Pedagogía barata y patos de goma

Pedagogía barata y patos de goma

A dos años del inicio de las prácticas preprofesionales en los secundarios de CABA, docentes y estudiantes coinciden en que el sistema está desorganizado y que se mezclan experiencias frustrantes con algunas positivas. El azar y el compromiso de las instituciones que reciben a los estudiantes parecen determinar el éxito de la experiencias.

“La agencia de publicidad Maco le pidió a mis estudiantes de Orientación en Ciencias Sociales que hicieran piezas de marketing para la Universidad Católica Argentina como ‘cliente’. El curso que creara la mejor campaña, se ganaba un patito de goma de la empresa”, cuenta Juan Filippone, referente de las ACAP en la Escuela N° 4 D.E. 19° de Nueva Pompeya.

Según el GCBA, las ACAP son “experiencias pedagógicas concretas y en territorio destinadas a acercar a los / las estudiantes al mundo laboral, cultural y a la formación superior”. Están diseñadas para estudiantes de 5° año de secundaria de gestión estatal y privada en CABA; comenzaron en 2022, luego de la implementación de la Nueva Escuela Secundaria en 2015. Son obligatorias y deben realizarse en espacios laborales relacionados con la orientación del curso, según la reglamentación.

Pero, ¿qué hay detrás de tantas palabras escritas en papel? ¿En la práctica quién termina haciéndose cargo de que la práctica les sirva a los estudiantes? ¿Cómo está resultando lo que para muchos es la primera práctica en un entorno laboral? Las experiencias recopiladas en 2023 no parecía demasiado promisorias.

Organizaciones

El Ministerio de Educación de CABA asigna a las escuelas públicas distintas organizaciones del sector público, privado, de estudios superiores o sociocomunitarios para desarrollar las ACAP. En cambio, las escuelas de gestión privada deben contactar directamente a las instituciones. En las prácticas participan 116 escuelas de gestión estatal y 326 privadas.

Los estudiantes de Filippone no fueron a la oficina de la agencia de publicidad Maco, porque, según les explicó el gerente, las empresas ahora funcionan en modalidad home office, así que las tareas eran en casa o en el aula: “Mis estudiantes no tienen formación en marketing para hacer estas tareas”, aclara. En este y otros casos, más allá de la buena predisposición, la práctica no parece tener mucho sentido. Pero tampoco la buena predisposición puede darse por garantizada.

“Cuando llegamos, la referente nos dijo que no los habían capacitado y que no tenían personal ni presupuesto para recibir a veinte adolescentes”, comenta Filippone sobre una ACAP en la Reserva del Lago de Lugano. Al respecto, explica que “el gobierno porteño tira sobre la comunidad educativa la responsabilidad de armar una propuesta pedagógica para la organización”.

Filippone, el referente ACAP, también reconoce que las experiencias son variadas y hay quienes logran aprovecharlas: “Tenemos gran cantidad de estudiantes hijos de inmigrantes y algunos son la primera generación en egresar de la secundaria. Quizás estas prácticas les son útiles para ampliar su horizonte de trabajo y oportunidades de estudio”.

Otros de sus alumnos, esta vez los que cursan la orientación en Comunicación, tuvieron la ACAP en un Centro de Monitoreo de la Policía de C.A.B.A., donde les pidieron relevar la comunicación interna y plantear ideas para hacerla más eficiente. “Tuvieron una salida didáctica para monitorear las pantallas de la policía”, cuenta Filippone a ANCCOM.

En otras escuelas las experiencias también son variadas, como si no hubiera una estructura clara. Por ejemplo, a Joaquín, egresado en 2023 del Belgrano 1 de Nuñez con orientación en Economía, le asignaron la ACAP en la Feria del Libro, en La Rura,l con una empresa de plataformas digitales educativas, Ticmas: “Vendíamos un sistema de programación para escuelas con robots y juegos, pero no tenía nada que ver con lo que veíamos en el colegio”.

“Me tocó hacer la ACAP en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Mi colegio es de Lenguas, no tiene vínculo con el teatro. Asistimos por dos semanas, cinco horas cada día, a clases de Filosofía y Expresión Corporal. Mirábamos las clases en silencio”, relata Leri, estudiante de 5° de la E.N.S. en Lenguas Vivas Nº.2 «Mariano Acosta” del barrio de Almagro, con orientación en Pedagogía y Educación. «Nadie nos orientaba. No hacíamos nada», concluye.

Además, las ACAP incluyen ciclos de charlas previas a las prácticas. En 2023 y 2024, el Ministerio de Educación de CABA organizó charlas de jóvenes hackers, mujeres en el campo de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), y de “emprendedores” como Marcos Galperín, fundador de Mercado Libre, que contó cómo creó su empresa. “Muchos se enojaron con el de Mercado Libre, porque contó que fue a estudiar al exterior y que era muy fácil tener una empresa. No nos sentimos identificados con su historia porque él fue súper privilegiado”, cuenta Carolina.

Juan Filippone, referente de las ACAP en la Escuela N° 4 D.E. 19° de Nueva Pompeya.

