“Es necesario unificar los conflictos”

“Es necesario unificar los conflictos”

Trabajadores de distintos sectores realizaron una jornada de difusión en el Obelisco para visibilizar despidos, condiciones laborales precarias y falta de respuesta sindical, en una acción que busca articular las luchas en una agenda común frente al ajuste.

El sol del mediodía iluminaba el centro porteño. Entre autos, peatones y turistas que se detenían a mirar el Obelisco, una serie de banderas y carteles se desplegaban en la Plaza de la República. Los manifestantes se organizaban en distintos roles: algunos sostenían estandartes, mientras otros repartían volantes con diversa información. La convocatoria era tranquila, no había bombos ni cánticos resonantes, solo estaba la necesidad de visibilizar reclamos ante quienes circulaban por allí.

La “Jornada de difusión de todas las luchas en curso”, como fue anunciada, reunió a trabajadores despedidos de empresas como Morvillo, Secco, Shell, Georgalos y Pilkington, acompañados por jubilados y empleados del Neumático. Todos conformaban una multitud heterogénea, unida por el mismo sentimiento de lucha.

“Nos parece importante generar acciones en común con los sectores que estamos peleando en el movimiento obrero”, señaló Sebastián Rodríguez, secretario general de la Comisión Interna de Morvillo. El caso de su empresa estaba detallado en uno de los carteles: con fotos, flechas y textos se denunciaba que Anselmo Morvillo, su dueño, anunció el cierre de la fábrica por WhatsApp, dejando a 240 familias en la calle. Desde entonces, llevan cuatro meses de ocupación. Rodríguez añadió: “El primer escollo que hay que superar es la burocracia sindical, que es la principal responsable de que el ajuste de Milei siga su curso. Por eso formamos un colectivo, para reforzar nuestras luchas y allanar el camino al resto del movimiento obrero”.

Otros trabajadores, guiados por los principios de solidaridad y por su propia situación crítica, se sumaron a la jornada. Es el caso de la empresa Secco, una multinacional dedicada entre otras cosas a la generación de energía. Dos meses atrás despidió a 37 técnicos calificados en emergencias, encargados de abastecer con camiones generadores a provincias afectadas por inundaciones o cortes masivos de luz. Juan José, uno de los despedidos, explicó: “Buscamos construir un frente único que nos permita convocar a una gran asamblea de trabajadores para reclamar contra el gobierno de Milei y el de Kicillof. Es necesario unificar los conflictos y avanzar con una agenda común”. Además, subrayó que no están luchando “contra una injusticia”, sino “por un trabajo y una jubilación digna”.

Justamente los jubilados, que el último miércoles volvieron a manifestarse en el Congreso, también formaron parte del reclamo. Nora Biaggio, referente del Plenario de Trabajadores Jubilados, sostuvo: “El plan de lucha de los jubilados es apoyar todas las luchas, porque estos trabajadores, como no van a llegar a los treinta años de aportes que exige la ley, no van a poder jubilarse si la situación sigue así”. Durante el breve acto, con un discurso enérgico, convocó a una marcha multitudinaria para el 16 de julio: “Con los jubilados adelante y los trabajadores acompañando”.

En otro sector de la plaza, más trabajadores sumaban sus reclamos. Alejandro Martínez fue despedido de Georgalos el 5 de junio. “No por nuestras obligaciones, sino por nuestros derechos”, denunció, y afirmó: “Ejercimos el derecho a huelga convocado por el sindicato y, como represalia, echaron a cinco de los 90 que participamos, incluido yo. Quieren inventarnos causas con fundamentos falsos”. Sobre la jornada, opinó: “Nuestras problemáticas son similares, y es nuestro deber ejercer el derecho a huelga”.

“Shell discrimina y contamina”, decía otra de las grandes banderas que flameaban. Gustavo y Fernando la sostenían vestidos con el uniforme rojo de la empresa de hidrocarburos. Gustavo relató que fue despedido “por denunciar las condiciones insalubres de trabajo en la refinería”. Fernando consideró “casi natural” que los reclamos se unan, y remarcó: “La clave es seguir ganando las calles, para que no haya más familias afuera”.

