Todos por el Garrahan

Todos por el Garrahan

Una multitud marchó desde el Congreso hasta Plaza de Mayo para protestar por el desguace del hospital pediátrico en particular y del sistema sanitario en general. En el centro del reclamo -además del ajuste y la cuestión salarial- estuvo la transformación del sistema de residencias. Una verdadera multisectorial solidaria recorrió el centro porteño.

Trabajadores y trabajadoras del Hospital Garrahan se movilizaron del Congreso a Plaza de Mayo en el marco del conflicto con el Gobierno nacional por el recorte presupuestario y el deterioro salarial. La marcha fue convocada a las 16 por la Asociación de Profesionales y Técnicos del hospital y adhirieron también las dos CTA, varios gremios de la CGT, organizaciones sociales y políticas, agrupaciones de jubilados y muchas personas no encolumnadas. La movilización se realizó en medio de un paro de 24 horas que garantiza la atención de urgencias y de pacientes internados en la institución.

Las principales demandas giran en torno al ajuste propinado por el Poder Ejecutivo al mayor centro de atención pediátrica del país. Con un presupuesto congelado desde 2023, la amenaza de un vaciamiento progresivo y el desgaste de las condiciones laborales ya renunciaron casi doscientos trabajadores en el último año y medio.

Los residentes tomaron un lugar central en las discusiones a partir del reclamo por la recomposición de salarios que hasta abril se encontraban por debajo de la línea de pobreza, a eso se le suma una resolución emitida por el Ministerio de Salud de la Nación que modifica el Sistema Nacional de Residencias, transformando una relación laboral en una instancia de becas. Melina es residente de primer año de pediatría en el Garrahan y, en medio de la manifestación, sostuvo: “Estamos acá para defender la salud pública y nuestros derechos como trabajadores, nosotros como médicos y los de todos nuestros compañeros. Tenemos los sueldos pisados, estamos explotados de horas laborales y encima cambian el sistema nacional de residencias por un sistema de becas que nos va a dejar cobrando lo mismo pero en la informalidad”.

En la Plaza de los Dos Congreso, del lado de Yrigoyen, una multitud se congregaba mientras tomaban forma las primeras columnas, era la asamblea de residentes que convocaba a decenas de profesionales de diversos hospitales públicos. “Están tratando de pasar a los residentes de Nación a un beca que implica pérdida de derechos laborales, antigüedad, protección, derecho a paro y no supone una mejora del sueldo como dice el Gobierno. Es un precedente gravísimo, un retroceso muy grande para la lucha que hemos tenido en los últimos veinte años”, intervino Joahana, bioquímica residente de primer año del Hospital de Niños Gutiérrez. “Nosotros queremos defender al Garrahan y a todos los residentes de nación. Es muy importante que la gente entienda que el sistema de residencias forman a la mayoría de los profesionales, es el semillero de especialistas de todo el país”, agregó. En la misma ronda una de sus compañeras, instructora de residentes del mismo hospital, sumó que a la vez sus sueldos no están en línea con las paritarias del personal de planta y “se terminan retrasando mucho con la inflación,  para la cantidad de horas que trabajamos no alcanza”, aseguró María Belén y concluyó: “La idea de acá en adelante es trabajar en conjunto para que todos los residentes de la nación y de las provincias tengamos los mismos derechos”.

La situación de los residentes es transversal a las diferentes instituciones e implica una precarización de las condiciones de trabajo, de la formación de los profesionales y del estado general del sistema de atención médica. En esta línea, Mercedes comentó: “Venimos a acompañar al Garrahan, a hacer frente al desmantelamiento de la salud pública y también a defender el derecho a los usuarios, está muy complicado conseguir turnos, en farmacias, guardias, especialidades”. Ella es psicóloga y forma parte de la residencia interdisciplinaria en educación y promoción del hospital Pena, señaló que “cada vez hay menos presupuesto, menos insumos y a la vez están desmantelando el sistema de formación de residentes que es como se sostiene la salud de este país, no solo de los hospitales públicos sino también de los privados”.