Un horizonte aleatorio

Ricardo Barone, rector de la Escuela de Comercio Nº 1, Joaquin V. González de Barracas, comenta que a los estudiantes con orientación en Turismo o Economía y Administración les asignaron el Banco Santander, Todo Moda y el Consejo de la Magistratura desde 2022. Cuando comenzaron, tuvieron dificultades con la planificación, pero tras reclamos al Ministerio de Educación, mejoraron la relación con las organizaciones y tuvieron buenas experiencias. “En el Santander, pudieron profundizar sus conocimientos en administración y habilidades financieras. Las prácticas fueron muy bien organizadas”, cuenta Barone a ANCCOM.

A su escuela asisten chicos y chicas de situaciones económicas vulnerables de Zona Sur, Zavaleta, Bajo Flores o del conurbano. El rector ve muy importante a las ACAP para que “chicos que pueden ser discriminados por su origen puedan tener acceso a estos espacios laborales. Uno de mis estudiantes tuvo una entrevista en el Banco Santander después de la práctica”.

Carolina, egresada del I.E.S. Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernandez” de Retiro en la orientación Bilingüe, realizó su práctica en 2023 en ventas y recepción en el hotel El Conquistador: “No hablábamos con los clientes. Íbamos de a cinco a la recepción a mirar en silencio. Había solo un asiento para compartir. No tenía nada que ver con mi orientación”, cuenta. Carolina también señala la falta de orientación en el hotel: «Nadie nos explicó en qué consistían las ACAP, no estaban listos para recibirnos. Cuando quedaba tiempo libre, nos llevaban al sótano del hotel y nos quedábamos cantando entre nosotros. Para mí, la práctica no sirvió para nada, no lo puse en mi currículum”, cuenta.

Carolina también tuvo una clase de orientación vocacional: “Dejaron un montón de fotos de edificios o frutas y tenías que pensar a qué te remitía para imaginar qué querías estudiar”. La estudiante agrega que la desorganización afectaba sus estudios: “No avisaban con tiempo. A veces, las fechas de las ACAP arruinaban los exámenes, porque de repente cinco personas se iban de la clase”. También menciona que en las prácticas no les ofrecían comida: “Solo un día las chicas que atendían nos compraron un budín”.

Al respecto, Barone, rector de la escuela de Barracas, comenta que ellos le hacían llegar las viandas del gobierno a la organización. “Los chicos decían que no tenían ropa adecuada para las prácticas, así que se las conseguimos. Ellos necesitan nuestro apoyo para lograr estas oportunidades”, reflexiona.

La desorganización en las ACAP también se aprecia en las necesidades de transporte de los estudiantes. Algunas instituciones quedan muy lejos de los colegios, y los adolescentes deben trasladarse por su cuenta. Filippone comenta: “El gobierno porteño no pone micros. A uno de mis estudiantes le pegaron un culatazo en la nuca y le robaron el celular mientras esperaba el colectivo para ir a la ACAP en el Instituto de la Vivienda en Lugano”. Filippone también señala que el contenido de las ACAP “está lejos de lo que enseñamos en las materias. Es muy difícil conectarlo, porque asignan la ACAP durante el año y no hay tiempo para preparar los contenidos”.

¿Motivación sin planificación?

Agustina Corica, investigadora de CONICET y del Programa Juventud de FLACSO, sostiene que las ACAP, “en teoría son interesantes. El vínculo entre la escuela y el trabajo es muy motivador para los estudiantes, ya que es un puente para conocer entornos nuevos”. Sin embargo, aclara: “La implementación está siendo muy diversa y difícil. El Gobierno de la Ciudad no está garantizando una red de acompañamiento adecuada en las prácticas, lo que desmotiva a los estudiantes”.

Por su parte, Marcelo Parra, Secretario Adjunto en la Unión de Trabajadores de la Educación cuenta a ANCCOM que “desde la implementación hubo una mejoría en la organización de las ACAP. Al comienzo, las rechazamos porque estaban vinculadas al emprendedurismo y no explicitaban procesos pedagógicos reales. No había acompañamiento real en los entornos laborales”.

Parra explica que en el último año el conflicto se apaciguó, por lo que desde UTE no realizaron un relevamiento de las prácticas en 2024. “No vemos mal que les estudiantes tengan acercamiento al mundo del trabajo y de los estudios superiores, el tema es la forma y la intención que le impone el Gobierno de la Ciudad”, aclara.

Si bien hay algunas mejoras en la organización de las ACAP en el último año, el Ministerio de Educación de la Ciudad delega toda la responsabilidad en los estudiantes, profesores, referentes, directivos y organizaciones para que resulte una experiencia pedagógica fructífera. Sin embargo, si el Gobierno porteño profundizara en la red de apoyo y capacitación para las organizaciones, estas actividades podrían ser un puente para que las y los jóvenes accedan a nuevas oportunidades laborales y universitarias para ampliar su horizonte de expectativas de futuro.

La llama de la resistencia

La llama de la resistencia

Miles de estudiantes, graduados, profesores y no docentes marcharon con velas hacia la Secretaría de Educación para exigir mayor presupuesto y aumento salarial al personal universitario. También hubo una inmensa manifestación en La Plata. Las movilizaciones se desarrollaron con total tranquilidad, a pesar de las provocaciones de la ministra Bullrich.

