«Soriano aguanta y resiste»

«Soriano aguanta y resiste»

Angel Berlanga es periodista, docente y autor de “Soriano: una historia”, libro que presentará este 4 de septiembre en la Biblioteca Nacional. La primera biografía del reconocido escritor argentino rememora sus comienzos en Tandil y llega hasta su muerte. Un centenar de entrevistas, cartas, documentos personales, diarios y revistas para reconstruir la vida de un fabulador.

Este 4 de septiembre, a 50 años del aniversario de Triste, solitario y final, Angel Berlanga, periodista –editor de ANCCOM– y docente en la Universidad de Buenos Aires, presentará su libro Soriano: una historia. La cita es en la Biblioteca Nacional, a las 19, en el Auditorio Jorge Luis Borges. La biografía recorre los comienzos de Osvaldo Soriano como periodista en la revista Primera Plana hasta su muerte en 1997. La historia se toma su tiempo en momentos clave de la carrera del escritor y en otros más personales, como la relación con su padre, siempre acompañado por comentarios de familiares y amigos del escritor.

Soriano es autor de novelas, cuentos y crónicas periodísticas publicadas en varias partes del mundo. Muchos de sus libros fueron best-seller y también pasaron a la pantalla grande como ocurrió con “No habrá penas ni olvido” (1983) y “Cuarteles de invierno” (1984). Nació en Mar del Plata aunque en su infancia se mudó varias veces. A los 18 años se estableció en Tandil, lugar del que partiría ocho años después para vivir en Buenos Aires, donde su carrera se disparó.

Soriano fue un autodidacta que llegó a la literatura de grande, cuando comenzó a leer ficción por primera vez y luego a escribir. Su paso del periodismo a la literatura es una característica que Berlanga comparte pero partiendo desde su profesión como arquitecto. El periodista creció en Santa Teresita y se mudó a Capital Federal a los 18 años, donde comenzó a estudiar en la UBA. Descubrió a Soriano leyendo sus publicaciones en Página/12 y en las revistas El porteño y Crisis, pero no fue hasta que encontró Cuarteles de invierno en una librería de usados que decidió dedicarse al periodismo.

¿Arrancaste en Página/12 escribiendo sobre Soriano?

 No, ¿sabés que no? Sin embargo, desemboqué en Página/12 por él. Soriano muere en enero de 1997 y yo escribí un número especial de Soriano para la revista La Maga que salió en septiembre de ese año en donde tuve que entrevistar a Rodrigo Fresán y Juan Fort, que eran allegados a él pero más jóvenes. Para cuando se cumplió un año de la muerte de Soriano, en Página/12 hicieron otro especial que se llamaba “Soriano por Soriano”. Era parecido a lo que yo había hecho. En ese momento lo llamé por teléfono a Ford para decirle: “Che, mirá, yo tengo materiales que no entraron en La Maga, por ahí les pueden servir”. Me dijeron que no porque no había un mango para pagar colaboraciones. Entonces le dije: “Bueno, si te parece, yo te paso el material, no me pagues nada por eso pero al mismo tiempo te ofrezco una serie de propuestas de notas para ver si alguna les interesa”. Así entré a Página/12: le llevé un sumario que todavía tengo y lo uso a veces en las clases que doy. No empecé escribiendo sobre Soriano pero la puerta de entrada a Página/12 fue por él.

 ¿Cómo definirías al Soriano escritor?

Siempre lo defino como un muy buen “proyector”. Te presenta las cosas de un modo que la lectura resulta entretenida mientras te da curiosidad para seguir indagando. No es fácil hacer eso, pero se lee muy sencillo. Creo que ese es uno de los roles de los medios ¿No? Contar algo de un modo tal que te den ganas de sumergirte.

 Resulta interesante como empezó con una cosa y terminó con otra…o las combinó al hacerse periodista y después escritor.

Sí. Esto en el libro está desarrollado: cómo algunos temas que aparecen desde el periodismo luego pasan a su literatura. Es un asunto que a mí me parece muy atractivo y que en sectores de la academia generaba rechazo. Me parece que tiene una lectura política: porque desde su impronta y su quehacer te incita. Del otro lado es como si se establecieran podios, templos del saber, que expulsan a veces por complejidad o por el lenguaje.

 ¿Hay algo de ficción en la biografía? En el libro se pueden encontrar sentimientos o pensamientos que no se pueden corroborar del todo.

A mí en particular me interesaba mucho esta bajadita o, como dice el subtítulo de mi libro, encontrar una historia. Yo tengo una cantidad tremenda de material. Es una tonelada. De ese material elegí partes que son las que están acá. Esas partes que componen la historia ya forman una subjetividad. Lo que cuento por mi parte son testimonios o cosas que leí. Eso por un lado. Luego claro, uno cuando habla con alguien no sabés hasta qué punto eso que está narrando es un invento o algo que efectivamente pasó. Soriano fabulaba mucho. Él compuso bastante su personaje. Algunas de las personas que hablan sobre él en particular también fabulaban, de modo que es un escritor que reivindicaba esto de construirse como personaje.

