¿Democracia o tierracracia? | Estuve ahí

¿Democracia o tierracracia? | Estuve ahí

Moira Millán, una mapuche que impulsó el Movimiento de Mujeres Indígenas del Buenvivir, señala que en estos 40 años el Estado no ha puesto en cuestión el mito de la Argentina blanca. La invisibilización de los pueblos originarios. ¿Por qué dice que aún hay una dictadura? La trampa del debate en Jujuy, su mirada del feminismo y del mundo universitario.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso, Estefanía Hernández e Ian Werbin.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
La campaña que inauguró la democracia

La campaña que inauguró la democracia

«Ahora Alfonsín», el libro de Rodrigo Estevez Andrade y Matías Mendez, recorre el camino del candidato radical que se convirtió en el padre de la democracia.

Hace cuatro décadas, la Argentina vivió un punto de inflexión con la llegada al poder –tras siete años de dictadura–, del dirigente radical Raúl Alfonsín. Su férrea defensa del sistema democrático, en un momento crítico, influyó en el devenir político del país, que había padecido recurrentes golpes de Estado, e inauguró el ciclo democrático más largo de su historia.

Bajo el liderazgo de Alfonsín, comenzó una nueva era, sin restricciones, sin presos políticos ni exiliados, lo que significó una consolidación de la democracia. Este modelo irradió a las naciones vecinas: Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay. “Todos los países limítrofes fueron recuperando de a poco su camino democrático, hasta el propio Paraguay, que demoró un poco más”, sostiene Rodrigo Estévez Andrade, uno de los autores –junto a Matías Méndez– del libro Ahora Alfonsín. Historia íntima de la campaña electoral que cambió la Argentina para siempre.

Editada por Planeta, la obra relata el detrás de escena del batacazo electoral de Alfonsín en 1983, cuando el peronismo daba por ganada la elección. El protagonismo, desde luego, es de Alfonsín, pero también se narra en detalle la campaña del justicialismo. “Tenemos un capítulo acerca de cómo se fue construyendo la candidatura y el binomio presidencial del peronismo (Ítalo Luder- Felipe Bittel), era importante a la hora de englobar y construir todo el relato”, destaca Estévez.

El libro comienza por el desenlace de la campaña, para evitar expectativas innecesarias, ya que el resultado es ampliamente conocido. Luego, ambos autores se sumergieron en la construcción del personaje de Alfonsín y su círculo íntimo, que se forjó antes de los años 50. Para situar al lector, además, contextualizan la vida de principios de los 80, desde la música, la literatura, el cine y hasta la forma en que se vivía la política en un comité.

“Tanto a mí como a mi colega nos interesa que cuando lo lean los más jóvenes tengan la capacidad de interpretar cómo se vivía en ese momento. Pasaron 40 años, la sociedad se movía de otro modo a como se vive hoy”, subraya Estévez. Para la investigación se valieron de una amplia gama de fuentes: más de 50 entrevistas, muchas con protagonistas de la época, testimonios de los jóvenes que en ese momento habían colaborado en la campaña del candidato, y familiares de los personajes ya fallecidos, quienes, aunque no estuvieron directamente involucrados, proporcionaron una valiosa mirada.

Otra gran parte de la investigación se basó en la exploración de archivos y publicaciones disponibles en hemerotecas públicas, lo que les permitió contextualizar la cobertura de eventos cruciales de 1982 y 1983. Adicionalmente, recurrieron a archivos de amigos que tenían documentos, fotografías y otros recursos que habían conservado.

La pandemia representó un desafío para el proyecto, debieron replantearse la forma en que llevaban a cabo las entrevistas. En algunos casos, recurrieron a la tecnología, pero en otros optaron por esperar. “Soy de la creencia de que lo mejor que te puede pasar es dialogar mano a mano con el entrevistado: el contacto, los modos, los gestos, las formas y los guiños, todo eso en un Zoom lo perdés”, afirma Estévez.

