La crisis pegó de lleno en la Feria del Libro

La crisis pegó de lleno en la Feria del Libro

Ante la falta de políticas públicas, y con una disminución de las ventas de entre un 20 y un 50 por ciento, el encuentro cultural anual más esperado resultó víctima del ajuste.

La Cámara de la Industria Ferial Argentina (CAIFE), en su informe de este año titulado “Menos stands, menos inversión”, manifestó la preocupación respecto a la caída de las ventas en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, una baja que ya el año anterior había sido del 24 por ciento en relación a 2022: “Esta tradicional y masiva Feria, fundamental para la cultura de nuestro país, cuenta con un espacio expositivo de más de 45 mil metros cuadrados, es una de las más grandes de América Latina y es un importante motor para el fomento del turismo por ser la más concurrida en el mundo de habla hispana. Sin embargo, este año tiene menos metros cuadrados construidos que los habituales y una inversión mucho más baja en los stands que fueron contratados”.

En diálogo con ANCCOM, el secretario general de CAIFE, Jaime Usach, sostiene: “La coyuntura económica que vive el país, donde hay inestabilidad y recesión, genera efectos sobre el poder adquisitivo de la población y modifica sus hábitos de consumo, incluyendo la compra de libros. Esto va acompañado de la competencia de los medios digitales, que aparecieron hace bastante tiempo, y la piratería”.

“Por otro lado, es destacable la ausencia del Gobierno nacional –prosigue–. La no participación con un stand en la Feria se puede interpretar como una acción política, acompañada de la falta de apoyo o de interés en la cultura y en la industria, no sólo del libro. Ahí hay una señal que va en concordancia con lo que está demostrando el Gobierno, que la cultura no tiene lugar en su lista de prioridades. También es notoria la reducción de stands de las provincias y, en general, de editoriales y librerías. Este recorte afecta directamente a nuestra industria, a todos los que somos proveedores, a muchísimas PyMEs, ya que nuestra cadena de valor está conformada por muchos rubros, como arquitectura y diseño, herrería, carpintería, pintura, gráfica audiovisuales, mobiliario, electricidad”.

Algunos, de hecho, fueron afectados por la decisión del Gobierno, que a través de su vocero afirmó que la participación en la Feria significaría un “gasto” de 400 millones de pesos. Según Usach, no logran entender que esto no es un gasto sino una inversión, porque estarían apoyando a la cultura, a la industria y a los negocios. “Desde CAIFE, además, podemos dar la certeza de que los valores dados no son correctos, ya que se hacen por mucho menos”, asegura Usach.

Las interrogantes se acumulan: ¿la crisis económica sólo daña las ventas durante la Feria o es un fenómeno a nivel nacional? ¿Por qué la gente ya no compra tantos libros? ¿Por qué un pueblo deja de invertir en la cultura literaria? ¿Qué rol cumplen los libros en la vida diaria de las sociedades y, particularmente, de la argentina?

Pablo Canalicchio, editor y director de la Carrera de Edición de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), afirma que la industria del libro atraviesa diversas problemáticas: “Es un escenario de alta complejidad, donde infieren factores como el precio del papel, el empobrecimiento de la gente, el recorte a la cultura y la crisis económica que azota al país. El ecosistema del libro está frágil y lastimado por la falta de políticas públicas, y así las librerías se achican y, en el peor de los casos, cierran. Por otro lado, está la cuestión de la competencia por el tiempo libre de la gente. Hay muchas empresas que compiten por ese tiempo libre, muchas son editoriales que compiten entre sí, pero también hay otras empresas con otros bienes culturales, donde entra en juego lo digital”.

“Se registra una crisis en las ventas desde el anteúltimo gobierno (el de Macri), que fue relativamente malo para la industria editorial. Hubo una falta de apoyo y, otra vez, de políticas públicas. Argentina es un país que, si lo comparamos con otros de la región, sale muy bien parado en casi todos los índices culturales, tenemos enormes cantidades de editoriales, bibliotecas, librerías y escritores. Muchos de nuestros autores nacionales consiguen premios y reconocimientos académicos internacionales. Es necesario proteger esta industria”, agrega.