Soriano fabulaba mucho. Él compuso bastante su personaje. Algunas de las personas que hablan sobre él en particular también fabulaban, de modo que es un escritor que reivindicaba esto de construirse como personaje.

Ángel Berlanga

¿Tenía está tendencia a embellecer las historias, como hacía cuando hablaba del padre?

Viste que en algún tramo está dicho: “Yo no sé escribir aburrido. Apenas empiezo a ver que ésto está pesado, largo”. Yo creo que en función de esa narrativa, le pone sus condimentos. Yo no sé si el padre era tan parecido a Dashiell Hammett como él decía que era. Pero si lo decís, ya tenés un elemento de peso mucho más contundente. Creo que él ponía sus agregados para que la historia funcione. Lo he visto en muchos sitios. En un punto tiene que ver con su papel de narrador, de abrazarse a su papel más allá del detallecito de la historia, siempre y cuando no termine tergiversando todo el sentido. Lo hacía para llegar al interlocutor. Ese rol de fabulador que aparece a lo largo del libro lo retoman las primas, los compañeros de fútbol. Los compañeros en el diario decían que era todo un espectáculo ver cómo en la apertura que se armaban los sábados en La opinión, Soriano contaba sus historias. Eso lo ves a lo largo de muchos tramos de su vida con muchos testigos. Es algo innato que tiene él.

 ¿Tenés algún número aproximado de la cantidad de entrevistas o archivos que recopilaste?

En el libro figuran como unos ochenta entrevistados, pero debo haber hecho cien. Hay muchas entrevistas personales. Yo empecé la biografía hace diez años, pero juntaba materiales desde hace mucho tiempo, a lo mejor hace treinta años. Son esas cosas que uno hace por gusto. Es más: en la época del videocasete, por ejemplo, grababa entrevistas que aparecían en televisión. ¿Viste esas entrevistas que no están por ningún lado? Las tengo yo. Tengo infinidad de cosas. Para el laburo en sí, fui a la hemeroteca y a la Biblioteca Nacional y rastreé toda la obra periodística. Ahí me encontré con muchos materiales. Incluso el libro tenía una versión mucho más grande donde aparecían más referencias a esa obra periodística porque incluía qué pasaba en esa época. Él escribía muchas cosas al mismo tiempo. Un asesinato, alguna cuestión deportiva o alguna cuestión político-económica, que en esa versión aparecía contextualizada. Después está todo lo del exilio. Su mujer me permitió acceder a correspondencia, por ejemplo. Esa es otra de las vertientes del libro. También vi todos los pasaportes. Eso me ayudó mucho a establecer en qué momento, por ejemplo, se fue exactamente al exilio o en qué día volvió, y volvió a irse. Todos esos recorridos los pude establecer por los sellos de los pasaportes.

¿Cómo fue organizar todo ese material para el libro teniendo en cuenta lo que era cierto y lo que era mentira?

Eso fue todo un asunto y desde el principio fue una inquietud, porque pensaba: “Si esto una biografía tiene que ir con la premisa de la verdad». Pero en un momento renuncié a eso. Es muy difícil establecer la verdad. Muchas veces tiene distintas caras y depende de quién las interprete. Entonces por un lado me interesaba que la voz de él apareciera. No solamente las entrevistas de radio y televisión sino también las entrevistas gráficas. Por lo que renuncié a ponerme en investigador hasta las últimas consecuencias de cómo habían sido las cosas.

 ¿Cuál fue el aprendizaje que más te quedó de Soriano?

Primero la cuestión de abordar cualquier tema o muchos y a la vez tratar de ser entretenido para el lector. Yo creo que él ponía muy en práctica eso. Buscar ser entretenido y abrir una perspectiva para seguir indagando cuestiones. También, por una cuestión de estar tanto tiempo laburando sobre esto, y como él abarcó tantos temas, me aparecen situaciones que dialogan con cosas que escribió él. Por ejemplo, hoy por hoy las caracterizaciones que Soriano hacía de Menem las veo en Milei. Mil situaciones así vinculadas al fútbol, a la economía, a la prepotencia del fascismo, del poder económico. Pero es como le pasa a mi viejo, que es un español de 86 años que todo el tiempo le aparecen refranes para aplicar a cualquier situación. Bueno, a mi me aparecen posturas de Soriano (risas).

 ¿Lo seguís leyendo?

Lo leo, sí. Porque también el laburo hizo que descubriera otras dimensiones. Yo creo que muchas de sus novelas, no todas, obvio, siguen hablando y teniendo sentido. Exceden la mera historia que cuentan. Hablan muy fuertemente de la condición humana y de nuestra identidad. Ahora ya hace rato que no agarro una novela de nuevo, pero para este trabajo tuve que releer y me sigue gustando. Muchas veces pasa que cuando uno ve una película que ya viste no te sorprende, o el efecto es distinto. Pero en la lectura de Soriano aparecen otras cosas. Aguanta. Resiste.