El trabajo en equipo fue esencial, ambos autores se nutrieron mutuamente. Matías Méndez aportó su experiencia en aspectos cruciales como la imagen, la publicidad y la producción de entrevistas. Por su parte, Estévez asumió la tarea de aportar textura y trama, en especial en lo referente a la figura de Alfonsín y del peronismo. La búsqueda de una editorial que publicara la obra no fue sencilla, ya que por entonces –hace tan sólo un par de años– Alfonsín no recibía tanta atención como ahora, que su legado vuelve a ocupar un lugar en la conversación pública.

Aquel abogado de Chascomús que, rodeado de un grupo de amigos, políticos, publicistas y analistas de opinión pública, sorpresivamente se alzó con la presidencia, se convertiría más tarde en “el padre de la democracia”, consenso que perdura hasta hoy. “La epopeya, en términos sociales de aquel momento, sería muy difícil de replicar en la actualidad –reflexiona Estévez–, porque la gente se involucró mucho. Los actos eran masivos, eran centenares de miles de personas participando, eso también resolvió la salida de la dictadura”.

Las fotografías del amanecer democrático

Las fotografías del amanecer democrático

El reportero gráfico Dani Yako presentó en un revival, «1983: Imágenes del regreso», un libro de fotos periodísticas que recuerdan la primavera argentina. Su relación con Alfonsín y lo que vino después.

En la segunda Feria del Libro de Humanidades y Ciencias Sociales, Dani Yako, fotógrafo argentino, volvió a presentar 1983: Imágenes del regreso. “Nunca pensé que estaría hablando de estas fotos que hice para ser publicadas al día siguiente 40 años después”, dijo Yako mirando hacia la última fila del auditorio. “Pensar que las fotos de uno pueden preservarse era un sueño, lo esperaba, pero quizás no con estas fotos”.

Luego de ser secuestrado por la dictadura militar, Yako se exilió en España. “Hubo un par de años en que no quería saber nada con Argentina: estaba muy enojado con el país. Cuando me separé de mi pareja, se quebró algo también de mi relación con Madrid y con el exilio. Ahí empecé a pensar que había otra vez una Argentina posible”, relató en diálogo con ANCCOM

Con un libro regalado de Ricardo Piglia, reconectó con las cosas que le gustaban de Argentina. “Hice la prueba de volver en diciembre del 82 con la idea de que, si no funcionaba, podía regresar a España. Nunca me arrepentí, aunque ahora estoy decepcionado porque se están poniendo en duda cosas que pensábamos saldadas”, dijo con los ojos vidriosos.

En 2008, editó la crónica fotográfica del retorno democrático con Eterna Cadencia. “Es un trabajo periodístico, no hay casi ninguna visión personal”, aclaró ni bien empezó la charla. Las fotos son “trabajo puro y cotidiano”: este registro son coberturas para la Agencia Diarios y Noticias (DyN). En esa línea, agregó: “No me considero artista. Yo hago no-ficción: trabajo con la realidad, con mi interpretación de los hechos. Simplemente es mi trabajo: nunca pensé hacerlo porque después sería importante”.

Regresó al país por un llamado de DyN: “Podés volver, nadie te persigue y tenemos un trabajo para vos”. Para él, 1983 fue un año de muchas coberturas: la más grande fue la de las elecciones. La agencia consiguió que un fotógrafo propio esté en el equipo de campaña de los dos principales candidatos presidenciales: Ítalo Luder y Raúl Alfonsín.

Otro fotoperiodista, que venía trabajando desde hacía más tiempo en el medio, eligió seguir al “ganador, Luder”. Frente a 36 personas, Yako dibujó la sonrisa de quien tiene el diario del lunes: a él le quedó Alfonsín. “Vamos con los radicales: no hay tanto bombo, va a ser más tranquilo”, recordó haber pensado. Estuvo tres meses recorriendo el país con los radicales en un entorno muy chico.

