¿Qué es ser peronista hoy?

¿Qué es ser peronista hoy?

Un nuevo 17 de Octubre encuentra al peronismo divido en tres actos: uno en Plaza de Mayo, otro en Obras Sanitarias y un tercero en Laferrere. ¿Cómo se mantiene la doctrina en un gobierno condicionado por el FMI?

Se conmemora un nuevo 17 de octubre, fecha en la que el peronismo celebra el origen de su identidad política. En el transcurso de 77 años, el movimiento ha configurado y marcado el escenario político del país, donde las banderas de justicia social, independencia económica y soberanía política continúan siendo levantadas.

“Ser peronista hoy es lo mismo que haber sido peronista en el 45’”, comenta a ANCCOM el artista Daniel Santoro y agrega: “Tiene las mismas motivaciones: lograr una felicidad compartida, la felicidad del pueblo. Las otras que también concurren a lo mismo es la soberanía política y la independencia económica, sin la cual no se logra lo más importante”.

Por su parte, la senadora bonaerense María Reigada, indica: “Ser peronista es ayer, hoy y mañana, estar del lado de los sectores populares y pensar un país que tenga mayor igualdad, incluir a través del trabajo y garantizar los derechos fundamentales”.

Pensar el ser peronista en la actualidad, implica atender a las nuevas formas políticas de nuestros tiempos. En ese sentido, Mercedes Cabezas, Secretaria de Organización de ATE, comenta: “Es avanzar hacia un espíritu en términos de clase, repensar una mirada de clase movilizada y una democracia mucho más activa y más participativa. Por supuesto, la democracia solo es perfectible con más democracia, pero tiene que ser una democracia con actores concretos en las calles, con una clase trabajadora que esté movilizada y acceda a que las propuestas que tiene sean tomadas en serio. El peronismo siempre giró en torno a esto, pero vale la pena recordarlo. Tenemos una oportunidad histórica de que exista un gobierno con un Estado grande, soberano y productivo, y las propuestas tienen que venir de la clase trabajadora”.

Aquel 17 de octubre de 1945 marcó un hito en la historia Argentina. Las multitudes que acudieron a Plaza de Mayo se unieron al grito de “Perón”, exigiendo su liberación. Santoro entiende que “ese día irrumpe la idea de felicidad en común que es la irrupción del pueblo como protagonista político” y agrega: “El peronismo trasciende su época y se convierte en un paradigma de felicidad: la felicidad del pueblo es una forma de tramitar la política del estar. Por eso tiene la misma vigencia, los paradigmas no han cambiado, pero sí los instrumentos políticos para lograrlo. Eso hace que, a veces, el peronismo no parezca tal”.

Por su parte, Héctor Amichetti, secretario general del Sindicato Gráfico Bonaerense e integrante de la Corriente Federal de Trabajadores, afirma: “Peronismo es dignidad, ocupación plena y buenos salarios. No se puede permitir que los grupos concentrados de la economía y los que generan, a través de endeudamiento eterno, nuevos mecanismos de dominación, definan el destino de nuestra patria”.

En la actualidad, si bien el desempleo marca el porcentaje más bajo de los últimos siete años, la inflación parece no tener freno: 6,2% en septiembre y un 83% interanual. Mientras el gobierno parece no encontrarle una solución a la suba de precios, se incrementa la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. En ese sentido, Daniel Santoro dice: “Tenemos una deuda pendiente con la felicidad del pueblo. No tenemos que distraernos con batallas secundarias, la única importante es la del bolsillo. Cuando el pueblo no está bien económicamente, te sanciona. Si no lo haces ahora, perdés las próximas elecciones”. En la misma línea, María Reigada agrega: “El peronismo tiene que asumir el desafío de lograr el reparto de la riqueza que genera nuestro país. Si no le damos una respuesta a la clase trabajadora, no estamos resolviendo lo que el peronismo siempre vino a resolver”.

«La unidad hasta que duela nos dio un triunfo electoral pero no un triunfo político», dice Reigada.

Las convocatorias a los distintos actos por el Día de la Lealtad cristalizan la crisis interna del Frente de Todos. Bajo la consigna “Unidad nacional por la soberanía y la justicia social”, se movilizarán a Plaza de Mayo organizaciones gremiales, políticas y sindicales por parte de la CGT moyanista, CTA de los Trabajadores y Autónoma, La Cámpora y el PJ Bonaerense, y el Frente Patria Grande.

