Condenaron a los prefectos que asesinaron a Rafael Nahuel

Condenaron a los prefectos que asesinaron a Rafael Nahuel

Sergio Cavia, autor del disparo mortal, recibió cinco años de condena. Los otros cuatro prefectos fueron sentenciados como partícipes necesarios. La familia exigía presión perpetua y apelará.

Luego de seis años, el tribunal presidido por el juez Alejandro Silva condenó al prefecto Sergio Cavia, identificado como el autor del tiro mortal que mató al mapuche Rafael Nahuel, a cinco años de prisión como responsable de homicidio agravado por uso de arma de fuego, cometido en exceso de legítima defensa. Los otros cuatro acusados –Francisco Javier Pintos, Juan Ramón Obregón, Sergio García y Carlos Valentín Sosa– recibieron una condena de cuatro años y seis meses por haber sido considerados partícipes necesarios del mismo delito. Cavia, además, fue inhabilitado por siete años para ocupar cargos públicos, y el resto por siete.

Como estaba previsto, la última audiencia de la denominada causa Pintos se realizó el miércoles 29 de noviembre en el Tribunal Oral Federal de Roca que emitió su veredicto sobre el caso que conmovió a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu cuando el 25 de noviembre de 2017, en un predio en disputa entre esa Lof y la Dirección de Parques Nacionales, el joven de 22 años Rafael Nahuel fue asesinado de un disparo por la espalda realizado por miembros del grupo Albatros de la Prefectura Naval. 

Ante los micrófonos de la radio abierta montada por la cobertura colaborativa de Infoterritorial, Radio Libre y revista Cítrica, la madre y el padre de Nahuel afirmaron que la justicia “les faltó el respeto”, y dijeron que su hijo “no descansará en paz hasta que los asesinos no reciban la pena de prisión perpetua”, que era la que habían solicitado como querellantes. En diálogo con ANCCOM, el abogado de la secretaría de Derechos Humanos Mariano Przybylski dijo “no estar conforme con el fallo”, y anticipó que apelará ante las instancias superiores, al igual que las otras dos querellas de la familia y de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).

Como fue costumbre en las anteriores audiencias, los cinco prefectos ahora condenados no estuvieron presentes en el Tribunal sino que la presenciaron mediante Zoom. Ante la posibilidad de emitir unas palabras finales, los albatros reiteraron su discurso de haber actuado en cumplimiento del deber, sin cometer excesos y respondiendo a una orden judicial. “Respetamos la vida propia y la de terceros”, dijo Obregón.

Las calles alrededor del tribunal se encontraban repletas de manifestantes desde temprano. Organismos de derechos humanos, sindicatos, organizaciones sociales y partidos políticos se hicieron presentes, junto a las agrupaciones que representan a las comunidades originarias patagónicas. La presencia de vallas y fuerzas represivas buscaron remarcar una supuesta actitud peligrosa por parte de los presentes y complicaron el ingreso de muchos de los que querían estar allí. Luego del veredicto, la bronca por las bajas penas se expresó con algunos piedrazos, que fueron respondidos por un par de tiros al aire pero el incidente no pasó a mayores.

Frente a tres posibles caminos –la prisión perpetua que pedían las querellas, cinco años de prisión que solicitó la Fiscalía o la absolución planteada por las defensas– los jueces se inclinaron por la posición del fiscal Rafael Vehils Ruiz, quien apuntaló su solicitud en la teoría de que hubo un enfrentamiento porque los miembros de la comunidad mapuche estaban armados, y que los prefectos dispararon en ejercicio de su “legítima defensa”. El razonamiento es similar al que hizo el abogado defensor de tres de los Albatros, Marcelo Rocchetti -exjefe de Gabinete de Cristian Ritondo en el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires durante la gestión de María Eugenia Vidal-, en cuanto sus clientes habrían sido emboscados y agredidos con armas de fuego.

Luego de más de 20 audiencias y tres meses y medio del proceso oral y público por el cual pasaron 63 testigos, decenas de peritajes y una inspección ocular al lugar de los hechos, el fallo no fue bien recibido por parte de la querella, que esperaba condenas más severas. “Se acreditó que dispararon 150 veces, en una persecución, que no hubo un exceso sino una intención de matar y todo eso no se reflejó en el fallo. No estamos conformes, aunque no podemos dejar de lado que se entendió que hubo un delito y que hubo, en consecuencia, cinco condenas”, expresó Przybylski. De la misma manera opinó el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, quien esperaba “condenas más duras” frente a un hecho que “siempre supimos que fue un asesinato y una cacería”. Sin importar que su mandato finalice el 10 de diciembre, el Secretario dará instrucciones para apelar el fallo.