La abuela de todos | 40 años de Democracia

La abuela de todos | 40 años de Democracia

La entrevista a Estela Barnes de Carlotto inaugura el ciclo “Estuve ahí”, una serie de conversaciones intergeneracionales realizada por los jóvenes periodistas de ANCCOM para celebrar los cuarenta años de democracia. La presidenta de Abuela de Plaza de Mayo cuenta cómo fue construir un camino que le permitió a la Argentina restituir 133 identidades, su relación con los distintos presidentes y el traspasado de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia a los nietos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso, Estefanía Hernández, Lucia Fabiana e Ian Werbin.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
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40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)
ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.
La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.
Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.
Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.
Estuve ahí

Estuve ahí

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia. Todos los lunes, una nueva entrevista será subida al canal de youtube y al portal web de ANCCOM. La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Pasen y miren.

«La ciencia y la tecnología permiten a la sociedad expandir y diversificar su matriz productiva»

«La ciencia y la tecnología permiten a la sociedad expandir y diversificar su matriz productiva»

Frente a las declaraciones de Javier Milei, el candidato presidencial de La Libertad Avanza sobre su proyecto de eliminar el ministerio de Ciencia y Tecnología y privatizar el Conicet, el Secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación, Diego Hurtado, explica la necesidad de que el Estado intervenga en esa materia para generar desarrollo productivo, empleo y crecimiento en el sector privado.

En su búsqueda por reducir el gasto público y tras haber logrado el 30% de los votos en las PASO, el candidato a presidente Javier Milei incluyó dentro de sus propuestas la privatización del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la eliminación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.

Diego Hurtado, secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación de dicho ministerio y Vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), conversó con ANCCOM acerca la actualidad de la materia y qué significaría la pérdida de la inversión de políticas públicas en el área.

 ¿Cómo se hace desde el área de la ciencia y la tecnología para hacer frente a discursos que minimizan su aporte social?

El ámbito de la ciencia y la tecnología es importantísimo. Sobre todo, en una coyuntura electoral porque la sociedad argentina tiene una percepción muy positiva de la ciencia y la tecnología. Esto no es una intuición, está evaluado en encuestas federales hechas por el Ministerio. A partir de varios miles de encuestados, más de 6000, donde más del 80% apoyan a la ciencia y la tecnología argentina, creen que es una actividad muy positiva, valoran el financiamiento del Estado en el área, no quieren recortes, al igual que en salud y educación. Dicho eso, aparece la necesidad de un discurso clarificador. Si aparece alguien y te dice que al CONICET hay que privatizarlo, capaz alguien que está a favor de la ciencia y la tecnología y está interesado en lo que se hace en la institución, vea con buenos ojos que pase a manos privadas con miras de que sea más eficiente. Es un prejuicio de que todo lo estatal es negativo y todo lo privado es positivo. Gran disparate, al cual creo que tenemos que responder que el Estado necesita del sector privado, y el sector privado necesita del Estado. Lo que demuestran las economías desarrolladas es que aquellos países a los que les va bien es donde se logran asociaciones virtuosas de lo público y lo privado, donde el Estado genera políticas públicas que pueden favorecer al mundo de los negocios que maximiza ganancias con las reglas del juego de la democracia y del voto electoral por fuerzas políticas y por ende sus programas políticos.

 ¿Cuál es su perspectiva frente a la idea de privatización del CONICET?

Ya se parte del error de comparar la NASA con el CONICET. Donde Milei dice que la NASA tiene 7.000 personas y en el CONICET son 30.000. Al ser la NASA una agencia espacial, la tendría que comparar con la agencia espacial que es la CONAE, donde trabajan entre 300 y 400 personas. Lo más importante es entender que estamos frente a un economista ortodoxo, que asume posiciones políticas que vimos en los 90 en Argentina, que atrasa muchos años. Todo lo que dice que va a hacer ya lo vimos en la época menemista. Él se posiciona como un economista ortodoxo liberal, pero cuando uno lo quiere encuadrar en el contexto latinoamericano es ignorante y equívoco.

Recuerdo que en el año 1993 un informe del Banco Mundial recomendaba privatizar el CONICET porque así iban a ser abolidos más de 5.600 cargos del gasto público. Íbamos a abolir cargos de científicos y científicas, de tecnólogos. Ese informe fue expuesto en la década neoliberal privatizadora y achicadora del Estado por excelencia. Finalmente, no pasó nada, porque la recomendación era un disparate, significaba privatizar el semillero de agendas de investigación del país.

¿Cuál es el rol del CONICET para el aporte al conocimiento científico?

El CONICET creó más de 50 empresas de avance tecnológico, recientemente asociándose con el sector privado para hacer la primera vacuna nacional para el Covid (N. de la R: la vacuna ARVAC Cecilia Grierson). En la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONAE) el reactor Carem es una iniciativa pública, porque además es una tecnología emblemática alrededor de la cual hay más de 120 pymes trabajando, y pasaron más de 1.000 empresas. El cannabis medicinal como un nuevo sector de la economía de alto valor agregado. O el sector espacial en la Argentina como otro sector de valor agregado donde hoy, gracias a la inversión estatal, están apareciendo empresas privadas y están haciendo negocios con el sector espacial. Eso no hubiera sucedido sin políticas de desarrollo de satélites nacionales, las universidades acompañando creando carreras de tecnología espacial para formar profesionales que demanda el sector. ¿Cómo se explica eso sin el Estado invirtiendo en satélites, o sin el CONICET involucrándose en el cannabis medicinal para que hoy las empresas privadas junto con la institución estén generando normativa, un marco jurídico legal para que sea también un ámbito de negocio para el sector privado, respondiendo una demanda de la sociedad argentina?

