“Un cierre arbitrario que va en contra de la educación pública”

“Un cierre arbitrario que va en contra de la educación pública”

El gobierno de Jorge Macri quiere cerrar la única escuela pública de fotografía de la ciudad de Buenos Aires. La comunidad de la “Maestro Quinquela” denuncia el intento y resiste.

“Yo soy egresada del año 2012. Vengo de una familia obrera y no hubiese podido acceder a una carrera de fotografía profesional si no existiera un espacio como la Escuela Maestro Quinquela”, expresa Elena Gorosito, exalumna del instituto, a quien este curso le brindó una salida laboral y hoy se encuentra trabajando en el canal Urbana Tevé.

Elena fue una de las tantas exestudiantes que se acercó al “camarazo” realizado en la puerta de la escuela, junto a docentes y organizaciones barriales de La Boca, en una emotiva muestra de solidaridad y compromiso con el derecho a la educación.

La convocatoria tuvo lugar en Caminito, corazón de la Boca, a pasos de la sede donde funciona la carrera de fotografía, que tiene una duración de dos años y ofrece una formación diaria de lunes a viernes de 19 a 22:30. Al final del ciclo, los estudiantes obtienen el título de “Aptitud profesional en fotografía”, otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

“La resolución que certifica los títulos caducó, y no nos dan una nueva que permita dictar el curso y que asegure los estudiantes dentro de la institución”, explica Elena Aguirre, profesora de la escuela. A contramano de otras instituciones educativas nocturnas que sufren de baja matrícula y languidecen, la Quinquela siempre fue muy concurrida.

Antes del cierre dispuesto unilateralmente por el Gobierno de CABA, la carrera contaba con cinco divisiones, tres de primer año y dos de segundo, con unos 200 estudiantes, más docentes y no docentes.

Actualmente, los estudiantes que se graduaron en 2023 se ven imposibilitados de obtener sus títulos, y los que cursaron el primer año ven interrumpido su proceso educativo. «La escuela era como un hogar para nosotros, tanto por la jornada horaria como por el vínculo que teníamos con ella. La falta de claridad sobre qué sucederá, nos sumerge en una incertidumbre abrumadora», afirma la estudiante Laura Luque.

La escuela de fotografía «Maestro Quinquela» comparte instalaciones con la escuela secundaria técnica del mismo nombre, que funciona de mañana y tarde, y que tiene 75 años de historia en el barrio de La Boca.

Dada la cercanía del 24 de Marzo, durante el camarazo también se levantó la consigna «Memoria sí, pañuelos de hoy y de siempre» –impulsada por los organismos de derechos humanos–, con el pañuelo de Quinquela como símbolo. “Además de ser un reconocido pintor, Quinquela fue un niño huérfano que conservó medio pañuelo durante toda su vida, representando así las oportunidades que le permitieron convertirse en artista”, cuenta Natalia Quintos, una vecina que se sumó a la convocatoria.

El cierre de hecho de la escuela de fotografía se apoya en una resolución gubernamental que prohíbe el inicio del curso. Esta medida fue implementada previamente con el propósito de mitigar la situación por un período de tres años, con vigencia hasta diciembre de 2022, y con el compromiso de resolverla de manera definitiva.

«El Gobierno intenta justificar sus acciones basándose en esa resolución previa, lo cual resulta absurdo. Otra resolución podría resolver fácilmente el problema», sostiene Gustavo Castro, exdocente de la escuela. «La solución definitiva reside en la emisión de una resolución sin plazos, que garantice la continuidad del curso sin interrupciones», agrega.

“Como legisladores, elevamos un pedido de informes al Gobierno de la Ciudad que aún no contestaron, para ver los motivos de este cierre arbitrario y que va en contra de la educación pública y del legado de Quinquela”, señala Juan Pablo O’Dezaille, miembro del bloque Unión por la Patria en la Legislatura porteña. Tras el inicio de las sesiones, siguen esperando una respuesta. Así todo, la comunidad del Quinquela continúa movilizada para defender su continuidad.

¿El sexting es sinónimo de libertad o un nuevo mandato?

¿El sexting es sinónimo de libertad o un nuevo mandato?