Por su parte, Orlando Carriqueo, vocero del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro, estuvo al lado de la familia y a su turno de hablar manifestó que las “teorías de los enfrentamientos vienen de la época de la dictadura militar. A pesar de los 40 años de democracia hay gobiernos que siguen desplegando terrorismo de Estado, como fue el de Patricia Bullrich y Mauricio Macri, y hay una sociedad que no reconoce el genocidio originario, cuando hace 140 años el Estado ocupó esta Patagonia”. También acudieron a abrazar a la familia de Nahuel, Alberto Santillán, padre de Darío, asesinado en la masacre de Puente Pueyrredón en 2002, y Asunción Ávalos, padre de Sergio, desaparecido en Neuquén hace 14 años. «Me nace acompañar a la familia de Rafael Nahuel porque hoy, sin lugar a dudas, mi hijo Darío estaría acá. Me parece que es el lugar correcto, donde hay que estar. Qué mejor que caminar en la misma vereda que caminaron nuestros hijos y sus compañeros que fueron asesinados por las balas del Estado», dijo Santillán a la agencia Télam.

La ronda de la resistencia

La ronda de la resistencia

Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo realizaron su primera vuelta frente a la Casa Rosada después del triunfo electoral de Javier Milei. Fueron esperadas por el sol y un público entusiasta que las acompañó con cánticos y caminó junto a ellas.

El sol pica en Plaza de Mayo. La columna de un movimiento popular le hace frente con paraguas que simulan ser sombrillas. Son las 15.20. La gente pisa firme como si el calor no pudiera detener esa presencia. Dos personas venden marcianitos en distintas esquinas de la plaza. Hoy no es un jueves cualquiera: la ronda de Madres y Abuelas es esperada por cientos de personas.

Abajo de un árbol, hay una guía turística con un micrófono y, colgado del cuello, su identificación del Gobierno de la Ciudad. Un japonés con mirada extrañada la llama. Con su sombrero amarillo, se acerca a quien en un inglés oxidado le pregunta: “¿Por qué la gente se reune alrededor del monumento?”. Con una sonrisa cálida, le responde técnicamente, sin que se le despeine ni un sólo pelo.

Por Defensa baja una camioneta blanca. Cruza Yrigoyen y la gente se empieza a correr hacia los costados. Una agitación colectiva. Tres veiteañeras se suben a un banco para mirar qué pasa. “Allá vienen”, grita entusiasmada una de ellas con un pañuelo de la campaña del aborto legal, seguro y gratuito en la cabeza.

– Disculpen, chicas, ¿me puedo subir? – pregunta titubeando una señora de 50 años.

Con una amorosidad efusiva, las jóvenes abren espacio y le ofrecen el brazo. “Haciendo esto me quebré la pierna en 2016”, recuerda con una leve risa que se nubla de súbito: “Estábamos pidiendo la libertad de Milagro Sala, ¿vieron? Hasta me tuvieron que poner un clavo”. Un alemán le saca una foto a la Pirámide de Mayo rodeada y otra a las mujeres del banco. Las mujeres latinas hacen historia.

La camioneta blanca se arbre paso, partiendo la marea de gente. El “Madres de la plaza, el pueblo las abraza” se transmite con tal magnetismo que, del otro lado de la Av. Rivadavia, también canta.

Del retrovisor de la camioneta cuelga un cartel verde IVE: “Ni un paso atrás” dice acompañado del dibujo de un pañuelo blanco. Las puertas se abren y se arma un cordón. De a poco, las madres de Plaza de Mayo empiezan a bajar con ayuda: dos están en sillas de ruedas. Todas están maquilladas y cuelgan de sus cuellos la imágen y el nombre de sus familiares desaparecidos. Atrás de ellas, una lleva un micrófono inalámbrico y otra un parlante. Se arma un cordón de protección para las Madres. Para ellas, dos paraguas.

Los cánticos disminuyen, el repiqueteo de los tambores continúa despacio. Las históricas luchadoras nombran desaparecidos. En cada pausa, se escucha un “presente” que sale de las entrañas. Atrás de los lentes de sol de esas madres, quizá se avizora una lágrima.