Julio Daniel Dunogent preside el Instituto V del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires y  junto a un grupo de colegas llegó a la marcha a apoyar el reclamo del Garrahan: “No entendemos el motivo de lo que se está haciendo, este desguace no tiene un objetivo que sea para mejorar la situación, no creemos que ese sea el camino. Nosotros como médicos, los pacientes y los papás de los pacientes que también están acompañando manifestamos oposición a todas estas medidas. El hospital hay que defenderlo, los médicos y todos los profesionales de la salud tienen que estar muy bien pagos, eso es fundamental”.

A medida que empezaron a moverse las columnas en dirección a Plaza de Mayo, los distintos sectores que pueblan las calles confluyen en un mismo recorrido. Banderas de centros de estudiantes, espacios culturales y gremios se encuentran con los carteles de jubilados, Ni Una Menos, trabajadores Aeronáuticos, de Georgalos y Secco. Ricardo es un jubilado autoconvocado y todos los miércoles está en la marcha frente al Congreso. “Hoy estamos acá para apoyar la salud, al Garrahan, al Posadas, al Bonaparte y a todos los compañeros que están en estado de vulnerabilidad. Nosotros vamos a seguir luchando”, aseveró.

«Los recortes en salud se van a la timba financiera»

«Los recortes en salud se van a la timba financiera»

El legislador nacional Carlos Castagneto, integrante de la Comisión de Salud de Diputados, critica el desguace del área que lleva adelante el Gobierno Nacional. Cuestiona el cierre del Instituto Nacional del Cáncer, el desfinanciamiento y los despidos de los hospitales, la salida de la OMS, los recortes de medicaciones para el VIH y una larga lista de medidas oficiales.

En un contexto donde se vulneran garantías básicas de la sociedad, el Poder Ejecutivo toma un rol relevante como el hacedor de decretos que pasan por el Congreso casi sin obstáculos. Este último tiempo, la salud ha sido una de las áreas en la cual el Gobierno ha puesto mayor énfasis por recortar. Por eso, ANCCOM entrevistó a Carlos Castagneto, diputado nacional de Unión por la Patria por la provincia de Buenos Aires desde 2015: tras dos reelecciones, este es su tercer período en la Cámara Baja. El legisladoar es contador público, fue director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y se desempeña en la Comisión de Acción Social y Salud Pública.

 “Cuando Milei dice que es un topo dentro del Estado me parece que es una familia de topos, porque un topo solo no hace todo lo que han hecho, de lo que se jactan con alegría –señala Castagneto–. La perversidad del Gobierno es festejar con la desgracia ajena. Hay un montón de gente de bajos recursos a la que le daban los medicamentos por VIH: si vos dejás de tomar la medicación por sida, te morís. La eliminación del Instituto Nacional del Cáncer también es gravísimo, se muere la gente si no consiguen los medicamentos por su provincia, y las provincias están colapsadas porque no les pasan los fondos de coparticipación. Es abandono de personas, porque son enfermedades terminales”.

El diputado se refirió al Decreto 459/2025 del Poder Ejecutivo que aún no ha llegado al Congreso. En el mismo se establece, entre otras medidas, el cierre del Instituto Nacional del Cáncer, el cierre de Instituto Nacional de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento e Investigación de Enfermedades Cardiovasculares, y la centralización de la administración de cinco hospitales en un nuevo organismo que lleva el nombre de Administración Nacional de Establecimientos de Salud (ANES). “Sobre los hospitales públicos se presentaron un montón de proyectos que se han tratado, pero algunos no salieron en el Senado, otros no salieron en Diputados, y con tristeza porque se modificaron más de 300 leyes –puntualiza–. Y entre las leyes modificadas no hay un solo artículo o un solo párrafo que sea bueno para el pueblo. Fueron todas leyes en contra del pueblo”.