“El CONICET investiga sobre el Rey León” como dijo la candidata a vicepresidenta Villarruel, y te buscaron una investigación cuyo título puede sonar ridículo, pero después debería verse si es el título y qué incluye esa investigación con su impacto en las infancias. En el CONICET hay 12.000 investigadores, 9.000 becarios de doctorado, y 3000 becarios de posdoctorado ¿Qué pasa con los demás que no estudian al Rey León? Pero ahí está la eficacia comunicacional, porque con un caso se pretende demoler 2.000 proyectos. Eso es falso y una argumentación tramposa que tergiversa. Ahí es donde un votante, que viene de laburar cansado, que no tiene un buen salario, que se siente decepcionado por el gobierno actual, escucha eso y está más predispuesto a indignarse, y pensás que una persona que es candidato a presidente no te va a estar mintiendo en la cara, pero sí, mienten.

 ¿De qué modo la ciencia y la tecnología aportan valor a la sociedad?

La ciencia y la tecnología lo que le da a una sociedad son capacidades para expandir y diversificar su matriz productiva. La diversificación de la matriz productiva sobre todo del punto de vista manufacturero e industrial es lo que genera la demanda de nuevos empleos y nuevas actividades vinculadas a la economía, y eso lo vemos con el cannabis medicinal y el sector aeroespacial, que van cerrando una ecuación que en Argentina no cuadra: queremos tener celulares, pantallas de plasma, pero exportamos soja, para decirlo de una manera simplificada, donde no cierra la balanza comercial, que es un problema de la Argentina de hace muchos años. Hay una necesidad de exportar valor agregado a las exportaciones, que supone conocimiento, porque cuando se habla de valor agregado es una manera a través de la cual la economía alude al conocimiento incorporado a la producción, sea como nuevo producto o proceso, como formas de organización de una empresa, entre otras. Eso es conocimiento. Y hay que agregar al conocimiento de nuevos materiales, instrumentación, sin perder de vista las ciencias sociales.

 ¿Hay una estigmatización de las ciencias sociales por sobre las ciencias duras o exactas, en relación a su productividad?

Las ciencias sociales no tienen buena prensa en la derecha argentina. Para ellos son el management, la administración, y sin embargo son las que producen el conocimiento que necesita un país por ejemplo para hacer políticas públicas: desde una represa y conocer las condiciones socioeconómicas en la zona, hasta estudiar la pobreza, o cómo mejorar la educación pública en la Argentina haciendo un trabajo investigativo del tema a nivel federal, en un país que es complejo a nivel territorial, o entender las economías regionales, todo eso te lo van a dar las ciencias sociales. Cavallo mandó a lavar los platos a científicas y científicos, y entre ellos a Susana Torrado, una socióloga experta en demografía que lo que había hecho era hacer pública su investigación de la estructura socioeconómica de la Argentina, y lo que no le gustó a Cavallo era el sesgo hacia la pobreza y la desigualdad que mostraban sus investigaciones, mientras que ella era una de las mejores sociólogas de América latina, aportando conocimiento vital para cualquier política pública vinculada a pobreza, federalización, o cómo superar la desigualdad. Y del otro lado, un sector privado que es el que adora Milei, con el cual se marea, que sin embargo no invierte en investigación y desarrollo, y ese es el otro punto.

¿Qué rol juega la idea de lo público y lo privado en relación a la ciencia y la tecnología?

Hay un discurso que se propone demoler al sector público, y cuando se analiza con corte estadístico, en el sector público están las mayores capacidades que tiene nuestro país, mayores que en el sector privado, desde profesionales, títulos secundarios, terciarios y universitarios. Cualquiera sea la métrica, en el sector público hay recursos humanos más valiosos y capacitados. El discurso de Milei te monta en 40 años de estigmatización del sector público, y sobre eso las argumentaciones yuxtaponen falsedades con ejemplos que no son representativos.

Desde el Ministerio de Ciencia, para nuestras políticas hay un componente fundamental, que es cómo generamos instrumentos para incentivar la inversión privada mínimamente. Hay confusiones circulando, por lo que hay que ser cuidadosos. Por ejemplo, cuando se dice que en Israel se invierte más de cinco puntos del PBI en investigación y desarrollo. Alguien que sigue a Milei te va a decir que el 4.5% es privado, y el 0,5% es estatal. Pero ese porcentaje privado quizá no hubiese existido sin políticas estatales, así que ojo con tirar números al aire.

 ¿Un ente privado dejaría por fuera ciertas áreas que no considere meramente provechosas?

