“Milei es muy bueno humillando y basureando al otro”

“Milei es muy bueno humillando y basureando al otro”

El escritor Martín Kohan advierte sobre la violencia del discurso político gobernante y la continua denigración de las instituciones culturales, a las que llama “curros” y “kioscos”. “Hay que insistir con la práctica de la discusión y el intercambio, recuperar la percepción social de que insultar y denigrar es un papelón: esa es una forma de resistencia”, plantea.

“Las formas y los actos de la crueldad ya existían, pero el modo en que ciertas prácticas se generalizaron y se familiarizaron son un elemento de esta época que puede ser singular”. El escritor, ensayista y profesor universitario Martín Kohan es un lúcido observador de la escena cultural y política, y sus definiciones sobre el gobierno de Javier Milei y el clima social son portadoras de sensibilidad y agudeza. “Porque ciertas prácticas y formas de la crueldad que conocemos no dejaban de alguna manera de irrumpir y desentonar en una escena donde el registro medio no era ese, entonces cuando alguien ponía en circulación una expresión y un regodeo de la crueldad eso era disonante respecto de la atmósfera dominante. Un poco nos hemos ido habituando a la agresividad, a la humillación, al basureo y esto cambió el tenor”, dice en esta entrevista con ANCCOM que transcurre en el bar Sócrates, a una cuadra de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en la calle Puán, donde Kohan da sus clases de Literatura Argentina.

¿Qué ocurre con el discurso estatal?
Ha habido un traspaso al discurso estatal de estas modalidades, lo cual lo vuelve especialmente grave porque acompañan ciertas prácticas. Tristemente, en la Argentina ha habido muy a menudo políticas que traen dolor y perjuicio a la población. Pero ya no son medidas dolorosas que se acompañan, aunque sea por hipocresía, por discursos que al menos fingen acompañar ese dolor; hay un giro particular que es, primero, que se disfrute del dolor que eso ocasiona, y segundo, que se exponga ese disfrute. Se toman ciertas medidas por las cuales una cantidad de gente pierde su trabajo y queda en la calle, y que desde el propio Estado se exponga la gratificación por el sufrimiento que se está ocasionando, a mí me parece que merece una señal de alarma.

Es la lógica de las redes sociales llevada al Estado
Mi impresión es que sí. Si uno trata de ver zonas, planos de circulación de discursos, todo indica que aunque no quepa hacer una consideración absoluta porque hay intervenciones y registros diferentes, los especialistas en la materia coinciden en señalar que se ha instalado sobre todo en Twitter una convivencia cotidiana con la violencia, con la humillación, con la denigración y con el basureo. Muchas personas pasan muchas horas del día ejerciendo eso o expuestas a eso. El Presidente pasa muchas horas. Si antes existía algo así como un termostato que saltaba ante una sobrecarga de energía negativa de agresividad, hoy ese termostato no existe más. Son niveles muy altos de agresividad que se transitan cotidianamente de una manera naturalizada.

¿Qué cambios observás?
Hay ciertas condiciones que hicieron posible que esto asumiera estas características, por eso para mí el punto de partida es de qué modo ciertos discursos, ciertos registros se generalizaron y se naturalizaron en la sociedad porque esta demostración del disfrute un poco sádico por el sufrimiento en muchos casos suscita consternación, malestar, rechazo pero también suscita adhesión. El actual Presidente de la Nación es en la política argentina probablemente quien mejor captó y aprovechó esas condiciones. Obviamente no tuvo ningún interés ni necesidad de contrarrestarlas, a mí me parecería deseable socialmente hacerlo. Claramente Milei fue quien captó eso, que es una sintonía de época, porque no es un fenómeno solo argentino y la asumió personalmente con una eficacia muy especial. Es muy bueno agrediendo, humillando y basureando al otro, lo hace muy bien. Y porque las condiciones previas son las que son, obtiene un nivel de adhesión

¿Qué lugar queda para la discusión?

Las condiciones generales, no absolutas, pero sí muy extendidas de las que estamos hablando impiden la discusión. Porque si alguien acude a una escena, sea una conferencia de prensa o Twitter, se propone dar una discusión y lo que obtiene inmediatamente son agresiones, denigraciones, humillaciones, ninguna réplica ni refutación a lo que puede estar planteando sino solamente una práctica de basureo, no solamente no hay una discusión sino que se la impide. No pienso que lo contrario a este estado de agresión y agresividad más o menos generalizada sea un estado apacible de condiciones de acuerdo y consenso. Lo que me resulta insatisfactorio del estado generalizado tal como lo estamos describiendo no es que impidan el acuerdo, el consenso y la confraternidad, impide la discusión también, pelear ideas y polemizar proyectos porque no se puede ni siquiera discutir en esos términos. Son sucesivas escenas de intercambio de violencias y no hay discusiones, muy pocas discusiones hay en este tiempo.

 

¿Qué pasa en el campo de la cultura?