Por esa cercanía, pudo retratar al padre de la democracia en situaciones cotidianas. Una vez, le quiso hacer una foto mientras le lustraban una bota, pero Alfonsín se la negó. Más tarde, el candidato se acercó a hablarle con humildad: “Te quería pedir disculpas, no era mi intención censurar tu trabajo, pero era una foto que yo no quería hacer”. Entonces, le ofreció posar en la foto que Yako quiera. Con rapidez decidida, le pidió una haciendo las valijas, llena de intimidad. La foto está un poco armada, pero tiene mucha información: “La valija es mínima, el hotel es una mierda, el teléfono no tiene disco… Parecía un viajante de comercio y no el tipo que iba a ser el próximo presidente de Argentina”, recordó entre risas. La sala también se rió: con mayor intensidad, las 27 personas de más de 40 años.

“Cuando Alfonsín ganó, desapareció la exclusiva y perdí la capacidad de lograr la intimidad”, comentó con tono amargo. Le ofrecieron trabajar para la Presidencia, pero no era algo que le interesara en el momento. “Sé que se enojaron, después se les pasó”, acotó con pesar. Durante la cobertura de la campaña, Yako hizo fotos que se convirtieron en íconos del radicalismo, como las del acto de Oberá: un líder grande, hablando con fuerza frente a un estadio colmado, en el que muchos asistentes no lograron entrar. Ese día percibieron que algo estaba pasando y que podía llegar a ser presidente: estaba convocando a gente que no era de su partido. Con la voz quebrada, Yako añadió: “Cuando salió este libro fui a entregárselo a Alfonsín, ya muy enfermo. Ahí le hice su última foto”.

En el patio de la Manzana de las Luces, Yako comentó: “Espero que el 83 no sea lo que marque mi trabajo. Son fotos que quiero, pero me gusta pensar que son parte del conjunto. Mi obra también son los proyectos grandes que me llevaron diez años”. En ellos, busca una mirada propia, más allá de los personajes y la actualidad. Este año tuvo que recurrir a su archivo de 1983 para aportar a algunos documentales y de 1985 por el Juicio a las Juntas, pero está trabajando en la serie fotográfica “Exclusión”, que explora la forma que adquieren los cuerpos de las personas que viven en la calle, sin enfocar sus rostros.

Homenaje a la democracia: Festival Internacional de Cine de la UBA

Homenaje a la democracia: Festival Internacional de Cine de la UBA

A partir de hoy, y hasta el próximo domingo, se llevará a cabo la Primera Edición del Festival Internacional de Cine de la UBA, con sede principal en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. La temática girá en torno a los 40 años en democracia. Con entrada gratuita, habrá competencias, seminarios, proyecciones especiales y figuras internacionales.

Esta tarde en la sala Gaumont comenzó el Festival Internacional de Cine de la UBA (FIC-UBA), organizado por la Universidad de Buenos Aires, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) y la Carrera de Imagen y Sonido. Se desarrollará a lo largo de toda esta semana y concluirá el domingo 30 de julio. Esta primera edición busca homenajear y conmemorar los 40 años ininterrumpidos en democracia, a través del cine. “Este festival será una fiesta de creatividad y de celebración democrática y comunitaria”, anunció Ricardo Gelpi, rector de la UBA, durante la presentación del Festival, en el Aula Magna de FADU. FIC-UBA fue declarado de interés cultural para la Ciudad de Buenos Aires, a partir de un proyecto impulsado por el legislador Lucio Lapeña (UCR).

Durante seis días se proyectarán más de cincuenta películas, enmarcadas en distintas secciones, en las siguientes sedes de la Ciudad de Buenos Aires: Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Pabellón 3 de Ciudad Universitaria), Cine Cosmos UBA, Centro Cultural San Martín y Cine Gaumont del INCAA. Habrá tres competencias, nacionales e internacionales, homenajes, seminarios y retrospectivas. Las entradas, en todos los casos, serán gratuitas y se podrán obtener desde media hora antes de la proyección de cada película.

La función de apertura estuvo a cargo del director ucraniano, Sergei Loznitsa, con su reciente documental “The national history of destruccion”, que se centra en los bombardeos a ciudades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, el cierre del festival quedará en manos del cineasta francés Olivier Dahan y su película “Simone, la mujer del siglo”, biografía que cuenta la historia de Simone Veil, política francesa y primera mujer presidenta del Parlamento Europeo. La clausura del festival también sucederá en el mismo cine porteño ubicado frente a Plaza Congreso.