Valentina Arias escribió “Mandar fotitos. Sexting, imagen y sexualidad en la era digital”, donde analiza sin prejuicios ni estigmas el fenómeno de envío de imágenes eróticas como una práctica cotidiana ya establecida.

Mandar fotitos. Sexting, imagen y sexualidad en la era digital (Eduvim y UNRN, 2023) es el nuevo libro de Valentina Arias, licenciada en Ciencias de la Comunicación, doctora en Ciencias Sociales y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. Nacida en Mendoza, la escritora también es becaria postdoctoral en el CONICET y posee un Magíster en Psicoanálisis por la Universidad del Aconcagua.

En la investigación la autora propone tomar el fenómeno del sexting como objeto de estudio desde una perspectiva analítica por fuera de discursos estigmatizantes: “En líneas generales siempre se trabaja el tema desde las ciencias jurídica, para pensar en todas las consecuencias legales que puede tener la práctica, o desde el punto de vista de la psiquiatría o la psicología conductual donde dan por supuesto que el sexting es una práctica de riesgo”, explica la autora. 

A lo largo de cinco capítulos, Mandar fotitos hace un recorrido histórico del sexting hasta las disyuntivas que se presentan en la actualidad en relación con testimonios de mujeres de entre 18-15 años. ¿Es realmente una actividad libre de mandatos? ¿Qué pasa con aquellas mujeres que no lo practican?

¿Cómo nació la idea?

El libro es una reescritura de mi tesis de doctorado en Ciencias Sociales que inicie en 2015 y termine en 2020. Yo veía que el sexting se practicaba pero en ámbitos públicos se hablaba muy poco así que me pareció que era una buena oportunidad para indagar sobre la práctica. Cuando comentaba lo que estaba estudiando a todo el mundo le parecía interesante por lo que me pareció que se podía bajar esa tesis a un libro con un corte más de divulgación. En parte, esa es la idea del libro: presentar un cuadro descriptivo sobre la práctica del sexting específicamente en mujeres cisgénero en vínculos heterosexuales, ya que todas las chicas que entrevisté me relataban relaciones con varones. Si bien el libro tiene ese recorte de alguna manera yo espero que aquello que se relata como los placeres, los miedos y las tensiones que tienen al sextear, puedan ser extensivas también a otras formas de sexualidad no binarias.

 

Las distintas formas de establecer un vínculo con una pareja ¿son reconfiguradas por los medios digitales?

Sin duda, los medios digitales, incluyendo el teléfono, las redes sociales, las aplicaciones, internet, etcétera, modifican profundamente las maneras en las que nos relacionamos. En particular por la cuestión de la fotografía. A lo largo de la historia, las tecnologías de la imagen se han puesto rápidamente al servicio de la sexualidad y el erotismo. En ese sentido no hay nada nuevo. Sin embargo, en el caso del teléfono inteligente este tipo de imágenes permiten su creación en cualquier lugar, de manera inmediata y de forma relativamente gratuita, una vez que tenés el aparato podes sacar cuantas fotos quieras. Hay una facilidad técnica para que estas imágenes circulen. Pero además existen ciertas características sociales y culturales que se modifican. Hoy vivimos lo que para muchos pensadores se denomina “cultura sexualizada”, la cual hace alusión a la circulación cada vez con menos resistencia de contenido antes comprendido como demasiado erótico o sexual. Esto se puede entender desde un punto de vista celebrante, más crítico y conservador o teniendo en cuenta otras posturas más matizadas, que en vez de celebrar o condenar, plantean analizar cómo está operando y que sucede con esto.

 

¿Cómo habría que mirar el fenómeno?

Cuando afinás un poco el ojo, podés darte cuenta de que no todas las imágenes sexuales son leídas igual. Por ejemplo, no es lo mismo una foto sexual de una chica de clase alta que otra de sectores más populares. Lo mismo ocurre con el tipo de cuerpo. Si condice con los parámetros hegemónicos de belleza contemporánea tiene una lectura; si la chica de la foto tiene un cuerpo no normativo habilita otra lectura diferente. Por lo tanto estamos en un momento de una cultura sexualizada que opera atada a determinados sesgos como la edad, el tipo de cuerpo, clase social, orientación sexual o la raza de la persona que aparece en la imagen. Hay facilidades técnicas que tienen que ver con el teléfono pero también sacarte fotos desnuda y mandársela a otra persona muchas veces va en línea con lo que propone la época. Hoy quizás lo transgresor es no mandar la foto.