Si uno se atiene a las iniciativas que el gobierno manifestó respecto al campo de la cultura, yo no distingo un proyecto alternativo para el funcionamiento de una institución como el Fondo Nacional de las Artes, del manejo del Programa Sur de literatura argentina o del INCAA, lo que propusieron es cerrarlos. Una discusión de una batalla cultural sería sobre criterios y parámetros culturales para gestionar espacios de promoción cultural del cine, la literatura y el teatro. Entonces, bienvenida la discusión sobre estéticas, lineamientos y corrientes. Discutir qué literatura queremos difundir, qué cine, cómo manejar esos fondos, de donde obtenerlos y cómo gestionarlos. Lo que se planteó desde el jefe de Estado fue no solo el anuncio de eliminarlos, que últimamente son más amenaza/extorsión que anuncios, sino que esto fue acompañado de una denigración de las prácticas culturales y de quienes las llevamos a cabo. Si dicen que hay curros en tal o cual lugar, señalen cuáles, quiénes son los responsables y se tomarán medidas al respecto y soy el primero que acompañaría gratamente. Lo que uno registra en el discurso del poder político gobernante es denigrar todas las prácticas culturales llamándolas curros y todas las iniciativas culturales llamándolas kioscos. La idea es que alguien que se presenta al Fondo Nacional de las Artes o que defiende su existencia está defendiendo curros. Como hay una familiarización a la que yo no pienso prestarme ni plegarme, un acostumbramiento a que todo el mundo se vea humillado, basureado o denigrado, esto puede haber sido pasado por alto. A mí me sigue pareciendo grave, proviniendo del jefe de Estado, que tuvo expresiones de enorme descalificación para las distintas prácticas culturales y artísticas en el país. ¿Cómo pensaríamos en una batalla cultural? ¿Cuál sería la discusión de los proyectos culturales? Está basureando, denigrando y humillando y está amenazando con cerrar lugares. ¿Cuál es la propuesta de la política de promoción cultural de la literatura que tiene este gobierno? ¿Qué idea o lineamiento con respecto a las estéticas cinematográficas piensan promover? Yo no detecto que haya planteos consistentes al respecto, solo defenestración y amenazas.

Lo que me resulta insatisfactorio del estado generalizado no es que el insulto y la agresión impidan el acuerdo, el consenso y la confraternidad; impide la discusión también, pelear ideas y polemizar proyectos porque no se puede ni siquiera discutir en esos términos.

Martín Kohan

¿A qué lógicas responde?
Es la premisa de que todos los espacios, todas las prácticas, todos los vínculos sociales se regulan bajo la lógica del mercado. Solo existiría un cine, una literatura, una música, un arte enteramente comercial y mercantil. Si recapitulamos la historia del arte, del cine, de la música argentina, la mayor parte de las expresiones reconocidas y más valoradas, más prestigiosas, no existirían, porque no es el cine, la literatura, el arte, la música del mercado. Existe una lógica comercial y es perfectamente válida, el problema se presenta ante la idea de que esa sea la única que existe.
Recapitulemos la historia argentina del siglo XX. ¿Qué habría sido de Borges con esa lógica? Un escritor que no tuvo impacto comercial hasta pasados sus 70 años. ¿Qué sería de Saer, de Mujica Lainez, de Sara Gallardo, de Hebe Uhart? Y en el cine es lo mismo. ¿Cuál sería el único cine que funcionaría bajo esa lógica del mercado? El de Lisandro Alonso no, el de Lucrecia Martel tampoco. Como planteo y como formulación es sorprendentemente básico, dado que hay una larga tradición de elaboración conceptual teórica y crítica sobre las relaciones entre arte y mercado con posiciones y resoluciones muy diferentes entre términos de integración, antagonismo, infiltración, alternancia para tener que discutir hoy si debe o puede haber arte por fuera de la estricta lógica del mercado. Es elemental y básico hasta lo deprimente que se pretenda presentar como argumentación que la sola regulación del mercado va a ser satisfactoria para la dinámica de la producción de arte de un país, es de un nivel de desconocimiento muy alto tal como fue formulado por el Jefe de Estado.

¿Cómo se responde a esa lógica?
A esa lógica socialmente dominante se le ofrece resistencia. Si una intervención o una postura va a abrir una discusión o va suscitar una serie de agresiones, ahí hay un primer punto sobre el cual resistir. En este estado de cosas, hay que resistir e insistir con la práctica de la discusión y el intercambio. Cualquier discusión hoy, incluso la más álgida y vehemente, solo por el hecho de desarrollarse como tal y no como un intercambio de insultos y denigraciones es una forma de resistencia. Reestablecer la posibilidad no solo de dialogar sino también de discutir y pelear ideas. El exabrupto ya existía pero era un papelón que pasara eso. El punto es que se perdió ese efecto vergonzante, empieza a tener un halo de valoración positiva. La pregunta es ¿qué está pasando que dejó de ser un papelón que a alguien le pregunten algo y se desencaje y empieza a gritar desaforadamente y hasta sea celebrado y aceptado? Recuperar la percepción social de que es un papelón eso, esa es una forma de resistencia. Confío que con el tiempo volveremos sobre ciertas escenas que transcurren sin sobresalto y diremos:“Qué papelón”.

