La Marcha del Orgullo en tiempos violentos

La Marcha del Orgullo en tiempos violentos

Una multitud tomó el centro porteño para realizar la 33° Marcha del Orgullo, la primera bajo el gobierno de Javier Milei. Carrozas, columnas de las organizaciones LGBTIQ y miles de participantes espontáneos recorrieron desde Plaza de Mayo hasta el Congreso reclamando contra los discursos de odio, la quita de medicamentos para pacientes VIH y el ajuste contra las políticas de ampliación de derechos.

Este sábado 2 de noviembre se realizó la marcha anual del Orgullo, desde Plaza de Mayo al Congreso, en la que desfilaron carrozas y una multitud que interrumpió las calles del centro mientras desfilaba con cánticos de reclamos y denuncias al gobierno nacional.

En Plaza de Mayo, una multitud de colores hacía oír desde temprano sus reclamos al ritmo de la música mientras respondían a la pregunta ‘’¿Qué es para vos la libertad?’’. La marcha número 33 del Orgullo, primera durante el gobierno de Javier Milei, y que no contó con el apoyo del Estado como lo venía haciendo tradicionalmente, se realizó en el período más peligroso para la comunidad LGBTIQ, según confirmaron sus referentes a ANCCOM, como consecuencia de los discursos de odio que circulan desde la asunción del actual gobierno. 

‘’La libertad no es la represión’’, escribía su respuesta un chico, vestido de negro pero con mucho brillo.‘’No hay libertad con ajustes’’, se escuchaba continuamente en carrozas y se leía en carteles. A unos centímetros, las puertas de madera de un closet se llenaban de frases: “libertad sexual”, “al closet nunca más”, “apertura mental y más amor”, entre cientas de frases más; el color madera quedaba atrás con cada tinta con la que cada persona dejaba su huella tras hacer fila pra estampar su propio graffiti.

A pesar del día nublado y el pronóstico de lluvia, las banderas de las diversas sexualidades tomaron por asalto el centro de de la Ciudad de Buenos Aires. En la esquina de Diagonal Norte y Florida, una multitud  se reunía, junto con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y la agrupación H.I.J.O.S, para realizar un pañuelazo por la memoria, verdad y justicia. En una marea de pañuelos blancos levantados, se escuchaba: 

 -¡Compañeros desaparecidos!

 -¡Prresente!

 -Ahora

 -¡Y siempre!

‘’Con VIH vivo, con Milei muero’,’ decía uno de los carteles que encabezaba la marcha.

A un lado, personas de todas las edades se movían al ritmo de los bombos que parecían bailar, en defensa de la memoria, de Télam y de las políticas públicas que amplían derechos.

Las columnas empezaron a marchar a las cinco de la tarde. ‘’Con VIH vivo, con Milei muero’,’ decía uno de los carteles que encabezaba la marcha. Unos días previos, circulaba en los medios la denuncia de que el gobierno dejó de entregar medicamentos para embarazadas con VIH. 

Desde la asunción del nuevo presidente, el gobierno tomó muchas decisiones que afectan los derechos de la comunidad LGBTIQ. El cierre del INADI y el recorte de los fondos para las enfermedades de transmisión sexual son tan solo unas de ellas. 

‘’Mi amor no daña. Tu odio si’’, ‘’Para vos Milei, mucho sexo gay’’ y ‘’La peluca es para el drag’’ fueron algunos de los carteles que se encontraban en las calles en esta edición de la marcha. Sin embargo, hubo uno que se repite demasiado. El cartel de ‘’los discursos de odio también matan’’ fue uno de los más populares en esta ocasión. ‘’Desde la llegada de este sujeto son muchas las personas que desde atrás de un teclado o un dispositivo nos agreden y demuestran cada día más su odio. Eso contribuye a que en las calles haya personas que cada día este más violenta y agresiva’’ decia María Laura Oliver, de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) en dialogo con ANCCOM. Parte de las consignas de este año fue el pedido de justicia por la masacre de Barracas, en la que Pamela, Roxana y Andrea fueron asesinadas por ser lesbianas.