La ronda avanza. Atrás y adelante de las madres, la gente da vuelta a la pirámide. “Milei, basura, vos sos la dictadura”, agitan desde CORREPI. La consigna recorre la plaza. Tras una breve pausa, reformulan: “Victoria, basura, vos sos la dictadura”. Una señora de pelo tan blanco como uno de los pañuelos, canta con bronca, pero se detiene. “No, compañeras. Hay que decirle Villarruel”, se repite preocupada. Siguen cantando, así que se acerca a quienes sostienen la bandera y las detiene: “No, no, no. Victoria es un tan lindo nombre… y encima tan nuestro… No se lo podemos dar. Hay que cantar ‘Villarruel, basura, vos sos la dictadura’”, forzando la rima. Algunos, los más trotskistas, la miran con confusión, pero todos se suman a la nueva versión.

Con la tarea hecha, se adelanta y sigue cantando. Pasa por debajo de un cartel con el lema “El legado de la ternura que grita” y una foto de Hebe de Bonafini. A un año de su muerte, su imágen sigue presente. Una señora de 60 años teñida de rojo cobrizo suspira: “Hay que salir a luchar”. En la muchedumbre, Vilma Ripoll sostiene un cartel “Fue genocidio. No al negacionismo” mientras masca chicle con nerviosismo.

“Olé olá, como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar, olé olé”, cantan con los brazos en alto. Un señor de 65 años exhala cada palabra. De su cuello, cuelga un silbato, pero no lo usa. En cambio, su herramienta principal está en su mano: un megáfono casero. Con una botella chica de alcohol etílico cortada amplifica los hilos desgarrados de su voz.

Al costado, un niño de 10 años agita una bandera pansexual. Su mamá le sonríe con ternura. El orgullo y la memoria van de la mano. No es casual que la fórmula electa este domingo los ataque sistemáticamente. Ocupar la plaza es negarse a que nos quieran volver a encerrar en el clóset sexual y del olvido. “Nos une el amor por la memoria, la verdad y la justicia”, reza un cartel atado a las rejas de la pirámide y decorado con corazones multicolores.

“Siempre nos quedará la plaza los jueves”, dice Gabriela, una estudiante de Ciencia Política. Abajo de las banderas violetas de Espacio Puebla debate con sus compañeros y planifican una reunión. “En estos tiempos vuelve a ser necesario reunirse” comenta en sintonía con el discurso principal. El orador recuerda el gobierno de Mauricio Macri y la calle como espacio de reunión. Surge un canto: «Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode». Bajo una sombra, en una ronda de treintañeros, un jóven reflexiona: «Mientras no nos saquen a palos, vamos a estar bien”. La represión futura es un temor que recorre las conversaciones.

«Siempre nos quedará la plaza de los jueves», dice Gabriela.

Cuando finaliza el discurso, la plaza estalla en aplausos. Vuelven los cantos. Las madres se suben otra vez a la camioneta. Se repite el mismo saludo: “Madres de la plaza, el pueblo las abraza”. El motor se prende y las madres del pueblo se dirigen hacia Rivadavia para volver el próximo jueves. Hasta que pisa el cordón, la gente las acompaña.

Un grupo de jóvenes, menores de treinta años, comienzan a vociferar: “Somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de Perón y de Evita. A pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos y los desaparecidos, no nos han vencido”. Una periodista se seca las lágrimas. “Acá empieza la resistencia”, grita una. Más allá, bajo la bandera de SIPREBA, los trabajadores de los medios públicos se abrazan. A ellos tampoco los han vencido.

Tiembla Sauzal Bonito

Tiembla Sauzal Bonito

La localidad neuquina sufre actividad sísmica hace ocho años como consecuencia del fracking en Vaca Muerta. Mientras el suelo tiembla y los hogares se desmoronan, la causa judicial impulsada por sus habitantes descansa en la Corte Suprema hace más de un año.

El 19 de noviembre se cumplieron ocho años del primer temblor en Sauzal Bonito, provincia de Neuquén, que tuvo una magnitud de 4,2 en la escala de Richter e inauguró una realidad con la que sus habitantes deben convivir día a día producto del fracking en Vaca Muerta.

“Se ríen de la desgracia ajena”, dice Andrés Durán, habitante de Sauzal Bonito, sobre el gobierno provincial. “Es una cuestión de intereses de un grupo monetario junto con grupos parlamentarios, pero en el medio somos sesenta familias que estamos padeciendo lo peor de lo peor”, denuncia.