“Soñamos muchos años con este festival, siempre fue una posibilidad, una expectativa, un deseo. Que la UBA nos haya escuchado y comprendido la importancia que podía tener el festival y, además, haberlo podido concretar en el año de los festejos de la democracia es para nosotros una doble responsabilidad y estaremos eternamente agradecidos”, expresó Marcelo Altmark, director de la carrera de Diseño de imagen y sonido y director artístico del festival.

Competencias y Seminarios

Durante el FIC-UBA se desarrollarán la competencia internacional de largometrajes, la competencia iberoamericana de cortos y la competencia de cortometrajes UBA. Todas contarán con un extenso jurado formado por directores, guionistas, docentes y distintos personajes de la cultura y la educación. La selección de las películas no fue tarea fácil, ya que la convocatoria, que finalizó en el mes de mayo, fue un éxito rotundo. Según sus propios organizadores, tuvieron que elegir entre más de mil películas, que llegaron desde más de 60 países.

Uno de los grandes atractivos del Festival será el Seminario Cine y Democracia, que consistirá de cuatro clases magistrales a cargo de cinco figuras notables del séptimo arte, que sucederán en el Aula Magna del Pabellón 3 de Ciudad Universitaria, en FADU, y estarán abiertas para todos aquellos que se hayan inscripto previamente. El objetivo del mismo es reflexionar acerca de las problemáticas que han rodeado al cine durante estos últimos cuarenta años. La primera de las clases, a diferencia del resto, se realizó en modalidad virtual y estuvo a cargo de Álex de la Iglesia, quien por motivos laborales no pudo estar presente en el país. El cronograma se completa con las clases de Lucrecia Martel, el 26 de julio, Sergei Loznitsa, el 27 de julio, y Mariano Llinás y Enrique Piñeyro, quienes cerrarán juntos el Seminario el día viernes 28 de julio. 

Programación

Además de celebrar la restauración de la democracia, el FIC-UBA buscará homenajear también el rol de la mujer. A través de la proyección de la película “Ofrenda”, realizada por 43 directoras argentinas, se rendirá tributo a la asociación civil y cultural “La Mujer y el Cine”, espacio fundamental en la lucha por la igualdad de género, fundado hace ya 35 años. La misma se podrá ver en Cine Cosmos UBA el próximo jueves 27 de julio. 

Pero los homenajes no terminan allí y, de hecho, ya han comenzado. Esta mañana, en el Aula Magna de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, y como antesala del festival, se rindió homenaje a los mencionados cineastas Lucrecia Martel y Sergei Loznitsa, ambos participantes del Seminario Cine y Democracia. También se homenajeó al director Manuel Antín, reconocido no solo por su extensa trayectoria, sino también por su aporte fundamental para terminar con la censura del cine argentino. Los tres fueron galardonados con la máxima distinción otorgada por la UBA, el Doctorado Honoris Causa. Gran parte de la filmografía de estos tres cineastas formará parte de la primera edición de este festival.

La programación también incluye el ciclo Cine en Democracia, que busca reestrenar películas icónicas de nuestro cine nacional. Algunas de ellas serán “El secreto de sus ojos”, “La historia oficial” y “La noche de los lápices”, entre otras. Las 10 películas que conforman esta sección fueron seleccionadas por 40 personalidades de la cultura. Al mismo tiempo, se invitó a la comunidad a votar por aquellas películas más representativas. Paula Quattrocchi, secretaría de Relaciones Institucionales, cultura y comunicación de la UBA, explica la importancia del ciclo, “la proyección de las películas elegidas es un sentido homenaje  a nuestro cine producido desde el retorno a la democracia y también una excelente oportunidad para acercar así, de este modo, la historia de nuestro cine a nuevas generaciones de estudiantes y cinéfilos”.

Para finalizar, el Festival también contará con la participación de la Universidad de San Pablo, que proyectará cuatro películas, y el Foco María Elena Wood, donde se podrán ver dos films que abordan las historias de figuras femeninas importantes, “La hija del general” y “Locas Mujeres”.