Si bien la jornada pasó entre bailes y música, ante una Libertad que Avanza en contra de los derechos del pueblo, el pedido por una Ley Integral para personas trans y una ley Antidiscriminatoria se hizo escuchar, a los gritos y al son de los tambores. Llegando a Plaza Congreso, el ambiente se volvió más intenso. Y pasadas las siete de la tarde ocurrió el ‘’abucheo’’: a Milei, al ajuste, a los discursos de odio y a los que votaron a favor de la ley bases. 

Desde arriba del escenario, alguien leyó ‘’El gobierno grita ‘Viva la libertad, carajo’ sólo para defender la libertad de mercado, la ley del más fuerte, la libertad para oprimir, discriminar, explotar, la libertad de sacarnos nuestros derechos’’; uno de los tantos discursos que tuvo lugar durante la jornada. A lo largo del día, la multitud orgullosa y que busca ser libre entre tantos ajustes, mostró que ‘’al orgullo no se lo invisibiliza, se lo defiende’’. 

La fiesta que empezó frente la Casa de Gobierno junto con la compañía de djs y artistas como Natalie Perez y Taichu, finalizó frente al Congreso con la música de Valeria Lynch. Y así, terminó la trigésimo tercera Marcha del Orgullo en Argentina.

 

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Los estudiantes reclaman un paro nacional

Columnas de estudiantes marcharon desde el Obelisco a Plaza de Mayo y a la CGT, para reclamar definiciones a la central obrera. La marcha se realizó siguiendo lo decidido en una asamblea el sábado pasado.

El movimiento estudiantil se movilizó este viernes a Plaza de Mayo y a la CGT desde el Obelisco. Fue una de las definiciones de la Asamblea Interfacultades del sábado pasado, para visualizar y mantener el plan de lucha por salarios dignos de docentes y no decentes, mayor presupuesto universitario, y exigir un paro nacional que acompañe la próxima marcha educativa convocada para el martes 12 de noviembre. Ante el reclamo, no apareció más que la policía y su protocolo antipiquete.

 A las cuatro de la tarde en la Ciudad de Buenos Aires el sol parecía picar contra la piel, pero el Obelisco cubría buena parte de su plaza con sombra. A esa hora comenzó el corte de las columnas estudiantiles que lograron cruzar la avenida 9 de Julio, pero apenas pusieron un pie en Sáenz Peña, aparecieron los exabruptos de coté de la policía de la Ciudad. “¡El achique, el achique!”, gritaba un oficial a los empujones. Al rato, las fuerzas se acomodaron y marcharon junto al movimiento estudiantil hacia la Casa Rosada. Pero su compañía no duró mucho más una vez que el ruidazo estaba fuera de vista de la Casa de Gobierno. Así, los estudiantes ganaban los adoquines de calle Balcarce.

 Después de varias cuadras y bocinazos molestos, el movimiento llegó a la CGT, en la esquina de Independencia y Azopardo, sobre las calles anchas pero nada transitadas de los límites de San Telmo con Puerto Madero. En medio de todo el griterío organizado, Miriam, de 73 años, se acerca exasperada a su columna: “¡Toqué timbre y no contestó nadie!”  

-¿Y vos por qué apoyás el movimiento estudiantil?

-Porque soy estudiante -respondió orgullosa.

Federico estudia en la Universidad Nacional de La Matanza, la misma en la que hace casi un mes el rectorado cerraba la reja de ingreso a los empujones, en conjunto con La Liga Federal, agrupación peronista que conduce el Centro de Estudiantes, para impedir la asamblea. Desde esa experiencia, le parece importante para el movimiento estudiantil haber consolidado la decisión de reclamar a la CGT un paro nacional para la próxima marcha educativa, el 12 de noviembre: “Necesitamos consolidar una unión obrero- estudiantil para pararle la mano al gobierno. Ataca a todos por igual”.