Sin embargo, aunque está muy normalizado también es una actividad “secreta”, ¿puede ser?

Exacto. Siempre que se habla de sexting se tiende a hablar de las consecuencias negativas de la práctica, como la viralización de la foto. Por ejemplo, el año pasado surgieron en las noticias esos grupos en telegram de varones donde comparten imágenes. De ninguna manera quiero minimizar los riesgos que tiene, pero sí es importante darse cuenta que hay cierta naturalización del abuso. Está recontra normalizado que eventualmente tu foto va a ser usada sin tu consentimiento. Es importante hacer mucha concientización para que las chicas, sobre todo las jóvenes y las niñas, se cuiden porque son muy reales los peligros. No hay que minimizarlo. Pero también es necesario poner el foco en que cada vez que hablamos de sexting, estamos hablando de cómo cuidarnos. Que una foto circule sin tu consentimiento no está bien y no tiene que pasar. No deberíamos preocuparnos por que no se nos vea la cara o el tatuaje en una foto. Como horizonte deberíamos de llegar a un momento donde podamos hablar de sexting sin tener que estar todo el tiempo pensando en las prácticas de resguardo.

 

El remordimiento y la culpa

Arias hace énfasis en los discursos ya deslegitimados, como el famoso “para que salió vestida así”, en casos de acoso callejero o violación. Si bien estos dichos generan rechazo, sostiene que en el sexting siguen pasando: “Están estos cambios discursivos donde teóricamente las mujeres tenemos que ejercer nuestra sexualidad con todo el derecho y el placer que podamos, pero lo cierto es que hay una doble vara funcionando. Cuando la imagen llega a otras manos se tiende de nuevo a culpar a la mujer”, sentencia. A lo largo de las entrevistas notó cómo esa culpa también se internaliza: “Lo podés hacer pero te quedás con cierta culpa o remordimiento, te pones a pensar qué pasaría si se enoja la persona a la que le mande la foto”, ejemplifica. Mantiene que le resulta problemático el hecho de que las mujeres se queden con estas sensaciones. En muchos casos, aquellas que se dedican a la educación son las que más temen a la viralización de sus fotos. A pesar de que en la actualidad el sexting se rige por discursos de libertad sexual y el libre uso del cuerpo, parece ser una práctica que siempre trae consecuencias.

Introducís el concepto del “régimen visual contemporáneo” que determina lo que es deseable y lo que no. ¿De qué depende eso? ¿Influyen en gran medida los mandatos y estereotipos patriarcales? 

La idea de régimen visual es tratar de pensar que todas las formas de reaccionar frente a las imágenes que circulan no son naturales ni objetivas sino que son construcciones. Hay determinadas imágenes en determinados momentos que son dables a ver y otras que no. En el caso del sexting sucede que por más que haya una cuestión de la época acompañado de discursos body positive (mostrate como sos y ama tu cuerpo tal y como es) en la intimidad siguen operando criterios estéticos al momento de producir las propias imágenes. Si vos le preguntas a una chica como quiere salir en la foto las numeraciones siempre tienen que ver con un modelo hegemónico: que las tetas se les vean paradas, que no se marquen los rollitos, que no aparezca la papada, la celulitis, los pelos. La mayoría posee un saber informal, como el ángulo o la luz correcta, para que estos detalles no figuren. Esto permite poner en entredicho la cuestión de que vivimos en una época sin intimidad. En lo que refiere a las imágenes sexuales hay ciertas cosas que para las mujeres tienen que quedar fuera de la vista de la sociedad. De pronto la variable que modula lo que es íntimo, es una variable estética. Si es lindo y condice con el modelo, lo muestro. Si hay algo del cuerpo que no alcanza los parámetros de lo que se considera bello, lo escondo.

 

Termina condicionando la forma en la que nos percibimos.

