Por Karol Reyes
Fotografía: Rocío Prim

Agrupaciones sociales, sindicatos, partidos políticos y representantes del movimiento transfeminista se reunieron en asambleas masivas para organizar la movilización del 8M.

La primera asamblea organizativa de cara al 8M tuvo lugar en el patio del anfiteatro de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y fue un éxito de convocatoria y de participación. La segunda se llevó a cabo en el patio del Hotel Quagliaro, también de ATE, con el mismo espíritu de unidad que la primera.

La secretaria de Género de la Central de Trabajadores de la Argentina de los Trabajadores (CTA-T), Yamile Socolovsky, enfatiza que la asamblea no solo fue una instancia deliberativa para planificar la movilización en Buenos Aires, sino además “un mensaje para las compañeras y compañeros de todo el país que van a estar confluyendo”.

Estos encuentros han sido fundamentales para coordinar acciones y estrategias en la lucha contra las políticas de ajuste, hambre y pobreza que impulsa el gobierno de Javier Milei. «Estamos enfrentando el avance de despidos y defendiendo políticas públicas, porque detrás de cada despido en el Estado hay menos respuestas y derechos que llegan a la gente», explica la secretaria de Género y Diversidades electa de ATE, Clarisa Gambera. Y agrega: “Es un contexto de ataque a la población en general y a nosotras en particular, en medio de una acelerada feminización de la pobreza». El cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades como primera medida gubernamental, refleja un retroceso en las políticas de ampliación de derechos para personas no binarias y una habilitación para que se recorten y clausuren políticas públicas en todo el país.

Clarisa Gambera, secretaria de Género y Diversidades de ATE Nacional.

En las asambleas se definió una estrategia clara: concentrarse frente al Congreso en una jornada que trasciende la defensa de los derechos conquistados por la “marea verde”, para enfrentar la agenda ultraderechista del Ejecutivo. La movilización conjunta y cuidada se presenta como una oportunidad para fortalecer la presencia feminista en las calles y hacer frente a los desafíos actuales.

Julia Pirani, trabajadora del exMinisterio de Cultura, destaca la importancia de construir un 8M masivo: «Las compañeras feministas sabemos tejer lazos y construir redes, así que creemos que en esta serie de asambleas vamos a alcanzar el consenso necesario», remarca.

El objetivo va más allá de la celebración del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, para convertirse en un acto de resistencia y visibilización de problemáticas que permanecen relegadas en la agenda pública.

Sandra Chagas, activista afrodescendiente por los derechos humanos, hace hincapié en la urgencia de exponer y combatir el racismo, la xenofobia, la discriminación y los discursos de odio hacia las personas afro. «En las calles ya estamos sintiendo todo ese racismo que fomenta este gobierno de ultraderecha», dice.

Sandra Chagas, activista afro, LGBT y por los derechos humanos.

Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas, destaca la importancia de incorporar en esta movilización la denuncia contra el genocidio que sufren las niñeces y las mujeres palestinas, así como el llamado a un alto al fuego en Palestina. “El 8M es la reivindicación de la lucha de las mujeres palestinas. Esto, además, proyecta la lucha contra el fascismo y el sionismo”, sostiene.

Estas son algunas de las voces que se alzaron en las distintas asambleas, cada una con su reclamo, pero todas coincidieron en que este año, sin importar las diferencias, las mujeres y diversidades marchan no sólo por los derechos que han sido punta de lanza del movimiento feminista, sino fundamentalmente contra las políticas de ajuste, hambre, pobreza y crueldad que impulsa el gobierno nacional.

Y al desánimo generalizado, el movimiento de mujeres busca oponerle la potencia, la creatividad y la alegría que lo supo caracterizar. Por eso, este 8M adquiere un significado más amplio y profundo, de resistencia y de construcción de una trama que confronte al actual gobierno.

Tilda Rabi, presidenta de la FEderación de Entidades Argentino-Palestinas.