Las qataríes y la tutela masculina

Las qataríes y la tutela masculina

Comienza la Copa del Mundo en la Península Arábiga y las preguntas sobre el lugar y los derechos de las mujeres y minorías sobrevuelan al país musulmán. El peso del Corán y de las tradiciones.

Este mes comenzará la XXII edición de la Copa Mundial de Fútbol masculino en Qatar. Millones de personas de todo el mundo se trasladarán al país oriental para apoyar a su selección y, quizá muchos menos, se resistirán a ser parte del fervor global ante las denuncias de violaciones a los derechos humanos en el país anfitrión. Entre otras cuestiones, muchos ponen la lupa en la situación de las mujeres: ¿qué pasa con ellas? ¿Cómo viven? ¿Qué reglas deberán seguir las turistas occidentales?

Para comprender la situación de las mujeres en Qatar es necesario tener en cuenta su condición como país oriental y situarse históricamente. Qatar está ubicado en la subregión de los países del Golfo Pérsico, forma parte de las monarquías árabes, como Arabia Saudita. Cuenta con 2.8 millones de habitantes, entre los cuales solo 10% y 20% son ciudadanos qataríes, el resto se divide entre migrantes y trabajadores.

En el caso del islam, no hay un organismo central similar al Vaticano que establezca una única interpretación válida de los libros religiosos, sino que existe una multiplicidad de interpretaciones más o menos ortodoxas. “La religión funciona como ley, no es que haya una religión por sobre las leyes. La religión es la ley y todo lo que se legisla se hace a partir de una interpretación del libro sagrado: el Corán. Existen leyes, pero no está la diferencia que tenemos nosotros entre leyes civiles y leyes religiosas”, explica Mariela Cuadro, Doctora en Relaciones Internacionales y Coordinadora-investigadora del Departamento de Medio Oriente del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata.

La interpretación que hace el país anfitrión del Mundial sobre el Corán implica diferencias entre los derechos de hombres y las mujeres. En Qatar rige el sistema de “tutela masculina”, en marco de este sistema, las mujeres están ligadas a su tutor varón, habitualmente su padre o un hermano, abuelo o tío o, en caso de estar casadas, su esposo y necesitan de su permiso para poder realizar ciertas actividades. “Tal como postula el sistema, las mujeres necesitan el permiso de su tutor para tomar decisiones vitales claves como casarse, estudiar en el extranjero con becas públicas, trabajar en puestos del gobierno, viajar al extranjero hasta cierta edad y hasta recibir algunos servicios de salud reproductiva. Además, la legislación relativa a la familia discrimina a las mujeres al dificultarles el divorcio, y las mujeres divorciadas no pueden ejercer la tutela de sus hijos e hijas. Las mujeres en Qatar (y también, por ejemplo, en Arabia Saudí) siguen siendo discriminadas en la ley y en la práctica”, postula Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

“Uno de los casos en que las mujeres no precisan permiso es para salir del país solas. Legalmente no lo precisan, pero en la práctica no sucede, a ninguna se le ocurre salir del país sola y en el aeropuerto les piden el permiso, pero no es algo legal. No hay una aplicación del gobierno que solicite el permiso para viajar sola. Ahí hay una especie de gris”, agrega Mariela Cuadro.

Este tipo de prácticas son muy comunes en Qatar, ciertas tradiciones, aunque no estén expresadas en la ley, siguen funcionando como ordenadoras de la vida en sociedad. “Las cuestión de diferencias entre los géneros está sostenida sobre la ley religiosa. Por supuesto, sobre una interpretación. En última instancia es un texto, un libro y las palabras se interpretan. Lo que hay son interpretaciones que son, por un lado, gubernamentales, pero después hay interpretaciones de las personas”, concluye Cuadro. Con respecto al voto, las mujeres gozan de este derecho desde 1999. Se vota por el Consejo Consultivo, que se encarga de asesorar al emir, aunque él tiene la posibilidad de no acatar lo que éste disponga.

La libertad de expresión en Qatar se encuentra limitada ya que no hay grandes empresas de medios que no estén vinculadas con el gobierno. No hay medios que intenten disputar el relato, por lo que es muy difícil que se denuncien estas cuestiones. Belski recuerda el caso de Mohammed al Aljami, un poeta que fue condenado por recitar un poema crítico al emir en 2012. “En Qatar existen leyes que imponen restricciones arbitrarias sobre la libertad de expresión, como la Ley de Imprenta y Publicación de 1979, y la Ley contra Delitos Cometidos a través de Tecnologías de la Información, de 2014”, explica la directora de Amnistía Internacional Argentina.

Una pregunta que suele surgir al observar la situación desde Occidente es si existen movimientos feministas que luchen por los derechos de las mujeres en Qatar. Si bien no hay unidad o un movimiento feminista consolidado se alzan voces individuales y aisladas de mujeres. Éstas denuncian las situaciones de opresión y buscan transformarlas.