El 28 de agosto de 2013, YPF en asociación con Chevron dieron inició a la fractura hidráulica de Vaca Muerta, una formación geológica que tiene una extensión de treinta mil kilómetros cuadrados y comprende parte de las provincias de La Pampa, Mendoza, Neuquén y Río Negro. Desde entonces las perforaciones han crecido año a año.

De acuerdo con Martín Mullally, investigador del Observatorio Petrolero Sur, el fracking es una técnica con la que se busca extraer hidrocarburos no convencionales, de difícil acceso, que están alojados en roca madre y arenas compactas. Este tipo de intervención consiste en la perforación del suelo e inyección a alta presión de agua, arena de sílice y químicos que permiten la migración de los hidrocarburos. En el caso de Vaca Muerta, estos están alojados entre los tres mil y cuatro mil doscientos metros de profundidad.

En Argentina, “el cambio de la técnica fue radical a partir del 2000”, afirma Mullally, “antes estaba muy focalizada. Se hacían una o dos fracturas a lo sumo y ahora toma una escala masiva” que requiere perforar permanente y sistemáticamente para realizar las extracciones de hidrocarburos no convencionales. Según Mullally, “en la provincia de Neuquén está concentrado el 95% de la explotación de Vaca Muerta” y esto lleva a que en 2021 hubiera un promedio de 5,6 incidentes diarios además de los constantes temblores.

“A partir de 2015 empezaron a generarse movimientos pequeños, casi imperceptibles, hasta que un día tuvimos un gran temblor”, cuenta Durán, que habita Sauzal Bonito hace diez años. “Fue como un sacudón; daba la impresión de que se iba a caer todo”, añade y explica que al principio no sabían de qué se trataba ya que, a pesar de encontrarse sobre la falla de Huincul, Sauzal Bonito no cuenta con antecedentes de temblores previos a la implementación del fracking. Este paraje de menos de 400 habitantes se encuentra frente al yacimiento Fortín de Piedra, operado por el grupo multinacional Techint.

“Entre 2018 y 2023 tuvimos aproximadamente cuatrocientos temblores, un 80% en Sauzal Bonito”, afirma Durán y explica que muchos de sus habitantes tuvieron que desalojar sus hogares ya que “la mayoría de las casas tiene más de treinta, cuarenta, cincuenta años, se hacían con adobe y algunas son de adobe con revestimiento de cemento. Todo se rompió”.

Además de temblores constantes que provocan el desprendimiento de rocas y la fractura de las viviendas, el fracking en Vaca Muerta es responsable de producir contaminación hídrica en la zona. Las empresas “captan el agua del río y la vuelven a tirar sucia”, afirma Durán y cuenta que en Sauzal Bonito solían utilizar un sistema de aljibe para consumir agua directamente de las napas que era sometida a purificación por el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) que también se encargaba de hacer análisis mensuales. “Empezó a salir petróleo por todos lados, el agua dejó de ser pura y el EPAS dejó de entregarnos los análisis”, dice Durán.

 

 “En el caso de Fortín de Piedra, más del 50% de la inversión fue producto del subsidio del Estado. Nosotros los llamamos ‘petroplaneros’”, dice Mullally.

Petroplaneros

A pesar de que los gobiernos de las distintas provincias y el mismo gobierno nacional hablen de Vaca Muerta como la gran promesa para Argentina, en octubre de 2018 el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas expresó su preocupación por las repercusiones de la explotación del gas y petróleo sobre el cambio climático y el medio ambiente.

Los intereses de las empresas fracturadoras y el Estado van de la mano. Mullally habla de “un gran problema que se advertía hace mucho tiempo” que es la dependencia de extracción de hidrocarburos no convencionales en nuestro país ya que “Vaca Muerta representa un 70% de la producción gasífera y casi un 50% de la producción petrolera”. Esto ha sido posible mediante la inversión e intervención del Estado: “En el caso de Fortín de Piedra, más del 50% de la inversión fue producto del subsidio del Estado. Nosotros los llamamos ‘petroplaneros’”, dice Mullally.

En pos de seguir el derecho de la “soberanía energética” que permite la libre exploración y explotación de los recursos energéticos, “se está cometiendo una gran injusticia, un atropello contra el medio ambiente y las personas, pero el negocio es más fuerte”, dice Durán. Esto se ve reflejado en que “en Neuquén ni siquiera se hicieron los estudios de impacto ambiental porque hubo un decreto del Poder Ejecutivo que decía que con los estudios que hacen las empresas bastaba y que no iban a hacer audiencias públicas, las cuales están establecidas por ley”, denuncia Ángeles Acosta, abogada en la causa.

