El mercado avanza sobre las universidades latinoamericanas

El mercado avanza sobre las universidades latinoamericanas

Investigadoras y docentes de educación superior describen el avance de la mercantilización de los estudios en la región y alertan que la tendencia está penetrando en la Argentina, a pesar de su tradición pública.

La privatización y mercantilización de la educación superior y su impacto en las condiciones de trabajo docente es una temática que inquieta a distintos investigadores de las Ciencias Sociales, ya que, en el período de pandemia, estas tendencias se profundizaron a nivel global. Según un estudio publicado por el Instituto de Estudios y Capacitación de CONADU, América Latina es una de las dos regiones más privatizadas del planeta, con más de la mitad de sus estudiantes en el sector privado junto a Asia meridional.

Fernanda Saforcada, Doctora en Educación de la Universidad de Buenos Aires y Especialista en Política Educativa, propone tres nudos críticos para entender cómo se expresa esta problemática en América Latina. En primer lugar, explica que asistimos a una híperprivatización de la universidad. En la región hallamos un número mayor de estudiantes en el sector privado que en el sector público. “El sector privado no solo ha ido creciendo y expandiéndose sino que hoy tiene dimensiones mayores que el sector público: 2 de cada 3 instituciones son privadas y 6 de cada 10 estudiantes se gradúan en universidades privadas”, comenta Saforcada en el marco de un conversatorio realizado por CONADU con el objetivo de debatir esta problemática y desarrollar estrategias políticas.

En segundo lugar, la investigadora observa una creciente incidencia del sector privado en los ámbitos de política pública. Para Saforcada, este sector fue construyendo modos de insertarse en los ámbitos de gobierno, en los sistemas universitarios y científico tecnológicos. Por último, explica que se produce un reposicionamiento de algunas universidades privadas. Son aquellas que se identifican a sí mismas como de calidad o más rigurosas, que buscan distanciarse de las universidades masivas, de bajo costo y que tratan de asimilarse con el sector público. “De esta forma, se borra la frontera entre el sector público y privado y se vacía de sentido político lo que es entendido como público. Una de las formas en las que se manifiesta el borramiento de las fronteras es en el financiamiento. Se direcciona al sector privado sin decirse explícitamente, bajo un supuesto de equidad. Los fondos de investigación, las becas para posgrado, de inclusión, el financiamiento de créditos estudiantiles comienza a asignarse en base a criterios de calidad, de rigurosidad científica y eso oculta un redireccionamiento de fondos que antes iban solo al sector público y ahora van hacia el sector privado”, alerta la investigadora. 

Para Daniela Atairo, docente e investigadora de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina es un sistema que es casi una excepción con respecto a otros países de América Latina por su tradición público-estatal. “Estos datos de la híperprivatización no los encontramos ya que la mayor cantidad de estudiantes están en universidad pública. Sin embargo, hay algunas tendencias y hay que mirar a Argentina en clave regional. Ciertas lógicas de mercado se instalan en el sistema público y en el trabajo docente como la híperproductividad, los requisitos del trabajo académico. Argentina posee un grado bajo de privatización pero en términos de mercantilización nos queda bastante por mirar respecto de cómo están instaladas estas lógicas de la competencia”, agrega.

En Argentina, la lógica de mercantilización en la educación superior también aparece en el modo en que las universidades públicas deben generar recursos propios cuando los fondos asignados por el estado nacional no alcanzan. En diálogo con ANCCOM, Adrián Sancci, Prosecretario de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de La Matanza explica: “En la UNLaM se ofrecen cursos de posgrado, complementación curricular, idiomas, capacitaciones, asesoramientos, vinculación tecnológica y deportes. Son recursos adicionales a los que recibe por ley de presupuesto. Lo recaudado se distribuye equitativamente en toda la universidad en virtud de las necesidades planteadas por las unidades académicas o de gestión. Su administración es centralizada, es decir, las unidades académicas no manejan dinero sino sólo docencia, investigación y extensión. Luego, al interior de la universidad, los recursos se utilizaban para gastos de funcionamiento y obras. También, para la compra de equipamiento”.

