Almorzando con Toto Caputo

Almorzando con Toto Caputo

Organizaciones de Tigre y Zona norte marcharon hasta la casa del ministro de Economía de la Nación para realizar una olla popular y protestar por el ajuste al que está sometiendo a la población.

En el marco del paro general del 9 de mayo, diferentes agrupaciones de Tigre y Zona Norte se movilizaron al mediodía hasta la entrada del Club Newman, el barrio privado donde reside el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, para protestar contra el ajuste y el endeudamiento del país ante el FMI. Oradores de diferentes espacios tomaron el micrófono y sus palabras fueron transmitidas a través de la Radio Cooperativa La Reconquista. Además, la movilización contó con una olla popular y una performance de la agrupación Unidxs por la Cultura.

Es un día fresco pero soleado en Benavidez. En la intersección entre la avenida homónima y la avenida Perón, a las 11 de la mañana, manifestantes portando pecheras de SUTEBA, de Tribuna Docente y de ATE, entre otros, se disponen a comenzar la marcha hasta el Club Newman, que se encuentra a un kilómetro de distancia. “Que sepan que no van a poder seguir haciendo lo que están haciendo sin que el pueblo se levante”, dice el representante de SUTEBA Tigre Alfredo Cáceres a través de un megáfono.

En diálogo con ANCCOM, la refrente de SUTEBA Tigre Gabriela Toloza Ferret habla sobre lo que motiva la movilización: “Lo que se expresa en cada una de estas luchas es lo que está atravesando día a día cada uno de les compañeres, de las compañeras, ya sea desde el marco de trabajo registrado, como de las economías populares, las disidencias en los territorios. Y hay mucha bronca, hay mucha bronca, porque el ajuste es brutal, porque van contra nuestros derechos porque saben que la organización es justamente la fuerza de los sectores más oprimidos y porque promueven el individualismo. Y la respuesta es esto, es la actividad colectiva, una olla, que tiene como psicología la representación del conjunto. Una olla se comparte, no se cocina para uno solo”.

Durante la marcha, se oye principalmente el canto “Te queda poco peluca botón / a vos te queda poco peluca botón / Nos cagamos de hambre / Vas al FMI / Reprimís laburantes / Te tenés que ir”, pero también suenan otros como “Para que todos se enteren / Que este pueblo no transa / Pone el pecho y se la banca / Contra ajuste y represión / Por aumento de salarios / Contra el Fondo Monetario / Paro y movilización” y “Caputo, basura, vos sos la dictadura”.

Una vez que la movilización llega hasta el Club Newman, los manifestantes se encuentran con una gran cantidad de policías posicionados frente a la entrada del barrio privado, a pesar de que se trata de una movilización pacífica. Cáceres toma el megáfono nuevamente para explicar la actividad que se realizará: La radio cooperativa La Reconquista transmitirá las palabras de oradores de diferentes agrupaciones, fábricas, sindicatos y más. “No es menor poder hoy, en una jornada como esta, plantear una actividad semejante, porque decir qué intereses representan los que viven acá es importante”, expresó Cáceres.

Cáceres le entrega el megáfono a Toloza Ferret, quien llama a que los oradores se acerquen y se anoten en la lista.“Es necesario ponerlo en palabras, es necesario que esa bronca que masticamos a diario sea puesta al servicio de la lucha y que hoy podamos socializar todas esas cuestiones que estamos viviendo día a día”, expresa Toloza Ferret. Un poco después, se da comienzo a la actividad y el megáfono es reemplazado por un micrófono, que pasa de mano en mano a medida que Toloza Ferret llama a quienes pidieron la palabra.

“Este gobierno dijo que iba a venir a atacar a la casta ¿Y a quién vino a atacar? Vino a atacar a los más pobres, a los que ganamos doscientos, trescientos mil pesos por mes, un poco más, pero vino a atacar a esos. Y miren qué casualidad ¿Dónde viven ellos? ¿Y dónde vivimos nosotros?”, expresa Jorge Montenegro, representante de un sector de jubilados, micrófono en mano. “Los que son vecinos históricos de Benavidez saben que (el espacio) se lo robaron al Patronato de la Infancia donde vivían chicos que tenían muy pocas cosas”, agrega, y concluye: “Quiero recordarle a Caputo, a su gobierno, a Milei, que todo termina. Que el gobierno de él va a caer”.