En este contexto, la regulación y más aún el cese del fracking son imposibles. Como explica Mullally, “si querés parar Vaca Muerta tenés que pensar cómo vas a reemplazar esa energía y eso no se está haciendo. Es todo lo contrario, se está apostando a profundizar la actividad”.

La causa

A pesar del consenso entre las empresas fracturadoras y el Estado, aquellos que sufren las consecuencias del fracking no se quedan callados. La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) junto con la Comunidad Mapuche Lof Wirkalew y habitantes de Sauzal Bonito llevan adelante una causa judicial que se encuentra estancada en la Corte Suprema de Justicia desde marzo del año pasado. “La causa está parada porque la jueza federal de Neuquén se declaró incompetente y frente a ese conflicto de competencia tuvimos que acudir a la Corte de Justicia de la Nación, pero todos sabemos los atrasos absurdos que tiene la Corte para los casos que no le importan”, explica Acosta.

“Al principio no sabíamos a quién acudir”, dice Durán y agrega: “No teníamos a nadie de las empresas, de la provincia, ni de ningún organismo que se nos acercara para plantear esto. Así que tuvimos que recurrir a la FARN. Ellos nos proveyeron un equipo jurídico y después nosotros empezamos a movernos en la zona”. Durán también habla de la indiferencia del gobernador neuquino al momento de presentarle esta problemática: “Cuando empezamos a golpear puertas, nunca nos recibió y tuvimos que buscar un partido opositor, un partido de izquierda, que nos brinde la posibilidad de exponer en la Legislatura de Neuquén, donde estaban todos los legisladores menos los del oficialismo”, explica.

La causa consta de un recurso de amparo con el que reclaman que se realicen audiencias públicas, estudios de impacto ambiental hechos por el Estado y que se regule la actividad del fracking ya que “no hay límite alguno para las empresas que pueden llevarse todo como quieran y sin tener en cuenta los costos en el medio ambiente y la sociedad”, dice Acosta. Esta regulación de la actividad implica controlar la intensidad de la explotación y ampliar la distancia entre las zonas de fractura y los asentamientos urbanos, además de crear planes de contingencias y dotar a las comunidades vecinas de infraestructura adecuada para hacer frente a la actividad sísmica. El año pasado, el gobierno provincial anunció que construiría casas antisísmicas para todos los habitantes de Sauzal Bonito. “Como yo ya había empezado a hacerme una casa antisísmica de material, rechacé la oferta. Entonces me dijeron que me iban a dar una ayuda económica para hacerme la casa. Sigo esperándola”, cuenta Durán.

El recurso de amparo también solicita al Poder Ejecutivo provincial el control de los pozos sumideros: que se evite su utilización en caso de riesgo sísmico y que el agua allí acumulada sea tratada como un residuo peligroso, no solo por su toxicidad, sino también porque la inyección de aguas residuales, o flowback, en pozos sumideros puede inducir temblores.

“Solicitamos una red sismográfica que brinde precisiones sobre la sismicidad que presenta la región y también que haya un semáforo sísmico para que las empresas detengan sus operaciones durante dieciocho horas cada vez que la fractura hidráulica produzca un sismo de intensidad mayor a 1,5 en la escala de Richter”, explica Acosta. Si bien la red de sismógrafos ya existe, los datos que recolecta no se hacen públicos.

En 2021 FARN publicó un documento en el que expresa en detalle los riesgos sociales y medioambientales que conlleva la actividad en Vaca Muerta. “Las respuestas tanto del gobierno provincial como de las empresas que están fracturando son nulas – denuncia Acosta-, estamos hablando de complicidades más que de omisiones. De un Poder Judicial que no trabaja como es debido y que no vela por resguardar los derechos de las personas”.

“El abogado que está al frente de la causa nos dijo que ellos iban a esperar un tiempo prudencial para ver si la Corte se expedía -dice Durán-, pero ahora con estos nuevos episodios que han habido, más la cuestión de las inundaciones que tenemos. No salimos de una que caemos en otra”. Según Acosta, “hay innumerables daños que el fracking está causando a las poblaciones, a los ríos y a la naturaleza. Actualmente intentamos plantear estos nuevos hechos que están sucediendo mientras ellos se toman todo el tiempo del mundo para decirnos quién es competente para atender este amparo”, explica.