El impacto de las condiciones de la privatización y mercantilización también puede verse en un aumento de la precarización del trabajo docente. “Pasó la pandemia pero la virtualidad no se ha ido. Hoy estamos en duda sobre cuáles son las condiciones en las que van a terminar funcionando nuestros claustros”, comenta Sofía Thisted, investigadora en el campo de la educación intercultural. “Hay que pensar en condiciones de trabajo para este tiempo que no sean la duplicación del trabajo de lo virtual y lo presencial que parecería ser la salida más económica”. Durante el conversatorio realizado en CONADU, también, recalcó lo difícil de la coexistencia de la crianza y la escolaridad a la hora del trabajo de docentes que tenían niños a su cargo en el momento de dar clase durante la pandemia. Sobre todo para las mujeres hay “reglas implícitas de la universidad como no tengas hijos antes de doctorarte o ahora hasta posdoctorarte”, agregó.

Frente a la situación en la que se encuentra la educación superior, Saforcada concluye que se trata de “empezar a construir una posición más proactiva que no sea solamente identificar estas cuestiones y salir a discutirlas, sino construir una agenda propia de lucha, ideas y propuestas concretas para instalar otros temas”.

Pequeños economistas ilustrados

Pequeños economistas ilustrados

En un país con inflación y probreza crónicas, ¿por qué los jóvenes estudian Ciencias Económicas? Cuáles son sus motivaciones y cómo vieron la salida de Guzmán y la asunción de Batakis.        

El sábado pasado renunció el ministro de economía de la Nación, Martín Guzmán. Durante el discurso de Cristina Fernández de Kirchner por el aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón, Guzmán dio a conocer la noticia vía Twitter, con una carta que sentenciaba que las disputas políticas hacia adentro del Frente de Todos impulsaban ahora a su renuncia. 

“El sábado me tocó tomar la decisión más dolorosa de mi vida, de la cual estoy convencido. Fue un acto de responsabilidad con la Patria”, dijo Martín Guzmán en su despedida en el Palacio de Hacienda con los trabajadores y trabajadoras del Ministerio. El ministro dio un paso al costado justo en un momento de gran debilidad de la imagen presidencial y de fuertes internas en la coalición oficialista. El domingo por la tarde, fue anunciada su sucesora, Silvina Batakis, la segunda mujer en ocupar ese cargo en la historia argentina. Llegó casi como consolidando un sentido común que dice que las mujeres suelen ser las que se hacen cargo de los conflictos. 

En este contexto en el que el fenómeno Milei interpela a la juventud desde “una construcción puramente económica” o economicista; y desde el campo popular los y las pibas dan una batalla cultural que no alcanza para conseguir su primer trabajo o laburar con sueldos dignos, ANCCOM se preguntó ¿por qué hay jóvenes que eligieron estudiar carreras afines a la economía en una universidad pública y en un país en crisis?¿Cómo impactó la salida de Guzmán y la llegada de Batakis al gabinete económico en la Facultad de Ciencias Económicas?¿Qué perspectivas tienen a futuro?

Benito Seselovsky Peker, estudiante de la Carrera de Economía, expresó que “la economía en los jóvenes tiene cada vez un rol más central. No hay un crecimiento de un sólo sector de jóvenes -los libertarios- que quieren estudiar economía sino que hay como una efervescencia general” y destacó que “es muy interesante que los jóvenes queramos estudiar esta carrera porque es parte de entender el mundo de una forma más práctica”.

 En Argentina, inflación, crisis y deuda son conceptos que construyen nuestra trama social. Están arraigados en la cultura, son una especie de columna vertebral. Parece que siempre estamos discutiendo economía o política, y en ese contexto los estudiantes de la Facultad de Ciencias Económica ven a sus carreras como una caja de herramientas para un futuro incierto. Constanza Ganly, estudiante de Administración, comenta que “lo que aprendo me sirve un montón porque el mundo está en constante cambio y tenés que saber adaptarte, la carrera a mí me da las herramientas para poder hacerlo y trabajar en el sector o área que yo quiera, tiene un panorama muy amplio de salida laboral”.