La motosierra cortó el agua potable a los isleños del Delta

La motosierra cortó el agua potable a los isleños del Delta

Se interrumpió el servicio de distribución que había establecido AySA desde la pandemia. Los vecinos reclaman la restitución de este derecho básico elemental para sus vidas cotidianas.

“En el año 2020, cuando inició la pandemia de covid-19, el municipio tenía una responsabilidad respecto al tema de islas y organizamos un consejo asesor para repartir agua muy precariamente entre nosotros”, explica Luis Cancelo, vecino de las islas del Delta del Paraná en la primera sección, Partido de Tigre. Históricamente, los isleños no consumen el agua de ríos y arroyos, además de por el barro que le da su color característico, debido a  la contaminación en la cuenca del Río Luján y Reconquista; solo la utilizan para bañarse o lavar los platos. El agua para beber y cocinar suele cargarse en bidones en las canillas de la estación fluvial.

Fue por eso que desde el Consejo Asesor Permanente Isleño (CAPI), decidieron solicitarle a Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) un servicio de distribución de agua potable: “La concesión de AySA termina en el río Luján y no abarca las secciones isleñas”, remarca Cancelo, quien fue director del Plan de Manejo del Delta e integrante del CAPI. Cuenta que cuando le acercaron la nota a quien por entonces era la titular de AySA, Malena Galmarini, contándole de la situación crítica particular de los isleños durante la pandemia, decidieron implementar un servicio de distribución de agua. Los barcos cisterna recorrían ríos y arroyos de acuerdo a un cronograma publicado diariamente para que los vecinos cargaran los bidones en los muelles.

“En el nuevo gobierno de Javier Milei, que tiene criterios de achicamiento del Estado, rige un ‘sálvese quien pueda ́ donde cada uno resuelve las cosas como le sale. Lo concreto es que quitan este servicio”, explica Cancelo. La realidad es que con el nuevo DNU 70/2023 y la Ley de Bases, las nuevas autoridades de la empresa estatal no están dispuestas a mantener un servicio fundamental. Para enfrentar la situación, los vecinos organizaron un plenario en la estación fluvial el último sábado 18 de junio al mediodía.

Diego Domínguez, profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y vecino de las islas explica no hay potabilizadores en la islas, algo muy costoso. Por otra parte, ni el municipio de Tigre ni Nación quieren “negociar” la situación de AySA en la islas y le sacan el cuerpo a la situación. El investigador y docente asegura que próximamente se dará una reunión entre la empresa y organismos de derechos humanos para tratar de llegar a un acuerdo.

 

Los barcos cisterna recorrían ríos y arroyos para darle agua potable a los habitantes de las islas. 

La política implementada por Galmarini

Además del sistema de distribución del agua implementado durante la pandemia, en 2023 la extitular de la empresa estatal, acompañó el inicio de clases inaugurando dos nuevos tanques de agua potable y bebederos para el equipo docente, alumnos y alumnas de la comunidad educativa de la Escuela Primaria y Secundaria Nº 12 del Delta. Además habilitaron un segundo tanque de reserva para los vecinos de la zona que necesitaban abastecerse.

En ese momento Galmarini declaró a la prensa: “Finalmente, con el equipo de AySA, logramos traer definitivamente el agua, un derecho humano, un servicio esencial que, increíblemente, nuestras escuela tenía pero a través de bidones que la provincia de Buenos Aires les dejaba en los muelles. Era todo muy difícil. En marzo del 2020 empezamos a recorrer cada muelle con las chatas de AySA para llenar todos los bidones de nuestros vecinos y vecinas, y ahora también esas chatas van a llenar estos nuevos tanques para la escuela”.

El servicio de distribución de agua languideció hasta desaparecer. Ahora el futuro de esta infraestructura fundamental para el funcionamiento de la escuela también está en duda. Pese a numerosos intentos, ANCCOM no pudo obtener respuestas de parte de las actuales autoridades de la empresa de agua.

Según la ONU el agua es un derecho humano porque forma parte de la vida cotidiana y del entorno de las personas. Es fundamental para la salud contar con agua potable en cantidad. Las normas internacionales obligan y exigen a los Estado que garanticen a cada uno de sus habitantes el acceso a una cantidad suficiente de agua potable, tanto para uso personal como doméstico.

A cargar al continente

Primero los avisos en grupos de WhatsApp de que la “chata de AySA” pasaría se hicieron esporádicos. Desde el 30 de abril, directamente desapareció. Ya hace un par de meses que los isleños cargan sus bidones antes de subir a las lanchas. El peso del agua se suma a las compras que realizan en tierra firme. Lo que parecía solucionado se volvió nuevamente un incordio que los obliga a viajar a veces durante horas solo para cargar este insumo básico para la vida. La alternativa es pagar los 2500 pesos que cuestan en las lanchas almacén diez litros de agua potable. Aún sin tener jurisdicción sobre la zona, AySA se lo facilitaba con barcos cisterna que recorrían las islas en ciclos de una o dos semanas: ya no.