Desde su grupo de autoconvocados y con el apoyo de FARN, Durán expresa su deseo de que esta problemática resuene en los medios de Buenos Aires ya que “hemos llegado a este cuello de botella que es insostenible y la Corte Suprema solamente funciona si hay una cuestión mediática de por medio”, concluye.

De eso también se habla

De eso también se habla

 La fundación Aikén trabaja sobre cómo acompañar a los niños en situaciones de duelo. A mediados de este año presentó un proyecto de ley para que el Estado acompañe estos procesos.

Uno de los temas tabú que más cuesta conversar en sociedad seguramente es la muerte. Muchas personas intentan no hablar ni pensar en ella. Sin embargo, cuando se muere una persona cercana y llega la hora de hacer el duelo es necesario expresar y poner en palabras el dolor por la pérdida.

Los niños, muchas veces, a temprana edad se enfrentan con esta realidad tan dolorosa y son los adultos los que deben acompañar el dolor sin saber bien cómo hacerlo.

De a poco, en la actualidad el tema de la muerte y el duelo se ha comenzado a hablar. Existen distintos tipos de terapias y acompañamientos de gran ayuda para quienes están atravesando esta situación. La Fundación Aikén, por ejemplo, nació en 2008 de la mano de la psicóloga Aldana Di Costanzo. En la presentación que realiza en la página web de la Fundación, cuenta que siempre se sintió atraída por el tema de la muerte. En un momento, leyendo el libro Sobre el duelo y el dolor de Elisabeth Kubler Ross, descubrió que en otro país existía un grupo que se especializaba en acompañar a niños y adolescentes en duelo. Entonces, pensó qué importante y necesario sería hacerlo en nuestro país.

Gabriela Real quien actualmente es la directora de Fundación Aikén y también es psicóloga, ingresó como voluntaria en el año 2014, coordinando el Área de Investigación. “Previamente había trabajado muchos años con pacientes terminales y eso me conectó mucho con la muerte y el duelo, por eso, al conocer Aikén, quise sumarme”, recuerda.

Aunque su labor en Aikén fue interrumpida por otros trabajos, retomó nuevamente en el año 2020 como asesora en la Comisión Directiva, hasta que en marzo de este año se convirtió en directora. “En la Fundación acompañamos psicológicamente a las familias en duelo. Lo hacemos con dispositivos grupales y también presenciales. En simultáneo, capacitamos a la población en general y a profesionales de la salud, específicamente, para lograr un mayor entendimiento de la muerte y el duelo, brindando herramientas para que, desde el lugar de cada uno, podamos acompañar mejor a quienes están atravesando una pérdida”, explica Real.

Fundación Aikén no solamente trabaja con el acompañamiento psicológico de familias en duelo, sino que además realizan charlas y talleres por todo el país, con la intención de desmitificar a la muerte y a los duelos. El 29 y 30 de septiembre se realizaron las I Jornadas Latinoamericanas de Duelo, destinadas “a toda persona que resulte interesada en la temática”, cuenta Real.

En esta ocasión, la directora de la Fundación explicaba que este año las jornadas fueron presenciales y virtuales para que todos los que quisieran pudieran participar. Tuvieron más de 40 expositores de distintos países que abordaron la temática desde sus propias experiencias y puntos de vista. El fin era y es “difundir, compartir y posicionar el tema”.

La directora de la Fundación explicó que también trabajan con escuelas a requerimiento de ellas, cuando algún alumno atraviesa un duelo o, bien, cuando algún estudiante o miembro del plantel docente fallece. Allí, Aikén se presenta para dar charlas y abrir espacios que permitan tanto a chicos como adultos hablar del tema. “La finalidad es darle lugar a lo sucedido, compartir vivencias en relación a la pérdida, explorar juntos esas emociones, hacer un ritual de despedida y sobre todo, brindar herramientas para tratar el tema en la escuela”, explica Real.

Experiencias de familiares con la Fundación

Fundación Aikén trabaja en el acompañamiento psicológico no solamente a los niños y adolescentes, sino también al resto de la familia. ANCCOM conversó con Leslie, Mariana y Nora, tres pacientes de la Fundación que actualmente continúan en la terapia. Desde sus distintas experiencias, llegaron a este espacio de duelo por el boca a boca de personas conocidas o antiguos pacientes.