“El libro es el centro de la cultura, es el objeto físico más importante que existe. Lo que pasa en un aula alrededor del libro, en una biblioteca, en una casa, no se puede reemplazar por ninguna otra cosa. Sí hay otros lugares que generan encuentros y desarrollo cultural, como el cine o el teatro, pero la capacidad que tiene el libro de estar ahí, en la biblioteca de una casa esperando que venga un chico y lo agarre en algún momento, no se compara con nada. La posibilidad de que haya bibliotecas en lugares de bajos recursos, donde puedan acceder niños, jóvenes y adultos, potencia la posibilidad de emparejar e igualar oportunidades. Los libros son de los principales y más cómodos, más efectivos y más económicos vehículos de aprendizaje, y por consiguiente de ascenso social. La potencia de los libros, cualquier tipo de libro, es inmensa. Una sociedad sin la literatura en el centro, como eje, es un pueblo más plano, sin herramientas para pensar, dialogar, cuestionar, proyectar, soñar y crecer”, concluye.

 

Un paseo por la Feria

Paola, personal del stand de la provincia de la Pampa, cuenta que “se ha vendido muy poco en relación a otros años. Hay público durante toda la Feria, pero las ventas han disminuido en relación al año pasado en un 50 por ciento”. En su puesto, lo que más busca la gente son poetas e investigadores pampeanos, muchos de la Universidad Nacional de la Pampa, que tiene su propia editorial. “Es notable en la provincia que, debido a la situación económica, hay otras prioridades, como comer. La literatura, como todas las artes, es una de las formas de expresión fundamentales para el desarrollo de cualquier persona, tan necesaria como todas las otras disciplinas para educarnos, desarrollarnos y expresarnos”, remarca Paola.

Tal como señaló Usach, en esta edición de la Feria fue llamativa la ausencia de varias provincias. Ramón Blanco, coordinador del stand de Corrientes, comenta: “Si bien tuvimos mucho interés durante las jornadas profesionales, que fueron el martes y el miércoles previos a la inauguración oficial, es cierto que, comparado con otros años, estamos vendiendo menos. Quizás llegamos a 400 ejemplares vendidos en total hasta ahora. Nuestro público en general son adultos de entre 35 y 60 años, más librerías que buscan autores autóctonos, el género que más buscan es historia”. Blanco dice que él es quien es “gracias a los libros”. “Celebrar el libro –añade– es una forma de celebrar la vida, no concibo mi vida sin los libros. Hay que seguir protegiendo e incentivando la lectura, sobre todo para la juventud”.

En la Feria también participan países de la región como Perú, Paraguay, Chile y Brasil, así como de otras latitudes, como Portugal e Italia. “La literatura ayuda a los pueblos a tener conciencia crítica y, sobre todo, a conocer sus raíces”, afirma Derlis Sosa, del stand de Paraguay, donde casi no se encuentra stock de libros sobre la Guerra de la Triple Alianza gracias al masivo interés que despierta en lectores, escritores, docentes y bibliotecarios argentinos. El segundo lugar en ventas lo ocupan los libros de gramática, antropología e historia de la cultura guaraní, junto con mitos y leyendas locales. “Tenemos un público consumidor autóctono con raíces paraguayas que quiere aprender el idioma o conocer la historia de nuestros pueblos hermanos”, puntualiza Sosa.

La caída de las ventas está en boca de todos, ¿pero cómo se sienten los lectores que visitan la Feria año a año frente a los precios en alza? Uriel Bitar (22) cree que, en comparación con años anteriores, son exponencialmente más caros: “Suelo comprar libros usados, por lo que a veces encuentro buenos ejemplares que se quedan ‘atrás en el tiempo’ con sus precios y cuestan lo que deberían haber salido meses atrás. Este año, en la Feria, compré un solo libro, porque encontré un descuento con mi tarjeta de crédito, pero años anteriores podía llevarme varios más. Es triste, ya que los libros cumplen un rol fundamental en la memoria histórica de los pueblos y en el registro cultural que cada momento y cada sujeto imaginario llega a la posteridad. Nos permite retrotraernos a distintos pasados, comprender diversas miradas, y analizar la realidad desde nuevos lentes. Una población sin inversión en la literatura sería un pueblo abandonado totalmente a la desmemoria y a la completa ignorancia de lo que lo hace pueblo, y en tanto pueblo, indefectiblemente libre”.

Del tsunami verde a la ola machirula

Del tsunami verde a la ola machirula

Las críticas al feminismo ganan terreno en el debate público y cada vez son con más virulencia. La falta de consenso en torno a las políticas de género se hicieron visibles en los resultados electorales. Las consecuencias del desmantelamiento del Ministerio de la Mujer y diferentes programas que abogaban por la igualdad.