Este miércoles se realizó la Marcha de las Antorchas, desde la Plaza Houssay hasta el Palacio Pizzurno, organizada por estudiantes de facultades de la UBA como Ciencias Sociales, Medicina, Filosofía y Letras, Farmacia y Bioquímica, Veterinaria, Ingeniería, Ciencias Exactas y Naturales, entre otras. También asistieron gremios de docentes, no docentes y graduados. Todo esto en el marco de tomas de universidades, asambleas y clases públicas en todo el país, en rechazo al veto de Javier Milei a la Ley de Presupuesto Universitario y bajo la consigna “todos unidos por aumento de salarios, defendamos juntos la universidad pública”.

La concentración en la Facultad de Ciencias Sociales inició a las 17, minutos después que una estudiante lanzara un “¿vamos chiques?”, y todos la siguieron. Muchos de los que estaban sentados en los pupitres en medio de la calle, se pusieron de pie y cantaron en un unísono “Si el presupuesto no está / que quilombo se va a armar / les cortamos las calles / y le tomamos la facultad”. Estudiantes y gremios iniciaron la caminata por Santiago del Estero, hasta llegar a 9 de Julio y Avenida Independencia. Allí la concentración se hizo escuchar y las bocinas también, “Tocá bocina si apoyas la educación”, fue el cantito de los estudiantes mientras sonaban las bocinas encolumnadas de los vehículos.

A las 18 comenzó la caminata hacia la Plaza Houssay, ya son más los que mostraron sus carteles: “Sociales está de pie”; “No ajusten mi futuro”; “Acá se defiende la universidad pública” y “Los estudiantes sacamos las aulas a las calles para que vean”. Mientras eran escoltados por policías en cada cuadra que transitaron. 

En la intersección de Avenida Córdoba y Ayacucho se dio la fusión entre las facultades de la Universidad de Buenos Aires y fueron miles las voces unidas que saltaban y cantaban que la universidad es de los trabajadores. En diálogo con ANCCOM, Ailén, de Filosofía y Letras, dijo que asistía “a la marcha de las antorchas porque creo en la universidad pública, gratuita y de calidad debido a que constituye la identidad de nuestro país.”

Los graduados también hablaron: Enrique Keplar, médico, dijo que defiende la universidad pública porque es lo que hace al futuro de un país “es la ciencia, la investigación, la relación con las organizaciones y el pueblo. Un futuro no podría ser posible sin todo esto”, sentenció.

Por otra parte, Javier, que es docente universitario, remarcó que marchaba porque los sueldos de los docentes están bajo la línea de la pobreza y el presupuesto universitario está en los niveles más bajos en lo que va de la historia, “la situación es insostenible si seguimos por esta vía –dijo–. La universidad pública es uno de los mejores espacios que tenemos en Argentina y lo tenemos que defender”.

Una hora más tarde el sol se ocultaba y las velas se encendieron, y mientras todos y todas cantaban el Himno, las fueron ubicando una por una en la vereda frente a la Secretaría de la Educación, pero los presentes advirtieron que “con una vela no va a alcanzar” y llamaron a la huelga general. Finalmente la manifestación se disipó con tranquilidad, al calor de las declaraciones radiales de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que había aportado lo suyo al asegurar que los estudiantes tomarían las facultades con bombas molotov para desestabilizar al gobierno de Javier Milei, “copiando al modelo chileno”.

También en La Plata

“Decidimos marchar porque la semana pasada fue un punto de inflexión y un cambio de etapa muy grande después del veto de la ley de financiamiento universitario, hoy el movimiento estudiantil está organizado y tiene una convocatoria masiva en todo el país”, señaló Albertina Vidal, presidenta de la Federación Universitaria de La Plata (FULP). La convocatoria en la capital provincial fue a las 18 en 7 y 47, frente al rectorado de la UNLP, y desde allí se realizó la marcha de antorchas por el centro de la ciudad.

En medio del conflicto entre el gobierno y las universidades, las calles de La plata también fueron sacudidas por una multitud de estudiantes, docentes, no docentes y trabajadores unidos para reclamar por el financiamiento universitario. El secretario general de la UNLP, Patricio Lorente en diálogo con ANCCOM expresó: “Esta marcha es una demostración muy importante, de dimensiones históricas para la ciudad, con decenas de miles de personas, no solo de la comunidad universitaria, sino además de los vecinos y vecinas que han acompañado masivamente”.

La situación de las casas de altos estudios es crítica, el desfinanciamiento significa la perdida de salarios de los docentes y no docentes y paralización de obras de infraestructura. Al respecto Claudio Villegas, docente de la UNLP y secretario de la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata (ADULP), señaló: “Los docentes universitarios estamos acostumbrados a hacer hasta magia para cumplir la currícula y no bajar en ningún momento la calidad de enseñanza, lo que hay que tener en claro es que si esto continúa de esta manera se va a sentir demasiado en el funcionamiento de la universidad”. 