“Las centrales sindicales planteamos la movilización a Plaza de Mayo, entendiendo que es necesario recuperar el estado movilizado de los compañeros y compañeras sindicalizados. El cambio de rumbo económico y el ajuste de este nuevo tiempo por el acuerdo con el FMI, tiene que contar con el apoyo popular de la clase trabajadora. Es cierto que asistimos a un nuevo tiempo y la clase trabajadora se compone de nuevas organizaciones que tienen que ver con organizaciones de trabajadores que no tienen trabajo, en confluencia con las organizaciones de trabajadores y trabajadoras que tienen la suerte de tenerlo, pero con un profundo compromiso de superar las brechas económicas, políticas y sociales”, indica Mercedes Cabezas.

Por otra parte, las vertientes de la CGT correspondientes a Héctor Daer y Carlos Acuña, realizarán un acto en Obras, mientras que los “cayetanos” -Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa y Somos Barrios de Pie-, harán un “Cabildo abierto de la militancia Popular” en el Estadio Deportivo Laferrere. Por su parte, las 62 Organizaciones Peronistas tendrán un acto en La Plata, entre otros encuentros que habrá.

De cara a las elecciones del 2023, descomprimir la interna parece un desafío para el Frente de Todos. En ese sentido, Reigada comenta: “La unidad hasta que duela es lo que nos dio la posibilidad de un triunfo electoral, pero no un triunfo político. Puede haber tensiones y eso es parte para lograr incidir en las composiciones de las listas, pero creo que vamos a poder resolver en unidad lo que nos permitirá ganar en el 2023. Nadie apuesta a perder”

El día que Recoleta fue Rekoleta

El día que Recoleta fue Rekoleta

Una multitud se manifestó en las inmediaciones de la casa de Cristina Fernández de Kirchner en su apoyo y en repudió al vallado que rodeaba su domicilio. Hubo represión de la Policía de la Ciudad y, al final, habló la Vicepresidenta entre los manifestantes.

Los planes cambiaron. Las organizaciones políticas ligadas al peronismo habían organizado movilizaciones en diferentes puntos de la Ciudad y el país para el sábado 27 de agosto en solidaridad con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, para quien el fiscal Diego Luciani pidió inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos y doce años de prisión por la denominada causa Vialidad. Sin embargo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió colocar vallados en la puerta de su casa para interrumpir la vigilia de militantes que allí se daba desde el lunes y los manifestantes decidieron cambiar el escenario de sus actos políticos. Todos fueron a Juncal y Uruguay.

Los vallados fueron colocados en las esquinas en Juncal y Paraná, y Juncal y Uruguay. Ambos impedían el acercamiento del pueblo, y también, la salida de quienes viven en la intersección que se ha convertido el punto de encuentro para miles que han sentido la necesidad de salir a calle a proteger a la máxima líder del peronismo.

Un primer acercamiento hostil. La Policía de la Ciudad parecía no querer ceder. Mientras tanto en Parque Lezama, como en Parque Chacabuco, por asamblea y voto popular, se decidió llevar la manifestación hacia donde se encuentra el departamento de la Vicepresidenta de la Nación. El motivo es simple, las fuerzas policiales, con constantes provocaciones, querían impedir el acercamiento de miles por miedo a que se produzca un plan organizado “de ocupación del espacio público”.

Esto llevó a un debate interno dentro la oposición: mantener a la policía allí y que cada momento se viva con máxima tensión, o retirar la presencia policial. Hacía las 18:00, aproximadamente, las columnas de militantes y personas autoconvocadas decidieron avanzar por Juncal, post represión con gases, la utilización de camión hidrante y balas de goma. Mientras se acercaban hacia la policía, la militancia cantaba “el pueblo unido jamás será vencido”. Tras unos minutos de tensión, los uniformados debieron retroceder y ceder el espacio al pueblo.

A pesar de que la presencia policial no disminuyó, las columnas de miles y miles de personas, entre jóvenes, adultos y adultos mayores, se reunieron en la esquina de Juncal y Uruguay y la imagen se transformó. De ser una esquina sitiada, pasó a ser un lugar de reencuentro entre personas que no se veían hace mucho tiempo, de abrazos, mates, y canciones a favor de Cristina Ferández de Kirchner que, mientras tanto, se encontraba en el interior de su departamento.