Exacto. Es interesante dirigir la crítica cuando uno la ubica en cuáles y en qué sentido hoy sextear es también un mandato. Muchas chicas me comentaron: “Lo hago para que me deje de joder porque no para de insistirme’. Ahí es donde están los puntos críticos para analizar: ¿En qué medida el sexting, que es una práctica voluntaria y que teóricamente es recreativa y de disfrute, se puede convertir en un mandato? Cuando no lo hacés o no tenés ganas de hacerlo. Es interesante poner el foco de atención en las violencias que suscita y sobre todo en los aspectos negativos que les puede originar a las mujeres cuando no lo haces lo suficientemente bien, cuando no te sentís cómoda con tu cuerpo, cuando no tenés ganas y sentís que por ahí vos sos la del problema. Mientras del otro lado surge otro tipo de violencia en donde se empiezan a generar unas dinámicas súper machistas que de alguna manera u otra la mujer termina responsabilizarse por eso.

 

Valentina Arias recalca que las campañas de concientización sobre el sexting deben ser trabajadas desde una perspectiva de género orientada a una reducción de riesgos que, sobre todo, no responsabilice a la persona que comparte la foto. Además deben tener en cuenta el valor diferencial que tienen esas imágenes cuando el “blanco” es una mujer y no un hombre. Insiste: hacer circular fotos sin el consentimiento de la mujer es abuso sexual.

 

Boedo, libros y memoria

Boedo, libros y memoria

La Feria del Libro Independiente de Boedo realizó su tercera edición. Diferentes editoriales independientes y autogestivas ofrecieron textos buenos y baratos. Hubo una edición especial dedicada a Milei.

El domingo 17 de marzo se realizó la tercera edición de la Feria del Libro Independiente de Boedo (FLIB) en Avenida Boedo, entre Carlos Calvo y Estados Unidos. Más de 20 editoriales independientes mostraron una amplia diversidad de títulos para las diferentes edades. La feria está articulada con organizaciones que van más allá del libro: la Comisión por la Memoria Red Cultura Boedo, el Proyecto Boedo, la Asamblea de Boedo, la Junta de Estudios Históricos y organizaciones y activistas ambientales.

Su lema fue “Libros en la calle, en las plazas y en los bares”, La calle, debido a que los domingos es peatonal y es donde se instalan, las plazas porque el único espacio verde que posee el barrio, la plaza Mariano Boedo, fue producto de la lucha de los vecinos y los bares por los históricos cafés tradicionales que se encuentran en el barrio, resistiendo a la gentrificación.

La Comisión por la Memoria Red Cultura Boedo arrancó a las 14 recordando a los vecinos detenidos desaparecidos. Se realizaron charlas, se presentó un libro, hubo un concurso de poesía titulado “Poemas para o sobre perros/as” y finalizó a las 19 con música.

La FLIB tiene por objetivo recuperar y acercar a los vecinos los libros, la bibliodiversidad, ya que es un barrio con una larga trayectoria literaria. En la zona se encontraba lo que fue la histórica y popular Editorial Claridad, que publicó al grupo de editores y poetas de Boedo.

Jacqui Casais, una de las organizadoras e integrante de la editorial Demolición en Suspenso comenta: “Soy del barrio y lo quiero mucho. La idea era acercarle una feria del libro a la calle. Hace más de 20 años viene surgiendo esta industria de editorial independiente. Cada vez es más grande y no le implica ningún tipo de gasto al Estado, todo es autogestivo, los libros se financian con las ventas. Cada vez es más difícil imprimir por el tema del monopolio del papel. Cada vez hay más lectores interesados en el libro como objeto así que es una industria en crecimiento, lo que necesita es que a la gente no se le convierta el libro en un lujo, sino en algo más para alimentarse espiritualmente, emocionalmente”.

Comprar libros hoy

Los precios de los libros cada vez son más altos y menos accesibles, esto genera que se termine convirtiendo la lectura en algo a lo que no todas las personas puedan acceder. Además, en diciembre del 2023 el libro estuvo amenazado por un artículo de la frustrada Ley Ómnibus. En esta se derogaba la Ley 25.542, también conocida como la de la Defensa de la Actividad Librera, que establece un precio uniforme de venta al público (PVP) para todas las editoriales, librerías y ventas online por igual.

Desde diciembre las ventas en el sector decayeron mucho, “es muy notorio porque yo pensé que iba a ser gradual, la venta se cayó muy abruptamente, la diferencia entre enero y diciembre fue terrible”, confirma Casais. También agrega que “la crisis económica afecta a todos los sectores y nosotros lo sentimos mucho más que nunca”.

