Mar del Plata.

En la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Eduardo fue editor del Centro de Producción e Investigación Audiovisual de la Facultad de Ciencias Sociales (Cepia) y docente de la materia Taller de Expresión II. También dio clases en la Universidad Nacional de Lanús. Su compromiso con la educación pública era total. Los alumnos, entre muchas cosas, recuerdan la estrecha relación que construía con ellos y su apasionamiento en transmitir el oficio: a toda hora y todo día era capaz de responderles preguntas, acompañarlos y guiarlos en sus producciones audiovisuales.

 

Once días que conmovieron al comercio

Once días que conmovieron al comercio

El impacto de la devaluación desestabilizó a los comercios de barrio. Deben pagar aumentos desmedidos o no pueden abastecerse porque los proveedores especulan con los precios. Los clientes dejan de consumir y, encima, el temor a los saqueos.

Luego del triunfo de Javier Milei en las elecciones de  las PASO, el peso sufrió una devaluación del 21,6% . El dólar blue cerró en el mismo día a 720 pesos para la compra y a 730  para la venta,  un 101.89% por ciento arriba del oficial. El ministro de Economía, Sergio Massa, declaró: “El FMI pedía 100 por ciento de devaluación, después bajó al 60 por ciento y finalmente logramos acordar en el 20 por ciento”. Y para colmo, en la noche del martes hubo saqueos en distintos puntos del país. ¿Pero qué pasó con los precios en la economía cotidiana? ¿Cómo se traducen estos números en el día a día? De qué manera afectan a los comerciantes y consumidores?

El primer testimonio es de un distribuidor que trabaja para Pepsico, su  nombre es Claudio Gracián; su trabajo consta de recorrer negocios y ser el nexo entre los comerciantes y la empresa. Se maneja por distintos barrios de Avellaneda y Lanús y comenta lo siguiente: “Desde la empresa se dio un aumento del 25 por ciento en general, hoy unas papas de 95 gramos te salen 1000 pesos, al no ser un producto de primera necesidad noto que la venta está bajando un montón. Los comerciantes dejaron de comprar bastante estas semanas, antes te compraban de más para stockearse pensado en futuras subas, hoy prefieren esperar a que todo se normalice”.

Por último, cuenta una anécdota que refleja la acelerada suba de precios: “Me pasó de ir a venderle a un cliente y notar que el arroz que estaba en la góndola era más barato que el que yo le ofrecía; subió en una sola semana de 165 pesos el paquete de medio kilo a 310 pesos”.

La dueña de ese local se llama Claudia Nuzzi, atiende con su familia el almacén Cefe, que se encuentra en Villa Jardín, Lanus Oeste. Lo primero que ella destaca es la importante suba en los precios de los fideos y el arroz; fue tal el aumento que el distribuidor encargado de traer esos productos suspendió la visita semanal que tenía pactada debido a que no sabía cuánto debía cobrarle

“Es terrible la suba de precios, se notó mucho más en la semana después de las elecciones, el consumo bajó muchísimo, a  veces el cliente intenta suplantar algún producto que consumía seguido por uno de menor calidad. Además prefieren llevar menos, antes por ejemplo vendía muchísimo pollo hoy compran lo justo y necesario”.

El rubro alimenticio no fue el único afectado. En varias farmacias del Gran Buenos Aires se ven carteles con este tipo de inscripciones: «Estimados clientes: Las farmacias bonaerenses estamos sufriendo problemas de reposición diaria de medicamentos por causas ajenas a nosotros. Estamos atendiendo en emergencia con el stock disponible de la farmacia», firmado por el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires».

Micaela Colombo es empleada de la farmacia Gran, a que se encuentra en Valentín Alsina, y dice: “Nos manejamos por el momento como indica el cartel por el tema de la suba de precios. Hay muchos productos que en este momento no se consiguen y la gente se ve obligada a utilizar la marca disponible venga o no de una obra social o por parte de PAMI Más allá de que nos manejamos con un stock que ya teníamos previamente a la suba no podemos mantener los precios y nos vemos obligados a venderlos con esa misma suba. La gente  no para de quejarse”,

Ella agrega: “La gente no ha dejado de consumir los medicamentos pero sí ha disminuido su cantidad. Quizás antes se llevaban una caja y hoy se llevan una tira, lo que sí se ha dejado de consumir bastante es todo lo relacionado a higiene y perfumería.”

Por último, ya mudándose de barrio, de distrito y de rubro, en la librería Orfeo, del Bajo Flores, dice Tiago Páez: “Ni bien se dieron los resultados de las PASO, recibimos mensaje de la mayoría de los proveedores advirtiéndonos que calculemos todo con una suba del 20 al 25 por ciento aproximadamente. Para ese momento no teníamos un precio fijo de las cosas pero era lo que se estimaba. Nos vimos obligados a realizar los cálculos y modificarlos de inmediato porque la situación no nos permite congelarlo, hay que pensar que uno pone el cuerpo y además gasta en luz, impuestos y todo lo que conlleva abrir un negocios día a día”.

Tiago, que es integrante de la familia que fundó el negocio, cuenta: “Las pautas de consumo fueron cambiando no solo desde las PASO sino desde mucho antes. La inflación este año fue constante, antes la marca de hojas de carpeta más vendida era la Rivadavia, ahora se utiliza mucho la marca Éxito. Lo mismo con los cuadernos, los que más se vendían antes eran los Éxito o Rivadavia, hoy son los Gloria, Asamblea y Ledesma. Uno de los productos que más subió este año son las hojas de resma Ledesma. Hasta el momento tuvimos un incremento del 40 por ciento en su precio en lo que va del año”.