Entre las personas que allí se reunían, en esa mezcla entre juventud y adultez, quienes eran autoconvocados confirmaban que su acercamiento hacia la movilización era por lealtad y porque la figura de Cristina Fernández de Kirchner significaba mucho para el pueblo. Todos enumeraban logros de sus gobiernos.

Nadie se movía de su lugar. El atardecer trajo expresiones artísticas como cuadros, fotografías de la Vicepresidenta, fuegos artificiales y bombos, acompañados -en más de una vez-, por la Marcha Peronista, mientras aguardaban que simplemente se asomara por el balcón Cristina Ferández de Kirchner. Sorpresa para todos y todas, luego de la conferencia de prensa del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, decidió hablar frente al público que allí la esperaba.

En un discurso con fuerte crítica hacia la violencia institucional ejercida por las fuerzas policiales, que inclusive se llevaron detenidos a representantes políticos y dejaron un periodista herido, la Vicepresidenta afirmó que “la violencia fue provocada por odio al peronismo. No toleran el amor y la alegría de los peronistas”.

Y recordó que, la esquina donde se encuentra su departamento, es un lugar constante de ataques por parte de seguidores de la oposición: “Desde el último día que me fui de la Presidencia, ese 9 de diciembre que terminaba ese acto maravilloso en Plaza de Mayo, no pude llegar acá porque este lugar estaba rodeado de simpatizantes del nuevo gobierno, del macrismo, que insultaban y agredían”.

“Desde ese día y hasta el martes he sufrido el permanente hostigamiento de gente que viene a amenazarme de muerte. Nunca vi a la Ciudad de Buenos Aires intervenir para evitar ese hostigamiento. Pago mis impuestos igual que todos los que están acá. Tengo el mismo derecho, ninguno más, pero sí el mismo. Y después dicen que los peronistas somos violentos”, desarrolló.

Y agregó que “Ha habido demasiada sangre en la Argentina para que sigan amenazando con tiros, balas, gas lacrimógeno, gas pimienta, a los que piensan diferente”. Y destacó que lo que sucedió durante cinco días en las calles de Recoleta “No vi insultar a nadie, no a desearle la muerte a nadie. Simplemente se vino a apoyar, humildemente, a un espacio político que tanto ha logrado para la Argentina. Por más que quieran ocultarlo o disimularlo desde sus construcciones mediáticas”.

Por último, les habló a quienes se encontraban allí y remarcó que “aunque viviera mil años nunca me va a alcanzar para agradecerles el amor, la solidaridad y la lealtad de todos ustedes”.

Estas últimas palabras llevaron al fin de la manifestación. Por lo menos por esta noche. En un momento histórico donde el peronismo parecía dividido, encontró en este ataque a Cristina Fernández de Kirchner, un motivo sólido que ha llevado a la unión del movimiento nacional y popular, como el acercamiento de muchos y muchas a la política.

La interna desde abajo

La interna desde abajo

Militantes y votantes del Frente de Todos opinan sobre la interna de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Hablan sobre el rol de los medios, el temor al regreso de la derecha y la necesidad de domar la inflación.

Los medios masivos no dejan de hablar de una “interna” en el Frente de Todos. Y los dirigentes, no dejan de darle letra para que lo hagan. Pero, ¿qué opinan las personas que votaron a este gobierno? ANCCOM recogió experiencias de primera mano sobre cómo viven la pelea interna los votantes de a pie.

Teresa Nicanora Torrico es diplomada en Economía Social por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), costurera y tiene 59 años. “La grieta –asegura- es mediática. La mala prensa solo confunde a los ciudadanos, no sabemos a quién creerle ni hacia dónde ir. Deberíamos debatir sobre lo que pasa en el país sin pensar en blanco o negro. Nos hace falta ponernos la camiseta argentina.”

