Oct 21, 2021 | Deportes, Destacado 3, Novedades
El juicio oral a los ocho rugbiers del club Náutico Arsenal Zárate que asesinaron a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en la ciudad bonaerense de Villa Gesell, el 18 de enero de 2020, ya tiene fecha: está previsto para el 2 de enero de 2023. Cerca de cumplirse dos años del violento episodio, ¿qué cambió en el rugby para erradicar la violencia machista que cobija?
***
8 de diciembre de 2020. Dos jugadores del Tala Rugby Club de 17 y 18 años agredieron a un joven de la misma edad en una casa de un barrio privado en Córdoba, después de una discusión, porque buscaban ingresar a una fiesta sin haber sido invitados.
***
Después del asesinato de Fernando Báez Sosa, la Unión Argentina de Rugby (UAR) y la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) —que nuclea a a 91 clubes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el AMBA— tuvieron que replantearse los modos de ser del rugby y las prácticas y escenarios violentos que permanecían invisibilizados dentro y fuera del deporte.
Para Marcos Julianes, presidente y fundador del club Virreyes, el asesinato de Fernando Báez Sosa es un antes y un después en la historia del rugby. El ex jugador reconoce que en ese momento los dirigentes no estuvieron a la altura de la situación: “Se disparó algo que fuimos procesando con el tiempo, que es que estas cosas podrían haber pasado antes, y nadie puede decir que no sabía que estas cosas podrían llegar a pasar”, dice. “Nuestra primera reflexión fue que el rugby o el deporte con todos sus valores había perdido el eje, en el sentido de que no había sabido adaptar sus enseñanzas, sus metodologías y su educación a la realidad de una sociedad muy violenta”, agrega Julianes.
***
27 de diciembre de 2020. Dos rugbiers de 31 años que juegan en la Intermedia B de La Plata Rugby Club intimidaron, insultaron y golpearon a un joven de 21 años en un balneario de Claromecó, en el partido de Tres Arroyos.
***
En febrero de 2020, la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) presentó el “Proyecto de Red FIMCO (Formación Integral de Mejora del Comportamiento)”, creado y dirigido por Miguel García Lombardi, psicólogo social y especialista en deporte de alto rendimiento. El programa, dirigido a jugadores, entrenadores y dirigentes, consistía en una serie de encuentros, charlas y capacitaciones para la prevención y gestión de la violencia.
“Nuestro objetivo era generar un referente por cada club que haya sido un expresidente o un coordinador general de rugby para armar una red, empezar un trabajo de deconstrucción y poner el tema de la violencia por parte de los jugadores, sobre todo fuera del ámbito del rugby, arriba de la agenda”, explica el psicólogo social. “Este tema estaba siempre debajo de la agenda, porque se ocultaba o silenciaba”, reconoce.
Desde entonces, se realizaron 100 talleres, de los que participaron en promedio 80 personas y 400 jugadores, entrenadores y dirigentes, según explica el director del proyecto.
Los 91 presidentes de los clubes nucleados en URBA dispusieron cinco acuerdos o ejes a trabajar en el primer semestre de 2020 de implementación del proyecto. El primero giró en torno a la violencia ligada al juego: “el actor en patota”, el “efecto manada”, “el acostumbramiento del golpe”. Es decir, el no registro de la vulnerabilidad del otro ni de la propia, y las violencias simbólicas que tienen que ver con el trato entre jugadores, y jugadores y entrenadores. Para García Lomabrdi es en estos aspectos donde se pretendió trabajar con el concepto de masculinidad hegemónica, para gestionar y entender la violencia desde su génesis.
El segundo eje puso el foco en la discriminación, la violencia de género y rituales iniciatorios conocidos como “bautismos”: La cuestión de los bautismos fue lo primero que logramos cambiar. No hay más bautismos denigrantes, no hubo cuando volvió el rugby hace dos meses. No hubo más bautismos denigrantes. Quedan algunas prácticas como rapar a los chicos que debutan, pero es una rapada voluntaria”, explica el presidente de la Comisión FIMCO.