Soledad Sosa vivió en Doha, la ciudad capital, por tres años. Se mudó por el trabajo de su marido. Durante su estancia fundó, junto a otras mujeres, Argentinas en Qatar, una comunidad para migrantes. En su tiempo viviendo en el país notó que las nuevas generaciones son más abiertas, estudian, trabajan y son profesionales. En cambio, de las mujeres mayores muchas no estudiaron y tampoco trabajan. Con respecto a la incertidumbre que hay por parte de las turistas occidentales que van a viajar por el Mundial comenta: “Hay mucho prejuicio con el mundo musulmán. No llega mucha información. Lo muestran como lo malo, peligroso, les hacen fama de terroristas. En el mes del mundial van a hacer la vista gorda porque Qatar quiere darle la bienvenida al mundo y que la gente quede alucinada con el país que formaron para que vuelvan. Una cosa es vivir como residente que te tenés que amoldar a la cultura y otra cosa es ir de turista al Mundial”.

En esta línea, los inmigrantes o turistas no están obligados a usar el manto de abaya o el thawb como las mujeres y los hombres qataríes. En el código de vestimenta se pide cubrirse las rodillas y los hombros. A su vez, el alcohol en la vía pública está prohibido, solo los hoteles internacionales tienen permitido venderlo y consumirlo, aunque debe ser puertas adentro.

“Yo allá hacia mi vida normal, iba al cine, al shopping, a tomar un café con amigas, manejaba. Existe Tinder, la droga, el alcohol, la prostitución. La diferencia es que es puertas para adentro, en la calle te tenés que comportar. Dentro de tu casa vos podés ser gay, lesbiana, pero no podés darte besos en la vía pública, estar de la mano o hacer el amor en la plaza. Infunden el miedo y ante el miedo o la vergüenza no lo hacés. A veces uno se cansa, porque nació en libertad y en democracia”, comenta Sosa.

En Qatar, la homosexualidad está prohibida por lo que una pareja gay o lesbiana no puede tener demostraciones cariñosas en la vía pública. Con respecto a ciertos límites culturales, la investigadora Cuadro remarca la importancia de respetarlos, como es el caso de los abrazos o el saludo con un beso que es una costumbre en Argentina. Esto en Qatar no se puede hacer porque pone en una situación de incomodidad al qatarí, ya que con el beso se atraviesa una intimidad personal a la que no están acostumbrados. “Hay que tener respeto con algunos límites. Los argentinos somos muy de abrazar, ellos se expresan mucho a través de la palabra, de la mirada, de los gestos, de hacerte sentir que sos importante sin necesidad de tocarte. Nosotros nos abrazamos para decir eso, ellos lo dicen de otra manera”, concluye Cuadro. Además, remarca que se debe ir con amabilidad, humildad y respeto hacia Qatar y sus costumbres, para poder garantizar una buena estadía y un momento celebratorio como es el Mundial.

Brasil decide su destino

Brasil decide su destino

En el marco de una polarización a nivel global, con la consolidación de la extrema derecha y el neofascismo como fuerza con peso político electoral, la segunda vuelta del 30 de octubre entre Lula y Bolsonaro tendrá impacto en toda la región. ¿Bolsonaro reconocerá el resultado?

En Brasil reina la violencia y la incertidumbre. El pasado 23 de octubre un exdiputado aliado de Bolsonaro, Roberto Jefferson, se atrincheró en su casa y disparó balas y granadas a la policía que cumplía con el mandato del Supremo Tribunal Federal de detenerlo por violar la prisión domiciliaria que debe cumplir por impulsar un golpe de Estado en 2021.

La última encuesta divulgada por la consultora Quaest revela que Lula encabeza los pronósticos con un 53 por ciento contra un 47 de Bolsonaro. Sin embargo, la agencia Paraná Pesquisas presenta un escenario de empate técnico. La primera vuelta del 2 de octubre estuvo marcada por el sorpresivo desempeño del actual presidente que acumuló varios puntos más que lo que vaticinaban los sondeos, un 43,2 por ciento de los votos, a tan sólo 5 de Lula, que recolectó el 48,4 por ciento.

El fortalecimiento de la extrema derecha responde a una serie de fenómenos estructurales que se combinan con un contexto internacional cada vez más polarizado. Alejandro Frenkel, investigadoar del CONICET, politólogo y docente de la Universidad Nacional de San Martín, es categórico: “Yo daría por descontado que Bolsonaro va a desconocer el resultado y que se va a abrir un período de conflicto, incertidumbre, negociación, donde el posicionamiento de muchos actores va a ser clave para reconocer a Lula si acaso es electo por poco margen. Probablemente, los gobiernos a nivel internacional lo reconozcan y eso va a jugar a favor. Pero después está el rol de otros partidos, sobre todo el llamado Centrão y los militares”.