“El Festival Internacional de Cine de la UBA recién comienza, pero parece haber llegado para quedarse”, manifestó Marcelo Altmark. Pero no fue tarea sencilla, llevó muchos años para poder materializarse en la extensa grilla que a partir de hoy se puede disfrutar. “Para todos nosotros, es un sueño hecho realidad y la concreción de un trabajo colectivo”, finalizó Ricardo Gelpi. 

En un país donde las salas de cine han vuelto a llenarse desde el fin de la cuarentena por Covid-19, y donde año tras año la demanda de los dos festivales de cine más importantes de nuestro país, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), es cada vez más grande, es una motivo de festejo contar con el primer festival de cine universitario, abierto a toda la comunidad y completamente gratuito.

¿Cuál es la responsabilidad del periodismo?

¿Cuál es la responsabilidad del periodismo?

En el marco del ciclo “Comunicación y Democracia”, organizado por la Carrera de Ciencias de Comunicación (UBA) y Anccom, diez periodistas ubicados en diferentes espacios de enunciación política e ideológica, debatieron en torno a la responsabilidades periodísticas, el clima de violencia, el odio y la democracia.

En la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en la sede de Santiago del Estero, bajando las escaleras hacia el subsuelo, dentro de la sala del Estudio de TV Gabriela David, se encontraron diez periodistas y docentes para conversar sobre comunicación y democracia.  

En la actividad organizada por la Carrera de Comunicación de la UBA y la agencia de noticias ANCCOM, periodistas y comunicadores de larga trayectoria tejieron ideas y sentidos para la construcción de una red de pensamiento sobre lo profesional, lo periodístico y lo democratico.

Dentro del marco del ciclo “Comunicación y Democracia” organizado por la Carrera, inaugurado hace una semana con la proyección de la película Argentina,1985 y un homenaje a Judith Konig, estos espacios se llevan adelante en el marco de conmemoración de los cuarenta años de la recuperación de la democracia en el país y proyectan sea un año de intercambios y construcción alrededor de esta forma de vida y organización política. 

“Les invitades provienen y se posicionan en distintos espacios de enunciación desde lo político e ideológico, lo que nos permite favorecer la discusión entre profesionales que pueden tener puntos de disidencia, con distintos niveles de cercanía o lejanía”, decía en la publicación de la convocatoria. Alejandro Alfie, Mariana Moyano, Eduardo Aliverti, Patricia Chaina, Hugo Macchiavelli, Adriana Meyer, Laura Zommer, Estefania Pozzo y Washington Uranga, con Diego Rosemberg en la moderación, se sentaron para el intercambio en la sala preparada para la asistencia de los espectadores en vivo, como para la consiguiente reproducción digital. El diálogo giró en torno al quehacer periodístico involucrado en la convicción, la defensa de los derechos humanos, la precarización, el compromiso, lo digital, lo político y lo relacional en el marco de una sociedad en la que en los últimos tiempo creció la violencia política, hasta el punto del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.. 

Larisa Kejval, directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, abrió el conversatorio dando la bienvenida a los presentes y explicando el motivo por el cual docentes y alumnos se encontraron en el estudio de televisión de la Facultad: “Estamos preocupados, partimos de un diagnóstico que tiene que ver con una erosión del debate público, de la conversación pública, asistimos a una discursividad social, creemos cada vez más violenta. y de alguna manera el intento de magnicidio a nuestra vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, nos volvió a enfocar en este diagnóstico, pero también a preguntarnos acerca de las responsabilidades. En el marco de esta erosión del debate público y esta erosión en definitiva de lo que es la convivencia democrática queremos enfocarnos en las responsabilidades del periodismo”.  