Lautaro Marcial, parte de la editorial Arde Fogata, comenta acerca de la situación: “Está bastante difícil, a mí me cuesta menos porque tengo otros tipos de valores, otro tipo de armado. A otras editoriales les está costando bastante más. El gran problema es la suba de los insumos: el papel, la tinta, el laminado plastico que llevan las tapas es importado, eso es lo que encarece la mayoría de los libros”.

Todos estos factores llevan a que uno tenga que buscar alternativas más económicas porque leer es un derecho, espacios como la FLIB entienden eso y funcionan como puente para poder seguir accediendo a los libros. Muchas personas asisten a esta feria, como otras, por la accesibilidad, así lo comparte Adriana, visitante y vecina del barrio: “Los libros acá son accesibles porque no son de grandes corporaciones, justamente son de editoriales independientes que creo que es lo más cercano a la comunidad que tenemos. Además, acá hay un montón de material que encontrás y que otras editoriales y corporaciones no difunden”.

Una barrio con memoria

Zonia Beatriz González Zurrutia, integrante de la Comisión por la Memoria de la Red de Cultura de Boedo, cuenta que esta comisión se formó al calor de la crisis del 2001. La razón fue que se dieron cuenta que el barrio no tenía un espacio para recordar a los desaparecidos y tampoco sabían cuántos eran. Reconstruye la historia de los desaparecidos que vivieron en Boedo y los agrupa en una revista que se llama Barrio y memoria, la cual estuvo presente en la FLIB.

“La revista no es periódica porque vendemos todas las anteriores y juntamos esa plata para hacer la nueva publicación. No pierden la actualidad porque pueden ser utilizadas en las escuelas. Reconstruye la historia de los desaparecidos, del barrio”, cuenta Zurrutia.

“La asamblea barrial quiere que bajen el DNU, que se pare con los tarifazos, está en contra de los aumentos del pasaje, estamos en una situación de resistencia, por eso hicimos una publicación que se llama Libro de quejas para Milei“. En una mesa de la feria, junto a las revistas de la comisión por la memoria, se encontraba un libro muy grande con tapa de color rojo y letras blancas, hecho manualmente, que llamaba la atención de todas las personas que pasaban por ese espacio. Se invitaba a escribir quejas y descargarse acerca de la situación que atraviesa el país.

La FLIB se realizó por primera vez en marzo del 2023 y se estima que serán tres por año, según dice Casais. La segunda, al igual que el año pasado, será sobre cultura gráfica. “No sabemos cuando va a ser: vamos a ver cómo viene el clima, como sale esta, discutir sobre lo que salió bien y mal, y decidir cómo avanzar, que es como siempre hacemos. Vamos modificando a partir de cómo sea la última y queremos mejorar”, agrega la organizadora.

La feria es un espacio de defensa cultural, y demuestra que la lectura no es solo para una elite sino que tiene que ser accesible para todas las personas.

 

Casa Museo María Elena Walsh | No sólo de cuadros están hechos los museos Podcast

Casa Museo María Elena Walsh | No sólo de cuadros están hechos los museos Podcast

 María Elena Walsh llenó de poesía a las infancias durante décadas. Fue creadora de la obra más grande del género infantil y llegó al corazón de niños, niñas y adultos. La casa donde vivió su infancia se convirtió en un museo abierto al público. Hablamos con Maria Victoria Babjaczuk, su directora. Nos contó sobre la infancia de la cantautora, el proceso de recuperación de esa construcción y todas las propuestas que ofrece el museo para las familias. La lucha feminista y su aporte a nuestra cultura hacen que hoy continuemos hablando de la autora de Manuelita.

No te pierdas esta historia, que también es parte de la tuya. 

Casa Museo María Elena Walsh| No sólo de cuadros están hechos los museos S01 E04

por Laura Alcaráz, Agustina Blanco, Hernán Olivera y Eliana Rossi.

Y florecerán mil pañuelos

Y florecerán mil pañuelos

Abuelas de Plaza de Mayo, la Carrera de Ciencias de la Comunicación y ANCCOM organizaron una intervención artística como antesala del 24 de marzo y para resistir a los avances negacionistas.