Una encuesta realizada en octubre del 2023 por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la UBA indicaba que un 67% de los varones y un 51% de las mujeres consideraba que las políticas de género promueven el odio hacia los hombres. La cifra ascendía al 82% cuando se trataba de los votantes de La Libertad Avanza. A su vez, un 72% de los votantes de Milei consideró que la justicia suele favorecer a las mujeres. Un 66% de los varones considera, incluso, que los hombres deben tener cuidado al relacionarse con mujeres.

Este cambio de tendencia respeto de los tiempos de la llamada “ola verde” se refleja también en discursos que parecían olvidados: en una reciente entrevista radial el publicista de ultraderecha pura y dura Nicolás Márquez insistió en la utilización de términos anacrónicos y discriminatorios como “invertido y “sodomita, argumentando que la connotación despectiva de éstos fue impuesta por la corrección política de la ideología de género y que él no se sentía obligado a cumplir con esos mandatos. En la misma entrevista calificó a la homosexualidad como conducta insana y autodestructiva.

También en el plano electoral la insistencia de Javier Milei con el tema puso de manifiesto que el repudio a las políticas de género no resta votos al candidato ganador sino todo lo contrario. Las encuestas tanto anteriores como posteriores a las elecciones mostraron que Milei obtenía más votos del electorado masculino, sobre todo entre los jóvenes, y que estos criticaban mayoritariamente los “excesos” del feminismo.

El fenómeno no es exclusivamente local ni mucho menos: según otra encuesta realizada en 2023 por el Centro de Investigaciones Sociológicas de España un 44% de los hombres y el 32% de las mujeres consideraba que se ha llegado tan lejos en las políticas de igualdad que ahora los discriminados son los hombres.

Estos datos acompañan otras señales de que la ola verde, en los lugares a donde llegó, ahora sufre un reflujo. Este fenómeno está impactando en electorados del mundo occidental y la reivindicación del patriarcado, lejos de espantar votantes, los atrae, sobre todo en los segmentos de hombres jóvenes. Un extenso artículo de The Economist hablaba de una deriva que distancia cada vez más a los jóvenes varones y mujeres entre sí.

Nuevas nuevas masculinidades

Cuestionamientos al feminismo hay desde muchas corrientes. Pero hay una que directamente lo niega y suele estar acompañado por una reivindicación de la masculinidad tradicional. Así, las políticas gubernamentales que se implementaron para generar la participación equitativa de mujeres y minorías en diversas instituciones, pasan a ser repudiadas por una porción de la población que las ve como un trato desigual ante la ley, un “privilegio”, como lo llamaría el actual presidente, alejando a estas políticas del consenso que parecían tener hasta hace pocos años.

Matías de Stéfano Barbero, Doctor en Antropología (UBA), Investigador Asistente del Conicet y especializado en las relaciones entre violencia y género, sostiene que este discurso reviste hoy un carácter de cierta rebeldía. Esto se debe a que  el cuestionamiento de la masculinidad tradicional ganó fuerza en diversas capas de la sociedad pero ahora sufriría una “reacción” esperable e, incluso, deseable porque plantea el desafío de buscar nuevas formas de interpelar y convencer. De Stefano ofrece además una interpretación del particular clima de época que vivimos, asegura que “estamos en un escenario social y político donde prima el ‘sálvese quien pueda’ y el ‘todos contra todos’, donde se instrumentaliza la idea de masculinidad tradicional como una forma de ser en el mundo que puede ayudarnos a sobrevivir”. Según su parecer, esto sólo aumentará el individualismo, la crueldad y la violencia.

Irene Meler, coordinadora del foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos y Psicólogas de Buenos Aires, asegura que nos encontramos ante el fenómeno conocido como backlash, una reacción conservadora frente a los nuevos derechos adquiridos por las mujeres en los últimos años. Para la especialista el motivo de esta reacción estaría dado por las condiciones económicas. Según Meler, “la derechización masculina es un síntoma de la añoranza respecto de un status social privilegiado que muchos están perdiendo por la fuerte concentración económica en pocas manos y el desclasamiento de los sectores medios, cuyos jóvenes van a ser más pobres que sus padres.”