A pocos metros, trabajadores de Pilkington —una empresa global de fabricación de vidrio con fuerte presencia en la industria automotriz argentina— también alzaban su voz. “Número uno en discriminar”, decía el cartel bajo su logo. Jorge González, uno de los despedidos, contó que, pese a tener un fallo de reincorporación avalado por la Corte Suprema, la empresa se niega a acatarlo, escudándose en que no respetan las leyes argentinas, sino las de Gran Bretaña y Japón, de donde son sus dueños. “Está muy difícil la justicia. Por eso hay que luchar todos juntos para salir de esto”, sostuvo.

Vanina Roda también estaba presente. Fue empleada de PepsiCo hasta que la empresa cerró su planta en 2017 y los trabajadores fueron desalojados violentamente. “Exigimos justicia por los trabajadores de PepsiCo 2017-2025”, señalaba su cartel, en referencia a una lucha que lleva más de ocho años, con un proceso judicial que les dio la espalda. Según los extrabajadores, podrían ser reubicados en otras sucursales de la misma compañía que operan con maquinaria similar. “Es difícil sostener un reclamo tan largo, pero se puede. Es una cuestión de moral. Ellos juegan con ella para tirarnos abajo, pero nosotros seguimos firmes”, afirmó. Sobre la articulación con otras protestas, añadió: “Ellos se unieron a nosotros y viceversa. Siempre estamos”.

También hubo presencia del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA). Daniel Bobadilla, miembro de la Comisión Ejecutiva, explicó que están en conflicto por paritarias. Las empresas les ofrecen aumentos por debajo de la inflación, por lo que comenzaron una serie de paros en Bridgestone, Fate y Pirelli. “Tenemos que estar más unidos que nunca y apoyar a quienes están siendo atacados por este gobierno cínico”, declaró.

“Unidad, de los trabajadores”, fue el único cántico que logró levantar todas las voces en la jornada. Unas simples palabras que sintetizaron el espíritu de la protesta, donde distintos trabajadores, de diversos sectores, lugares y reclamos, unieron sus fuerzas para manifestarse ante la falta de respuestas tanto del gobierno como de las conducciones sindicales.

 

La sindicalización en el streaming avanza

La sindicalización en el streaming avanza

Con una diferencia de pocos días, se anunciaba el convenio laboral de los trabajadores de Gelatina y cerraba el canal Crudo TV. Un especialista de políticas y legislación en comunicación, el prosecretario del sindicato de servicios audiovisuales y un trabajador coinciden en la complejidad del nuevo medio y en la necesidad de regular el sector.

La irrupción del streaming en el ecosistema mediático argentino, principalmente a partir de la cuarentena impuesta por la pandemia del covid-19, no sólo cambió la forma de consumir contenidos sino que también forzó un reordenamiento en la manera de entender, producir y regular el trabajo audiovisual. En este contexto, el Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID) busca encuadrar laboralmente a quienes producen contenido en canales como Luzu TV, Gelatina, Olga o Blender, bajo el Convenio Colectivo de Trabajo 634/11.

«La única relación posible de los trabajadores con las empresas es la relación de dependencia en cualquiera de los formatos que establece la Ley de Contrato de Trabajo», sentencia Pablo Storino, prosecretario general del SATSAID, a la vez que asegura que “todo lo demás queda enmarcado dentro del fraude laboral”.

Según el sindicalista, “el primer streaming que pudimos regularizar con mucha alegría, eficiencia y con una cantidad de trabajadores considerable fue Luzu TV. Cuando apareció en el radar del mundo de la comunicación, nosotros empezamos a tomar contacto y a armar algunas reuniones donde les informamos que, si bien ellos no hacen televisión tradicional, producen contenidos audiovisuales y que los trabajadores de esa actividad están representados por el SATSAID”.

El caso de Gelatina sigue una lógica similar y recientemente emitieron un comunicado al respecto. “La empresa entiende que el sindicato de la producción de contenido audiovisual es el SATSAID, que garantiza derechos, establece certezas en cuanto a qué es lo que tenés que cobrar, en qué tiempo y en qué forma, en que tenés que tener un empleo registrado con aportes a la jubilación, a la seguridad social, a la salud para poder tener cobertura, fija un escalafón profesional, un sistema de trabajo en general con definiciones sobre cuáles son tus tareas, tus responsabilidades y también cuáles son tus derechos como trabajador y trabajadora”, explica el gremialista.