Otro de los oradores es Ramiro Tissera, representante de Tribuna Docente: “El gobierno nacional quiere aprobar una reforma laboral y una nueva Ley de Bases que claramente quiere profundizar el plan de guerra de los sectores capitalistas, de los sectores que fugan la guita, contra la clase obrera. Claramente lo que demuestran las movilizaciones populares que se vienen desarrollando, como fue el 23 de abril, donde millones en todo el país salimos a movilizarnos por la defensa de la educación pública, demuestra que es el camino para hoy derrotar a este gobierno”.

También toma el micrófono Giselle Santana, representante del INTI y Opinión Socialista, entre otros: “Esto es muy simbólico. Puede parecer que es una actividad pequeña, pero es profundamente simbólica y política. Nos está marcando cuál es el camino: La unidad de la clase trabajadora, de la clase obrera, ocupada, desocupada, jubilada, de la economía popular, contra los patrones que nos quieren sacar absolutamente todo. No vamos a permitir que nos roben una sola conquista, no vamos a permitir que nos sigan sacando absolutamente todo, hay que salir a enfrentar, además, esta ley que no es una Ley de Bases, es la ley de clases, es la definición de un país hecho en colonia. Es la esclavitud para todos los trabajadores y las trabajadoras, fundamentalmente para las trabajadoras, a quienes nos dicen que nuestro trabajo no existe, a quienes nos roban la posibilidad de jubilarnos”.

Finalmente, Gastón Ayala, el secretario general de ATE Tigre, y María Elisa Salgado, secretaria general de SUTEBA Tigre, cierran el acto. Ayala expresa que “esto es una muestra de lo que venimos trabajando y lo que tenemos que seguir trabajando y cuidando, que es la unidad de todos los trabajadores y trabajadoras ocupados, desocupados, jubilados, jubiladas, trabajadores de empresas privadas, fábricas, docentes, auxiliares y todos los trabajadores y trabajadoras que construimos con las manos este país”. Salgado le sigue y explica: “Este Caputo que vive acá, tiene alrededor barrios enormes, en los que no se ha construido un aula, ni una escuela desde el año 97 ¿Y por qué? Por estos tipos que nos metieron al Fondo Monetario y nos metieron la deuda. No hay plata para construir lo que se necesita. Entonces los pibes de la 32 del Arco están desde hace años esperando cuatro aulas que todavía no cumplieron. La gente del barrio La Mascota, que está detrás de este country, no tiene todavía jardín de infantes” y concluye que “el día que se trate la ley tenemos que ser millones en el Congreso y en todo el país. Si ellos quieren ir contra nosotros, nosotros vamos a pararles el país. Estos vienen por todo y nosotros tenemos que defender con toda la fuerza”.

Ya pasado el mediodía finaliza la lista de oradores, es la hora del almuerzo; el merendero Gauchito Gil del barrio Las Tunas abre la olla popular, frente a la que rápidamente se forma una fila de personas para recibir un plato de guiso de lentejas y pan. Mientras tanto, representantes de Unidxs por la Cultura Zona Norte ofrecen stencils y preparan su performance para cerrar la manifestación frente al Club Newman con poesía y música. Luego de que el guiso se termine y la música deje de sonar, los manifestantes emprenden el camino de vuelta al punto de partida para dar fin a la manifestación.

Los amigos de Mugica

Los amigos de Mugica

A 50 años de su asesinato a manos de la Triple A, vecinos de la Villa 31 -actuales y de otras épocas- recuerdan la vida cotidiana junto al cura de los pobres.

“Llegué a la Villa 31 a mis 12 años. Teníamos una habitación y un colchón para tres. No teníamos tele ni radio, ni siquiera cocina. Mis papás enseguida consiguieron trabajo y yo me la pasaba sola, por eso conozco la villa de punta a punta”. La que habla es Miriam Ríos, quien ahora tiene 64 años, pero recuerda su infancia en el barrio con nitidez. “Para mí la villa era una casa grande con patio. Escuchaba las campanas de la capilla porque vivía a una cuadra, por eso iba siempre a misa, y ahí fue cuando conocí al padre Mugica”, completa.

Esto fue en 1972, dos años antes de que lo asesinaran a la salida de otra misa que daba en una iglesia en el barrio porteño de  Villa Luro. “Era una persona muy tierna y cálida, todos los chicos nos peleábamos por agarrar la mano de él al rezar”, detalla Miriam.