La crisis económica favorece, entonces, la reivindicación de refugios que funcionaban en el pasado, pero esto se da sobre todo entre los hombres. “Las mujeres no experimentan su condición de clase del mismo modo que los varones, porque la componen en parte mediante su nivel educativo y su trabajo, pero también a través de la alianza con un hombre, que suele ser quien establece el status familiar. Esta alianza está cada vez más dificultada, pero como expectativa persiste. De modo que el resentimiento juvenil es la causa de la derechización” explica Meler.

La nueva vieja derecha

Desde luego, la lectura que se hace desde los sectores conservadores es diametralmente distinta. Tal es el caso del politólogo Agustín Laje, quien se define como liberal conservador. En una entrevista del año 2017, cuando presentaba el libro que escribió junto a Nicolás Márquez sobre la nueva izquierda, ambos se refirieron a los estudios y las políticas de lo que consideran “ideología de género” y que para ellos resulta dominante y parte de la ideología de Estado.

Según Laje y Márquez las políticas de género corresponden a una estrategia que la izquierda tuvo que emplear desde los años 60 y de manera más acuciante después de la caída del Muro de Berlín, cuando la clase obrera dejó de responder a los postulados del marxismo clásico. Se habría pasado entonces del conflicto estructural al conflicto en la cultura, por ello se salió a buscar minorías conflictuadas que fueran funcionales a la revolución. En esta nueva fase, que Laje y Márquez consideran marxismo cultural, no se busca expropiar los medios de producción sino la forma de pensar, se pasa entonces de la lucha de clases a la lucha de géneros. Las políticas de inclusión consisten, según estos dos autores, en igualar contrafácticamente aquello que por naturaleza es desigual. Por eso, una de las medidas gubernamentales más celebradas por Laje fue la prohibición del lenguaje inclusivo en la administración pública, medida que el Gobierno nacional implementó en febrero de este año.

 

Cómo acercarme a hablar

Otro de los ejes de discusión en torno al avance del feminismo en los últimos años tuvo que ver con los nuevos parámetros de conducta cuando los varones se vinculan con mujeres, una cuestión dónde también aparecen las denuncias, el riesgo de desprestigio social y la posibilidad de la cancelación.

Cristian Cabrera y Juana Cúneo son profesionales de la fundación Kaleidos, una organización que trabaja con diferentes instituciones educativas en cuestiones de salud reproductiva y la lucha contra las violencias. Ellos advierten que el malestar de los varones por no saber qué se espera de ellos al vincularse con las mujeres no está tan presente en los jóvenes de hoy como sí lo estaba en 2017 y 2018, cuando los escraches en muchas escuelas de la ciudad empezaron a ocurrir ante cualquier actitud violenta o irrespetuosa por parte de los varones. Para los especialistas eso generaba, por esos años, cierta parálisis o resistencia al cambio de paradigma de muchos varones. La fundación trabaja en ámbitos escolares y deportivos, los cursos y talleres que brindan se enfocan en abordar la violencia como temática en todos los órdenes posibles. Los profesionales cuentan que a veces se acercan ellos mismos a las instituciones, otras veces llegan por pedido de los directivos y a una escuela incluso llegaron por parte del centro de estudiantes. Sobre la búsqueda de una masculinidad más sana explican la importancia de no conducir a la formación de un nuevo estereotipo de masculinidad ya que detrás de ese estereotipo pueden esconderse viejas formas de violencia y subordinación.

Sobre la cuestión del respeto y el consentimiento, Matías de Stéfano Barbero explica que si bien algunos hombres expresan hoy cierto grado de malestar por no saber cómo es la forma correcta de proceder, sus discursos son muy diversos. Aunque algunos son más reaccionarios, otros denotan incertidumbre por el cambio en ciertos límites. Y aclara que es importante revisar ciertas prácticas que podrían significar un avasallamiento a la voluntad de las mujeres.

¿El aborto en cuestión?

Durante la campaña presidencial Javier Milei había prometido cerrar el Ministerio de las Mujeres y desde sus primeras apariciones públicas siempre se mostró en contra de la legalización del aborto. ¿Están en peligro los derechos por el retorno de las ideas conservadoras? Meler afirma que sí y que una muestra de eso se encuentra en los intentos de revisar la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo.