Leslie explica lo que significa Aikén para ella y su familia: “En el espacio encontramos pares atravesados por tragedias similares o parecidas, lo que hace de primera instancia, refugio. Mi hija con niños de su edad que han perdido a su mamá o su papá. Y yo entre los adultos, viudos. Sentirse par, sentirse identificado, ser parte. Hay un recorrido del proceso que se hace más fácil si es acompañado por gente querida, pero creo que es mucho más fácil aún de ser acompañado por gente que vivió una experiencia similar y atraviesa su propia tragedia”.

Leslie, además, cuenta sobre las reuniones presenciales y asegura que es un encuentro de dolores, acompañamientos silenciosos, ojos húmedos y sonrisas amorosas de “haber estado ahí”. Además, están los profesionales que son quienes orientan, apuntalan, generan recursos, ayudan a pensar y visibilizan.

El trabajo realizado con la fundación para Leslie es “un enorme bálsamo, reparo, refugio y consuelo”. Su familia opina lo mismo: “Con mi hija, a pesar del cansancio de la vida cotidiana, del dolor emocional que agota toda reserva energética, esperamos cada martes de encuentro”. Transitar el duelo acompañadas de la Fundación es para ellas sentirse avaladas, entendidas, acompañadas y guiadas. Leslie asegura que Aikén es una enorme red de personas que acompaña día a día. Ella también es psicóloga y apoya la iniciativa de la institución de promover un proyecto de ley para las infancias, porque entiende que los psicólogos deben ser mejor formados en esta temática, así como las escuelas y demás entes reguladores de las familias.

Para Mariana, el trabajo con la Fundación es un tratamiento clave de sesiones grupales con otros familiares en duelo y también de terapia individual en donde son acompañados por profesionales de la salud mental. Además, considera que la experiencia es importante para acompañar a los adultos en su dolor y entender que es sano hacerlo frente a los niños: resulta importante naturalizar el duelo en la sociedad para que los chicos también puedan transitar su dolor.

“Con apoyo y dejándose ayudar se puede ‘transformar’ el dolor más grande que jamás pensamos tener en la vida”, asegura Mariana. “La prioridad era querer salir del pozo en el que se encontraba mi hija Sofía, que con tan solo 7 años no quería disfrutar de paseos. No le interesaba aprender a leer, no cuidaba sus pertenencias e higiene personal y hasta decía haber olvidado el nombre de su papá, reprochándoles  a sus hermanos mayores el haber podido compartir más tiempo de vida con él. Y al compartir con sus pares de Fundación Aikén se podía sentir reflejada y comprendida en su sentir, encontrando un horizonte en su corta edad donde entendió que pese a su crecimiento y desarrollo podría convivir con el duelo de una forma ‘amorosa’ y llevando el recuerdo de su papá «Enrique» (El Veco) en todo lo que ella se proponga hacer en la vida”. Mariana también asegura que es necesario un proyecto de atención integral de la salud mental de los niños y adolescentes en duelo. Para que las familias puedan estar contenidas y los profesionales de la salud y la educación sean capacitados correctamente.

En el caso de Nora, llegó a la Fundación a través de un conocido de la familia. Luego de comprobar que la terapia convencional no era lo que su hijo de 8 años necesitaba, decidió acercarse a Aikén. “El trabajo realizado en la Fundación fue lo mejor que nos pudo suceder en nuestro duelo. Mi hijo, que se sentía muy solo en el aula, porque era el único que había perdido a su papá, encontró su espacio para compartir. Fue escuchado, aprendió a escuchar y un sin fin de experiencias positivas para su vida. Por otro lado, para mí fue enormemente valioso el trabajo coordinado con mis pares, la contención  y el afecto que recibí en esa institución. Literalmente como digo siempre ‘Aikén nos salvó’”. Nora agrega: “Pude encontrar un lugar donde con contención y profesionalismo, expresé mis emociones, temores, angustia, y por, sobre todo, siempre estuve acompañada en mi duelo. Para mi hijo fue vital y fundamental su paso por Aikén. Pudo expresar sus emociones, encontrar respuestas, realizar experiencias con sus pares, que creo, le servirán para toda su vida”.

Proyecto de ley 

En la Fundación Aikén consideran fundamental la existencia de una ley que pueda abarcar el duelo en las infancias. En ese sentido, Aldana Di Costanzo trabajó en conjunto con el diputado Daniel Arroyo para formular un proyecto de ley que dé luz al duelo de las infancias generando herramientas de formación para docentes y personal de la salud.