Como ella, también están Aniceto Mogro, que tiene 70 años, y Horacio Hilario López, de 73. Los tres viven actualmente en diferentes ciudades, pero algo tienen en común: recibieron a uno de los curas villeros más influyentes de Argentina en sus primeros pasos por la Villa 31. Hoy esta historia los une y los enreda en una amistad profunda, llena de imágenes, historias y anécdotas.

ANCCOM habló con quienes conocieron a Carlos Mugica como amigo antes que como cura. Ese chico rubio, de ojos claros, porteño, que no reconocían y que con los años se volvería su compañero y confidente. Ese cura que, con el tiempo, lograría habitar un barrio que terminaría llevando su nombre.

El día es sábado. Los invitados son varios, más de veinte. El motivo es el aniversario número 50 del asesinato de Carlos, quien los vio crecer a cada uno de ellos y hoy los reúne en un almuerzo en el comedor de Teófilo “Jony” Tapia en el Barrio Mugica, más conocido como la Villa 31. Llegan de diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires en autos, trenes y colectivos. No fue una decisión dejar de vivir allí: se tuvieron que ir, en su mayoría, al conurbano producto de la erradicación que hubo en la Villa 31 durante la última dictadura militar.

A medida que llegan se saludan y se reconocen. Los años pasaron, pero aún conservan sus apodos de la infancia, esos por los cuales también los conoció el sacedorte. Los abrazos son largos como el tiempo que pasaron sin verse. Comparten un plato caliente de estofado y una oración en nombre del padre Mugica.

Horacio recuerda la presencia de Carlos con cierta ambivalencia, como un extraño que se hacía sentir propio. “Empezó a andar como si nada, como un chabón común y corriente. Tenía una pinta de la gran puta, si vos lo veías a Carlos, te enamorabas”.  Para él, Carlos nunca pasó desapercibido, incluso dice que fue el primer cura que le cayó bien. “Como mis padres eran muy católicos, estábamos obligados a ir a misa todos los domingos, no quedaba otra. Entonces empecé a ir a la capilla del barrio, y ahí estaba siempre él”, dice.

Carlos Mugica fue muy cercano a la familia de Horacio, tanto que contrató a su madre como cocinera en su casa en el barrio porteño de Recoleta. “Mi mamá me contaba que él no entraba por la puerta principal, sino por la puerta del servicio. Y no comía con los padres; comía con mi mamá en la cocina, donde comían los sirvientes”, recuerda.

Pelota y corazón

Si había algo que compartían los chicos de la 31 con Carlos, además de los días en la capilla, era el fútbol. Incluso este los solía invitar a jugar y pasar la tarde en su casa en Recoleta. En la cancha no importa quién sos y eso se notaba en estos partidos, que solían volverse calientes y con rispideces. “Me acuerdo que una vez alguien le pegó una patada fuertísima, y él se enojaba, incluso casi que llegaba a putear, pero al instante decía ´perdoname Señor’, juntando sus manos y mirando al cielo. Nos hacía reír a carcajadas todos”, dice Horacio.

Carlos Mugica le regaló sus primeros botines. “Yo me estaba probando en Racing y trabajaba en un mercadito sobre Las Heras y Pueyrredón. Él vivía en la esquina, entonces todos los días lo cruzaba a Carlos. Cada vez que me veía, me gritaba: ‘Dale, negrito, ¿vos sabés lo lejos que vas a llegar?’”. A su vez, lo describe como “un tipo sensible, tranquilo, que se cagaba de risa y contaba chistes”. La vocación de Carlos estaba dentro de la capilla, pero no era solo eso: pensaba actividades por fuera de ella y con los chicos, como cualquier grupo de amigos. “Él siempre decía: ‘Terminé de ser cura. Me saqué la sotana. Ahora soy Carlos’”, agrega Horacio.

Foto con historia

“Hay una foto que apareció muchos años después, o por lo menos yo la descubrí muchísimo después de su muerte. No sabemos ni quién la sacó”, relata Aniceto. “Fue un domingo a la tardecita. Inicios de los 70, éramos chicos y nos dice: ‘Che, chicos, ¿no quieren venir a ver una película?’”. En ese momento íbamos seguido a cines que estaban ubicados sobre la calle Lavalle o Florida. No me acuerdo el nombre de la película, pero era sobre la historia de un cura que trabajaba en las favelas. Lo que me acuerdo es que él se quedó con nosotros y la vimos todos juntos”.