“El bolsonarismo está allanando el terreno para embarrar la cancha, no reconocer la elección y después de una primera vuelta con la sorpresiva colecta de votos de Bolsonaro, más de lo que se pensaba, se envalentona más las posibilidades de que pueda ganar, con lo cual va a hacer que una derrota sea menos digerible todavía”, agrega Frenkel.

Sobre este aspecto particular de la primera vuelta, un voto vergüenza u oculto a Bolsonaro, la investigadora y docente en el Área de Relaciones Internacionales de FLACSO/Argentina, Juliana Peixoto, afirma: “En Brasil se constata una conciencia creciente en la población que escapa a los métodos de recolección de información clásicos. Está la posverdad, esta idea de que todo es una opinión y ese rechazo a la ciencia, a la investigación, a los métodos científicos. Hay rechazo a la encuesta, y el voto vergüenza sorprendió bastante porque en realidad estábamos esperando un voto oculto a Lula también”.

El clima político y social en Brasil guarda muchísimas diferencias con el que se vive en Argentina. El crecimiento de la ultraderecha bolsonarista empalma con una serie de cuestiones más estructurales que constituyen el imaginario de la sociedad brasileña. Según Peixoto, “el voto vergüenza también tiene que ver con la construcción muy arraigada del enemigo comunista, del enemigo PT, del enemigo rojo, que habla de una inmensa ignorancia política. En comparación con Argentina, en Brasil no existe estudiar la Constitución en la secundaria, que parece algo formal pero no lo es tanto. Hay mucho menos formación ciudadana, menos debate político y menos política en las calles. Hay muy poca movilización. Con lo cual eso es un caldo de cultivo para ese tipo de movimientos”.

El proceso dictatorial en Brasil también tuvo otras características y tampoco hubo un Nunca Más como en la Argentina. “El hecho de que Bolsonaro haya reivindicado a un torturador de la dictadura durante el impeachment a Dilma, por ejemplo -señala Peixoto-. Esto es gravísimo para sectores específicos de la sociedad, porque fue otra dictadura, otro proceso de amnistía, no hubo revisionismo, no hubo condena social, la problemática de los torturados y asesinados (porque en Brasil el principal problema fueron los torturados) es poco visibilizada”. Y destaca: “Las Fuerzas Armadas tienen mucha legitimidad, de hecho la policía que está en las calles es llamada ‘policía de represión’. Está la policía civil, que colabora con cuestiones judiciales y administrativas, y está la de represión, el patrullero que está en la calle”.

Peixoto, por su parte, le asigna un papel determinante a las cadenas como O Globo, “que si bien no cierra con Bolsonaro, apoyó el impeachment y defenestró al PT y sus gestiones, a pesar de haber apoyado a Lula en 2002, con lo cual es ese ‘bicho’ que va para donde lleve la marea”. “El apoyo en 2002 de O Globo fue clave para que Lula ganara -opina-. La campaña, más el descontento con los últimos años de gobierno del PSDB, fueron muy interesantes, pero el toque fue el apoyo masivo tuvo en los medios, se veía que era una ola imparable, entonces O Globo se subió al tren”.

La correlación de fuerzas tras la primera vuelta, el 2 de octubre, dio aire a Bolsonaro y a los sectores ultra reaccionarios, que crecieron en el número de bancas en Diputados y Senadores. El Partido Liberal de Bolsonaro pasó a tener el bloque más grande en la cámara baja con 99 parlamentarios. El bloque conocido como “la bala”, conformado por exmilitares integrantes del movimiento que promueve el uso civil de armas, aumentó de 28 a 36. En las gobernaciones de los principales estados se configuró una mayoría afín a la ultraderecha de Bolsonaro y sus aliados: obtuvieron 9 de las 15 que se disputaron, mientras que 5 quedaron en manos de candidatos aliados al PT.

«Me imagino un gobierno muy complicado», pronostica Frenkel.

Está pendiente la definición de los gobiernos regionales de 12 estados que se elegirán este domingo, entre ellos la gobernación del estado de San Pablo, el más poblado y rico del país, donde el exministro de Bolsonaro Tarciso Gomes Freitas fue el más votado en primera vuelta (42,32 por ciento) y se enfrenta a Fernando Haddad (35,70 por ciento). Para Peixoto, “la correlación de fuerzas es algo dinámico, el PT ha crecido en diputados y gobernaciones. El PT es un partido muy pequeño que siempre depende de coaliciones para gobernar, y eso es un problema del sistema de partidos en Brasil”. Esta situación político-institucional plantea un panorama incierto sobre cuáles serán los recursos del PT para llevar adelante su agenda y lidiar con una oposición de ultraderecha consolidada si se llega a imponer en el balotaje.