Pero no todos los canales respondieron igual. Blender, por caso, fue mencionado por el SATSAID en un comunicado en términos críticos, al señalar la negativa de su dirección a permitir la sindicalización. En palabras de Storino: “Eso se da por un motivo sencillo, cuando vos haces registrar a tus trabajadores y le empezás a señalar a la empresa cuánto tiene que pagarle al trabajador y que además tiene que hacer los correspondientes aportes patronales de ley, empieza la pelea entre el capital y el trabajo. Nada más ni nada menos que estás dispuntándole la rentabilidad de la empresa. Hay algunas que no toleran semejante insubordinación y se ponen un poco más ariscas de lo que en sus pantallas defienden, donde se definen como progresistas y paladines de la justicia y muchísimas cuestiones más”.

El SATSAID tiene una estrategia definida: “ir a buscar a los streaming que mayor monetizan, que mayor capacidad de pago tienen y por lo tanto también tienen la capacidad de regularizar a sus trabajadores y poder permitirles ser sujetos de derechos laborales. Y por eso es que son los que principalmente intentamos regularizar con un éxito relativo; te diría que hoy representamos, de estos streamings más importantes, a la mayor cantidad de los trabajadores”.

Respecto a si hubo algún canal que se acercara voluntariamente, relata que “hay varios, y esto se da fundamentalmente porque hemos podido instalar que el sindicato de la actividad que representa al streaming es el SATSAID, porque entendemos que forman parte del ecosistema audiovisual como los canales de aire, las productoras o cualquier generador de contenido audiovisual de la Argentina, que no sea cine”.

También destaca que “hoy uno de los grandes dramas de la Argentina es que tenemos una gran porción de la población que no está registrada y las nuevas generaciones que acceden al mundo de trabajo en la absoluta informalidad carecen muchas veces de la información necesaria sobre cuáles son los derechos, de tener 13 salarios al año, de tener derecho a una representación, salud, aporte jubilatorio, beneficios, etc. Y eso hay que ir explicándoles, gestionándoles y contándoles qué es un convenio colectivo y cuáles son la cantidad de derechos que ha conquistado este sindicato a través de los años”.

“Muchos de estos chicos –asegura Storino- no sabían ni qué es un sindicato, ni qué es una organización gremial, ni que tenían derecho a poder tenerlo”. Por otro lado, un trabajador que prefirió no ser identificado reconoció que el acuerdo les trajo beneficios concretos, pero también marcó sus diferencias: “Están dando por hecho que el rubro streaming es afín al rubro televisivo. Me parece que eso todavía está en debate. Tranquilamente podríamos estar conveniados bajo algún sindicato de radio, de prensa o incluso pensar en uno nuevo. Por ahora, lo que se impuso es SATSAID, porque tiene décadas de laburo, de organización y se movieron más rápido que el resto”.

“Yo no soy del sindicato –aclara-, no estoy bajo convenio, pero tampoco soy de la patronal. Soy un trabajador más que me interesa que laburemos mejor y no tengo prejuicio para con los sindicatos, pero hasta ahora no me encanta cómo se están moviendo. Ellos lo que dicen es que tienen que poner a los laburantes en blanco y regularizar la situación de sus trabajadores, lo cual está perfecto. El primer inconveniente que surge es que los convenios fueron redactados son de televisión de la década del 70”. El trabajador prosigue: “Ahí hay un montón de complejidades en donde la forma en que trabajamos nosotros no aplica a lo que ellos quieren. Los que están bajo convenio ahora son los operadores técnicos, que son los que manejan las transmisiones de video y de audio y me parece que empiezan por ahí, porque es la tarea más fácil de encuadrar en un convenio, porque es un trabajo muy específico y porque tienen horarios fijos de laburo. Hay muchos otros roles dentro de todos los canales de streaming que son más flexibles o más difíciles de encuadrar”. También cuestionó: “Me molestó que no se acercaron a hablar con los trabajadores del streaming. Fueron directamente con los que pagan los sueldos. No critico el acuerdo porque mis compañeros ahora están en blanco, tienen obra social, un montón de derechos que yo celebro y me parece espectacular, pero la verdad es que el acuerdo no fue con los trabajadores en la mesa. Después se comunican con los trabajadores, se sientan con ellos y les cuentan cómo es el convenio y qué beneficios tienen. Pero que yo sepa, a nadie le levantaron el teléfono de los que trabajamos todos los días para preguntarnos ni cómo estamos, ni si nos interesa sindicalizarnos, ni nada de eso”.