 

Igualmente -irrumpió Germán, estudiante de la Facultad de Sociales de la UBA yo no creo que este sea el movimiento estudiantil. Me encantaría decir lo contrario, pero acá veo más orgas, los independientes somos pocos, y si no hay sector independiente no es genuino. Si bien tiene el mismo valor porque son estudiantes, el participar dentro de agrupaciones te hace pelear por lo partidario, y las disputas se cegan, se disputan cosas de mas arriba, y creo que el independiente puede aportar más esa lucha específica del estudiante. Quiero poder estudiar, no me interesan tanto sus peleas internas. 

 

Mientras el sol se aleja de a poco, la concentración se disolvió, sin respuesta de la CGT. Sin embargo, el tamaño gigantesco de aquella puerta cerrada no intimidó al movimiento en cultivo. Hoy, estudiar parece ser un acto de rebeldía, y con más dudas que certezas, no hay negativa que detenga a los rebeldes en defensa de la universidad de los trabajadores. Y al que no le gusta, se jode, se jode.

 

Pinte y vuelve

Pinte y vuelve

Un emblemático mural de Perón y Evita ubicado en el barrio porteño de Caballito fue borrado horas después del 17 de octubre. Tras la denuncia en redes, vecinos, militantes y artistas decidieron reconstruirlo.

El sábado 19 de octubre, 48 horas después del Día de la Lealtad, los vecinos de Caballito se encontraron con la ausencia del mural histórico de Perón y Evita que ocupaba la ochava de la esquina de Río de Janeiro y Machado, a metros del Parque Centenario. En su lugar, apareció el paredón pintado color ladrillo. La imagen rápidamente llegó a las redes sociales, con usuarios indignados por un lado y otros felices por la eliminación de la imagen.

La polarización se acrecentó con la divulgación de las fotos de un nuevo mural, allí mismo, con la figura de Javier Milei, pero resultó ser un montaje. Mientras tanto, vecinos y militantes peronistas se acercaron, lijaron la pared y comenzaron a restaurar el viejo mural.

La obra vandalizada pertenecía al escultor, dibujante y docente Rodolfo Aguerreberry (1942-1997). Fue profesor de la Escuela de Bellas Arte Manuel Belgrano y coordinador de talleres creativos de plástica en Fundación ORT. Fue, además, uno de los responsables del “siluetazo”, junto a Julio Flores y Guillermo Kexel, que consistió en la realización de siluetas como modo de representar a los desaparecidos durante la dictadura militar. La intervención –el trazado del perfil del cuerpo de una persona recostada sobre un papel extendido– visibilizó la causa de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y fue parte del paisaje urbano previo a la vuelta de la democracia.

El mural borrado en Caballito mostraba el abrazo entre Perón y Evita del 17 de octubre de 1951, Día de la Lealtad y de la primera transmisión televisiva en Argentina. La leyenda debajo decía: “Los días más felices fueron, son y serán peronistas”. Aguerreberry lo pintó junto a militantes entre 1994 y 1995, y fue restaurado por vecinos en noviembre de 2022.

Adriel Fontanarrosa, estudiante de Derecho, trabajador ferroviario, militante de la agrupación 26 de Julio y delegado del sindicato La Fraternidad, reunió hace unos días a un grupo de personas dispuestas a restaurar el mural y, en diálogo con ANCCOM, relata cómo se organizaron.

¿Cuál era el valor del mural?

El peronismo trajo algo que nunca se va a poder borrar: la lucha por los derechos de los trabajadores. Para mí este mural, como tantos otros a lo largo y ancho del país, es una marca no solo en una pared, sino una parte de nuestra historia marcada en los corazones de los trabajadores.

 

Este Gobierno arremete contra la historia, pero también contra la educación pública, la salud, los jubilados, ¿cuál creés que es su plan?

No hay un plan concreto. Este Gobierno ataca a los estudiantes, a los abuelos, arremete contra el transporte, y contra las necesidades básicas de un trabajador y de cualquier persona. Ataca la educación, cuando esta es necesaria para salir adelante, para garantizar el ascenso social en este país. El transporte también es fundamental, es lo que todos necesitan para movilizarse al trabajo, generar ingresos y mantener a sus familias. La doctrina de este Gobierno se basa en el odio, en la motosierra y en el ataque al que no piensa igual. El presidente incita constantemente al odio y la división entre argentinos, entre estudiantes, entre jubilados, entre el pueblo y la propia policía y fuerzas de seguridad, lo cual es triste, porque los mismos policías que hoy reprimen a los abuelos también se van a jubilar el día de mañana. Lo que impulsa esta gestión es muy dañino, desde tapar un mural a generar cada vez más violencia entre argentinos y argentinas.