Al respecto, Xoana Sosa, jugadora del Club SITAS, reconoce que hay clubes que modificaron los “bautismos”. “Quizás hay buenas intenciones de modificarlos, pero de ahí a que esa intención se concrete es más complejo”, dice Sosa, que pone el foco en la masculinidad hegemónica: “Hay algo de la matriz cultural machista que hace que los varones tengan esa mirada violenta, homofóbica, misógina, que tiene que ver con una cultura de la muerte. Nosotras tejemos redes entre nosotras, tenemos una cultura de cuidado, no se nos ocurre ir a pegarle a otra piba o a otra jugadora porque le tenemos bronca”, reflexiona. “Ese es uno de los ejes que debatimos en los encuentros. Nosotras celebramos que venga una chica nueva, no se nos ocurre cortarle el pelo o hacerle algo para que se vaya llorando, concluye sobre las prácticas de los “bautismos”.
***
3 de octubre de 2021. Un grupo de siete rugbiers entre 21 y 25 años del Club Albatros de la ciudad de City Bell, partido de La Plata, golpeó a un joven de 21 hasta dejarlo inconsciente en la puerta de una casa donde se realizaba una fiesta.
***
Sin embargo, la jugadora del SITAS ve con buenos ojos la iniciativa de la URBA en un deporte conservador como el rugby: “En las charlas debatimos sobre distintos ejes, como los bautismos, la violencia de género y los casos y denuncias de abuso”, dice la rugbier. “Se trabaja con todos los clubes en estas charlas de información, y nos hacen participar mucho a nosotras. Si bien hay resistencias, los avances se ven a medida que se dan los debates”, plantea.
La cuestión de la inclusión de las mujeres en el rugby es otro de los ejes que se tiene que trabajar en el Programa FIMCO, plantea Sosa. “Deberían escucharnos más a nosotras porque todavía en los clubes estamos muy invisibilizadas. Somos muy poquitas las mujeres que jugamos en el rugby, 24 clubes a comparación de los clubes de jugadores masculinos. Es importante que tengamos espacios para hablar”, dice. “Siempre digo que hay mucho por aprender, porque las mujeres, y sobre todo las que jugamos al rugby, proponemos un paradigma totalmente diferente. Somos muy respetuosas, nunca nos manejamos con violencia”, concluye la militante feminista.
Sobre el tercero, cuarto y quinto ejes se trabajó la violencia en los terceros tiempos, la prevención de las adicciones y la violencia institucional. Sobre la pedagogía de los entrenadores, García Lombardi explica que fue necesario implementar clases dedicadas a la formación de los entrenadores: “Mucho de los problemas era la formación de los entrenadores porque tenés entrenadores que eran muy buenos jugadores de rugby pero con un modelo de liderazgo y con paradigmas de la década del ‘70, ‘80 y ‘90. Hoy necesitamos otra educación, otra formación. Y ellos no tenían tanta formación pedagógica.”
Sobre este punto, Xoana Sosa mantiene una postura crítica: “Muchas veces en la categoría de juveniles ponen entrenadores profundamente machistas o conservadores. Y te dicen: ‘Es un histórico dirigiendo juveniles, cómo lo voy a sacar’. Esa persona no puede formar jugadores de 15 años. Esto claramente va en contra de lo que estamos haciendo”, dice Sosa. “El tema es cómo desarmar esas estructuras institucionales. Hay mucho por trabajar, y se está trabajando de a poco”, concluye.
Para Miguel García Lombardi, la clave del cambio está en trabajar en el “efecto manada”. “El efecto manada en el rugby tiene que ver con que los chicos aprenden desde muy chiquitos que somos una sola cosa, que somos un equipo. Entonces, la consigna es: tocan a uno, tocan a todos. Esto es lo que buscamos desarticular”, explica. Y reconoce que aún no se logró todavía: “Estamos recién empezando porque es un trabajo de años, hay un trabajo de deconstrucción muy fuerte”, dice el psicólogo.
***
16 de octubre de 2021. Un grupo de rugbiers entre 19 y 20 años agredió a un chico de 16 que había salido en defensa de su amigo, al que este grupo intimidaba en la puerta de un cumpleaños de 15 en la ciudad mendocina de Luján de Cuyo.
Mismo día y mismo episodio en una fiesta en la localidad de Campo Quijano, en Salta: un grupo de jugadores del Jockey Club de Salta golpeó a un menor de 17 años hasta dejarlo inconsciente.
No parecen casos aislados.