Los profesionales consultados coinciden en señalar que un cisma entre varones y mujeres podría llegar a ser aún más perjudicial, ya que una salida superadora precisa de la acción en conjunto. Para prevenir la violencia de género y generar una comunicación respetuosa, es necesario erradicar todo tipo de violencias de las prácticas cotidianas y no sólo en vínculos sexoafectivos sino entre pares, en la amistad o en la familia. Atender a las complejidades que supone ser hombre en nuestra sociedad no necesariamente implica una oposición categórica al feminismo. La masculinidad tradicional no ofrece sólo privilegios sino también sufrimiento y alienación.

Tanto sea por razones económicas, culturales o políticas, lo cierto es que los cuestionamientos al feminismo se han instalado en el debate público y han permeado con más fuerza en el electorado masculino.

 

Trabajadores despedidos, víctimas sin derechos

Trabajadores despedidos, víctimas sin derechos

El gobierno de Milei echó al 26 por ciento del personal de la línea 137, que atiende casos de violencia sexual y familiar, incluidas la explotación de niñas, niños y adolescentes y el grooming.

Desde que asumió la gestión libertaria, la línea 137 del Ministerio de Justicia de la Nación, que brinda asistencia los 365 días del año a las víctimas de violencia sexual y familiar, está siendo vaciada de personal y, por tanto, dejando de garantizar derechos a quienes requieren de asesoramiento legal, psicológico y administrativo.

De diciembre a hoy son 19 los profesionales despedidos sin justificación del Programa las Víctimas contra las Violencias de la línea 137, lo que representa “el 26 por ciento del total, mientras que el resto enfrenta una incierta situación laboral con vínculos contractuales hasta junio de 2024”, señala el petitorio de los trabajadores a las autoridades de la cartera de Justicia en reclamo por su reincorporación inmediata.

El programa existe hace 18 años, tiene alcance nacional y es gratuito. Está conformado por un equipo interdisciplinario de psicólogos, abogados y trabajadores sociales que, en articulación con redes de acompañamiento y contención territorial, es el que actúa ante situaciones de violencia y urgencias.

El vaciamiento comenzó el 29 de diciembre. Ese día, dos trabajadoras de la línea 137, a través del Sistema de Gestión Documental Electrónica, (GDE), recibieron un mensaje de un renglón en el que las informaban que su contrato no sería renovado. En ese momento, una de ellas estaba acompañando a una mujer embarazada y la otra asistiendo a una adolescente que había sido abusada sexualmente.

 

Mariana Vázquez es trabajadora social y estaba con licencia por ART cuando la despidieron después de 12 años. Se enteró en Semana Santa a través de la lista que circuló por el GDE. “Hasta el momento no tengo telegrama de despido ni notificación”, afirma.

Ella fue una de las profesionales que brindó capacitación a la Policía Federal en materia de género. “Desde el programa pudimos armar una cátedra en la que capacitamos tanto en la Universidad de Rosario como en la Escuela de Cadetes de la Policía Federal, en Villa Lugano, y en la comisaría de Chacarita”, cuenta. Con la línea 137, además, se encargaba de las formaciones del Ministerio Público Fiscal y de instituciones de salud como el Garrahan y el Hospital Elizalde, donde se atienden en su mayoría niños, niñas y adolescentes.

En el petitorio que presentaron los trabajadores de la línea 137, también exigen la garantía de estabilidad laboral y derechos para todos sus pares del Programa las Víctimas contra las Violencias, y el compromiso de las autoridades del Ministerio de Justicia de “velar por la integridad y continuidad de los programas estatales destinados a combatir la violencia familiar y sexual, reconociendo su importancia en la protección y asistencia de las víctimas”.

Según el Portal de Datos Abiertos de la Justicia Argentina, en el último año se recibieron más de 6.100 llamados a la línea 137 por violencia familiar.

Laura Boggon es psicóloga, trabaja en el programa desde 2010 y es delegada de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). Explica que la iniciativa de este acompañamiento surgió como respuesta a la necesidad de asistir a las mujeres victimizadas sexualmente en la vía pública. “Cuando las víctimas acudían a hospitales o comisarías, las revictimizaban. En ese contexto, la psicóloga Eva Giberti, actual coordinadora del programa, creó lo que devino en las Víctimas contra las Violencias, que trabaja tanto en situaciones de violencia familiar como sexual”, detalla Boggon.