Asimismo, entiende que “como hubo un crecimiento muy acelerado de la nueva industria del streaming nacional en estos cuatro años en donde todo va creciendo, también crece el interés por parte de la política, los sindicatos, las agencias de publicidad, las plataformas… Por lo tanto, empiezan a moverse más recursos en, al menos, los canales principales. Eso se refleja, por supuesto, en los ingresos de todos nosotros. Sigue siendo un trabajo mucho más flexible que el de la tele, la radio o los medios tradicionales”. Y concluye: “Es un rubro tan nuevo que justamente está todo en debate. La relación con los sindicatos recién arranca, y yo creo que es una discusión que va a seguir los próximos años”.

Por último, reflexiona: “Hay mucho diálogo entre nosotros, más allá de las guerras entre los streamings que son más de chusmerío de Twitter (hoy X), nos conocemos todos, es un rubro chico, hay buena onda y más o menos todos tenemos problemas parecidos. Estamos todos contentos por lo mismo, que nos gusta donde estamos laburando y hacia dónde va todo, y al mismo tiempo también tenemos problemas similares, más allá de que los esquemas de negocios de los canales son distintos, no es igual la construcción de los más grandes, ni de canales más chicos, entonces también es difícil discutir convenios o sueldos, o lo que sea, de la misma manera, porque tenés tanques con mucha espalda y otras empresas que son más tipo PyMEs. No se me ocurre tampoco que haya otro sindicato existente hoy donde se pueda viabilizar esa conversación”.

Sobre la sindicalización en general, menciona que “hay algo generacional, yo tengo casi 30 años, pero hay más chicos trabajando en estos canales y quizás nuestro horizonte no es ni estar sindicalizado ni estar en blanco necesariamente. Por supuesto que es algo que se agradece siempre, pero quizás la prioridad número uno no es esa, quizás son otros beneficios laborales en los que estamos pensando. Los ingresos en sí mismo, o las actualizaciones, o incluso formas de laburar. Se habló mucho en la pandemia del derecho a la desconexión, el derecho de recibir un mensaje de laburo a las 10 de la noche un sábado, porque en general son proyectos donde estamos todos entusiasmados por lo que hacemos, entonces poner límites es difícil porque no es que uno se siente obligado a hacer lo que hace, sino que también lo apasiona, pero creo que hay muchos roles dentro de estos canales de streaming que son muy flexibles en ese sentido, en los horarios de trabajo, en los días de trabajo. Hoy es feriado, no salimos al aire, pero estamos todos pensando en qué se publica mañana en la cuenta de Instagram, qué hacemos el lunes con los invitados, qué se yo… Ahí hay un montón de baches todavía”.

Diego Rossi, profesor de Políticas Internacionales de Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, plantea que “del macrismo para acá, hemos tenido un desarme de políticas de fomento y de encuadre de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). Hoy el streaming opera por fuera de todo marco legal argentino, pisa el terreno de lo audiovisual pero no tiene obligaciones claras en términos de registración, responsabilidad por contenidos ni condiciones laborales”. Entonces, desarrolla: “Pensando en la propia denominación de YouTube a sus canales, esa toma simbólica de la palabra canal nos remite a los canales de televisión clásicos. Sin embargo, son totalmente distintos porque los canales de televisión clásicos usaban espectro radioeléctrico, o sea, un recurso público que eran las ondas del aire. Los canales de internet tienen la semejanza de que es una programación de flujo, si bien la podemos ver cuando queremos, porque los programas quedan, la sensación de vivo y la programación con determinados horarios y con determinadas franjas y también asumiendo los canales ciertas apelaciones a audiencias tienen esa similaridad con los viejos canales de televisión”.