Otra vez, pero ahora desde las palabras de Aniceto, aparece una manera ambivalente a la hora de describir a Carlos: “Era distinto, no sé cómo decirlo, era un loco lindo, revolucionario. Él se dio cuenta que era parte de todo esto de lo que también éramos parte nosotros”.

Ni santo ni héroe

“Carlos era primero ser humano, y después hijo de Dios. No te puedo decir que fue un santo, fue un ser humano que realmente vivió para la gente, que entregó la vida para la gente”, dice Horacio entre lágrimas. “Yo era muy chico cuando lo conocí, pero a medida que fui creciendo, tuve esa imagen de grandeza de él, de que no caminaba al divino cohete, sino que caminaba de verdad”. Tenía recién 10 años cuando conoció a Mugica, pero con el tiempo identificó que no se trataba solo de un cura. “Desde el primer día que vino empezó a hablar con todo el mundo: o te juntabas por fútbol, o por religión, o por política. Carlos era todo junto”, dice. Por su parte, Aniceto complementa: “Yo siempre agradezco la política, no la política en sí, sino la llegada de Carlos. A medida que nos íbamos involucrando, había una sensación de que había que estar”.

La muerte de Carlos fue impactante, pero no inesperada. Las amenazas comenzaron cuando renunció como asesor de Villas en el Ministerio de Bienestar Social. En un principio, Carlos había asumido el cargo ad honorem en representación de los vecinos de la 31. Uno de los objetivos que tenía, era llevar a cabo la construcción de viviendas y que sean los propios vecinos quienes participen de las obras organizados en cooperativas populares. Pronto esta idea entró en conflicto y trajo discrepancias y enfrentamientos con el ministro -y jefe de la Triple A- José López Rega, ya que este quería que la construcción de las viviendas quedase a cargo de empresas privadas.

 Mugica fue asesinado poco después de esa renuncia. Luego de salir de la parroquia porteña San Francisco Solano, un integrante de la Triple A lo mató con 14 disparos de  ametralladora, tal como demostró la Justicia argentina. El crimen anticipaba una época sangrienta que terminaría de tomar forma con la última dictadura militar de nuestro país en 1976.

La memoria

Sus amigos conservan los recuerdos de una manera difusa. Algunas fechas no son exactas sino aproximadas, pero hay huellas que no se olvidan. Carlos Mugica es una especie de ausencia viva, presente en todos los que lo vieron llegar y convertirse en una de las personas más influyentes de nuestro país. Sus restos descansan en la Parroquia Cristo Obrero, ubicada en la Villa 31.

“Caros no murió, acá está muy vivo. Se fue su cuerpo, pero todo lo que dejó vive en el barrio. Es, fue y será un grande. No por su santidad, sino por su humanidad”, concluye Horacio.

A 50 años de su asesinato, el legado de Mugica sigue más presente que nunca. Es por ello que este domingo se llevará a cabo una caravana hasta el Luna Park, en Retiro, donde habrá una misa y un festival que incluirá murga y música en vivo, desde las 13 y 30.

«Fue un paro contundente»

«Fue un paro contundente»

La CGT realizó su segundo paro nacional en rechazo a las medidas del Gobierno de Milei contra los trabajadores. Se registró una alta adhesión en las grandes ciudades, principalmente en los sectores del transporte, la educación, la salud y la industria.

El paro nacional de 24 horas convocado por las centrales obreras fue contundente, con una masiva adhesión del sector del transporte. En conferencia de prensa, Héctor Daer, uno de los miembros del triunvirato que encabeza la CGT, subrayó que “el ajuste recayó sobre los sectores más vulnerables y se cortaron los planes asistenciales de todos los comedores”, incluyendo la suspensión de planes de ayuda alimentaria y la cancelación de numerosas obras de infraestructura urbana que afectaron a trabajadores y cooperativas.

“Y con este proyecto de ley (en referencia a la Ley Bases), si se llegara a aprobar, una cantidad de trabajadores pasarían de la formalidad a un esquema legal de informalidad”, agregó. También enfatizó la necesidad de que Diputados derogue el decreto 70/23: «El DNU es el instrumento que le da legalidad a lo que pretenden hacer con la empresa Télam o lo que están llevando adelante con un montón de instituciones del Estado”, manifestó.