Lo cierto es que el gobierno nacional tiene a AySA en la mira para ser privatizada, no sin antes reducir sus servicios al mínimo y así tener la excusa perfecta para el plan. La política de precarización llevada adelante por las nuevas autoridades le complica la vida a un montón de personas y genera una pérdida de tiempo y dinero realmente importante: trasladarse con los bolsos de comida, niños y ahora también con los bidones cargados.

Agua potable en las islas… afuera.

 

«Lo que está en discusión es una patria para todos o para unos pocos»

«Lo que está en discusión es una patria para todos o para unos pocos»

Con la UCR atravesando una crisis identitaria y el libertarismo avanzando con el DNU, el peronismo da pelea y dice no a la Ley Bases.

Mientras en el Senado de la Nación se llevan a cabo las examinaciones y disección de las bases del gobierno de Javier Milei, el peronismo intenta frenar la sanción de la ley que, en palabras del legislador porteño Matías Barroetaveña, cambiaría la forma en la que vamos a explotar nuestros recursos naturales y golpearía a los sectores más vulnerables. “¿Qué va a pasar con Vaca Muerta, por ejemplo, y qué va a pasar con nuestro sistema de Seguridad Social, con nuestros futuros jubilados? ¿Qué pasa con el trabajo en la Argentina?”, interpela.

El legislador considera que la ley trae aparejadas serias consecuencias muy concretas. Una es que aquellos grupos extranjeros que quieran explotar nuestros recursos naturales, no tengan que liquidar sus dólares ni que tengan que comprar las maquinarias acá, apostando por la industria nacional, sino que podrán ingresar sin pagar impuestos, destruyendo 300 mil puestos de trabajo en la industria metalmecánica.

“Por otro lado, aquellos adultos y adultas mayores que podían acceder a una jubilación gracias a la moratoria, un plan de pago provisional, ya no lo van a poder hacer. Siete de cada diez personas que se jubilaron este año lo habían hecho con ese mecanismo, ahora no van a tener posibilidad de jubilación. Se van a perder más de 600 trabajos registrados que hay en el sector PYMES, porque ahora esos empleados van a ser colaboradores o monotributistas, sin ningún tipo de derecho laboral. Es una ley en contra del pueblo argentino -continúa Barroetaveña-, en contra de la posibilidad de que crezcamos con trabajo y producción, y a favor de que seamos una colonia. Por eso es tan importante movilizarnos como se movilizó la gente el pasado 1º de Mayo con el contundente paro, también junto a la juventud con la masiva marcha universitaria, porque solo la movilización de nuestro pueblo logrará hacer que aquellos que dicen una cosa en los medios pero después vienen y votan otra cosa con el oficialismo, como Margarita Stolbizer, Lilita Carrió y Martín Lousteau, cambien de idea y den vuelta sus votos”.

Lorena Pokoik, diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, postula que esta ley es completamente anticonstitucional y atenta contra toda la sociedad. “Se puede tratar de enumerar los sectores directamente damnificados, pero son realmente muchos. Por eso hemos decidido convocar a una Radio Abierta, el pasado 10 de mayo en la Plaza de los dos Congresos, a diferentes personas que representan sectores directamente damnificados por esta norma y por el DNU 70/23, para que puedan expresar lo que ya han expresado en diversas ocasiones en la Cámara de Diputados. Seguiremos luchando hasta el día de la votación para que el pueblo entienda que esta ley afecta a su vida cotidiana, atraviesa su casa, la educación de sus hijos, su centro cultural, su club, su trabajo. A muchas personas les cuesta entender qué tiene que ver todo esto, y la realidad es que impactan en su vida cotidiana”.

Las principales consecuencias

El exembajador de Argentina en El Vaticano y diputado nacional Eduardo Valdés cree que, por lo pronto, significaría la destrucción de organismos del Estado que están creados para mejorarle la vida a las personas, no para empeorársela. “Los científicos y los investigadores de la salud, los educadores, los actores de la cultura -los cuales se están suprimiendo junto a organismos indispensables para producir cultura-, serán completamente perjudicados”, dice.

“A estos sectores se suman los jubilados y trabajadores a los cuales se les impone de vuelta el régimen de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. Además, la Ley Bases favorece a los lavadores de dinero con ese régimen de incentivo de las grandes inversiones, podrán venir con millones de dólares y comprarán la Argentina. Estos son daños concretos -añade Valdés- por eso le decimos no, no y no a la aprobación en general de esta ley”.

Por su parte, el senador Mariano Recalde, votará en contra de la ley esperando que los representantes del resto del país emulen su voto, afirmando que perjudica en gran medida a las provincias y a sus habitantes.

Las motivaciones del Gobierno

El senador Recalde sostiene que el Gobierno nacional busca imponer un modelo de país colonial, de entrega de los recursos naturales y estratégicos de las empresas del Estado a los grandes grupos económicos, a los fondos de inversión y los amigos del poder.