Claro. Hay un libro de Mariana Mazzucato del 2013, una investigadora ítalonorteamericana que trabaja en Gran Bretaña, que fue un bestseller. y vino a desmitificar la retórica de Milei, de ese sector privado eficiente e innovador, y un Estado elefantiásico, lento. Lo que dice Mazzucato es “Steve Jobs sin el estado norteamericano derramando millones de dólares en defensa, a lo sumo podría haber inventado un lindo juguete”. Desagregando ese argumento, los chips, gps, internet, pantalla táctil, todo lo desarrolló el sector de la defensa de Estados Unidos son inversión pública. Después llegaron los empresarios a usufructuar, porque hay una política pública que fomenta que el sector privado se beneficie de lo que desarrolla el Estado. Así, luego las tecnologías se reconvierten a usos civiles, como es el caso de Internet, que era una red de comunicación resiliente a un ataque nuclear, y hoy es de uso civil, como el GPS en defensa, al que no se puede acceder por su nivel de precisión, y el de uso civil con un nivel menos preciso que es el que se usa cotidianamente.

 ¿Qué se está desarrollando actualmente en el ámbito de la ciencia y la tecnología en Argentina que podría verse truncado en un próximo gobierno con una política de desfinanciamiento estatal?

Principalmente el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 (PNCTI) , que hoy está vigente y marca el horizonte de las políticas de ciencia y tecnología porque se elaboró con las 24 jurisdicciones, las dos CTA, la Unión Industrial, la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), empresas pymes, foros relevantes del sector de ciencia y tecnología, y con organizaciones sociales de la economía popular. Se buscó convergencia y consenso, y trabajamos dos años y medio con esa meta. Recorrimos el país varias veces, y salió ese plan. Ahí están 10 sectores estratégicos nacionales desagregados en misiones, cada sector estratégico dividido en tres o cuatro misiones, y cada misión desagregada en tres o cuatro estrategias de investigación, desarrollo e innovación, y además de las agendas estratégicas nacionales, elaboramos con cada una de las provincias una agenda de ciencia y tecnología para acompañar cada uno de los planes de desarrollo provincial. Una vez elaborados estos planes, cada gobernador o gobernadora debía avalarlo y así se está haciendo. Esto lo hacemos para que no importa quien gobierne en un futuro, se respete el Plan 2030 en cada provincia.

Cuando fuimos al parlamento para tratar de que se apruebe como ley para darle mayor formalidad, en el Senado se aprobó con 58 votos contra uno, y en Diputados está hace seis meses, porque se meten palos en la rueda para que no llegue a votación, principalmente desde el PRO y no así desde los radicales como Manes, que demostró estar bancando el plan. Mientras tanto, aprovechan para dilatar en medio de la coyuntura electoral donde se sesiona poco, y para luego no verse comprometidos con cuestiones que saben que no van a cumplir.

 

¿Qué mirada tiene a futuro para el sector?

Me parece que la ciencia y la tecnología deben ser nuestra bandera, porque partimos de una percepción social positiva del área. La estrategia sería que las provincias se empoderen de sus agendas sin importar su color político, como componente federal donde cada provincia elabora lo que necesita en un plan nacional, y suponiendo que gane Milei, no le sería tan fácil negar el plan cuando los gobernadores seguramente defiendan la agenda de sus provincias. Fortalecer ese plan 2030 con apoyo sectorial, de las empresas, de las pymes, del sector de ciencia y tecnología, para hacer frente a ideas de eliminar y privatizar la ciencia, por lo que seguramente habrá discusiones por las políticas en el área.

«¿Qué pasa si a un país inestable lo gobierna un líder inestable?»

«¿Qué pasa si a un país inestable lo gobierna un líder inestable?»

El rechazo visceral a la “ideología de género”, la simpatía por personajes como el general Antonio Bussi y Carlos Menem, la promesa de eliminar el Conicet y ministerios varios: el periodista Juan Luis González, autor de El loco, una biografía de Javier Milei, habla de la sorpresiva elección del líder de La Libertad Avanza en las PASO. “No creo que termine bien un país con un líder que está convencido de que tiene conversaciones con Dios y con un perro muerto”, plantea.

De cantante y jugador de fútbol a disputar la candidatura presidencial, con antecedentes claves como haber asesorado al genocida Domingo Bussi, Javier Milei surge en la escena política como una figura que cada vez parece ganar más apoyo. A pesar de que se autodefine como uno de los pocos que no pertenece a la casta política, el periodista y escritor Juan Luis González logra trincar ese discurso en su libro El loco, donde aborda los secretos más profundos del candidato más votado en las PASO 2023.

¿Qué es lo que más te sorprendió del triunfo de Milei?

La pregunta es difícil porque todavía lo estoy procesando. Es claramente muy impresionante, yo imaginaba que iba a sacar un resultado arriba de los 20 puntos, pero me quedé corto. Creo que no se trata solo de un «voto bronca», ese es uno de los factores, pero eso sería tomar la parte por el todo. Hay algo más profundo que cambió y en el libro lo digo, Milei es apenas el mejor personaje de una Argentina que está sola, agobiada y triste.

«¡Milei me bloqueó! Esa fue la reacción que tuvo frente al libro».