 

¿Se ha podido confirmar quién dio la orden de tapar el mural?

No se sabe quién es el responsable, pero entendemos que acá hay un ataque concreto por parte del Gobierno de la Ciudad, del mismo presidente, gente que lo apoya o de cualquier persona que desea seguir generando divisiones en el país. Meterse con el peronismo, que no es solo un movimiento, sino una doctrina y una forma de vivir -porque el que es peronista lo es toda la vida-, genera repudio y tensión entre nosotros y el que tenemos enfrente.

En redes circuló un montaje que reemplaza el mural con una imagen del Presidente…

Es falso, por supuesto. Esto demuestra cómo el Gobierno y sus votantes logran manipular la realidad a través de las redes sociales y otras plataformas solo para generar violencia y disputas.

 

¿Cómo se difundió la convocatoria para restaurar el mural?

Los que llevamos el peronismo en el corazón sentimos la necesidad de dar una mano. Desde el Sindicato La Fraternidad se nos acercó el pedido de conseguir gente dispuesta a ayudar en la restauración, y en muy poco tiempo teníamos pintores, militantes y vecinos dispuestos a poner manos a la obra. Todos peronistas, todos con el movimiento en el corazón. La frase fue terminada, pero próximamente artistas y miembros del PJ Juventud restaurarán la imagen del abrazo. La tan emblemática imagen pintada en 1995 seguirá presente, demostrando que el peronismo nunca se va ir, nunca lo van a borrar, tapen los murales que tapen, nunca van a borrarlo del corazón de los argentinos.

 

¿Qué impacto tuvieron?

El impacto fue inmediato, fue sorprendente la reacción de la juventud. Me llena de orgullo ver jóvenes preocupados por cosas como esta, verlos comprometidos con el movimiento, y ver lo que el peronismo genera en ellos.

 

Recientemente el Presidente afirmó que le encantaría “meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo con Cristina adentro”, ¿qué opinás?

Este hombre lo único que hace es implantar una noción de combate, violencia y odio. Ataca gratuitamente a todo el mundo. Con sus dichos quiere decir, prácticamente: “Los voy a terminar de matar”. Al peronismo nunca lo van a matar, porque es muchísimo más grande que todos ellos. El peronismo debería reconocer sus errores, ya que gracias a ellos ganó este Gobierno, y asumir la responsabilidad y compromiso de solucionar los problemas de la gente. Esas son nuestras bases, sin prometer nada ayudar al trabajador, al estudiante, al jubilado, al sector de salud y transporte.

Uruguay sigue en campaña

Uruguay sigue en campaña

Si bien en la primera vuelta el Frente Amplio le sacó más de 20 puntos al oficialismo, no tiene garantizado el triunfo en el balotaje. ¿Cuál es su estrategia de campaña? ¿Qué pasará con la relación con Argentina según quién triunfe?

 

Yamandú Orsi, del Frente Amplio, cosechó el 46,2% de los votos por sobre el 28,2% de Álvaro Delgado, candidato del Partido Nacional. Sin embargo, contando todos los otros votos obtenidos por las fórmulas de la Coalición Nacional (Andrés Ojeda, del Partido Colorado, obtuvo el 16,9%; Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto, el 2,6% y Pablo Mieres, del Partido Independiente, el 1,8%), el porcentaje es de 49,5%, dejando al oficialismo al borde de la mitad de los votos emitidos. En este escenario, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del Uruguay son una incógnita. ANCCOM dialogó con especialistas del país vecino para profundizar acerca del mes de campaña que se avecina y cómo afectarán estos posibles gobiernos a la relación bilateral con Argentina.

