¿Una nueva CGT?

¿Una nueva CGT?

Convocados por todas las vertientes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), organizaciones sociales y sindicales de todo el país marcharon este jueves hacia la Casa Rosada, desde la Av. 9 de Julio y Av. De Mayo, en contra del ajuste de tarifas, de la propuesta de un 15% de aumento salarial, de la reforma laboral en ciernes, de los despidos y del acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional.

Concentración de personas en la marcha y banderas.

Organizaciones sociales y sindicales de todo el país marcharon este jueves hacia la Casa Rosada convocados por la CTA.

Sobre el escenario, ubicado delante de la Pirámide de Mayo, el discurso más fuerte lo dio el diputado Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores. «Hemos asumido un compromiso desde la CTA, queremos ir a una CGT con una conducción que tenga la decisión de pelear contra el ajuste, que incluya a los trabajadores formales y a los movimientos sociales. Hay que salir a pelear, a defender el salario, la dignidad, las leyes laborales y los convenios. Hace falta que cada lucha tenga respaldo de todos. No hay que dejar que un día peleen los del subte, otro día los estatales, otros días los maestros y otro día los camioneros. Hay que unirnos. Las dos CTA, los movimientos sociales», anunció y dejó planteada una propuesta que podría modificar el mapa gremial argentino.

Enseguida, Yasky anunció su adhesión al paro general de la CGT anunciado para el próximo 25 de junio y anunció una gran movilización para el 9 de julio: “Tenemos que ser miles diciendo: ¡La Patria Existe! No vamos a aceptar la hipoteca de nuestros hijos y nietos. »

La jornada había comenzado unas dos horas antes, cerca de las tres de la tarde, cuando un grupo del Club Atlético Social y Deportivo Camioneros y el Sindicato de Camioneros Aguas y Gaseosas comenzó a marchar hacía plaza de Mayo para reunirse con las demás agrupaciones.

“Fuerza compañeros y compañeras estamos en el camino correcto. Si había veto (de la ley contra el tarifazo), había paro y había pueblo trabajador en la calle y en la plaza. Estamos contra los despidos, contra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Con los trabajadores y las trabajadoras no. Estamos contra los despidos y el ajuste el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, dijo Estela Díaz, Secretaria de Género de la CTA en Plaza de Mayo ante miles de trabajadores. Y añadió, recordando la media sanción que había obtenido en la Cámara de Diputados, apenas unas horas antes, la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo: “Este pueblo avanza cuando gana derechos y los derechos los venimos ganando en el Congreso de la Nación.”

“¡Queremos un salario digno!”, dijo luego Pablo Moyano al arengar a las organizaciones. “Volvemos a reiterar que nuestra organización pide un 27% de aumento, un bono de fin de año y rechazar las diez propuestas de bajar nuestro convenio de trabajo. Si no tenemos respuesta esta semana, el 25, 26, y 27 de junio paramos.”

Dirigentes sindicales sobre el escenario levantando sus manos.

La marcha fue en contra del aumento de tarifas, el ajuste salarial, los despidos y el acuerdo del Gobierno con el FMI.

A continuación, líder de la CTA Autónoma lanzó un tiro por elevación a la CGT: “Nosotros tenemos palabra. Dijimos que si había veto, había paro. Y acá estamos”.

No importo el frío, ni que la Casa Rosada estuviese vallada. Las banderas de los sindicatos y agrupaciones sociales levantaron a lo alto sus banderas y carteles. “No a la reforma laboral por los derechos que nos dejaron Perón y Evita. No al congelamiento de las jubilaciones”, decían las de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER).

Las mujeres de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP),  por su parte, sostuvieron carteles en los que clamaban: “Plena implementación de la Ley de Emergencia Social”; “Sin techo, tierra, techo y trabajo la reforma es control de abajo”; “Basta de inflación y desocupación”; “No al tarifazo.”