Bombos, banderas, carteles, murgas y por supuesto, antorchas, adornaban el centro platense. Las pancartas de la FULP, UNLP, ADULP y de la Asociación Trabajadores Universidad de La Plata (ATULP) con sus respectivas columnas encabezaban la marcha, detrás los distintos centros de estudiantes de las distintas facultades y las diferentes agrupaciones estudiantiles entonaban sus canciones, mientras otros, sin banderas partidarias acompañaban la caminata con mates y charlas. “El mensaje que queremos transmitir es que hay que defender lo que es nuestro, que no hay que romper lo que sirve y marcha bien, la universidad es una reliquia y no hay que dejar que nadie lo destruya”, expresó Alan Lagueza, estudiante de la Facultad de Artes. Los niños, estudiantes del Anexo Joaquín V. González, tampoco quisieron perderse la movilización y acompañados de sus madres, padres y docentes irrumpieron en la marcha para despertar la algarabía de los presentes, Julieta Regis, maestra del establecimiento se refirió a como se organizaron: “Fue una iniciativa de las familias que se autoconvocaron y crearon un grupo de WhatsApp que empezaron a pasar por distintos grados”, luego cerró: “Hay más de 400 familias que decidieron venir a acompañar y nosotros estamos súper emocionados”. En esta misma sintonía Fernanda Day Pilaría, docente de la facultad de Ciencias Naturales y una de las madres que acompañaba a sus hijos detalló: “Nosotros como familia siempre acompañamos todos los reclamos,  nuestros nenes hicieron los carteles para la movilización del 2 de octubre y los siguen usando, además tienen pintados sus guardapolvos y pintores, están súper atravesados por esta problemática que charlamos mucho en casa, por supuesto acorde a sus edades”. Respecto a la movilización con la escuela explayó: “Un grupo de familias se organizó para acompañar a los docentes y a los trabajadores de la universidad y el día de ayer y hoy se juntaron para realizar banderas y acá estamos todos como comunidad”.

Pasadas las 19 estaba todo listo para comenzar la movilización. El recorrido se inició por la zona céntrica de la ciudad. La marcha se desarrolló con total tranquilidad, comenzó por Calle 7 hasta plaza Italia, mientras las antorchas comenzaban a ganarle protagonismo al sol que se diluía en la tarde. Luego la multitud avanzó por diagonal 74 hacia la Casa de Gobierno, frente a plaza Moreno. El ruido, la música de distintos colectivos, y el grito de “universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode” que acompañaba a los manifestantes hacían salir a los vecinos a corear, aplaudir, sacar fotos o mirar asombrados como la muchedumbre avanzaba.

 

La marcha concluyó en el rectorado, donde un escenario esperaba preparado para el acto de cierre. Minutos después de las 21, luego que las columnas se acomodaron en el lugar, los distintos oradores subieron a arengar a la multitud y lanzar mensajes para el gobierno. Raúl Archubi secretario general de ATULP sostuvo: “El mensaje que estamos dando no solo como movimiento universitario, sino como sociedad está a la vista, la universidad es la esperanza que tiene todo el pueblo para que sus hijos y sus nietos tengan la posibilidad de superarse”. En esta misma línea, Sol Alconada, presidenta de la FULP resaltó la solidez y organización estudiantil y luego cerró: “El presidente, Javier Milei, no se dio cuenta y se va a arrepentir porque pateó un hormiguero y esto no va a parar hasta que tengamos la universidad que nos merecemos”. El acto terminó con el himno a nacional entonado por la multitud que luego desconcentró pacíficamente.

La disputa entre las universidades y el gobierno continuará y los próximos pasos en el conflicto serán cuando se trate el presupuesto universitario para 2025, en este aspecto Vidal, en diálogo con ANCCOM señaló: “Por el momento la lucha continúa con paros convocados por las organizaciones y los frentes nacionales, después vamos a avanzar hacia una marcha federal universitaria en noviembre, grande como la del 23 de abril y 2 de octubre, que nos permita concentrar en todo el país una misma movilización”.

La intimidad de las tomas

La intimidad de las tomas

Decenas de universidades de todo el país están tomadas por los estudiantes en reclamo de mayor financiamiento y como forma de protesta por el veto del gobierno de Javier Milei a la ley que garantizaba un presupuesto digno para su funcionamiento. Una recorrida por algunas de ellas permite conocer la autoorganización de los estudiantes, sus medidas de seguridad y cómo pasan la noche. Desde las partidas de ajedrez hasta las clases públicas.

La Ciudad de Buenos Aires está en sus últimos momentos de la jornada. De a poco los locales terminan de cerrar, los motores de vehículos se apagan y los veladores de las mesitas de luz se encienden. Pero en la calle Jerónimo Salguero, a metros de la avenida Rivadavia en el barrio de Boedo, no para de haber movimiento. Cientos de jóvenes traspasan la gran persiana metálica del edificio con vidrios espejados a través de una puertita. No está del todo cerrado como aparenta, adentro está cargado de alimentos, pinturas, banderas y bolsas de dormir, porque la Universidad Nacional de las Artes, así como otras decenas a lo largo de todo el país, está tomada por sus estudiantes, y hay que cuidarla por la noche.

Olla popular, transmisión de películas, guitarras, bajos, coreografías, una mesa llena de materiales para hacer pintadas. Los estudiantes de Artes Audiovisuales quisieron que la toma sea un lugar de encuentro cálido, ameno, contra las constantes amenazas de fragmentación a la educación pública. Cuatro pibes rodean un cartel desde sus bolsas de dormir: “La unidad de todas las luchas”, reza, al igual que sus rostros, con una cofradía indisoluble.

