El día en que los pupitres fueron butacas

El día en que los pupitres fueron butacas

Como parte de su programa El Cine Argentino Va a las Escuelas, la Fundación DAC llevó el film “Gilda, no me arrepiento de este amor”, a una secundaria del partido de Moreno. Después de ver el film, pibes que no conocían una sala cinematográfica pudieron hablar con Lorena Muñoz, la directora de la película. Una historia de dos horas sin celular.

“Vi la peli entera y eso ya es un montón” dijo Mateo, un pibe de 16 años, cuando terminó la proyección de Gilda, no me arrepiento de este amor. En ese montón implicaba el logro de separarse por un rato del agobio que produce el celular. Permanecer sentado, quieto, concentrado y atento, en su propia escuela, pero que en ese momento era un cine. El pasado 1 de noviembre, el aula 10 de la Escuela Secundaria N°11 “Madres y Abuelas de Plaza de Mayo” de la localidad de Francisco Álvarez, Moreno, se convirtió en una sala de cine. Era una mañana calurosa de viernes, y todo transcurría con normalidad: en el patio, apenas se cruza el portón de rejas de la entrada, se desarrollaba una clase de educación física. A la izquierda de ellos, en unos bancos en ronda bajo unos árboles, otro grupo hablaba con su profesora sobre un trabajo pendiente y “papers”.

Antes de las 7 de la mañana, en la sede de DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) en Buenos Aires, ya se encontraban Lisa, Pedro, María y Malena -encargados de la producción de la actividad- acomodando de manera milimétrica en la camioneta todo lo que tenían que llevar. Proyector, parlantes, banners, computadora, pantallas y el fundamental agropol -un plastico negro que logra aislar todo rastro de luz en el espacio que oficie de sala-. Hace más de 10 años que la Fundación DAC recorre escuelas secundarias, en su mayoría públicas, donde nunca o muy pocas veces los estudiantes fueron al cine, y mucho menos a ver cine argentino. 

En el primer piso de la escuela, un largo pasillo conecta todos los salones. El pizarrón del aula 10 mostraba restos de una clase de educación sexual integral, y algo de Carlomagno. Los alumnos estaban en el recreo cuando empezó la transformación del lugar. Mientras Malena medía las ventanas y puertas para cubrir con el agropol, María y Pedro empezaron a armar las pantallas, el cablerío, el sonido y las luces. Algunos de los pibes que pasaban por el pasillo miraban con asombro lo que estaba sucediendo en el aula. Media hora después ya no era un salón más de cuatro por tres metros sino una sala de exhibición cinematográfica. 

La proyección era una actividad programada para los alumnos de 5º, pero se aprovecharon todos los lugarcitos, achicaron los espacios entre las sillas y tras la aprobación “entran, entran” de Lisa también pudieron sumarse algunos de 4º y 6º que querían asistir a la función. Entre jarras de jugo, tereré y galletitas los pibes se entrometieron en Gilda, en una especie de microclima dentro de la escuela. El calor de la mañana, casi 50 personas en un salón y la poca ventilación producto del agropol hizo necesaria una pequeña pausa. Todos regresaron al aula al horario pautado para seguir viendo la peli. Las icónicas canciones hacían inevitable bailotear un poco a quienes pasaban por el pasillo . 

A los acercamientos que la Fundación DAC propicia entre el cine argentino y alumnos de secundaria de todo el país, suman la presencia y el diálogo de alguien que haya sido parte de la película que proyectan: actor, director, productor, técnico, etcétera. Ese viernes en Moreno, cerca de las 12 del mediodía, los sorprendió en el aula Lorena Muñoz, la directora de Gilda. Mientras se proyectaban los créditos, todo oscuro, y al ritmo de la música, apareció Lorena en el aula, bailando e inundada de aplausos. 

Pese al cansancio, el amontonamiento y las casi dos horas que dura la película, los pibes decidieron que sus celulares podían esperar un rato más y se dedicaron a charlar y escuchar con atención a Lorena. Ella respondió preguntas: cómo es ser directora de cine, cuánto tiempo tardaron en hacer Gilda, si participó en el guión técnico, en el literario y si tuvo señales de Gilda. Fundamentalmente, Muñoz se posicionó como par de esos pibes, y les contó sobre su camino: “a mi me costaba la escuela, era mala alumna y no me podía concentrar, la pasé mal, sufrí bullying, tuve que rendir materias libre”.

Lorena, utilizando un ejemplo familiar, impulsó a los pibes sobre la fuerza que la juventud tiene para crear. Les contó que su hermana tenía un gran talento para dibujar, que todos le destacaban, pero que quién no lo dimensionaba era ella misma. “Todos tenemos un potencial creativo, y no debemos pensar en las imposibilidades, sino en lo que tenemos al alcance para hacer”, dijo Muñoz, y agregó que estaba terminando de filmar una película que se grabó casi toda con un celular.