Pokoik afirma que la política del Gobierno conlleva la concentración del poder y la riqueza, “porque esto ya no se asemeja más a la idea de una de una nación -explica-, sino de una colonia en donde el Presidente es un representante y empleado del poder real, que en este caso no está en la Argentina, al ser las grandes corporaciones financieras transnacionales las que están detrás de esto. Se está aplicando en la Argentina un proyecto que también se está dando en otros países de Latinoamérica con el avance de las derechas. Lo que está en discusión es una patria para todos o una patria sin nación para unos pocos, donde el Presidente, pueda hacer lo que quiera, firmar lo que desee pasando por encima de lo que la Constitución establece. Por lo tanto, creemos que lo que el Presidente está buscando es tener la suma de todos los poderes para poder completar un proyecto de Colonia y destruir el Estado Nacional tal como lo conocemos”.

Los cinco diputados por la Ciudad de Buenos Aires, el senador Mariano Recalde, legisladores junto a comuneras y comuneros de Unión por la Patria acompañaron la radio abierta frente al Congreso. Peronismo por la Ciudad, La Cámpora y Nuevo Espacio de Participación también se hicieron presentes sobre la avenida Entre Ríos. La acción fue ideada por distintas organizaciones políticas de la Ciudad y diversos sectores afectados por el ajuste como jubilados, jóvenes y el movimiento de mujeres para pedir por la negativa de la ley.

 

 

Inés Molina, jubilada autoconvocada, comparte la importancia de salir a las calles para reclamar por la situación de los mayores. “Me hago presente porque soy jubilada, y porque es el cuarto gobierno del neoliberalismo que tengo sobre las espaldas. En cada uno de ellos perdí dinero y trabajo, ahora pierdo mi jubilación. Lo único que cambian son los nombres, este es el mismo liberalismo de Alsogaray, de Martínez de Hoz, de Menem, de Macri y ahora de Milei. No pueden vender al país y arruinar así a la patria, ese es mi mensaje para dirigentes y políticos del campo nacional y popular, es decir, para los peronistas que están dando vueltas, y al radicalismo, que hoy está absolutamente prostituido”.

Con un ajuste inédito y un ataque particular a las jubilaciones, llegar a fin de mes parece una guerra cotidiana. “Me ayudan mis hijos o gasto mis ahorros, pequeños ahorros que tiene un jubilado que se mudó de una casa más grande, a un departamento chiquito. Vivir de esos ahorros me produce una incertidumbre enorme porque tengo que pensar: ´¿Me voy a morir antes o después que se terminen los ahorros?´ Yo trabajé toda mi vida, en educación y salud, tengo una jubilación con 30 años de aportes, pero ahora si se aprueba esta ley las mujeres que se han jubilado por las moratorias serán las últimas en poder hacerlo”, concluye Inés.

Que no se desmorone la CASA

Que no se desmorone la CASA

El cierre del programa Arte en Barrios, del Gobierno de la Ciudad, pone en peligro la continuidad de CASA, una asociación civil que enseña a interpretar música a chicos de barrios populares. Sus docentes no se dan por vencidos.

Es una mañana de sábado nublada y fría. En la esquina de Avenida Perito Moreno y Fernández de la Cruz, Mailen Ubiedo Myskow, directora de CASA y violinista, se encuentra con los profesores de canto, guitarra y clarinete, como todos los sábados. A unos pocos metros de allí se levanta la escuela Madre del Pueblo, donde dan clases de instrumento a niños, niñas y adolescentes del barrio hace más de 10 años.

Mientras caminan hacia la escuela, Ubiedo Myskow recuerda que empezaron con pocos chicos e instrumentos, fueron pidiendo donaciones y así fueron creciendo y sumando las clases en el barrio Fátima, de Villa Soldati.

A mediados de febrero de este año, el cierre del programa Arte en Barrios, que depende del Gobierno de la Ciudad, impactó fuertemente en CASA y sólo pudieron abrir la sede Madre del Pueblo. “Nos encontramos sin presupuesto-subraya la directora-, así que decidimos armar una campaña solidaria que la gente nos ayude”. Necesitan 1.000 personas que donen 1.700 pesos por mes, a través del débito automático o transferencia bancaria, para poder sostenerse.

Pese a lo difícil de la situación, Ubiedo Myskow asegura que van a seguir. “Vamos a tratar que los chicos que ya venían a las clases no pierdan el lugar y a medida que podamos seguir sumando donaciones vamos a ir incorporando docentes”.

Son las 10:30 y poco a poco van llegando niños que saludan a los docentes y se acomodan en las aulas. Cada una es un pequeño mundo, con sus propios sonidos. Margarita Sarquis es docente de canto y da clases en CASA hace 8 años: “Ahora estamos cantando A primera vista, canción de Chico César, pero traducida por Pedro Aznar. La vez pasada hicimos una traducción al español de una canción de la película de El Viaje de Chihiro porque a las chicas les gusta mucho el animé.”