Según el Portal de Datos Abiertos de la Justicia Argentina, en el último año se recibieron más de 6.100 llamados a la línea 137 por violencia familiar. En estos casos “se necesita el acompañamiento de un equipo para hacer una denuncia en la oficina correspondiente, o trasladar a la mujer que salió de su casa, o cuando los chicos y chicas quedan con el agresor. Entonces, denuncia mediante, asistimos para que autoricen a retirar a los niños. Solemos acompañar todo ese proceso –comenta Boggon–. Cuando son situaciones de violencia sexual, ya sea que actúen fiscalías o juzgados, también piden nuestra intervención, que vayamos al lugar donde está siendo asistida la persona, y hacemos un informe que pasa a formar parte del expediente judicial. En una segunda instancia nos citan para dar testimonio en los juicios. Hay un despliegue para brindar la mayor protección que puede lograrse y que no estemos marca la diferencia”.

La línea 137 es federal y brinda asistencia en todo el país. Los equipos profesionales tienen dos sedes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la metodología ha sido replicada en Chaco y Misiones. “Los llamados que llegan de otras provincias se intentan articular con el 911 de ese lugar donde está ocurriendo el hecho, para dar protección a esa persona. A veces nos encontramos con la traba de que quien llama no se anima a dar sus datos o tiene miedo, muchas veces son vecinos y no quieren quedar expuestos. Entonces, desde el programa, relatamos lo que se nos informa, los aspectos que vulneran los derechos de niñas, niños y adolescentes, y elevamos un acta que es enviada a los organismos locales de protección. No es una denuncia, pero es informar para que se comience a intervenir”, puntualiza Boggon.

El Ministerio de Justicia de la Nación todavía no responde al reclamo de reincorporación de los despedidos de la línea. Sus trabajadores, mientras tanto, sostienen reuniones gremiales y actividades para visibilizar el conflicto, como una radio abierta y la proyección del documental de la línea Cada 30 horas de la directora Alejadra Perdomo. “Desde la gestión manifiestan interés en el programa, pero lo están vaciando de personal –refiere Boggon–. No sé cómo pretenden que se mantenga cuando es un trabajo de 24 horas, todos los días, en torno a una temática tan compleja”.

Esos músicos bajitos de Varela

Esos músicos bajitos de Varela

Cuando lo público está en la hoguera del Gobierno nacional, la Orquesta Escuela Villa Argentina, en Florencio Varela, avanza en la formación musical de niños. Dos veces fueron convocados para los recitales de Roger Waters.

Es un sábado hostil: llueve y el viento remolinea. La Escuela Secundaria N°5 de Florencio Varela está abierta. En el hall, una veintena de niños agarra violines con impaciencia. Una profesora entrega copias de una nueva partitura. Son las diez de la mañana. Arriba, por las escaleras, comienza a sonar el opening de Harry Potter. Estamos en la Orquesta Escuela Villa Argentina.

“Años atrás era impensable que un chico de Villa Argentina, de Florencio Varela, pudiera tocar el violín, el oboe… -deja deslizar Soledad Noferi, coordinadora de la Orquesta-. No sólo por el valor de los instrumentos, que son de poco acceso para los trabajadores, sino porque no estaban estos espacios: tenías que ir con tu instrumento a un conservatorio. Hemos descubierto que acá hay buenos violinistas, fagotistas, violistas… Tenemos exalumnos tocando en el exterior, en el Teatro Colón, en el Teatro Argentino de La Plata o que siguieron otro camino, pero que aprendieron algo fundamental de la orquesta: trabajar con responsabilidad, organizadamente y en solidaridad con el otro”.

Los chicos de la orquesta inicial comienzan repasando una de las canciones que tocaron la semana pasada. Para algunos, con menos de un metro de altura, ese fue su primer concierto. Parecen conservar el calor de los aplausos en los ojos y el orgullo en la forma de agarrar el instrumento. Uno, con lentes y mirada preocupada, observa el violín y la partitura nueva. A esta sí la tiene que mirar, no la sabe de memoria. Sus compañeros acomodan bajo el mentón el violín, decididos. Con pánico, llama a la profesora. Ella explica cómo va a ser la canción y le acerca un atril fino al nene. Ahora, con todo en su lugar, puede empezar.

Todos los sábados, las seis orquestas escuela del distrito se llenan de música y vida. “Vimos la necesidad de que las orquestas se armen en los barrios más alejados porque había muchos pibes que no llegaban al centro de Varela”, resalta Noferi. La de Villa Argentina tiene un ensamble de guitarra, una orquesta inicial y una avanzada, un coro inicial y uno avanzado. En total, alberga a 260 chicos y jóvenes.