Los estudiantes de ciencias médicas de la Universidad de Buenos Aires también están listos para pasar la noche. Mientras en la vereda la cuchara de la olla popular rescata las últimas porciones de polenta, en el hall de adentro siguen las pintadas y los recorridos para colgar carteles y banderas. Las almohadas continúan entrando al recinto antes de que llegue el horario de cierre de ingreso, pasadas las 23. Un protocolo rígido, implementado por muchos centros, para cuidar y preservar la lucha.

Por suerte, consiguen proyectar el partido de Argentina y Bolivia en un fondo de cartón lo suficientemente liso para distinguir los movimientos de cada jugador. Messi marca el anteúltimo gol de la noche, pero incluso con los gritos de festejo, no parece ser suficiente para que algunos despeguen los ojos de los apuntes.

Ya es de madrugada y en la ciudad de San Martín, a pocas cuadras de la General Paz, se oye un folklore en el fondo de un predio gigantesco. Son los estudiantes de la UNSAM congregados en un momento histórico: su primera toma. 

Mientras los alumnos de la licenciatura en Música Argentina tocaban y bailaban sus folklores alrededor de los edredones y las mochilas, al costado de la pista había tres partidas de ajedrez en simultáneo que disputaban los de Filosofía, con la misma concentración que los viejitos que se juntan en las plazas. Más adelante, en el jardín, en medio de un edificio cilíndrico parecido a una estación de tren, los de Cine se distribuyen por las gradas y las mesitas debajo de los árboles. Varios de Economía y otros tantos de Comunicación se hicieron cargo de la cena, desde un ollón de guiso de arroz hasta kilos ensalada de papa y zanahoria con repollo, con un despliegue de utensilios sobre la mesa: rayadores, tuppers, tenedores, pelapapas, cucharas y cuchillos. Recuerdan que tienen que avisarle a la estudiante de Biotecnología que está en la otra punta del predio, en el Auditorio Carpa, que acompaña al alumno circense de Artes Escénicas mientras posa sobre el trapecio y hace verticales para aprovechar la cámara de fotos. Un campus tan grande necesita estar cubierto desde todas sus puntas.

De vuelta en la Ciudad de Buenos Aires, cinco chicas se arriman al portón de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio de Constitución. El horario de ingreso pasó hace ya tiempo. Las agrupaciones de la facultad armaron distintas comisiones: seguridad, limpieza, clases públicas y actividades, para garantizar su funcionamiento y proteger la toma como reclamo legítimo. El sistema se mantiene riguroso porque cualquier desviación o accidente puede ser usado en contra para invalidar toda una lucha, pero las bolsas de dormir y las caras conocidas compadecieron al estudiante de turno: Vienen a hacer patria, lo entiendo- dice mientras les abre con el ceño fruncido.

El eco del andar de unos zapatos se escucha a lo largo del pasillo. Los grupos que decidieron quedarse ya están acomodados en el piso de sus habitaciones no tan privadas: las aulas. Los cambios de turno son a las tres de la mañana y el guardián del portón no ve la hora de poder acomodarse en su bolsa de dormir, los militantes no concilian el sueño fácilmente.Como dijo Emilce Moler, sobreviviente de La Noche de los Lápices, hace unos días en una entrevista en este mismo edificio: “Militar es no dormir la siesta”.

A las siete de la mañana empiezan las primeras clases del día. Antes de eso, la cuadra ya está cerrada al tránsito, repleta de círculos de sillas y un par de pizarrones para llevarlas a cabo, todo gracias a la organización de los estudiantes. 

Cuando los caminantes pasan, no pueden evitar mirar y preguntarse por aquel espectáculo, pero sus dudas terminan cuando cruzan la bandera que ocupa toda la reja de ingreso: “Facultad tomada”. 

Los estudiantes toman las universidades y también la palabra

Los estudiantes toman las universidades y también la palabra

Con asambleas, vigilias y tomas en todo el país, el movimiento estudiantil se pone al frente de la resistencia del gobierno de Milei ante el desfinanciamiento de la educación pública.

 

La Facultad de Ciencias Sociales votó la toma hasta el viernes, con la realización de clases públicas.  

Asambleas estudiantiles en universidades públicas de todo el país, se reunieron ayer, dispuestas a definir un plan de acción frente al desfinanciamiento. En la Facultad de Ciencias Sociales  de la UBA (FSOC), a medida que la asamblea transcurría, los estudiantes avisaban a través del micrófono las noticias que iban llegando desde afuera: “Derecho está en vigilia”, “ Se votó la toma de exactas”, “Tomaron la Facultad de Medicina”. Pronto Sociales también se sumó a la lista.

El reclamo en defensa de la educación pública, que exige la actualización del presupuesto y la suba de los salarios de trabajadores docentes y no docentes, convocó una jornada histórica por su resonancia federal y la masividad de los concurrentes. 

“Asamblea tras asamblea la escucha es distinta, la participación va tornándose diferente, no solo al interior de esta facultad sino en otras facultades donde se están tomando decisiones de vigilia o toma. Creo que es importante estar acompañando con el cuerpo, en un contexto de desgaste donde la cotidianidad se torna cuesta arriba, lo colectivo nos da fuerza”, dice Gisele Varela, estudiante de la Carrera de Trabajo Social de la UBA. “En un momento donde la violencia está tan legitimada es imposible no pensar en una acción, en un plan de lucha”,  agrega a su compañero, Braian Mansilla. Gisele y Braian son estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (FSOC), que se encuentra tomada con clases públicas hasta el viernes. Los dos acompañaron la toma mientras realizaban el Trabajo Integrador Final de su carrera.