Por su parte, Lucía García, de 23 años, reconoce el debate interno, pero coincide con Teresa en la centralidad de los medios en la construcción de esta pelea. Ella, que milita en La Cámpora, comparte: “Como dice Cristina, ‘no es pelea sino debate’ y es sano que se produzca”. Explica que deberían existir más instancias de discusión entre ‘los y las compañeras’. Sin embargo, focaliza la problemática en una cuestión comunicacional: “Si no debatimos internamente, los medios masivos lo usan para decir que está todo estallado, cuando no es así. Dicen que hay una crisis de legitimidad y que Alberto era un títere de Cristina. Son relatos muy fuertes que debemos romper y demostrar que somos un gran frente popular”.

Otro ex militante de la misma agrupación, pero de la Facultad de Derecho, también duda de la existencia de una grieta política. Juan es abogado, empleado judicial de 23 años, prefiere no dar su apellido y aclara: “Yo soy kirchnerista y banco a muerte a Cristina. También creo que Guzmán está haciendo una excelente gestión teniendo en cuenta el catastrófico contexto que le tocó”. Pero reconoce que la situación del país es muy frágil, que la gente está enojada y que la inflación es muy alta. “No sé si realmente hay una ‘grieta’ en el Frente de Todos. Son cuestiones de rosca y ambiciones personales. Pase lo que pase yo banco a Cristina, pero no creo que se produzca un quiebre” y concluye: “La única salida es una buena gestión económica, y el gobierno va por ese camino apuntando a generar trabajo y crecimiento con inclusión. El Frente de Todos tiene que seguir unido porque si no va a ganar la derecha”

Otros votantes están de acuerdo con esta postura. Alicia, bioquímica jubilada de 63 años, que también prefiere no dar su apellido, comenta: “En este momento el país está muy complicado desde el punto de vista económico y la pelea entre Alberto y Cristina solo beneficia a la oposición”. En tanto, Sol, de Malvinas Argentinas, estudiante de Derecho y militante kirchnerista, dice: “Debería estar todo más tranquilo en el Frente de Todos porque si no la derecha va a hacer lo suyo” y finaliza el testimonio con una frase contundente: “Banco fuerte a Cristina, deberían empezar a hacerle más caso”.

Por su parte, Tomás Delgado, sociólogo,  investigador del INTA y militante en El Hormiguero, asegura: “¿Quién se beneficia con la disputa? La respuesta es fácil: la oposición”. Él señala que las causas de la pelea entre CFK y Alberto son por “el desacuerdo en el programa económico y social de corto y mediano plazo, y por la división del gabinete de manera tal que las áreas se obstruyen entre sí”. Reconoce que esta situación genera la “paralización o lentificación de la gestión por las peleas que genera la toma de cada decisión”.

Para Delgado, el ala del presidente tiene razón en que la pandemia y la guerra obligaron a tomar decisiones que complicaron la solución de otros problemas previos a 2019. Por otro lado, asegura que la vicepresidenta acierta en cuanto a que la gestión nacional tiene incapacidad para capitalizar decisiones acertadas y para la conducción política.

Mariano De Martino, politólogo de la Universidad de Buenos Aires especializado en análisis estadístico, plantea un análisis diferente que centra las causas en la dificultad para la recuperación del salario real y en la posibilidad de una grieta generada intencionalmente desde la mesa chica para ser una alternativa de cara al 2023. ¿Quiénes se benefician con esta pelea? Para De Martino la respuesta a esa pregunta puede ser abordada desde tres perspectivas y en el marco de una táctica deliberada. En caso de ser exitosa, el beneficio puede leerse tanto para el kirchnerismo, el peronismo como espacio ampliado y el pueblo. De fracasar, en cambio, se abre un escenario para el avance de las políticas neoliberales que impulsan principalmente las reformas en la legislación laboral, previsional y de mayor apertura y desregulación del mercado.

Explica De Martino que durante el gobierno de Mauricio Macri, el salario tuvo una fuerte caída en dólares (pasó a ser uno de los más bajos de la región) y también cayó el poder adquisitivo producto de los altos niveles de inflación que no fueron acompañados por paritarias acordes. Entonces, uno de los objetivos del gobierno de Alberto Fernández en 2019 era recuperar progresivamente el poder adquisitivo del salario, que debía ganarle a la inflación. Cabe aclarar que esta fue una de las políticas fundamentales en los primeros años de los gobiernos kirchneristas, según De Martino.