“Encontré lo que me gustaba, mi lugar. La gente siempre fue muy copada, siempre me ayudó. Es un segundo hogar, un lugar seguro. Fuimos a ver un montón de conciertos y a tocar en el Teatro Colón, en el CCK, en el Luna Park y con Roger Waters”, detalla Benjamín con la voz emocionada. Desde los 6 años va a la orquesta: acompañó a la hermana y se quedó.

Del grupo que estuvo en el escenario con el artista inglés es el que lo recuerda con más emoción, pero a todos les cambia la mirada cuando se acuerdan del concierto en el Estadio Único de La Plata en 2018. No se comparaba con la cantidad de público a la que estaban acostumbrados y las luces y el vestuario no ayudaban. “Teníamos unos atuendos y una máscara que en un momento nos teníamos que sacar. ‘Ya veo que me saco un pie’ pensaba”, dice entre risas Maxi. Su hermano, Axel, lo completa: “El miedo era sacarse la máscara en otro momento (habíamos visto vídeos donde pasaba en otros países) o que se trabe el atuendo, pero después estuvo lindo. No nos olvidamos la letra ni nos equivocamos con la coreo”. El grupo sonríe y todos enderezan las espaldas, orgullosos.

“Primero cantaba Roger y nosotros estábamos quietos con la cara tapada. Aún así, veías todas las luces y te ponías todo nervioso. Cuando te sacabas la máscara era peor, se te llena cada vez más el pecho, pero después es ‘wow, ¿en qué momento llegué acá?’”, asegura Benjamín con el pecho inflado, volviendo a vivir en presente aquel momento.

Doce chicos, de entre diez y quince años, de un coro varelense frente a más de 40 mil personas, cantando la mítica Another Brick in the Wall. “Estaba cagado en las patas”, sincera Leonel en un susurro. “Me retemblaban las piernas, cuando me saqué la máscara vi a toda esa gente”, agrega. Sus compañeros se ríen, pero él tiene ganas de sacar otras máscaras: “Yo no lo conocía, ninguno lo conocía, aunque parece que era muy conocido mundialmente -ironiza-. Después lo escuché y supe su historia”.

Roger Waters volvió a invitarlos para ver su concierto en 2023. En el camarín, lo abrazaron con ganas. Ahí, el inglés guardaba una foto de ellos que usó para comparar cómo habían cambiado esos nenes, ahora adolescentes. El coro inicial del que salieron tiene 16 niños y 16 preadolescentes. Cuando el profesor se sienta en el teclado, una voz aguda pregunta: “Profe-profe, ¿podemos cantar la del pescador?”. Con una sonrisa, asiente: “Sí, hoy vamos a agregarle la segunda voz, pero primero vocalizamos”. Caras de preocupación recorren el salón. Las notas salen del teclado, las cabezas se empiezan a mover y por sectores empiezan a cantar. Alguien está demasiado agudo.

– Lo tenés que sacar del pecho. Es más abajo el tono. Sentilo acá – apunta el profesor, presionando su propio pecho y haciendo una mueca como de quien no encuentra metáfora más clara.

En la clase de vientos, sucede algo similar. Hoy comienzan una nueva canción, “Danza brasilera”. Una chica mira de costado a la partitura: una nota tiene tres Fs. Iván, su profesor, le explica: “Es la nota más fuerte que puedas tocar. Tenés que sentir que el aire se suelta con más facilidad. Abrí la garganta”. Con señas trata de expandir la explicación, pero se resume a eso: sentir en el cuerpo el instrumento.

“Sentilo en el pecho” o “sentilo en la garganta” son frases que no descolocan a nadie. Es una nueva naturalidad, otros saberes que recorren los cuerpos. Así como se siente el sol picar preparando el cemento y así como se dobla la espalda de las costureras, se puede sentir una canción. El mundo de lo posible se expande con un par de notas. “Era todo desconocido, nunca había visto un violín, un cello, un trombón. Fue impresionante verlo… y después escucharlo”, relata Axel sobre la primera vez que conoció la orquesta. En 2017 fueron a su escuela y tocaron la canción de la Pantera Rosa. En ese momento, decidió que también quería tocar y arrastró a su hermano con él.