Sobre este decreto, Castagneto indica que es una medida atribuida a la Ley Bases, donde se dictan “un montón de emergencias para fusionar y escindir organismos públicos”. También afirma que hace tiempo viene degradándose la salud: “Primero quisieron hacer del Ministerio de Salud una secretaría y no pudieron, tuvieron que seguir manteniendo el Ministerio. Otro paso fue salir de la Organización Mundial de la Salud, un error tremendo porque es donde se imparten las bases y las condiciones de la salud a nivel mundial y te vas informando de nuevas vacunas, de nuevos sistemas, de todo lo que concierne al sector”.

El diputado remarca los programas que fueron cerrados por este gobierno y que conciernen a la salud, como el programa de VIH y el de tuberculosis, como también la falta de vacunas: “Además, dejaron sin efecto la Fundación de la Hemofilia, dejaron sin financiamiento el Instituto Nacional del Cáncer y se cerraron los hospitales SAMIC, que son el Hospital de Alta Complejidad El Calafate, el Hospital de Alta Complejidad Cuenca Alta, y el Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce. En estos hospitales se hicieron, por ejemplo, trasplantes de órganos. También estamos viviendo lo de Posadas y lo del Garrahan”.

Castagneto advierte sobre el peligro que conlleva para la administración pública que se fusionen cinco hospitales. “Lo que le sacan es la administración propia de cada hospital –dice–. Cada uno tiene su administración; y esta medida los volverá más burocráticos, tardarán más tiempo para que puedan dar su prestación. Es justamente al revés, porque ellos tienen esta idea de sacar la burocracia”. La administración de cada hospital no es un costo en relación a lo que representa, plantea: “Cada vez más gente va al hospital público, porque cada vez menos gente tiene prepaga, y cada vez más gente no tiene trabajo. Si vos tenés un tomógrafo, por ejemplo, y se te quema la lámpara, vos tenés una administración propia y vas a comprar la lámpara y la ponés. Ahora, si tenés que ir al nivel central y el nivel central tiene que priorizar esa luz, tarda mucho más tiempo. Además, es daño por daño en sí, porque si vos me decís que se achica eso pero se hace un nuevo hospital, te lo puedo entender; pero achicar para llevarse la plata en la timba financiera, no”.

Además, destaca el riesgo que conllevan estos cambios en cuanto a los despidos: “Si hay un servicio administrativo propio en cada hospital, ¿esa gente qué va a hacer? No van a ir a un nivel central, van a achicar personal todos lados. Están achicando personal y se jactan de la alegría de haber achicado personal del Estado”. 

En este sentido, el diputado remarca que en esto responde a un contexto mucho más complejo: “Como ocurre en salud pasa en un montón de temas, creo que este año el Gobierno nacional ha desarmado un montón de presencia del Estado. Quizás uno no sabe todo lo que hace el INTI con la industria, la apoyatura, la capacitación y la formación; y lo mismo con el INTA con el campo, tiene un trabajo muy importante. Te podría hablar también de Vialidad Nacional, hoy vas a una ruta y nadie es responsable de que te pase algo. No hay mantenimiento, no hay obra y no hay tampoco proyección de obra de infraestructuras viales. Consideramos que todo se fue a la timba financiera, esto es cantado con la Ley Bases”.

Este escenario también se traduce a su trabajo como legislador. Indica que, dentro del Congreso, lo que más tristeza le genera son las actitudes de colegas: “Vos escuchás algunos discursos dentro del recinto y parece que van a votar en contra de esa ley, o ese proyecto que viene del Ejecutivo que es malo para el pueblo, y después lo terminan votando. Cuando uno jura, tiene que jurar por el partido que entró. Y para mí, cambiar, o irse del partido por el que entraste es fallarle al voto. A vos te votaron por un proyecto, por una ideología política, o porque dijiste algo que a la gente le gustó. Ahora, después llegás y te cambiás, yo creo que eso es traición hacia al que te votó. Si este gobierno hubiese presentado buenos proyectos, uno por ser opositor no tenés que negarte a todo. Si hay buenos proyectos, lo tenés que votar, yo siempre lo digo. Pero este gobierno presentó proyectos negativos para el pueblo”.