“La escuela parecía otro lugar, además está recaro ir al cine, estuvo buenísima la experiencia”, expresó Thiago al salir del salón. Los jóvenes consumen muy poca cinematografía nacional, y si tienen la posibilidad económica de ir al cine eligen películas de acción, ficción, pero extranjera en gran mayoría. “El cine va a la escuela” fue para muchos de los chicos un fructífero primer acercamiento a la gran producción audiovisual argentina. Priscila, la docente que llenó el formulario de DAC para que visiten la media 11 de Moreno, comentó que al hablar con los alumnos antes de la proyección estaban muy entusiasmados con la propuesta y la visita de la directora. 

La Fundación DAC con “El cine va a la escuela” recorre hasta los lugares más recónditos de la Argentina mostrando a los pibes, además de películas, que existe una industria posible donde trabajar. El bastardeo y ataque sistemático al cine argentino, el INCAA, la ENERC y todas las partes de un gran sistema que orbita en torno a él complejiza el contexto, pero también es parte constitutiva de la historia que es importante para los jóvenes conocer. El cine es más que una película, actores y directores reconocidos, contribuye a forjar la identidad nacional, nos representa en el mundo y es parte de la cultura. “Yo hago cine por la función social, es lo que le da sentido a mi obra, y si a alguno de los chicos estuvieron presentes en la comunión que tuvimos después de ver la película se le despierta el interés por las artes audiovisuales me sentiría muy feliz”, concluyó el encuentro Muñoz.

“No te atrevas a ensuciar la palabra libertad”

“No te atrevas a ensuciar la palabra libertad”

El Club Artístico Libertad vuelve a los escenarios para reapropiarse de la rebeldía colectiva y lleva a escena las canciones de la Guerra Civil Española.

En los tiempos históricos que corren, cuando a nivel local y global se resignifica la palabra libertad desde el individualismo, focalizando en el mercado y la competencia, reaparecen actores que enarbolan y rescatan los primeros y verdaderos sentidos del concepto.

Luego de publicar en 2019 El rayo que no cesa con sus primeras canciones de autoría, el Club Artístico Libertad (CAL) se tomó un tiempo de los escenarios hasta que decidió volver en 2024: “Veníamos sin estar en actividad desde el 2019, pero en diciembre de 2023 tiramos la gallo señal después de ver el discurso [de asunción presidencial] de este ser siniestro. Ya veníamos pensando en la vuelta, pero ahí se terminó de concretar”, cuentan sus integrantes. Volvieron en junio de este año en el Club Atlético Fernandez Fierro (CAFF), el mismo escenario donde se habían despedido cinco años atrás.

Tras agotar las entradas del pasado 2 de noviembre, lanzan una nueva fecha para revolucionar el CAFF el próximo sábado 23, siguiendo siempre la consigna “Reivindiquemos la palabra Libertad”. Así, se volverán a presentar estos 13 músicos bajo la lógica colectiva y libre, la misma que narran sus canciones y contagian al público.

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La noche calurosa del 2 de noviembre, personas mayores, familias con niños, se amontonaron frente a un escenario repleto de instrumentos: batería, teclados, guitarras eléctricas y criollas, se entremezclaban con bandoneón, violín, trompetas y trombones, saxo, clarinete y otros instrumentos algo más exóticos, como la gaita y el banjo. Las mesas no alcanzaban y se  compartían a medida que llegaba más gente al galpón del Club Atlético Fernandez Fierro en el barrio de Abasto. Había bullicio y movimiento entre las personas expectantes que compraban comidas y bebidas antes de que iniciara el show. La cantina era atendida por los mismos músicos que conforman la Orquesta Típica, fundadores de este centro cultural.

Que el regreso del Club Artístico Libertad sea en el CAFF tiene un significado especial: alguna vez tocar ahí fue su sueño, la meta a alcanzar. Hasta que en un momento se “nos dio”, dijo Demián Casaubon, cantante y guitarrista de la banda. En el CAFF encontraron “comodidad, pero principalmente una comprensión de la lógica de trabajo de los dos equipos, que hizo que no pudiéramos volver a otro lugar que no fuera acá”.

Desde el inicio de la función, el grupo representado en la voz de Casaubon invitó al público a participar, a cantar, porque “estas son canciones que antes se cantaban de manera colectiva”. La interacción constante también incluyó en ocasiones explicar el origen histórico de algunos temas.

 

El CAL se formó en 2009 a partir de la fusión de músicos provenientes de otras bandas y a la que luego se sumaron más artistas. Casaubon recuerda que “de entrada fue algo que siguió las lógicas de la banda tradicional. Pero no queríamos estar limitados a que si un integrante faltaba no pudiésemos hacer el ensayo o el show. Así surgió la idea de Club, donde vale más la voluntad que las obligaciones y responsabilidades. Se formó este colectivo a partir de los que teníamos ganas de brindar. Nos juntamos cómo y cuándo podemos. Cada uno aporta con su instrumento y su sonoridad, aunque eso va cambiando y se van haciendo distintos arreglos. Nunca tuvimos demasiados requerimientos musicales porque, justamente, nos organizamos en función de proyectos y no de personas, lo cual hace todo más fácil. Permite otra entrada y salida. Por eso no te va a pasar, como sí quizás cuando vas a ver una banda que te gusta, que al faltar un integrante te volves con la sensación de que algo faltó”.

