Por Melina Pereira
Fotografía: TELAM

 La fundación Aikén trabaja sobre cómo acompañar a los niños en situaciones de duelo. A mediados de este año presentó un proyecto de ley para que el Estado acompañe estos procesos.

Uno de los temas tabú que más cuesta conversar en sociedad seguramente es la muerte. Muchas personas intentan no hablar ni pensar en ella. Sin embargo, cuando se muere una persona cercana y llega la hora de hacer el duelo es necesario expresar y poner en palabras el dolor por la pérdida.

Los niños, muchas veces, a temprana edad se enfrentan con esta realidad tan dolorosa y son los adultos los que deben acompañar el dolor sin saber bien cómo hacerlo.

De a poco, en la actualidad el tema de la muerte y el duelo se ha comenzado a hablar. Existen distintos tipos de terapias y acompañamientos de gran ayuda para quienes están atravesando esta situación. La Fundación Aikén, por ejemplo, nació en 2008 de la mano de la psicóloga Aldana Di Costanzo. En la presentación que realiza en la página web de la Fundación, cuenta que siempre se sintió atraída por el tema de la muerte. En un momento, leyendo el libro Sobre el duelo y el dolor de Elisabeth Kubler Ross, descubrió que en otro país existía un grupo que se especializaba en acompañar a niños y adolescentes en duelo. Entonces, pensó qué importante y necesario sería hacerlo en nuestro país.

Gabriela Real quien actualmente es la directora de Fundación Aikén y también es psicóloga, ingresó como voluntaria en el año 2014, coordinando el Área de Investigación. “Previamente había trabajado muchos años con pacientes terminales y eso me conectó mucho con la muerte y el duelo, por eso, al conocer Aikén, quise sumarme”, recuerda.

Aunque su labor en Aikén fue interrumpida por otros trabajos, retomó nuevamente en el año 2020 como asesora en la Comisión Directiva, hasta que en marzo de este año se convirtió en directora. “En la Fundación acompañamos psicológicamente a las familias en duelo. Lo hacemos con dispositivos grupales y también presenciales. En simultáneo, capacitamos a la población en general y a profesionales de la salud, específicamente, para lograr un mayor entendimiento de la muerte y el duelo, brindando herramientas para que, desde el lugar de cada uno, podamos acompañar mejor a quienes están atravesando una pérdida”, explica Real.

Fundación Aikén no solamente trabaja con el acompañamiento psicológico de familias en duelo, sino que además realizan charlas y talleres por todo el país, con la intención de desmitificar a la muerte y a los duelos. El 29 y 30 de septiembre se realizaron las I Jornadas Latinoamericanas de Duelo, destinadas “a toda persona que resulte interesada en la temática”, cuenta Real.

En esta ocasión, la directora de la Fundación explicaba que este año las jornadas fueron presenciales y virtuales para que todos los que quisieran pudieran participar. Tuvieron más de 40 expositores de distintos países que abordaron la temática desde sus propias experiencias y puntos de vista. El fin era y es “difundir, compartir y posicionar el tema”.

La directora de la Fundación explicó que también trabajan con escuelas a requerimiento de ellas, cuando algún alumno atraviesa un duelo o, bien, cuando algún estudiante o miembro del plantel docente fallece. Allí, Aikén se presenta para dar charlas y abrir espacios que permitan tanto a chicos como adultos hablar del tema. “La finalidad es darle lugar a lo sucedido, compartir vivencias en relación a la pérdida, explorar juntos esas emociones, hacer un ritual de despedida y sobre todo, brindar herramientas para tratar el tema en la escuela”, explica Real.

Experiencias de familiares con la Fundación

Fundación Aikén trabaja en el acompañamiento psicológico no solamente a los niños y adolescentes, sino también al resto de la familia. ANCCOM conversó con Leslie, Mariana y Nora, tres pacientes de la Fundación que actualmente continúan en la terapia. Desde sus distintas experiencias, llegaron a este espacio de duelo por el boca a boca de personas conocidas o antiguos pacientes.

Leslie explica lo que significa Aikén para ella y su familia: “En el espacio encontramos pares atravesados por tragedias similares o parecidas, lo que hace de primera instancia, refugio. Mi hija con niños de su edad que han perdido a su mamá o su papá. Y yo entre los adultos, viudos. Sentirse par, sentirse identificado, ser parte. Hay un recorrido del proceso que se hace más fácil si es acompañado por gente querida, pero creo que es mucho más fácil aún de ser acompañado por gente que vivió una experiencia similar y atraviesa su propia tragedia”.

Leslie, además, cuenta sobre las reuniones presenciales y asegura que es un encuentro de dolores, acompañamientos silenciosos, ojos húmedos y sonrisas amorosas de “haber estado ahí”. Además, están los profesionales que son quienes orientan, apuntalan, generan recursos, ayudan a pensar y visibilizan.