 En la misma línea, Benito recuperaba la importancia de la salida laboral a la hora de elegir qué estudiar: “a mi lo que me decidió fue la salida laboral. En un principio ese fue mi primer gran motivo”, comenta. “Me hubiera gustado mucho hacer algo social pero en un país que está cada vez más complicado de repente la realidad es que hay tecnicismos que la economía me puede dar que me sirven”, concluye Seselovsky Peker.

Por otro lado, Joaquín Queirolo, estudiante de Actuario en Economía, dijo haber elegido la carrera “porque siempre me interesó la política y quería entender la situación del país”, y destacó que le gustaría “poder contribuir al país en un futuro”. En un contexto agitado y en un país en donde la política y la economía se convirtieron en el día a día de todos y todas, en la Facultad de Ciencias Económicas a los y las alumnas los atraviesa el contexto visceralmente. En cuanto a la interna dentro del bloque oficialista y la salida de Guzmán, Queirolo expresó que, en general, lo ve “todo muy improvisado y sin planificar”; mientras que Seselovsky Peker rescató el lugar de Guzmán como un cuadro técnico y el de Batakis como una mujer formada -otro cuadro técnico pero también político- con valentía para asumir el rol en un momento como este. 

“No me gustó la forma en la que lo hizo Guzmán”, dijo Constanza Ganly en relación a la renuncia del ministro. Martín Guzmán era un funcionario respetado y serio, que llevó adelante una ardua negociación con el Fondo Monetario Internacional, por eso Ganly comenta que su miedo es “la negociación con el FMI, porque lo estaba manejando Guzmán y no sé cómo lo hará Batakis pero confío y espero que la designación sea buena”.

Aldana Casali Dupuy, estudiante de Actuario en Administración, contó a ANCCOM que eligió la carrera porque le interesa “entender lo que pasa y saber cuales son las propuestas que sirven y cuáles no”. Sin embargo, también destacó que “su carrera es demandada en otras partes del mundo a distancia”. Esto último es importante teniendo en cuenta que Aldana ve que la economía argentina y el panorama a futuro es complicado: “Me gustaría que sea más estable para que la gente piense en invertir y no sólo en ahorrar en dólares”, comentó. La llegada de Batakis al Ministerio de Economía no parece haberle significado un cambio drástico, Casali Dupuy cree que “son básicamente lo mismo, con pensamientos parecidos”, pero además destacó que no le gusta que Batakis esté a favor del impuesto a la herencia. 

Otro estudiante de Actuario en Administración, Agustín Valente, comentó en esa línea que “sin evaluar si el gobierno está haciendo las cosas bien o mal, no es un cambio que vaya a hacer mucha diferencia porque la corriente ideológica seguirá siendo la misma”, además describió como “incoherente culpar a Guzmán de que las cosas salgan mal porque no son decisiones sólo suyas”.

 Según Valente, “el cambio se ve cuando hay un cambio de gobierno y, por ende, de ideología”, pero aún así cree que “si hay algo que no va a suceder es que se arregle la economía porque, aunque trabaje con números, es una ciencia social y los problemas que vienen desde hace años no se van a arreglar por arte de magia”.

La crisis de confianza según los estudiantes no tiene que ver sólo con la renuncia del ministro, sino que es algo que responde a múltiples factores. “Con el macrismo estuvimos 15 días sin ministro de Economía y nadie dijo nada”, resaltó Benito. Y comentó que le parece “completamente honorable que Batakis haya aceptado el puesto. Nunca un recambio va a ser positivo, pero sí me parece positivo que sea Silvina Batakis”.  Además, Constanza Ganly resaltó que ve “un camino posible si empezamos por mirar un poquito al de al lado y a tirar todos para un mismo lado”.