Juan Luis González

En El loco González se sumerge en la figura de Milei y propone un bagaje entre rasgos peculiares de su personalidad, su vida personal y su carrera política. Cuenta de sus vínculos más cercanos, como el que tiene con su hermana Karina; el distanciamiento que supo establecer con sus padres; y, principalmente, la estrecha relación que mantiene con sus mascotas, resultado de una clonación de su perro Conan, que murió en 2017. El impulso y la ambición por la presidencia habrían surgido, según postula, como una misión que Dios le habría encomendado en el acercamiento que tuvo con lo esotérico y lo místico tras la muerte del perro Conan. Los rasgos de su personalidad son tan desconcertantes como sus propuestas, que implican un achique del Estado mediante la eliminación de ministerios y derechos adquiridos. En su menú también están la dolarización, el aumento de la flexibilización laboral y el arancelamiento de la salud y la educación.

 

¿Qué pensás acerca de que Milei haya reconocido que trabajó para uno de los más feroces genocidas de la última dictadura, Bussi? ¿Qué panorama imaginás teniendo en cuenta que su candidata a vicepresidenta es negacionista y que él mismo podría amnistiar a los militares condenados?

Él ocultó lo de Bussi durante 20 años a todas las personas que conocía, salió a la luz recién ahora, cuando en 2021 (Leandro) Santoro lo contó en el debate. Después también terminó haciendo declaraciones negacionistas con el hijo de Bussi, Ricardo, que además es un reivindicador del padre (N. de. R.: Ricardo Bussi fue el candidato de Milei a la gobernación de Tucumán en las últimas elecciones a gobernador y candidato a diputado en las PASO). En ese sentido tengo preocupaciones por lo que se viene.

¿No te parece paradójico que las grandes figuras de su espacio político sean mujeres y que él milite en contra de sus derechos?

A Milei lo vota toda la gente que no se sintió parte de la convocatoria del feminismo y del progresismo del 2018 y de los años siguientes; en el caso de las mujeres es muy marcado. Mucha gente siente que el Ministerio de la Mujer que se creó no mejoró la situación, que no dio respuestas y hay algo ahí de por qué lo votan. De hecho el discurso de Milei, y todo lo que es la nueva derecha, tiene como gran enemigo lo que llaman la «ideología de género». Eso le funciona, es un discurso taquillero.

¿Por qué pensás que la gente vota a alguien a quien se suele emparentar o comparar con Menem?

Lo del menemismo es interesante: él lo puso de moda a Menem y hoy parece que es cool esa reivindicación de una época que dibuja como algo positivo para el país. Muchos seguidores insisten con eso; yo creo que en esta idea de que el liberalismo está de moda se busca ese espejo con el menemismo, que si bien fue una época muy mala para muchos, también fue una época donde hubo mucha gente que no la pasó mal, y es a esas personas a las que les debe gustar la comparación.

¿Podrías hacer una reflexión sobre este sesgo mesiánico, esto de destrozar todo que tiene la figura de Milei y el peligro que representa teniendo en cuenta algunos de sus dichos, como el de la privatización del Conicet o el cierre de ministerios?

Una pregunta que abre el libro es ¿qué pasa si en un país inestable aparece un líder inestable? Ahora estoy pensando que voy a tener que cambiarlo a ¿qué pasa si a un país inestable lo gobierna un líder inestable? No creo que termine bien un país con un líder inestable que está convencido de que tiene conversaciones con Dios, con un perro muerto, con los clones, que piensa que los perros lo asesoran en política y economía. No creo que así pueda funcionar un país tan complejo y difícil como Argentina.

¿Cómo funcionaron los medios, sobre todo los de la derecha, primero engordando a Milei y luego tratando de bajarlo?

Los medios son un lugar central. Milei es un fenómeno con varias aristas y una de ellas tiene que ver con los medios, porque es una figura mediática antes que una figura política, es imposible separar una de la otra. Esto en el marco de una nueva época para el movimiento de las audiencias y el rating.

¿Cómo reaccionó Milei ante tu libro y su título? Porque la palabra “loco” puede tener también una connotación “simpática”.

¡Milei me bloqueó! Esa fue la reacción que tuvo frente al libro. Con respecto al título la verdad no tuve mucha opción porque «el loco» es como le decían en el colegio cuando le hacían bullying, le decían «el loco Milei»; también es como le decía su padre, así justificaba la violencia que ejercía sobre él. Le decía que estaba loco y es por eso que lo tenía que golpear. Loco también es una palabra que nombra mucho Milei cuando habla de sus secretos místicos; dice: «No te puedo contar porque van a decir que estoy loco».

Las (no tan) nuevas derechas

Las (no tan) nuevas derechas

¿Qué hay de novedoso en el candidato más votado de las PASO Javier Milei? ¿Puede la derecha realmente gobernar de nuevo o ahora se trata de otra cosa? Sobre eso habla la filósofa Roxana Kreimer, autora, entre otros libros, de “El fracaso de la derecha”.