“Si algo se ha destacado la Argentina fue por la salud y la educación pública –señala Castagneto–. Y hoy esto se está perdiendo. Fijate lo que pasa con las universidades, lo que pasa con las escuelas públicas, cómo han dejado financiar el Fondo de Incentivo Docente. Cada proyecto de ley o ley que pudimos sacar en favor del pueblo fue vetado por el Presidente; lo hizo el año pasado con el financiamiento a las universidades, y con el aumento a las jubilaciones”. Al parecer, Milei hará lo mismo con el aumento a los jubilados y la Ley de Emergencia de la Discapacidad aprobadas la semana pasada.

“La verdad el Congreso está funcionando solamente para aprobar las leyes del Ejecutivo, el resto no se está tratando”, denuncia con firmeza. “El Presidente ya le dio la espalda al Parlamento el día que asumió. No entró y nos trató de ratas. No quiere al Congreso. Se maneja por decreto, y está equivocado totalmente, porque hay tres poderes y el Ejecutivo no es el dueño de todos los poderes. Y el Poder Judicial lamentablemente no actúa con justicia, sino juega a la política como si fuera un partido político más. Entonces, todas las causas que son contra los gobiernos nacionales y populares se mueven. Las causas que van contra los que realmente le hacen mal al país y regalan los recursos naturales, esas causas no se mueven. Entonces también hay que hacer una reforma en lo judicial”.

Todos los caminos conducen a Avellaneda

Todos los caminos conducen a Avellaneda

Por la crisis económica y el cierre de ferias, el centro comercial del barrio de Flores se transformó en el más concurrido de Buenos Aires. Una recorrida por las cuadras donde vendedores, comerciantes y clientes conviven entre telas, ofertas y la necesidad de subsistir.

Las luces de las balizas se encendían y apagaban mientras los choferes maniobraban para estacionar. Eran micros grandes, de doble piso y color blanco con verde, diseñados para detenerse en grandes terminales o en avenidas anchas, como Nazca. Sin embargo, esta última ya estaba colmada de vehículos, lo que dificultaba el tránsito de autos y colectivos. El plan B era la calle Venancio Flores. Dieron una vuelta casi interminable y llegaron a esa angosta calle, situada entre una vereda repleta de gente y negocios, y el límite con las vías del Ferrocarril Sarmiento.

Estacionar requirió mucha aceleración, marcha atrás, advertencias a peatones distraídos y destreza de los conductores. Cumplida la misión, los pasajeros comenzaron a descender. Eran grupos numerosos, en su mayoría familias, pero no se trataba de turistas. En lugar de equipaje, llevaban grandes bolsas vacías. A diferencia de lo que ocurre en el enorme predio de La Salada –recientemente en el ojo de los medios–, esta vez solo tenían que caminar unos metros para llegar a los comercios mayoristas y abastecerse de la indumentaria que luego revenderían. Con ansias y sin rumbo claro, encararon hacia los locales, colándose entre los compradores ocasionales.

La llegada masiva de vendedores provenientes del conurbano se disparó tras la detención de Jorge Omar Castillo, el “Rey de La Salada”, acusado de asociación ilícita, lavado de dinero, contrabando y evasión fiscal. Su caída provocó el cierre temporal de la feria más importante del país. Ocho mil puestos no pudieron abrirse y, por lo tanto, muchos comerciantes no lograron abastecerse de ropa para revender en sus negocios de todo el país. Hace unas semanas, bajo la fiscalización de ARCA, un interventor judicial, vigilancia de la Policía Federal y fuerzas bonaerenses, se dispuso la reapertura del predio.