“Me imagino un gobierno muy complicado, con mucho conflicto -sostiene Frenkel-. Por un lado, Lula va a tener mucha oposición desde lo institucional: el bolsonarismo con mayoría en el Congreso, los sectores conservadores, la bancada de ‘la bala’. Va a tener que negociar con otros sectores la gobernabilidad. Y al mismo tiempo, va a tener las presiones de su propio partido, de sectores más a la izquierda, y ahí va a aparecer la habilidad política de Lula, pero también se van a ver cuáles son los límites estructurales”.

La presión social en las calles es clave a la hora de pensar el desarrollo de los acontecimientos. Frenkel infiere que “va a ser muy complicado en términos sociales. Una particularidad del Brasil de los últimos años es que se acostumbró a tener movilizaciones callejeras, algo no muy tradicional en la historia del país excepto por el Movimiento de los Sin Tierra (MST) o los sindicatos, pero ahora protagonizadas por el bolsonarismo. Entonces Lula va a enfrentar un clima social de convulsión con sectores con capacidad de movilización y de producir violencia política”.

Sobre los aspectos más estructurales que sostienen la economía en Brasil, como el crecimiento del agronegocio y la consecuente destrucción de la Amazonía, o las reformas regresivas implementadas desde el gobierno de Temer, los índices de desocupación y pobreza que aumentaron exponencialmente bajo el gobierno Bolsonaro, tanto Frenkel como Peixoto coinciden en que es difícil que un gobierno del PT pueda revertir el rumbo, aunque sí confían en medidas paliativas que lo frenen.

“El tema económico Lula lo va a matizar, va a haber asistencia a la pobreza, pero no creo que pueda tocar lo estructural, los temas ambientales, el agronegocio, quizás haya más control. Lo que está pasando en el gobierno de Bolsonaro con la Amazonía es tremendo. La tasa de deforestación es de 18 árboles por segundo”, remarca Peixoto. En el mismo sentido, Frenkel observa que Lula va a asumir heredando un programa económico neoliberal blindado, en cierta medida, por la “ley del techo de gastos”. “Eso implica un limitante, va a tener que negociar para derogarla, o encontrar los resquicios si pretende aumentar el gasto social. Va a tener las limitaciones del modelo económico que deja Bolsonaro”, asegura. La ley del techo de gastos fue aprobada bajo el gobierno de Michel Temer en 2016, al igual que la reforma jubilatoria, pese al fuerte rechazo de la sociedad brasileña. En tanto, en sus últimas declaraciones, Lula ha anticipado que el suyo será un gobierno de centro, en un gesto al empresariado y los sectores del establishment.

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La política llegó al fútbol…  hace rato

La política llegó al fútbol… hace rato

Fabián Doman triunfó en las elecciones de Independiente y ocasionó una ola de festejos por parte de las principales figuras del PRO. Esto trajo nuevamente la atención sobre el vínculo entre política partidaria y clubes. ¿El fútbol es ahora un espacio de disputa? ¿Detrás viene la idea de la privatización de las instituciones?

óTras arrasar en las elecciones a comienzos de octubre, Fabián Doman fue elegido como el nuevo presidente de Independiente, marcando el final de la conducción del líder del sindicato de Camioneros, Hugo Moyano. En el frente ganador se destacan las figuras de Néstor Grindetti, actual intendente de Lanús por el PRO, como vicepresidente primero, y la del diputado nacional y referente del partido en la Provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, como vocal.

Al conocerse los resultados, otras figuras de peso en el PRO como Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta (confeso hincha de Racing) o María Eugenia Vidal (simpatizante de Boca) festejaron la victoria del frente como suya, algo que generó muchas repercusiones y trajo nuevamente la discusión acerca de las vinculaciones entre fútbol y política partidaria.

Ariel Scher, periodista deportivo y escritor, recuerda una idea de Michel Foucault (“donde hay poder, el poder se disputa”), para explicar lo que ocurre en el fútbol: “La disputa tiene un largo recorrido en la historia de los clubes y en particular en la Argentina donde los clubes han sido un agente socializador y desde luego un espacio de identidad fortísimo”, afirma Scher.

En nuestro país, el fútbol es un vórtice en el que se encuentra casi todo: el espectáculo, la pasión, la tradición, el barrio, la creación de identidades, pero también mucho dinero y, por lo tanto, poder. Por eso no es extraño que quienes lo disputan -ya sea desde los partidos políticos o desde los tronos del imperio económico- miren ese espacio y quieran formar parte: “Hace política Cambiemos, hace política el PJ, hace política Disney”, dice el columnista del programa radial Aquí, allá y en todas partes y Especial Qatar .

            El autor y periodista deportivo de Tiempo Argentino y otros medios, Alejandro Wall coincide en este punto con Scher. Para él, las disputas políticas en los clubes hablan bien de su vida social y política como las asociaciones civiles que son: “Donde no hay política, en todo caso, es en clubes que fueron gerenciados o que son conducidos de manera autoritaria, en donde no hay posibilidad de oposición”, sostiene. También entiende, al igual que Scher, la importancia del fútbol y las potencialidades que ofrece: “Por supuesto que el fútbol permite hacer negocios, el fútbol da visibilidad, el fútbol da un montón de cuestiones y por tanto eso hace que desde distintos sectores políticos quieran entrar dentro de esa lógica”, expresa el integrante del equipo del programa de Radio con Vos llamado Pasaron Cosas.