Rossi también analiza que “hay un continuo de encuadre audiovisual que en otros países es claro y es obvio como la legislación europea, la legislación española, pero en el caso argentino entra en un terreno prácticamente desregulado. Entonces, para un sindicato o para una acción colectiva de grupos, por ejemplo de audiencias, no es tan fácil encuadrar y en ese sentido es entendible que existan tensiones y que los emprendedores o empresarios pueden ser más pequeños que los grandes canales, digamos que uno podría pensar que tenían grandes estructuras. Ahora son estudios en menores dimensiones, con menos metros cuadrados, con menos empleados, pero por lo pronto a mi juicio y siguiendo la doctrina de evolución del encuadre del audiovisual deberían ser trabajadores del cine, de la tele, de la producción de series y por qué no de la televisión en vivo, de lo que antes denominábamos televisión en vivo que ahora podría ser emisión en streaming”.

“En ese sentido también tendríamos que pensar en radios, uno piensa dos o tres capitalinas como Futurock, que también están un poquito desencuadradas de la LSCA pero todos nos damos cuenta que es un consumo muy similar al viejo consumo radiofónico”, resalta el académico.

Storino, al respecto aclara que “hay streaming que provienen de las radios, que ahí solemos compartir la representación de los técnicos con sindicatos como el SUTEP, como el sindicato de los operadores de radio AATRAC”.

“Los streaming están disponible en plataformas globales con lo cual ahí tenemos una relación de mediación distinta a lo que podría ser, entre comillas, la independencia del medio televisivo que solo dependía de una licencia del regulador, el ENACOM o anteriormente la AFSCA. No hay una licencia nacional para emitir en streaming, lo que acarrea la falta de responsabilidades y de obligaciones en el ámbito nacional por parte de estos prestadores. Ahora bien, la emisión y la recepción se produce, o el visionado, se produce mayoritariamente en Argentina”, rescata Rossi.

“La territorialidad de una empresa –agrega- si bien se monta sobre una plataforma extranjera y todas esas demandas pueden ser complejas en el ámbito local, desde el punto de vista de la justicia laboral o de las condiciones laborales, claramente si la producción se ejerce en Argentina, más allá de las condiciones del visionado, la intervención de la Secretaría de Trabajo y de las autoridades mediadoras, ya sea para determinar salarios o para inspeccionar condiciones de trabajo o regímenes de jornadas laborales, es en nuestro territorio. Así que ahí entiendo que es más bien clásico el encuadre de las funciones laborales que puedan tener camarógrafos, productores, editores, presentadores, en estos canales”.

El caso del cierre del canal Crudo TV comunicado por SATSAID el último 30 de abril, expone las vulnerabilidades del sector. Al respecto, Storino declaró “repudiamos que de un día para el otro 45 trabajadores se queden en la calle sin aviso previo de ningún tipo. Esto no lo dijimos en el comunicado, pero hemos denunciado en la Secretaría de Trabajo los despidos por parte de Crudo TV, de trabajadores que estaban en fraude laboral en su mayoría, porque solamente había cuatro registrados. Asimismo, nos vamos a hacer cargo del asesoramiento legal a todos esos compañeros para que cobren lo que tienen que cobrar, y en el caso de que la empresa se niegue, los representaremos legalmente ante la Secretaría de Trabajo y la Justicia para que puedan tener una defensa legal digna y no tengan que pagar por ella, pese a que no son trabajadores que formalmente estaban representados por nosotros. No podemos hacer menos que eso”.

Por otro lado, el trabajador que prefiere permanecer en el anonimato recalcó que “si SATSAID puede ayudar en casos como este, me parece bárbaro. Como apreciación general sin conocer el caso puntual, creo que se están abriendo muchos canales de streaming últimamente por una cuestión de moda y en algunos casos son emprendimientos un poco improvisados de inversores que no entienden de medios y mucho menos de contenidos digitales. No es el primero que abre y cierra al poco tiempo”.