Una imagen se repite en todo el país: estudiantes cuelgan en los edificios de sus facultades banderas que anuncian “Universidad Tomada”. “La situación de las universidades no da para más a lo largo y a lo ancho del país y también están en lucha el Hospital Bonaparte, el Garraham, los jubilados que marchan todas las semanas. Siento que esto es un primer gran freno social a lo que está haciendo Milei”, expresa Juan Martin Bravo, graduado de Ciencias de la Comunicación (FSOC).

 

El Gobierno dice

“El mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”, fueron los dichos del Presidente de la Nación Javier Milei, en el acto donde se cambió el nombre del Centro Cultural Kirchner por Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento.

Sin embargo, si se cruzan los datos, la  Encuesta Permanente de Hogares y Argendata-Fundar verifica que un 48% de los estudiantes universitarios se encuentran bajo la línea de pobreza y que la tasa de empleo es mayor entre quienes tienen estudios superiores (completos o no).

A ello se le suman las palabras del secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, para quien en las universidades “se inventan alumnos”. “Frente a un gobierno que habla de estudiantes fantasmas,  nosotros le decimos que hay que preguntarse qué pasa con aquellos pibes que no pueden ingresar a la universidad pública y generar políticas de acceso y permanencia”, interroga Cindy Frenkel, estudiante de Trabajo Social en FSOC: “Cuando hablamos de pintar de pueblo la universidad no es solamente un canto, es realmente una forma de decir que necesitamos presupuesto para que estas universidades sigan funcionando y entre cada vez más gente”.

Esto ocurre en un contexto de emergencia presupuestaria, donde el Presidente vetó la Ley de Financiamiento Universitario, con posterior acompañamiento de la Cámara de Diputados. Según datos del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN),  un 85%  de los docentes universitarios cobra salarios bajo la línea de pobreza; y las garantías para la continuidad del funcionamiento de las facultades son inexistentes. “Lo que molesta del sistema universitario, científico y técnico argentino es que es un ejemplo en el mundo, en democratizaciones, en conquistas de acceso y permanencia para que el sistema universitario sea abierto y federal, sea una vía de ascenso social y de desarrollo nacional”, explica Ian Quiñones, estudiante de Ciencias de la Comunicación (FSOC). “Este gobierno tiene un ensañamiento particular con la universidad pública, pero también con las Ciencias Sociales, incluso el subsecretario de Políticas Universitarias, el “Gallego” Álvarez hijo, es un ferviente militante contra la ideología de género”.

La Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM) se encuentra tomada hasta el paro del jueves.

“Están queriéndonos sacar  la educación que forma personas de la ciencia, la investigación, la docencia y a los futuros profesionales que van a trabajar en distintas áreas de nuestro país. Pero claro,  no quieren gente que piense y reflexione,  quieren gente que sea monigote para el sistema”, opina Sonia Castillo, estudiante de posgrado y graduada de la Tecnicatura en Economía Social y Solidaria de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), que durante su asamblea sufrieron la agresión de un grupo de militantes libertarios. De acuerdo a lo que votó la asamblea ayer, la UNQ se encuentra tomada con clases y actividades públicas hasta el viernes.

 

Universidad de los trabajadores

“Para mí la facultad es todo. Tanto mis hermanos como yo somos la primera generación universitaria, soy consciente y he visto en mi propia familia cómo la universidad nos ha dado el ascenso social que este fin de semana Milei trató de negar, pero que es innegable”, expresa Penélope Newbery, graduada de Sociología y actual estudiante del profesorado en FSOC. “He visto a mis viejos haciendo un esfuerzo tremendo para que yo pueda venir a estudiar y voy a defender la universidad con uñas y dientes porque me ha dado todo, la Facultad es mi segunda casa”.

“Para mí la UNLAM significa la oportunidad para miles de pibes y pibas del territorio que son primera generación universitaria.  La Universidad de La Matanza para todos y todas nosotras es movilidad social ascendente, justicia social y derecho garantizado que debemos proteger y defender como pueblo y sociedad”, dice Candela Barale estudiante de Trabajo Social en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM), que se encuentra tomada desde ayer hasta el paro del jueves.

“Para mí la universidad son sueños, oportunidades, cosas por cumplir. Yo soy primera generación universitaria. Y va más allá de la movilidad social, es una cuestión de orgullo del establecimiento, de la carrera, del desarrollo del pensamiento crítico”, explica Dana Orozco, estudiante de Sociología de la UNLAM. “Yo creo que nosotros tenemos que poner nuestros conocimientos al servicio del pueblo. Ese es nuestro deber, no solamente formarnos y tener un título, también garantizar que las problemáticas sociales se solucionen y repensar otra sociedad, otro país y otro futuro”.

“Lo que se vive constantemente en una universidad es democracia, por eso hay una mixtura de militantes, una mixtura de partidos y me parece que eso hace que sigamos formando, en democracia, personas para nuestra sociedad, y hoy está peligrando eso”, retoma Sonia Castillo. 