Diego Rosemberg, editor general de ANCCOM, en la presentación del conversatorio abordó dos conceptos fundantes para la creación y el trabajo diario de la agencia, las definiciones propias de la democracia y del periodismo dentro del quehacer propio de los participantes de ese medio: “¿Qué entendemos por democracia desde ANCCOM? Para nosotros la democracia no se acaba con la formalidad del voto, sino que para que su existencia sea real es necesario el pleno ejercicio de cada uno de los derechos que hacen digna a la vida de los ciudadanos. Vemos a diario que hay muchas personas que se autoperciben como periodistas y sin embargo ejercen labores de comunicación muy diferentes. Nosotros percibimos el periodismo como un servicio social, comprometido antes que nada con sus lectores, audiencias, o como se dice ahora, usuarios. Ese compromiso se traduce en aportar nuestro pequeño grano de arena para que los diferentes integrantes de nuestro país puedan ejercer de manera plena esos derechos que caracterizan a una sociedad democrática. En sociedades tan desiguales como la nuestra, quienes más posibilidades de ejercer sus derechos son quienes más tienen, entonces nosotros nos preocupamos especialmente en visibilizar en nuestra agenda aquellos sectores vulnerados en sus derechos y que menos tienen”.

Entusiasmo fue una palabra que hizo eco en la gran mayoría de participantes al hablar de la convocatoria y el espacio de diálogo. “Lo que me pareció percibir fue entusiasmo -dijo Mariana Moyano, periodista y docente de la carrera y actualmente productora y directora de radio y podcast-. Y creo que eso es ya un síntoma de algo distinto, en una época en la que me parece que los periodistas nos hemos convertido en unas personas muy aburridas, y eso es un problema político. Más que de periodismo creo que hoy deberíamos hablar de dónde está la palabra pública, que me parece ya no está en los medios. La opinión pública hoy tiene un lugar, pero le tenemos ‘cagazo’ a ese territorio que nos queda raro. ¿Qué está pasando en un territorio que no conocemos? Me parece que es un problema del periodismo y la política, no estamos a la altura del conflicto básicamente porque no conocemos el tono. Hoy tenemos una agenda absolutamente emocional. Hay una internacional del enojo que se está comiendo la agenda de las emociones, entonces lo que conduce hoy la posición es la ira, es el enojo. Hay una línea que no se cruzaba y hoy se cruzó, y me parece que en parte se cruzó porque estamos encerrados. Hoy se dice que en lo digital no está la realidad, pero la realidad está en todas partes. Me parece que hay que recuperar más que nunca la escucha, no tanto lo que tenemos para decir, sino más qué tenemos para escuchar. El ejercicio debería ser, ¿A dónde vamos a ir a escuchar cada uno?”

Circulando entre el diálogo, las preguntas iban flotando sobre la sala y abrían nuevas ideas posibles. “¿Existe todavía el periodismo de masas dirigido a grandes audiencias? -planteó Eduardo Aliverti, locutor, periodista, creador del Taller de Radio de la Carrera de Ciencias de la Comunicación y director de la escuela de comunicación Eter-. Yo creo que no, creo que lo que existe es una comunicación de nichos, de discursos segmentados y de reperfilamiento de las audiencias. Y creo que nuestro nicho, en el de quienes nos consideramos atentos a un discurso democrático, no estamos haciendo todo los esfuerzos y no estamos poniendo toda la atención para que la violencia sea un límite”

“Salarios de miseria no hacen a un periodismo de calidad, y eso también atenta contra la libertad de expresión”, resaltó Adriana Meyer, licenciada de Ciencias de la Comunicación y docente del taller de radio, redactora de Página/12 y columnista de Radio La Red. Durante la ronda de intercambio del final Laura Zommer, directora general de Chequeado agregó: “Tenemos un problema, que viene desde el dos mil quince, que es que muchas veces todo el mundo habla de algo que no sabemos quién generó. Y eso pasa, sí y solo sí alguna gente está haciendo negocios. El negocio de la comunicación, para quienes nos pensamos como estrategas o garantes de cierto consenso de la no violencia, necesita que nos pensemos también con soluciones mucho más sistémicas”.