Uno de los que antes iba allí y ahora camina por la calle Avellaneda es Carlos, de 54 años, que tiene un local de ropa infantil en Ezeiza. Vestido con un conjunto deportivo y una gorra, espera tranquilamente a algunos compañeros mientras carga tres bolsos, en los que se vislumbran medias y camisetitas de fútbol. “Siempre fui a La Salada porque hay miles de cosas en todos lados”, señala. La clausura temporal de la feria puso en jaque el funcionamiento de su negocio: “Tuve que decidir si aguantar a que se termine todo el conflicto o buscar otra solución, y elegí venir acá incluso a ciegas, porque no sabía bien qué precios estaban manejando”. También sostiene que le resultó mucho más difícil conseguir lo que quería, al haber menos oferta y estar repleto de personas. “La verdad, tuve suerte de venir más o menos temprano. Esto (señalando a la ropa de niños) se vende al toque. Pude pasar por varios locales y hacer compras grandes”, destaca, y se refiere al cambio de precios: “Está un 15 por ciento más alto, ponele. Pero prefiero pagar esa diferencia a terminar teniendo el local vacío por semanas”.

Esta diferencia de precios es confirmada por uno de los comerciantes de la zona, Fernando, de 41 años: “Siempre se supo de esta variación, pero recién ahora que pasó algo excepcional hay más quejas. En todo caso, deberían vender más caro ellos también”. Sobre cómo son los “saladeros” que empezaron a poblar los negocios, señaló que “suelen ser más rápidos y decididos que los clientes habituales. Vienen de a muchos y te copan el local. Lo que sí, aunque sea una familia con nenes, todos te cargan un bolso con algo. Si entran cuatro o cinco, ya sabés que se van a llevar un montón de ropa”, sostuvo, y agregó: “Nos tuvimos que acostumbrar a que el sábado también nos vengan a comprar al por mayor, cuando generalmente solo exhibimos para los minoristas. Al principio se molestaban por la demora, porque se quieren volver al micro rápido”.

El vendedor continuó con su preocupación por quedarse sin stock. Sin embargo, su local, ubicado dentro de una de las galerías de Nazca, no parecía precisamente desabastecido. La entrada era un pasillo delimitado por paquetes con medias (la docena a 10.000 pesos); luego, en los costados, estaban los percheros con remeras estampadas (dos por 20.000 pesos) y buzos (dos por 30.000). Fernando permanecía sentado en una banqueta, detrás de un pequeño mostrador. A su espalda también había remeras, esta vez con su frente visible. Por si fuera poco, mirando hacia arriba, en una parte baja del techo, había más ganchos con buzos: un encierro con barrotes de tela.

El foco de la contaminación textil no era solo el negocio de Fernando, sino que abarcaba buena parte de estos pasillos interiores y de las calles de la zona. Los indicadores de precios, escritos sobre carteles rojos y amarillos o simples hojas de papel blanco, sobresalían en cada una de las prendas. Camperas a 35.000 pesos (dos por 60.000), chalecos a 20.000… incluso en el mismo papel puede entrar más información, como un “¡Oferta!” en mayúsculas, bien grande, o el caso de unos gorros de invierno que se vendían a 5.000 pesos al por menor, 4.000 al por mayor y 3.500 a partir de diez unidades. Todas estas etiquetas cumplían el objetivo de direccionar a los compradores hacia los puntos de venta, aunque algunos lo intentaban de manera más drástica. En un local sobre la calle Helguera, la vidriera que exhibía el producto estaba tapada por completo con diez carteles de “¡Oferta! Jeans a 6.000 pesos”, destacándose la caligrafía de quien los escribió, al contener cada uno mayúsculas, minúsculas, cursiva e incluso palabras en inglés.

Los clientes justificaban en parte esta necesidad de llenar cada espacio del local con más ropa y ofertas. Los sábados son los días en que se vende al por menor, y cuando no hay clima sofocante o congelante, las calles se llenan de gente. La circulación suele ser trabada y genera situaciones complicadas con los vehículos que desean avanzar, ya que, a diferencia de otros polos comerciales, estas calles no son peatonales ni siquiera en momentos de desborde. Dentro de esta abultada clientela había personas de todas las edades y en distintos grupos: familias, enfocadas sobre todo en la ropa de los más chicos; grupos de amigos; y algunos solitarios que hicieron del paseo por Flores un hábito.