Durante los últimos 5 días, la salida de Guzmán fue portada de diarios, hubo decenas de horas de televisión sobre el tema, muchos especialistas -en su mayoría varones- pasearon por los canales y las radios. Sin embargo, es importante volver a las calles y a las universidades para preguntarnos en qué están pensando los y las estudiantes que pueden llegar a ser parte de la clase política en el futuro.

 Los y las pibas ven en la economía una caja de herramientas, la oportunidad de tener un amplio abanico de opciones para insertarse en el mercado laboral, como la posibilidad de involucrarse políticamente y aportar algo a la construcción de una Argentina más inclusiva y estable. Ven en la economía ese nexo entre ser un cuadro técnico y también uno político; de manejar lo práctico y lo social; recuperar la sensibilidad pero también la eficiencia. Si es Guzmán o Batakis no les importa tanto; les importa la formación, las decisiones, las formas de ver el mundo. 

Lo que está en boca de todos y todas no es quién, ni la coyuntura con sabor a urgente o la actualización minuto a minuto del dólar blue en los portales de noticias. 

A los y las próximas profesionales de la economía les importa construir un futuro posible. 

La escuela es de todes

La escuela es de todes

Esta semana se realizaron dos movilizaciones que se unieron en una misma consigna: el rechazo a la resolución firmada por la ministra Soledad Acula y el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta que prohíbe el lenguaje no binario en las escuelas.

El jueves 23, en el marco de la Jornada ESI en los colegios, militantes, organizaciones sociales y docentes se movilizaron en las inmediaciones del ex Ministerio de Educación porteño, sobre avenida Paseo Colón.

“Ninguna apelación a la RAE, a los resultados de las pruebas estandarizadas ni a ´heridas en la educación producto de la pandemia” puede ser excusa para excluir a quienes no nos reconocemos en las marcas binarias y sexistas del lenguaje”, manifiesta el Frente Docente Disidente. “No se trata de un hecho aislado, sino que es parte de toda una serie de políticas de disciplinamiento y precarización laboral que el gobierno porteño viene desplegando en contra de les docentes”.

Desandar el binarismo en el lenguaje, implica superar la noción de inclusión: “Es lenguaje no binario”, manifestó Ese Negro Montenegro, de la Asamblea Travesti Trans No Binaria por la Salud Integral.

“Como persona no binaria pienso que es muy importante que podamos expresarnos desde un principio, y no esperar hasta los 20 o 30 años, para recién ahí identificar quiénes queremos ser en esta vida. Que no les roben más tiempo a las infancias”, manifiesta Nehu Asuad.

El viernes 24, estudiantes de distintos colegios dependientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizaron una movilización con corte de calle en la intersección de Av. Nazca y Av. Rivadavia, en el barrio de Flores.

“Lo que el gobierno de la Ciudad no quiere es que nos organicemos democráticamente. La transformación que dicen que no para, es solamente recorte y persecución. Eso es lo que no para”, se escucha en la asamblea de estudiantes.

“Esto rebalsa por la prohibición del lenguaje inclusivo. Pero el reclamo viene siendo hace rato por mejoras edilicias, por comedores en todas las escuelas, por rechazo a las pasantías obligatorias en empresas sin consultar con la comunidad educativa, explica Valentina. 

“El Artículo 11 de la Ley de Identidad de Género defiende que una persona puede ser tratada por el género con el cual se percibe, sin necesidad del DNI previamente. Entonces, me parece totalmente aberrante que no se esté respetando, y encima que Horacio Rodríguez Larreta venga a decirnos que no se puede usar la letra e, es una total falta de respeto. No estamos pidiendo permiso para ser identificades por lo que sentimos o por lo que somos: es lo que nos corresponde”, comparten estudiantes del Colegio de Danzas Jorge Donn.