El dato más significativo de la jornada fue la interrupción casi total del transporte público. La Unión Tranviarios Automotor (UTA), La Fraternidad y Metrodelegados demostraron su compromiso con la medida y colectivos, trenes y subtes no estuvieron prácticamente en funcionamiento.

Por su parte, Pablo Moyano, dirigente de Camioneros y otro de los integrantes del triunvirato, elogió a las delegaciones regionales de la CGT del interior del país por el alto acatamiento al paro en muchas provincias. «Fue un paro contundente», afirmó. “Han abierto algunos negocios, pero estuvieron vacíos, los colectivos también iban vacíos”, añadió, en alusión a las empresas que desafiaron la medida de fuerza, y sugirió que, pese a la presión gubernamental sobre ellas, la gente en general mostró su respaldo.

Moyano también le apuntó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Le dolió el paro –dijo–, si hubiera sido tan fracaso o débil, como dijo la ministra, no tendría necesidad de responderlo». Según Moyano, hay un creciente rechazo social y un descontento generalizado en la población. «Todas las movilizaciones de distintos sectores de la sociedad son cada vez más masivas», señaló.

 

El 80 por ciento de las estaciones de servicio adhirieron al paro, tal cual indicó el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio, Carlos Acuña, el tercer triunviro de la CGT, en diálogo con ANCCOM. Acuña alertó sobre la discrepancia entre los aumentos generalizados y la falta de homologación salarial: «Hoy nos están negando un 9 por ciento de aumento, cuando ellos aumentaron el combustible el 400 por ciento en el año». Anticipó además que su gremio se encuentra negociando con la patronal y tienen una cita el 20 de mayo en el Ministerio de Trabajo para fijar la paritaria. “Estamos facultados para convocar un paro en la venta de combustible a nivel nacional si no se alcanza un acuerdo”, aseveró.

Los trabajadores de la salud, la educación y la industria se plegaron masivamente al paro. Tanto los hospitales públicos como los privados operaron con personal mínimo y atendiendo sólo emergencias. La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) informó que la suspensión de clases en todas las escuelas públicas del país fue total. Sergio Romero, secretario general de la Unión Docentes Argentinos (UDA), expresó su preocupación por la reducción sin precedentes en el presupuesto educativo y los salarios que apenas cubren las necesidades básicas. “Hay provincias que están con un salario mínimo de 200 mil pesos», contó. La ministra de Capital Humano, Sandra Petrovello, a cargo del área educativa, les prometió «recomponer el ámbito paritario”. “Espero que se cumpla, porque necesitamos esa negociación”, puntualizó Romero. El 90 por ciento de los docentes del país adhirieron a la medida de fuerza.

El paro nacional fue parte de un plan de lucha que continuará. Pablo Moyano dejó abierta la posibilidad de una nueva movilización cuando se trate el proyecto de Ley Bases en el Senado. “Todos los sectores lo están pidiendo”, concluyó.

Jubiladas pero no pasivas

Jubiladas pero no pasivas

Bajo la consigna «Ni una jubilada menos», el colectivo feminista organizó una acción frente al Congreso para exigirle a los senadores que rechacen la Ley Bases que da por tierra con la moratoria.

El colectivo Ni Una Menos realizó una acción callejera frente al Congreso de la Nación bajo la consigna “Ni una jubilada menos”. Participaron legisladores, diputados, agrupaciones políticas, sindicatos y jubiladas autoconvocadas. Un inmenso cordón policial rodeó la pacífica manifestación desde su inicio.

La manifestación en la Plaza de los dos Congresos fue para rechazar el proyecto de ley Bases y, en particular, el artículo que deroga las moratorias previsionales, que dejaría a 9 de cada 10 mujeres de nuestro país sin jubilación. “Lo que está intentando hacer el Gobierno es ahorrarse dinero, en vez de sacarle a los ricos y poderosos, se los saca a las jubiladas y a las trabajadoras de la economía popular para pagar la deuda y costear las fiestas financieras del sector especulador –expresaron desde la organización–. Estamos acá para decirle al Senado que los y las jubiladas estamos mirando, y que tienen que rechazar esta ley porque no tiene ni un punto a favor del pueblo trabajador y mucho menos de las mujeres”.

Lucía, integrante de Ni Una Menos y vocera principal de la convocatoria, señaló: “No se puede salir a caminar por la Ciudad de Buenos Aires sin toparse con un sector afectado por las políticas de este Gobierno. A los senadores les exigimos el rechazo de la Ley Bases. La patria no se puede vender, el pueblo los va a condenar si lo hacen”.