Tras los resultados de las PASO Javier Milei se posicionó como el principal candidato a ganar las elecciones. Con un dólar que arrima a los 800 pesos, de no haber un cambio abrupto en la política nacional, la llegada al poder de Libertad Avanza está muy cercana a concretarse, pero, si así fuera, ¿qué podría llegar a pasar? ¿Milei cumplirá con lo prometido en campaña? ¿Quienes serán los ganadores y perdedores de este fenómeno sociopolítico? Roxana Kreimer, filósofa y autora de El fracaso de la derecha, intenta (una vez más) comprender qué hay detrás del fenómeno libertario.

En la presentación de su libro usted habló de cómo “las limitaciones de la izquierda progresista en el ejercicio del poder contribuyeron en diversos países a fortalecer el espectro político de la derecha”. ¿Cree que el voto a la derecha se trata de un “voto castigo” o más bien responde a un clima de época? ¿Está la crisis de la pandemia involucrada?

Lo mejor sería tener un estudio que mostrara las razones por las que los votantes de Milei lo han elegido. Como no hay un estudio semejante a gran escala, solo nos queda especular en torno a algunas de esas razones. Creo que la consagración de Milei como primera minoría en las PASO es un fenómeno multicausal. Diría que el factor económico, puntualmente una inflación anual que supera el 100%, es una variable importante para optar por un partido nuevo, que nunca estuvo en el poder, aunque sus recetas sean viejas. Basta focalizar en las consecuencias que tuvo el plan de convertibilidad de Menem, en el que la moneda nacional fue equiparada al dólar, para comprobar que esa estrategia ya fue utilizada y a largo plazo no fue eficaz.
Desde ya que hay un voto castigo por las malas administraciones y por los privilegios de muchos políticos en el ejercicio del poder, y también un hartazgo con los grupos más radicales del feminismo, que son andrófobos, promueven el quebrantamiento de garantías constitucionales como el principio de inocencia y el del debido proceso. El partido de Milei es el único que promueve cerrar el Ministerio de la Mujer y promulgar una ley contra las falsas denuncias, un fenómeno que lleva a muchos hombres inocentes a la cárcel y debilita las denuncias de quienes son auténticas víctimas de la violencia. Por último, un componente no menos importante es el de la publicidad que tuvo Milei en los canales de televisión y en las redes sociales.
Veo a periodistas de la TV sorprendidos por el resultado de las PASO, pero fueron esos periodistas quienes lo entrevistaban una y otra vez cuando aún pocos lo conocían, mucho más de lo que entrevistaban a otros políticos. El «loquito gritón» les daba rating con sus desbordes, y ninguno de esos periodistas hubiera dedicado tanto espacio televisivo a un proyecto de izquierda. Ninguna elección se explica solo por la publicidad, pero es falso, como creen algunos, que Milei haya sido solo el producto de las redes sociales.

Usted ha categorizado a Milei como parte de “las nuevas derechas” ¿Qué diferencias existen con “la vieja derecha” y a qué aspiran estos nuevos sectores?

Durante los últimos años, las limitaciones de la izquierda socialdemócrata en el ejercicio del poder y como parte del statu quo, contribuyeron en diversos países a fortalecer el espectro político de la derecha. Algo similar ocurrió entre 1920 y 1930 con el fascismo, que apareció como una alternativa al marxismo. Pero estas derechas ya no son neofascistas, golpistas ni proclaman el irracionalismo, como las derechas anteriores a la Segunda Guerra Mundial. El marco teórico irracionalista está ahora en segmentos dominantes del progresismo, que adopta como teóricos a filósofos irracionalistas como Jacques Derrida o Judith Butler.
El surgimiento de una derecha populista no es un fenómeno privativo de Argentina: ocurrió con Trump, Bolsonaro, Bukele y en varios países europeos en los que las respuestas sencillas a temas complejos resultan atractivas. La imagen de rebeldía de Milei difiere mucho de la imagen conservadora que en general ha tenido la derecha en nuestro país, como fue el caso, por ejemplo, de Alvaro Alsogaray o Adelina Dalesio de Viola. Hacerse el excéntrico fue una estrategia fríamente calculada por Milei. Murray Rothbard, una de sus sombras tutelares, describe en detalle cómo, para hacerse notar, el libertario de derecha debe apelar a ese tipo de recursos para atraer la atención del electorado. Al igual que los revolucionarios de izquierda de los sesenta, Milei se presenta a sí mismo como un político antisistema, y eso resuena favorablemente entre los hombres menores de 30 años, entre los que Milei tiene el núcleo duro de su electorado. Personas a las que el sistema político no ha podido brindar acceso a un empleo estable y a la vivienda, millennials y centennials enojados ante la dificultad de planificar el futuro de su vida.