 

Aprender a trabajar gratis

Aprender a trabajar gratis

En un marco de desinformación, improvisación y denuncias de ilegalidad, las prácticas preprofesionales obligatorias para estudiantes secundarios de la Ciudad de Buenos Aires reflejan la falta de perspectiva educativa de la gestión de la ministra Acuña. Opinan un referente sindical, un abogado laboralista y quienes ya atravesaron la experiencia.

Antonella cursa quinto año en la Escuela Normal Superior Nº 9 “Domingo Faustino Sarmiento”. A ella y a sus compañeros, como parte del programa de prácticas laborales que dispuso el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, las asignaron al Centro Cultural Recoleta. “Nos dividieron en diferentes áreas. A nosotras nos tocó Atención al Público. Teníamos que estar en las salas cuidando las muestras, guiando a la gente, informando que no se podían tocar ni pisar las obras. Todos los días íbamos a distintos sectores, pero casi siempre para estar con los visitantes. Así estuvimos un mes y después volvimos a clase”, cuenta. “Hay áreas que se relacionan con lo que estudiamos, pero otras que no tienen nada que ver -considera-. Por ejemplo, pasamos por Infraestructura, que se encarga del mantenimiento del edificio”. Sofía, que cursa con Marianella la orientación en Comunicación del Normal 9, agrega: “Más allá de que la responsabilidad que teníamos no era muy exigente, prácticamente te mandan a laburar”.

El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta implementó en abril las “Actividades de aproximación al mundo del trabajo y a los estudios superiores”, obligatorias en el quinto año de todas secundarias de gestión estatal y privada de la ciudad, según la Resolución 3958 del 7 de diciembre del 2021, firmada por la ministra de Educación Soledad Acuña. En dos meses de vigencia, pone de manifiesto, una vez más, la enorme asimetría de poder entre, por un lado, el Ejecutivo porteño, y por otro, la comunidad educativa y los sindicatos docentes, sistemáticamente desoídos y despreciados por aquel.

Sancionada por la Legislatura de la Ciudad en 2010, la Ley N° 3541 define como Práctica Educativa Preprofesional al “conjunto de actividades formativas desarrolladas en ámbitos de trabajo, que tienen carácter educativo, no obligatorio y que son realizadas por estudiantes de los dos últimos años del Nivel de Educación Secundaria Media, Técnica, Artística y del Nivel Medio de las Escuelas Normales fuera o dentro del espacio escolar (…) y cuyos contenidos y acciones se encuentran articulados con los planes y programas de estudio que los/as estudiantes cursan en sus respectivas escuelas”.

El eufemismo que le permite a la ministra Acuña eludir la ley y establecer la obligatoriedad de las prácticas es precisamente el de “Actividades de aproximación al mundo del trabajo y a los estudios superiores”, las cuales forman parte del diseño curricular de la “Secundaria del Futuro”. Se trata de un proyecto del gobierno porteño cuyo objetivo es el desarrollo de estrategias que faciliten a los estudiantes la transición desde la escuela hacia el mercado laboral y los estudios de Nivel Superior. Ahora bien, estas “Actividades de aproximación” se desarrollan en contextos reales fuera del edificio escolar y con variados formatos durante “como mínimo 120 horas cátedra anuales que estarán distribuidas entre los diversos espacios”, a saber: el sector productivo (privado o público), el de gestión de políticas públicas, el cultural/comunitario, y el de educación superior/científico-académico.

Las actividades se desarrollan en horario de clase, con diferencias según el colegio: algunos van de lunes a viernes, otros menos, pero el denominador común es que “corre la falta”. En muchos establecimientos las prácticas arrancaron súbitamente, sin información preparatoria del Ministerio. Ante la consulta sobre si ha sido enriquecedora, Marianella opina que “no es nada del otro mundo” y, al igual que Sofía, no cree haber adquirido una experiencia valiosa.