Valentina, de 26 años, relacionó la situación del país con su decisión de encontrar prendas en los negocios del barrio. “Desde hace un tiempo vengo desde Villa Pueyrredón para comprar acá. Si bien no considero que tenga un bajo salario, sí creo que la ropa de marca en Argentina es extremadamente cara”, afirmó, y relató: “Al principio iba a ferias más de barrio, pero están cerrando, entonces vi que acá se puede conseguir buenas alternativas a precios que sí se justifican”. Las ferias fueron objeto de persecución por parte del Gobierno de la Ciudad, que se encargó de buscar su desalojo y cierre, supuestamente a raíz de denuncias de vecinos. Los puesteros y manteros de Parque Centenario y Parque Los Andes, por ejemplo, fueron algunos de los que sufrieron estos férreos controles. Según la Cámara Argentina de Comercios y Servicios, en mayo la venta ilegal callejera en CABA bajó un 14,1% en relación con el mes anterior. Además, se observó un descenso del 89,4% en comparación con mayo de 2024.

Con un polo gigante como La Salada y las ferias fuera de combate, Avellaneda quedó como uno de los puntos de venta más importantes si no se cuentan las grandes marcas. Pero estas, por sus precios, tienden a ceder espacios. En el corazón del centro comercial, en esas galerías con negocios que se confunden entre sí por lo pegados que están, las remeras se exhibían apiladas a precios rotulados con marcador que oscilaban entre los diez mil y veinte mil pesos. Saliendo un poco de las calles de Flores, en el corazón de un shopping center, en locales que se distinguen por sus colores y logos como Zara, Levi’s, Kosiuko, Rapsodia o Tucci, la misma prenda, mostrada en elegantes percheros y con un costo ya tipeado, podía superar los sesenta mil y trepar hasta los noventa mil pesos. La distancia entre ambos no solo es de algunos kilómetros, sino que está marcada por el prestigio que tienen las etiquetas de esas simples camisetas blancas. No obstante, cuando la situación económica aprieta, la ostentación de marca queda de lado: la venta en shoppings cayó un 12% en 2024.

La recorrida de ANCCOM continuó, saliendo de los locales y dejando atrás sus pilas de mercancía. Se observaban locales en obra —aproximadamente uno por cuadra—, balcones de vecinos, algunos tomando mate y mirando el flujo de gente que circula por su vereda. Y también se oía. Se escuchaba la música de los negocios, que variaba en género y volumen, el ruido de las ya mencionadas obras y, en medio de ese bullicio interminable, la voz de los vendedores ambulantes. Posicionados al lado del cordón de las calles más transitadas, casi pasaban desapercibidos hasta que se veían los objetos que querían vender, generalmente orientados a los más chicos. Una de ellas era Hilda, que ronda los 50 años. “Así como lo ves, son mis herramientas”, afirmó, señalándose los brazos. En cada uno de ellos tenía tres muñecos de peluche: superhéroes, jugadores de la Selección Argentina y, aprovechando una moda reciente, personajes del “brain rot” italiano. En la cintura llevaba un cinturón con más muñecos, y los ofrecía a las familias que pasaban mientras, con su voz, enumeraba la extraña secuencia: “El Hombre Araña, Messi, tralalero tralalá”. La vendedora aseguró que ese era el sitio ideal para comercializar: “Tenés los negocios, Nazca, la barrera, Rivadavia… de todos lados te vienen”. Con entusiasmo hablaba con los chicos y a algunos les consiguió vender un muñeco. En un momento, uno de ellos se acercó con sus padres, todos con enormes bolsas para llevar indumentaria. El niño rogó por unos instantes y finalmente logró que le dieran un mini Messi.

Masiva marcha contra el genocidio en Gaza

Masiva marcha contra el genocidio en Gaza

Una nueva convocatoria de Marea Roja por Palestina recorrió el centro porteño hasta llegar a Plaza de Mayo para solidarizarse con las víctimas y repudiar el accionar del Estado de Israel.