La misma lógica de lo colectivo se da en el armado de las canciones. Durante la puesta musical del 2 de noviembre presentaron dos nuevas composiciones Identidad y otra canción aún sin nombre definido con la que se invitó al público al proceso de bautizarla: ¿Mi ley no es Milei o Fiebre de los Pobres? El público eufórico aprobó el primer nombre con aplausos desmedidos. La canción sin nombre, acababa de ser nombrada. “Buscamos una idea general de cómo producirlas, de la impronta y, principalmente, la sonoridad que queremos darle. Es también un proceso en conjunto pensar arreglos para cada canción y sus versiones, al que le dedicamos mucho tiempo. Pero una vez que está, después se va replicando en cada ensayo y en el caso de que falten instrumentos, ver cómo podemos sustituirlos con otras sonoridades. Es algo muy de la cocina nuestra, pero así nos gusta. Tiene que ver con nuestra forma de trabajar”, explica Casaubon sobre el proceso creativo.

Carlos “Charlie” Scullie, voz y bajo eléctrico del Club, suma: “Lo colectivo se nota mucho en que todos aportamos y no hay una voz que dirige. Hace que quizás lo que cada uno tiene en mente sobre para dónde tiene que ir o cómo va a ser, nunca termina siendo exactamente así porque somos muchos los que estamos pensando esto. Sin embargo, tenemos una línea común que nos mantiene vivos a pesar de que siempre hay cosas nuevas y sorpresas. Alguna vez nos dijeron que teníamos una lógica similar a la murga, porque aparecía uno, de la nada, donde antes había otro y todo sigue sonando”.

El Club Artístico Libertad está formado por un total de 19 personas: 13 músicos y otros 6 integrantes más entre artistas audiovisuales, técnica y sonido.

Por ser el cantante, en la puesta en escena le toca a Casaubon dirigir la emocionalidad que se genera, “procesar la sensibilidad, la respuesta del público es increíble, es algo de lo que tengo registro todo el tiempo. Si bien el show está organizado desde un punto de vista estético: empezar fuerte, después bajar en intensidad y levantar hacia el final, que busca darle recorrido a la gente para que, primero entienda de qué vamos y después pueda encontrar momentos de goce y disfrute. Dejamos toda la cuestión emotiva hacia el final, y las cosas que empiezan a pasar ahí son hermosas, increíbles”.

Tal como lo describe, el público que en un inicio parecía muy solemne, sentado, escuchando atentamente, a medida que avanzaba la noche se entregaba a algo que empezaba a gestarse en el ambiente. Muchos se levantaban de las sillas, hacían percusión en las mesas al ritmo de la música y se escuchaban los olé. Otros, permanecían sentados pero bamboleaban sus cuerpos y cabezas, y agitaban las manos en el aire. Algunas canciones, las más conocidas, se entonaban con más fuerza, y el público tapaba la voz de Demián. Entre una y otra canción, cambiaban de instrumentos repetidas veces, pero a pesar de lo que generaban en conjunto cada cual lograba identificarse en el total musical.

Si el cimbronazo de emociones provocado por la música acaso no era suficiente, se incrementaba aún más con la propuesta visual: imágenes de policías reprimiendo y obreros arando la tierra -de los que es muy difícil identificar si son de aquí o de allá, de ahora o de entonces-. Madres y Abuelas marchando en Plaza de Mayo. En la puesta artística completa que propone el Club, ritmos, letras e imágenes incitan al público a despertar, a levantarse de sus sillas, pero también levantarse contra las injusticias y opresiones que, como en las propias canciones, viven los trabajadores. Así se logra una sinergia total, una experiencia de un todo contagioso entre un arriba y un abajo del escenario que se vuelve indiferente.
Gran parte del repertorio resulta del registro y resguardo histórico de canciones y melodías tradicionales de los movimientos obreros y anarquistas. Su primer álbum Rojo y Negro: Canciones Republicanas de la Guerra Civil Española (2017) recopila canciones que en la década del 30 eran cantadas por republicanos buscando la valentía y esperanza que los hermanara para hacerle frente al franquismo. En esta oportunidad, estuvieron junto a la bailarina Guadalupe D’Aniello, que acompañó las canciones con bailes de flamenco y una representación con abanicos del temaLos dos Gallos” y también acompañó Mónica Puertas, divulgadora y organizadora de recorridos históricos sobre la Guerra Civil. Para Casaubon “el rescate histórico no tiene que ver con la nostalgia. De ninguna manera nos paramos en el lugar de los derrotados, de la revolución que no sucedió, de los mundos perdidos. Al contrario, lo vemos desde la alegría del rebelde, de eso que va creciendo en el encuentro con un otro y que no lo pueden callar. Algunas de las canciones que tocamos son de hace varios siglos pero no pierden actualidad”.