Para conocer una voz oficial acerca de las prácticas y de la resolución firmada en diciembre por la ministra Acuña -que viola la regulación-, ANCCOM trató de entrevistar al responsable de la Coordinación del Sistema Integral de Prácticas, Gonzalo Martín Straface, pero no respondió ninguna llamada. Docentes, alumnos, gremios y abogados han expresado su desacuerdo respecto a la legalidad, los modos de implementación y la improvisación que se desprende de los testimonios. “Estas prácticas no están reguladas por un marco legal-laboral que las ampare. Los estudiantes, al realizar tareas que hacen los trabajadores de esas empresas y organismos, podrían estar en una situación de flexibilización pues no reciben remuneración, no cuentan con cobertura para accidentes de trabajo y tampoco se tienen en cuenta las horas trabajadas para los aportes jubilatorios”, sostiene un abogado laboralista que prefiere no dar su nombre.

Ana, que asiste al Colegio N° 7 Juan Martín de Pueyrredón en el barrio de San Telmo, dice que las prácticas le parecen bien. Ella genera contenidos para las redes sociales de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad. “Son cosas interesantes, aprendemos un montón sobre otros temas, pero hay gente que está en contra, a los docentes no les gusta porque perdemos horas de clase. A muchos les están llenando la cabeza, pero yo lo tomo como una oportunidad y el año que viene me dijeron que podía dejar un currículum ahí”, señala. “En realidad nadie puede estar en contra de la vinculación de los alumnos con el mundo del trabajo y de los estudios superiores”, subraya Marcelo Parra, secretario de Educación del Nivel Medio de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), pero aclara: “Hay que hacerlo bien desde dentro de la actividad escolar y no por fuera, pero así es como funciona el sistema educativo en la Ciudad de Buenos Aires, a los empujones, sin atender las necesidades que una comunidad educativa quiere expresar”.

Las quejas de los estudiantes también apuntan a que se pierden 120 horas de clase, o a que parte de un curso debe hacer la práctica laboral mientras sus compañeros avanzan en los contenidos, cuando algunos deberían abocarse a preparar las materias previas que tienen, y todo esto con posibles repercusiones en las notas. Ana brinda su balance del mes y medio que trabajó en la Subsecretaría de Derechos Humanos: “Es relajado. No están todo el tiempo mirando que hagas algo. Tenemos horario de descanso y el trato es bueno”, afirma. “Eso sí, tendríamos que poder elegir dónde queremos ir dependiendo de lo que queramos estudiar -remarca-, más allá de que esté más o menos relacionado con la orientación que hacemos. Y al momento de ir, tampoco nos dieron mucha información”.

Según Marcelo Parra, de UTE, la implementación de estas prácticas por parte de la ministra Acuña “está pensada en perspectiva electoral, como siempre lo hacen ellos, y no desde una perspectiva de interacción con el sistema educativo y sus verdaderas necesidades”. “No es que tomamos una posición de rechazo porque somos oposición al Gobierno de la Ciudad: ellos actúan para que nos tengamos que oponer, no nos dejan participar y hacen cosas muy distintas de cómo pensamos la escuela y el país”, concluye.

Mocha Celis tiene nuevo edificio

Mocha Celis tiene nuevo edificio

El bachillerato que nació para darle la posibilidad de titularse a la comunidad travesti-trans se muda a una sede que duplica su espacio para albergar a 300 estudiantes.

En las últimas semanas, el Bachillerato Popular Mocha Celis, conocida asociación civil dedicada a “tejer por la igualdad de derechos para las personas Travestis, Trans y No Binarias”, se mudó de sus antiguas instalaciones en el barrio de Chacarita a un nuevo edificio más amplio ubicado en la Av. Jujuy al 748, Balvanera, buscando albergar con comodidad a sus 300 estudiantes. “Allá teníamos 160 metros cuadrados y acá 650”, comentó Manu Mireles, secretaria académica del bahcillerato.