El trabajo realizado con la fundación para Leslie es “un enorme bálsamo, reparo, refugio y consuelo”. Su familia opina lo mismo: “Con mi hija, a pesar del cansancio de la vida cotidiana, del dolor emocional que agota toda reserva energética, esperamos cada martes de encuentro”. Transitar el duelo acompañadas de la Fundación es para ellas sentirse avaladas, entendidas, acompañadas y guiadas. Leslie asegura que Aikén es una enorme red de personas que acompaña día a día. Ella también es psicóloga y apoya la iniciativa de la institución de promover un proyecto de ley para las infancias, porque entiende que los psicólogos deben ser mejor formados en esta temática, así como las escuelas y demás entes reguladores de las familias.

Para Mariana, el trabajo con la Fundación es un tratamiento clave de sesiones grupales con otros familiares en duelo y también de terapia individual en donde son acompañados por profesionales de la salud mental. Además, considera que la experiencia es importante para acompañar a los adultos en su dolor y entender que es sano hacerlo frente a los niños: resulta importante naturalizar el duelo en la sociedad para que los chicos también puedan transitar su dolor.

“Con apoyo y dejándose ayudar se puede ‘transformar’ el dolor más grande que jamás pensamos tener en la vida”, asegura Mariana. “La prioridad era querer salir del pozo en el que se encontraba mi hija Sofía, que con tan solo 7 años no quería disfrutar de paseos. No le interesaba aprender a leer, no cuidaba sus pertenencias e higiene personal y hasta decía haber olvidado el nombre de su papá, reprochándoles  a sus hermanos mayores el haber podido compartir más tiempo de vida con él. Y al compartir con sus pares de Fundación Aikén se podía sentir reflejada y comprendida en su sentir, encontrando un horizonte en su corta edad donde entendió que pese a su crecimiento y desarrollo podría convivir con el duelo de una forma ‘amorosa’ y llevando el recuerdo de su papá «Enrique» (El Veco) en todo lo que ella se proponga hacer en la vida”. Mariana también asegura que es necesario un proyecto de atención integral de la salud mental de los niños y adolescentes en duelo. Para que las familias puedan estar contenidas y los profesionales de la salud y la educación sean capacitados correctamente.

En el caso de Nora, llegó a la Fundación a través de un conocido de la familia. Luego de comprobar que la terapia convencional no era lo que su hijo de 8 años necesitaba, decidió acercarse a Aikén. “El trabajo realizado en la Fundación fue lo mejor que nos pudo suceder en nuestro duelo. Mi hijo, que se sentía muy solo en el aula, porque era el único que había perdido a su papá, encontró su espacio para compartir. Fue escuchado, aprendió a escuchar y un sin fin de experiencias positivas para su vida. Por otro lado, para mí fue enormemente valioso el trabajo coordinado con mis pares, la contención  y el afecto que recibí en esa institución. Literalmente como digo siempre ‘Aikén nos salvó’”. Nora agrega: “Pude encontrar un lugar donde con contención y profesionalismo, expresé mis emociones, temores, angustia, y por, sobre todo, siempre estuve acompañada en mi duelo. Para mi hijo fue vital y fundamental su paso por Aikén. Pudo expresar sus emociones, encontrar respuestas, realizar experiencias con sus pares, que creo, le servirán para toda su vida”.

Proyecto de ley 

En la Fundación Aikén consideran fundamental la existencia de una ley que pueda abarcar el duelo en las infancias. En ese sentido, Aldana Di Costanzo trabajó en conjunto con el diputado Daniel Arroyo para formular un proyecto de ley que dé luz al duelo de las infancias generando herramientas de formación para docentes y personal de la salud.

“El proyecto propone como autoridad de aplicación al Ministerio de Educación de la Nación en articulación asociada con Desarrollo Social y Salud. Tiene varias acciones prioritarias, algunas de ellas: diseño de protocolos para escuelas en casos de duelo, capacitación para docentes, fortalecimiento y formación para equipos de orientación escolar y gabinetes, entre otras”, explica Gabriela Real. Este proyecto fue presentado el 12 de junio de 2023, y se encuentra en comisiones para ser evaluado.

El trabajo de esta Fundación nacida de una necesidad social que supo ver Aldana Di Costanzo, es sin dudas fundamental. Transitar un duelo es uno de los momentos más difíciles para cualquier persona. Pero es aún más difícil para un niño o un adolescente. Por ese motivo es importante que existan este tipo de espacios en donde encontrarse para duelar y sanar sin miedo a dejarse sentir, como bien expresaron sus pacientes. Fundación Aikén tiene siempre sus puertas y brazos abiertos para todas esas familias que están atravesando una gran pérdida.