“Objetivamente es mejor para el laburante estar bajo convenio, tener la certeza de que si te echan te corresponde una indemnización, entre otras cosas. Eso no hay duda y me gustaría que el sector se encamine hacia ahí. Quizás personalmente no lo vivo como una preocupación dramática porque siempre trabajé de forma freelance y mis viejos también. Me acostumbré a eso, a estar buscando siempre distintas oportunidades o a inventarlas en caso de tener un bache. Y creo que muchos en el rubro (digital, audiovisual o de prensa) se manejan parecido”.

Encendiendo los motores para el 8M

Encendiendo los motores para el 8M

Agrupaciones sociales, sindicatos, partidos políticos y representantes del movimiento transfeminista se reunieron en asambleas masivas para organizar la movilización del 8M.

La primera asamblea organizativa de cara al 8M tuvo lugar en el patio del anfiteatro de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y fue un éxito de convocatoria y de participación. La segunda se llevó a cabo en el patio del Hotel Quagliaro, también de ATE, con el mismo espíritu de unidad que la primera.

La secretaria de Género de la Central de Trabajadores de la Argentina de los Trabajadores (CTA-T), Yamile Socolovsky, enfatiza que la asamblea no solo fue una instancia deliberativa para planificar la movilización en Buenos Aires, sino además “un mensaje para las compañeras y compañeros de todo el país que van a estar confluyendo”.

Estos encuentros han sido fundamentales para coordinar acciones y estrategias en la lucha contra las políticas de ajuste, hambre y pobreza que impulsa el gobierno de Javier Milei. «Estamos enfrentando el avance de despidos y defendiendo políticas públicas, porque detrás de cada despido en el Estado hay menos respuestas y derechos que llegan a la gente», explica la secretaria de Género y Diversidades electa de ATE, Clarisa Gambera. Y agrega: “Es un contexto de ataque a la población en general y a nosotras en particular, en medio de una acelerada feminización de la pobreza». El cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades como primera medida gubernamental, refleja un retroceso en las políticas de ampliación de derechos para personas no binarias y una habilitación para que se recorten y clausuren políticas públicas en todo el país.

Clarisa Gambera, secretaria de Género y Diversidades de ATE Nacional.

En las asambleas se definió una estrategia clara: concentrarse frente al Congreso en una jornada que trasciende la defensa de los derechos conquistados por la “marea verde”, para enfrentar la agenda ultraderechista del Ejecutivo. La movilización conjunta y cuidada se presenta como una oportunidad para fortalecer la presencia feminista en las calles y hacer frente a los desafíos actuales.

Julia Pirani, trabajadora del exMinisterio de Cultura, destaca la importancia de construir un 8M masivo: «Las compañeras feministas sabemos tejer lazos y construir redes, así que creemos que en esta serie de asambleas vamos a alcanzar el consenso necesario», remarca.

El objetivo va más allá de la celebración del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, para convertirse en un acto de resistencia y visibilización de problemáticas que permanecen relegadas en la agenda pública.

Sandra Chagas, activista afrodescendiente por los derechos humanos, hace hincapié en la urgencia de exponer y combatir el racismo, la xenofobia, la discriminación y los discursos de odio hacia las personas afro. «En las calles ya estamos sintiendo todo ese racismo que fomenta este gobierno de ultraderecha», dice.

Sandra Chagas, activista afro, LGBT y por los derechos humanos.

Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas, destaca la importancia de incorporar en esta movilización la denuncia contra el genocidio que sufren las niñeces y las mujeres palestinas, así como el llamado a un alto al fuego en Palestina. “El 8M es la reivindicación de la lucha de las mujeres palestinas. Esto, además, proyecta la lucha contra el fascismo y el sionismo”, sostiene.

Estas son algunas de las voces que se alzaron en las distintas asambleas, cada una con su reclamo, pero todas coincidieron en que este año, sin importar las diferencias, las mujeres y diversidades marchan no sólo por los derechos que han sido punta de lanza del movimiento feminista, sino fundamentalmente contra las políticas de ajuste, hambre, pobreza y crueldad que impulsa el gobierno nacional.

Y al desánimo generalizado, el movimiento de mujeres busca oponerle la potencia, la creatividad y la alegría que lo supo caracterizar. Por eso, este 8M adquiere un significado más amplio y profundo, de resistencia y de construcción de una trama que confronte al actual gobierno.