El arte es su forma de colaborar con algo mayor, el CAL siente una especie de responsabilidad social con su repertorio: “Tanto el Club como el CAFF nos dan el espacio, simbólico y físico, para que la gente pueda levantar el puño y cantar las canciones de la Guerra Civil Española, pero también sacarse un poco de adentro la congoja que vive día a día. Gratifica saber que buscan en el consumo cultural estas ideas y mensajes», explica Scullie. El surgimiento de discursos violentos, el desprecio por los espacios públicos y el hostigamiento a quienes piensan diferente, amparados por una supuesta “libertad”, vuelve necesario diferenciar los nuevos significados de los que históricamente representó la palabra. “Lo que propone este gobierno es la libertad individual y la libertad no es individual, la libertad es colectiva, siempre lo fue”, explica Nahuel Tamayo, guitarrista del grupo. Y Scullie agrega: “Esa es la gran diferencia de base, y desde donde nos paramos también. Nosotros nos llamamos Club Artístico Libertad desde hace 15 años y ahora apareció este señor que le da a la palabra un valor distinto, que para nosotros es equívoco. ‘No te atrevas a ensuciar la palabra libertad’ -parte de la nueva canción Mi ley no es Milei–  porque para nosotros tiene otro valor, incluso la palabra libertario: libertarios de la guerra civil, es lo opuesto a lo que hoy tenemos en Balcarce 50. Para nosotros es importante hacer ese contrapunto, es el valor nuestro”.

Las entradas para la función de este próximo sábado 23 se pueden obtener a través de la página web del CAFF o en el siguiente enlace. El Club Artístico Libertad, además, promete una última función para cerrar el año el próximo 6 de diciembre.

«Gracias a la serie mi música llegó a mucha gente»

«Gracias a la serie mi música llegó a mucha gente»

Reconocida como intérprete de la banda sonora de series como Buenos chicos y Envidiosa y confirmada para el Quilmes Rock 2025, Mora Fisz lanza Sinestesia, su álbum debut, inspirado en la capacidad de asociar emociones con colores.

Luego de tres años de trabajo, Mora Fisz finalmente lanza su primer disco. Sin caer en los clichés, explora a lo largo de diez canciones las distintas etapas por las que atraviesa un vínculo amoroso. “Quería que cada canción fuera genuina, que representara algo de mí», asegura.

A pocos días de presentarlo en Casa Temple, Fisz, en diálogo con ANCCOM, cuenta cómo superó los bloqueos creativos durante la composición, destaca la importancia de respetar los tiempos del proceso y explica por qué decidió no incluir colaboraciones con otros artistas.

¿Cómo fue componer tu primer álbum?

Todo arrancó cuando lancé mi primer tema “Mil cosas”. En ese momento, si bien no había un plan de cómo hacerlo, sabía que quería hacer más música. Esa canción me dio ganas de contar una historia más grande, en la cual pudiésemos exponer una relación en todas sus etapas, tanto las positivas como las negativas. Y así nació la idea de un proyecto más ambicioso: mi primer álbum.

¿Por qué elegiste llamarlo Sinestesia

Para mí era muy importante ponerle un título que pudiese representar todo el proyecto y por eso pensé mucho cuál podría ser. Un día descubrí la palabra sinestesia, que tiene que ver con la idea de asociar cosas directamente con un color en particular y me di cuenta que pegaba perfecto con el concepto que quería plasmar en el álbum. Consulté a los productores y les gustó, así que empezamos a darle a cada canción un color distinto según la historia que contaba.

¿Qué te motivó a estructurar el álbum como una historia de amor, en lugar de componer solo canciones sueltas?

Este álbum es mi carta de presentación, acá muestro mi forma de escribir, la música que escucho y cómo me gusta narrar las cosas. Decidimos contar una historia porque me copa mucho cuando los artistas lo hacen en sus discos. Me acuerdo cuando Rosalía sacó “El mal querer”, un álbum que cuenta una historia a través de capítulos, me alucinó. Entonces, cuando surgió la posibilidad de hacer un álbum, que es algo con lo que siempre soñé, aproveché para explorar este recurso. Por eso decidí ir un poco más allá, contar algo diferente y que también sea divertido de escuchar.

¿Cuáles fueron los principales desafíos al escribir y producir las canciones?

A la hora de pensar un álbum, además de tener en cuenta la cantidad de canciones que van a entrar, hay que fijar una fecha para terminarlo, lo que genera que en muchas ocasiones se terminen poniendo canciones de relleno. No quería que pase eso, buscaba que cada tema cumpliese una función y me hicieran sentir orgullosa. El proceso de búsqueda fue muy difícil y atravesé momentos de frustración y de bloqueo. Me pasó muchas veces de no poder escribir porque no se me ocurría nada y sentir que no lo iba a poder terminar nunca. O incluso de hacer una canción que en el momento me parecía fantástica y después cuando la escuchaba dos días después no me gustaba. La verdad es que me costó mucho llegar a un punto en el que estaba realmente contenta porque soy muy perfeccionista y estoy atenta a los detalles. Pero por suerte logramos llegar a ese punto y hoy estoy muy contenta con como quedó todo. Definitivamente fue un proceso que valió la pena.

Este álbum es completamente solista, ¿por qué decidiste no incluir colaboraciones con otros artistas?

Es algo que se tiene que dar de manera orgánica. En este no se dio, pero porque las canciones eran muy personales, entonces tomamos la decisión de hacer un álbum completamente solista. Igualmente estoy abierta a conocer artistas con los que podamos tener buena onda y conectar en la composición para hacer algo juntos.