“Yo soy de la generación de la primavera alfonsinista, y en esa época Raúl Alfonsín decía que había relaciones supraideológicas, es decir, que más allá de las ideologías que tuviera cada uno, había cosas que articulaban y unían- comentó Alejandro Alfie, licenciado en Ciencias de la Comunicación y profesor de la Facultad, periodista de Clarín, y trabajador en Radio Rivadavia y La Continental-. Ahora vemos que se convierte al adversario político en un enemigo, y ahí es donde se empiezan a cruzar límites, porque cuando uno marca un enemigo hay muchas cosas que se habilitan que cuando uno es un adversario político no se habilitan. Retomo la primavera alfonsinista, porque ahí el límite era la violencia política. Nosotros aprendimos, en esa época, que no había que volver a la violencia política. Que había que investigarla, juzgarla y que nunca más tenía que volver a ocurrir algo así. Entonces tenemos una responsabilidad como periodistas en no fomentar la transformación del que no piensa como nosotros en un enemigo”. 

Patricia Chaina, también egresada y docente de la Carrera, trabajadora en Página/12 y El Destape dijo: “El recorrido histórico que la sociedad civil reconoce del movimiento de derechos humanos en el país está amparado por tres palabras paradigmáticas que son memoria, verdad y justicia, lema que fue bendecido por la política de no violencia de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Yo creo que ahí hay un punto. Ante la violencia extrema de la dictadura militar la sociedad civil de la Argentina instaló leyes internacionales y propuso la no violencia y la búsqueda de la verdad”

“La instancia de un acuerdo necesario, como mínimo para solucionar acuerdos económicos ya no es una cuestión meramente económica, sino que es una necesidad de subsistencia social -afirmó Estefania Pozzo, periodista especializada en economía y finanzas-. Yo creo que mañana es mejor, aunque no lo vea voy a seguir construyendo día a día. La democracia es algo que se cuida de generación en generación y para eso hay que poner el cuerpo. En ese punto me parece muy importante que nos conozcamos, que charlemos, que intercambiemos, porque sino de manera aislada, individual o en soledad, realmente no se construye ningún destino en común”

Washington Uranga, periodista, docente e investigador de la comunicación, dio el cierre al conversatorio proponiendo repensar al periodismo dentro del contexto democrático y político del país: “¿Cuánto nosotros y nosotras podemos reflexionar sobre nuestra profesión por fuera de la reflexión sobre la política y la democracia en nuestro país? ¿Qué distancia podemos tomar de ese contexto? Pensando la democracia como un territorio que habitamos. Yo tengo la impresión que nosotros de alguna manera cristalizamos una forma de democracia. Nos costó tanto recuperar la democracia que ahora tenemos miedo de discutir la forma de democracia que queremos. Y de alguna manera, lo que siento es que los parámetros de democracia que tenemos no le sirven al pueblo y no nos está sirviendo a nosotros y nosotras. Si no nos planteamos rescatar la política como un instrumento en función de la calidad de vida y las necesidades de la mayoría de personas, entonces no se qué estamos haciendo. Pero en la misma línea de pensamiento, tenemos que revisar lo que estamos entendiendo por periodismo. No puedo escindir mi lugar profesional de la política y no lo separo de la política. Yo produzco y me comunico desde un lugar, desde un lugar en el mundo y una manera de comprender. Me pienso y quiero pensarnos, como estrategas de la comunicación pública. Es decir, ser garantes del diálogo público en la diversidad. Y esto supone construir escenarios para la diversidad, ser arquitectos del diálogo público. Más que decir, nuestra tarea es la de articular voces en la diferencia, construir escenarios”.

 

“Me sumo a la alegría de todos y de todas por el espacio, de la Carrera, de ANCCOM y de la universidad pública. Y me parece que hay que rescatar eso, porque la universidad pública tiene un papel a jugar en todo esto y uno de ellos es este, abrir un espacio de este tipo, poder dialogar de la diferencia. No se si hay muchos otros espacios donde esto se puede hacer y donde se puede hacer con tranquilidad, para mí este es un punto fundamental”, dijo Uranga sobre una jornada que luego de dos horas de intercambio cerró dejando los ojos de los participantes trasladándose entre la duda y el entusiasmo de repensar su quehacer profesional en esta Argentina.