Tomás Montenegro, Secretario General de la CTA Chubut intervino diciendo: “Somos punta de lanza de un ajuste feroz del gobierno nacional  y se aplica en las provincias que son cómplices. En la provincia de Chubut hace más de un año que tenemos congelamiento salarial, sin convocatoria paritaria a ningún sindicato. Y luego de la firma del pacto fiscal nuestros salarios se pagan de manera escalonada, la obra social en repetidas veces ha dejado de funcional y el Gobierno aplicó leyes de despido, de ajuste contra los trabajadores de Chubut. Hay una grave crisis política, económica y social. Les decimos al gobernador Mariano Arcioni y al presidente Macri que se pongan a resolver este conflicto y que la Patagonia no puede ser el patio trasero y olvidado de nuestro país. Nosotros también tenemos dignidad. Compañeros resistir, luchar y construir” Pidió el Secretario General de la CTA de Chubut.

Además de ambas CTA y del Sindicato de Camioneros, también adhirieron al paro CTERA, SUTEBA, la Federación de Educadores Bonaerenses, el gremio de los curtidores, la UOM de Quilmes, la CTEP y decenas de otras organizaciones gremiales.

“No es reforma, es ajuste”

“No es reforma, es ajuste”

Los últimos colectivos apuran su paso por la Avenida 9 de Julio y los 25º de temperatura golpean las nucas de los manifestantes que comienzan a marchar encolumnados. “¡No a la reforma laboral! ¡No a la reforma provisional! ¡No a la reforma fiscal!”, gritan los carteles y consignas. Las delegaciones regionales bajan de los micros, anuncian su llegada con bombos y platillos y las banderas se despliegan en el Centro porteño. La plaza Congreso ya está repleta. Dentro del Palacio, 69 senadores comienzan a discutir el pacto fiscal y los cambios en el sistema jubilatorio. En la calle, cientos de miles de personas hacen escuchar su rechazo al paquete de reformas impulsado por el gobierno de Cambiemos. No obstante, casi a la medianoche, la Cámara Alta aprobó el proyecto de reforma previsional por 43 votos contra 23. También al nuevo pacto Fiscal.

La movilización convocada por las dos CTA, el moyanismo,  la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) reunió este miércoles a cientos de gremios en la primera expresión callejera y multitudinaria contra la “política de ajuste” de la administración de Mauricio Macri. Según los organizadores, más de 300 mil personas se sumaron a la convocatoria frente al Parlamento. “Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode”, fue la consigna más escuchada. El sindicalismo combativo y las organizaciones de izquierda, marcharon en una columna independiente. El triunvirato dirigente de la CGT fue el gran ausente de la masiva movilización.

“No nos queremos arrodillar ante este gobierno de ricos para ricos” arengó Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina y uno de los cuatro oradores del acto central. Y agregó: “Somos orgullosamente clase trabajadora y vamos a pelear cada vez que quieran atacar nuestros derechos. Esto no es reforma, es ajuste”. Luego se dirigió explícitamente a los senadores. “El que levante la mano en contra de los jubilados va a salir publicado con nombre y fecha de nacimiento”, advirtió. Y subrayó: “¡Lo que nos quieren sacar ahora son las conquistas de Perón y Evita!”. Después le cedió la palabra a Pablo Micheli.

Hugo Yasky en la concentración en Congreso contra la reforma laboral impulsada por el gobierno.

“Somos orgullosamente clase trabajadora y vamos a pelear cada vez que quieran atacar nuestros derechos», dijo Hugo Yasky.

“Acá hay una decisión política de la mano del presidente, de la mano de sus ministros. Son los dueños de las multinacionales los que están en el gobierno de nuestro país”, subrayó el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma.

Micheli apuntó directo a la conducción de la CGT y a los gobernadores y advirtió que “aquellos que fueron y le dieron consenso a la reforma laboral se equivocaron”. En la misma sintonía, Pablo Moyano, secretario gremial del sector minoritario de la CGT que se hizo presente, sujetó el micrófono y aseguró: “Vamos a dar pelea cada vez que el Gobierno intente llevar por delante a los trabajadores, ese es el compromiso y el objetivo”.

A las 15:40, bajo una lluvia de papelitos, y cuando aún faltaban ingresar varias columnas a una plaza repleta, Sergio Palazzo, titular de la Bancaria, comenzó el último de los discursos. “Hemos venido a la puerta del Parlamento argentino, precisamente a esta hora, donde están reunidos los señores senadores, a decirles sin eufemismo, con contundencia, que rechazamos, repudiamos y le decimos no a la reforma laboral, a la reforma tributaria, y mucho más a la reforma previsional”. Y luego afirmó: “¡Le decimos no al ajuste! Porque este nos es un programa de reforma permanente ¡es un programa de ajuste sin fin!”.