“El proyecto propone como autoridad de aplicación al Ministerio de Educación de la Nación en articulación asociada con Desarrollo Social y Salud. Tiene varias acciones prioritarias, algunas de ellas: diseño de protocolos para escuelas en casos de duelo, capacitación para docentes, fortalecimiento y formación para equipos de orientación escolar y gabinetes, entre otras”, explica Gabriela Real. Este proyecto fue presentado el 12 de junio de 2023, y se encuentra en comisiones para ser evaluado.

El trabajo de esta Fundación nacida de una necesidad social que supo ver Aldana Di Costanzo, es sin dudas fundamental. Transitar un duelo es uno de los momentos más difíciles para cualquier persona. Pero es aún más difícil para un niño o un adolescente. Por ese motivo es importante que existan este tipo de espacios en donde encontrarse para duelar y sanar sin miedo a dejarse sentir, como bien expresaron sus pacientes. Fundación Aikén tiene siempre sus puertas y brazos abiertos para todas esas familias que están atravesando una gran pérdida.

El viejo truco de convertir a la víctima en victimario

El viejo truco de convertir a la víctima en victimario

La defensa de los prefectos imputados por el crimen de Rafael Nahuel volvió a plantear la teoría del enfrentamiento armado y en los alegatos pidió su absolución.

En el Tribunal Oral Federal de Roca donde se lleva a cabo el juicio por el asesinato de Rafael Nahuel ayer tuvieron lugar los alegatos de la defensa de los imputados. Los abogados de los prefectos, luego de ocho horas, pidieron la absolución para los cinco albatros y la eximición de la pena. Será el miércoles 29 de noviembre cuando se escuchen las palabras finales de los acusados y el veredicto del tribunal. 

Con una sala llena y de forma remota, el abogado Marcelo Rocchetti habló en defensa de los prefectos Francisco Pintos, Guillermo Cavia y Carlos Sosa y pidió que sean eximidos de toda sanción. Solicitó también abrir investigaciones contra las propias víctimas de armas de fuego de aquel 25 de noviembre en Villa Mascardi, Johana Colhuan y Gonzalo Coña, a quiénes acusó de haber disparado armas de fuego y de tener un plan para resistir a las fuerzas de seguridad.

En esa misma línea se expresaron las abogadas Alejandra Busseti y Anabella Schmidt quienes pidieron la absolución de sus defendidos, Sergio García y Juan Obregón, por haber actuado dentro de la legítima defensa, con la idea de que no hubo “excesos”, y de que cumplían con su deber y con una orden judicial.

Con la intención de culpar a las víctimas, Rocchetti manifestó una vez más la existencia de armas de fuego entre los mapuches y los señaló como un “grupo violento con antecedentes violentos”. Reconoció que Cavia fue el autor de un disparo, pero lo excusó por no tener intenciones de matar. Incluso argumentó que los prefectos respondieron a los ataques mapuches tirando bolitas de pintura: “Llegó un momento que las bolitas de pintura se acabaron. Ahí Cavia solicita permiso para responder con arma de fuego, porque su vida estaba en riesgo”. 

El defensor atacó con dureza los alegatos de las querellas, que habían pedido la semana pasada prisión perpetua para los imputados del asesinato de “Rafita” Nahuel, y solicitó que sean anulados. En su extenso alegato expresó que los residuos de pólvora hallados en las manos de Nahuel y de los dos sobrevivientes Fausto Jones Huala y Lautaro Curruhuinca demuestran que sí usaron armas de fuego, y descartó que sean válidos los peritajes de la causa que indican que esos residuos llegaron a ellos por transferencia.

Una nueva audiencia se realizará el próximo 22 de noviembre, una semana antes del veredicto, donde tendrán lugar los planteos de nulidad y en la que las partes podrán hacer pedidos de dúplicas y réplicas. A pesar del pedido de la querella para que la audiencia final se realice en Bariloche luego de seis años de un caso sin resolución, el magistrado respondió que será en General Roca sin dar fundamentos. 

Afuera del tribunal se volvieron a convocar organizaciones de pueblos originarios de la Patagonia, así como sindicales como los docentes de Aduc, y la audiencia fue transmitida por una cobertura colaborativa de medios alternativos. En esa transmisión, recordaron que Rocchetti fue jefe de Gabinete de Cristian Ritondo en el ministerio de Seguridad durante el mandato de María Eugenia Vidal.