En esta oportunidad, el Frente Amplio tuvo un 5% más de votos que en la primera vuelta de la elección del 2019, con una campaña liderada por un Orsi en la cual no se mostró más allá que en actos partidarios. Según Mauro Casa, politólogo y magíster por la Universidad de Londres, “Orsi tuvo una campaña muy anodina, en la que prácticamente no se la jugó en ningún tema, bastante lejos del radar de los medios de comunicación”.

En ese sentido, Daniel Buquet, doctor en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-México), reafirma que Orsi trató de ser “tan inespecífico como le fuera posible”. En consecuencia, marca que lo más claro que expuso fue su postura en contra de la reforma constitucional sobre seguridad social, que pretendía bajar la edad jubilatoria a 60, equiparar jubilaciones con el sueldo mínimo y eliminar los fondos previsionales de ahorro privados.

“Lo otro que hizo fue nombrar un futuro ministro de Economía de perfil empresarial, Gabriel Oddone, doctor en Historia Económica y socio de la firma CPA Ferrere”, continúa Buquet. “Orsi apunta a ganar, por lo tanto, apunta al centro. Estamos en un escenario de una competencia centrista y lo que menos quiere es asustar a las personas más moderadas. Anticipa una gestión económica ortodoxa, que tendrá los sesgos frenteamplistas pero con mucha moderación y en la medida que el crecimiento lo permita”.

A su vez, subraya que el voto de la izquierda del Frente es “muy poco”, advirtiendo que los posibles votantes que se le pueden fugar por esa vía son mínimos. “El partido de izquierda de acá, lo que en Argentina sería el FIT, es Asamblea Popular que sacó el 0,4%”.

En cambio, el panorama para el Partido Nacional es un poco más auspicioso que antes de las elecciones. Según Casa, “Delgado tuvo una buena noche, porque las encuestas lo daban peor, cayendo más cerca del 20% pero sacó un 26%”.

“El Partido Nacional hizo un escenario confrontando con el Frente Amplio con sus tres socios, planteando la continuidad del gobierno pero también sacándose la camiseta del partido y poniéndose la de la coalición”, subraya Buquet.

Así, el oficialismo continuará su camino hacia el balotaje con la idea central de su slogan ‘Reelegí un buen gobierno”, conteniendo en sí sectores más radicalizados hacia la derecha. Dentro de la coalición continúa el exmilitar Manini Ríos, aunque en estas elecciones vio caer fuertemente su performance, luego de cosechar 11,5% de los votos en 2019. En aquella campaña, el titular de Cabildo Abierto había pregonado el “se acabó el recreo”, refiriéndose a la “fiesta” del gasto público y la delincuencia. Este año, no pudo mantener su fuerza como opción conservadora “novedosa”.

¿Hay un Milei uruguayo?

Si nos ponemos a buscar al “Milei” de este proceso electoral uruguayo, Buquet marca que lo más particular fue “la candidatura de Ojeda por el Partido Colorado”, pero que no es homologable al primer mandatario argentino. “Rompió el molde del político tradicional pero dentro de lo tradicional. Se refería a sí mismo como la nueva política pero está más ligado a la comunicación y al contacto con la gente, pero nunca fue antisistema ni se proclamó anticasta. La comparación con el presidente argentino es excesiva”.

El más comparable, continúa Buquet, es Gustavo Salle del partido Identidad Soberana: “Su elección lo dejó al borde de entrar al Senado con el 2,4% y dos diputados. Es marginal, pero podría tener la llave de la mayoría en diputados”.

Según Camilo López Burían, doctor en Ciencia Política y profesor adjunto de Relaciones Internacionales de la Universidad de la República, “podría estar considerado como ultraderecha ya que tiene una pauta moral conservadora muy fuerte”. En este marco, destaca que tiene posturas “profundamente antiglobalistas”, oponiéndose a la Agenda 2030. “Es una característica que algunas expresiones de ultraderecha tienen”, puntualiza.