Yamila, secretaria de Género de la CTA, remarcó que la convocatoria surgió de los feminismos y de todas las organizaciones que forman parte del movimiento feminista para plantear un absoluto rechazo a la Ley Bases, y particularmente denunciar que su aprobación implicaría, entre otras cosas, la caída de la moratoria jubilatoria, la cual, según ella, “había sido, hasta ahora, un logro fundamental, al ser el reconocimiento de un trabajo que hacemos en nuestros hogares, en nuestras familias y comunidades que no es remunerado pero que es un trabajo, y por lo tanto implica el derecho a una jubilación digna”.

A las consignas de “Ni una jubilada menos, abajo el DNU y el ajuste”, se agregó el reclamo al Senado para que vote en contra de la Ley Bases, y a Diputados para que rechacen el decreto 70/23. “Estas políticas –subrayó Yamila– suponen la desarticulación del Estado en todas las áreas que se necesitan para la protección y la promoción de los derechos, impulsan un programa de extranjerización y privatización de la economía argentina, que a su vez implica un mayor empobrecimiento de nuestra población, pérdida de soberanía, privación de capacidad a la hora resolver qué hacemos con nuestros recursos y de generar un proceso de redistribución de la riqueza que es absolutamente necesario y que es la única manera en que podemos pensar un futuro mejor para todos todas y todos”.

Decenas de jubiladas se manifestaron codo a codo con las nuevas generaciones que apoyan su lucha. Gloria González, jubilada autoconvocada, es el ejemplo de lo que viven miles de mujeres de todo el país: “Sin la ayuda de mis hijos, no podría llegar a fin de mes, sin ellos me estaría muriendo de hambre. Me preocupa pensar cómo harán las jubiladas y adultos mayores que están solos y no tienen el sostén de nadie. Puedo pagar mis medicamentos gracias a los descuentos que encuentro. ¡Menos mal que por ahora solo necesito unos cuantos! No sé cómo haría para afrontar los gastos si necesitara mayor cantidad”. Para Gloria, la crisis está golpeando a toda la población y muy fuerte, ya que los comedores barriales no dan abasto, la juventud no encuentra oportunidades laborales, miles de personas han sido despedidas, y ahora los jubilados no llegan a fin de mes. “Los jubilados muchas veces necesitamos medicamentos para no morir, pero no nos alcanza para vivir. No sé cómo va a terminar todo esto”, dijo.

El diputado nacional de Unión por la Patria, Pablo Carro, acompañó la movilización porque considera imprescindible que el Senado rechace la Ley Bases, al no ser un proyecto que presente un solo artículo para beneficiar a los trabajadores. “La eliminación de la moratoria jubilatoria es un atentado contra las mujeres. La gran mayoría de ellas no se va a poder jubilar. Quieren reemplazarla con una pensión que es mucho más baja que la jubilación mínima, y además subir la edad jubilatoria a los 65 años”. Carro enfatizó el no reconocimiento y puesta en valor de los años que las mujeres han dedicado a prestar servicios. De ser sancionada, la ley desconocería por completo el trabajo que han hecho –y continúan llevado a cabo– dentro del hogar, atendiendo a los hijos, a los enfermos, encargándose de las tareas de cuidado, de limpieza, que tienen que ser reconocidas y remuneradas. La jubilación es un derecho aprobado por nuestra Constitución, afirmó Carro, y debe respetarse.

Acerca de las motivaciones que podría tener el Gobierno o el bloque de La Libertad Avanza para impulsar la ley, agregó: “Simplemente lo que se busca es hacer daño, instalando en la sociedad la idea de que hay personas que son descartables, y que si no han podido a lo largo de sus vidas juntar el dinero para mantenerse no tienen lugar en ella. Por eso lo que estamos discutiendo hoy es qué tipo de Argentina queremos. Yo quiero una Argentina que cuide a sus mayores, a sus jubiladas y a sus jubilados. Ojalá los senadores y las senadoras digan lo mismo”.

Otro diputado presente fue Juan Marino, militante y fundador del Partido y Unidad Piquetera: “Estamos acompañando la movilización convocada por la multisectorial en defensa la seguridad social, compuesta por organizaciones de personas adultas mayores que han venido al Congreso una vez más a solicitarnos, a las diputadas y a los diputados, que votemos una ley en defensa de la jubilaciones, que anulemos el decreto de necesidad y urgencia con el que Milei consolidó la licuación de las jubilaciones y que impuso desde que asumió el gobierno”, sostuvo.