¿Qué significa como artista emergente que tus canciones hayan formado parte de novelas como Buenos Chicos o Envidiosa, la producción de Netflix?

Fue una locura. En particular Buenos Chicos tenía una comunidad de seguidores increíble y yo no era muy consciente de la importancia que le daban a la música. Me encontré con que “Mil cosas” y “4 AM” se habían vuelto himnos de una de las parejas principales de la novela. Gracias a eso mi música llegó a mucha gente y empecé a recibir mensajes muy lindos de personas que se sentían identificadas con las letras. Eso es hermoso, porque soñé toda la vida con hacer música que le llegue a la otra persona.Y con Envidiosa me pasó que me había enganchado tanto con la serie que me había olvidado de que iba a sonar mi canción “Donde comenzó la tormenta”. Cuando la escuché no lo podía creer, fue una locura.

Y en ese caso, ¿cómo llegó la propuesta para formar parte?

Cuando terminamos las canciones del álbum con los productores empezamos a pensar cómo podíamos hacer para darles visibilidad y llegar a más personas. Ahí surgió la posibilidad de probar suerte con las producciones audiovisuales, porque a mí me pasa mucho de escuchar una canción de una película o serie y buscarla para agregarla a mi playlist. Empezamos a mandar los temas a distintas productoras para ver si alguna podía encajar. Por suerte les gustaron y nos abrieron las puertas, así que estoy muy agradecida con ellos porque es una locura lo que pasa con los fanáticos de las series y cómo se apropian de las letras.

Vas a presentarte en Casa Temple antes de tu debut en el Quilmes Rock. ¿Qué canción del disco estás más ansiosa de cantar en vivo?

“Sinestesia” me encanta. Generalmente suelo abrir o cerrar con esa porque creo que es la que más lleva la esencia del álbum. También me gusta “Mil cosas” porque todos la conocen y la cantan conmigo, algo con lo que siempre soñé. También al ser nuevas la gran mayoría de las canciones, muchas las van a escuchar por primera vez en el show.

¿Qué es lo que más te enorgullece del disco?

Haber escrito todas las canciones a partir de lo que sentía. El amor es un concepto universal y existen miles de canciones que hablan sobre eso. Lo difícil es encontrar la manera de escribir desde un lado genuino y que sea distinto a lo que dicen otras letras. Traté de hacer canciones para que quien las escuche se sienta reflejado. Y creo que lo logré.

Mora Fisz presentará Sinestesia el próximo 27 de noviembre en Casa Temple, Costa Rica 4677, CABA. La entrada es libre y gratuita.

Venezuela en su laberinto

Venezuela en su laberinto

El 10 de enero comenzará formalmente el nuevo mandato de Nicolás Maduro, autoproclamado ganador de las elecciones sin exhibir las actas electorales. Su rival, González Urrutia, se exilió en España yCorina Machado, lider de la oposición, intenta una salida negociada de la crisis. ¿Cómo impactará el triunfo de Trump?

El 28 de julio se desarrollaron las elecciones presidenciales en Venezuela. Millones de personas decidieron entre la continuidad del presidente Nicolás Maduro o el comienzo de una nueva era bajo la dirección de Edmundo González Urrutia, representante de la coalición opositora. Frente a las cifras oficiales, ambos candidatos se proclamaron ganadores: González Urrutia respaldó su triunfo presentando las actas de votación de sus fiscales, y Maduro lo sostuvo a través de su palabra y la de los organismos estatales.

Las actas de votación presentadas por la oposición ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), y frente a distintos organismos internacionales, demostrarían la victoria de González Urrutia con el 67% de los votos, frente al 30% obtenido por Maduro. Ellas representarían el 81,7% de las actas totales y hasta el momento son la única prueba que permitiría legitimar los resultados de la elección, ya que ni el CNE ni el líder chavista presentaron documentos que validen su supuesta victoria.

A su vez, la reelección de Maduro fue proclamada por Elvis Amoroso, presidente de la CNE, y ratificada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, que clausuró el capítulo electoral al rechazar el amparo presentado por el Frente Democrático Popular (FDP), que exigía la publicación de los resultados de la votación.

Claudia Cinatti, analista y editora de política internacional de La Izquierda Diario, afirmó que el proceso fue fraudulento desde su desarrollo previo, no solo respecto al recuento de votos, y comentó en conversación con ANCCOM: “Maduro vetó candidatos de la oposición patronal, como María Corina Machado, que está inhabilitada, y rechazó otros candidatos hasta que finalmente quedó González Urrutia. El carácter autoritario y antidemocrático del gobierno también fue para evitar cualquier expresión que cuestionara por izquierda al propio gobierno de Maduro; recordemos que al Partido Comunista venezolano, que estuvo por muchos años en alianza con el gobierno y después rompió, le hn quitado la legalidad de manera escandalosa. “

La especialista puntualizó: “El régimen tuvo su candidato, la oposición de derecha también tuvo su candidato, aunque no fuera el que había elegido, y tanto los sectores de trabajadores como cualquiera que cuestionara por izquierda al gobierno, ningún candidato”.