Ago 23, 2019 | Comunidad, Novedades
Cientos de vecinos del barrio de San Telmo se convocaron en las puertas del Supermercado Coto, ubicado en Brasil y Perú, a través de las redes sociales. El llamamiento buscaba repudiar la violencia ejercida por el personal de seguridad de la sucursal, que terminó con la vida de Vicente Ferrer, un hombre de 68 años que se había llevado un trozo de queso, una botella de aceite y un chocolate sin pagar.
Mientras los vecinos encendían velas sobre la puerta del local, intimidaban los patrulleros estacionados en la ochava con las luces encendidas, las decenas de policías apostados sobre la otra esquina y otros que custodiaban a cada lado de las puertas del local. Entre cánticos y palmas, los autoconvocados llevaban pancartas artesanales con inscripciones que gritaban “Coto asesino”, “Nuestros viejos y niños con hambre por culpa de un Estado ausente”, “Coto, yo te conozco”.
El enojo y la bronca se contagiaba de boca en boca. “Robar para comer no es delito” decía una mujer con la vena hinchada.
Una señora mayor muy enojada, que apenas superaba el metro cincuenta de estatura, vociferaba: “Esto pasa muy seguido, por portación de cara, esto es una política de hambre, quieren que les temas, que una les tenga miedo, era un viejito. Tampoco era un pecado tan grande. Y esa gente que miraba cómo le pegaban, cómo lo mataban, ninguno tuvo ni un poquito de corazón. ¿Qué clase de policías reclutan? Elijen asesinos, malvados. Por favor basta, basta” mientras se iba yendo.
Alejandro Amor, de la Defensoría del Pueblo le dijo a ANCCOM que a partir del día de mañana se presentaran como querellantes contra las personas responsables de este homicidio y toda la cadena de responsabilidades y “quienes sean responsables que paguen, porque esto no es una actitud circunstancial. Las autoridades de la empresa tienen que salir y dar la cara, estamos hablando de un homicidio”.
A un costado, tres vecinas hablaban entre ellas sobre la manera de organizar un boicot al supermercado y otra se mostraba escéptica: “¿Cómo hacés si te pone un 2X1? Con la necesidad que hay, cómo le decís a la gente que no les compre”.
Alberto, el panadero de la Nueva San Telmo, contaba que todo el tiempo pasa gente pidiendo para comer: “Entendemos la situación que estamos pasando todos, nosotros mismos no llegamos a fin de mes. Nunca pensé en llegar a este extremo. Pasó todo muy rápido, cuando salí de mi negocio, ya estaba el tumulto de gente en la esquina”.
Ana Laura, vive a la vuelta y compraba en esta sucursal bastante seguido: “Me parece terrible que hayan matado a una persona por un aceite y un queso, no tenés por qué matarlo, es una locura”, dice indignada y confiesa que es la primera vez que viene a una manifestación.
Dos empleados del supermercado están detenidos y acusados por el homicidio de Ferrer. La justicia confirmó que su muerte se produjo como consecuencia de “un traumatismo craneoencefálico” que le provocó un derrame cerebral. “Basta de naturalizar la violencia” decían los carteles que portaban los manifestantes.
Sep 14, 2018 | Comunidad, Novedades
Conferencia de prensa de Suteba en reclamo de justicia por la docente agredida.
A la grave situación educativa que vive el Partido de Moreno se le sumó el violento ataque a la docente Corina de Bonis, quien luego de retirarse del Centro de Educación Complementaria N° 801 Paulo Freire fue secuestrada el miércoles por tres desconocidos. La maestra fue víctima de golpes, amenazas de muerte y como último acto de barbarie le marcaron el abdomen con un punzóm dejándole la inscripción “ollas no”, en referencia a la acción solidaria que llevan adelante los docentes del CEC para ofrecerles comida a la comunidad educativa. Luego la soltaron. El hecho se dio a conocer de inmediato y los diferentes gremios que llevan adelante el plan de lucha por las escuelas de Moreno marcharon ayer, para repudiar el secuestro y la tortura a su compañera. En diálogo con ANCCOM, María Fuentes, vicedirectora del CEC N° 801, cuenta: “Hay 256 alumnos que no podían dejar de comer, pero eso a alguien le molestó y empezamos a sufrir amenazas semanales a partir del veintidós de agosto; primero fue un llamado telefónico, luego dejaron notas intimidatorias y por último el ataque a Corina que excedió los límites de lo imaginable”.