Desde su fundación en 2011, Mocha Celis se constituyó como una Unidad de Gestión Educativa Experimental, es decir, una escuela secundaria gratuita que busca darles la posibilidad de estudiar a las personas del colectivo travesti trans y no binaries (TTNB) con el objetivo de consruir mejores oportunidades de futuro. Las estadísticas reflejadas en La Revolución de las Mariposas -informe sobre las condiciones de vida de la población travesti trans- destacan el trabajo de la asociación ya que, para el año 2005, el 64% de las personas autopercibidas trans no había terminado la escuela primaria y solo el 20,8% había terminado el secundario. En 2016, ya un 24,3% contaba con el secundario completo.

Teniendo en cuenta la marginación social de este colectivo y el alto porcentaje de “expulsión” de la educación formal, el objetivo principal de Mocha Celis es crear un espacio de igualdad: “Nuestro trabajo no es una ayuda al colectivo trans, sino una forma de  profundizar la democracia y garantizar la justicia social”, sostuvo Mireles.

Maryanne Lettieri, tesorera y socia fundadora de la Organización Civil Mocha Celis, contó que aunque una mayoría de estudiantes llega a la escuela a través del “boca en boca”, les docentes llevan a cabo diferentes acciones para difundir e invitar a formar parte de la asociación. Para Lattieri la “explosión” de matrícula de los últimos años tuvo que ver con que “por un lado, la pandemia ayudó mucho a que las personas trans se decidieran a empezar a estudiar, y por el otro, con la reglamentación de la Ley de Cupo Laboral Trans que también motivó a que busquen el título para poder insertarse en el ámbito laboral”.

En Mocha Celis, quienes concluyen el bachillerato acceden al título de “Perito y Desarrollo de las Comunidades” y también a diferentes certificaciones gracias a los talleres extracurriculares que se desarrollan en este mismo espacio. Los programas #TejeSolidario, Acceso a Derechos, Empleo Trans, Escuela Popular de Géneros, Biblioteca Lohana Berkins, Encuentros regionales, Cultura y saberes, Alfabetización Digital buscan desarrollar saberes y habilidades para mejorar la calidad de vida de las personas TTNB.

Hacer un trabajo integral en relación a la formación y la inserción laboral no es tarea sencilla. La Mocha, bautizada por sus estudiantes como “escuela ternura”, abraza fuerte y “hace que las personas despierten ese sueño que tenían en la infancia o la juventud de querer ser en el sentido de dedicarse a, en el sentido de sus deseos”. Política y éticamente la construcción es compleja porque «más allá de las leyes sigue habiendo situaciones en donde te formaste, estudiaste, hiciste cursos y cuando vas a buscar laburo hay resistencia o, si hay apertura, buscan contratar a personas que no están atravesando situaciones complejas «, comentó enfáticamente Lettieri.

Acompañar las trayectorias escolares de personas que en su mayoría ha tenido la prostitución como un destino casi ineludible implica “la necesidad de poner en marcha una serie de dispositivos que ayuden desde el compromiso de acompañar a sostener la cursada. Por esto el horario del estudio se estableció entre las 14 y las 18.30 horas ya que la mayoría de estudiantes trabaja de noche y una cursada temprano se hacía insostenible.

 

El lenguaje inclusivo 

-¿Es verdad que nos van a prohibir mencionarnos en la escuela? ¿Que no vamos a poder llamarnos como nos llamamos?

La pregunta que habilita este diálogo en la entrada de la escuela para Manu Mireles resumió lo que significa para el bachillerato la medida de la ministra Soledad Acuña de prohibir el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas.

Para la secretaria académica «es una medida antidemocrática, que viola la posibilidad de garantizar la Ley de Identidad de Género y de continuar profundizando la perspectiva de trabajo con la ESI. Tenemos que comprender que la propuesta del lenguaje no binario lo que intenta cambiar es la sociedad y no la gramática en sí misma. Mientras, nos seguimos preguntando qué pasa con les docentes que somos elles, con les estudiantes, con todas las personas que nos identificamos y comprendemos que el lenguaje es dinámico, es una construcción colectiva e implica un espacio de disputa de poder y de generación de nuevos sentidos en la sociedad». Y agregó: «En la Mocha Celis es totalmente inaplicable esta medida que prohíbe, en democracia, poder decir en palabras propias quiénes somos. Es una manera de anular la existencia de una persona, por lo que viola el marco normativo vigente. El Gobierno de la Ciudad tiene la legitimidad que implica haber ganado y estar en una posición de gobierno. Pero aunque nos quiten el agua no van a poder quitarnos la sed».