“El kirchnerismo plantea que con esta política económica el crecimiento no necesariamente va a acompañar una redistribución, por lo tanto, no se podrá recuperar el salario real. En consecuencia, lo entiende como un fracaso de política económica” desarrolla De Martino y explica que el kirchnerismo se coloca en una postura crítica de ‘si nosotros hubiéramos sido gobierno, esto no hubiese pasado”. Esta situación, según el politólogo, genera una debilitación del presidente, del frente y de la gobernabilidad, pero presenta un escenario en el que el kirchnerismo se puede “despegar” y presentar como alternativa en 2023 o hasta 2027. “Con la grieta, si hay una recuperación del salario, el kirchnerismo puede decir ‘nos escucharon’ y si esto no es así, puede ser una alternativa peronista en las próximas elecciones”.

Teresa, Lucía, Juan, Alicia, Sol, Tomás y Mariano, todos votantes de la fórmula encabezada por Alberto Fernández, expresan así sus opiniones sobre los cortocircuitos internos en el gobierno. En parte responsabilizan a los medios por fogonear la pela y al mismo tiempo reconocen las dificultades del presente.

El Congreso que viene

El Congreso que viene

Por Mercedes Chamli y Juana Dellatorre

Fotografías: Daniela Collque

La derrota del oficialismo este domingo no adquiere un tono sombrío en el análisis de los especialistas consultados por ANCCOM. La pérdida del quórum en el Senado, las negociaciones con los partidos del interior y Javier Milei bajo la lupa.

El 14 de noviembre se realizaron en Argentina las Elecciones Legislativas en las que se eligieron candidatos a diputados y senadores nacionales y provinciales, y concejales en cada distrito. El triunfo a nivel nacional fue para la coalición de Juntos por el Cambio que obtuvo el 41,97% de los votos. En segundo lugar, el Frente de Todos (FDT) consiguió el 33,7%. Sin embargo, este resultado para el frente gobernador implicó un crecimiento desde las elecciones PASO realizadas el 12 de septiembre, ya que, aparte de ganar en Catamarca, Formosa, La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucuman, este domingo consolidó su triunfo en Chaco y Tierra del Fuego. Como resultado, la Cámara de Diputados quedará conformada con 118 miembros pertenecientes al oficialismo y 116 representantes de Juntos por el Cambio. Las 23 bancas restantes pertenecen a las fuerzas de Avanza Libertad, del Frente de Izquierda de Tranajadores (FIT), Vamos con Vos y partidos provinciales. En la Cámara de Senadores, el oficialismo quedó con 35 senadores de 72 y su principal derrota consistió en la pérdida del quórum propio.

 

«Es un llamado de atención al peronismo que no termina de movilizar, una parte de los votantes peronistas fueron a votar aun no estando convencidos  y otros que directamente no han ido».

Se dio una de las participaciones más bajas de la ciudadanía desde la vuelta a la democracia en una elección. Según la Cámara Nacional Electoral sólo fue a votar el 71,5% del padrón. Agustina Gradin, politóloga, docente e investigadora en el área de Estado y Políticas Públicas, señaló a ANCCOM que “principalmente tiene que ver con la falta de motivación con las ofertas del sistema político. Es un llamado de atención al peronismo que no termina de movilizar, una parte de los votantes peronistas fueron a votar aun no estando convencidos o totalmente conformes con el Gobierno, y otros que directamente no han ido porque no han elegido otras candidaturas.”

Raul Timerman, consultor y analista político, en comparación con las PASO remarcó que “aumentó la participación alrededor de 4 puntos, por lo cual mejoró, pero indudablemente existe un desinterés por parte de la ciudadanía y eso se refleja de alguna manera en los pronósticos cerrados de las encuestas; siempre hay un 25 por ciento que contesta que no va a ir pero no se sabe de quién son esos votantes. En las PASO está claro que este default se dio en el FDT y hubo un susto en la dirigencia especialmente por parte de intendentes en la Provincia de Buenos Aires y los movimientos sociales ante la posibilidad de pérdida de derechos y salieron a buscar a esos electores, y consiguieron remontar el resultado hasta alcanzar un punto de diferencia”.