Marino destacó que “han sido las jubiladas y los jubilados, principalmente, quienes han pagado el costo de este ajuste descontrolado y bestial que ha aplicado el Gobierno”, y que desde el bloque de diputados de Unión por la Patria –que él integra– impulsan un proyecto de ley para recobrar lo perdido por la licuación de Milei, para que haya una fórmula que permita que los adultos mayores empiecen a recuperar su poder adquisitivo.

“El Gobierno tiene una meta que es el déficit cero, que intentarán lograr a costa de todo. No les importa si para hacer eso tienen que hacer una sobredosis de ajuste que conduzca al país a una depresión económica. Creen que con la licuadora y la motosierra se puede alcanzar ese déficit cero, de todas formas, no lo están logrando, porque cae tanto la actividad, que cae la recaudación al mismo tiempo, y tampoco consiguen dólares del FMI ni de fondos privados”, opinó Marino, para quien el esquema económico del Gobierno es un completo fracaso.

 

“Es un gobierno fallido y por lo tanto nos parece muy importante que frente a ese fracaso y este ajuste que está dañando tanto al país y al pueblo, en este Congreso nos unamos todos los que somos opositores, que aquellos y aquellas que todavía no saben si son oficialistas o no, se den cuenta de que si quedan pegados al Gobierno quedan pegados al fracaso. Necesitamos construir una oposición mayoritaria que le ponga límites y uno de los puntos clave donde nos podemos poner de acuerdo con una mayoría opositora, es la defensa de las jubiladas y los jubilados”, finalizó.

La ausencia de dirigentes e integrantes del radicalismo, la Coalición Cívica y Hacemos Coalición Federal no sorprendió a nadie en la convocatoria, ya que fueron quienes facilitaron la media sanción de la ley. El cierre de la jornada estuvo a cargo del senador Mariano Recalde, quien leyó una carta escrita por el movimiento de mujeres dirigida, precisamente, a la Cámara Alta.

Con un centenar de despidos en ACUMAR, retroceden las políticas de saneamiento del Riachuelo

Con un centenar de despidos en ACUMAR, retroceden las políticas de saneamiento del Riachuelo

Para hacerle frente al ajuste, sus trabajadores se organizan entre jornadas de visibilización y asambleas. La calidad de vida que pierden los vecinos de la cuenca del río Matanza.

“Están destruyendo las capacidades del Estado, están destruyendo el saber hacer”, declaró el ministro de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires Gabriel Katopodis, que se acercó a apoyar la protesta contra el desguace de Acumar, el organismo que se ocupa del saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo y de asistir a los pobladores asentados a su vera. “Acá hay ingenieros, arquitectos, compañeros y compañeras que saben lo que significa desarrollar política pública, sanear en este caso el Riachuelo, construir obras de mucha envergadura –señaló a ANCCOM–. Y a ese saber hacer la actual gestión nacional lo está destruyendo. Eso es lo que tenemos que poder evitar, porque cuando despiden a cientos de trabajadores están destruyendo capacidades del Estado. Me parece que hay que estar en la calle, que hay que hacerse presente, que la política tiene que estar acompañando para que realmente los trabajadores no estén solos”.

En los últimos días, más de un centenar de trabajadores de ACUMAR fueron echados de sus puestos de trabajo, muchos otros desde el 22 de marzo que están siendo intimados y los telegramas de despido siguen llegando. Sin embargo, las justificaciones de las autoridades rayan en lo insólito. Ante esta situación, los trabajadores se han organizado para realizar una serie de medidas a lo largo de toda la semana, que ayuden a visibilizar y dar batalla ante la situación acuciante que están atravesando. También adhirieron al paro de este jueves, y tienen pautada una asamblea para el viernes 10.