La Ley de Cupo Laboral

 Consultadas por la influencia que la Ley de Cupo Laboral puede tener en la realidad, Mireles y Lettieri coinciden en que “ninguna ley hace a un cambio cultural”, sino que se trata más bien de “salir a disputar las relaciones de sentido y conocimiento, es decir, qué se dice, cómo y quién lo dice, además de generar estadísticas que sirvan de instrumento a la gestión de políticas públicas. Esas estadísticas que los organismos manejan son las que hacemos nosotras”, afirmaron en referencia a las investigaciones “Cumbia, copeteo y lágrimas” (2007) y “La Revolución de las Mariposas” (2017) que buscan dar cuenta de la situación de la comunidad en CABA.

La ley de cupo contempla únicamente el 1% del empleo público pero nada dice del sector privado, este es otro punto con el que, en el momento de discutirse la normativa, las organizaciones señalaron. Por otra parte,  los empleos disponibles reproducen los estereotipos: las mujeres trans van a limpiar y los hombres a decidir. “No hay ninguna mujer trans que tome decisiones, no en nuestros registros y el del Ministerio de Mujeres, incluso en las listas de los partidos, las mujeres trans quedaron últimas”, sostuvo Lettieri.

Es por todo esto que el programa Empleo Trans, coordinado por Maryanne Lettieri, busca tender puentes, desde 2015, entre personas de la comunidad que buscan empleo y empresas que buscan talento TTNB. Funciona como nexo entre el bachillerato y posibles espacios laborales estatales y privados. A su vez, se dedica a la capacitación en empresas y entornos de trabajo acompañando las inserciones de personas TTNB con asesoramiento continuo sobre cuestiones como uso de baños y problemas con las obras sociales o las ART, entre otras. En los dos años de pandemia se lograron, a través de este programa, 43 nuevas inserciones laborales formales en el sector público y privado, en los ámbitos de tecnología, administración, bancario y logística. Sobre la puesta en marcha del programa, Lettieri comentó: “Cuando hacemos capacitaciones en las empresas lo que primero salta es el desconocimiento. Entonces el logro es que se empiecen a abrir un montón de aristas, que personas se acerquen y nos digan ‘me acabo de dar cuenta que toda la vida discriminé’”.

El paradigma desde el cual se trabaja no es el de la inclusión o “no exclusión” sino el de la valoración porque “hablar de inclusión es como ser la gota de aceite que da vueltas en una olla con agua, estoy en la olla, pero sigo siendo esa gota de aceite”, sostuvo Lettieri.

Cuando la visita al nuevo edificio estaba llegando a su fin, Francisco “Pancho” Quiñones Quarta, director del bachillerato, se acercó a conversar con ANCCOM. “Este edificio –dijo es provisorio, vamos a estar acá seis años, ¡no quiero pensar ahora en otra mudanza!”, comentó con suspiro agotado. Grata sorpresa saber que todo lo bello que acontece con el crecimiento de la matrícula y al edificio propio es tan solo una parada previa. El edificio definitivo de la Mocha se encuentra en el barrio de Once, “entre la Estación y Cromañón” y actualmente lo están refaccionando. El trabajo llevará tiempo porque el objetivo es readaptar el antiguo espacio ferroviario a las necesidades de la organización civil procurando conservar el patrimonio histórico, “algo bastante difícil en Buenos Aires”. Al lado de la Mocha funcionará, además, el nuevo edificio del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD), organismo rector de las políticas de género y diversidad a nivel nacional. Pancho estaba apurado. Prometió seguir la charla en otro momento porque corría hacia un aula: “es importante porque estamos con el curso de extraccionistas y tiene certificado y salida laboral”.