Tilda Rabi, presidenta de la FEderación de Entidades Argentino-Palestinas.

Bienvenido SiPreBA

Bienvenido SiPreBA

Después de nueve años el SiPreBA obtuvo su personería gremial. Luego del largo camino los trabajadores de prensa cuentan su lucha y explican cómo sigue su reclamo por mejores condiciones laborales.

Luego de años de lucha el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) obtuvo la personería gremial. Así quedó asentado en la resolución N° 21/2023 del Boletín Oficial. SiPreBa había sumado más votos de afiliados que la Unión Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). Fueron ocho años de lucha que comienzan en el 2015 cuando un grupo de periodistas creó el SiPreBA ante la falta de representatividad en los reclamos del sindicato autorizado a negociar con las patronales y que contaba con numerosas denuncias de fraude electoral.

Francisco Rabini, delegado gremial en Clarín/AGEA, cuenta: “Fue un proceso de más de diez años para tratar de sacar a la cúpula de la UTPBA que estaba enquistada hace cuarenta. Nosotros fundamos el sindicato el 7 de junio de 2015 a través de un plebiscito que hicimos en diciembre de 2014. Durante el macrismo estuvimos bloqueados porque ni siquiera nos rubricaban los libros en blanco para que vos llenes y te controlen cuando fundás un sindicato. Tardamos más de dos años en lograrlo para luego pedir la compulsa. El trámite lo hicimos en junio de 2020 y esto tampoco es azaroso porque cuando presentás la compulsa te evalúan seis meses para atrás. En 2019 fue cuando cambió el gobierno y no tuvimos chances de hacer progresar ningún trámite porque todo estaba bloqueado, no solo lo nuestro sino de varios sindicatos”.

En las paritarias la UTPBA era el sindicato que negociaba con la cámara que nuclea a las patronales de los diarios en AEDBA (Asociación de Editores de Diarios de Buenos Aires). Diego Martínez es delegado en Página/12 y sostiene que «esa personería gremial es lo que le permitió a Clarín y La Nación firmar cualquier cosa sin contraparte y que lo padezcan los trabajadores, porque el sindicato que lo firma después no tiene que darle explicaciones a nadie ya que no tiene presencia en ninguna redacción».

ANCCOM intentó comunicarse con la secretaria general de UTPBA, Lidia Fagale, para conocer su opinión pero no obtuvo respuesta.

Tarda en llegar

Para cotejar la cantidad de afiliados que trabajan bajo el Estatuto del Periodista, los tres sindicatos de la ciudad de Buenos Aires, el ya mencionado UTPBA, el sindicato que funciona en la agencia Télam y el SiPreBA presentaron sus papeles ante el Ministerio de Trabajo de la Nación como lo marca la Ley de Asociaciones Sindicales, siendo el SiPreBA ganador de la compulsa superando el 10%. Rabini recuerda que: “Por la urgencia salarial que tenemos nos ganaba la impaciencia. Para los que saben de estos trámites el proceso fue rapidísimo porque en general a veces se traba o se enturbia y no se puede resolver”.

En Página/12, como en otros medios, los trabajadores llevan años luchando por la recomposición de un salario que se aleja cada vez más de la inflación. Martínez recuerda que: «La caída en en el poder adquisitivo coincide con el año en que Cambiemos asume el gobierno y Víctor Santamaría compra Página/12, en 2016. Estos cuatro años no solo fueron demoledores para los compañeros sino para todo el colectivo de prensa en particular».

Los números son fríos pero no mienten: actualmente los redactores y redactoras precarizados, -mal llamados colaboradores- cobran cifras muy bajas. En Página 12 una colaboración en la sección Cultura y Espectáculos se paga entre $4.000 y $4.500, en fotografía son $3.000 por una nota. Sobre este tema Martínez asegura: «Las últimas veces planteamos que ninguna colaboración se pague menos del 10% del sueldo básico del redactor. Con lo cual pensá que hoy el básico sin antigüedad y sin adicional está en $94.000 de bolsillo. En los hechos se está pagando la mitad cuando es algo bajísimo en el mercado y hay miles de compañeros que ansían trabajar y publicar en los diarios». Además agrega: “No es solo el valor de una nota, mal llamada ‘colaboración’, sino un sistema sumamente perverso que hace que muchos periodistas trabajen a destajo cobrando por nota y sin acceder a los derechos más elementales como vacaciones, licencias y antigüedades”.