Ante la sede del organismo, en el centro porteño, ayer se manifestaron para visibilizar la gravedad de la situación. Débora Fretes, delegada de ATE, por la Autoridad Cuenca Matanza-Riachuelo expuso que “la argumentación para los despidos no tiene lógica, porque le piden que justifiquen a trabajadores de territorio, cargas horarias que ellos mismos no han registrado, si bien hay planillas para quienes trabajamos en el campo, no han sido cargadas por Recursos Humanos o por quien correspondía en ese momento”. A su vez, hizo hincapié en la tarea social que llevan a cabo los trabajadores, que se encargan de visitar barrios carenciados y profundamente vulnerados: “Por cada trabajador que es desvinculado de su puesto de trabajo, es un vecino y una vecina menos que tiene nuestra asistencia respecto a mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de la cuenca, que quedan despojados de todos los derechos que se vinieron ganando hasta ahora; porque sin Estado no hay nada que el pueblo pueda tener”. Además, agregó que “esta lógica que hay detrás de la pugna por el achicamiento del Estado y el desfinanciamiento de todos los organismos, tiene que ver con las políticas de esta nueva derecha que es colonial, para ellos lo único que importa es venir y llevarse toda la que puedan, y después irse como si no hubiese pasado nada, que también nos trae recuerdos con respecto a la época del menemismo”.

 

Acumar, la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo, es un organismo público interjurisdiccional creado en 2006 que se encarga del saneamiento, regulación y recomposición ambiental de la zona que engloba 14 municipios de AMBA y CABA. Esta cuenca es una unidad territorial delimitada donde existe una gran contaminación, provocada principalmente por industrias y cloacas residuales, que afecta considerablemente la calidad de vida de millones de personas que viven al noreste de la provincia. Con la reconstrucción de la zona, llevada a cabo por el organismo, se han mejorado áreas de la zona y parte del ecosistema de los márgenes del Riachuelo, con su fauna y su flora.

Los trabajadores

En la jornada de visibilización hablaron con ANCCOM dirigentes gremiales y trabajadores atravesados por el vaciamiento del Estado. “ACUMAR te enseña otras realidades que detrás de un escritorio no las tenés –se posiciona Mónica, sensibilizada con la situación tras diez años de trabajo abocada al saneamiento de la cuenca y sus implicancias–. Se entienden en la acción. Es uno de los pocos organismos que llega a las comunidades más olvidadas, a las familias en situación de indigencia, empobrecidas. Esto se consigue en la calle, caminando en el barrio, pateando el barro, es lo que hacemos. La ACUMAR, más allá de la limpieza de los márgenes del Riachuelo, tiene una acción muy importante en la salud, que no es tenida en cuenta por este nuevo gobierno, que cree que todo se soluciona a través del mercado. El mercado no se ocupa del indigente, no se ocupa de la olla vacía, no le interesa y está de más”.

En esta misma línea, comentando otras tareas que también desempeña el organismo, se pronuncia Mónica Miranda, una de las trabajadoras intimadas: “Hacemos talleres en escuelas, concientización ambiental, prevención contra el dengue, articulamos con actores sociales, para formar mesas de trabajo en los barrios. En el trabajo de promotora de salud me tocó ser trabajadora social también. En Acumar estás dedicado exclusivamente a los barrios más vulnerables: este desguace va a dejar a esa gente fuera del sistema de salud o va a producir un sistema más exclusivo, sin poder brindarle una asistencia adecuada a muchas familias y chicos que no están siquiera escolarizados”. Por su parte, Laura, también trabajadora intimada, comentó que “ver que no podés llegar a ayudar en la contaminación y el ordenamiento habitacional que implica la salud de los habitantes de la cuenca es muy preocupante”.

Este proceso de desfinanciamiento ya tiene su correlato en el proceso de saneamiento a la Cuenca-Riachuelo-Matanza y peligra la transformación que vienen encauzando desde la conformación del organismo hace 17 años. Ante estas medidas de recorte de fondos y personal de distintas áreas, sumado a la finalización del contrato de cooperativas que se encargan de la limpieza del Riachuelo, Natalia, trabajadora territorial del área de intervención social, atravesada por la situación, expuso que “las consecuencias del desfinanciamiento ya se vieron este año, porque muchos de los barrios donde intervenimos se inundaron mucho más que años anteriores: es que justamente los cooperativistas son quienes garantizan la limpieza. Al mismo tiempo va a decaer todo lo que tiene que ver con urbanización, soluciones habitacionales, relocalización a la población que está cercana al río. El organismo existe hace años porque el nivel de contaminación que tiene el Riachuelo amerita una intervención sostenida en el tiempo: retirar toda esa intervención, esa plata, esos recursos humanos y materiales, va a generar un desmejoramiento cuando sabemos que la miseria hace que cada vez más gente, termine siendo empujada a vivir en esa zona”.