María, que no abandonó su lugar de trabajo pese a la concreción de las amenazas, señala la vereda y dice: “Justo acá, donde estoy parada, se hacía la olla popular, cortamos su funcionamiento con la amenaza anterior que hacía referencia a que la próxima olla era en el cementerio”. Sin embargo, ahora se hacen cargo de la comida los vecinos y padres, que con las donaciones que recibió la escuela, cocinan en la plaza del barrio ubicada frente al CEC.
Leila Méndez Revilla, docente del CEC, habla acerca de su trabajo junto a Corina: “Ella cocinaba conmigo, cada una se ocupaba de una tarea y nosotras nos sentíamos cómodas en ese espacio, teníamos experiencia en cocinar para la multitud”. Con respecto al secuestro, Leila aclara que “fue al azar, no creemos que haya sido premeditado, ella vive a unas 20 cuadras y quedó expuesta”. Ese día la vicedirectora -que habitualmente la llevaba a su domicilio- se retiró antes del establecimiento y así la escena quedó lista para concretar la amenaza. Una de las notas anónimas enviadas anteriormente decía; “No todas tienen auto».
Las amenazas que hasta ayer pasaban desapercibidas para los grandes medios también aparecían en pintadas realizadas en las cercanías de la escuela:“Dejen de hacer política, den clases” o “Dejen de hacer política con los chicos”. A estos mensajes, María Fuentes responde: “La única política que hacemos es enseñar a pensar, si eso les molesta lo lamento porque lo seguiremos haciendo” y agrega que “educar es un acto político, hay gente que pretende confundir y dividir, pero si es lo que pretenden están logrando el efecto contrario”.
Las amenazas que hasta ayer pasaban desapercibidas para los grandes medios también aparecían en pintadas realizadas en las cercanías de la escuela:“Dejen de hacer política, den clases”
Conmovida por la cantidad de personas que marchó al día siguiente del ataque a Corina, María aclara que lo único que quieren es volver a tener la escuela abierta en condiciones dignas para dar clases y que los alumnos vuelvan al comedor. “El CEC es un centro de referencia en la comunidad, no hay vecino que se queje de su funcionamiento, es muy querido por todos”, explica, y alega que este ataque no es en particular contra el CEC, sino contra la educación pública en general.
En la marcha de ayer, en tanto, en Moreno, todas las voces se pronunciaron en rechazo a la violencia y las amenazas que sufre el colectivo docente. Mariana Cattáneo, secretaria general de Suteba Moreno, expresó: “El mayor desafío para nosotros ahora es resguardar a las compañeras amenazadas para que no reciban ataques similares”.
“Si bien teníamos claro que podía haber consecuencias, jamás pensamos que se podía concretar una amenaza, pensamos que era el amedrentamiento típico de los grupos que no soportan las acciones en democracia, lo que pasó ayer cruzó todos los límites”, aseguró Mariana, que forma parte del acampe frente al Consejo Escolar local, organizado a partir de las muertes de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez por una explosión de gas, en la escuela N° 49, ocurrida el pasado 2 de agosto. Desde entonces, no hay clases en el distrito.
Todas las voces se pronunciaron en rechazo a la violencia y las amenazas que sufre el colectivo docente.
“La olla del CEC 801 en estas circunstancias no puede llevarse a cabo. Estamos exigiendo que las autoridades provinciales refuercen el servicio alimentario escolar porque no lo hizo en estos cuarenta días y es lo que llevó a que tomemos la medida de hacer las ollas populares. Al tener inhabilitado el servicio de gas nos vimos obligados a combinar con los comedores barriales y en otros casos poner las ollas en las veredas”, cuenta Mariana.
Como referente de Suteba, enumera los puntos del reclamo que llevan adelante: “Exigimos el refuerzo del servicio alimentario escolar, el plan de infraestructura y que se investigue el ataque y las amenazas que estamos recibiendo”. El próximo lunes se pondrá en marcha un ‘comité de crisis’ conformado por autoridades provinciales, el municipio, más sindicatos y alumnos de todos los niveles. Este comité va a controlar el proceso de obras que va a llevar adelante la Dirección Nacional de Infraestructura en la reparación de las escuelas de Moreno, entre otras acciones. Queda por ver, en tanto, si la Justicia establece las responsabilidades tanto de las muertes de Sandra y Rubén como del ataque contra Corina.
Una de las notas anónimas enviadas, antes que se concrete la amenaza, alegaba; “No todas tienen auto”.