El Frente de Todos perdió el quórum en el Senado. Con 35 senadores oficialistas el Poder Ejecutivo se enfrenta con la necesidad de consensuar con otros dos legisladores para conseguir la cantidad necesaria que permita dar inicio a cada sesión. Para ello, se requiere la mitad de la Cámara presente, más un senador. Sergio De Piero, politólogo e investigador, consideró que “los senadores que restan para el quórum son de partidos provinciales, que tradicionalmente no han tenido problemas en otorgar quórum” y añadió que el Gobierno nacional “cuenta con recursos institucionales de negociación con esos partidos. Tal vez, en algún proyecto de ley más complejo puede ser que se dificulte el quórum, como es en el caso del presupuesto. Sin duda perder el quórum propio siempre es una desventaja, además que es un elemento histórico, por primera vez desde 1983, el peronismo no mantiene una mayoría contundente en el Senado.“

Mariano Fraschini, doctor en Ciencias Políticas, subrayó que “desde 1983 hasta hoy, el Senado nacional sólo rechazó proyectos del Ejecutivo en tres oportunidades. Estructuralmente es muy difícil que el Senado de turno sea un escollo para la agenda legislativa de un presidente. En lo coyuntural, el escenario no es malo, la oposición tiene menos senadores que el oficialismo y con los partidos provinciales se puede negociar. El problema real que va a seguir teniendo el Gobierno es la Cámara de Diputados, ahí es donde realmente no pueden pasar los proyectos.” A dos años de la asunción de Alberto Fernández, las sesiones en la Cámara de Diputados resultan un terreno sinuoso: a pesar de tener paridad entre los diputados del FDT y los de Juntos, hay 23 de diputados por fuera de los dos bloques principales que no vienen acompañando al voto oficialista. Fraschini agregó: “Si la figura presidencial y la economía crecen, va a ser más fácil, las terceras opciones van a ser más proclives a aprobar a un presidente en mejores condiciones.”

Con estos números, el FIT incorporó cuatro diputados: Nicolás Del Caño y Romina Del Plá por PBA, Myriam Bregman por CABA (primera legisladora de la izquierda en 20 años) y el recolector de residuos Alejandro Vilca por Jujuy, que le está ganando al Frente de Todos. La gran sorpresa de esta elección fue Javier Milei, quien en su primera candidatura consiguió obtener 17 puntos. El candidato liberal conocido por su épica pregonada en la televisión, propia del espectáculo, realizó su acto de celebración en el Luna Park. “Yo quitaría toda esta idea de que Milei avanza a pasos agigantados como figura política –opina Del Piero-. Me parece que estamos muy acostumbrados al crecimiento de figuras que brillan en el firmamento electoral y luego se apagan a veces rápido, a veces lentamente. Me parece que es fruto de una crisis a nivel mundial, la derecha está creciendo en todo el mundo como respuesta desesperada a situaciones muy críticas. Se puede consolidar, pero falta muchísimo. Argentina sigue siendo en términos político-electorales, bipartidista y polarizada”.

«Milei está institucionalizado, va a tener que ir al Congreso. Sus actuaciones en los medios o en los actos ya no podrán tener lugar ni con esa frecuencia ni en el recinto».

El sociólogo Ricardo Rovieur destacó con énfasis que “Milei está institucionalizado, va a tener que ir al Congreso de la Nación. Su carácter, sus actuaciones en los medios de comunicación o en los actos ya no podrán tener lugar, ni con esa frecuencia ni en el recinto. El Congreso actúa de alguna forma como una especie de sordina; a los gritos les baja el volumen y a las amenazas las pone dentro de un espacio absolutamente institucionalizado dentro de lo que es la democracia. El león es menos león en el Congreso, queda domesticado. “

Hoy se inaugura un nuevo período para el gobierno de Alberto Fernandez: interpretar el mensaje de la ciudadanía que ejerció su derecho al voto y también de los que no. Queda en evidencia que la nueva formación de ambas cámaras necesita de negociaciones. Paola Zuban, politóloga, afirmó sobre el futuro de los diferentes espacios: “Hay una tarea significativa en estos dos años que es interpretar las demandas de la ciudadanía que son diversas, heterogéneas y sobre todo muchas. En una sociedad fragmentada, dividida. No hay una sociedad homogénea a la que se pueda interpelar con un solo mensaje o con una sola política pública. Es una tarea difícil del Gobierno nacional.“