Pablo Moyano dando su discurso en la manifestación contra la reforma laboral impulsada por el gobierno. Atrás suyo estan parados otros sindicalistas y una bandera que dice "Basta!".

“Vamos a dar pelea cada vez que el Gobierno intente llevar por delante a los trabajadores», aseguró Pablo Moyano.

Los bombos suenan con toda la fuerza. Bajo banderas naranjas con la leyenda “Barba Conducción”, Jesús Goitea delegado de la UOM de Quilmes festeja la masividad de la marcha y justifica el estado de movilización en rechazo a los proyectos. “Todas las reformas que está queriendo hacer el gobierno nacional van en contra nuestro, quieren despedir sin pagar nada, quieren cambiar la modalidad de trabajo, sacarnos la antigüedad”, explica a ANCCOM.

Y da cuenta de una realidad de muchos gremios: “La UOM nacional todavía no quiere salir a combatir. Nosotros sí, hacemos asambleas en fábricas y los compañeros quieren salir a lucha, entonces la UOM de Quilmes salió”.

En Avenida de Mayo, una gran bandera verde y blanca envuelve a los trabajadores de ATE. “Nosotros trabajamos para el Estado, estamos en la Comisión de Comunicaciones y creemos que varias de las medidas de este gobierno van en contra de los trabajadores”, explica a esta agencia Javier, trabajador del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) mientras sus compañeros posan en una foto grupal. “En nuestro organismo están avanzando con un montón de despidos y derechos que estamos perdiendo”, explica.

Un hombre entre los manifestantes, sosteniendo un cartel que dice: "No son 'reformas', son un saqueo. Macri miente".

Cientos de miles de personas hacen escuchar su rechazo al paquete de reformas impulsado por el gobierno de Cambiemos.

A su vez, en la otra punta detrás del sindicalismo combativo, José Alejandro Sebriano, delegado ferroviario de la seccional Oeste del Ferrocarril Sarmiento y trabajador de señalamiento, argumenta contra la reforma laboral. “Nos atrasa casi 100 años en la legislación laboral. Es por eso que venimos, por nosotros, por nuestros hijos y por los jubilados también”, argumenta.

Mientras pliega la bandera que agitó durante varias horas, reflexiona que “las centrales de los trabajadores, tanto la CGT como las CTA, tienen que convocar a un plan de lucha con continuidad hasta derrotar esta ley que atenta directamente contra los trabajadores”.  

Con otra línea argumental, Alejandro Lipco, trabajador de la salud del hospital Garrahan, pone el foco en el resultado de la movilización callejera. “Nos movilizamos con la convicción de que, de todos modos, la salida no van a ser estas movilizaciones que tienen características aisladas sino con un plan de lucha sostenido”. Y advierte: “Las direcciones de los sindicatos que convocan no están comprometidos con esa perspectiva  y creemos que no lo están porque tienen vínculos con partidos que han acompañado al macrismo”.  

Actualizado 30/11/2017

Una reforma laboral a la medida del patrón

Una reforma laboral a la medida del patrón

En la madrugada del sábado entró al Congreso Nacional el proyecto de Ley de Reforma Laboral impulsado por el Gobierno. Los 127 artículos que lo componen son el resultado, luego de varios borradores, de un acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT), tal como hicieron ver ambos sectores tras un breve encuentro en la Sociedad Rural.

De acuerdo con las apreciaciones de diversos abogados laboralistas consultados por ANCCOM, esta reforma es un retroceso en materia de derechos laborales. Más allá de que gran parte de lo propuesto desde el Poder Ejecutivo no ha llegado al proyecto definitivo, esta ley constituye una cuarta reforma laboral en línea con las anteriores: la de la última dictadura, en 1976; la del menemismo en 1993; y la célebre Ley Banelco, bautizada así por el pago de coimas para su aprobación, durante el gobierno de la Alianza, en 2000. “Cada vez que el poder económico detenta el poder político aparece una reforma laboral, es de manual”, advierte Luis Ramírez, vicepresidente de la Asociación de Abogados Laboralistas (AAL).