 

Para este periodista, lo que resulta más novedoso es la hegemonía que logran algunos partidos políticos en determinados clubes. En el caso de Independiente señala la fuerte presencia de Juntos por el Cambio y destaca que dirigentes de mucho peso de la coalición, que en algunos casos no eran socios ni hinchas del club, celebraron como un triunfo propio la victoria de Doman. Algo similar sucedió en el caso contrario, recuerda Scher, con la derrota de Daniel Angelici y el macrismo en Boca en 2019, donde el triunfo de Jorge Ameal fue celebrado por sectores más ligados al oficialismo nacional. Sin embargo, esto no sería algo nuevo en ambos clubes, ya que previamente otros espacios tenían un predominio muy marcado sobre ellos. En el caso de Independiente el sindicato de camioneros conducido por Hugo y Pablo Moyano gobernó el club desde 2014. Lo mismo ocurría en Boca, “un club colonizado por el PRO”, como lo describe Wall, hasta la derrota de Angelici en 2019. Allí se dio el proceso inverso, ya que Mauricio Macri ingresó en la política utilizando su gestión en el club como plataforma. 

En disputa

            “Resulta difícil encontrar una hegemonía tan marcada en otros clubes. Por lo general existe una convivencia de dirigentes de fuerzas diversas que pese a no comulgar o compartir listas en otro tipo de comicios pueden lograr acuerdos en sus clubes”, opina Scher. Para el periodista, a veces el fútbol desdibuja esa idea de un un traslado automático de los alineamientos de otro lugar a los de un campo como el de los clubes. Eso podría deberse a que el vínculo entre estos dirigentes primero se da por el lazo con el club que comparten antes que por su pertenencia política: “Da la impresión de que quizás algunos actores de la política no tienen diferencias tan agudas en términos de su concepción del mundo como podría parecer en un principio”. Incluso en los ejemplos antes mencionados de Independiente y Boca puede encontrarse esa convivencia de sectores diferentes. Durante la gestión de Mauricio Macri en Boca existían alianzas con figuras políticas ajenas al PRO como el actual presidente del club xeneize, Jorge Ameal o el fallecido sindicalista y diputado nacional justicialista, Roberto Digón. En Independiente, durante la gestión de Hugo Moyano, se dio la presencia de dirigentes que luego pasaron a estar en la conducción actual, como es el caso de Cristian Ritondo o de Carlos Montaña, exfuncionario de Alicia Kirchner y actual de Sergio Berni en el ministerio de Seguridad bonaerense.

Lo mismo ocurre en clubes como Racing o River, por mencionar a algunos de los más conocidos, donde dirigentes vinculados a Rodríguez Larreta coexisten con partidarios de Máximo Kirchner y La Cámpora. En el club de Avellaneda esto fue evidente cuándo, aún pese a sus diferencias a nivel nacional, ambos dirigentes brindaron su apoyo a la conducción oficialista de Víctor Blanco. San Lorenzo tuvo como presidente a Matías Lammens, actual ministro de Turismo y Deporte en el gobierno del Frente de Todos y ahora es dirigido por Horacio Arreceygor, Secretario General del Satsaid (Sindicato Argentino de Televisión). La lista de nombres es interminable.

Todos mezclados

            “Lo que suele suceder es que hay dirigentes que hacen política y no hay nada de malo en que lo hagan. El problema está en que un grupo determinado controle un club porque entonces el club pierde el rumbo y la lógica, o mejor dicho el objetivo para el cual está hecho que es básicamente un club social de fútbol, con deportes y demás”, afirma Wall.

Scher cree que la victoria de una fuerza política en un club no implicaría una dominación total y homogénea de la misma sobre la institución, o por lo menos no de forma automática. Eso no quiere decir que no haya una intencionalidad, como bien se vio en algunos de los ejemplos anteriores: “En construcciones tan lábiles y multiformes como estas a veces es difícil ser tan rotundo como en otros terrenos”, opina el periodista.

            José Luis Lanao, periodista deportivo de Página 12 y otros medios, trae al debate una idea interesante: “En los clubes se está llevando a cabo una disputa ideológica que traspasa lo partidario”. Para Lanao hay un intento del poder económico de ingresar en los clubes con el objetivo de privatizarlos y gerenciarlos: “Detrás de lo político siempre está lo económico”. Por eso no es rara la aparición de dirigentes que comulgan con estas ideas apoyados por el exitismo que rige en el fútbol argentino. Nunca faltan los hinchas que movidos por la urgencia del triunfo inmediato abren las puertas a proyectos de sociedades anónimas que prometen grandes inversiones a los clubes a costa de sacrificar el espacio social para la comunidad.