Primero hacen ejercicios de estiramiento, relajación corporal y vocalización para luego comenzar a repasar las canciones. Sarquis acompaña con el teclado a las cantantes: Valeria, Valentina, Ariana y Mariana. Por los pasillos de la escuela, antes silenciosos, ahora se filtran las voces dulces de las chicas. También se escuchan sonidos de cuerdas que se afinan y el murmullo de padres y hermanos que preguntan por los horarios de las clases. Marina trae a su hija a su primera clase de guitarra: “A ella le gusta. Su hermana iba a clases de guitarra, yo le había comprado el instrumento, pero después perdió el interés. Y la hermana todos los días agarra y empieza a tocar mirando Youtube. Le dije: ´Andá a aprender hija, te anoto´. Yo habíia visto a los chicos entrar y nunca había preguntado”, cuenta.

En el aula de violín, Yamilé, de 12 años y Eimi, de 11, escriben las notas musicales en un pentagrama mientras Mailen afina. “Guarda acá, el do está muy bien pero hay algunas que están corridas”. Eimi recuerda que al principio quería tocar la guitarra pero después se dio cuenta que le gustaba más el violín, mientras que Yamilé siempre supo que el violín era lo suyo.

Hacia las 11:30 todos empiezan a practicar la canción de La pantera rosa, que interpretarán en el próximo concierto. “Mi identidad son las cosas que me gustan: mis recuerdos, mi nombre, mi familia y mis preguntas”, dice una cartulina en la puerta del aula de la que sale sonriente Luana, de 11 años. Ella siente que la música es lo que más le gusta y no falta un solo sábado. “Lo que más me gusta de tocar la guitarra es que aprendo muchas canciones y además, si no te sale algo el profe te explica, es muy copado”. Cuenta que tiene una hermana menor que espera cumplir 10 años para comenzar también las clases. “A veces, si puedo y si no hay nadie, le presto la guitarra y practica un poco”.

Son las 12 del mediodía, lo que significa que falta poco para la clase de ensamble. Cinco minutos de descanso y todos se trasladan al aula más grande para ensayar en grupo. Al frente están los violines, siguen los clarinetes y por último las guitarras. Silencios, miradas atentas y partituras que se acomodan en los atriles. Cuando el director marca el inicio, la música comienza. “Esto requiere un nivel de concentración bastante grande, a veces nosotros disfrazamos todo de juego pero detrás hay toda una disciplina que tienen que tener y que se les va enseñando de a poco”, comenta Álvaro Almada, profesor de guitarra. En este punto, todos los docentes concuerdan en que lo más gratificante es ver el aprendizaje y el avance de los chicos: “Como sea, se sigue, ese es el mensaje que le queremos transmitir a los chicos, no solamente con el contexto económico, sino también en otros aspectos de sus vidas”.

Muchas veces, por muchas situaciones complejas que se pueden vivir en casa, los niños no descansan bien y en clase no tienen la misma capacidad de atención. “Ahí es donde se empieza a armar una brecha entre el que puede descansar bien, el que tiene una casa calentita, el que no tiene que quedarse cuidando su casa y a sus hermanos, el que no tiene que trabajar, y el que sí tiene que hacer todo eso”, remarca Ubiedo Myskow. Con su trabajo cotidiano, CASA busca achicar esa brecha y que los chicos tengan un espacio extracurricular donde puedan jugar y compartir, donde puedan ser niños.

Si tienen que cuidar hermanos y no pueden asistir a clase, los docentes los alientan a que los traigan igual y los suman a alguna clase, así nadie se pierde de estar en un lugar lindo como lo es la escuela. “Yo creo que entre nosotros nos tenemos que apoyar y motivarnos a seguir por ellos, por los chicos y chicas que vienen acá y esperan tener un profe con una sonrisa esperándolos para tocar como siempre, por más que esté el día gris”, reflexiona Álvaro.

 

Y CASA lucha y sigue, a pesar de los recortes presupuestarios. Lograron tener una reunión con el GCBA y aún esperan una respuesta para ver de qué manera el Estado porteño puede asumir el compromiso necesario. Las organizaciones de la sociedad civil se ponen al hombro la tarea de ocupar ese lugar donde el Estado no está. “Nosotros ponemos todo el material, la luthería, los instrumentos, que es carísimo, nos encargamos de la dirección y la organización de los espacios. Más que un aporte del Estado es un aporte nuestro a la sociedad, un trabajo en equipo que es necesario”, comenta Mailen. Actualmente, la fuerte presencia de la campaña solidaria en redes sociales permitió que consiguieran nuevos suscriptores, pero aún necesitan apoyo. Aspiran a volver a ser lo que eran hacia la segunda mitad del año, si consiguen la cantidad necesaria de suscriptores y la inflación no es extremadamente violenta.

Hacia la una de la tarde la clase de orquesta llega a su fin y algunos padres que llegan a la escuela se asoman por la puerta. Los chicos guardan los instrumentos y saludan a los profesores. Será hasta el próximo sábado. “Toda la situación es muy compleja pero yo confío en la solidaridad de la gente, que va a entender la importancia del trabajo que hacemos”, dice Ubiedo Myskow mientras cierra la puerta del aula. Es la primera en llegar y la última en irse de la escuela, que ya es como su casa.