Según los expertos en la materia, si se trata de enumerar los principales cambios que introduce esta reforma, se debe hablar de los siguientes:

Indemnizaciones. Se busca modificar el cálculo para indemnizaciones por despidos sin causa. Actualmente, se suma un sueldo normal y habitual por año trabajado. Lo que se pretende a partir de esta nueva ley, es que los montos extra percibidos, tales como premios, viáticos, comisiones, aguinaldo, o importes especiales como telefonía celular o prepaga, no formen parte de ese cálculo, rebajando así el importe de las indemnizaciones.  El borrador inicial también pretendía quitar a esta suma las horas extras.

Trabajo en negro. Se impulsa un blanqueo en el cual se perdonará a los empleadores el cien por ciento de los aportes y multas adeudados por no haber registrado debidamente a sus trabajadores si los ponen en blanco durante los primeros 180 días a partir de la reglamentación de la ley. Luego de esos 180 días, el descuento será del 70 por ciento. Además, se les perdonará el delito de evasión fiscal con la extinción de la acción penal. “Este gobierno va a tener un récord en perdonar delitos fiscales y penales tributarios. Ya lo hicieron con el blanqueo de la plata que vino del exterior”, comenta León Piasek, abogado y parte de la comisión directiva de la AAL. “Hay una cosa muy grave –aclara Piasek-: si trabajaste diez años en negro, al empleador le perdonan todo, pero como trabajador solo vas a poder acreditar cinco años de cómputos de servicio. La filosofía del proyecto tiene que ver con una ampliación de ganancias, no de derechos”.

Reclamo solidario. Quienes trabajan en empresas tercerizadas, como por ejemplo los trabajadores de limpieza de una clínica, los telemárketers que venden seguros o el personal de seguridad de un banco, generalmente son empleados de una firma más pequeña que es contratada por la empresa principal. La nueva ley busca reducir la cantidad de reclamos solidarios que efectúan los trabajadores a la principal, y dado que las tercerizadas son, en general, empresas menos solventes, esto reduce los derechos del trabajador que está en esas condiciones. “Esto era un reclamo de las grandes empresas, que quieren tercerizar y olvidarse”, dice Julián Hofele, abogado laboralista. Y agrega: “Muchos pretendíamos aumentar la protección del empleado en este punto y acá lo que se hace es avanzar en sentido contrario”. Ramírez, a su vez, define que “la tercerización es la vedette de toda reforma laboral. A partir de los 70, con la globalización, el concepto de empresa cambia y se abandonan las reglas del fordismo. Se hacen necesarias empresas más chicas y adaptables a un mercado que fluctúa. Es decir, un núcleo de trabajadores bien pagos y tercerización de todo lo demás. Pero para que este esquema cierre bien, tienen que poder subcontratar todo lo posible y no asumir ninguna responsabilidad”.

Silueta de trabajadores de Molino Osiris trabajando

“Esto se quiso hacer en Italia y España y fracasó», comenta Piasek, abogado y parte de la comisión directiva de la AAL.

Pasantías. El proyecto mantiene casi intacta la propuesta de que estudiantes trabajen hasta 30 horas semanales a cambio de una “asignación estímulo” no remunerativa, es decir, no afectada por descuento de aportes, jubilación, ni obra social. Según Hofele, “ese tipo de pago no existe en términos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”.

Fondo de cese laboral. Se intentará discutir en cada actividad, la creación de un instituto que vaya recibiendo los aportes mensuales de los empleadores para crear un fondo con el cual se pagarán las indemnizaciones. Según Hofele, esto tiene muchas consecuencias negativas. “El costo de despedir pasa a ser nulo, porque ya se fue pagando. Hoy, en general, no se despide por el costo que esto genera. Además es importante pensar que si una actividad entra en crisis, no va a ser posible afrontar todas las indemnizaciones juntas”, afirma.