 El periodista de La Tecl@ Eñe y Revista Haroldo sostiene que en algunas oportunidades hay dirigencias que apuntan al deterioro de los clubes para que sea mejor recibida la llegada de fuertes grupos empresarios y posibilitar la compra del club sin enfrentar mayores resistencias. Entre algunos ejemplos el periodista menciona el caso del Barcelona en España, cuyo derrumbe en el último tiempo fue consecuencia de malos manejos dirigenciales, con la salida de Messi como máximo exponente. De esa forma se podría esconder la llegada de poderosos inversores árabes, como ha ocurrido en otros equipos europeos. Dentro de estos empresarios vinculados al mundo del fútbol, Lanao alude a un argentino que actualmente es el máximo accionista del club español Elche, Christian Bragarnik, cuya sigilosa influencia crece cada vez más en el fútbol argentino y sus equipos. Desde su llegada a Defensa y Justicia como asesor, gerente y director deportivo, hoy el nombre de Bragarnik suena en clubes como Arsenal de Sarandí, Rosario Central, entre otros.

En el fútbol argentino la resistencia a estos embates del poder económico se sostiene gracias al apoyo de organizaciones sociales y un sector de hinchas movilizados. Sin embargo, sin un claro compromiso ideológico por parte de las mayorías, Lanao teme que los clubes argentinos podrían seguir los pasos de los equipos europeos o, incluso, los casos no tan lejanos de Chile, Uruguay y el reciente ejemplo de Brasil, donde se aprobó una ley que permitió la creación de clubes empresas.

Queda claro que las disputas políticas en el fútbol no son algo nuevo ni mucho menos. Sin embargo, en el último tiempo se observan intenciones de ir en direcciones más polarizadas con resultados que pueden no ser tan evidentes a primera vista. El tiempo dirá si estos casos son excepciones a la regla y la pluralidad de voces prevalecerá en los clubes o si este es el comienzo de un nuevo modo de hacer política en el fútbol argentino.

Marcharon contra el Poder Judicial riojano y misógino

Marcharon contra el Poder Judicial riojano y misógino

Arcoiris, una niña de cinco años, denunció abusos por parte de su abuelo. Como contraataque, enjuiciaron a su madre por «desautorización a la justicia» y le quieren quitar la guarda. Los lazos entre funcionarios y acusados.

Delfina tiene que presentarse a declaración indagatoria el próximo 25 de octubre en La Rioja, dado que le rechazaron la audiencia mediante un entorno virtual.  Oriunda de la capital de dicha provincia, está radicada en la Capital Federal con su hija Arcoiris. Ambas se encuentran a resguardo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con medidas de protección a partir de la intervención de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el juzgado Civil 106 de CABA.

Así, Delfina Silva Zárranz debe  volver a La Rioja junto a su hija Arcoiris porque fue citada por el Poder Judicial de esa provincia. Mientras las imputaciones por desobediencia a la autoridad en su contra avanzan, las denuncias que la madre hizo en La Rioja contra el abusador y abuelo paterno de su hija, José Vergara, no terminan de resolverse.

“Lo que pasa en La Rioja da cuenta de ese entramado judicial misógino que, por un lado, es bien adulto-céntrico en tanto que desoye la voz de la niña Arcoíris y su padecimiento ,y por otro lado, criminaliza a Delfina como madre protectora y avanza  sobre ella rápidamente”, dijo Mónica Macha, diputada Nacional por el Frente de Todos a cargo de la mesa nacional contra el  abuso sexual en infancias y adolescencias.

Delfina contó a ANCCOM que el Poder Judicial de La Rioja armó la “encerrona” perfecta: “Pedí que la indagatoria sea por Zoom y me la aceptaron pero, sorpresivamente, la suspendieron. Cuando me vuelven a citar para el 25 pido que sea por Zoom y me la rechazan. La jueza de la Cámara Cuarta en lo Civil, Comercial y de Minas, Carla Menem -sobrina del expresidente, Carlos Saúl Menem y nombrada en mayo de este año- hace tres semanas ordenó que mi hija sea llevada a la provincia por la fuerza pública y a la casa de su progenitor. Me suspende la responsabilidad parental, me imputa por desobediencia a la autoridad y me pone multas. Esto se frenó porque hay una presentación y tienen que resolver”. Al respecto, Delfina sintetizó: “Es la encerrona perfecta porque si hace tres semanas una jueza ordenó que mi hija sea entregada al progenitor, hoy no me dejan declarar por Zoom cuando sí lo están dejando en otras causas, tiene que ver con que vaya a La Rioja, apresarme y que mi hija sea entregada al progenitor”.