“¿Quién pintó con aerosol en la calle alguna vez? Arriba esas manos. ¿Quién pegó el famoso cartel militante? Eso vamos a hacer hoy, amigues” se presentó así, Santiago Spiga, en la clase apertura de la materia Políticas Culturales del nuevo plan de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA. 

A 48 años del último golpe cívico militar en Argentina, discursos negacionistas por parte del Gobierno Nacional vuelven a poner en tela de juicio las desapariciones y el accionar de las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes contraponen junto al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el artista visual Santiago Spiga, actividades en escuelas y universidades con el nombre “Memoria SÍ, pañuelos hoy y siempre” para resignificar su lucha y alzar la bandera de los 30 mil desaparecidos. 

Con la organización de la carrera Comunicación Social, ANCCOM y la Catedra Sanjurjo, se propusieron realizar intervenciones artísticas en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, para promover la memoria, la verdad y la justicia previo al encuentro del próximo 24 de marzo en Plaza de Mayo.

Ante el ajuste, el recorte de universidades y quita de derechos conquistados, los alumnos y profesores buscan, a través del arte, instaurar la memoria en la cotidianeidad y contraponer –ante el ajuste inédito- una lucha que reúna a todos y todas en pos de un futuro mejor.

“En este período de hambre, pobreza y negacionismo, nos parece importante desde la Universidad explorar otras formas de decir, de construir relatos e intervenir con lo artístico para un compromiso con la memoria. Un espacio para encontrarnos, pensar y repensar las formas de participación política y resistencia”, expresó Larisa Kejval, directora de la Carrera de Comunicación Social.   

La presencia de Miguel El Tano Santucho, hermano del nieto restituido número 133, llevó a un aplauso colectivo antes de que comenzara a hablar: “Vemos cómo están avanzando sobre los derechos adquiridos y sobre la gente con un discurso peligroso, que llama al conflicto y al sálvese quien pueda. Nuestras abuelas nos enseñaron lo contrario, la lucha es colectiva, entre todos y todas se pueden lograr cosas, respetar e interpelar al prójimo”.

“Engrudo, afiches y carteles es el lenguaje de hoy. A hacer y aprender con las manos y el corazón”, fue el puntapié de Spiga, quien coordinó la actividad, para que los estudiantes y profesores comenzaran a realizar la intervención artística. 

Se formaron dos grupos: por un lado, quienes deseaban realzar la gigantografía de Taty Almeida riendo junto a Estela de Carlotto y por el otro, quienes querían pintar con stencil y aerosol pañuelos coloridos. Ambos, guiados por una misma razón: “Memoria, verdad y justicia”.

El primer grupo, sentado en el piso y desparramando los recortes para ver cómo se formaba la imagen, estuvo acompañado por Kejval, quien con una tijera y una sonrisa de oreja a oreja, comenzó a recortar una de las fotos. El segundo grupo, de pie junto a una mesa y sus copias de pañuelos con un corazón, impresos en papel, esperaron la orden de Spiga para aprender a usar los materiales. 

Una caminata seguida de aplausos por profesores y estudiantes irrumpieron en el comedor y se llevaron todas las miradas de quienes participaban de la intervención artística, debido al latente reclamo por la falta de presupuesto del Gobierno nacional hacia las universidades y la licuación de salarios docentes y no docentes que llevaría a un posible cese de las clases.

Frente al cartel de los 40 años de la democracia y con imágenes de los estudiantes desaparecidos durante la dictadura militar que la Facultad de Ciencias Sociales exhibe para recordarlos y homenajearlos, la gigantografía de dos de las representantes más importantes de los derechos humanos y la memoria en Argentina se hicieron presentes para recordar que la lucha es diaria, para honrar a los 30 mil desaparecidos que quieren negar o evitar el cierre de los excentros clandestinos, como la ESMA, que funcionan hoy como sitios de memoria. 

“Las abuelas hoy en día siguen fuertes, pero ya están grandes. Este legado nos lo pasaron a nosotros y a toda la sociedad, es un desafío que tenemos todos de levantar y defender esa bandera”, finalizó Santucho, en nombre de las Abuelas de Plaza de Mayo.