Trabajo independiente. Se impulsa una nueva categoría laboral, amparada por los cambios tecnológicos y la cantidad de profesionales que trabajan desde sus domicilios. Se habla de “autónomos económicamente vinculados” que no estarán amparados por la Ley de Contratos de Trabajo si hasta un 80 por ciento de sus ingresos provienen de un empleador. También se crea la figura del “trabajador independiente con colaboradores”. Según Piasek, esto va a significar un crecimiento de la contratación fraudulenta, pero legalizada. “Hay muchos profesionales precarizados ya, y esto va a empeorar ese cuadro. Esta figura va a ser excluida de la Ley de Contratos de Trabajo porque se queda a mitad de camino: o sos autónomo o sos dependiente”, argumenta. Y agrega: “Esto se quiso hacer en Italia y España y fracasó. Es un camino para no registrar empleados, mientras dicen que buscan trabajo registrado”.

Banco de horas. Si bien no llegó al proyecto definitivo, la propuesta era que, en vez de trabajar horas extras, el empleado se quede una cantidad de horas mayor cuando el empleador lo requiera, según su necesidad, y sean “devueltas” trabajando menor cantidad de tiempo otro día “menos productivo”.

“Lanzaron una reforma laboral de máxima: la cultura del patrón expresada violentamente en una ley”, evalúa el abogado laboralista Fernando Gómez. “El Gobierno tiene una política extorsiva: algunas cosas se van a probar por ley pero la gran mayoría las van a conquistar en la discusión convenio por convenio, como hicieron con Vaca Muerta y Sancor”, sostiene. Por otra parte, el letrado está convencido de que la flexibilización empezó en el momento en que empezaron a subir los niveles de desempleo. “Aquella foto de los pibes buscando trabajo en la Expo Joven no fue un error, fue una muestra de poder de la cultura patronal que hacía ver la cantidad de gente que está dispuesta a aceptar cualquier tipo de condiciones de trabajo”.  

Trabajador de Cooperativa Subpga soldando.

“Lanzaron una reforma laboral de máxima: la cultura del patrón expresada violentamente en una ley”, evalúa el abogado laboralista Fernando Gómez.

Gómez, Ramírez y Piasek están de acuerdo en que reducir el costo laboral a las empresas no generará empleo, hecho que se ha podido comprobar en casi cien países y en la Argentina reciente. “Menem, a pesar de las medidas híperflexibilizadoras, llevó el desempleo al 25 por ciento. Hay que tener memoria y evaluar experiencias pasadas”, aconseja Ramírez. “Por si sola, esta reforma no va a generar ni un solo puesto de trabajo. El empleador toma gente si confía en el futuro, mirando las variables macroeconómicas, y no porque sea más barato el despido”, concluye.

Horacio Meguira, abogado laboralista y Director del Departamento Jurídico de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), dice que le cuesta entender el papel de la CGT en esta negociación. “Después de las grandes movilizaciones populares que hubo desde febrero de 2016, marchas federales, huelgas conjuntas, 300 mil personas en las calles, estos tipos hoy se sientan a negociar. Esto va a traer un reactivo. Hay ocho filiales de CGT que se declararon en contra de esta reforma laboral y desautorizaron al triunvirato”, relata.

Cabe destacar que en el Título VIII del proyecto de ley, aparece la creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (AGNET). Tal como anticipó ANCCOM, este será el ente que definirá la canasta básica de prestaciones del sector público de salud y además definirá la Prestación Mínima Obligatoria (PMO) de las obras sociales y medicina prepaga. Esta sería la moneda de cambio con la cual el Gobierno consiguió el apoyo de la CGT, ya que las obras sociales sindicales necesitaban de esta agencia para reducir las prestaciones básicas y así reducir los costos en sus entidades.

Nicolás Kreplak, ex viceministro de Salud de la Nación, opina al respecto: “En vez de disputar la mejora de sueldos para que haya más aportes a obras sociales, prefieren reducir el PMO”. Y agrega: “La creación de AGNET ya pasó por el congreso y no obtuvo dictamen en la Comisión de Salud del Senado para debatirla. Ahora la meten dentro de este proyecto, con el aval de la cúpula de la CGT porque, como dice el dicho, la única forma de esconder un elefante es metiéndolo en una manada de elefantes”.     

Se espera que el proyecto de Ley de Reforma Laboral comience a ser tratado en la Comisión de Trabajo y Previsión de la Cámara alta durante esta semana.        

Actualizado 23/11/2017