Joaquín Sánchez Mariño, periodista argentino que cubrió las elecciones y es autor del ensayo En Venezuela, expresó en diálogo con ANCCOM: “Se preveía que el oficialismo iba a tender algún tipo de trampa. Desde la oposición estaban preparados para que el gobierno no aceptara fácilmente su derrota pero nadie esperaba esta necedad tan brutal. Había una pequeña esperanza de que aceptara un proceso democrático transparente, porque la esperanza es lo último que se pierde, pero tampoco fue tanta sorpresa cuando el gobierno lo rechazó.”

Durante los días posteriores a la elección, las calles de todos los Estados recibieron a miles de manifestantes que denunciaron fraude electoral, y exigieron la transparencia del proceso de escrutinio. Las protestas fueron aplacadas por una ola de violenta represión, impulsada por el gobierno, que dejó 23 muertos, cientos de heridos, más de 2000 detenidos e inauguró una nueva etapa de persecución política.

Sánchez Mariño comentó: “Se esperaba que ganara la oposición, porque eso se veía en la calle, pero había que ver si era una derrota ajustada. El día anterior a las elecciones parecía que era 1983, una especie de regreso venezolano de la democracia, pero no lo fue y la esperanza se desinfló muy fuertemente porque a fuerza de detenciones y persecución política el gobierno logró controlar la protesta social.  Después de las elecciones comenzó la Operación Tun Tun, una forma de atemorizar a la sociedad y amedrentar a los que salen a protestar, que es clave para este proceso.”

Actualmente González Urrutia se encuentra exiliado en España y María Corina Machado, la principal referente de la oposición, sigue en el país actuando desde las sombras, sin revelar su paradero. Machado insiste en consensuar con Maduro su salida del poder, ofreciéndole amnistía a cambio del reconocimiento de su derrota. Durante los días posteriores a las elecciones se especulaba con la posibilidad de que una fracción de las Fuerzas Armadas, el principal pilar que sostiene a Maduro en el poder, se rebelara e hiciera un golpe desde adentro, pero rápidamente se descartó. “Es difícil un quiebre grande porque gran porcentaje de las fuerzas están implicadas en los negocios de Maduro, quien dejó que la corrupción y el vicio permeen en las capas altas y bajas como una manera de convertir a todos en cómplices” explicó Sánchez Mariño.

Los únicos países de la región que respaldaron los resultados sostenidos por el régimen fueron  Bolivia, Cuba, Nicaragua y Honduras. El resto, incluidos aliados históricos del chavismo, como el presidente de Brasil Lula da Silva, el de Chile, Gabriel Boric, y de Colombia Gustavo Petro, no reconocieron el triunfo de Maduro y exigieron la publicación de las actas.

Sánchez Mariño consideró esos posicionamientos parte de los hitos más importantes a nivel internacional, y explicó: “El primero fue cuando el Centro Carter, una organización independiente de investigaciones estadounidense, a la que Maduro invitó y que avaló las elecciones de 2018, abandonó el país y dijo que las elecciones no habían sido limpias, por ende no podían verificar el triunfo del líder chavista. Más adelante expresaron que había ganado la oposición, y que las actas que presentaron eran válidas. El segundo golpe fuerte fue cuando los líderes de la región no respaldaron su triunfo, lo cual afectó su credibilidad y estatura moral porque se esperaba que lo respaldaran más allá de que fuera fraudulento.”

La columnista brasileña del Jornal O Globo, Janaina Figueiredo, quien ha cubierto elecciones en Venezuela, entrevistó a González Urrutia en Madrid, y comentó en conversación con ANCCOM que el excandidato presidencial está viajando por Europa para pedirle ayuda a la comunidad internacional, solicitando más sanciones para asfixiar económicamente al gobierno de Maduro, y principalmente sanciones individuales hacia “los funcionarios de la dictadura venezolana”.

Figueiredo declaró: “Las sanciones han tenido un impacto muy duro para la economía y para el gobierno de Venezuela, que lo ha sorteado con la ayuda de aliados como China y Rusia, entre otros. La situación financiera del gobierno de Maduro es muy complicada, y eso explica también por qué sufrió una paliza en las elecciones del 28 de julio: porque el chavismo no tuvo más el dinero con el que contó en otro momento para financiar programas sociales, y los sectores populares votaron por primera vez, en su mayoría, en contra del chavismo. Eso tiene que ver con un Estado fallido: los chicos en Venezuela van a la escuela dos veces por semana, los hospitales se caen a pedazos, eso claramente se relaciona con un impacto financiero de las sanciones, pero también con la corrupción. Maduro ha conseguido de alguna forma superarlas, pero las sanciones sin duda representaron un costo muy alto para el régimen, y para la sociedad.”

Hugo Chávez, el teniente coronel del ejército venezolano, se hizo públicamente conocido en 1992, cuando se adjudicó públicamente la responsabilidad del golpe de Estado fallido del mismo año. Después de dos años de prisión, fue indultado y se dedicó a construir un movimiento político a través de la canalización de las frustraciones sociales y económicas de la población. En 1998 ganó las elecciones, y al año siguiente asumió la presidencia con amplio apoyo del pueblo. Su gobierno fue acompañado por una situación económica favorable generada por el boom petrolero, que le permitió una relativa redistribución de la renta petrolera y la nacionalización de empresas privadas.