El pasado viernes se realizó en Plaza de Mayo una convocatoria en apoyo a Delfina. Participaron distintas organizaciones tales como el colectivo Justicia por Arcoiris, Yo Sí  Te Creo, Pan y Rosas, Plenario de Trabajadoras, y Marabunta, entre otras. El lema del encuentro fue: “Una muralla humana para proteger a Arcoiris y su mamá”. 

“Mi hija tiene 6 años, desde los 2 años y medio que viene relatando situaciones de abuso sexual por parte de su abuelo paterno. En el  2018 realicé la primera denuncia en La Rioja en Asuntos Juveniles. Lo primero que hace el Poder Judicial de la provincia es dilatar la denuncia. Hoy vamos con 5 denuncias de abuso sexual y el Poder Judicial nunca dispuso del medio o las medidas para proteger a mi hija”, relató la mamá de Arcoiris. 

“Las infancias no mienten porque no tienen la capacidad de poder mentir sobre un abuso sexual porque no lo conocen, no pueden estar contando algo que no conocen”, agregó Delfina y añadió: “Arcoiris era tan chiquita que decía me toca acá  y a mí no me gusta. Además, se orinaba encima y en situaciones donde volvía de la casa de su progenitor, llegaba, cruzaba la puerta y se sacaba la ropa porque se quería bañar. Es decir que el abuso sexual sobre mi hija se manifestaba de varios modos y, sin embargo, nunca hubo una voluntad del poder judicial en creerle”.

Para Mónica Macha, “todo lo que son las medidas de prevención y cuidados que fueron solicitadas al Poder Judicial  en La Rioja y que entran en la misma línea de las distintas instancias que las abogadas de Delfina fueron planteando  resultaron desoídas”. En este sentido, Delfina añadió  que en la provincia “funciona el amiguismo y conservadurismo”. Al respecto, explicó: “En el Poder Judicial de La Rioja han tomado como un crimen que yo le crea a mi hija, estas cosas allá no se denuncian. El denunciado por abuso sexual, José Vergara, trabaja con Karina Becerra, miembro del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), son amigos. Además, Becerra es presidenta del Consejo de la Magistratura y es sobrina del gobernador de la provincia,  Ricardo Quintela”. 

La muralla humana que se llevó adelante en Plaza de Mayo tuvo a Delfina y su hija como protagonistas pero también a cientos de madres protectoras cuyas palabras son desoídas por el Poder Judicial a lo largo y a lo ancho del país. “El abuso sexual en las infancias es tortura, las re-vinculaciones forzadas son torturas. La excepción es a la que le dan medidas para proteger a sus hijos, la regla somos nosotras, las que somos denunciadas, las que empezamos a peregrinar para proteger a nuestros hijos, a las que destruyen física y emocionalmente. El abuso intrafamiliar en las infancias es más común de lo que parece”, relató Delfina.

La diputada Macha se refirió a la mesa nacional contra el  abuso sexual en infancias y adolescencias: “Comenzamos en febrero de 2022 y la idea  de este armado, junto a distintas organizaciones, tiene que ver con dar mayor visibilidad  a esta problemática. Partimos de la definición de que hay cinco casos emblemáticos no solo por el tiempo que llevan en procesos judiciales sino también por la sistematicidad a las que son sometidas madres y niños”. Uno de esos casos es el de Gilda Morales quien denunció hace 7 años al padre de uno de sus hijos luego de que el niño manifestara señales de abuso sexual. Ricardo Galoppo, el padre del menor, solicitó la custodia aludiendo que Gilda estaba obstruyendo el vínculo. Hoy Gilda y su hijo continúan padeciendo el accionar del fuero de Familia de Córdoba.

“Esa presión que padezco en La Rioja es adoctrinamiento. Es presión para que regrese. Es para que otras madres se callen porque si vos hablas y le crees a tu hijo, vas a terminar así”, precisó Delfina.

Ganancias sobre ruedas

Ganancias sobre ruedas

Según Alberto Rodríguez, secretario general de la Asociación de Taxistas de Capital (ATC) UBER gana unos $158 millones de dólares al año que se van del país. La cifra no es precisa, pero faltan fuentes transparentes que garanticen la rigurosidad del cálculo.

 

“Anualmente UBER ganaría 158 millones de dólares en la Argentina. Como no realizan inversión de ningún tipo, porque no gastan en autos (a lo sumo, no sé, arreglaran sus computadoras), ese dinero se fuga del país”, afirma Alberto Rodríguez, secretario general de la Asociación de Taxistas de Capital (ATC).

La cifra, que Rodríguez reconoce como estimativa, surge  de los reportes de ganancias que hacen las empresas que cotizan en bolsa. A esta información se suman las constantes filtraciones sobre presiones, amenazas y estrategias agresivas hacia los gobiernos de los países en donde operan y una rentabilidad que no deja de ser ni clara ni transparente.