“Para mí Sociales es un lugar de pertenencia, la educación pública me acompañó toda la vida. Yo estoy terminando la carrera y  quiero seguir aportando a la educación pública después de recibirme. Me parece que es parte de devolverle a la sociedad todo lo que me ha dado”, reflexiona por su parte Ian Quiñones.

“Para mí la facultad es el punto de conexión de un montón de gente que viene de un montón de lugares y donde somos estudiantes,  somos trabajadores, somos artistas y ponemos todo en función de esta comunidad que nos sostiene. A mí la Facultad de Arte me sostiene”, declara Ema Restivo, estudiante de teatro en la Facultad de Arte de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, cuyo Rectorado está tomado desde el miércoles último.

 

Facultades tomadas

En la UBA, la Facultad de Ciencias Sociales votó la toma hasta el viernes. La Facultad permanecerá abierta para docentes, no docentes y estudiantes sin impedir la continuidad de las clases, que se harán de forma pública. Por su parte, en la Facultad de Diseño y Urbanismo (FADU) se decidió por unanimidad llevar a cabo una toma con clases, en estado de alerta y movilización permanente, con actividades de visibilización. Ayer cortaron la calle de entrada de Ciudad Universitaria y el miércoles realizarán un banderazo, ambas actividades son en conjunto con la Facultad de Ciencias Exactas, que también votó la toma en la asamblea del lunes. “El clima general es de adhesión, incluso estudiantes que no participan tanto en las actividades vienen a preguntar qué está pasando, qué se definió, y también hay un gran apoyo del cuerpo docente”, explica Florencia Boveri, presidenta del Centro de Estudiantes de FADU (CEFADU) y agrega: “Queremos seguir cursando, que siga existiendo la universidad pública y queremos discutir cuál tiene que ser nuestra formación y  al servicio de qué tiene que estar: si al servicio de los intereses de unos pocos, o de las necesidades populares y la soberanía nacional”.

De la UBA, también se tomaron las facultades de Medicina, Filosofía y Letras, Ingeniería y Psicología. En esta última, hubo incidentes esta mañana a raíz de que la Policía de la Ciudad se presentó con camiones hidrantes para impedir las clases públicas que se están llevando adelante en la calle.

Por su parte la Facultad de Derecho votó ayer una vigilia, que tuvo la adhesión de los gremios docentes, el Centro de Estudiantes y las agrupaciones que conforman la minoría estudiantil. También llevarán a cabo clases públicas durante las jornadas de hoy y mañana y una radio abierta el jueves.  “La situación es grave  por cuestiones económicas, pero también porque hay un montón de discursos de odio, de demonización que acompañan las medidas de Gobierno, que intenta demonizar la lucha estudiantil y a las universidades públicas y eso nos parece preocupante y por eso las medidas tomadas”, explica Martina Rincón, Consejera Directiva del claustro estudiantil de Derecho. En la Ciudad de Buenos Aires, también se votó la toma de la Universidad Nacional de las Artes.

La Universidad Nacional de San Martín permanecerá tomada hasta el viernes, y la Universidad de La Matanza comenzará hoy la toma activa con clases públicas y actividades abiertas a la comunidad, hasta el jueves. La Universidad Nacional de Quilmes también votó la toma hasta el día viernes, después de un violento episodio protagonizado por  un grupo de personas externas a la Universidad, que  ingresó a la asamblea para agredir y arrojar gas pimienta a las más de quinientas personas allí presentes. En La Plata, los estudiantes tomaron las facultades de Artes, Humanidades, Ciencias Naturales, Psicología, Trabajo Social y Periodismo, como así también el Colegio Nacional y se preparan para la marcha de antorchas convocada el miércoles.

En la UNICEN de Tandil, la toma comenzó el pasado miércoles luego de darse a conocer el acompañamiento de la Cámara de Diputados al veto de Milei. Ese mismo día se realizó una asamblea interclaustro donde se votó la toma del Rectorado, que ya lleva una semana en conjunto con diferentes actividades de intervención. “Consideramos la herramienta de la toma como protesta y también como espacio de discusión en unidad del movimiento estudiantil y por la defensa de la universidad pública. Es un momento en donde tenemos que pensar estrategias para masificar esta lucha que es de nosotros, pero es de todo el  pueblo también”,  explica Ema Restivo.

Las tomas se multiplican  a lo largo y ancho del país, en las Universidades Nacionales de Córdoba, Catamarca, Neuquén, Entre Ríos, Rosario, Salta, Jujuy, La Pampa, Lujan, Mar del Plata, Tucumán, San Luis, San Juan, Misiones, Río Negro, Bahía Blanca, Santa Cruz, Trelew, General Sarmiento, José C. Paz, Moreno y Tres de Febrero. Frente al abandono estatal, el movimiento estudiantil nacional exige respuestas.

 

 

Diputados con peluca

Diputados con peluca

Milei logró salvar el veto al financiamiento universitario con una votación ajustada que desfinancia la educación superior. Como en el caso de los jubilados, varios legisladores dieron vuelta su voto. Los repudios fueron generalizados con un paro nacional en todas las universidades públicas y algunas casas de estudios tomadas por estudiantes.