Sobre él, Casa comenta que encontró un personaje en el cual predica un discurso contra las corporaciones y el neoliberalismo, pero que, también, ha tenido una deriva conservadora extrema: “Es un férreo antivacunas y con un pensamiento muy retrógrado en materia de género y en materia de políticas hacia la comunidad LGBT. Se ha convertido en un político con una identidad bastante peligrosa”.

De todos modos, no se ha asentado una opción de ultraderecha en Uruguay por el momento. Buquet, aunque remarca que no le gusta hablar de excepcionalidad, destaca que “el sistema de partidos está por encima de la región. Por más que haya gente con esa visión, las mayorías no se expresan en ese sentido, son derechas ‘PRO’”.

El lugar de Argentina

Siguiendo con la comparación con Argentina, ambos futuros gobiernos se enfrentan al desafío de mantener una relación bilateral con el gobierno de La Libertad Avanza. López Burián destaca que, en un escenario de triundo oficialista “podemos esperar la continuidad de una política aperturista que busca la flexibilización del Mercosur. Tiene una visión de profundizar el modelo exportador de commodities, siendo favorecidos los sectores agrícolas y minimizando el papel de la región”. En ese sentido, marca que habría “una convergencia con el gobierno de Milei”.

En cambio, si Orsi se impone en noviembre, destaca que la región toma otro peso: “No quiere decir que se no ponga en discusión la flexibilización, pero se buscará otro tipo de diálogo e integración con la región. Sería un cambio relevante”.

Sin embargo, observa que más allá de algunos detalles, “hay una estabilidad en la relación bilateral entre ambos países que tiene que ver con el estilo diplomático que el Uruguay plantea”.

En este sendero, Buquet destaca que “Orsi va a ir por ese lado, estaría en buena relación con el gobierno argentino. Al otro día de ganar las elecciones, se va a abrazar a Milei sin ningún problema”, comenta, recalcando que el Frente también ha celebrado acuerdos de libre comercio por fuera del Mercosur.

A su vez, Casa remarca que la historia de la relación bilateral nunca tuvo como principal factor la afinidad ideológica: “Perón y Luis Batlle Berres tuvieron que salir a encontrarse con una lancha en medio del río Uruguay porque ninguno quería ir a visitar al otro. Tabaré Vázquez y los Kirchner terminaron en el tribunal de La Haya por el conflicto de las papeleras. Si uno mira al revés, Tabaré Vázquez y Macri tuvieron un excelente vínculo. La diplomacia entre nuestros países depende de factores un poco azarosos, Orsi y Delgado van a tener una relación cordial con Milei, ninguno de los dos le va a pisar la cola al león”.

Recuerdos grabados a fuego

Recuerdos grabados a fuego

El sobreviviente Germán Jascalevich declaró en la cuarta jornada del juicio que investiga la masacre del Pabellón Séptimo, investigado como un crimen de lesa humanidad de la última dictadura.

El pasado miércoles 30 se llevó a cabo la cuarta audiencia del juicio que investiga la Masacre del Pabellón Séptimo, la mayor matanza carcelaria de la historia. El sobreviviente Germán Jascalevich testificó sobre lo que vivió aquel 14 de marzo de 1978 en la cárcel de Devoto. 

El testigo comenzó a contar sobre cómo y dónde vivía durante el año 1978. Explicó que tenía un pequeño taller de bolsas tejidas a mano y que era artesano. En ese período vivía con Claudia Carrara y su hijo, Javier Canosa. Contó que durante ese tiempo habían recibido a Giancarlos Gianvarela en su casa, quien venía de Italia.

Ante la pregunta de si recordaba haber sido detenido durante ese año, Jascalevich respondió que sí, debido a que allanaron la valija de Gianvarela quien poseía pastillas de ácido lisérgico: “Intervino el Departamento de Toxicomanía, que era una parte de la Policía Federal”. En ese procedimiento, detuvieron a Gianvarela, a Luis Canosa (padre de Javier) y a Jascalevich.

Luego del interrogatorio en donde Gianvarela había confesado que las drogas eran de él, todos los acusados fueron trasladados al Pabellón Séptimo del penal de Villa Devoto. “Me acuerdo que llegamos al pabellón aproximadamente 15 días antes de la masacre” explicó Jascalevich. Según el testigo, eran entre 170 y 180 personas, una mitad dormía en camas y la otra en colchones tirados en el piso. Ahí le tocó a él por ser nuevo.