El 12 de abril de 2016, UBER se instaló en Argentina sin cumplir requerimientos legales, sin pagar impuestos y sin CUIT habilitante. ¿Cómo lo logró? Sobre todo por medio de presiones al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y gestiones ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para evitar el pago de impuestos. Estas maniobras se conocieron por la filtración de documentos, correos electrónicos y mensajes de texto del período  2013- 1017, obtenidos por The Guardian y luego publicados y compartidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ)

En febrero del 2018, una resolución de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas, hizo lugar al pedido de clausura del fiscal de Cámara, Claudio Lapadú. Esto llevó al bloqueo de UBER por organizar actividades lucrativas no autorizadas en el espacio público; los pasajeros ya no pudieron pagar sus viajes con tarjeta e inhabilitó a su CEO local, Xavier Otero, por dos años. Sólo cuatro meses después, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires revocó la resolución alegando que ”está  permitido que cualquier conductor transite con su vehículo particular o el que le ha sido encomendado por las calles y avenidas libradas al uso automotor con o sin pasajeros”. Nuevamente en 2020, el mismo Tribunal rechazó la apelación del fiscal Claudio Lapadú, quien reclamaba la inconstitucionalidad del fallo anterior. Se determinó así que Uber no cometía ninguna contravención, con lo que su actividad quedó legalizada.

“En nuestro país Uber se considera a sí misma como una plataforma, no como una empresa de transportes. En abril de 2019, la AFIP determina que Uber tiene una deuda con el fisco, en materia de tributos y cargas sociales, por $358.700.000 de los períodos 2016-2107”, explica Juan Manuel Ottaviano, abogado laboralista especialista en derecho de trabajo y seguridad social y asesor de la Asociación de Personal de Plataformas (APP), primer sindicato de trabajadores de plataformas en América Latina. Para Ottaviano, la AFIP partió de “una presunción de deuda que estimó según un análisis de la ruta del dinero que cobran los choferes y que es recaudada por UBER de manera continua y periódica en concepto de comisión, pero a la vez, de cobro de servicio de movilidad de transporte; y también de otra presunción de que los choferes están trabajando para una empresa de plataforma y en relación de dependencia”.

Para el abogado “el asunto pendiente es la clasificación de la actividad económica de UBER o su debate, por lo menos administrativo, para que la AFIP pueda encuadrar adecuadamente el servicio que UBER presta”. Al no estar dirimida la cuestión de la clasificación económica, tampoco lo está el encuadre del trabajo de los choferes, si son empleados en relación de dependencia o contratistas que hacen uso de la aplicación.

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Uberización o independencia

Alberto Rodríguez asegura que UBER elude cargas sociales de los trabajadores mediante el uso de lo que considera “un eufemismo”: “Decir que sus empleados son socios es de una irracionalidad absoluta. No asumen que son una empresa de transporte al fijar recorridos, viajes y el valor de los mismos”. Rodríguez aclara que acompañarán el juicio de la AFIP pero se lamenta porque de mometo “no conseguimos absolutamente nada. No hay decisión política. Una política que suponga soberanía nacional e independencia económica”.

“Los cálculos que se hacen sobre facturación de choferes de UBER, por cobro de viajes, y de ahí derivar cuál es la ganancia anual o mensual y la presunción de que UBER fuga el dinero a casa matriz, son todas estimaciones”, asegura Ottaviano, en diálogo con ANCCOM. “No es una empresa que se caracteriza por mostrar balances positivos, desde que existe a la fecha. Tal como está diseñado el modelo de negocios a nivel global o local, presenta grandes pérdidas”. La razón para continuar invirtiendo es que se espera “un crecimiento exponencial en los mercados con expectativas, de cara a los inversores de riesgo, de que estas compañías se van a convertir en monopolios más temprano que tarde. Van a hegemonizar mercados y dar ganancias extraordinarias”

Sofía Scasserra, economista y especialista en economía digital, advierte que, si bien las ganancias de UBER se publican, saber si son verosímiles los números estimados por la Asociación de Taxistas de Capital, “requiere una investigación compleja que no se puede resolver a priori”. Para obtenerlos, habría que entrar en la página de UBER y ver sus últimos  reportes de ganancias. “Hay que mirar el estado de resultados, el estado financiero y fijarse si están los números desagregados por país, cosa que dudo”.

 Al hacer el procedimiento que sugiere Scasserra, se constata que las cifras son por regiones, no por países. Para sacar conclusiones más precisas, sostiene Scasserra, también habría que saber “quiénes son sus competidores, cuánto dinero ganan, cuánto se gana en el sector, cuál es la tasa de rentabilidad del sector. Es un trabajo que lleva mucho tiempo”. 

Al no haber más transparencia en los números dados a conocer por la empresa, es muy difícil constatar la cantidad de dólares que se van al exterior y, sobre todo, entender cómo este modelo de negocios sigue vigente a pesar de las pérdidas económicas anunciadas por UBER.