Con 159 votos a favor, 85 en contra y 5 abstenciones, se ratificó el veto a la Ley de Financiamiento Universitario en la Cámara de Diputados. El proyecto establecía mejoras salariales para docentes y no docentes además de ampliar el presupuesto para las universidades destinado a su funcionamiento. “No van a logar ir contra la educación pública porque hay un sentido de la solidaridad muy grande y un sentido de pertenencia de la sociedad en general con la universidad pública”, mencionó Tomás Ledesma, diputado de Unión por la Patria, en diálogo con ANCCOM en medio del acalorado debate.

Una vez finalizada la votación, el diputado Facundo Manes, de Unión Cívica Radical, confesó a este medio: “Es un día muy triste, muchos han perdido la dignidad”, en referencia a los diputados que decidieron cambiar su voto en contra de la Ley de Financiamiento Universitario. Además mencionó que los jóvenes “no están solos” y que tienen “que reescribir la historia”, afirmando que “en parte depende de ellos –los jóvenes-” y que desde el bloque “los van a acompañar”. Sin embargo, cuatro diputados radicales fueron los que tuvieron los votos decisivos para mantener el veto, quienes ahora son recordados por parte de la sociedad como “los radicales con peluca”: Mariano Campero de la provincia de Tucumán, Luis Picat de Córdoba, Martín Arjol de Misiones y Federico Tournier de Corrientes. También respaldaron el ajuste del Gobierno los tres legisladores tucumanos que asumieron por el peronismo pero armaron un bloque independiente y responden al gobernador Osvaldo Jaldo, devenido en un estrecho aliado de Javier Milei.

La sesión especial inició poco después de las 11 del miércoles y la oposición necesitaba dos tercios para mantener la ley enviada por los diputados Danya Tavela, Facundo Manes, Martín Tetaz y Mariela Coletta, entre otros. La encargada de iniciar el debate fue la diputada Vanina Biasi del Frente de Izquierda: “Los que hoy están movilizándose en este momento sepan que si este Congreso consagrara el veto presidencial, nuestra lucha se tiene que profundizar enormemente”.

Mientas el debate se desarrollaba en las inmediaciones de la Cámara Baja, organizaciones estudiantiles y sindicales concentraban en las afueras del reciento para pronunciarse en contra del veto presidencial, como ya es costumbre los y las  manifestantes se encontraron con un amplio operativo policial y vallas alrededor del Congreso. Previo a la sesión especial en Diputados, más de diez universidades nacionales contaban con algunas de sus facultades tomadas por sus estudiantes, quienes decidieron armar un plan de lucha para frenar el recorte presupuestario a la educación pública. La diputada Blanca Osuna, de Unión por la Patria por Entre Ríos, se expresó sobre el veto en diálogo con ANCCOM: “De ninguna manera eso en sí mismo va a agotar el tema, al contrario, se va reinstalar y yo entiendo con más fuerza; lo va hacer porque hay una historia en la Argentina que muestra antecedentes concretos al respecto”.

“Creen que ganan pero en realidad pierden, como también perdieron con un sector muy importante de la sociedad argentina como es el de los jubilados. ¿Cuál es el programa económico que tienen? ¿El ajuste al estilo Martínez de Hoz?”, se enfervorizó Pichetto.

Uno de los discursos notorios fue el de Miguel Ángel Pichetto, diputado de Encuentro Federal, en donde cuestionó las decisiones del Gobierno: “Creen que ganan pero en realidad pierden, como también perdieron con un sector muy importante de la sociedad argentina como es el de los jubilados. ¿Cuál es el programa económico que tienen? ¿El ajuste al estilo Martínez de Hoz?” Sin embargo, Alejandra Torres y Ricardo López Murphy, diputados que integran el bloque que preside Pichetto, se ausentaron facilitándole a Milei llegar al tercio de votos que necesitaba para ratificar el ajuste. En la votación de la Ley de Financiamiento Universitario en agosto, Torres votó a favor y López Murphy también se ausentó.

Por parte del oficialismo, una de las ideas que comenzaron a circular fue la idea de la provincialización de las universidades nacionales. Al respecto, el diputado de la provincia de Entre Ríos, Tomás Ledesma, de Unión por la Paria, mencionó en conversación con ANCCOM que es una de las “herramientas de apriete que ponen arriba de la mesa con los gobernadores para tratar de sacarles definiciones”. Además, también afirmó que “hace falta fortalecer el federalismo” y sobre las universidades que ya son provinciales explicó que “no están dando abasto con la cuestión presupuestaria como es el caso de la Universidad Autónoma de Entre Ríos”.

Una vez más, tal como sucedió con la Ley de Movilidad Jubilatoria, el Gobierno nacional logró conseguir los votos suficientes para mantener su posición. Pero comienza a erosionar velozmente su legitimidad de origen. Las formas en que lo logra también desprestigia al Parlamento.

De esta manera, el debate sobre la financiación universitaria queda abierto, y la comunidad educativa y a los legisladores opositores se enfrentan a la urgente necesidad de buscar soluciones que garanticen el futuro de la educación pública, gratuita y de calidad en Argentina. La respuesta inmediata para delinear el plan de lucha, fue el paro nacional de hoy en todas las universidades públicas. Varias sedes universitarias de todo el país, además, se encuentran tomadas por el estudiantado.