Una nueva Marea Roja por Palestina copó este sábado el centro porteño. Pasado el mediodía, la esquina de Corrientes y Callao comenzó a llenarse. Banderas de Palestina y prendas rojas, como proponía la convocatoria, se alzaron cerca de las 15 para emprender la marcha hacia Plaza de Mayo, donde dijeron “No al genocidio en Gaza”.

Además de la Federación de Entiades Argentino-Palestinas, estuvo presente el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino que está integrado por diferentes agrupaciones: la Liga Argentina por los Derechos Humanos, Judíes por Palestina, Liga con Palestina, FIDAI Palestina, Sandía (Coordinadora Transfeminista por Palestina), la Campaña Fuera Mekorot (en alusión a la compañía de aguas israelí que tiene convenio con algunas provincias), entre otros. También acompañaron centros de estudiantes, agrupaciones sociales y de izquierda, la columna Mostri y Jubilades Insurgentes.

“No es una guerra, es un genocidio” y “Desde el río hacia el mar, Palestina vencerá” fueron los reclamos que sonaron durante toda la jornada. En la extensión de más de tres cuadras, acompañada en todo momento por un cordón policial, la marea enfiló hacia Plaza de Mayo donde se hizo el acto central y se dio lectura al documento de la jornada. El recorrido incluyó dos paradas: frente al supermercado Carrefour y a la casa de comidas rápidas Mc’Donalds, ambas empresas señaladas como cómplices del genocidio, la masacre y el apartheid del pueblo Palestino.

Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino Palestinas comentó que “el alto el fuego es mentiroso porque sólo será verdadero cuando Palestina sea libre”.  Por su parte, Luciana Alter integrante de Judíes por Palestina, comentó: “Somos una agrupación de judías, judíos y judíes antisionistas, lo que estamos planteando es que no es en nuestro nombre el genocidio que está llevando adelante el Estado de Israel contra el pueblo palestino, no apoyamos eso, no apoyamos el genocidio” remarcó. Además, destacó que “Israel tira bombas con la estrella de David a niños y niñas diciendo que hacen eso en nombre de todos los judíos y lo que consiguen es que crezca el antisemitismo, lógicamente”. Al ser consultada por la jornada de hoy, Alter dijo que “la marcha es muy grande, por suerte en Argentina se está despertando el movimiento en favor de Palestina”.

Otra de las entidades presentes fue la Liga Argentina por los Derechos Humanos. Claudia Cesaroni, abogada e integrante de la organización, destacó que “la liga tiene una historia de solidaridad internacionalista desde su origen y la solidaridad con el pueblo palestino es parte de las mejores tradiciones”. Sobre la posición del gobierno argentino destacó que “repudiamos no sólo las acciones de Israel sino también la de casi el único país en el mundo, además de Estados Unidos, que lo apoya, que lamentablemente es nuestro país”.

Cayó la tarde sobre la Plaza de Mayo en otra jornada de comunión por el pueblo de Palestina. “Hace noventa años que están sufriendo, con más crudeza a partir del 7 de octubre del 2023 [cuando Israel ocupó Gaza] porque están enfrentando un exterminio étnico por intereses económicos capitalistas, y por la teoría conspirativa supremacista del Estado de Israel” comentó sin detener la marcha Guillermo, integrante de FIDAI Palestina. Agregó que “Palestina es la causa del mundo porque es el ensayo de represión, despojo y asesinato, y si Palestina es derrotada lo van a reproducir en toda la humanidad”.

Por su parte, el diputado nacional del PTS Cristian Castillo subrayó la importancia de la jornada: “Hay que seguir estando en las calles, repudiando el genocidio del Estado de Israel contra el pueblo palestino. Son voces que crecen y en todo el mundo el repudio es masivo. Netanyahu está cada vez más aislado pero sigue con el genocidio. Todos los días hay nuevos palestinos muertos en Gaza, en Cisjordania, es una barbaridad y hay que redoblar la movilización internacional en solidaridad, que es el único camino para poder frenar este genocidio”. Castillo destacó que “esta movilización se hace en todo el país con un gobierno totalmente servil, que incluso quiere trasladar la Embajada Argentina de Tel Aviv a Jerusalén”. Además insistió en que “este gobierno es totalmente cómplice del genocidio”.