Cinatti destacó que si bien Chávez tomó medidas para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de los sectores populares, también creó una burguesía nacional “completamente parásita” que “vivía y aprovechaba los subsidios del Estado”, y expuso rasgos autoritarios para intentar disciplinar a la clase trabajadora, por ejemplo al declarar la ilegalidad de las huelgas.

Tras el fallecimiento de Chávez en 2013, se celebraron nuevas elecciones en las que resultó ganador Nicolás Maduro, quien había sido vicepresidente durante su último mandato y fue designado públicamente como su sucesor por el propio líder bolivariano. Su gobierno encontró serios límites debido a la dependencia de la renta petrolera, ya que la mayor parte del ingreso de divisas provenía de ese sector, y el cambio en las condiciones internacionales, la caída del precio de las materias primas y del petróleo redujeron drásticamente los fondos del Estado.

Al respecto, Cinatti afirmó: “Bajo el régimen de Maduro el país entró en una situación desastrosa, lo hemos visto sin bienes básicos de consumo, en una situación social y económica catastrófica, sobre todo para los sectores populares. Hoy hay casi una dolarización de hecho, el salario es miserable y para sostener todo eso profundizó mucho los rasgos autoritarios del régimen político. La pérdida de apoyo se debe a una combinación de medidas impopulares y la profundización del carácter autoritario y represivo, al punto de tener detenciones completamente arbitrarias y presos políticos.”

El futuro de Venezuela se presenta como un panorama incierto, y abierto hasta el 10 de enero del próximo año, fecha donde comienza el tercer mandato de Maduro. La victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, que asumirá el 20 de enero, podría cambiar el rumbo.

Cinatti afirmó: “Están en juego distintos factores, en primer lugar económico, ya que si bien el gobierno de Maduro tiene contradicciones evidentes con gobiernos como el estadounidense o el español, las multinacionales de esos países hacen negocios muy importantes en Venezuela, como la Chevron, y los grupos económicos locales, porque Maduro se presenta como garantía del orden y viene aplicando un plan económico que atacó muy duro a los sectores trabajadores, asalariados y populares.”

No obstante, Cinalli recordó que “fue bajo el gobierno de Trump cuando se impulsó el golpe que intentó dar Juan Guaidó, que se autoproclamó presidente, ligado a este mismo sector de la oposición de derecha encabezado por Machado. Son una serie de elementos nacionales e internacionales, incluso de los propios gobiernos de América Latina, que hacen que esté todo ‘congelado’, aunque hay muchos elementos de crisis y hay que ver que nuevos hechos políticos pueden llegar a suceder. El gobierno de Maduro ha instalado un escenario, pero no está cerrado.”

Científicos y científicas argentinas salen a la calle

Científicos y científicas argentinas salen a la calle

Investigadores e investigadoras de diferentes universidades e institutos realizaron una feria para mostrar su trabajo y su anclaje en la sociedad. Estudiantes de escuelas secundarias y público general los acompañaron durante toda la jornada del viernes.

Desde la ventana del colectivo de la línea 101, al pasar por Plaza Houssay, ya se puede notar su presencia. Algunos visten guardapolvos, otros llevan chalecos que los identifican con sus organizaciones. Allí, en el corazón de la plaza, instalan sus puestos, donde pasarán el resto de la jornada bajo un sol implacable que no da tregua. Vecinos de la zona y también niños y adolescentes de diferentes escuelas de la ciudad, fascinados, se detienen a interactuar y sorprenderse con la “magia de la ciencia”, quizás soñando con convertirse algún día en uno de ellos. Sin embargo, estas personas de guardapolvo están lejos del estereotipo del científico loco con lentes gruesos y cabello alborotado encerrado en un laboratorio. Los investigadores argentinos no se encierran: salen a la calle, comparten su conocimiento y luchan por el futuro de la ciencia.

La Feria en Defensa de la Ciencia y la Universidad, que comenzó cerca de las 11 horas del viernes y se extendió hasta pasadas las 19, contó con más de 80 stands donde investigadores de diferentes áreas realizaron actividades para difundir sus proyectos y visibilizar las problemáticas actuales que dificultan sus investigaciones. “Surgió como una iniciativa discutida en reuniones y asambleas acá en la Facultad de Medicina. Nos contactamos con compañeros docentes del Gino Germani que estaban con la misma idea y empezamos a laburar en conjunto. Lo habíamos pensado al principio como solo de zona Houssay, pero se fueron sumando distintos institutos UBA-CONICET, que son de Sociales, de Medicina, de Farmacia, de Exactas, también gente del INTI, del INTA, del CNEA, un montón de lugares de diversas disciplinas y que están sufriendo el ajuste tremendo del gobierno”, contó Valentina Alillo, parte de la organización del evento.