En un aula, Benjamín confiesa: “Estoy empezando mi mundo laboral con la Orquesta Municipal. Me gustaría ser profesor en algún momento de mi vida para pasar el conocimiento que me pasaron”. Minutos después, sube las escaleras y va a un taller. Se sienta al lado de un nene de diez que también toca el corno. En ese salón, los otros cinco chicos se dedican a la trompeta. Mientras la profesora se detiene a que una trompetista de nueve años encuentre el re sostenido, Benjamín le marca la partitura a su pequeño compañero. Soplando bajo, le muestra el camino.

Cinco siglos igual

Cinco siglos igual

Tras 14 años de funcionamiento del jardín intercultural Wawa Huasi, el Gobierno de Jujuy afirma que la educación bilingüe adoctrina y ordenó cerrarlo.

El Instituto Infantil Intercultural Bilingüe Wawa Huasi se encuentra ubicado en La Quiaca, en la frontera con Bolivia. Abrió sus puertas el 7 de junio de 2010 por la iniciativa de docentes indígenas, quienes han recibido muchos premios en distintas ferias de ciencias en representación de la Puna y la Quebrada.
Hoy el cielo se volvió gris para esta comunidad porque la Secretaría de Educación de Jujuy rechazó su admisión al sistema educativo formal y notificó que debía cerrar sus puertas.
El Wawa Huasi es el único jardín comunitario y bilingüe en todo el país, donde se dictan clases en idioma español y en quechua. Es administrado por la Comunidad Originaria Natividad Quispe. Actualmente cuenta con una matrícula de 150 niños y niñas, con edades entre los dos y los cinco años, y trabajan 15 maestras.
La determinación, emitida a través de la resolución 763 por parte del Ministerio de Educación de Jujuy, fue oficialmente anunciada el 25 de abril. En ese contexto, Julio Alarcón, secretario de Políticas Socioeducativas de esa cartera, dijo que “la educación bilingüe adoctrina”.

 

Desde la perspectiva de la Comunidad Natividad Quispe, esta medida es un acto de represalia por su participación en la resistencia activa contra la reforma constitucional promovida por el exgobernador Gerardo Morales durante el año pasado.
En tanto, el Ministerio de Educación afirma que el jardín funciona en el antiguo terreno de la estación ferroviaria del Ferrocarril General Belgrano y asegura que los responsables de Wawa Huasi «persisten en no cumplir con los requisitos necesarios para su aprobación». Este argumento fue rechazado por la directora del jardín, Vilma Llampa, en diálogo con ANCCOM: “El jardín lo cierran supuestamente por condiciones edilicias que no serían favorables para los pequeños, pero contamos con todos los papeles y requerimientos que se necesita para tener una institución.”
Con tristeza e impotencia en su voz, Llampa agregó: “Estamos muy sorprendidos y afectados con esta situación, ya que se destaca por ser un jardín intercultural bilingüe que trabaja específicamente con valores y nuestra cultura ancestral y nuestras comunidades originarias de San Salvador de Jujuy”.

Al conocer la novedad, padres y madres de los 150 alumnos del Wawa Huasi se reunieron y consensuaron que la institución no podía cerrarse. También solicitaron la presencia de la ministra de Educación, Miram Serrano, para que brinde explicaciones sobre la decisión tomada.
Vilma Llampa contó que cada gobierno que visita el jardín sabe la forma de trabajar y cómo funciona. Además, recordó que el exgobernador Morales se había comprometido a construir un edificio nuevo para la institución y con ese fin la comunidad ya donó el terreno. Mientras se edificaba este edificio, el Wawa Huasi iba a seguir trabajando con normalidad. “Ese era el acuerdo”, sostuvo.
En relación a la justificación del cierre, Llampa respondió que tienen “las pruebas dentro del jardín de que presentamos reiteradas veces, todos los años todo lo que corresponde en cuanto a documentación específica”.

Desde el Consejo de Pueblos Originarios Llankaj Maki, el coordinador de la provincia, Jorge Angulo, vinculó el pedido de cierre de la institución a una acción de persecución del gobierno jujeño contra las comunidades indígenas que aportaron su cuerpo a las protestas en 2023.
Por su parte, la diputada provincial del FIT U Natalia Morales expresó que “sucedió lo mismo con la Escuela de Idiomas y escuelas rurales, la variable de ataque es la educación pública y lo hace la UCR”. La legisladora destacó que “el Ministerio de Educación usó al jardín como ejemplo de la única experiencia nacional intercultural, pero ahora lo ataca”. La semana pasada Morales acompañó a la directora y a la comunidad cuando fueron a la Legislatura para ser escuchadas.