Si comparamos lo ocurrido en otros países, ¿qué continuidades y particularidades tiene el caso argentino?
En Corea del Sur gobierna desde el 2022 Yoon Suk-Yeol, un candidato de derecha conservadora que obtuvo una considerable cantidad de votos cuestionando algunos aspectos del feminismo y prometiendo revertir la alta tasa de desempleo, problemas para acceder a la vivienda y la corrupción gubernamental. En una encuesta de junio del 2021, el 84% de los hombres coreanos en la veintena y el 83% en la treintena dijeron que habían experimentado “discriminación grave por motivos de género”. En tiempos de Trump, una encuesta similar fue realizada en Estados Unidos en marzo del 2019 por Hill-HarrisX, y el 38% de los demócratas y el 56% de los republicanos encuestados dijeron que los hombres sufrían discriminación.
En general, los diversos grupos que conforman la nueva derecha con frecuencia están unidos más por su antiprogresismo que por lo que tienen en común. A los defensores del progresismo a menudo los llaman con el término despectivo “guerreros de la justicia social”.
En nuestro país algunos grupos de la nueva derecha y votantes de Milei son conservadores, como los que se nuclean alrededor de Agustín Laje y Nicolás Márquez, y otros son liberales que cuestionan al conservadurismo, como el economista Ivan Carrino o los youtubers “Un tío blanco hetero” y “Libertad y lo que surja”. Varios cultivan una narrativa anticomunista como en la década de 1950, con la diferencia de que ya no estamos en la Guerra Fría y muchos regímenes comunistas han caído.

Hasta el momento no se ha tocado el tema de la desigualdad en toda la campaña libertaria, al menos no como problemática ¿Qué implicaría la omisión de su tratamiento en un posible futuro gobierno? ¿Puede la libertad económica que se promete revertir los efectos adversos de una sociedad desigual?

Para liberales y libertarios de derecha, el problema no es la desigualdad sino la pobreza, y sostienen que el capitalismo permitió sacar a millones de personas de la pobreza en las últimas décadas. Sin embargo, aunque el problema de la pobreza es el más significativo, con un país que, como el nuestro, tiene a la mitad de su población bajo la línea de pobreza, la desigualdad y no la pobreza es lo que está detrás del número de homicidios que tiene cada país, de acuerdo a los estudios más abarcativos que se han desarrollado en el mundo, como el de Torres García y colegas del 2020.
Por otra parte, China es el país que más personas sacó de la pobreza en las últimas décadas, y se trata de una economía mixta. En modo alguno se puede atribuir el descenso de la pobreza mundial, que es más modesto de lo que sus publicistas anuncian, a los logros del capitalismo.

Usted ha mencionado que “la derecha liberal y libertaria postula a países cómo los nórdicos como modelo y estos contradicen su propia convicción sobre la imposibilidad de planificar la economía en forma democrática”. Si esto efectivamente es así, ¿por qué cree que hay tanta aversión contra lo estatal dentro de estos grupos políticos si países con una fuerte presencia del Estado son tomados como ejemplo a seguir?
Por ignorancia, porque aunque cada vez estamos más interconectados gracias a la tecnología, no siempre se divulgan las políticas públicas de otros países. Por ejemplo, Singapur es uno de los modelos que los libertarios de derecha presentan como ejemplo, omitiendo que, gracias al incentivo por parte del Estado, ese país pudo crecer. Singapur registra la tasa más alta en el mundo de vivienda pública, donde el 82% de la población vive en este tipo de vivienda, y de ese total, 95% son propietarios de por vida. Cuando se casan, el Estado los ayuda a comprar una vivienda. Cuando tienen más hijos, los ayuda a mudarse a una vivienda más grande, y cuando envejecen, pueden venderla y quedarse con una propiedad más pequeña o cobrar un ingreso anual que tendrán de por vida. Eso sí, a los 99 años esa vivienda vuelve a ser de dominio público, de modo que a lo sumo puede heredar una sola generación. Hay un impuesto obligatorio que pagan todos los ciudadanos para este fin, un 20% el trabajador y un 16% el empleador. De ese 36%, el 23% puede usarse para pagar la vivienda, y no tienen que usar dinero extra. Del mismo modo, Suiza y otros países europeos que los libertarios ponen como modelo tienen diversos tipos de ayudas sociales, una Asignación Universal por Hijo hasta los 18 años y, en general, pisos para evitar que una persona caiga en la pobreza absoluta.

¿Qué podríamos esperar, política y discursivamente hablando, de acá a las elecciones de octubre por parte de los diferentes frentes?
Si Milei llega a la presidencia, solo tendría 9 de 70 senadores, y 40 diputados sobre 257. Esta participación no es suficiente ni para el quórum que abre el debate en cada cámara. Milei dice que entonces llamará a un plebiscito, que si bien no es vinculante (no obliga a sancionar una ley), ejerce presión sobre los políticos. Pero para que la consulta sea efectiva, tendría que pedirla la Cámara de Diputados por mayoría absoluta.
Solo le quedan los DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia), pero no es legal hacerlos sobre cuestiones penales (como el aborto, que Milei prometió plebiscitar), tributarias, electorales o sobre partidos políticos.
Si Milei llega a la presidencia, la libertad (del empresario) quizás avance con no pocos contrapesos en el camino. Y muy probablemente con represión, que es el destino que prometió para grupos que, como los docentes, ejerzan su derecho constitucional a la huelga, tal como consigna en la primera plataforma electoral que presentó junto a Espert en el 2021 con su anterior partido, Avanza Libertad.