Uno de los principales objetivos de la feria es acercar la ciencia a los más jóvenes, por lo que varias escuelas secundarias de la zona fueron invitadas a participar y hacer una recorrida por los distintos puestos. “Hay stands con juegos que están orientados más al público infantil y adolescente, para hacer que los chicos se interesen cada vez más en la ciencia”. Una de estas tantas iniciativas estaba compuesta por un mapa donde los chicos debían ubicar el sitio turístico que les toque en el lugar geográfico que corresponda. Triana Sánchez, integrante del Centro de Investigación y Desarrollo del Turismo -CIETUR- de la Universidad Nacional de San Martín nos cuenta el motivo del juego: “Estamos concientizando sobre la investigación del campo de estudios en turismo y porque es importante priorizar la actividad turística tanto a nivel económico como social, a lo largo y ancho de todo nuestro territorio”. Hoy, el CIETUR atraviesa grandes problemas para solventar los gastos de investigación: “Al estar en la Escuela de Economía y Negocios de la UNSAM, tenemos muchos convenios que hacemos a través de consultorías y de esa forma nos auto financiamos. Sin embargo, hoy los convenios están cayendo y tenemos muchas becas CONICET que están en peligro, sumado a la devaluación que están sufriendo nuestros salarios en el último año. Entonces, es un panorama muy complejo que dificulta que podamos poder seguir haciendo lo que hacemos y amamos”.

El mismo panorama atraviesan múltiples organismos que se dedican a la investigación científica. Andrea Ostrov, directora del Instituto de Literatura Hispanoamericana, profundiza sobre la situación: “Por decisión del Poder Ejecutivo Nacional no se está nombrando a nuevos investigadores en CONICET. Es histórico, porque hace muchísimos años que no pasa, que durante un año no haya habido ningún ingreso de un investigador en CONICET. Este año, como todos los años, hubo más o menos entre 300 y 400 bajas que posibilitará que den el ingreso a nuevos investigadores sin incrementar el gasto, sin embargo no quieren hacerlo, y es por decisión política del Presidente de la Nación”. La falta de ingresos hace que el Instituto corra peligro: “La continuidad de los proyectos y la renovación de los recursos humanos peligra al no haber ingresos de manera fluida como otros años, cada vez tenemos menos becas de postdoctorado y mucho menos investigadores. Lo normal es que todos los años entren 4 o 5 becarios de doctorados y este año todavía no hubo ninguno. Tenemos que publicar porque los organismos nos exigen publicaciones que den cuenta del trabajo de los equipos y esas publicaciones hay que pagarlas. Las inscripciones a congresos internacionales rondan entre los 100 y 150 dólares, y un equipo normalmente tiene entre 6 y 8 personas. Este costo es solo de manera virtual, ni hablar de costear los viáticos para pasajes y alojamientos. Se hace muy cuesta arriba. cada vez hay más trabas, más dificultades, y es un proceso de ahogo. El desfinanciamiento es un modo de aniquilación disimulado, entre comillas”.

María Laura Romano, una de las investigadoras del instituto, cuenta la principal problemática que atraviesan en la actualidad: “Hay seis investigadoras que el año pasado ganaron el concurso de ingreso a carrera de investigadora de CONICET y, luego de esperar más de un año, todavía no tenemos ninguna información certera acerca de cuándo nos van a designar y entonces estamos en esta instancia en la que no sabemos qué hacer, qué va a pasar con nuestro trabajo, porque también existe la posibilidad de irnos afuera a trabajar en un lugar donde nuestro trabajo sea reconocido. Sería una pena que se perdiera esa inversión de un recurso humano sumamente formado”.

Otro de las actividades que se robó las miradas del público fue la realizada por el Área de estudios urbanos del Instituto Gino Germani. “Es un mapeo colectivo donde buscamos tener un registro sobre las distintas percepciones, formas de apropiación y experiencias que hay sobre el espacio urbano, donde también queremos poder analizar en qué medida son diferentes según el género de los ciudadanos”, explica Facundo Corti, quien hoy centra su investigación en políticas de reurbanización de villas. “Analizo los efectos de diferentes políticas de integración social y urbana en la estructura social y urbana de la Ciudad de Buenos Aires combinando una estrategia cuantitativa sobre cantidad de personas involucradas para dimensionar la problemática habitacional en términos de infraestructura, con un abordaje más cualitativo que tiene que ver justamente con las percepciones de los habitantes de los barrios”.

Esta semana, la vicepresidenta Victoria Villarruel, atacó algunas de las novelas que conforman la colección “Identidades bonaerenses” que, desde septiembre de 2023, la provincia de Buenos Aires difunde en bibliotecas escolares con libros que no son de lectura obligatoria, buscando garantizar el derecho a una educación con acceso a los libros como herramienta clave de aprendizaje. VIllarruel difundió fragmentos fuera de contexto, pidiendo que “dejen de sexualizar a nuestros chicos”, y acusó al Gobierno de la provincia de adoctrinarlos en temas vinculados a la Educación Sexual Integral (ESI). Maria Laura Romano, del Instituto de Literatura Hispanoamericana, reflexionó: “El punto que disparó la discusión fue la novela Cometierra de Dolores Reyes, pero el ataque es contra la educación sexual integral y contra la posibilidad de que los pibes y las pibas que van a la escuela secundaria puedan estar informados y atendidos en sus demandas y necesidades de información. Me parece que cierto sector del gobierno está en contra de que en todas las escuelas se puedan trabajar cuestiones que tienen que ver con lo sexual, con lo vincular”.