“El preso más viejo era un uruguayo. Me acuerdo de las caras, no tanto de los apellidos, pero creo que se llamaba Cardozo”, expresó ante la consulta de cómo se organizaba el “rancho” que él integraba. Si bien los ranchos eran todos independientes, señaló que había uno que era el encargado de prender y apagar el televisor y de poner el programa que eligía la mayoría, a quien identificó como “Pato” Tolosa. 

La noche anterior al incendio, Jascalevich estaba viendo una película y el guardiacárcel ordenó que se apague el televisor. Ante ello, el testigo aclaró que el horario en que se apagaba el televisor de acuerdo al reglamento era “una hora marcada tipo 8 de la noche” pero que ese día se les había pedido que lo apaguen media hora antes. El responsable de esta orden fue identificado por Jascalevich como a quien le decían “Kung Fu” (mencionándolo posteriormente como el imputado Zerda) debido a que practicaba un arte marcial y solía sacar a reclusos para “boxearlos”. 

El testigo contó que Tolosa se rehusó a apagar el televisor, y que en todo caso lo podía hacer “Kung Fu”. “Esa arbitrariedad fue la que ocasionó la masacre”, sostuvo Jascalevich, ya que después de ese incidente llegó un trabajador con una carta de Zerda, diciéndole que lo iba a sacar esa noche y que le iba a pegar. “La carta estaba escrita por el celador Zerda hacia Tolosa porque no había querido apagar el televisor. En realidad hay dos interruptores, él podría haberlo apagado desde su lugar, pero él quería que lo apagara Tolosa” aclaró el testigo.

A la madrugada, entró un cuerpo “muy pequeño” de 4 o 5 personas y fueron directamente al rancho de Tolosa. Jascalevich citó lo que había dicho Tolosa: “No voy a salir porque ustedes me van a matar”. Frente a la situación, muchas personas comenzaron a ponerse de pie como un acto de resistencia, a lo que el cuerpo penitenciario se terminó yendo. 

Granadas con chispas

Al día siguiente, Jascalevich contó que ingresó un grupo de requisa muy grande. “Entraron con cadenas forradas en cuero, las que se usan para cerrar las puertas de los pabellones, e ingresaron con unos palos muy largos que se usan para golpear las rejas para ver si hay alguna cortada”. El testigo explicó que entraron directamente golpeando a la gente, a lo que, de manera masiva, decidieron poner las camas para obstruir el medio del corredor del pabellón.

“Nosotros pusimos camas para bloquear las camas para que no volvieran a entrar, las pusimos para tapar la puerta y nos quedamos esperando para ver qué iba a pasar”, relató el testigo. Después, vio cómo llegaban a la pasarela un grupo de penitenciarios lanzando granadas lacrimógenas que también soltaba chispas. “A un compañero le tiraron una granada de gas en el pecho y lo mataron. Quedó humeando la granada de gas”, expresó Jascalevich. 

El testigo agregó que durante el incidente observó cómo llegaban Galíndez, otro de los imputados, y Zerda con una ametralladora y una pistola y reconoció que las armas que ambos tenían asesinaron a sus dos compañeros de causa. Jascalevich agregó que él se salvó por cubrirse con una pared y que aún así recibió un disparo en el pie.

Jascalevich recordó que “se empezó a juntar una parva de cadáveres en la mitad del pabellón. Caía muchísima sangre, el piso parecía una gelatina”. A pesar de haber puesto los colchones para bloquear la visibilidad de sus disparos, estos no cesaban. Además, indicó que antes de que iniciara el fuego ya había una alta cantidad de muertos tirados en el suelo por heridas de bala. “Yo creo que una de las granadas lacrimógenas impactó en una cama y el calor hizo que se prendiera fuego uno de los colchones”, declaró. Como estaban todos amontonados, los colchones se empezaron a prender fuego de forma masiva. 