Astrología para paliar la crisis

Astrología para paliar la crisis

En lo cotidiano se percibe un creciente interés de mujeres jóvenes por la astrología. Una encuesta de la consultora Sentimientos Públicos fundamenta este vínculo a partir de cierta dificultad para la construcción de miradas a futuro. ¿Es contradictorio este dato en tiempos de olas verdes?

Quienes se mueven en ciertos círculos de mujeres jóvenes, por debajo de los 40 años, perciben un creciente interés por la astrología. En ese sector parecería multiplicarse como sentido común la validez de arquetipos astrológicos creados a partir de las constelaciones vinculadas a la mitología griega y que tienen más de 2000 años. Pese a que no tienen ningún fundamento científico, mujeres de variados niveles educativos vuelven con naturalidad a esta forma de pensamiento mágico para encontrar explicaciones para el amor, los vínculos pero incluso para explicar fenómenos sociales o históricos. 

¿Es realmente una tendencia? Una reciente encuesta brinda una perspectiva amplia a este fenómeno en crecimiento.

 Datos

 Según el estudio “La astrología: Una religiosidad de la nueva Argentina”, realizado por la consultora Sentimientos Públicos, con un total de 3.500 casos a nivel nacional, hay una relación entre consumir astrología, el contexto de inflación y la dificultad para construir miradas a futuro. De acuerdo a la segmentación, a un 38% de los encuestados le parece que la astrología se trata de una fantasía, algo que no tienen en cuenta, pero no le molesta mientras que un 37% no le presta atención pero le gustaría saber más. A estos dos resultados a favor, le sigue un porcentaje que orienta sus opciones amorosas (9%) y decisiones de vida (7%) a partir de información proveniente de la astrología. Sólo a un 9%  le molesta su influencia en la gente. Si se discrimina por género un 15% de hombres se ha hecho la carta astral, contra un 25% en mujeres.

Otro dato que podría llamar la atención es que entre la gente que votó a Myriam Bregman un 18,3% asegura que las astrología “orienta mis opciones amorosas” o “Me hace entender mejor mis emociones”.

Entre las conclusiones a las que llega la consultora, aparece que “la astrología es una religiosidad en expansión” y “permite el análisis de los contextos emocionales y de los vínculos afectivos en una época de precariedad”, además de que la asumen como “consumible en términos individuales pero con una muy positiva tasa de conversión a lo gregario”, es decir, con tendencia a reafirmar un carácter de comunidad alrededor de sus seguidores, algo que les da un espacio de pertenencia donde compartir sus deseos, miedos o dudas.

Estas comunidades suelen ser mayoritariamente de jóvenes mujeres, dos cualidades que coinciden con un tiempo de demandas sociales de los feminismos hacia reivindicar las autonomías y la equidad. También suman que “representa a una nueva Argentina de clase media baja, empobrecida y sumida en la incertidumbre y la falta de referencias éticas”.

Hernán Vanoli, sociólogo y director de Sentimientos Públicos, asegura que detectaron que “a menor nivel socioeconómico había una mayor proclividad a considerar seria o vitalmente la astrología” y que “esto nos habla de que las élites mantienen otra relación con la espiritualidad”, aunque aclara que en el estudio no se desarrolló la relación de las clases más altas con otras corrientes como el tarot o los registros akáshicos. “Esto no significa que siempre la astrología se use para sobrellevar crisis económicas o políticas. Puede hacerlo, pero es una clave de lectura relacional para entender la historia y los padecimientos personales que está menos presente en las élites”, explica Vanoli.

Desde la consultora creen que existe una relación entre esa mayoría y el género determinada “por las características histórico-sociales que se asignaron a las identidades de género” y que a largo plazo creen que “se irá normalizando porque los jóvenes en general son más proclives” a este tipo de consumos. Si bien no se puede prever el futuro mediante una encuesta, Vanoli sostiene la necesidad de investigaciones subsiguientes y diferenciar bien las variables que intervienen.

 

Una mirada feminista

Danila Suarez Tomé, filósofa feminista, investigadora y docente universitaria, cree que la astrología, el tarot, los registros akáshicos o el reiki no son simplemente parte del  “pensamiento mágico” y prefiere llamarlas “prácticas culturales esotéricas” o “pseudocientíficas”. En este sentido, la licenciada sostiene que apelan a modos de pensamientos por correspondencia, entablando conexiones simbólicas dentro de la realidad: “Se habla de una naturaleza viva en la que hay un flujo de energía, en donde se supone que el conocimiento de estos pensamientos requiere una iniciación o un conocimiento especializado, un médium o alguien que haga de intermediario”.

Para Tomé estas prácticas esotéricas funcionan “mercantilizadas” y son ofrecidas de maneras agradables, fácilmente memificables y como recursos para lidiar en el corto plazo con angustias e incertidumbres. También las ve como “una nueva forma de esencializar las identidades” por funcionar mediante arquetipos y pensamientos deterministas: es el caso de quienes ven que, al coincidir en fecha o mes de cumpleaños con otra persona, deducen rasgos de personalidad como que “quienes nacen de Piscis son extremadamente sensibles” o “si sos de Leo tenés que ser muy seguro de vos mismo”. De alguna manera las contradicciones naturales de las personas se aplanan y se encajan en arquetipos preestablecidos habilitando también la posibilidad de emitir opinión sobre la personalidad del otro.