Cómo se sigue

Sobre los pasos a seguir luego de la personería, Rabini concluye: “Lo principal está en la paritaria. Hay una revisión en el último acuerdo paritario para la última semana de febrero. Pretendemos estar ahí y negociar el acuerdo paritario, el anual y tratar de ir año a año mejorando el salario y ganarle a la inflación para recuperar la actividad que está destrozada. Todas estas décadas de inoperancia y desidia de la UTPBA nos dejaron en una situación crítica de precarización, de salarios por debajo de la canasta básica, de multiempleo para poder ganar un salario digno y eso hay que saldarlo. Es muy difícil hacerlo de un día para el otro, hay que trazarse un plan, un cronograma, e ir mejorando la situación para tener un futuro en la actividad”.

La crisis de los trabajadores de prensa ocurre también en Perfil, Diario Popular y otras publicaciones que se editan en la ciudad de Buenos Aires con el mismo reclamo. En el caso del diario Olé los trabajadores lograron cubrir el 25% del sueldo que les habían quitado por protestar durante el Mundial de Qatar. Lo lograron a través de un fondo de lucha organizado por el SiPreBA con aportes de compañeros, figuras de la política y el periodismo, entre otros sindicatos.

A las problemáticas generales se le suman las estrategias de los medios de prensa para ganar suscriptores ante la merma de las ventas en los kioscos de diarios y revistas como también la incursión en negocios del entretenimiento y otros rubros fuera de la gráfica. Rabini marca como ejemplo que: “En el 2022 abrieron una billetera virtual llamada Bimo fondeada con plata de AGEA (Arte Gráfico Editorial Argentino) e hicieron transferencias por cientos de millones de pesos cada equis cantidad de meses hasta que se fundió; pero cuando vamos a exigir recomposición salarial la empresa dice que no tiene plata. En resumen cargan sus aventuras empresariales sobre nuestros salarios”.

Respecto del futuro, Martínez explica: «Por supuesto nosotros siempre tenemos expectativas y seguimos luchando por lo que consideramos justo y lo que nos corresponde, que es cobrar sueldos dignos. Como piso no queremos ningún sueldo por debajo de la línea de pobreza o de la canasta básica del INDEC. Estamos haciendo una pausa con los paros hasta febrero y la empresa lo sabe. Esperamos que aprovechen esta pausa y que nos propongan un cronograma de aumento serio. Porque además hay un agravante y es que esta paritaria en curso no tiene un centavo de aumento previsto para los primeros cuatro meses de 2023, o sea enero, febrero, marzo y abril». El deseo es que tengan una respuesta de parte del Grupo Octubre, dueño de Página/12 entre otros medios, y afrontar el año con menos medidas de fuerza que el anterior. Para eso necesitan no solo dejar de perder poder adquisitivo, sino también empezar a recuperarlo.

Rabini tiene la esperanza de que en el próximo encuentro con las patronales haya “un diálogo maduro, constructivo, lógico. Argumentos nos sobran y entendemos que hay mucho por discutir, mucho por negociar y mucho por crecer. Nosotros no queremos que a las empresas les vaya mal: todo lo contrario. Por eso tiene que haber un espacio en donde nos vaya bien a todos. No creemos que puedan existir las empresas exitosas cuyos trabajadores pasan hambre”.

Dos años presa

Dos años presa

Al cumplirse dos años de su detención, este martes cientos de personas marcharon desde el Obelisco porteño hasta la Casa de Jujuy en Buenos Aires para exigir la liberación de la dirigente social y legisladora del Parlasur Milagro Sala, primera presa política del gobierno de Mauricio Macri. En la marcha hubo cuestionamientos al gobernador Gerardo Morales, al Poder Judicial provincial y a la Corte Suprema de la Nación. Entre los manifestantes participaron organismos defensores de los derechos humanos, sindicatos y organizaciones sociales.

 

Actualizado 17/01/2018