Dada la cantidad de fuego y ante la dificultad de respiración, Jascalevich se trepó a una de las ventanas del pabellón junto a otro compañero, a quien identificó como “Guampa”. Sin embargo, desde el patio que estaba debajo notó que comenzaron a disparar hacia ellos, viendo secuencialmente cómo su compañero recibía un balazo en la frente y caía inmediatamente al suelo. 

Durante el incendio, no hubo intenciones de parte de las autoridades de cesar el fuego, incluso el testigo agregó que al lado de la pasarela había un hidrante de donde podían sacar agua: “Nosotros les gritábamos que nos tiren agua, pero lo que escuchábamos era que nos decían “mueranse como ratas”, una cosa realmente horrible”. 

Debido a la intensidad del calor, contó cómo debió refugiarse debajo de la parva cadáveres, hasta que en un momento se paró y fue a sacar las camas que estaban obstruyendo la puerta: “Tomé una frazada para sacarlas con ellas. Había un compañero que estaba tan asustado que las sacaba con las manos y se las quemó todas”. 

Tras el incendio, los golpes

En esas condiciones, Jascalevich manifestó que los hicieron salir del corredor hacia el pabellón de castigo. “Ahí estaban todos con palos y cadenas, nos llevaban con las manos en la espalda y nos iban pegando en la cabeza. Yo me caí al piso dos o tres veces y me luxaron las costillas” relató. En ese momento, el testigo contó haber escuchado que los guardias estaban buscando a dos personas, a Tolosa y a otro recluso de quien no recuerda el nombre. “Los sacaron y los mataron a palazos. No estaban muy quemados, estaban bien, pero les rompieron la cabeza” relató. 

Una vez que lo sacaron del calabozo, el doctor Spitelli lo buscó, le dio una jarra de agua y una inyección de morfina. Debido a las graves lesiones lo trasladaron al Instituto del Quemado, donde estuvo inconsciente y tres días en coma. 

Estuvo internado 30 días conectado a varias sondas. Su cirujano le explicó que debía estar 30 días más para continuar con su recuperación. Sin embargo, después del primer mes, Jascalevich fue trasladado al Hospital Penitenciario de Villa Devoto, donde cuenta que sufrió distintos descuidos, como hacerlo caminar cuando apenas podía o hacerlo pasar frío.

Tras el alta médica lo llevaron al pabellón noveno donde el “cabo” Chonta le contó que Galíndez había sacado las balas de los cuerpos con un cuchillo. Dicha orden fue dada colectivamente al resto de los penitenciarios, a lo que los más jóvenes se negaron. Sin embargo, el oficial contó que Galíndez les dio una especie de “vacaciones” y los amenazó con sancionarlos si llegaban a decir algo.

Jascalevich, que terminó de cumplir su condena en la Unidad 9 de La Plata, expresó que le quedaron consecuencias psicológicas. Mencionó pesadillas sobre persecuciones y distintos traumas que lo llevaron a irse a vivir a Brasil. “Me pone muy triste a mí la Argentina, me trae recuerdos muy tristes y voy esporádicamente”. Físicamente, tuvo quemaduras de primer y segundo grado, además de que el humo le dejó una secuela pulmonar por la que debió realizar un tratamiento en Suiza. Además, añadió que hasta hace tres días sus hijas no sabían la verdad de sus quemaduras, ya que él les había contado que había sufrido un accidente automovilístico. “No las quería marcar desde tan pequeñas”, expresó.

Finalizadas las preguntas de parte de la Fiscalía, la querellante abogada Claudia Cesaroni solicitó que se expongan una serie de imágenes para que el testigo pueda reconocer el lugar de los hechos de la forma más explícita posible. Identificó la ventana donde se trepó junto a su compañero y otros sectores del pabellón, con un poco más de dificultad debido a que ciertas paredes habían sido pintadas luego del incendio.

Luego, el juez Toselli estableció un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles, donde declarará el testigo Roberto Montiel.

La audiencia se realizó vía Zoom debido al paro de transportes y fue transmitida por el canal de Youtube de La Retaguardia.