Sobre la apropiación que hacen de la astrología algunos feminismos, Suarez Tomé afirma que una razón sobre esta atracción pasa por “el objetivo de captar un mercado”, es decir de sólo tomar al movimiento feminista como un público potencial más: que el feminismo sienta un gusto hacia este tipo de prácticas no quita los aportes que históricamente se han dado desde el movimiento. En este sentido, más allá de esta atracción, Suárez Tomé ve que el feminismo ha tomado a la producción científica “en favor de la liberación sexual y la disrupción de jerarquías de género”. Es decir, que aunque existan ciertas manifestaciones en el mainstream que muestran “preferencias hacia los consumos esotéricos, el feminismo no tiene una tendencia natural” hacia estos y ha hecho aportes sustanciales para una mirada de género sobre las ciencias.

Suárez Tomé también asocia que “lo femenino genera alejamiento” en la producción de conocimiento, dados los ejes sexistas en la ciencia moderna: “Las mujeres hemos sido expulsadas del sujeto epistémico. Es difícil pensar en una ciencia feminista o un movimiento feminista apropiándose de la ciencia. Es una herramienta difícil de agarrar y es una institución social muy permeada por la desigualdad de género”.

En las marchas feministas suele repetirse el canto: “Somos las nietas de las brujas que no pudiste quemar”. Suarez Tomé, sobre esto, prefiere “recuperar a las brujas” no en sentido literal de la persecución por hacer magia, sino “como las primeras científicas, que generaban medicamentos y tenían prácticas protocientíficas”. “Esa idea de que se necesita el saber de las mujeres para llevar adelante la práctica científica-biomédica es una idea que apoyo. En muchos casos se han tenido que organizar por fuera, para generar conocimiento sobre sus cuerpos: es el caso de las feministas de los 70, que tomaron prácticas médicas como activistas y empezaron a producir conocimiento en torno a las diferentes partes del cuerpo de las mujeres que no habían sido exploradas como el placer femenino, la menstruación, el aborto”, explica Tomé.

El ojo de la ciencia

Alberto Rojo, físico y profesor titular del Departamento de Física de la Universidad de Oakland, en Rochester, Michigan, hace unos años  mantuvo un debate sobre el consumo de esta pseudociencia que tuvo una importante repercusión. Allí explica las razones por las que el comportamiento de los astros en el cielo no influye en la personalidad de los humanos y que se trafican muchos conceptos científicos para darle validez injustificada a la astrología.

Para el físico existe una conexión entre consumir “terapias alternativas” como la astrología, el tarot, registros akashicos o el reiki en momentos de crisis políticas y económicas: “La crisis política en el mundo para mí está vinculada a una disminución de la sofisticación cultural de la población. Este fenómeno a su vez está conectado con la transición hacia nuevas tecnologías. El internet y las redes son maravillosas, pero la transición es un proceso que desorienta por lo novedoso”. Desde su punto de vista, “la proliferación desmedida de datos, ni siquiera de información, abre la puerta a un todo vale, a cuestionar la ciencia, las vacunas, los métodos de validación. Y en paralelo, el mundo se hace cada vez más complejo, conocemos más de neurociencias, de cosmología, pero seguimos pensando con arquetipos anteriores a ese conocimiento. La realidad es mucho más sutil”. Al ser consultado sobre la actualidad del tema, sostiene que la gente acude a creer en estas teorizaciones para soportar angustias y afirma: “La validez de estas disciplinas está en que representan una verdad interna, íntima. Si te sirve y estás convencido de que funciona, es válido, del mismo modo que el placebo funciona” y suma que “el problema está cuando uno piensa que la astrología es parte de lo verificable, porque postula un modelo de funcionamiento en el que los secretos del universo pueden leerse o descifrarse”.

Para el físico e investigador este modelo está “en contradicción con el conocimiento monumental adquirido”, detrás del cual están los avances tecnológicos como los celulares, internet, la medicina moderna, entre otros, “curiosamente, todas herramientas tecnológicas usadas profusamente por los detractores de la verdad científica”, concluye.

Es cierto que la ciencia nunca tuvo un desarrollo lineal y distintas formas de astrología acompañaron el estudio de los cielos en distintas culturas. Sin embargo, al menos desde la Revolución Científica, la astronomía dejó atrás a sus primas lejanas. Por otro lado, la liberación de las ataduras, cierta desconfianza de una ciencia que históricamente no aceptó a las mujeres y un contexto preocupante, surge el interés por formas alternativas de pensamiento que den un horizonte y cierto alivio en el encuentro con pares. El precio, sin embargo, puede ser alto y habilitar un comercio que ofrece respuestas fáciles que tienen patas cortas.