En el acto central hablaron Tilda Rabi, presidenta de la Federación de las Entidades Argentino-Palestinas (FEAP), Abdallah El Tibi, residente palestino en argentina y Sofía, enfermera argentina que estuvo en la Franja de Gaza. Además de leer el documento recordaron a los palestinos atrapados entre el hambre y las balas, que casi 800 personas murieron desde el mes de mayo, cerca de los centros de distribución de ayuda desde que Israel permitió el acceso limitado de alimentos. 

 

 

Casi 12.000 personas están en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires

Casi 12.000 personas están en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires

El Tercer Censo Popular para relevar a quienes que viven en la vía pública arrojó el doble de personas que el recuento anterior, realizado en 2019. Y muchos más aún de los que declaran las cifras oficiales.

Las organizaciones que llevaron a cabo el Tercer Censo Popular de Personas en Situación de Calle en la Ciudad de Buenos Aires dieron a conocer este lunes los resultados iniciales. El primer dato es más que alarmante: contabilizaron un total de 11.892 personas, entre ellas, las que se encuentran en situación de calle efectiva y las que están temporalmente en Centros de Integración Social del Gobierno de la Ciudad. Esta cifra, cómo había adelantado ANCCOM, era tristemente esperada por las organizaciones y representa más del 50 por ciento de crecimiento desde el último Censo en 2019.

Los números del Tercer Censo fueron muy superiores a los datos que brinda el Gobierno de la Ciudad. Las organizaciones advierten que la población que vive en la vía pública no deja de crecer y denuncian que la calle no es un lugar para vivir y tampoco para morir. Entre las organizaciones que convocaron para realizar el censo estuvieron Proyecto 7, Irrompibles, Barrios de pie, Red Puentes, Nuestra América Movimiento Popular y La Patria es el otro. Miles de voluntarios recorrieron la ciudad y encuestaron a quienes encontraban instalados en la calle.

En un contexto de crisis creciente, cuándo en el país ya suman nueve personas fallecidas en situación de calle en lo poco que va del invierno, las organizaciones exigen tanto al Gobierno de la Ciudad como al nacional el estricto cumplimiento de la Ley 3.706 de Protección y Garantía Integral de los Derechos de las Personas en Situación de Calle y en Riesgo a la Situación de Calle con un presupuesto adecuado a las necesidades. Además, piden que se garantice el ingreso inmediato a los dispositivos de CABA junto con alimentos y mantas. Por otro lado, solicitan que se declare la emergencia en situación de calle y adicciones en la Ciudad, que se aumente el presupuesto a los programas vigentes y que sean de gestión accesible, que sea menos burocrático.

También exigen prohibir el uso del lenguaje ofensivo, discriminatorio, estigmatizante por parte de cualquier funcionario que trabaje en organismos o instituciones que dependan del Gobierno de la Ciudad, las fuerzas de seguridad y espacios públicos, hacia las personas en situación de calle. Le suman el pedido de cese inmediato de la represión y persecución a esta población, como también que se distribuyan las frazadas que tiene en sus depósitos el Ministerio de Capital Humano.

Según Horacio Ávila de Proyecto 7, “son 75 mil frazadas las que tienen en los depósitos”. Esta organización realiza desayunos y ollas solidarias en Once, Constitución y Flores a las cuales según nos cuentan, cada vez asiste más gente.

Actualmente, la administración gubernamental de la CABA posee una red de 48 dispositivos que están colapsados y sin vacantes. Según pudo saber esta redacción en diálogo con diferentes organizaciones, el gobierno de la Ciudad continúa sin dar respuesta.